miprimita.com

Diario de una madre soltera (2)

en Zoofilia

Diario de una madre soltera (2)

Después de esa ocasión en que experimenté esa locura, fui sintiendo la necesidad de repetirla, no era fácil, hasta que una tarde Sol vino a casa, hablaba mucho con mi madre, al que había de alguna manera, la tenia comprada, le traía algún obsequio, sus halagos y otras cosas hicieron que ganase ampliamente su confianza.

En un momento dado, le dijo a mi madre, “Me voy a tomar unos días y le he propuesto a Erika si quería venir, pero me dijo que no podía por la beba. Es una pena pero de cualquier manera me iré con mi única compañía, mi perro”

Yo que no tenía ni idea de eso, puse cara como que me era imposible. Mi madre me miró y pregunta

“Pero cuantos días, te irías?”

“Solo un fin de semana 3 o 4 días a lo sumo”

“Pero yo me quedo cuidando a la beba, así podes ir con Erika” dice mi madre. Realmente no creía lo que escuchaba, pero no puse mucho entusiasmo, y hasta dije que no, pero mi madre insistió, aceptando de manera muy entusiasta, aunque interiormente estaba súper contenta,  miré a Sol quinándole un ojo. Cuando salí para acompañarla, la besé con todo y le dije “Gracias, no sé como podré agradecerte”

 

1er. Día

Diez días después Sol, Benny y yo íbamos camino a un lugar de sierra, a unas 3 horas de nuestra ciudad, nunca me había sentido tan feliz.

En un momento del viaje que no dejábamos de hablar le digo a Sol “Amor, nunca dejaré de retribuirte lo que has hecho por mí, daré lo mejor para hacerte feliz”

“Ya lo sé” me dice, dándonos un corto beso.

Estábamos llegando a nuestro destino, era un pueblo muy chico y Sol había alquilado una cabaña muy cerca de un pequeño lago, era un lugar muy pintoresco, llegamos casi cuando estaba poniéndose el sol, percibiendo que la temperatura había descendido. Bajamos las cosas y nos fuimos acomodando. Sol prendió una estufa  a leña, para ir caldeando el lugar.

Me sentía como si estuviésemos en un viaje de bodas, en que estaríamos 4 días,  Sol estaba muy eufórica, cada tanto me besaba y yo a ella. La cabaña era bastante amplia, un gran ambiente, un sector de cocina y su lindo baño, en un extremo había dos camas que unimos y en el otro la mesa y sillas. Cenamos y nos fuimos a la cama temprano, si bien la 1ra noche no  tuvimos demasiado sexo, porque estaba menstruando, a pesar que Sol no se oponía a tenerlo, me comprometí a hacerla gozar, que no se preocupase  que de alguna manera lo disfrutaba y que le daría todo de mí, a pesar de que mi experiencia con las mujeres recién comenzaba.

Nos fuimos acostar, me quedé solo con mis bragas y comencé a desnudar a Sol. La recosté sobre la cama, y después de besarla fui descendiendo, besando y lamiendo sus tetas, sus pezones bastante rígidos y apetecibles,  su abdomen, hasta llegar a su monte de Venus, notaba como su cuerpo se alteraba, jugué con mi dedo en los bordes de su sexo, hasta apoyar mis labios en él.

Me encantaba oler el aroma de su sexo, cautivante, mi lengua lo fue recorriendo, mientras mis manos separaban sus carnosos labios, los mordí suavemente hasta originarle un leve grito, su clítoris alterado se erguía como el tamaño de un garbanzo, notaba su entrecortada respiración ante mi continuo y incisivas  caricias. Mi lengua se introducía en la profundidad de su raja, hasta hacerla gemir de placer. Elevaba su cuerpo ante cada uno de mis contactos, abriendo sus piernas hasta descubrir su ano, donde le introduje mi dedo para ponerlo en contacto con sus paredes rectales. Lo introducía lentamente para quitarlo y volver a introducir.

Aunque jamás lo había efectuado, comencé a lamer su ano, me atraía hacerlo, pero sentir como Sol se estremecía ante mi contacto, era estimulante, noté como de su sexo evacuaba  un liquido algo espeso producto de su estado de enajenación .

Creo que mi estado de excitación hacia que volcase toda mi intensidad en Sol, la que no me cabían dudas de que estaba disfrutando ampliamente. Continúe indagando en sus cavidades hasta hacerla llegar a un estado de total éxtasis, le di, a mamar de mis tetas para que disfrutase de mi leche. Un poco por el viaje y este momento de voluptuosidad, después de besarnos,  terminamos durmiéndonos totalmente abrazadas.

 

2do Día

Nos habíamos despierto algo temprano, jugueteamos un rato, unos besos, mis tetas no tardaron en sentir sus labios, me encantaba ese tipo de despertar, sentir el cuerpo caliente de la otra persona, sus caricias algo estimulantes. De repente me dice “Aun estas menstruando?”

“No sé, aun no fui al baño para saber.” Le contesto.

