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Consolando a papá

en Amor filial

Ayer se fue su novia. Ya tenía yo ganas.

Papá estuvo tristísimo todo el día, y por la noche lo he sentido llorar. Como cuando se fue mamá, hace unos años. Entonces fueron meses de tristeza.
He llorado en mi habitación, y mientras lo hacía tomé la decisión. Ya tengo 19 años. No voy a permitir que se repita.
Papá es un hombre bien parecido, atractivo en sus cuarenta y tantos, inteligente, divertido. Encontrará otra novia, y volverá a pasar. Me niego. Y sé cuál es la solución. Tendrá una novia que no va a dejarlo nunca.
Son las ocho. Papá duerme profundamente. Es sábado. Hoy no va a trabajar. Hoy va a estar todo el día deambulando por casa, arrastrando su tristeza de rincón en rincón.
O no. Depende de mí.
Me levanto en silencio. Me ducho sin hacer ruido. Me arreglo. Tengo que hacerlo bien o todo puede ser un desastre. Busco entre los productos de belleza que ha dejado su novia. Me doy una ligera capa de maquillaje. Me doy sombra de ojos de color crema, y rimel en las pestañas. Me doy carmín rojo en los labios. Suave, no quiero parecer una puta.
Entro en silencio en su cuarto. Duerme profundamente. Debe estar agotado.
Abro la cómoda donde su novia guardaba la ropa. Se ha ido muy deprisa y ha dejado muchas cosas.
La habitación está a oscuras. Busco al tacto, quiero la ropa más sexy que tuviera. Encuentro un sujetador, es fácil por los aros. Sigo buscando y cojo todo lo que tiene el tacto sedoso de la ropa interior que utilizaba, con la que yo la veía de vez en cuando. Y medias.
Vuelvo a mi cuarto y extiendo sobre la cama lo que he traído.
Me pongo el sujetador y meto unas medias de relleno. Tengo que parecerme a ella, y tenía grandes tetas.
Me pongo unas braguitas de satén y encaje. Y unas medias que milagrosamente están emparejadas.
Hay también un par de camisones. Me pongo el más corto. Es negro, de tirantes, cortito y terminado en encaje.
En el servicio busco su colonia y me perfumo a conciencia. Me bajo las braguitas y me doy crema en mi agujero.
Entro en su habitación a oscuras. Me acerco a la cama y aparto con mucho cuidado la sábana.
Me coloco suavemente contra su espalda. Papá está desnudo.
Se está despertando.
-chsssss -no quiero que se vuelva. Le acaricio el pelo con una mano. Con la otra recorro su costado y lo rodeo con ella.
Se mueve, quiere encajarse contra mí y le dejo. Me aplasto contra él, quiero que sienta el perfume, el suave camisón, las tetas.
Lo beso en el cuello. Con la mano que lo rodea acaricio despacio sus pezones, y la voy bajando hasta su vientre. Está totalmente empalmado. Lo masturbo un poco, despacio, le acaricio los huevos.
Quiere darse la vuelta, pero no lo dejo hasta que me meto bajo la sábana.
Se pone boca arriba. Me va a tocar la cabeza con sus manos, pero se las sujeto a los lados. Se está quieto.
Busco su picha con mi boca, y la encuentro, enorme, dura, palpitante.
Paseo mi lengua por su glande. Me acomodo entre sus piernas. Quiere mover las manos, pero no lo dejo. Me meto media polla en la boca sin dejar de jugar con la lengua. Me la meto entera, hasta la garganta. La meto y la saco de mi boca y la siento más dura aún. Sin dejar de chuparla, alcanzo sus pezones con mis dedos. Los pellizco, los acaricio, los pellizco.
De pronto se gira, saca su picha de mi boca, y cruza una pierna sobre mí. Me coloco debajo de él, le doy la espalda. Me encajo mejor. ahora está encima de mí. Llevo una mano atrás y bajo las bragas. Con la misma mano atrapo su picha y la llevo a mi agujero.
Espero que con ella también lo hiciera por detrás, que no se extrañe, porque yo no puedo ofrecerle ya más agujeros.
Relajo el culo y espero su embestida.
Se mueve sobre mí y enciende la luz. Se aparta ligeramente y se me queda mirando.
-¿Qué haces?
-Quiero ser tu novia, papá. Yo no te dejaré.
-¿Mi novia? Tú eres mi hijo y... y... ¿pero de qué te has vestido? ¿qué estás haciendo? esto... esto... es...
No le dejo terminar. Me incorporo sobre él y lo beso en la boca. Le sujeto la cabeza. Quiere apartarse, pero no lo dejo. Recorro su boca con mi lengua.
Deja de hacer fuerza para separarse, y me besa con la misma intensidad. Papá es muy liberal en todo lo del sexo. Lo sé por las cosas que hablamos desde hace mucho. Ahora sé que lo es del todo. Tenía miedo de que cuando me reconociera... 
-Ven -le digo, mientras me aparto ligeramente.
vuelvo a ponerme boca abajo. Tengo agarrada su polla y tiro de ella hacia mi culo. Se queda de rodillas.
-No, hijo, no puedo.
-Sí puedes. Ven, hazme tu novia. conviérteme en tu mujercita. Fóllame. Siempre me has dicho que el único límite en el sexo es la voluntad de los dos. Esta es mi voluntad. Fóllame, papá.
Me quedo boca abajo, el culo en pompa, esperando
No se decide. vuelvo a metérmela en la boca. sigue de rodillas. Me muevo, me doy la vuelta, y coloco mi culo sobre su polla.
Por fin, me empuja hacia delante. Estoy acostado otra vez, con el culo en pompa, con las bragas bajadas, el camisón subido y papá, detrás de mí, coloca su picha en la entrada de mi culo y empuja, por fin, empuja y empuja.
Ya me está follando. Grito de placer. Ya soy su mujer. No queremos más novias. Nunca lo voy a dejar.
Se corre dentro de mí.
Sin acordarse de que yo no he llegado, se deja caer en la cama a mi lado.
-Esto no está bien -dice.
-Esto es perfecto, papá -me levanto, me coloco las bragas que no pueden tapar mi polla erecta, me coloco el sujetador en su sitio y tiro para abajo del camisón.
Detrás de la puerta, en una percha, está la bata transparente, de gasa blanca y encaje que ella se ha dejado también. Me la pongo. Mientras me anudo el cinto me acerco a la cama.
-No sabía que fueras gay -me dice.
Le acaricio el pelo y le doy un suave beso en los labios.
-No lo soy. Soy hetero. Soy tu novia hetero. Vamos a ser muy felices. voy a prepararte el desayuno.