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Mi mujer accede a probar a con el perro (4)

en Zoofilia

Ahí estaba ella, tumbada, durmiendo plácidamente. Yo hacía ya un rato que tenía los ojos abiertos pero no conseguía levantarme de la cama. La habitación aun olía sexo y no había rastro de nuestro perro por ningún lado. Seguro que estaría en alguna otra parte de la casa.

Me debatía en si seguir durmiendo o levantarme. Al final decidí levantarme y darme una ducha.

Me levanté con mucho cuidado para no despertarla. Y pude contemplarla. Me encantaba verla dormir, y sobre todo si estaba desnuda. Amaba a esa mujer y la sigo amando. Es el amor de mi vida. Estoy loco por ella. Y desde ya hace un tiempo me ha demostrado que con el paso del tiempo uno puede enamorarse aún más de una persona.

Pude ver que toda ella estaba plagada de pelos de nuestro perro. Se le habían quedado la noche anterior. También tenía unas buenas marcas de arañazo por toda la espalda, por suerte se podrán tapar con una camiseta hasta que se curen.

Me metí en la ducha y dejé caer el agua sobre mi cabeza. Necesitaba pensar. Me enjaboné y me aclaré y mi mente no dejaba de dar vueltas. Dejé correr el agua caliente sobre mí un buen rato más.

- La noche de ayer fue genial. Perfecta. O casi perfecta. Lo había tenido todo. Mi mujer se había soltado la melena y me pedía a gritos sexo salvaje. Y yo se lo di hasta dejarla anestesiada. Si fuera por mí se lo haría todos los días. Pero me faltó algo. Joder sí que me faltó algo. Si me hubiese dejado su culo sí que hubiese sido la noche perfecta.

Por qué cojones insiste tanto en esto. ¿Es que no entiende que me pone muy burro hacerlo por detrás? Por qué no se deja… Si ya se, su estúpida obsesión y promesa de que tengo que hacerlo yo primero. No se le pasará nunca. Pero es que yo no quiero hacerlo. Eso es de gays. Y a mí los tíos no me van. ¿Por qué tengo que hacerlo? ¿Sólo porque me lo pida ella? No lo voy a hacer.

Pero ella no se ha negado a nada de lo que le he pedido. Le pedí lo del perro y ella accedió, y mira hasta donde hemos llegado. - Pensé

Entonces me imaginé a mi mujer a mi lado a cuatro patas pidiéndome que la follara por detrás mientras yo le lamia el ojete con mucha ganas.

- Cómo me gusta lamerle el culo, lo tiene tan perfecto. Está muy sabroso. Ojalá se dejara. ¿Le gustará cuando le meto la lengua por el culo? Espero que si.-

Mis pensamientos me traicionaron y se alinearon con mi polla que tras unos pensamientos así no hizo más que reaccionar. Mi polla se puso dura.

- Joder, solo es sexo anal, y ha dicho que me dejará su culo si le doy el mío. ¿Sólo sería una vez no? No pasará nada. ¿No me haré gay ni nada no? Bueno, creo que tiene sus recompensas... Creo que lo voy a intentar. –

Salí de la ducha resistiéndome las tentaciones de masturbarme. Pero al final lo conseguí. Se tranquilizó todo. Me vestí y me fui a preparar el desayuno.

El día pasó con total normalidad, no hubo comentario alguno al respecto por parte de los dos. Fue simplemente una noche más de lujuria y sexo. Fue al llegar la noche, tras cenar y sentarnos relajados en el sofá mientras veíamos una peli mala en la tele, de esas que en su título terminan en TOTAL, como DIVORCIO TOTAL o MUETE TOTAL, que no me animé a comentar nada.

- Cariño-

- Ajam- Respondió sin quitar la vista de la tele

- Lo de ayer…. Esto…-

- No digas nada,- Dijo girando la cabeza hacia mí – Lose, simplemente espectacular ¿No crees?-

- Si-

Hubo un silencio por parte de los dos. No sabíamos cómo seguir la conversación, pero yo quería hablar así que tuve que armarme de valor.

- He estado pensando-

Entonces fue cuando se giró y me prestó atención.

- He estado pensado sobre algo que me dijiste. Ya sé que a veces puedo ser algo tosco y que no te mereces esto, pero es que me da mucha vergüenza y rompe muchos esquemas míos. Yo sé que tú has dicho que si a muchas cosas, y te lo agradezco, pero…. Joderrr… se me hace difícil eh…- Pasé mi mano por mi pelo.

- ¿El que se te hace difícil?

- Espera déjame hablar, no me interrumpas, que me cuesta decirlo y si hablas pues me quitas la valentía-

- Vale vale, sigue-

- Pues he estado pensando en lo que tú me pediste a cambio de tu culo - Entonces vi como levantaba las cejas sorprendida - He estado pensando ya que por ejemplo, ayer me hubiese gustado hacértelo por detrás y no pudo ser. Y sé lo que me pediste a cambio de poder hacértelo y me lo he pensado y bueno… estoy dispuesto a probarlo.

