miprimita.com

Placer sin fronteras (1)

en Control Mental

Hacía seis meses que el amor de mi vida se fue a otro país. La crisis la obligó a irse al extranjero, Irlanda era su nuevo hogar y a los pocos meses nuestra relación se apagó. La distancia y mi pobreza me impedían estar a su lado y terminamos de muy mala manera. Seis meses de silencio entre los dos y un día mi móvil comienza a sonar, whatsapps de alguien cuyo  número tenía grabado a fuego en mi memoria, después de tres años de relación, excelente sexo y buenos recuerdos, es normal sentir nerviosismo y bloqueo.

Si aceptaba tenerla de vuelta entre mis contactos me expondría a que supiera que leí los mensajes y no contesté; pensaba mientras leía las palabras que iniciarían  una etapa de descubrimiento sexual en mi vida: hola cómo estás? Espero que bien. He pensado que ya ha pasado tiempo suficiente para olvidarnos mutuamente y ser simple y llanamente amigos. Me encantaría porque me acuerdo mucho de ti y te echo mucho de menos, como cuando eramos amigos.

Bah, es igual. La agregué entre mis contactos y le respondí: hola, bueno, tu mensaje me piya por sorpresa. La verdad es que yo también te echo de menos. Creo que ser amigos estará bien.

Los mensajes siguieron, de ahí pasamos a las llamadas, hasta que un día la conversación dio un giro accidental:

-[...] pfffff hoy estoy muerta, he empezado a hacer deporte, bueno a hacer dieta y a andar por un parque más o menos cerca de aquí.

- No necesitas hacer deporte, estás muy guapa tal y como estás.

- Que a ti te gusten las chicas rellenitas no significa que yo esté contenta con mi cuerpo. Estoy muy acomplejada, por ejemplo cuando salgo a tomar algo, los tíos, no me hablan, solo me miran las tetas y la cara, no mi culo o me lanzan piropos. Y encima soy bajita.

- Una morenaza de culo duro, unas te -no te pases...- quería decir un busto generoso, ojos color miel, pelo ondulado y tez amarmolada. Si por algo me ponías tanto...

 - Sí, pero el chico que me atrae no me hace caso.

En ese momento me di cuenta de la situación como si me arrojaran un cubo de agua fría en pleno invierno sueco. El corazón me latía rápidamente, un temblor se movía de un lado a otro de mi cuerpo haciendo notables paradas en mi estómago: me había olvidado y eramos solamente amigos.

Con una capacidad de gestionamento emocional que me caracteriza, le pregunté sobre ese chico, y llegué a donde yo quería, hasta dónde habían intimado.

Todo mi yo se tomó un respiro profundo cuando oí las palabras <>.

- Pero no quiero hablar ahora de él, es algo que quiero olvidar, ocurrió y fue un desastre de beso.

notaba su cansancio. Cada uno tumbado en su cama, con las luces apagadas podiamos sentir el estado anímico del otro.

- Lo bien que te sentaría ahora uno de esos masajes que te hacía yo en la cabeza, el cuello, los hombros, la espalda, lo bien que te dejaba la zona lumbar...

Podía sentir su calma y oir su placer al recordarll conmigo.

-... ¿Te acuerdas lo bien que te frotaba los brazos y te hacía el bocado del dragón para calmartelos?

-Mmmmmm sí, pfff tus manos duras eran milagrosas. Nunca entenderé cómo puedes tener los dedos tan fuertes.

- Y luego de los brazos te hacía un masaje de pies, con ese aceite que tanto nos gustaba...

- Pffff

-  ¿Te acuerdas de cómo rodeaba con mis manos tus gemelos y te apretaba para devolver la sangre hacia arriba y antes de hacer lo mismo con los cuádriceps te acariciaba lentamente por los laterales de cada pierna y te pasaba la punta de los dedos con el reverso de la mano sobre tu barriga?

-Mmmmm eso me relajaba muchísimo... solo de pensar en ello ya me calma.

Notaba en su voz que estaba medio dormida, eso significaba indefensa y que era facil que pudiera soñar despierta recordando algo plácido. Me metí una mano en los calzoncillos a modo de inspiración, hice acopio de algún recuerdo nuestro en un masaje que terminara con un final feliz y armándome de valor guié la conversación a lo que se me había ocurrido de repente.

