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Perdi mi vergüenza en Buzios (1)

en Interracial

Vacaciones Febrero 2012.

Yo, Betty, 34 años. Soltera, con muchas experiencias vividas pero en ese momento sin novio.

Mucho antes de empezar a planificar mi viaje de vacaciones, empieza a corporizarse una idea….. coger con un negro. Esa idea liviana, sutil y frágil se empezo a tornar, con el correr de los dias, en una obsesiva idea que no me abandonaba ni un instante…La mejor manera de llevarla a cabo sin que nadie me juzgara, ni me reprochara nada era hacer ese viaje sola. Como en mi pais Argentina no son muchos las personas negras, pense a Brasil como destino. Buzios fue el lugar elegido.

Llego al aeropuerto de Rio y tome el bus a Buzios….Tenia contratado un hotel en Buzios. Llegue a eso de las 14.00 horas. Check in en recepcion. Llaman al botones para ayudarme con mi equipaje…. Y vino él. 28 años, estatura mediana, bien proporcionado negro pero absolutamente negro (de esos negros cuya piel parece brillar) y una sonrisa que hacia que mostraba sus dientes relucientes…. Ahí nomas ni bien lo vi, supe que había encontrado lo que había ido a buscar, era él. Me acompaño a la habitación, él cargando mis equipajes de mano. Me dijo que se llamaba Tarlis y que el se iba a encargar de mi habitación ( y de mucho mas pensé entre mi). Cuando llegamos a la habitación dejo rápidamente los dos bolsos y bajo a la recepción donde había quedado mi valija. En el interin me saqué el corpiño y me desabroche hasta el tercer botón de mi camisa, mostrando el nacimiento de mis tetas, sin ser nada escandaloso…aunque si bastante sugestivo. Cuando llego a la habitación se dio cuenta inmediatamente de este “olvido” de mi corpiño (mi cuerpo es bastante revelador cuando no los llevo). Me miro detenidamente en un par de oportunidades en las que yo fingía estar distraída. Se llevo llevando la propina de rigor. A esa altura ya nos matábamos a puras sonrisas y nos tratabamos por nuestros nombres…Tarlis y Betty

Hasta ahí todo bien, aunque….tenia que apretar el acelerador para llevarme a ese bombon a la cama. Me despoje de todos mis temores y vergüenzas. Es increíble como el hecho de estar en otro país nos ayuda en eso.

Despues de una pequeña siesta llame a recepción para preguntar los horarios del salón comedor. Me atendió Tarlis y me dijo que subia enseguida para explicármelos. Me desabroché el cuarto botón de la camisa y ya era provocativo el panorama. Cuando vino Tarlis le fue difícil sacarme los ojos de mis tetas y yo restaba toda importancia a eso. Todo era jijiji, jajaja. Cuando él estaba a punto de salír de mi habitación, me adelante hacia el pasillo angosto que desembocaba en la puerta de la habitación y cuando pasaba el le apoye descaradamente las tetas en su costado. No dijo ni una palabra el santo.

Me dedique a descansar un poco mas y a eso de las 20.00 llame a recepción para pedir una cerveza Antarctica. Atendió Tarlis y me dijo que subía de inmediato. Me desabroché el quinto botón. El primer botón que estaba prendido lo estaba apenas arriba de mi ombligo. Entró Tarlis y ahí lo vi empezar a traspirar y tartamudear. Yo no hacia ningún movimiento para ocultar lo que estaba generosamente expuesto…todo lo contrario me detuve unos segundos agachándome para atar los cordones de una de mis zapatillas dándole una visión total de mis pechos. Cuando se fue me apure nuevamente para llegar al pasillo angosto. Pero ahí Tarlis reacciono y con la mano con la que llevaba la bandeja en la que había traido la cerveza me la apoyo rotundamente en mi teta izquierda, la que quedo descubierta de la parcial cobertura que le daba la camisa. No me cubri y ya cuando estaba afuera con la teta totalmente expuesta le pregunto si me podían traer el desayuno a las 9.30 del otro dia.

“Si, Betty” me respondió.

“Me lo vas a traer vos Tarlis?”.