- ¿A si? – dijo sorprendida

- Si pero, que conste que no me gustan los tíos, que solo lo hago para poder hacértelo a ti. – Vi una sonrisa plena en la cara de Lidia.

- A ver, que te dejes penetrar no significa que te gusten los tíos.-

- Es una práctica gay -

- No, te equivocas, no es una práctica gay, es de lo más común de lo que te imaginas. He estado buscando información por si ….

-¿Buscando información? – Interrumpí – ¿Quién busca información sobre esto?

- Pues a alguien que le interesa-

- ¿A ti te interesa esto?-

- ¿Te gusta el sexo anal en hombre?-

- NOOOooo.. Es que todo lo tienes que liar de verdad-

- Pues no lo entiendo, que es lo que te “interesa”-

- A decir verdad más que buscar información he visto unos cuantos videos de chicas penetrando a chicos.

- ¿Si no?-

- Si

- Pues te costará encontrarlos

- Pues a decir verdad no. Hay montones, y es súper fácil encontrarlos.

- Y paraqué buscas eso

- Pues porque me gusta.-

- Te gusta ver a mujeres penetrando a hombres. -

- Pues sí, es algo que me gustaría que hiciéramos. -

- ¿Eso es lo que quieres hacer conmigo? -

- Si.-

- ¿Intercambiar los papeles? -

-Si -

- Pero… ¿solo una vez no? -

- ¿Solo una, por qué? -

- Porque es lo que habíamos dicho, que si yo lo hacía tú me dejabas darte por detrás.

- A decir verdad yo no he dicho eso, yo he dicho que mi culo haría lo mismo que tú, si tú te dejabas yo me dejaba, y si querías ver como Rody me daba tu tenías que dejarte dar también. Pero eso no implica que sea para siempre. Cada vez que quieras darme primero tendré que darte yo a ti. -

- Eso no es lo que habíamos quedado.-

-  Yo creo que lo dejé muy claro. Pero vamos a ver. ¿Qué problema tienes?-

- ¿Yo? Ninguno. -

- Hombre, se ve que te pasa algo. ¿Tienes miedo?-

- Miedo de que. ¿De qué me duela? -

- No, creo que tienes miedo de que te guste.-

- No me va a gustar, eso lo sé, lo hago únicamente para conseguir tu culo. Nada más.

- Mira cariño - Me puso la mano en la pierna a modo que sus palabras fueran sonaran más tranquilizadoras - No quiero alargar mucho más esto, me parece que estamos rizando el rizo y ya roza lo absurdo. Vamos a hablar claro y lo dejamos zanjado. Empiezo yo. A mi este royo de intercambiar papeles es algo que me gustaría probar. Me gustaría que te involucraras en el asunto y participaras. Pero no por obligación, sino por gusto. Me he imaginado un montón de veces con un arnés y dándote estando tu a cuatro patas. Solo la idea de pensarlo me riza el vello – Se señaló el pelo del brazo para demostrar que se había rizado – Yo sé que tienes una confusión en la cabeza monumental. Crees que esto es de homosexuales y que esto no va contigo. Lose, porque te conozco pero aun que fuera así, ¿Qué más da?. Tu estás conmigo, yo soy tu mujer y tú eres mi marido. Y me encanta que esto sea así. No me importaría que fueras bisexual, homosexual, hombre, mujer o lo que fuese porque yo me enamoré de ti como persona. Y si decides probarlo y te gusta genial, si crees que te van a gustar los hombres por esto, pues también genial, invitaremos uno a casa y lo probaremos. Pero aun así estoy convencida de que seguirás enamorado de mí. Igual que yo lo estoy de ti. Hace ya algún tiempo que nuestra relación sexual ha cambiado, a mejor o peor, nadie lo sabe, pero ha cambiado. Las cosas que hacemos no creo que sean muy comunes y seguramente si la gente se enterara nos tacharía de locos. Pero qué más da. Si lo que hacemos lo hacemos con quien queremos. Es sexo, placer y lujuria. Aprende a disfrutar de eso como he aprendido yo y empezarás a ver la vida con otro mundo. Pruébalo, si aun así ves que no te gusta no te insistiré más. Pero sé que te gustará, sé que te morirás de vergüenza pero al final me pedirás que sea yo la que te folle. -

- Estas tú muy segura de que me gustará-

- Si, lo sé porque te conozco, sé que eres un morboso y te va a gustar. –

- Y cómo va esto ¿Simplemente me pongo a cuatro patas y ya? -

- No cariño no. ¿Te parece si lo hacemos poco a poco? Te enseñaré a hacerlo bien, a hacerlo limpio y a que no duela. Así no tendrás queja alguna.-

