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La clase de natación de Mariela

en Autosatisfacción

Hoy era martes y tenía clase de natación asique me fui directamente al polideportivo, me gustaba mucho vestir los leggins que tan de moda están, sobretodo para ir a hacer deporte, ese día como uno más llevaba mis leggins negros muy ajustados que marcaban muy bien las redondeadas formas de mis muslos y mi culo, incluso se dejaba apreciar la forma de pezuña que dejaba mi vulva a través de ellos. Por supuesto, era de obligado uso un tanga, cuanto mas pequeño mejor ya que se marcaba absolutamente todo y yo llevaba uno rosa básico con la tira ancha en forma de cola de ballena, de algodón que se hinchaba al albergar mi chochito dentro de él. En la parte de arriba, llevaba un top rosa junto con un sujetador deportivo que recogía mis pechos a la perfección, podías andar rápido y hasta correr sin que la gravedad hiciera estragos moviendo como locos mis pechos cada uno por libre.

Mi nombre es Mariela, soy una chica deportista, de 28 años con el pelo negro oscuro y largo, mido 1,67 y aunque no soy muy alta tengo unas formas muy redondeadas y definidas, la parte de mi cuerpo de la que estoy mas orgullosa era mi culo, era muy redondo muy perfecto sin grasa y totalmente definido a los chicos con los que había estado les había vuelto locos y me habían hecho miles de perrerías en él, era todo un objeto de deseo allí donde fuera, yo achacaba su perfección al deporte que tanto me gustaba hacer, a veces incluso, me excitaba y hoy iba de camino a la piscina a una de esas sesiones deportivas, estaba desando llegar…

Por fin llegué a los vestuarios del polideportivo, hoy tocaba natación un deporte completísimo y muy necesario bajo mi punto de vista, allí mis compañeras de sesión y yo nos cambiábamos juntas, hoy éramos solo cinco, Ana y Marga las mas veteranas, tenían 50 y 53 años respectivamente y ya estaban desnudas cuando llegué enfundándose sus bañadores deportivos, tenían cuerpos fofos muy caídos con unos enormes pechos apuntando hacia abajo, ya en el ocaso de su sensualidad, me fijé en el cuantioso vello púbico de Ana, tenia toda su flor recubierta de pelos, la verdad es que no me hacía mucha gracia aquella visión pero supongo que a sus maridos les importaba poco, con poder verlo unas pocas veces al mes supongo que se contentarían – que cruel he sido- pensé entre risas. Procedí entonces a desnudarme yo también, primero siempre me quitaba el top y el sujetador que aunque muy útil para el propósito de su diseño me apretaba ligeramente mis pechos, los dejé respirar y los saqué al aire de una tacada, mis pobres pezones estaban aprisionados y con la primera brisa de su libertad se pusieron rápidamente erectos, eran grandes y de color marrón algo oscurecido, mis pechos no eran gran cosa pero se hacían notar que era lo importante. Entre contoneos con mi cadera saqué mis leggins tan apretaditos de mis muslos definidos quedándome con mi tanga rosa únicamente, busque en mi bolsa de deporte y saqué mi bañador de natación, el gorro , las gafas  mis chanclas de dedo blancas. Me bajé el tanga quedándome desnuda lo doble con delicadeza y lo metí en la bolsa, procedí a enfundarme en el bañador speedo negro que me compré en oferta, la verdad es que no era muy bonito pero si muy funcional, me quedaba superceñido por todas partes me aprisionaba mi perfecto culito  partiéndome cada nalga por la mitad, mi vulva se marcaba como hinchada mas de la cuenta incluso se apreciaba mi clítoris como un botoncito en la parte superior, mis pechos totalmente aplastados como si de un par de globos a punto de estallar se trataran, me coloqué bien la parte baja de la braguita para no tener sorpresas ya que de no estar bien ajustado podía asomar parte de mi coñito por un lateral y me fui hacia las duchas con el gorro y las gafas en la mano.

Por fin en el agua-pensé- mis pezones se habían puesto duros como autenticas rocas debido al contraste de temperatura y notaba una sensación extraña en mi clítoris debido también al contraste, era una sensación bastante agradable la verdad casi excitante. Procedimos a empezar con la clase hoy nos hicieron hacer abdominales en el agua antes de empezar a nadar a modo de calentamiento, en uno de los ejercicios teníamos las piernas juntas y teníamos que apretarlas para después subirlas sujetándonos en el borde con ambas manos mientras las piernas juntas subían hasta estar paralelas al fondo de la piscina y notaba como aquella presión y aquel roce a través del fino y prieto bañador me estaba excitando muchísimo mi vulva se apretaba juntado los labios y oprimiendo al clítoris cada vez que subíamos era una sensación maravillosa. Continuamos con la clase, nadando a diferentes estilos y haciendo ejercicios de piernas, me pasé toda la sesión rozándome el coñito con mis propias piernas y cada vez estaba más excitada, ya no sabía ni que hacer.

Por fin terminó la clase, yo salí de la piscina prácticamente echando humo después de tanto frote y restriegue no podía mas estaba muy cachonda y muy mojada, fui al servicio a hacer pis, me bajé el bañador, antes de empezar con la micción toqué mi sexo, estaba empapado y ardiente, deseoso de que le insertara un pene duro y erecto que no tenía  a mano ni mucho menos, me armé de paciencia y volví al vestuario, vi que las chicas se habían duchado muy rápido y ya estaban vistiéndose asique saque mis productos de baño y fui a la ducha yo.

