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Mi primera cita con Natalia I

en Intercambios

MI PRIMERA CITA CON NATALIA

La había conocido en un chat ya hacía un par de semanas y desde un primer momento hubo una enorme química entre nosotros.

Natalia es una mujer con mayúsculas tanto por su aspecto físico 1,75 de estatura, 70 kilos de peso y unos prominentes pechos que desde un primer momento fueron objetivo de mis más sórdidos pensamientos. Además de un físico arrebatador, su personalidad abierta, su simpatía la verdad es que te ganaban desde un primer momento, motivo por el cual no fue difícil que conectásemos desde un primer momento.

Estos primeros días en el chat nos ayudaron a saber más el uno del otro, Natalia era realmente una chica amante del morbo, con ganas de experimentar cosas nuevas, pero necesitaba alguien serio y discreto, porque en anteriores ocasiones había tenido algún pequeño problema con alguna de sus parejas que pensaban que este tipo de comportamientos en una mujer eran un poco sospechosos.

Yo le comenté un poco como era 1,90m de altura, 90 kilos y alguna otra sorpresa que me reservaba para el día que decidiéramos conocernos.

Pasaban los días en el chat y como es normal las conversaciones fueron derivando hacia temas mucho más íntimos cerciorándonos ambos de que una cita seguro que traería interesantes momentos para ambos.

Natalia era una chica totalmente abierta de mente y completamente desinhibida para el sexo siempre que el compañero y la situación eran las adecuadas. Comentaba como una de sus pasiones era estar con dos chicos a la vez y notar como tanto su boca como su coñito se dedicaban a dar placer a ambos a la vez. La verdad es que ese tipo de comentarios producían en mí unas erecciones instantáneas sobre todo pensando en que pudiera ser yo uno de esos afortunados que diese placer a una hembra como Natalia.

Después de unos días hablando en el chat comentamos que ya era hora de dar un paso adelante en el conocimiento que teníamos el uno del otro, nos caíamos bien, sexualmente entendíamos que éramos muy compatibles, pero teníamos la necesidad de vernos y por eso nos cambiamos nuestras cuentas de Skype.

No tardamos ni cinco minutos en dejar el chat y conectaros por Skype, charlamos un buen rato y finalmente conectamos nuestras cámaras para vernos el uno al otro. La verdad es que Natalia era tal y como me había dicho, toda una mujer con curvas, unos labios gruesos de esos que cualquier hombre se muere por besar y que imaginados recorriendo nuestra polla de arriba abajo es algo que sinceramente desata nuestras más bajas pasiones. Además, la cámara ofrecía suficiente ángulo como para mostrar unos enormes pechos, firmes y duros tal y como me había contado. Desde ese día supe que debería ser una diosa en la cama y puse todo mi empeño para poder pasar una noche de sexo con ella.

Ella se quedó también encantada conmigo, le hubiera gustado ver alguna parte más íntima, pero sabía que como parte del juego estas iban a estar a buen recaudo hasta el día que nos conociéramos.

Casualidades de la vida (creo que no), el día que nos vimos era sábado y después de unos minutos de charla cara a cara me comentó que porque no quedábamos esa tarde noche para tomar algo o cenar. La verdad es que me cogió totalmente desprevenido, no podía imaginar lo que mis oídos estaban oyendo, pero sin dudar lo más mínimo le dije que estaría encantado de pasar una velada con ella. Me dejo claro que no tenía por qué pasar nada entre los dos pero que le había gustado y que éramos ya mayorcitos como para no quedar y conocernos en persona. Yo le comenté vamos ningún tipo de problema en cenar con ella y que como comentaba no había nada de malo en que dos personas como nosotros se conocieran.

He de decir que mientras se producía la conversación el bulto en mi pantalón se fue acrecentando y para cuando estábamos acabando la conversación cerrando sitio y hora, mi erección era completa.

Nada más cerramos el Skype me baje los pantalones, deje mi polla libre como el viento y empecé a masturbarme imaginándome a Natalia cabalgando encima de mí. A los cinco minutos tuve una corrida monumental fruto de tantos días de sensaciones acumuladas, que me dejó totalmente exhausto y preparado para la cita de esa misma noche.