- Lo pintas todo tan bonito que parece que es lo mejor del mundo -

- ¿Bueno, no dicen que el punto G de los hombres está allí detrás? -

- Eso dicen.-

- Bueno pues ya me dirás si lo encuentro o no -

- ¿Quieres hacerlo esta noche?-

- Me encantaría pero no tengo arnés ni nada.-

- ¿Entonces, cuando?-

- Pues, no lo sé, pero que tal si miramos por internet alguna sex-shop a ver si encontramos algo. Más que anda porque me da vergüenza ir a una tienda física-

Cogimos el portátil y empezamos a buscar sex-shops en internet como locos. Me sorprendió la cantidad de artículos que había respecto a este tema. Arneses de todo tipo con consoladores de todos los tamaños, formas y colores. Era ya de madrugada cuando aún seguíamos buscando en internet.

- Creo que ya está. Ha costado pero al fin. Pásame la cartera del bolso que tengo la tarjeta para pagar.-

Al final compramos varios artículos. Nos decidimos por un arnés ajustable en el que se podían intercambiar diferentes dildos. Escogimos uno acorde al tamaño de mi pene. Para que según ella supiera lo que siente cuando soy yo el que la penetra. Encontramos también un consolador que no dudamos en comprar. Era uno con forma de polla de perro, bastante grande, con el color y las venitas rosadas y con la bola completamente desarrollada. Además nos hicimos con un poco de lubricante y un artículo que según ella era imprescindible. Una pera de esas para hacer una limpieza.

 - Creo que ya va siendo hora que nos vayamos a la cama - Dije bostezando y estirando los brazos.

- Antes, mira – empezó a buscar en internet hasta que en el monitor apareció una conocida página de videos porno. Tecleó en el buscador de la web “strapon” y apareció un sinfín de videos donde claramente se veía esa modalidad sexual. Anduvo buscando alguno que la miniatura de la imagen le llamara la atención hasta que finalmente eligió uno.

El primer video porno que veo con mi mujer y tiene que ser de este tema. Aun así me ponía el royo este de ver sexo con ella.

El video ya empezó con los protagonistas en acción. Un buen consolador le colgaba entre las piernas de la mujer mientras se lo incrustaba perfectamente por el culo del tío. Ella movía las caderas muy suavemente mientras él recibía con gusto.

- Esto es lo que quieres hacerme-

- Si, es lo que quiero, te follaria hasta que te corrieras-

- Eso mismo es lo que pienso yo ahora de ti. Te fallaría hasta que te corrieras – le respondí.

Ella entendió la indirecta y empezó a tocarme por encima del pantalón. Mi polla ya estaba dura y deseosa de salir. Ella no se lo pensó dos veces, se arrodilló frente a mí y con un gesto muy rápido cogió mis pantalones y mis calzoncillos y me los quitó. Ahora mi polla estaba libre, o eso creía ya que tras soltar Lidia la ropa a un lado fue directa a por mí polla hasta tenerla prisionera en su boca. Empezó a mamármela como sólo ella sabe hacer.

Su boca cubría mi polla y sus manos empezaron a jugar con mis huevos. Su cabeza subía y bajaba y mi miembro se perdía en su interior húmedo. Sus labios rodeaban perfectamente el pene y sus ojos no dejaban de mirarme directamente.

Pero la sacó y dejo de mamármela. Desplazo la polla, bajó su cabeza y con su lengua empezó a lamerme los huevos. Se los metía en la boca, los saboreaba, los escupía, jadeaba un poco y volvía a por ellos

- Me encanta que hagas eso- Le puse la mano en su cabeza

Pero en esta ocasión no se quedó allí como hacia siempre. Esta vez siguió bajando, su lengua empezaba a lamerme la zona baja de los huevos, una zona hasta ahora sin explorar.

Los huevos le quedaban encima de su cara y ella seguía recorriendo son su lengua mi piel. Puso sus manos debajo de mis piernas por la zona trasera de las rodillas y me las levantó.

- Sujétalas – Ordenó

Yo jamás había estado así, siempre lo había estado Lidia y yo era el que le comía el coño. Me sentí extraño, pero intentaba estar abierto a esta nueva experiencia.

Volvió a meterse mi polla en su boca, pero solo unos segundos. Solo para asegurarse de que estaba tiesa antes de seguir con su trabajo. Volvió a lamerme la zona que había dejado atrás, su lengua llegó por fin a mi ano. Sin llegar a tocarlo empezó a dar círculos alrededor de este. Juagando como nunca con su lengua. Lamiendo como una perra y salivándome por todo.

Entonces pasó al ataqué un lametazo recorrió todo mi ano. Joder, la verdad es que me gustó mucho la sensación. Volvió a pasar su lengua por mu agujero cerrado y yo volví a estremecerme.

