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¿Falda o pantalón?

en Lésbicos

Soy muy trabajadora, profesional, competitiva, me gusta mejorar constantemente dentro de mi carrera, es por eso que asisto a cursos, congresos, jornadas y otros. Siempre he fantaseado estar con otra mujer, hasta hace algún tiempo han aumentado esas ganas enormemente, se me pone hinchada y jugosita de pensarlo mmmmnnnn, lo cierto es que esa posibilidad la veía lejos, no conozco a nadie en mis círculos que tenga estos mismos deseos ardientes, hasta que la conocí.

Ella, baja de estatura pero bien proporcionada blanca, cabello negro lago, ojos negros, labios finos pero delineados, pechos medianos firmes, trasero redondo pequeño pero se ve exquisito, la primera  vez que la vi fue algo normal, no fue sino hasta después de algún tiempo que todo cambió. Ambas teníamos en común la aspiración en un concurso para un curso, como todos aspirantes, nos hicieron pruebas, entrevistas, copias, en fin todo este proceso se alargó por problemas administrativos y en esta espera intercambiamos números de teléfono para avisarnos cualquier información referente al tema, ya que ella tuvo que venir de su ciudad donde se encuentra la sede.

Poco después,  nuestras conversaciones se orientaron a la amistad, intercambiamos ideas, eventos de trabajo, de familia, personales. Un día nos encontrábamos hablando de hombres, su novio estaban distanciados por lo ocupados de sus trabajos (en mi caso me encontraba soltera en ese momento), se sentía triste, fue inevitable tocar el tema de lo sexual, de repente dijo algo que me tomó por sorpresa “sabes, siempre he querido experimentar con una mujer, la delicadeza con la que se llenan de placer” quedé congelada,  no podía creer que delante de mi se estaba plantando la posibilidad de coger con otra mujer, mi cuquita se mojo que luego de unas pocos palabras mas por el whatsapp fue corriendo al baño a masturbarme.

Esa noche no podía dormir, me estuve imaginando como sería el coger con ella, así que no aguantaba y me daba dedo, era tarde la noche y le escribí si estaba aún despierta, que me disculpara no podía dormir, no dejaba de pensar en lo que había dicho, que me encantaría ser con quien llevar a cabo esa nueva experiencia, al poco tiempo de enviar me arrepentí pero ya era tarde, su respuesta llegó a los pocos minutos que me parecieron una eternidad, “tranquila yo también he pensado lo mismo, veámonos mañana”, eso aumento mi lujuria y volví a masturbarme hasta que caí rendida.

Esa mañana me arregle lo mejor que pude, depilación, baño prolongado, crema, perfume, me vestí con pantalón ajustado, blusa de escote y salí, mi amiga pasaría a recogerme cerca de la parada de autobuses a las 9:00 am, así fue y no pudimos evitar al subir al carro mirarnos y compartir un beso largo, jugoso, con mucha lengua, lleno de lujuria, su piel suave lisa, su cabello, su olor, sentía corrientazos en mi cuquita y como se iba mojando, si hubiera sido por mi cojemos en el carro.

Cada parada o semáforo significaba un beso un leve toqueteo, al llegar a su apartamento, nos miramos, nos admiramos, con ganas de comernos enteras, nos apretamos abrazadas en divino beso, yo soy más alta que ella, así que tomé su cara entre mis manos y ella por mi espalda, sentir sus senos contra mi fue uuuuffffffff excitante, mucha humedad y lengua y respiraciones agitadas, bajé mis manos por su cuello  y en sus tetas me detuve, guaooooooo que nueva y deliciosa sensación, ella por su parte bajó a mi trasero, donde lo masajeo y nalgueo que ricoooooooooo, entonces presionó desde atrás mi cuquita y eso me puso a mil ya el pantalón se había mojado con mis jugos de tanta excitación. Se despegó de mi olió mi sexo y dijo “que rico hueles mamacita”.