Llegadas las nueve de la noche me enfundé unos de mis vaqueros de batalla, un polo verde y unas zapatillas además de un poco de colonia. Antes de bajar al garaje pase por delante de un espejo, observe y me dije Pablo a por ella.

No tarde ni cinco minutos en llegar con el coche a la esquina donde habíamos quedado y mi corazón iba a mil revoluciones. Estuve cinco minutos esperando, cuando de repente se abrió la puerta del copiloto y Natalia. Venía arrebatadora con unos vaqueros ajustados, unas preciosas sandalias y una camisa lo suficientemente escotada como para dejar a la vista esas magníficas tetas que me habían encandilado desde un primer momento.

Nos dimos un par de besos para saludarnos y nos dirigimos hacia un restaurante de la playa donde había reservado. Le comenté que había escogido un restaurante mejicano y me dijo que le encantaba ese tipo de comida, y que además me preparase para una ronda de chupitos al final de la misma.

Llegamos al restaurante salimos del coche y dejé que se adelantase un par de metros para poder observar ese cuerpo lleno de curvas. Sinceramente era el prototipo de mujer que nos gusta a muchos de nosotros, tenía un culo firme y duro que además movía de una forma espectacular.  Aceleré el paso para ponerme a su lado porque entre otras cosas no quería entrar ya en el restaurante totalmente empalmado.

Nos pedimos un par de margaritas en la barra antes de sentarnos en la mesa y empezamos a charlar de forma distendida. La verdad es que daba la impresión de que nos hubiéramos conocido hacía años, cuando realmente no habían pasado más que unas semanas desde que nos conocimos en el chat.

Nos dirigimos a la mesa y nos sentamos para empezar a cenar. Cada uno de nosotros pidió un par de entrantes y como plato principal decidimos que unas fajitas era algo que nos apetecía probar a ambos.

Empezamos a conversar sobre temas normales, yo comentándole que trabajaba en una empresa de electrónica, ella comentando que estaba en su último año de medicina y que por ese motivo no tenía demasiado tiempo libre, pero que estaba encantada de cenar esa noche conmigo.

Así fue trascurriendo la cena, la verdad es que las margaritas que pedimos durante la cena ayudaron a que los dos dejásemos aparcada la timidez de una primera cita y empezásemos ya a hablar de temas mucho más serios.

Me dijo que le había parecido nada más verla entrar en el coche, y le comenté que sinceramente era una de las mujeres con las que uno querría tener una noche desenfrenada. Soltó una gran carcajada, pero agradeció mi sinceridad porque si pensaba eso para que tenía que decir otra cosa. Ella me comentó que también estaba muy contenta de lo que tenía enfrente, que la noche estaba siendo perfecta y que era hora de pedir la cuenta e ir a la barra a por esa ronda de chupitos.

Nos levantamos de la mesa y nos dirigimos a la barra, el camarero ya nos tenía preparada una tabla con 8 chupitos de tequila de sabores, así que empezamos a beberlos uno detrás de otro. La verdad es que Natalia estaba impresionante, cada vez que dejaba caer su cuerpo hacia atrás para beberse cada uno de los tequilas, emergían de su camisa esas tetas que me estaban volviendo loco.

Íbamos por el último tequila cuando a Natalia se le cayó parte del mismo en el escote, y yo que ya iba contento por todo el alcohol, le dije que no se preocupase que le tiraba un poco de sal y lo recogía con la lengua.

Ella ni corta ni perezosa cogió el salero para sorpresa del camarero, que evidentemente no quitaba ojo al escote de Natalia, y se espolvoreó el pecho de sal y me dijo: Todo tuyo campeón.

No tarde ni medio segundo es recorrer su canalillo con mi lengua, nada más me incorporé me dijo que ella también quería probar el sabor, así que se acercó y me dio un morreo en toda regla al que correspondí con mi lengua que no tardo en entrelazarse con la suya.

Ese beso provocó en mí una erección instantánea, de la que se percató Natalia puesto que nuestros cuerpos estaban completamente pegados. Me dijo que, si todo lo hacía igual de bien que besar, le dije que fuera se lo demostraría. Me dijo que estaba especialmente cachonda esa noche, y que tenía una sorpresa preparada para mí.