Ella lo notó y prosiguió, esta vez no apartó la lengua, empezó a lamer directamente con pequeños lametones el agujero sin salirse, movía su lengua y me gustaba, me gustaba mucho. Con sus manos separó mis nalgas y hundió su cara en mi culo. Sacó su lengua y la utilizó para metérmela por el culo todo lo que pudo y más. Al principio me resistí unos segundos haciendo fuerza y cerrando el esfínter pero, joder, que puto gusto.

Cogió aire y volvió a incrustar su cara. Yo me acomodé en el sofá, me puse en una posición mejor, con el culo más accesible para ella. Le cogí la cabeza y me la apreté para mí.

Su lengua recorría mi culo, mi agujero reclamaba esa lengua y ella se la estaba dando.

Volvió a tomar aire, esta vez sus dedos tocaron mi agujero. Cosquillas placenteras, con el simple roce de sus dedos hizo rizarme el pelo. No estaba acostumbrado a que me tocaran allí abajo. Jugaba con su pulgar, a veces con su índice. Escupía un poco para lubricarlo todo.

- ¿Quieres que siga? ¿Quieres que te meta un dedo? -

Asentí con la cabeza

Y así lo hizo. Empezó a hacer un poco de presión con el dedo índice en la entrada de mi culo salivado. Solo metió la primera falange y yo lo notaba. No dolía nada, pero notaba que intentaba entrar. Volvió a sacarlo y a escupir en mi culo.

- Tiene que fluir todo muy bien.-

Esta vez con movimientos suaves y con ligeros movimientos de mano ondulantes metió hasta la segunda falange. Lo sacó otra vez. Le dio la vuelta a la mano, esta vez hacia arriba. Se incorporó un poco para llegar a mi polla que inmediatamente empezó a engullirla. Y me penetró. Noté como su dedo se adentraba en mi interior y como el resto de sus dedos de la mano chocaban con mi culo cuando el dedo lo tuvo enteramente dentro de mí. Empezó a mover el dedo en cirulos dentro de mi culo explorando mi interior.

- ¿Te duele? – Preguntó

- No – Conseguí responder al dejar de jadear de gusto

- ¿Te gusta? -

- Si -

- Voy a meter otro dedo, si te duele avísame.-

Yo no respondí simplemente me recline hacia atrás para disfrutar.

Ella hizo lo que dijo. Sacó su dedo y empezó otra vez, pero esta vez con dos. Entraron sin dificultad y yo gemí al notarlos enteramente dentro.

Ella empezó a sacarlos y a meterlos suavemente. A cerrar los dedos cuando los tenia dentro de mí y a hacer un poco de presión.

No tardé apenas más que unos pocos minutos cuando empezó a estallar todo.

- Me coorrro..-

Ella simplemente dejó su boca en mi polla, no se la sacó y yo descargue todo lo acumulado dentro de ella. No dejó escapar ni una sola gota.

Es increíble lo que un par de dedos puede llegar a provocarte. Esa noche dormí muy a gusto. Pero fue al despertarme cuando realmente me di cuenta de lo que había hecho. Me daba mucha vergüenza y no sabía por qué. Intenté no mencionar nada a mi mujer y ella parece que hizo lo mismo.

Pasaron algunos días y no volvimos a hacerlo hasta que llegó el día que llegó el paquete mágico del sex-shop.

Lidia se probó el arnés y sorprendentemente estaba muy sexy con el puesto. Aunque a decir verdad el consolador era de un tamaño algo superior a mi polla. Me explicó detalladamente que debida de hacer con la pera y cómo debía proceder correctamente a la limpieza anal. Escuchar cómo tu mujer te explica gráficamente como tienes que limpiarte el recto no tiene precio alguno. Hasta se ofreció a ayudarme. Lógicamente rechacé la ayuda.

Mientras guardábamos los utensilios a la espera de encontrar una oportunidad para usarlos Lidia sacó un tema que teníamos algo olvidado.

- He quedado con Jessica para este fin de semana, la he invitado a cenar.-

- ¿Ya? ¿Pero sabe algo? ¿Qué te ha dicho? ¿Se apunta al trio?- Me puse nervioso de golpe.

- No, aún no sabe nada, la he invitado a cenar para ir tanteando. Para ver como reacciona a diferentes estímulos. –

- ¿Qué tipo de estímulos?-

- Pues no sé, ya se me irán ocurriendo según vea la situación. Pero vamos, la idea es ver cómo reacciona. ¿Qué hará si te doy un morreo muy largo delante de ella? O le hago insinuaciones picantes… cosas de esas.

- Pues… pues creo que deberíamos ir a comprar alcohol y lo que quieras hacer para cenar. Un buen vino, dos botellitas, para animar la cena. ¿Te parece?

- Yo había pensado en no complicarnos mucho la vida, una ensalada y algo para picar, nachos o algo no muy pesado.

- Bueno lo que tu decidas, pero que no falte vino.

