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Zoofotografo ( 9 )

en Zoofilia

ZOOFOTOGTAFO 9

 

ESCUELA DE ZOOFILIA II 

Recuerdan la escuela de zoofilia, donde me llevo Mary para aprender a ser un buen zoofilico, pues allí seguimos, al siguiente día.

Durante la noche acostados en aquella sala con el piso acolchado y frío, la única forma de entrar en calor era buscando un buen sexo y meterla un ratito, solo para entrar en calor, y así lo hice yo, primero con Mary y luego con María, (a Bartolo lo deje descansar, el pobre tenía mucho sueño), precisamente a María la estaba deseando probar, y creo que el deseo era mutuo ya que ella no puso ningún reparo en follarme. Fue magnífica, una gran cabalgada, yo como estaba ya a medio uso, puede retrasar mi corrida un buen rato así que se divirtió como quiso, probo mi polla en todos sus agujeros y parece que era de su talla, en todos repitió varias veces. Mary se despertó varias ocasiones, me besaba y se dormía otra vez, así que no se enteró de nada al menos eso me pareció.

Por la mañana, sentí una lengua que me lamia la polla, no era grande pero lo hacía muy rápido, pensé que podía ser alguna de las chicas, baje las manos hasta mi polla y agarre ………….. “esto no es una cabeza”, reaccione, mire y tenía a un gato en mis manos. Los gatos me gustan, pero no lo esperaba, así que dé un salto me puse de pie, estábamos rodeados de gatos, lo menos habías veinte, lamian los coños de las chicas, el suelo, la polla de Bartolo y estaban a mi alrededor lamiéndome los pies.

  • Joe túmbate y deja que hagan su trabajo. Dijo Mary.
  • Con tanto perro que hacen estos gatos aquí. Pregunte.
  • Son el equipo de limpieza para después de una buena follada. Se apresuró a decir María, que estaba con sus piernas muy abiertas y varios gatos entre ellas.
  • Los gatos son los animales más limpios que hay, además sus lengüitas dan un placer enorme. Dijo Mary que en ese momento abrió sus piernas para que lo gatos entrarán.
  • Ok. Está bien pero ...…….yo…voy……… al baño a mear y ya aprovecho y me ducho.

Me fui al baño dejando a los tres con todos aquellos gatos, imagino que quedarían bien limpios con tantas lenguas. Cuando salí no encontré a nadie, todo estaba limpio y arreglado, no parecía que la noche anterior había sido una sala donde se follo a base de bueno, pensé que los gatos hicieron un gran trabajo. Salí de la cabaña, el día aunque soleado, estaba fresco, me encontré en una gran explanada donde habían varias cabañas como en la que había estado, una carretera me guiaba hacia una casa mucho mayor que las cabañas, como supuse que ese era el centro de todo y que posiblemente la gente estaría allí, tome esa dirección, dando un paseo, admirando los prados y las construcciones fui hasta la casa.

Al rodear la casa buscando una puerta para entrar, pase por delante de una ventana que estaba medio abierta, se podía ver lo que sucedía en su interior, como saben soy fotógrafo y en consecuencia algo curioso, así que mire sin mucho interés, dentro de la habitación estaba una mujer con un perro de mediano tamaño. Ella sentada en el suelo, estaba solo con ropa interior, era guapísima, podía tener algo más de 35 años morena con media melena, cara redondeada y una expresión muy simpática, los pecho eran de un tamaño bastante grandes y se notaban aprisionados por el sujetador, dejaba que el perro la besara, metía su lengua en la boca de ella una y otra vez, al verlo no lo pude evitar, saque mi cámara y empecé a disparar. Como la ventana estaba abierta, parece que el perro oyó el pitido que hace la cámara de fotos, me miró, y se puso a ladrar con rabia, descubriendo así mi indiscreción, ella se levantó y mandando a callar al perro me dijo.

  • ¿Quién es usted, y que está haciendo? Voy a llamar a seguridad si no me contesta.
  • Espere, perdone, no era mi intención espiarla y mucho menos asustarla, pasaba por aquí, vi la ventana abierta y no pude evitar mirar, al ver su belleza me quedé atontado y no pude reaccionar. Lo siento.
  • ¿No pudo reaccionar al ver mi belleza? Pero si para agarrar la máquina de fotos y disparar sin permiso. ¿Y cree que me trago esa mentira? Me dijo ya con un tono más enfadado.
  • Le ruego que me perdone, enseguida le entregó la tarjeta para que las borre.
  • No, no señor, entre y las borra usted en este ordenador.
  • Como quiera, pero le ruego que se tranquilice y me disculpe.
  • De acuerdo, yo me tranquilizo pero usted entra y hace lo que le pido.