Salimos llegamos al parking y nos fundimos en otro apasionado beso con lengua, mientras mis manos se deslizaban por su culo y ella arrastraba su mano hacia mi paquete.

.- Uhmmm todo esto es tuyo?

.- No me habías comentado nada?

.- Sabes cuando estoy tan cachonda necesito saborear una buena polla . ¿Me dejas probarla?

Así que sin más preliminares y en medio del parking, desabrochó los botones de mi pantalón, saco la polla del calzoncillo y empezó a chuparla poco a poco, centímetro a centímetro. La verdad es que sabía exactamente cómo hacerlo, poco a poco, dirigiendo su mirada hacia mi cara para cerciorarse de la cara de placer que esa mamada me provocaba.

Estuvo un par de minutos dedicándose a saborear mi polla, cuando la introdujo en mi pantalón y abrochó los botones del pantalón.

.- Te ha gustado?

-. Me has puesto como una perra en celo.

.- Déjame tu mano.

Cogió mi mano y la introdujo en su pantalón. Deslicé uno de mis dedos hacia su coñito y lo noté totalmente mojado.

.- Mira como me tienes.

La verdad es que no me lo podía creer, estábamos en el parking besándonos apasionadamente mientras estaba masturbando a Natalia, que poco a poco se dejaba llevar jadeando cada vez más rápido.

De repente oímos la puerta del restaurante abrirse, y saqué mi mano del pantalón puesto que no era plan de dar un espectáculo en el parking, así que con mi polla totalmente empalmada y su coñito totalmente empapado nos metimos en el coche.

.- Alex estoy cachonda como una perra. ¿Qué te parece si vamos a un sitio que conozco donde podremos follar a gusto?

 Mi respuesta fue afirmativa así que nos dirigimos hacia un descampado de la playa donde los fines de semana suelen ir parejas con sus coches.

La verdad es que Natalia estaba desenfrenada, mientras conducía hacia el descampado de la playa me saco la polla del pantalón y empezó a hacerme una manada monumental, la verdad es que era una auténtica hembra, que sabía perfectamente cómo llevar al orgasmo a un hombre. Yo conducía mientras ella no paraba de masajear mi polla con su boca, de vez en cuando me morreaba pasa que probase el sabor de sudorosa polla dejaba en sus labios.

La verdad es que estaba a punto de explotar, así que cuando notó las primera gotas de líquido preseminal paró porque no quería que me corriese en el coche.

Retiro su boca de mi polla, se incorporó en su asiento y para mi sorpresa se quitó los pantalones y las bragas para abrirse de piernas. Escupió sobre su mano y empezó a masturbase apoyando sus piernas en la guantera. La visión era perfecta, Natalia abierta de piernas mientras frotaba su coñito depilado con su mano derecha e introduciendo de ven en cuando un par de dedos en el mismo.

Allí la tenía a mi lado totalmente desatada, disfrutando de la situación segundo a segundo, mucho más cuando parábamos en un semáforo y alguno de los ocupantes de los otros coches se daba cuenta de la situación. Así seguía abierta de piernas, masturbándose como una loca mientras se mordía la comisura de los labios del placer que se estaba dando.

Yo aprovechaba la situación para deslizar mi mano hacía su húmedo coñito y masajearlo poco a poco, centímetro a centímetro y notar como se hinchaba fruto de la pasión del momento. Estuve tentado de para en coche un par de veces, lanzarme sobre la hembra en celo que tenía a mi lado y penetrarla para llevarla al orgasmo, pero desafortunadamente el órgano y los gritos de Natalia llegaron en un par de minutos.

Era increíble ver como se retorcía de gusto, gritando como una autentica loca diciéndome que no podía parar. Nada más se corrió, se acercó hacia mí, me beso con pasión deslizando su lengua entre mis labios e introduciendo uno de sus húmedos dedos en mi boca. La verdad es que su flujo vaginal tenía un sabor y olor intenso, cosa que hacía cada vez más necesario el que me la follase.