Entonces llegó el día. Jessica era la mejor amiga de mi mujer y estaba harto e verla por casa pero esta era la primera vez que la veía desde que mi mujer me propuso lo del trio con ella. Aunque siempre ha estado muy buena y la he mirado con ansias, intentando ocultarlo para que mi mujer no se diera cuenta, ahora cabía la posibilidad de que termináramos en la cama todos juntos. Pero hoy no, según mi mujer era solo de prueba. Además, para garantizar que solo estaba allí de tanteo mi mujer me informó que esa misma mañana le había bajado la regla.

Entró por la puerta, ella y las gemelas que traía. A sabiendas que las tenía grandes y operadas lucía un generoso escote que le llegaba hasta la parte de debajo de los pechos dejando claro que no portaba ningún sujetador que las sujetara.

- Te esperábamos, pasa – Dijo mi mujer mientras le daba dos besos

- ¿Cómo estás? – Le dije yo al besarla.- ¿Tienes hambre?-

Pasamos al comedor donde ya estaba la mesa preparada con en bol de ensalada en medio.

- Voy a traer el resto de comida- Dije, pero no obtuve respuesta alguna de parte de las dos. Ya se habían enfrascado en una de sus conversaciones eternas que ellas sólo sabían de que iban. En muchas ocasiones yo me mantenía al margen añadiendo algún comentario, pero a decir verdad casi nunca sabia de que hablaban.

Durante toda la cena Jessica hizo gala de su escote, tanto para mí como para mi mujer. Que no perdía oportunidad alguna para lanzarle una mirada al centro de la pechera. Pero no se llegó a más hasta que terminamos de cenar.

Recogimos la mesa y dejamos solamente el vino. Con la tontería de brindar sacamos unas hierbas dulces que siempre entran muy bien.

Entonces Lidia empezó.

- Tanto vino y de esto – señaló la botella del licor de hierbas – me está empezando a afectar. Me están dado calores. Que sepas cariño que esta noche no te libras – Dijo señalándome con el dedo y terminando con una buena carcajada sonora.

-Aix que suerte tenéis los dos – Dijo suspirando la invitada- Yo cuando llegue a casa estaré sola, pero vosotros por lo menos os podéis consolar.

Punto para Lidia, pensé. Esta está necesitada. Se me habían ocurrido un par de comentarios ingeniosos pero no pude más que decir vagamente:

- ehh, sí.. Será que porque no has encontrado a la persona ideal – Estúpido, estúpido, estúpido, que mierda de comentario es ese?

Tanto Jessica como mi mujer hicieron caso omiso y la velada siguió adelante. Mas vino, mas charlas, las risas. En un momento dado mi mujer torpemente o a posta se derramo un poco de vino de un vaso encima de la camiseta.

- Joder, que torpe soy. Espera un momento que me voy a cambiar de camiseta y vengo. –

Se levantó y cuando pasó por mi lado no pudo reprimirse. Me cogió la cara y empezó a comerme la boca. Su lengua buscaba la mía, se incrustaba en mi garganta intercambiado saliva.

-Madre mía si te pillara ahora. Lástima de la regla uixxx.- Dijo a la vez que me soltaba bruscamente y se dirigía al cuarto.

Miré a Jessica y no pude hacer más que una muesca como pidiendo perdón por el espectáculo. Pero ella solo me devolvió una sonrisa sincera y extrañamente de deseo.

- ¿Bueno,… y que tal tu trabajo? Sigues trabajando en… donde era… a ya de recepcionista en esa oficina? -

- Si, sigo allí y la verdad es que estoy muy bien. Tiene un buen horario y sueldo así que no me puedo quejar.-

- Que bien-

Se produjo un silencio algo incómodo, no sabía que decir ni dónde mirar. Bueno, mirar sabía dónde mirar, a sus tetas pero intentaba no hacerlo. Ella empezó a colocarse el pelo.

- ¿Quieres más hiervas? – Pregunté

- Venga, pro solo un poquito que ya lo tengo muy subido-

Le llené más de la mitad del vaso. Así cogería una buena borrachera. También hice lo mismo con el vaso de Lidia y con el mío.

Entonces apareció mi mujer. No solo se habia cambiado de camiseta, sino que se puso un mini pijama. Era un pantalón muy corto que usaba ella para dormir, donde se le podía apreciar la parte de las nalgas donde conectan con las piernas. Y una camiseta de tirantes. Se había recogido el pelo y se había echo un moño. Lo más gracioso de todo eran las zapatillas destrozadas y viejas de andar por casa que llevaba puestas.

- He pensado que, esta noche es mejor que se quede a dormir aquí Jessica, no creo que sea prudente que conduzca a casa con todo el alcohol que hemos tomado, que te parece cariño?-

- Por mi bien pero ¿Dónde va a dormir?

- Si quieres, preparamos el sofá y duermes aquí, ya que la habitación de invitados la tenemos llena de trastos, pero si quieres, despejamos y duermes allí.