Entre, el perro que no me quitaba ojo de encima se me acercó y me olio, creo que sería porque mi ropa todavía olía a María, el caso que de repente cambia su actitud, se echa con las patas hacia arriba y espera a que le acaricie. Ella me mira con cara de asombro y dice.

  • ¿Qué le ha hecho a mi perro? Eso no es normal. Solo lo hace delante de sus adiestradores.
  • Si, esto, es que yo he tenido una relación muy cercana con los adiestradores de este centro. (Habíamos follado juntos, pero eso no se lo comente).
  • ¿Es usted adiestrador? Me pregunto ya con un tono más distendido.
  • No, soy cronista gráfico. (Es lo mismo que fotógrafo pero más pomposo, “friKi”).
  • Ósea que trabaja en la escuela.
  • No, esto, más bien soy un alumno, eso sí, muy aventajado.

En ese momento me di cuenta que estábamos de pie, ella en ropa interior y yo vestido, la situación era ridícula. Tabata, que así es su nombre, estaba frente a mí con su cuerpo escultural a mi alcance, sus tetas se salían por la parte de arriba del sujetador, su estómago marcaba claramente los músculos, caderas anchas pero no grandes, tras un pequeño triángulo de tela se adivinaba una pelvis abultada, disimuladamente me hice hacia un lado y pude ver un culo redondo, alto y muy bien formado, es de Sudamérica así que saben a lo que me refiero, morena y unas pierna bastante largas. Al sentirse examinada hizo como para taparse, pero luego armándose de valor me dijo

  • Parece que disfruta con la situación.
  • La verdad es que si, no sabe lo que estoy disfrutando, tanto que me está empezando a “subir” la temperatura.
  • Y qué podemos hacer para que no “suba” demasiado.
  • Sería cuestión de tomar o hacer algo refrescante, no cree.
  • Aquí lo más refrescante que hay es la ducha, pero por tu pelo mojado, parece que te acabas de refrescar.
  • Sí, pero no te preocupes que no me gasto por ducharme.

Dicho esto no pude más, me acerqué hasta ella, la agarre por la cintura y la bese, fue tan intenso que mi cabezón se despertó de golpe, se puso firme y me pedía fiesta con cada latido. Ella me aceptó, sus labios que eran muy carnosos y jugosos me recibieron con muchísimo entusiasmo, su boca se abrió, su lengua recibió a la mía, jugaron, se rozaban una y otra vez, nuestras salivas se mezclaban y mis manos abrazaron aquel cuerpo con tanta fuerza, tantas ganas que ella se estremeció. No sé el tiempo que estuvimos pegados por nuestros labios, cuando nos separamos la mire a los ojos, sentí como que el beso la había producido un orgasmo, estaban brillando, luminosos, me reflejaba claramente en ellos, me sentí feliz por ella.

Tabata se sentó en la cama y me empezó a desnudar poco a poco, me quito la camisa, desabrocho los pantalones que al empezar a bajarlos y como yo no llevaba ropa interior mi polla saltó de pronto delante de su cara, dándole un susto que le hizo exclamar.

  • ¡Uy! Y esto, no llevas nada debajo, se ve que estás preparado para esto.
  • Disculpa pero esta mañana con las prisas me olvidé. La verdad es que era cierto solo que no lo olvide, era que no supe donde fue a parar la noche anterior.
  • Parece que lleva días sin trabajar.
  • Se reserva para este momento. Le comente poniendo cara de inocente.

Ella no dijo más nada, solo se la metió en la boca y empezó a chupar, de manera desesperada, tenía un hambre terrible de polla, la tragaba hasta el tronco y luego la sacaba hasta la punta, para repetir esto una y otra vez, a mi me temblaban las piernas casi no podía mantenerme recto. Cuando mi polla entraba mis pies se levantaban y se movían como palillos al viento, luego pasaba su lengua por la punta intentando meterla dentro del pequeño agujero, yo estaba en otra dimensión, decía algo pero ni yo las entendía, ella tomaba aire y volvía a metérsela hasta la garganta y en una de esas veces y sin poder resistirme, eyacule, no sé de dónde salió tanta leche, ella tragó sin dejar salir una gota pero para mí fueron como cinco o seis litros los que le solté, parecía que no iba a terminar.