Nos dirigimos hacia el descampado, era pronto sobre las 12 de la noche, y aparcamos es uno de los huecos que había libre. Nada más paré el coche, Natalia se quitó la camisa y el sujetador, permitiéndome por primera vez en la noche ver sus espectaculares tetas. Eran enormes, totalmente naturales y la verdad es que la gravedad se había portado bien con ellas, porque las tenía perfectamente puestas. Se notaba lo excitada que estaba puesto que los pezones estaban erguidos y duros.

Nada más se quedó desnuda, me quité los pantalones dejando mi polla erecta perfectamente libre. Se abalanzó sobre mí, recliné el asiento y empezamos a besarnos uno encima del otro. Mis manos estaban en sus tetas mientras nos comíamos a besos de forma desesperada como dos adolescentes. Yo hacía lo posible por frotar mi polla contra su húmedo coñito que sin lugar a dudas estaba pidiendo guerra.

Tras cinco minutos de interminables besos y magreo Natalia me dice:

.- Alex tengo ganas de probar tu polla, además me vas a follar a pelo pero no puedes correrte hasta que yo te lo diga. Te necesito en forma durante un buen rato.

Así que cogió mi polla dura y la dirigió hacia la entrada de su coñito.

Fue introduciéndola poco a poco, centímetro a centímetro hasta que la tuvo toda dentro.

.- Como me gusta tu polla, hijo de puta.

Empezando a cabalgarme poco a poco.

La verdad es que era una auténtica diosa, ver su torso desnudo, esas magnificas tetas subiendo y bajando con cada una de mis embestidas, no hacían otra cosa que elevar mi estado de excitación. Era un placer poder follar con una chica como Natalia, sabía perfectamente como darle placer a un hombre, como alternar besos con lengua, palabras soeces y una utilización de los músculos de su vagina que me estaban llevando al orgasmo.

Estuvimos cinco minutos follando dentro del coche, hasta que me dijo:

.- Abre la puerta, ponme a cuatro patas y fóllame desde fuera.

Así que sin perder un segundo me abrí la puerta, salí y ella se puso a cuatro patas dejando un frente de mis ojos un espectacular e hinchado coñito ansioso de ser penetrado. La cogí de las caderas, escupí en su coñito y empecé a penetrarla sin ningún tipo de compasión. La verdad es que no me importaba estar allí fuera follándome a Natalia porque sólo quería seguir bombeando ese coñito me que estaba volviendo loco.

Natalia gemía como una auténtica perra.

.- No pares Alex cariño, no pares.

Y yo seguía penetrándola cada vez más rápido.

A los cinco minutos le di la vuelta, la cogí en brazos y la llevé al capo del coche. La senté la abrí de piernas y empezamos a follar cara cara, ambos queríamos ver el placer que nos estábamos dando el uno al otro. Ambos estábamos muy sudados, pero era un placer notar su lengua en mi boca con cada embestida. Ella reclinándose encima del capo mientras me la follaba, allí completamente desnuda.

Esa era una postura perfecta para que mientras la follaba, masturbase su clítoris con la mano cosa que la llevó a un orgasmo casi instantáneo.  Era increíble notar como todo su cuerpo se retorcía de placer con aquel orgasmo que yo estaba notando con mi polla introducida en su coñito. Gritaba de placer mientras yo hacía grandes esfuerzos para no correrme dentro de aquel caliente coñito que tanto placer me estaba dando.

Después del orgasmo Natalia se incorporó y empezó a morrearme de forma apasionada mientras se aseguraba con su mano de que mi polla seguía completamente tiesa.

La verdad es que la follada estaba siendo tan intensa que no nos habíamos percatado de que había llegado dos coches al descampado. Uno de ellos estaba cerrado pero la condensación de los cristales sugería cierta actividad interior.

El otro tenía una de las puertas abiertas, pero no podíamos ver exactamente si era un chico o una pareja los que estaban dentro.

Así que Natalia me comentó porque no nos acercábamos a ver quién estaba en el coche. A medida que nos acercábamos nos quedaba más claro que lo que había era una pareja por que unas fuera de rodillas había una chica.

Nada más llegamos pudimos observar cómo había un hombre dentro del coche, y su pareja estaba de rodillas haciéndole una espectacular mamada. La verdad es que la situación era tan increíble que Natalia estaba con una mano frotándose su coñito, mientras con la otra me estaba haciendo una espectacular subida y bajada de prepucio.

