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El preservativo inalámbrico

en Intercambios

Cualquier coincidencia en nombre o lugar con alguien, es fruto de la casualidad, ya que todos los relatos, nombres y lugares que se mencionan a continuación son totalmente ficticios.

EL PRESERVATIVO INALÁMBRICO

 

Juan y Loli, un matrimonio liberal sobre los cuarenta años, se habían inscrito recientemente en una página swinger administrada por un club en una población cercana al norte de Madrid.

 

  • ¿Qué haces Juan?

  • Nada, aquí chateando con una parejita joven.

  • Vaya vicio que estás cogiendo con la página esa.

  • Pero si hace diez minutos que me he puesto.

  • ¿Diez minutos? Llevas dos horas ahí sentado.

  • Bueno, antes estaba en Facebook.

  • Y qué más da.

  • Joder, no tienen trabajo ninguno de los dos.

  • Juan que te conozco, hay muchas personas igual que ellos, ni se te ocurra comprometerte a nada.

  • Ya me despido y corto. ¿Vale? Te apetece que vayamos a dar un paseo.

  • ¿Ahora?

  • Sí claro, ahora.

  • No puedo, me acabo de duchar y me tengo que secar el pelo. ¿Pero qué haces?

  • Conectar el ordenador de nuevo.

  • Haz lo que te dé la gana.

  • Es sábado mujer, relájate. ¿Vamos a salir luego a la noche a algún sitio?

  • No, vamos a salir sobre las siete de la tarde, es el cumpleaños de mi sobrino Antoñito y he quedado con mi hermana que nos pasaríamos por allí a felicitarle.

  • Jo, qué planazo. ¿Y cuándo me lo pensabas decir?

    Después de comer.

  • Para que se me cortara la digestión.

  • No, sé que no te cae bien mi sobrino y me daba un poco de apuro decírtelo.

  • ¿No digas eso? Te da corte decirme que vamos al cumpleaños de Damian, con lo que quiero yo a esa criatura.

  • No le llames Damian, su nombre es Antonio.

  • Loli, ese niño está endemoniado, aparte de que es un hijo puta, cabrón, llorón y tonto. No le soporto. Hasta que no le hagan un exorcismo o algo parecido no quiero verlo.

  • Pero si es un niño, cumple hoy seis años.

  • Efectivamente, imagina cuando tenga catorce.

  • Tendremos que salir antes, para comprarle un regalo.

  • No te preocupes, yo me encargo.

  • Miedo, me das.

     

Juan se queda solo ante el ordenador, abre google y teclea: Instrumentos musicales para niños.

 

  • Aquí está, batería Pepa-Pig 2, tambores 30x17x60. Loli, ya encontré el regalo para tu sobrino. No me oye, maldito secador. OYE, APAGA ESO UN MOMENTO.

  • ¿Qué dices?

  • Que encontré el regalo para tu sobrino, lo venden aquí cerca, me voy a acercar a por él.

  • ¿Qué es?

  • Sorpresa.

  • A ver si le vas a comprar cualquier porquería de los chinos.

  • No voy a los chinos, y cuesta 38 pavos.

  • Qué generoso, no me lo puedo creer. ¿Le gustará?

  • Seguro (A tu hermana no creo)

 

 

  • ¡Hola! Ya estoy aquí

  • ¿Y el regalo?

  • En el coche.

  • Me gustaría verlo

  • No se puede, me lo han envuelto y la caja es muy aparatosa, le he tenido que quitar la bandeja de atrás al coche.

  • Juan, esa media sonrisa la conozco. ¿Qué tramas?

  • Nada. Una pregunta. ¿Tu madre irá al cumpleaños?

  • Claro,

  • Bien. (Je,je,je, sonrisa completa)

  • ¿Bien qué?

  • Nada mujer.

  • Vamos a comer, está preparado.

 

 

  • ¿Te vas a echar un rato la siesta?

  • Sí.

  • Ok.

  • ¿Y tú?

  • Sabes que nunca me echo la siesta.

  • Sí, eso lo sé. ¿Tú que vas a hacer?

  • Me pondré un rato al ordenador.

  • Lo sabía, no sé para qué pregunto.

 

  • Loli, ven un momento, mira.

  • Estoy dormida.

  • Vale bonita, muchas gracias.

  • ¿Qué quieres?

  • Mira, los chicos que te comenté esta mañana.

  • ¿Qué les pasa?

  • Es su cumpleaños, y el dueño del club les ha invitado a ir pero, no tienen medio de locomoción.

  • Que llamen a un taxi.

  • Loli, no tienen trabajo, no tienen dinero, y menos para un taxi.

  • Pues que vayan en autobús, o en metro o andando, me da igual.

  • El club está apartado de todos los sitios, no creo que haya ningún medio de locomoción público.

  • Juan, NO.

  • Pero mujer, si no nos cuesta ningún trabajo, casi nos pilla de paso.