“No te va a atender nadie mas que yo, gatinha”

“Te espero…9.30… se puntual”

Me costo conciliar el sueño de lo caliente que estaba. Estaba a punto de cumplir mi deseo convertido en obsesion. Sabia que al otro dia Tarlis no se me escapaba.

Me levante a eso de las 9.00, deje pasar un poco de tiempo y me meti en la ducha calculando el tiempo ( dando por descontado que Tarlis iba a ser puntual). Eran las 9.30 exactas cuando tocan a la puerta. Saliendo de la ducha con un toallon cubriendo deficientemente mi cuerpo. Abro la puerta . Entra Tarlis con un carrito portando mi desayuno. Le digo que lo apoye en la mesa y que me espere unos segundos. Entro al baño y dejo que el toallon se sujetara únicamente con la presión de mi brazo izquierdo sobre mi costado. Salgo al cabo de escasos segundos y Tarlis parado al lado de la mesa me esperaba. Me acerco a la mesa por donde estaba el parado y extiendo el brazo izquierdo para tomar un trocito de queso y obviamente el toallon se cayo quedando totalmente desnuda frente a mi futuro amante negro. Me agache para recoger el toallon y mirándolo desde abajo le pido perdón….Ahí reventó, no aguantó mas y agachándose un poco me empezó a meter manos….manos en mis tetas, en mi culo y en mi concha absolutamente inundada de excitación….pasaron un par de minutos asi cuanto estando yo agachada me agarro con una de sus grandes manos la cabeza, mientras que con la otra bajaba el cierre de su pantalón y sacaba su pija acercándola a mi boca. Acepte el ofrecimiento desde ya … A partir de ahí me converti en su esclava, complaciendo sus mas diversos deseos (nunca tuve un “no” para el) y empece a disfrutar las vacaciones con mas sexo que tuve en mi vida.

El ver la pija negra de Tarlis me hizo sentir como llegando a la meta que me había propuesto. Por lo tanto me propuse disfrutarlo a fondo, evitando los tabúes, los prejuicios y las vergüenzas. La chupé como si me fuera la vida en ello. Claro, tan descarada había sido en mi acercamiento hacia Tarlis que él tenia su verga totalmente erecta y entre él y yo, juntamos en esa habitación toda la calentura del mundo. Mientras el se desnudaba por completo y, al cabo de dos minutos de mi tarea saca su pija de mi boca, me pone en pie, y me abraza alzándome (era bastante mas alto que yo). Estando con mis pies a 15 centímetros del piso yo los llevo hacia la base de la espalda de él. Entendiéndome perfectamente lo que yo quería, acomoda su pija en la entrada de mi concha para que yo dejándome deslizar hacia abajo sintiera su tronco deslizándose totalmente dentro de mi cueva chorreante. Mientras yo subía y bajaba, él fue caminando lentamente a la habitación. Al llegar a la cama y sin librarnos de ese maravilloso acople Tarlis fue depositándome en ella sin dejarnos de movernos en ese mete – saca celestial. Hubiera querido que esos minutos duraran por siempre, pero la excitación fue demasiada. El sacando su hermosa verga empezó a acabar en mis tetas y yo al ver esa leche blanca saliendo de esa reluciente pija negra sentí que no había viajado en vano. Esa era la imagen que en mis febriles obsesiones había recreado miles de veces…. Una pija negra escupiendo sobre mis tetas caliente y blanca leche.

Una vez concluido Tarlis, debía retirarse para que no lo echaran en falta en su trabajo pero antes me dijo lo que se transformaría en una costumbre en nuestros encuentros…”limpa – lo” (“límpialo”), trabajo que efectué a conciencia para que no se manche el pantalón del que, a partir de ahí y por dos semanas, fue mi amo. Si fue mi amo porque yo vivía en un volcán deseando que volviera a mi cama, ni bien escuchaba la puerta cerrarse detrás de el.

A continuación de esa esplendida cogida, y cada vez que nos cruzábamos en el lobby del hotel, un guiño, un leve movimiento de cabeza y yo sabia que tenia que subir apresurada a mi habitación, desnudarme completamente (así me lo pidió él) y esperar hasta que subiera y golpeara a la puerta. Una vez que la trasponía, sabia que el iba a sacar su pija y yo arrodillada debía chupársela hasta que este en condiciones de saltar a mi cama. Y ahí realizábamos esa coreografía absolutamente improvisada en la que nos entendíamos tan bien y que tan desmesurado placer me propino en esos días.