- Bufff, madre mía, mejor no, no me he traído nada, ni ropa ni nada.. Otro día de verdad.-

- No seas tonta, yo te dejo una camiseta y un pantalón.-

- No quiero molestar -

- No es ninguna molestia de verdad. ¿A qué no? –

- Ninguna- Respondí

- Entonces decidido, te quedas – Dijo afirmando mi mujer.

- No de verdad, no quiero molestar-

Pero ya nadie le hizo caso. Sacamos una almohada extra y una sábana para cubrir el sofá y otra para taparse. Además de proporciónale ropa para dormir. He de reconocer que aun que Jessica tuviera unas buenas tetas la que realmente estaba sexy era mi mujer. Esa elegancia nata no la tiene mucha gente y solo ella sabe llevar con sensualidad un pijama.

La noche transcurrió con algún comentario subido de tono por parte de ellas dos y con alguna que otra insinuación muy generosa por parte de mi mujer, pero se llegó a más. Al final todos nos fuimos a acostar.

- Creo que dirá que sí. –

- ¿Tu crees? – Pregunté a mi mujer mientras estábamos tumbados los dos en la cama ya a punto de dormir.

- Si, sin duda.-

Empecé a tocarle las tetas a mi mujer. El alcohol se me había subido a la cabeza y quería sexo. Ella me correspondió y me besó apasionadamente mientras que metía la mano por dentro del pantalón para cogerme la polla empezó masturbarme.

Yo hice lo mismo, quise meterle la mano por debajo de pantalón, intente apartar un poco la pierna y acceder por debajo, pero ella me apartó la mano.

- No, tengo la regla-

- No me importa- dije

- A mi si-

- Qué más da, anda déjame – Insistí.

- No, quita-

- Quiero sexo-

- Pues te aguantas-

- Eso no lo entiendo, cuando tienes la regla no me dejas ni arrimarme a ti, pero bien que a Rody si le dejas.-

- Es diferente-

- Pues ya me dirás tú-

- En muchas cosas-

- En que cosas…- Ya empecé a mosquearme, había cesado de tocarme y se estaba apartando e mí.

- En muchas.- dijo

- Ya estamos otra vez… -  no llegué a terminar la frase cuando ella me puso un dedo en mi boca. No sé cómo lo hizo estando a oscuras pero lo hizo.

- Psss, calla – dijo mientras ella levantaba la cabeza como si quisiera escuchar algo

- ¿Qué pasa?- susurré muy flojito.

- Nada, es para que te callaras de una vez, que eres muy pesado.

- Joder, ya te vale-

- He tenido una idea y necesito tu permiso.-

- ¿Mi permiso para qué?-

- Quiero que me des permiso para acostarme con Jessica esta noche.

- Coño, claro que te lo doy ¿La llamamos para que venga?-

- NOO –dijo muy flojito – y baja la voz. He pensado en hacer algo diferente, pero tendrás que sacrificarte esta noche por el bien de los dos.

- ¿Porque siempre me toca a mí hacer los sacrificios? A ver sorpréndeme. –

- Voy a acercarme a la cocina despacito con la excusa de ir a coger un poco de agua. Y de paso miraré a ver si está despierta. Si lo está me acercaré a ella y empezaré a hablar. Seguro que me recibe con los brazos abiertos después de que la dejara el otro día con el coño mojado y me acostaré con ella. –

- ¿Pero no tenías la regla?

- Bueno, pues le daré más motivos para que quiera acostarse con nosotros. Si puedo le tiraré chinitas sobre el trio-

- ¿Y si pregunta por mí?-

- Le diré que te has quedado dormido-

- A claro, y si hay fiesta yo me la pierdo –

- No seas tonto. Esto lo hago por ti.-

- Vaya excusa más mala –

- Si la cosa sale bien al final nos acostaremos todos y haremos un trio.

- Bueno, pero me deberás una.

- Te quiero, por cosas como esta haces que me enamore más de ti todos los días. – Dijo despidiéndose con un beso.

Luego simplemente se perdió, salió de la habitación muy despacito y con la luz apagada al salir, cerró la puerta.

El tiempo pasaba muy despacio, demasiado. Pasaron las horas y ella no volvía. Al final me quedé dormido solo en mi habitación. Pero al despertarme allí estaba ella.

Me levanté para ir al baño. Era temprano, algo más de lo habitual, pero ya había salido el sol. Me estaba meando y tenía que ir con urgencia. Me levante despacito y sin hacer ruido. Al dirigirme al baño hice un desvió y me asomé al comedor. Jessica no estaba. Las sabanas estaban dobladas en un lateral del sofá, junto con la almohada. Se ve que se levantó aún más temprano.

Volví a la cama aliviado. Cuando te estás meando descargar es el mejor alivio. Me tumbé otra vez en mi sitio cerré los ojos y poco a poco volví a dormirme.