  • ¿Tengo algo escrito en la frente?

  • No te entiendo.

  • Sí, pone “Tonta” o algo así.

  • Yo no te veo nada, espera voy a por mis gafas.

  • ¡ESTATE QUIETO!

  • Vale, vale.

  • Ellos viven en …

  • Aranjuez

  • Bien. Y el club está en La Cabrera.

  • Sí, ya lo sabes.

  • Y nosotros tenemos que ir al cumpleaños a Móstoles.

  • Cierto.

  • Me quieres explicar eso de que nos pilla de paso.

  • Bueno, hay que dar un pequeño rodeo, pero por la M50, ni te enteras.

  • Me voy a dormir un rato, haz lo que quieras Juan.

  • Vale, gracias.

 

  • Vamos a ver, pincho en su chat que están conectados.

 

  • Hola,

  • Holaaaaa, Mari Pili?

  • Siiiiiiii, estás ahí Agustín?

  • Hola qué tal, soy Mari Pili

  • Hola Mari Pili, que he leído en el muro que os han invitado al club “Polvo eres y en polvo te convertirás”

  • Sí, el dueño el Sr. Vader. Pero no tenemos como ir.

  • Ya tenéis como ir, os llevaremos nosotros.

  • Muchísimas gracias. ¿Vais vosotros también?

  • No hija, tenemos un cumpleaños, pero os recogeremos y os llevaremos hasta allí, luego a la vuelta os tendréis que buscar la vida

  • Qué alegría, voy a llamar a Agustín, que contento que se va a poner.

  • ¿No está contigo?

  • No, está en su casa, con sus padres.

  • ¿No vivís juntos?

  • No podemos, sin trabajo, sin dinero, yo vivo con mi abuela y Agustín con sus padres, ahora mismo me voy con una amiga que va al pueblo donde vive Agustín

  • Tú vives, en Aranjuez, con tu abuela.

  • Sí.

  • Y Agustín vive con sus padre en …?

  • Ocaña.

  • Hostias

  • ¿Te pasa algo?

  • No, nada.

  • ¿Entonces nos venís a buscar a Ocaña?

  • Sí, claro.

  • ¿Dónde me dijiste que vivíais vosotros?

  • En Alcalá de Henares.

  • No lo conozco. ¿Está muy lejos?

  • No, cerca de Meco, de la cárcel.

  • Cerquita entonces. ¿Del uno o del dos?

  • ¿Qué?

  • Hay dos cárceles en Ocaña, el uno y el dos.

  • Entre medias.

  • ¿A qué hora venís?

  • Pues, son casi las cuatro, tenemos un cumpleaños a las siete, calculando por encima, de Alcalá a Ocaña unos cien, de allí a La Cabrera 120, y de allí a Móstoles unos 80. Voy a despertar a mi mujer que salimos enseguida. Dentro de una hora, un poco más estaremos allí.

  • .Qué bien, nos vamos a conocer.

  • Sí, qué bien.

  • Si venís con tiempo, nos podríamos tomar algo los cuatro juntos.

  • Otro día mejor.

  • Bueno, ya sabes que no tenemos dinero, nos invitaríais, cuando tengamos dinero, os invitaremos nosotros.

  • Gracias, muy amable, bueno hasta luego.

  • Chao.

 

Juan se quedó pensando, vaya excursión que se había montado sin darse cuenta, pero lo peor era como le iba a explicar a Loli que tenían que hacer alrededor de 300 km en las tres próximas horas.

  • Loli, Loli, escucha, que tengo que salir.

  • ¿A dónde vas?

  • Ricardo que me ha llamado que le tengo que firmar un cheque que tiene que pagar una historia suya el lunes a primera hora y ya sabes cómo tenemos la firma mancomunada le tengo que firmar el cheque.

  • No tardes, tenemos que ir al cumpleaños. Por cierto y el servicio de taxi que íbamos a hacer con esa pareja.

  • Ya les he dicho que no puedo, que imposible.

  • Ves, cómo se puede decir que no.

  • Sí, claro.

  • Bueno, me voy a levantar y me voy arreglando.

  • No, cariño, échate otro ratito es pronto.

  • Sí, ya tenemos el regalo comprado.

  • ¿Qué regalo?

  • El de mi sobrino, me dijiste que lo habías dejado en el coche.

  • A sí, claro, el regalo. Bueno descansa, vuelvo enseguida.

Juan sale de su casa a toda prisa con el móvil en la mano marcando un número.

  • Ricardo, espérame en la cafetería cerca de tu casa, donde siempre, tardo diez minutos.

  • Buenas tardes, tranquilo. ¿Dónde es el fuego?

Ya en la cafetería le explica a su amigo y socio lo ocurrido.

  • ¿Y qué pretendes, que lo haga yo?

  • Había pensado en ir a buscarlos llevarlos a Torrejón y desde allí que tú les acercases a La Cabrera.