Estaba todavía recuperándome cuando alguien llamó a su puerta, ella rápidamente me indico que saliera por donde entre y dándome mi ropa, me echó de la habitación, no mire para atrás solo salí me vestí como pude y con la mayor serenidad que pude disimular seguí buscando una puerta que me diera acceso a la casa, estaba muerto de hambre, el desgaste había sido grandísimo y ya necesitaba comer. Mientras caminaba, recordando lo sucedido caí en la cuenta de que, antes de yo entrar en la habitación de Tabata, esta se besaba con el perro, bueno, pensé, en este caso yo había salido ganando y no el perro como siempre.

Al fin, después de dar la vuelta a la casa encontré la mejor puerta para entrar, la de la cocina, allí estaba María, Bartolo, Mary y otras personas que no conocía, desayunamos abundantemente, parecía que todos necesitábamos cargar las baterías, y al terminar salimos a los jardines, allí estuvimos sentados un rato, al sol, también necesitábamos calentarnos, Mary empezó la conversación.

  • Parece que anoche perdimos los papeles todos.
  • Era como la celebración de tu regreso y la bienvenida a Joe. Dijo María.
  • Gracias, fue un gran recibimiento y muy placentero. Conteste mientras le guiñaba un ojo a María.
  • Sí, ya, muy placentero, algunos lo estaban celebrando hasta hace un rato.
  • ¿Cómo?¿quién? pregunto Bartolo con un tono de culpabilidad. Todos miramos hacia él, menos Mary que miraba hacia mí. Lo sabía estaba seguro que sabía de mi aventura con Tabata.
  • Bueno, y cuando empezamos el trabajo, yo necesito luz para las fotos y si esperamos mucho se puede oscurecer el día. Dije para cambiar de conversación, y quedando como un tonto, en verano y sin luz a las once de la mañana, qué tontería.
  • Bartolo por favor llama a la veterinaria y dile que quiero ver todos los informes médicos de los huéspedes, y además sus cartillas de vacunaciones y las fichas de progresos. Dijo Mary con ese aire de autoridad que a mí me ponía tan cachondo.
  • Enseguida voy. Dijo Bartolo apresurando el paso.
  • María, puedes ir preparando a los que tenemos para hoy, si podemos terminar pronto sería estupendo, así descansaría un poco.
  • Voy enseguida, dame media hora. Contestó poniéndose rápidamente en pie.
  • ¿Y yo que tengo que hacer? Le pregunté sonriendo.
  • Tu, explicarme qué hacías con Tabata, hace un rato y en su dormitorio. Que pasa te quedaste con ganas.
  • No, espera que te cuento, pasaba por allí, me dijo que no había desayunado y como la vi tan flacucha me dio pena y la invite a un poco de leche. Ella se sirvió de la que tenía más a mano.
  • Ja, ja, ja, eres tremendo, flacucha, Tabata flacucha, lo raro es de donde sacaste tú la leche, anoche te vaciaste bien.
  • Solo me quedaba la reserva y fue lo que gaste antes. Ahora sí que estoy vacío.
  • Pues ya puedes recuperar porque esta noche te voy a escurrir hasta dejarte seco, así no te vas por las mañanas a descargar la reserva. Me termino diciendo con un tono que, de verdad, me asuste.

Poco después regresó Bartolo que traía un montón de carpetas y las dejo en la mesa. Mary empezó a ojearlas una a una, haciendo anotaciones y comparando los datos. Luego apareció la veterinaria. Era una señora ya de cierta edad y un poco obesa, se sentó con nosotros y después de los saludos y presentaciones, nos dio un escueto informe del estado en general de todos los animales, Mary la felicito por su esmerado trabajo, le ofreció un pequeño aumento de sueldo y acordaron las vacaciones, ella dio las gracias como cien veces y se fue muy contenta.

Cuándo quieres tú también me sigues sorprendiendo. Le dije con una gran sonrisa.

Ella me beso con mucha pasión, y fuimos hacia la cabaña de la noche anterior. Al pasar por delante de la ventana de Tabata, Mary se asomó y la invitó a reunirse con nosotros, ella que seguía en ropa interior, rápidamente se puso una bata y nos acompañó, hizo como si no nos conociéramos y era cierto, antes no nos habíamos dicho los nombres, así que nos presentamos oficialmente, Mary sonrió y  disimulo.

El resto del día fue de puro trabajo, y en orden, les explico:

Entra una mascota, la veterinaria da su valoración, los demás aportan opiniones, se comprueba su adiestramiento estándar y sale del recinto, así con todas las mascotas que vimos durante el día. En alguna ocasión entraba algún caballo, burro o perro, y la verdad es que me quedaba esperando a que se pudiera follar a alguna de las hembras que estaban allí, pero nada de nada.