Me moría de ganas por saber qué demonios había pasado, por qué había tardado tanto, de que habían hablado y si al final le había propuesto hacer un trio. ¿Cómo es posible que algo tan natural como el sexo a veces puede llegar a ser tan complicado? Romper el primer contacto con una persona es el más difícil, una vez hecho ya está, el sexo pasa a ser algo natral, pero hasta que no cruzas esa línea es como si tuvieras a un ejército de valerosos guerreros impidiendo que la cruces.

Yo estaba absorto en mis pensamientos, o soñado o realmente no sabía dónde estaba. Solo empecé a notar algo raro. Algo me hizo disipar la mente y concentrarme en eso. Que era. NO lo sé pero me gustaba. Me gustaba mucho. Empecé a notarlo con más claridad. Una mano. Algo intentaba moverme, algo jugaba conmigo. Dos manos. Se ve que quieren jugar.

Entonces entre abrí los ojos y lo note. Lidia estaba jugando conmigo. Se había despertado e intentaba despertarme a mí. Pero de la mejor manera que alguien puede despertarte.

- Buenos días dormilón - Dijo antes de seguir con su cometido.

- Buenos días –Respondí antes de cerrar los ojos. Pero esta vez no era para dormir, sino para disfrutar.

La boca de mi mujer era prodigiosa y mi polla ya había crecido dentro de ella hasta su tamaño máximo. Solo tuve que dejarme hacer. Disfrutar de una buena mamada mañanera. Me la merecía después de lo de anoche. Aunque ya habría tiempo para eso más adelante.

Su lengua recorría mi cuerpo. Mi polla, mis huevos y mi culo, yo la dejaba hacer. Su lengua era prodigiosa.

Pero por alguna razón, cada vez que jugaba un poco con mi culo me excitaba mucho más de lo habitual y no tardaría en correrme.

La avisé, le toque la cabeza y ella lo entendió, dejó lo que estaba haciendo para recibir su primera leche del día. No llegó a tiempo y le salpiqué toda la cara. Parte de la corrida cayó encima de mi barriga que sin inmutarse lamió y sorbió todo lo que pudo.

- Voy a preparar café-

- Dame cinco minutos y voy – Respondí.

Tardé algo más de cinco minutos en volver a levantarme y acercarme a desayunar. No tardé más que un sorbo del café antes de que le preguntara por lo ocurrido.

- Habrá trio o no habrá trio al final? –

- No, no habrá trio -

- ¿No? – dije desanimado -

- No, habrá cuarteto-

- ¿Cuarteto?

- Si,-

-¿Y quién será el cuarto?- Que extraño es todo esto pensé

- Pues, Tu, Jessica, Yo y…. – Hizo como un redoble de tambores –Y el cuarto afortunado será Rody tachan!!!-

- ¿Rody?- Hice un fuerte aspaviento de asombro

- Sep,-

- ¿Que cojones me perdí ayer?-

- Mucho-

- Pues ya puedes estar contándomelo-

- Claro, pero ¿Quieres que te prepare otra tostada? – Dijo burlona.

- Anda va cuéntalo y déjate de tontería.

- Pues resulta que estaba medio dormida, se la veía tocada por el alcohol, pero al ver la luz del frigorífico al ir a buscar agua se despertó para ver quién era. Me acerqué a ella y me senté a su lado para preguntarle si necesitaba algo. Estuvimos hablando un rato, le dije que no se preocupara por ti ya que te habías quedado dormido, que podíamos hablar tranquilamente. Pero el alcohol nos ayudó bastante a desinhibirnos. Se ve que la dejé con muchas ganas la última vez y fue ella la que pasó al ataque. Yo le estaba hablando del trabajo y ella se me lanzó a la boca plantándome un exquisito beso que no pude rechazar- A Lidia le entró la risita floja – Nos magreamos un buen rato las dos pero le pasó lo mismo que a ti, tuve que decirle que no por culpa de la regla. –

- ¿Y que hizo o dijo? – le interrumpí-

Le pegó un poco de bajón y nos sentamos a hablar muy juntitas en el sofá. Pero ya te digo, si no llega a ser por el alcohol no lo hubiera hecho así pero en ese momento estaba tan cachonda que ni pensé en las consecuencias.

Le comenté que a ti también te acababa de dejar plantada por culpa de la regla y entonces empezó a preguntarme cosas subiditas de tono

- ¿Qué haces entonces cuando tienes la regla? – fue una de sus preguntas

- Yo le respondí que a ti, te hago mamadas y que de vez en cuando me dejo dar por detrás-

- Eso es mentira- dije indignado- Por detrás no, tu culo es intocable.

- Ya pero ella no lo sabe, y se sorprendió que le dijera tan alegremente que me dabas por detrás. Como si fuese algo de lo más natural. Se ve q a ella también le gusta.