  • Vaya compromisos que te creas tú solo, pero en fin eres así y yo no te voy a cambiar, ni lo pretendo, pero vamos a hacer una cosa, déjame dos minutos que llame a Tere.

  • ¿A tu mujer, para qué?

 

  • Tere, escúchame un momento, estoy con Juan. ¿Estás en casa ya?

  • Sí, acabo de llegar, me preguntaba dónde estabas te iba a llamar.

  • Estamos abajo en la cafetería, tenemos que ir a la oficina a ordenar unos papeles que le tenemos que entregar al gestor el lunes, me llamó hace un rato y me pidió por favor que el lunes se los enviáramos a primera hora. Pero Juan tiene un cumpleaños a las siete de un sobrino de Loli, y no sabemos cuánto vamos a tardar. ¿Tú podrías llamar a Loli, y luego sobre las seis pasar a buscarla y llevarla a Móstoles a casa de su hermana? Juan intentará ir lo antes posible.

  • Vale, ahora mismo la llamo y la voy a buscar, así charlamos un rato que hace tiempo que no nos vemos.

  • Gracias cariño, ten cuidado, un beso.

  • Un beso.

 

  • Bueno ya tienes tiempo, vete tranquilo y no corras.

  • Eres un crack Ricardo, te debo una.

  • Y esa pareja que vas a llevar ¿Cómo son?

  • No lo sé, no les conozco todavía físicamente.

  • Vamos a ver Juanito de mi alma, me quieres decir que te has ofrecido a llevar a alguien que no conoces.

  • Sí.

  • Tu mujer tiene razón, eres tonto macho.

  • Bueno les conozco por el chat, bueno a ella, a él no.

  • Lárgate ahora mismo, me estoy arrepintiendo de haberte ayudado.

  • Sí me tengo que ir, ya te lo explicaré más despacio.

  • No me expliques nada, vale, lárgate.

  • ¿Te quedas?

  • Sí, se supone que estoy contigo, a ver si echamos una partida.

  • Gracias, Ricardo.

  • ¿Gracias? Iñaki por favor, pon un cubata, y en la libreta esa que tienes por ahí vas apuntando todo lo que me tome hasta finales de mes, que vendrá mi amigo Juan y te lo pagará.

  • ¿Pero no habías dejado de beber?

  • Sí, pero acabo de volver. ¿Algún problema?

  • Ninguno Ricardo, me voy.

 

Juan monta en su coche y se dirige hacia la M50, dirección sur, son las 16.30. Cuando está llegando a la población de Ocaña, llama por el móvil a Mari Pili.

- Hola.

- Hola Juan ¿Qué tal?

- Estoy llegando a Ocaña. ¿Conocéis supongo una rotonda grande que hay a la entrada del pueblo?

- Sí claro, todo el mundo la conoce.

- Pues esperarme allí, que os recojo y nos vamos.

- Pero estamos en la plaza, dónde están los soportales, pensamos que como nos íbamos a conocer, no invitaríais a tomar algo.

- Gracias por la atención, pero voy solo, quedamos otro día que estemos los cuatro. ¿Te parece?

- ¿No viene tu mujer?

- No tenemos un cumpleaños esta tarde y se ha quedado preparándose para luego.

- Qué lástima, mi chico la quería conocer, se la ve muy guapa en las fotos.

- Sí, es muy guapa, otro día nos conoceremos. Pero ahora por favor iros a la rotonda.

- No podemos.

- ¿Cómo?

- Bueno como pensábamos que ibais a venir y tomaríamos algo juntos, nos hemos pedido un par de refrescos para pasar el rato, pero como ya sabes no tenemos dinero, esperábamos que nos invitaríais vosotros claro.

- ¡La madre que me parió!

- ¡Qué pasó? ¿Tu madre está bien?

- Sí está bien Mari Pili, gracias por preguntar, no os mováis, estoy entrando en Ocaña, voy hacia la plaza.

Juan llega hasta cerca de la plaza, ve un hueco para aparcar y allí mismo se baja para irles a buscar, pero no se percata que lo ha hecho en zona azul.

  • Hola, ¿Eres Juan verdad?

  • Sí, y tú Mari Pili. ¿Y Agustín?

  • Allí sentado en la mesa del fondo.

  • Llámale por favor, que nos vamos. ¡OIGA! ¿Qué se debe aquí por favor.

  • Siete euros, señor.

  • ¿Siete euros por dos refrescos?

  • No por cuatro, señor.

  • Es igual, tenga cóbrese por favor.

  • ¿Agustín? Encantado soy Juan.

  • Hola.

  • Dame dos besos al menos ¿No Pili?

  • Claro.

  • ¿No te importa que te llame Pili?

  • Cómo quieras.

  • Bueno, vámonos. Ya son las seis menos cuarto.

  • ¿Está muy lejos?