“Déjame que me fijo” me dice. Con bastante pudor abro mis piernas, Sol me baja la prenda interior, descubriendo mi raja de la que salía el hilo del tampón, lo fue desplazando con lentitud, y hasta sentí una especie de excitación, mientras lo hacia. Hasta que lo observa y me dice “Esta casi limpito”, tirándolo al piso. “Voy a comprobar” metiendo su dedo en mi vagina, justo en el momento que  oímos golpes en la puerta, nos miramos y recordamos que era el chico con el desayuno. Sol se levanto algo molesta, se puso un batón, que cerró con sus manos, mientras yo permanecía en la cama sentada tapada con la sabana, sin darme cuenta que al tener las piernas recogidas, se veía parte de mis intimidades.

Al abrir la puerta Sol, tendió sus manos para tomar la bandeja, abriéndose su bata, mostrando al chico parte de su desnudo cuerpo. El muchacho quedo plasmado, tanto al ver a Sol como  a mi, durante varios segundos se quedó como alucinado ante esa imagen tan provocadora.

Si llegar a taparme, le digo “Quieres entrar?”, a lo que a un “No, gracias” pero, Sol rápidamente, le dice “Pasa que tengo un problema en la cocina”.

El chico entró, mirándonos con bastante timidez, mientras miraba la cocina, que en realidad no tenía nada. Observaba  sin saber bien que hacer, Sol le ofreció si quería desayunar, pero el chico dijo que debía seguir trabajando y se fue  rápidamente. Mientras Sol me miraba riéndose de la ocurrencia, me dice “Ya lo voy hacer quedar”

Así que nos pusimos  a desayunar. Después de eso Sol, tuvo que salir y aproveche para darme una ducha, al finalizar, apareció Benny, siempre curioso me observaba con sus orejas levantadas, en espera de algo, me envolví con el toallón, y me hinque para hablarle y acariciarlo. Hizo un movimiento el perro, que dada mi postura me desequilibré  y me caí, abriéndose el toallón, quedando con mis piernas separadas exponiendo mis genitales.

El perro me observaba, no sé si por curiosidad o ver qué sucedería, lo llamé, acercándose con algo de recato, cuando estuvo a mi alcance le acaricie la cabeza, manteniendo mis piernas aun separadas. Por supuesto que no tardó demasiado en meter su hocico entre mis  extremidades, para lamerme fugazmente, le volví a rascar la cabeza, para que continuase, esta vez fue más intenso y prolongado. Sentí un escalofrío que hasta repercutió en mis pezones. Me quité la toalla para entregarme a esa atractiva lamida, mientras disfrutaba ávidamente ese loco contacto, noté como iba desenfundando una punta roja de su bulto, no podía creer que se estaba calentando conmigo. Toqué su bulto y surgía algo más de su miembro,  me puse en cuatro para descubrir que haría,  pues nada menos que intento montarme y hasta comenzar a agitarse contra mis nalga. Estaba fascinada por todo eso, cuando oí la puerta, no me pareció correcto que me encontrase Sol, haciendo así que rápidamente me até el toallón.

“Todo bien?” me pregunta, “Si todo bien”

Almorzamos y salimos a caminar, en nuestro recorrido muy cerca de la cabaña había una perra con su cría, me acerqué a contemplar los cachorritos que tendrían 2 semanas, eran como 7 u 8,  realmente me encantaba.

Cuando Sol me dice “Cuando tengas las tetas muy cargadas, podrías alimentar a los cachorritos” riéndose, “No seas loca”  le contesto. Después de una larga caminata, decidimos regresar, ya estaba bastante fresco y estábamos algo cansadas.

Llegamos a la cabaña, tomamos un café y nos recostamos,  a pesar de tener un juego previo, terminé durmiéndome. Cuando me desperté estaba oscuro, cuando apareció Sol y su perro con algo para tomar. Se lo agradecí con un gran beso en su boca, charlamos algo y me levanté para ir a orinar. A mi regreso Sol estaba acostada con su dorso descubierto, me encantó verla así, en mi espera. Me estaba por sacar la ropa, cuando me dice “Ven acá, yo lo haré”.

Fue despojándome de mis vestiduras, me atraía esa manera en que iba descubriendo mi piel, ir sintiendo sus caricias y besos en mis sectores más vulnerables y perceptivos, donde paso a paso me iba llevando a un estado de estimulación. Entre tanto Ben observaba servicialmente el accionar de su ama. Al quedar totalmente desnuda, llamó a su perro, haciéndome abrir mis piernas para descubrir mi sexo, ya bastante lubricado, pero al intervenir la lengua del animal, mi secreción vaginal fue en aumento. Esta vez no fue tan violento como la primera vez, pero segundo a segundo me estaban llevando a una enajenación total.

Mis sensibles  pezones me delataban mi estado de excitación, perdía la noción ante las caricias y succiones a la que Sol me proporcionaba. Mis pezones al igual que mi vagina evacuaban leche, producto de tenerlas bastantes cargadas al no darle de mamar a mi beba, Sol las apretujaba largando chorritos que en momentos eran tomados por el perro, no solo me aliviaba sino me avivaba. La lengua del perro termino por llevarme a un repentino orgasmo. Si bien era un trastorno emanar leche de mis tetas, me encantaba saber que tanto a Sol como a Benny les fascinaba, sumado a lo que me motivaban.