Así nos quedamos más de un minuto embobados viendo a la pareja, hasta que Natalia rompiendo un silencio con un:

.- Puedo probar?

La verdad es que la polla del chico era espectacular más de 20 cm de puro músculo. Así que la novia del chico se apartó.

Natalia me dijo:

.- No te importa que la pruebe verdad Alex.

.- Tranquila que yo probaré la suya , comentó la pareja del chico.

Así que Natalia ocupó la posición de la chica, mientras yo notaba como Susana que así se llamaba la chica acercaba sus labios a los míos para fundirnos en un espectacular beso. Nuestras lenguas se entrelazaban mientras ella deslizaba su mano hacia mi polla.

.- Será un placer chupártela Alex.

Así que al minuto se arrodilló y empezó a tragarse mi polla lentamente.  La verdad es que tenía un cuerpo espectacular, no tanto pecho como Natalia, pero desde luego estaba encantado de poder disfrutar de la mamada de semejante diosa. De arriba abajo sin parar iba dedicándome una espectacular mamada.

Natalia tampoco se quedaban atrás. La tenía en frente mía comiéndole la polla a Pablo, que así se llamaba el chico y era fácil notar el grado de excitación de Natalia por lo hinchado que tenía los labios vaginales.

Así seguimos un par de minutos, hasta que un gemido de placer por parte de Pablo significo que Natalia había logrado que se corriese. Natalia giro su cara y pudimos ver como tenía su boca llena de la corrida de Pablo.

.- Sería descortés no compartirla no crees Susana.

Así que ambas se pusieron de pie mientras se fundían en un beso para compartir la corrida de Pablo.

Dijo Natalia en cuanto terminaron:

.- Bueno Alex te también tendrás algo para nosotras no?

.- Porque no nos follas a ambas en el capó, mientras Pablo descansa de su corrida.

Así que allí estaban ellas desnudas encima del capo, como dos gatas en celo masturbándose mientras intercambiaban miradas lascivas conmigo.

.- Creo que deberías empezar con Susana, pero no se te ocurra correrte por que tu leche la quiero yo en mi coñito.

Así que acerqué a Susana, separé sus piernas y empecé a penetrarla de forma desesperada.

Natalia no perdía el tiempo y acercó su coñito a la boca de Susana que con gran delicadeza estaba deslizando su lengua por el clítoris de Natalia. La situación era de lo mas morbosa, yo follándome a Susana mientras Natalia disfrutaba de una espectacular comida de coñito por parte de Susana.

Así seguimos un par de minutos hasta de repente Susana empezó a gemir como una desconsolada.

.- Siiiiiiiiiii!!!!! Me corro!!!!!

.- No pares cabrón!!!!!!!!!!

.- No pares!!!!! Dioss!!!!!!

Y durante más de un minuto Susana empezó a encadenar diferentes orgasmos, sin lugar a dudas mi polla y el coñito de Natalia habían puesto a Susana completamente a tono.

Saqué mi polla de dentro del coñito de Susana, cogí a Natalia y empecé a follármela cara cara.

.- Ya me puedes dar  leche cabrón…..

Así que empezó a comerme la boca con su lengua mientras me la follaba, golpe de cadera a golpe de cadera.

Al minuto le dije :

.- Aquí tienes tu regalito.

Y noté como de mi polla empezaba a brotar leche mientras me sumía en un espectacular orgasmo que no quería que acabase.

.- Así campeón, dame tu leche………..

Fue un orgasmo muy intenso, saqué mi polla del coñito de Natalia y del mismo no paraba de fluir semen.

.- Hace cuanto que no te corrías?

.- Susana no quieres probarlo.

Así que Susana deslizo su lengua hacía en coñito de Natalia y recogió parte de la corrida con la lengua.

-.Uhmmmm está buenísimo. Una pena que toda se lo hayas dado a Natalia.

Así que después de mi corrida, nos despedimos efusivamente de nuestros desconocidos amigos y nos dirigimos desnudos hacia mi coche para continuar la noche.

( CONTINUARÁ) .- Después de leer mucho relatos me he atrevido a escribir uno , espero que modestamente os haya gustado. Continuaré con el relato en una segunda parte.