  • ¿La Cabrera? No, a 120 km aproximadamente, un paseo.

  • Qué bien, pensábamos que estaba más lejos.

  • Me cago en …… No puede ser.

  • ¿Qué te pasa?

  • Nada.

  • ¿Este es tu coche?

  • Sí, subir.

  • Mira te han dejado un papelito en el “limpia”, nosotros estuvimos una vez trabajando en una empresa que repartía publicidad, íbamos poniendo papelitos en los “limpia”, nos despidieron diciendo que ya no tenían trabajo, pero era mentira otros amigos nuestros se quedaron y aún siguen, no entiendo todavía por qué nos echaron , yo creo que fue …

  • ¡SILENCIO! Un minuto Mari Pili por favor, disculpa no quería gritar. Oiga caballero, por favor, me acaban de multar y no veo por aquí al agente ¿Sabe por favor si ingresando ahora mismo alguna cantidad en monedas se puede anular la multa?

  • ¿Le han multado? Yo aparco aquí casi todos los días y nunca me multaron.

  • ¿No sabe entonces si se puede hacer algo o no?

  • Ni idea.

  • Gracias de todas formas.

  • ¡Espere un momento!

  • Sí, dígame.

  • ¿Usted es forastero?

  • Sí.

  • Claro, los chicos de las multas conocen los coches de los del pueblo, solo multan a los forasteros.

  • Subiros al coche por favor, nos vamos.

  • ¿Me puedo subir delante?

  • Como si te quieres meter en el maletero.

  • No se puede, hay una caja muy grande.

  • ¿Qué? Vale, vale, súbete delante si quieres.

  • Entonces tú Agustín detrás.

  • Sabia deducción señora Fletcher.

  • ¿Cómo?

  • Nada, no me hagas caso, vámonos ya.

  • Me hace ilusión montar delante. ¿Por qué pita?

  • Ponte el cinturón por favor.

  • Sí, ahora mismo.

  • Agustín ¿Fumas?

  • No, no fuma.

  • ¿Sabes hablar Agustín?

  • Claro que sabe hablar ¿Por qué le preguntas eso?

  • Por nada, Mari Pili, por nada.

  • Es un poco tímido. ¿Verdad cariño?

  • No te ha contestado.

  • Sí, ha hecho un gesto con la cabeza.

  • Vale, vale, no le fuerces.

  • Es la primera vez que vamos a un club liberal, el Sr. Vader es muy amable.

  • ¿Sr. Vader?

  • Sí, el dueño del local.

  • Se llama Justo, lo de Vader será un sobrenombre para la página.

  • ¿Un sobrenombre?

  • Sí, Lord Vader, ¿No te suena?

  • No. Entonces es un nombre falso, no lo entiendo.

  • Sí mujer es lógico, nosotros nos llamamos Pumba y Timón.

  • Si lo he visto, pero pensamos que eran vuestros apellidos.

  • No me jodas.

  • En serio, nosotros nos hemos puesto nuestros nombres verdaderos, no engañamos a nadie.

  • ¿Y qué piensas que vais a encontraros allí?

  • Hemos visto muchas cosas por Internet. Gente Sweps.

  • ¿Gente qué?

  • No sé pronunciarlo muy bien, está en ingles creo, “Swepins” o algo parecido.

  • Swinger.

  • Sí, y hemos visto que se lo pasan muy bien, llevamos mucho tiempo viendo lo que sale por Internet, y nos hemos decidido. ¿Verdad cariño?

  • ¿Te ha contestado?

  • Sí. ¿No le has visto por el retrovisor que ha hecho así con la cabeza (Mari Pili mueve su cabeza de arriba hacia abajo)

  • ¿Un gesto de afirmación?

  • No, así mira (Mari Pili repite lo anterior )

  • No, no lo he visto, cada vez que miro por el espejo y le veo mirándome con esa media sonrisa, me da … Bueno nada.

  • Sí, casi siempre está sonriendo, es muy guapo mi chico. ¿A ti qué te parece?

  • No sabría decirte ¿Diferente?

  • Es muy bueno, si consiguiera un trabajo.

  • Sería perfecto desde luego. ¿Qué profesión tiene?

  • Te lo he dicho antes, repartíamos publicidad por los coches.

  • Parabrisear” publicidad.

  • No te entiendo

  • Sí mujer, poner publicidad en los parabrisas de los coches que hay en la calle.

  • Me has entendido, es “parabriseador”

  • Y estáis buscando trabajo de eso, de “parabriseador”

  • No, nos da igual, de cualquier cosa.

  • En Getafe, en Construcciones Aeronáuticas CASA, buscaban ingenieros, podrías llevarles un curriculum de Agustín.

  • Voy a apuntarlo, por aquí en el bolso tengo que tener un bolígrafo.

  • ¿Qué vas a apuntar?

  • Lo que me has dicho, eso de Getafe para enviar el curriculum de Agustín, muchas gracias.