Llegué a la ducha ya desnuda, tenia mis genitales ardiendo y muy sensibles, estaba totalmente depilada y se notaba una tonalidad mas rojiza de lo normal en todo mi pubis debido a la excitación que tenía, Marieeela- me dije, no es momento ni lugar pero estaba ávida de placer.

Las duchas del polideportivo tienen un chorro bastante potente que sale desde la pared justo por encima de la cabeza le dí al botón y  comenzó a salir el agua, cada ducha era individual con un cristal translucido tenían cierta intimidad, empecé a enjabonarme tranquilamente con mi gel “para todo” primero mi pelo, me di un pequeño masaje en el cuero cabelludo eso agravó aun mas mi excitación, luego me eché algo mas de gel en las manos y comencé a untármelo primero por mis pechos, los enjaboné por completo suavemente no lo pude resistir y aprovechando el gel empecé a describir círculos alrededor de mis pezones al principio como algo normal en el acto de enjabonarme pero poco a poco iba tocando la punta de mis gruesos pezones y estos respondían, volví al gel y me eché mas en la mano, esta vez empecé por la tripa, mi vientre estaba plano y ligeramente definido solo acentuaba la forma mi monte de venus que sobresalía hacia afuera cambiando la orografía de mi cuerpo y terminando en mis labios mayores. Deslicé mi mano enjabonada por mi vientre, dudé, y seguí bajando para lavarme mi chochito pero cuando pasé la mano con la mera intención de enjabonarlo una corriente inundo mi cuerpo y quería volver a sentir esa corriente, volví a pasar la mano por mi vulva con la excusa mental de que necesitaba mas jabón, así una y otra vez  cada vez ejercía mas presión con mi mano, dejaba que el dedo índice se hundiera entre mis labios mayores acariciando suavemente mis labios menores y mi clítoris aún escondido, seguí ejecutando este movimiento con mi dedo índice hundido de pie mientras el agua me caía por el cuerpo a una temperatura ideal. Me paré un instante y pensé las chicas ya han debido de irse era última hora de la tarde las 20:00 del martes cuando terminamos la clase, solo quedaba yo y los conserjes del polideportivo asique me dije coño! ¿Y por que no?, volví a coger el gel e inundé mis manos con él, con la izquierda subí al mi pecho y empecé de nuevo a enjabonarlo pero ya con otra intención, cuando estaba bien lubricado empecé a  pellizcar suavemente mis pezones apretándolos con le pulgar y el índice como si fueran un pequeño cilindro al que quería sacar punta, con la mano derecha bajé a mi vulva y la llené de gel, usé la palma de mi mano y empecé a describir movimientos circulares con ella haciendo presión sobre mi monte de venus y la zona superior del capuchón clitoriano..mmm que rico- exclamé casi susurrando.

Ahora era mi mano entera la que frotaba y se hundía en mi húmedo coñito lo frotaba aplicando presión con toda la mano por su parte externa una y otra vez la mano subí y bajaba y yo acompañaba el movimiento con  mis piernas para hacerlo mas placentero. Cogí dos dedos y abrí directamente mis labios mayores dejando el clítoris al aire el agua que caía de la ducha con cierta fuerza debido a la altura ahora impactaba directamente sobre mi botoncito del placer haciéndome estremecerme lo dejé unos instantes así casi sin moverme arqueando la espalda y poniéndome casi de puntillas varias veces debido al intenso placer que sentía en aquel instante.

Me senté en el suelo de la ducha, me dio igual que fuera una ducha pública ya no aguantaba más, abrí mis piernas por completo dejando todo mi sexo visible el cual se abrió también por la postura y mientras el agua me salpicaba como si estuviera debajo de unas cataratas que emanaban placer empecé a masturbarme introduciéndome dos dedos por mi vagina, la palma de mi mano rozaba mi clítoris mientras el corazón y el anular entraban y salían sin cuartel de mi vagina ardiente. Con la punta de los dedos doblada hacia arriba podía incidir directamente sobre mi punto G en el interior de mi sexo una y otra vez acometida tras acometida arqueaba la espalda y gemía de placer, mi respiración se aceleraba y se entrecortaba era lo único que se escuchaba salvo el incesante chaparrón de agua de ducha que tenia encima, se avecinaba un orgasmo épico, digno de una de las fantasías mas perversas allí en una ducha pública, yo , el agua y mi sexo ardiente que clamaba placer. MI mano iba ya bastante rápido y mi espalda se arqueaba mas, subí mis caderas quedándome únicamente apoyada sobre mi cintura escapular, el sonido del agua y mi mano impactando contra mi pubis era brutal- clack clack- cuando de repente una descarga escalofriante me hizo que las piernas me flaquearan y me pusiera temblorosa emití un gemido de placer que pudo escucharse seguro desde la piscina, acababa de nadar en un dulce éxtasis y mi vulva palpitaba una y otra vez contrayéndose con mis dedos aún dentro de ella.

Volví a apoyar mi culo en el suelo y me quedé allí parada enmudecida por unos instantes, sentada con mis piernas abiertas y mi sexo al aire empapándome del agua de la ducha que seguía cayendo, había sido el mejor orgasmo que había tenido fue intenso, lleno y difícil de olvidar.

Al fin el agua paró de caer y salí de la ducha con una sonrisa y cara de boba, aquella tarde no la olvidaría jamás..

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Lorena