- ¿Cómo lo sabes? – Pregunté intrigado. Esta conversación sí que se estaba volviendo interesante.

- No mi interrumpas más, ya te lo cuento, que si no pierdo el hilo. Resulta que ella también hacia lo mismo con su ex. Que cuando ella tenía la regla le pasaba lo mismo que a mí, se ponía súper cachonda pero que no lo hacía por el choco. Que para calmar sus apetitos pues se la chupaba y dejaba follarse por detrás. Pero en ese momento me vino el flash, como ya te he dicho, el alcohol es muy malo y le dije si quería podía darme por detrás.-

-¿Me tomas el pelo no?-

- No. –

- ¿Y qué te dijo?

- No lo dudó ni un minuto. Se ofreció encantada. Pero mi consolador lo tengo el cuarto y tú estabas durmiendo así que decidí usar un pepino. Lo cogí de la nevera y se lo entregué a Jessica, y de lubricante usamos aceite de almendras que tengo yo en el cuarto de baño. Cuando volví con él en la mano Jessica ya estaba completamente desnuda, se había quitado toda la ropa .No pronuncie ni una sola palabra. Me acerqué a ella  y nos besamos. La sobé entera. De arriba a abajo mientras ella me quitaba la ropa.

Me tumbó en el sofá a cuatro patas y me empezó a follar el culo con los dedos. No tardó en hacerlo con el pepino. Pero tuvimos que parar porque el dichoso pepino estaba helado- Empezó a reírse. – Tuvimos que meterlo en el microondas unos segundos y luego lo sumergimos en agua caliente del grifo unos minutos hasta que cogió temperatura ambiente. No mola nada meterse un cubito de hielo en forma de pepino. Se me congeló el culo. Pero al final seguimos. Es una burra pero me dejó el culo bien abierto. Poco después hice lo mismo con ella.-

- ¿Le metiste el pepino por el culo?-

- No me interrumpas. Claro que se lo metí, y su culo he de decir que está mucho más experimentado que el mío. Se abrió casi a la primera así que…pero primero se lo metí por su coño y he de decir que está muy sabroso, bueno a lo que iba en eso que no nos damos cuenta y aparece Rody por ahí moviendo el rabo alegremente. Tal concentración teníamos que se arrimó a Jessica a olerla y ella no se dio cuenta y cuando se percató que Rody lo tenía casi a la altura de la cara se pegó un susto que se cayó casi de culo CON EL PEPINO PETIDO DENTRO!!! Anda que no me rei ni nada.-

- ¿Y qué pasó después? -

- Pues después de calmarla de susto y de calmarme yo de la risa decidimos proseguir, pro Rody estaba allí molestando. Intenté apartarlo  pero ya sabes lo pesado que se pone a veces. Es como tu cuando me mendigas un poco de sexo. A lo que iba, ella me preguntó que iba a hacer con él, si lo iba a guardar en el cuarto o algo para que pudiéramos continuar. Yo le dije que si lo hacía se pondría muy pesado y empezaría a ladrar y te despertaría a ti. Ella pensó que sería el final de nuestro encuentro pero no fue así. El alcohol es muy malo cariño, lose pero estaba tan cachonda que no pude resistirme entonces le dije que estaba así de pesado porque normalmente cuando estoy en esa posición me monta. Al principio ella se rio pensando que era una broma pesada pero comprobó que no era así, me ofrecí a demostrárselo y ella quiso comprobar si realmente era cierto o no. Así que no lo dude, delante de ella y sin cortarme un pelo empecé a jugar con el perro, ya sabes, besos caricias y todas esas cosas que hace que se excite. También lo tumbé tranquilamente para chupársela a fin de que sacara completamente su polla. Jessica alucinaba, pero se la veía cachonda porque no quitaba la vista de allí. Y sabes que hice? -

- ¿Sorpréndeme?-

- Me saque la polla de la boca y se la ofrecí.-

-¿En serio? –

- Si, dudó un poco pero al final aceptó. Te lo juro, se agacho a mi lado y empezó con pequeños lametones pero enseguida se la engulló. Poco después le enseñé como Rody monta a su perrita y dejé que me follara delante de ella, hasta dejé que me abotonara. Le pregunté si quería probar y me dijo que si, Así que Rody, tras limpiarle la polla por lo de la regla se montó a dos perritas en una noche.

- Y yo durmiendo en el cuarto-

- Lo se cariño, pero no te preocupes, el próximo fin de semana ya hemos quedado para hacer un cuarteto.-

- ¿Y ella sabe que voy a estar yo?-

- sí, claro. Después de que pasara todo y que nos relajáramos empezamos a hablar, de cómo surgió todo lo del perro y le comenté la idea de que se uniera a nosotros. Ella aceptó encantadísima. Aun que preguntó un par de cosas, pero en definitiva, el próximo viernes no quedes con nadie que tienes una cita doble.