  • A quinientos metros hay una gasolinera, me voy a parar un momento, vale.

  • Como tú quieras. ¿Tienes ganas de hacer pis?

  • No precisamente, pero vamos a parar.

Juan toma el desvío a la estación de servicio y se dirige a una explanada con varios camiones aparcados, llega hasta el final del terreno lejos de todos, apaga el motor del coche y se baja.

  • Os podéis bajar un momentito, los dos por favor.

  • Sí lo que tú digas Juan. Vamos Agustín bájate, lo ves esto empieza a ser divertido.

  • Bien. ¿Dónde está la cámara?

  • ¿Qué cámara Juan?

  • ¿Quién ha organizado esto? Mi socio Ricardo, verdad.

  • ¿Quién es Ricardo? No te entendemos amigo.

  • Es imposible

  • Mira Agustín, o pronuncias más de dos palabras seguidas, y por favor sin gestos, y quitas esa media sonrisa de tu cara, o …

  • Está bien Sr. Juan, la verdad es que soy algo tímido, pero claro que sé hablar, usted nos ha tratado siempre muy bien por el chat, y hoy se ha ofrecido a llevarnos al club liberal “Polvo eres y en polvo te convertirás”, tras la amable invitación que nos ha hecho Lord Vader por ser nuestro cumpleaños la semana que viene de los dos, y esperamos divertirnos, estaba escuchando atentamente lo que hablaba con Mari Pili, tenga usted en cuenta que somos nuevos en esto y no me gustaría meter la pata la primera vez, llevamos mucho tiempo planeándolo y gracias a usted lo vamos a poder cumplir, entiendo que a lo mejor es una falta de educación, pero en serio, es que no he sabido en ningún momento contestarle, al menos apropiadamente, y además se nota que nos aprecia al comentarnos ese trabajo de ingeniero en Getafe, ojalá me salga, le puedo asegurar que voy a hacer todo lo posible para conseguirlo, por otra parte…

  • ¡BASTA!

  • Lo que usted diga Sr. Juan, solo quería…

  • ¡¡POR FAVOR AGUSTÍN!! Cállate, te lo ruego. Pon la sonrisa que te dé la gana y subamos al coche, todavía nos queda la mitad del camino.

  • Listos, ponte el cinturón Mari Pili, nos vamos.

  • Ya está Sr. Juan, cuando quiera.

  • Una pregunta Mari Pili, tú te callas vale Agustín, eso sonríe. En Ocaña no hay ninguna emisora de radio local, o en Aranjuez o en las cercanías.

  • Creo que sí. En una de las calles principales de Aranjuez hay un sitio con un cartel muy grande que pone “Cadena Ser”

    Madrid-Sur, creo que es una radio.

  • Seguramente, asegúrate primero y les envías un curriculum de Agustín.

  • Sí claro, tendrán publicidad para poner en los coches, gracias Sr. Juan, no se nos habría ocurrido nunca.

  • No me llames Sr. Juan, por favor, y ahora nos vamos a callar todos un ratito, vamos a poner la radio, y vais mirando el paisaje que ya estamos entrando en la Nacional I, y es muy bonito. OK.

  • Le quería hacer una pregunta Sr. Juan. ¿Qué es una felación?

¿Qué le pasa? Está llorando. ¿Sr. Juan?

 

 

 

  • No, se me ha metido algo en el ojo, no es nada.

  • Te había preguntado Juan, qué es una …

  • Te oí, lo he entendido. ¿Sabes lo que es el sexo oral?

  • Creo que sí.

  • Sorpréndeme Mari Pili.

  • Es una marca de pasta de dientes, lo he visto en la tele.

  • Muy bien, te lavas la boquita y a continuación … TE METES LA POLLA DE TU NOVIO EN LA BOCA, perdón no quería gritar, y se la chupas.

  • Eso es mamarla.

  • Exacto, es lo mismo felación que mamarla.

  • Y cuando me come el coño Agustín. ¿También se le llama felación?

  • No, tiene otro nombre, pero como tú lo dices vale también.

  • Juan ¿Me quieres comer el coño?

  • ¿Qué?

  • Pareces sordo joder. ¿Qué si me quieres comer el coño?

  • Pues no bonita, ahora mismo no.

  • No te gusto.

  • No es eso Mari Pili, ni tan siquiera lo he pensado, pero tenemos que ir a un cumpleaños, y estoy pensando en otras cosas. Discúlpame.

  • Vale, entonces yo te hago una felación. Tú sigue conduciendo.

  • No, Mari Pili por favor, voy conduciendo me puedo distraer y que tengamos un accidente.

  • ¿A lo mejor prefieres que te la chupe Agustín? Vamos cariño pásate aquí delante.

  • ¡Qué no hostias! Que no quiero que me la chupe nadie, y que tengáis clara una cosa, en caso de que me la chupara alguno de los dos, por supuesto sería Mari Pili.