Mi amiga, busco una botella de ron (un poco fuerte pero queríamos acompañar el momento), bebimos  un vaso mientras ella se quitaba la blusa,  el sostén y saltaron esas lindas tetas blancas con los picos parados, rosados, duritas. Yo también  me desprendí de mi blusa y sostén a lo que ella dice “que ricas tetas mami me las voy a mamar” y como una fiera me lanzó en la cama, me besó desesperadamente bajando por mi cuello, y en mis tetas se paró besó suavemente las lamió y luego comenzó a chupar uno y la otra la masajeaba me ponía a mil, su manera tan rica, exquisita de mamarme las tetas uffffffff estaba hecha un pantanal.

Se quitó el pantalón, y la tanga blanca diminuta apenas tapaba la delicia que pronto me comería, me desprendí del mío y en tanga negra me dijo “date vuelta siempre me ha gustado tu trasero lo quiero ver bien de cerca, divina estás que culo tan rico” me daba nalgadas y empezó a besarme las nalgas apartaba un poco la tanga y pasaba su lengua por la raja eso me ponía mal. Una vez boca arriba, volvimos a besarnos a comernos las tetas, las presioné, las mamé mnnnnnnnn que sensación, esos picos todos parados duros, chupé y chupé fuerte, las mordí, que banquete! Luego bajé por su abdomen, ombligo y encima de su tanga olí su cuca, que divinoooooooooo uuuuuuuffffffffffffffff, me mataba, toque por encima de esa telita, estaba mojada, poco a poco la fui quitando, la besé suave, los labios, los chupé y cada gemido de placer era para mi la gloria.

No se cuanto tiempo duré mamando esa cuca rica, divina, jugosa, pero al darme cuenta que estaba a punto de llegar me detuve, estaba perdida en tanto placer mientras ella suplicaba que no parara, sus gritos y arqueos, mnnnnn ricoooo. Subí lentamente por su abdomen sus tetas durísimas, nos embriagamos en un intercambio de lengua exquisito y, de manera súbita metí un dedo y empecé a chupar esa cuquita y sus aaaahhhhhhh aaaaaaaaahhhhhhhhh comenzaron, luego dos dedos, tres, cuatro, estaba caliente, jugosa, apretadita, en un saca y mete divinoooo, hasta que explotaron todas sus sensaciones y todos sus jugos fueron para mí, ese sabor a delicia, un poco saladito, todo me lo tragué mientras ella no paraba de arquearse y gritar.

Sin descanso, se abalanzó sobre mi y metió su lengua en mi boca explorando cada rincón, mordiendo, chupando, lamiendo, mientras sus manos recorrían mi cuerpo, mis tetas, mi abdomen, mis caderas, muslos, hasta llegar a mi mayor tesoro, sentir su mano caliente, sus dedos en mi entrada notando mis chorros de placer, luego llevando sus dedos y probarlos metiéndolos en mi boca para chuparlos. Fue bajando hasta llegar a mi cuca, me temblaban las piernas, las abrí a todo dar para darle el mejor banquete, tiernamente besó mis muslos, mis labios hinchados, los lamió, chupó, mordió. Cada contacto suyo era para mi un choque electrificante, los abrió y comenzó a lamer en mi hinchado placer, luego fue chupando de lento a más rápido y duro aaaaaaaaaahhhhhhhhhh mmmmmmmmmmnnnnnnnn aaaaaayyyyyyy que ricooooooooo, aaaaayyyyyy, era todo lo que salía de mi, metió dos dedos, se empañó, luego eran cuatro, y su mamar me enloquecían, sacaba, metía, mamaba, paraba, volvía a seguir, hasta que ya no pude más y su boca me hizo estallar, chorrearme mientras ella se tragó todo mi néctar y solo gritaba aaaaaaaahhhhhhhhhhh  aaaaaaaaayyyyyyyyyy, y me arqueaba.

Una al lado de la otra, nos mirabas, acariciábamos, nos besábamos, tan dulce, suave, jugoso, sin dejarnos de tocar ni dar reparo al descanso, comenzamos a darnos dedo una a la otra mientras mirábamos nuestras caras de lujuria, nos encanta. Mientras nuestros movimientos de vaivén lo  dice todo, nuestras respiraciones, gemidos hasta convertirse en gritos fue lo máximo, el vernos masturbando una a la otra, hasta chorrear de nuevo y chupar nuestros dedos lleno del juga de la otra y acabar entre risas. El vernos de frente, besarnos, sabíamos que sería el primero de muchos encuentros donde dejaríamos todo en unas sábanas.