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En la calma de mi hogar

en Autosatisfacción

Dejé el bolso encima de la mesa y me senté con un suspiro en el sofá. La cabeza me daba vueltas y no precisamente por el alcohol, todos los recuerdos de aquella noche se agolpaban en mi cabeza, el como había empezado todo con un juego, las caricias, los besos como había subido y bajado por mi cuerpo, la sensación de su lengua en mi boca, el momento en el que me penetró, todas las sensaciones me impulsaban como una noria, solo una cosa era clara, amor no había, mucho deseo, podía notar como mi cuerpo pedía aún más de todo aquello, en ese momento la culpa empezó aparecer, pero era extraño, podía notar como ese peso era únicamente debido al tener que ocultarle algo a mi novio, lo demás era sencillamente algo que había ocurrida por un momento de pasión, al mismo tiempo no podía evitar darme cuenta que su cuerpo necesitaba una noche así de apasionada, era un hecho que con el tiempo la pasión en una relación se apaga, en mi caso aún quedaba llama pero mucho más atenuada, hacía mucho que Borja (mi novio) no respondía a un beso con esa fuerza que había usado Héctor, con este pensamiento mi cuerpo volvió a incendiarse, notaba el calor que acudía a mi entrepierna, e instintivamente mi mano comenzó a bajar mientras en mi mente se iba formando una imagen, un sueño.

En ella la puerta se abría pero no era Borja si no Héctor...

-¿Qué haces aquí? Pregunto levantándome del sofá y mirándole directamente.

-Se me había olvidado una cosa- responde sin parar de andar y me besa sin más explicaciones, haciendo que ambos volvamos al sofá”

En la realidad empiezo a sujetarme uno de los pechos, por debajo del sujetador, estiraba mi pezón, jugaba con él y podía sentir como el cosquilleo seguía aumentando, llenándome por dentro, y mientras mi imaginación seguía.

Héctor levantó mi camiseta y me la quitó suavemente, separándose un momento pero enseguida continuó con los besos, esta vez en la oreja dando pequeños mordiscos, y las manos enseguida se posan en mis pechos y comienza a jugar con mis pezones, apretándolos, estirándolos...

De la oreja pasa al cuello mientras juego con su pelo y bajo las manos por su espalda buscando quitarle la camiseta, una vez que lo consigo recorro una y otra vez la piel de Héctor, tratando de memorizarla, subiendo hasta su pelo nuevamente, paseando mis dedos por su cuello”

Comienzo a jugar con mi clítoris, frotándolo con mis dedos, disfrutando todas las sensaciones que hacían vibrar mi cuerpo.

El chico ya se ha olvidado del cuello y se centra en el pecho introduce uno de mis pezones en su boca, la lengua recorre el saliente marcando todo su diámetro seguido de pequeños mordiscos en la aureola, leves gemidos escapan de mi boca mientras empiezo a apretar su culo. Héctor cambia de pecho y prosiguen los mordiscos por lo cual empiezo a gemir aun más fuerte al notar como su pene empuja por salir cada vez más fuerte en el vaquero por lo que bajo las manos y le desabrocho el pantalón, él hace lo mismo en mi sin sacar el pecho de la boca, aunque ambos debemos separarnos un momento para retirarnos los pantalones. Al volver a tumbarnos en el sofá me quiero poner encima pero él me sujeta con fuerza pero algo dulce,

-Tu hoy solo dedícate a disfrutar unicamente

Nuestros cuerpos nuevamente se encuentran y ambos pares de manos no saben donde parar, tan pronto juegan con los pelos de la cabeza como bajan al trasero.

Él sigue con sus besos y van bajando hasta mi monte de venus donde rápido retira la última tela que le queda y sus besos continúan por esa zona jugando con los diversos labios”

Deslizo mis dedos hasta la su agujero y empiezo a llamar “a la puerta” sin terminar de entrar.

La boca del chico está aún más hambrienta que por la noche, la lengua recorre todos los rincones profundos de esa zona, una y otra vez, cuando parece que ya está satisfecho vuelve a subir a los pechos mientras sus manos siguen jugando con mi vulva y yo le bajo los calzoncillos viendo como surge su aparato. Le lanzo una sonrisilla pícara la cual el interpreta y comienza la penetración”

Penetro el dedo en la vagina y comienzo a meterlo y sacarlo mientras gemidos salen de mi boca.

Héctor sigue empujando mientras se dedica a sembrar besos por mi cuello que respondo. Él se pone recto y levanta mis piernas para facilitar la penetración y continuar con el bombeo.”

Continúo con la masturbación hasta que noto como una oleada más potente que las demás asciende desde el interior acompañado de un gemido mucho más fuerte y una extenuación.

Pero el descanso dura poco, por que un par de minutos más llaman al timbre, me voy colocando mientras, era Borja que acaba de salir del examen.

Tras la visita de mi novio, vuelvo a pensar en todo aquello, ya más serena y comprobando para mi misma que la persona que sigue arrancando mis sonrisa es mi novio.

Finalmente llego a la decisión que, al menos por el momento, es mejor dejar el tema aparcado, a un lado, eso sí intentando evitar mezclar alcohol y Héctor, al menos mientras no vea alguna forma de poder hacer el soñado trío.

Con este pensamiento decido irme a dormir y dejar que el tiempo me muestre lo que deba pasar.