  • Si te gusto Juan. Gracias.

  • Sin lugar a dudas. (A la fuerza ahorcan). Además, reservar vuestras fuerzas para el club.

  • Tienes razón hemos visto fotos y videos de orgías que duran horas.

  • Y hasta días seguidos.

  • ¿Has estado en alguna? Cuéntanos.

  • Pues no, no hemos estado en ninguna, no os puedo ayudar.

  • Pero vosotros tenéis experiencia.

  • Tampoco creas que tanto, llevamos dos años.

  • ¿Os gustaría quedar un día con nosotros?

  • Ya veremos Pili, concentraros en esta tarde.

  • ¿A tu mujer le gustará mi chico?

  • Como no, si es un encanto, en cuanto vea su sonrisa caerá en sus brazos. Es broma, eso lo tendría que decir ella, no crees.

  • ¿Ella?

  • Sí, claro ella.

  • Nos habían dicho que en estos sitios se hacía lo que dijera el hombre.

  • ¿Quién te ha dicho semejante estupidez?

  • Uno de la página, en el chat.

  • Eso no es cierto, es un club liberal, entre dos parejas siempre es cosa de cuatro, y en cualquier caso, si mandase alguien de los dos, sería la mujer.

  • No entiendo muy bien eso de liberal pero si quedamos un día los cuatro podríamos hacer una cosa que ley en un relato de esos que escriben de sexo.

  • Relatos de sexo, hay que estar “grillado” para escribir sobre esos temas.

  • Mira, quedamos un día en un bar, Agustín estará dentro en la barra, y entonces tu mujer entra y le empieza besar en los morros.

  • Sí, y tu y yo en los billares de enfrente jugando al futbolín.

  • No, nosotros desde fuera les estaremos observando.

  • En un bar público.

  • ¿Público? Cualquier bar serviría, eso sí que haya mucha gente. ¿No te excita?

  • Sí, me estoy poniendo como una Kawasaki de 800.

  • Sigo.

  • No, déjalo por favor. Por cierto lleváis protección.

  • ¿Qué?

  • Protección, preservativos, condones …

  • Sí, Agustín lleva uno en la cartera.

  • ¿Uno?

  • Sí, uno.

  • ¿Y dónde lo has comprado Agustín? No, espera, contéstame tú, Agustín que siga sonriendo.

  • No me acuerdo.

  • ¿Cuánto tiempo hace que lo lleva en la cartera?

  • Desde estas navidades. No, perdón era Navidad, pero estas pasadas no, las anteriores, se lo robamos a sus padres, jejeje. ¿Lo quieres ver?

  • No, no te preocupes, se ve que vais preparados. Bueno, estamos llegando allí es.

  • ¿Dónde?

  • Ahí, en ese edificio. Voy a aparcar.

  • Pero no pone nada.

  • Tranquila, lo están reformando, normalmente tiene un luminoso grande, y cada vez que alguien toca el timbre lanzan cohetes.

  • ¿Sí? Que guay.

  • Llama a ese timbre, por favor.

 

  • Buenas tardes Justo, aquí Mari Pili y Agustín.

  • A sí, pasad. ¿Te vas Juan?

  • Sí, tenemos una fiesta familiar, ya nos veremos.

  • Hasta pronto Juan.

 

  • Pufffffffffff, como diablos me meto en estos líos.

Juan se subió al coche en dirección Móstoles, ya más tranquilo, de camino recordó la tienda donde había comprado el regalo, había otra tienda igual en Móstoles, se paró, descambió la batería por un balón, no quería que Loli se enojase más, llegaba tarde, no la había llevado él, en fin …

  • Hola

  • ¿Dónde andas? Llegas tarde ya le han dado todos los regalos al niño, falta el nuestro.

  • Sí, toma.

  • Pero esto envuelto, parece un balón, no me dijiste que casi no cabía en el coche.

  • Por eso he tardado un poco más, lo cambié, el otro regalo tenía muchas aristas y cosas con las que el niño se podría hacer daño.

  • Vaya, que considerado.

  • Sí, el cabrón del niño que lo muerde todo, a ver como cojones muerde el balón.

 

Pasaron varios días, hasta que una noche Juan entra en la página, y le salta el chat de Mari Pili y Agustín.

  • Hola

  • Buenas noches, ¿Qué tal?

  • Bien, en casa.

  • ¿De tu abuela?

  • Sí.

  • Qué tal el otro día ¿Lo pasasteis bien?

  • Yo sí.

  • ¿Y Agustín?

  • No tanto, es que mi chico tiene un problema.

  • Uno?

  • Sí se corre enseguida, en cuanto le tocan.

  • Sí tiene un problema, sí.

  • Se fue a la barra enseguida a tomarse algo y ya no volvió a las camas. Cogió un pedo del 15.

  • Pues vaya.

  • Menuda bronca le eché.