- Como aquel día que no había nadie en mi casa y te toqué por primera vez así la barriguita. Despues de eso te masajeé los cuadriceps. Estabas en bragitas, ¿te acuerdas? ¿estás ahora en braguitas?

-Símmm

-Ponte pijama para que no pases frío anda.

-No me apetece pijama.

-Con los dedos te iba acariciando la parte interna de las piernas, eso te daba un poco de cosquillas, pero te relajaba muchisimo, ¿a que sí?

-Mmmm sí.

-¿Recuerdas cómo te acariciaba desde las caderas hasta las rodillas? Hasta que en una primera ocasión introducía mis dedos entre tus braguitas y el hueso de las caderas, y la siguiente vez pasaba mi mano por tu monte de venus oculto bajo las braguitas.

Al otro lado del teléfono sólo se podía oiŕ un tímido jadeo.

- En una de esas caricias pasaba mis dedos por tu entrepierna sobre las braguitas y notaba tu humedad, mientras con la otra mano te acariciaba el abdomen y las aureolas de los pechos.

Oí un jemido accidentado y luego ahogado. Acto seguido no me costó adivinar que estaba tocándose; quería saber si por encima o por debajo de las braguitas, así que lo aclaré.

- ¿Notas tú también tu calor como lo notaba yo con las braguitas?

-Símmm.

Mi cabeza no había dejado de pensar en lo que me dijo respecto a su atracción por otro chico, quería cerciorarme de su honesidad, para saber calmar  mis celos y por otro deseo que identifiqué en ese instante como morbo, así que me lancé a riesgo de meter la pata.

-¿Estás disfrutando verdad?

-Síii...

- Más o menos que con...

empujándola a darme una respuesta doble.

-¿Álvaro? Qué va, sólo nos hemos besado, él quería más, pero yo tenía la regla y no me gusta hacerlo en la primera cita, lo sabes, así que sólo me tocó el culo.

-ok. Entonces, ¿quieres besos con el masaje?

- Sí por favor...

- ¿Un masaje por encima de tus braguitas? No... mejor meto un dedo por un costado mientras notas en tu ingle cómo pasa mi mano al interior de ellas... recuerdo lo mojada que estabas aquel día, como mantequilla cortaba con u  cuchillo caliente mi dedo te acariciaba lentamente el clítoris y con mi dedo corazón amagaba penetrarte...

Claramente oía cómo se quitaba las braguitas, moviendo con sus brazos el edredón, la almohada con su espalda y sus pies se arrastraban entre las sábanas. Quería oír cómo se masturbaba, así que fui a ello.

-Tienes que estar muy mojada ahora mismo, puedo oir tus dedos penetrar.

-¿En serio?

-Sí, algo escucho, pero si acercas el móvil te oiré mejor.

El móvil recibió un manotazo y los cables de los auriculares de ella se oían al golpear el móvil y el edredón a un lado, casi ensordecido, de repente silencio e ipsofacto un sonidl que reconocía muy bien. Cada vez que rozaba su clítoris, cada vez que se mojaba los dedos con su flujo y se los metía yo lo oía claramente, así durante 20 maravillosos segundos. Fue el momento para correrme, sin decirle nada porque le tocaba a ella correrse. Así que seguí con la fantasía. Quería corroborar una segunda vez si me había mentido respecto a Álvaro.

-Lo bien que te entraría toda mi polla, ¿verdad? Con tu lubricación te entraría cualquier tamaño, ¿puedes sentir mi polla dentro de ti?

- Siiii.

Con voz jadeante y a punto de correrse.

- ¿Quién la tiene más grande, él o yo?

- No se la he visto, sólo he tenido tu polla dentro de mi, ¡y lo sabes cabrón!

Se estaba corriendo y me deleitaba mientras la oía.

Hubo silencio, nos confesamos estar cansados y nos despedimos, mañana había que madugar.

Continuará....

Al mes de esto, ella venía a España de visita. La familia y sumigos son su ocupación y el verano en España promete siempre excelentes días de relax.