A eso de las ocho de la tarde Mary vio a la ultima mascota, era un Tapir, para mí que era de la familia de los cerdos, ya que tenia algún parecido, (luego supe que no) así que no le preste atención, ya sabemos como la tiene por porcinos, muchos huevos y poca polla, Bartolo a ver mi despiste, me dijo que prestara atención y estuviera preparado, yo con indiferencia, me prepare. Mary le dice a Tabata si le apetece chequear el entrenamiento del animal, a lo que ella con un sí muy alegre, se levanta y quitándose la bata va derecho a los bajos del Tapir.

  • Hola mi amorcito, ¿como estas hoy? ¿tienes ganas de cogerte a esta hembrita caliente? porque yo tengo muchas ganas de sentirte muy dentro de mi culito.
  • “CULITO”, ¿había dicho muy adentro de su culito?, pensé mientras miraba para Mari con los ojos muy abiertos. Ella como leyendo mis pensamientos me respondió.
  • SIIIII… dijo culito, se la va a clavar hasta el fondo.

La cosa se ponía bien, me acerque un poco y me preparé muy animado, hasta que recordé como es el pene de los cerdos. Disimule mi desilusión y me senté cerca, esperando que la cosa no se alargará mucho.

Cuando Tabata empezó a acariciar al tapir, este le respondió, mostrándole un pequeño pene, como de diez cm. ella rápidamente se lo metió en la boca y lo chupo con mucha ansia, pero el pene empezó a alargarse y alargarse y alargarse, parecía la nariz de pinocho cuando decía mentiras, y se alargaba tanto que ella salió de debajo del animal, tenía más de un metro de polla fuera, Tabata la chupaba y lo pajeaba, el tapir estaba muy quieto y su polla no paraba de crecer, al poco tiempo ella le da la espalda, se moja su agujero trasero, lo ensancha un poco con varios dedos y se introduce la punta de la polla que tenía en la mano. El tapir intenta empujar pero ella está de pie y le está entrando poco a poco mientras cada vez se agacha mas y mas, me pongo frente a ella, que tiene una mano en el lomo del animal y la otra en su estomago, es con esta mano con la que llama mi atención para que vea como la polla de tapir va entrando por su culito y marcando el recorrido en su interior que se nota claramente en su barriguita. Se la saca casi toda y al meterse toda esa polla veo el recorrido desde la pelvis hasta casi sus tetas, noto ese gran palo de carne moviéndose dentro de ella, pongo la mano y noto lo dura que esta, es como si la estuviera empalando y todavía le sobra un trozo que no se lo puede meter.

Miro a Tabata, con los ojos cerrados y cara de estar con un orgasmo interminable, la oigo decir.

  • SIIIIII mi amor, hasta el fondo, muy adentro, que me llegue a las tetonas para que tu leche se una a la de mis tetas, MMMMMMMMMMM, dame fuerte y córrete muy dentro de mí, de tu hembra, COOOOOORRRREEEETTTTEEEEE, bien adentro.

Miro hacia su almejita y veo salir chorros de líquidos, de lo que parece un gran orgasmo que está teniendo. De pronto veo que se queda quieta, se toca la parte alta de su estomago y con un largo SIIIIIIII, me sonríe, dándome a entender que el tapir acaba de correrse muy dentro de ella. Se dejas caer al suelo todavía con la polla dentro y va dejando que está poco a poco salga de su culito, al que no se le ve muy dañado por la follada.

Después del momento Tabata/Tapir, estábamos todos los presentes, muyyyy calientes, así que reorganizamos la sala, nos retiramos para asearnos y calmar los ánimos un poco y regresamos para la cena. Al menos yo, seguí muyyyyy caliente y creo que no era el único ya que después de una magnífica cena a base de pescados y mariscos todas querían pollas y almejas. Yo me agarre a la almejita de Mary y la de Tabata y les di muy buena cuenta, dándoles una follada de las que no se olvidan.

El resto de la noche fue muy caliente, con muchas corridas y orgasmos, no se cuando me dormi, se que me desperté otra vez con las lamidas de los gatos, aunque esta vez no me molesto, es más, me gusto mucho la idea. Descansamos ese dia y llegada la tarde regresamos a la finca.

Hola amigos y seguidores, este relato lo tengo terminado desde hace ya mucho tiempo, no lo publique por una promesa a Tabata (ya estoy liberado de ella) y es la parte que falta del viaje a la escuela, Me gustaría que la valoren y me digan sus opiniones, buenas o malas las aceptare con mucho cariño. Gracias por seguir leyendo RELATOS.

MENESY    ([email protected] )