  • ¿Y tú si te lo pasaste bien, sin él?

  • Sí, primero con una pareja, con los dos, después un hombre que no sé de dónde salió, estaba muy oscuro, me fui afuera a tomar algo me invitó una pareja, algo viejos, pero también, me quedé medio dormida, estaba muy cansada, pero de pronto noté que me tocaban por todo el cuerpo, eran los viejos otra vez, me dijeron que no me preocupara que ellos nos llevarían a casa, bueno vale, pues otra vez.

  • Vaya una fiera.

  • Quedé destrozada, y mi chico borracho en la barra, él se lo perdió.

  • Mari Pili, solo llevabais un preservativo, supongo que aquella gente llevaría también.

  • No, no hizo falta.

  • ¿No?

  • La primera pareja, él se lo puso, le dije que no hacía falta, pero bueno él quiso. Los demás no.

  • Mari Pili, me tienes desconcertado.

  • ¿Por qué?

  • ¿Entonces es que no hubo penetración?

  • Por supuesto que no.

  • Bufffff

  • ¿Qué te pasa?

  • Nada he resoplado, tenía contenida la respiración.

  • A mí solo me penetra mi chico.

  • Me parece muy bien. Si le da tiempo claro.

  • Bueno pues ya tenemos experiencia, un día tenemos que quedar los cuatro.

  • Tú sí, pero “risitas”

  • ¿Quién es risitas”

  • Es un sobrenombre cariñoso, recuerdas, Lord Vader, Pumba y Timón, …

  • Sí me acuerdo, los nombres falsos.

  • Eso.

  • Y mi chico dice que no se acuerda de nada, que quiere volver, pero no tenemos dinero.

  • No penséis en eso, lo primero es conseguir un trabajo, que os podáis ir a vivir juntos, y después lo demás.

  • Ya pero no encontramos nada, fui a la Cadena Ser, pero me dijeron que no tenían publicidad para repartir que toda su publicidad la hacían por radio.

  • No desesperes, tarde o temprano conseguiréis algo.

  • Nos podíais invitar vosotros, cuando tengamos dinero os lo pagaremos.

  • No Mari Pili, dedicar vuestro tiempo en pensar cómo conseguir un trabajo, no os obsesionéis con esto.

  • Vale, no quieres invitarnos.

  • No, por vuestro bien no.

  • No me importa, he hablado con la pareja de viejos, y vamos a ir a su casa.

  • Ya sois mayorcitos, tened cuidado donde vais. Te dejo, voy a cenar. Un beso.

  • Adiós Juan.

 

 

  • No cenas ¿Te pasa algo Juan?

  • Perdón Loli, estaba pensando, acabo de hablar con la chica de la pareja joven que íbamos a acercar el sábado pasado.

  • Al final fueron. Lo ves la gente se busca las mañas, tú solo no puedes arreglar todo. ¿Qué piensas? ¿Qué te ha dicho?

  • Por un lado me ha dejado sorprendido, lo tiene muy claro, pero por otro, no sé. Como diría tu madre, yo pienso que les falta un “hervor”.

  • Juan, cena por favor, y mírame, se acabó.

  • Tienes razón Loli. Se acabó, no soy nadie para decirles lo que es bueno y malo.

 

 

 

 

 

Pasaron los días, Juan solía conectarse por las noches con la página, y observó que ellos estaban conectados casi siempre, pero nunca “pinchaban” en su chat, lo cual agradecía.

Así pasaron dos meses, hasta que un día …

  • Hola

  • Hola, buenas noches.

  • Sí,

  • Mari Pili ¿estás ahí?

  • Sí.

  • ¿Qué tal, cómo estáis?

  • ¿Mari Pili, me vas a contestar?

  • Bien, si no quieres hablar conmigo, por favor no cliques en nuestro chat.

  • Buenas noches.

  • Juan

  • Vaya, dime.

  • Tengo un problema.

  • Si te puedo ayudar, cuéntamelo, si no es así, no lo hagas.

  • Es que no lo sé.

  • ¿Qué no sabes?

  • Si me puedes ayudar.

  • Joder. Adelante.

  • Te vas a enfadar tú también.

  • Te prometo que no, te noto preocupada.

  • Creo que estoy embarazada

  • Juan

  • Juan contesta

  • ¿Y qué te digo?

  • No sé.

  • Será de Agustín, me dijiste que nadie te penetraba excepto él.

  • Es que

  • ¿Qué?

  • Estaba equivocada

  • ¿Equivocada en qué?

  • En lo de la penetración

  • Despacio, primero ¿Qué entiendes tú por penetración?

  • Pues, que me la metieran por detrás.

  • De puta madre. Pero tú eres tonta. Tienes casi treinta años.

  • Me lo dijo una prima de Agustín.

  • ¿Qué te dijo?

  • Que solo te quedabas embarazada si te penetraban por detrás.