Y si… mis vacaciones fueron así… playa, regreso, coger con Tarlis, ir de compras, regreso, coger con Tarlis, ir a almorzar, regreso, coger con Tarlis…. Y siempre “limpa – lo”, el ruido de la puerta detrás de el. Y mi deseo de tenerlo nuevamente entre mis piernas nuevamente. Y si…fui su esclava, sin pedir el mas minimo compromiso y sometiendome a todos sus deseos.

Y a mi no me importaba en lo mas mínimo, ser la puta de Tarlis, como se rumoreaba en el hotel. Era obvio, y muy frecuente ver al personal del hotel o bien, otros turistas hospedados en él cuchichear entre dos o tres, mirándome, sonriendo. O bien quemiembros del personal intentando, tal vez, obtener tal vez los mismos “beneficios” que Tarlis, pasaran y me rozaran con sus manos o que me apoyaran sus bultos. Pero yo solo tenia ojos para el… El fue durante esos días dueño absoluto de mi voluntad, de mi cuerpo, y todo lo que a el se le ocurrió hacer lo hicimos. Mi concha, mi culo, mi boca y todo mi cuerpo fueron de el y yo disfrute de esa sumisión narcotizante en la que disfrutaba por sentirme manejada por el macho que me hacia tan feliz. Y lo hicimos en el dormitorio, en la cocina, en el balcón y en la terraza. De todas las formas habidas y por haber. Nada de amor, solo puro sexo. Y tan hermoso fue el sexo, fue tanta la pasion que nada me importaba. Toda mi vergüenza la perdí en Buzios. Y siento que durante esas vacaciones si él me hubiera pedido enfiestarme con otros compañeros, lo hubiera hecho sin dudas, para hacerlo feliz al que fue mi amo durante esos días.

Y llego el final. Y me prometió que la noche antes de emprender el regreso, íbamos a tener una salida especial. Y vaya si lo fue. Me pidio que fuera vestida con lo minimo indispensable. Una camisa, una pollera corta (“saia muito curta”) ojotas, sin ropa interior. Desde ya , obediente a todas sus órdenes, sugerencias o pedidos, estuve esa noche a la hora y el lugar propuesto con la ropa indicada. Me llevo de la mano, anduvimos unas pocas cuadras, y en un momento nos detuvimos a su pedido en un lugar absolutamente solitario. Me dijo que me iba a vendar los ojos, cosa a la cual acepte sumisamente. Me puso la venda de manera tal que hacia especial presion sobre mis oidos y colocó unos trozos de algodón sobre ellos y debajo de la venda, imposibilitandome tanto la vista como la audición. Segui caminando, obedientemente, guiada por el. Empezó a acariciar mi cara, suavemente. Cuando uno se encuentra privado de uno o mas sentidos parece que se aferra desesperadamente a la percepción de aquellos sentidos que continuan activos. Por lo tanto toda mi piel era una terminacion nerviosa que me hacia temblar de placer ante cada minima brisa, ante el mas tibio roce. Seguiamos caminando y sus manos se encargaron a continuación de desabotonarme la camisa….un boton, comienza a meter mano en mis tetas, acariciandolas suavemente….dos botones, las dos manos sobre mi pecho …..tres botones….sin dejar de caminar me las comienza a chupar y meterme mano por todos lados….levantando mi pollera… en este punto estabamos pisando arena…. Me quita la camisa, me alza la pollera, sus manos ahora son un vendaval sobre todo mi cuerpo confundido y excitado y mientras seguiamos caminando, me quita totalmente la pollera… yo totalmente exhibida, sin todavía sospechar donde estabamos, acepto ciegamente, el hecho de sentirme expuesta por el… Llegamos a un punto en el que me detiene, me saca la venda, caen los algodones de mis oidos y me encuentro frente al mar…desnuda. Atrás de mi, Tarlis, tambien desnudo, me abraza haciendome sentir su virilidad, me acaricia todo el cuerpo y besando mi cuello me promete una noche entera inolvidable… Y JURO QUE ASI LO FUE… Pero es necesario contarlo en un segundo y ultimo relato que publicare prontamente.