  • La madre que me parió. Y el preservativo que tenía en la cartera lo seguirá teniendo claro.

  • Sí, ¿Por qué?

  • Que os creías que era inalámbrico. ¿O qué?

  • No sé, y no es eso solo, mi abuela se ha dado cuenta, y me ha dicho que como esté preñada me echa de casa.

  • Bien, la abuela ayudando. Y Agustín qué dice.

  • Le echa la culpa a los viejos.

  • Eso no es así.

  • Ya, yo lo sé, que es culpa nuestra.

  • Más te había valido guapa que te hubiesen dado por el culo que no es pecado.

  • Lo ves, te enfadaste.

  • Y qué crees que puedo hacer yo. ¿Dime?

  • Nada, tú no tienes la culpa de nada

  • Entonces, cuéntame.

  • Sólo quería contárselo a alguien.

  • Joder, Mari Pili.

  • Gracias Juan.

  • ¿Gracias?

  • Por preocuparte por mí

  • ¿Qué piensas hacer?

  • No lo sé.

  • Y si te echa tu abuela de casa ¿Dónde vas a ir? ¿Te irías con Agustín a casa de sus padres? Por cierto, nunca me has comentado nada sobre ellos. ¿Y tus padres?

  • No es mi abuela Juan.

  • ¿Cómo que no es tu abuela?

  • No.

  • Espera, tiempo muerto …

 

  • Me he exaltado, perdona, no soy nadie para reprocharte nada. Ahora por favor si quieres explícamelo, despacio vale, no te volveré a regañar.

  • No es mi abuela, y yo no tengo padres, bueno los tendré o no sé si viven o no, nunca los conocí.

  • Mari Pili … buffff, continúa si quieres.

  • Que nunca he tenido padres Juan, crecí en un hospicio de Madrid con más niños, nunca nadie me dijo nada, ni de cómo había llegado allí.

  • Joder, no … sigue.

  • Cuando era pequeña tendría unos seis años me adoptaron.

  • ¿Y?

  • Me pasaba algo, me llevaron a especialistas y me diagnosticaron un pequeño retraso mental.

  • ¿Y?

  • Me llevaban a colegios especiales, pero …

  • ¿Pero qué?

  • Según ellos se tenían que desplazar durante varios años por cuestiones de trabajo a un país de África central, allí no había centros donde me pudiesen llevar, no me podrían cuidar, regresé a mi casa, con las monjas.

  • Vas a conseguir que llore.

  • No, tranquilo, es mi vida, no tuve suerte nada más.

  • ¿Suerte?

  • Sí suerte, con unos doce años me adoptó una pareja joven, eran geniales, sabían lo que me pasaba y no les importaba, fueron los dos años más felices de mi vida.

  • ¿Y qué pasó?

  • No tengo 28 años como te dije, tengo 23.

  • Cuando te vi lo pensé. ¿Qué pasó?

  • Murieron los dos en los atentados de Atocha.

  • Pero, no puedo asimilar todo esto, no puede ser.

  • ¿Por qué?

  • Perdona, perdona, perdona …

  • Tranquilo, ya pasó.

  • ¿Con quién vives ahora?

  • Con mi abuela, somos en total cinco chicas, vivimos en una casa de acogida con una vieja, cariñosamente la llamamos “abuela”. La pagan por alojarnos allí.

  • Bien, voy a hacer una llamada ahora mismo, tengo un amigo que me debe varios favores y emplea a bastantes chicas, estudiantes, amas de casa, trabajos de manipulado y cosas de esas, no parece complicado, le voy a pedir que os dé trabajo a los dos, eso lo primero, cuando veamos lo que podéis sacar al mes buscaremos un piso compartido con otras parejas jóvenes, es decir alquilar una habitación y compartir la cocina, el baño, etc … No te vayas que ahora mismo te digo algo. Vale?

  • Juan espera.

  • No te preocupes, todo se arreglará.

  • Espera hombre, tranquilo, cuenta diez hacia atrás, respira.

  • Sí, tienes razón, me sorprende tu aplomo.

  • No puedo seguir.

  • Te comprendo, pero os ayudaré, te lo prometo.

  • No, no me entiendes, y sé que nos ayudarías.

  • Lo haré.

  • Juan.

  • Dime.

  • Eres un gilipollas encantador. No, no puedo seguir.

  • No te entiendo.

  • Que no puedo seguir con esto.

  • ¿Esto?

  • Sabes, nunca pensé que haría lo que voy a hacer. Te voy a liberar, eres tan …

  • ¿Tan qué?

  • Sabes a cuantos payasos desplumamos al año entre Gus y yo.

  • ¿Gus?

  • Sí Gus, y llámame Sonia por favor, es mi nombre.

  • ¿Todo ha sido un montaje?

  • Jajajja, pobrecito mío. No cambies nunca Juan.

  • Espera, espera.

  • Ciao Juan.

 

FIN