En determinado momento me sentí, como que era el objeto sexual de ambos, y en parte me sentí exaltada saber que mi cuerpo fuera esa atracción sexual.

Me arqueaba como una rama ante esa loca  convulsión, sin dejar de gemir, me acurruque sobre Sol, para sentir su cobijamiento. Cuando me dice “Te encantaría retribuírselo a Benny?”

La miré sin llegar a entender o más bien a hacerme la que no comprendía.

“No sé, de qué forma?” pregunté  inocentemente.

“Hay muchas, además hoy por la mañana lo estuviste practicando” me contesta.

Me puse de todos colores, me había visto y no lo comentó,  mientras tanto el perro  empezó a pasar de una a otra, por los olores que emanábamos. Sol comenzó a rozarme mientras me decía que me fuese relajando. Todo parecía algo ceremonial y hasta diabólico, evidentemente planificado previamente por Sol.

Mi respiración parecía agitarse cada vez más a la espera de esa nueva sensación, mientras Benny iniciaba una serie de movimientos como preparándose para aparearse. Permanecía en cuatro, totalmente desnuda algo nerviosa, de acuerdo a las indicaciones de mi amiga, expectante de lo que se avecinaba, Sol me acariciaba suavemente, como apaciguándome y a su vez preparándome para esa nueva práctica.

En determinado momento Sol golpeo mi nalga, como indicando al animal que estaba lista, súbitamente me monto, para emprender un loco bombeo, intentando sin pérdida de tiempo, insertar su verga en mi sexo, sentía como se refregaba sobre mis nalgas buscando afanosamente mi abertura. Eso me estimulaba, al saber que quería poseerme con toda su energía, Sol tomó su miembro y lo condujo a la puerta de mi húmeda vagina, fue suficiente para sentir enterrarlo de manera salvaje y sin ningún recato, mientras sus patas delanteras, se aferraban a mis caderas de manera impulsiva. Creo que fue algo sorpresivo, tanto en la forma que me poseía, como el deseo de poder aparearse y esa vigorosidad con el que me estaba copulando.

Inicié una serie de gemidos, al sentir el modo en que me estaba penetrando, su instinto animal no tenia parámetros, era realmente su hembra.  Su verga parecía crecer en mi interior, como tomando propiedad de mi intima cavidad, esa dilatación me excitaba, mientras los jadeos del animal eran cada vez más acentuados, a la vez que mi espalda iba recibiendo parte de su baba. No podía creer lo que me estaba sucediendo,  mis tetas agitándose, y Benny, penetrándome como si fuese su par. Era una escena totalmente obscena, salvaje e inmoral, pero a pesar de eso, llena de lujuria  y  avidez,   tanto del  perro, como mía al entregarme sumisamente a esa desenfrenada copulación. La cavidad de mi útero percibía esa masa de carne, friccionar de manera impetuosa las paredes membranosas..

Me sentía totalmente poseída por esa furia sexual e incontrolable, su verga parecía seguir creciendo en mi útero, apropiándose cada vez más, su bola que había llegado a la totalidad de su volumen, impedía su salida, quedando apresada en el interior de mi vagina, los movimientos se hicieron más lentos, fue en ese momento que su esperma cálida y cuantiosa comenzó a regar mi seno, en donde una ola de orgasmos comenzó a estremecerse en mi interior. Gemía como nunca lo había hecho, y mi respiración se agitaba, y mi corazón latía apresuradamente, mientras Benny me apresaba continuando eyaculando su flujo. Traté de contenerlo, pero apenas acabó en mi interior, intentó salirse, no fue fácil, pero después de un esfuerzo su bola zafó de mis labios vaginales, acompañado de una cascada de su semen, cayendo por mi entrepierna.

Mientras estaba esparcida en la cama, tratando de reponerme, Sol me dice, “Que te parece si vamos al baile esta noche en el pueblo”?

“Vamos le contesté”

Nos preparamos y a esos de las 21 hs partimos hacia el lugar,  era un club, y habría casi 100 personas. Todos nos saludaban muy amablemente, y hasta nos invitaron a bailar.

En determinado momento vimos a Lucho el chico que nos traía el desayuno, nos saludo pero continuo con unos amigos. Cerca de la medianoche, ya estábamos algo aburridas, ya no daba para más quedarnos en ese lugar, decidimos irnos, dio la casualidad que Lucho también se iba, así que Sol le propuso llevarlo, dado que vivía en ese complejo.

Lo invitamos a ir a nuestra cabaña, que a pesar de sus negativas, lo persuadimos tanto que terminó aceptando la invitación. No habíamos planeado nada de antemano con Sol, pero en el fondo ambas teníamos la misma idea.

Nos contó que tenía 16 años, recién cumplidos, que trabajaba en el Complejo y vivía en él hacía más de un año, cuyo dueño era un tío.  Poco a poco fue como entrando en confianza, Sol había puesto más leña a la estufa, así que el ambiente estaba bastante cálido. Lo sentamos entre el medio de ambas en el sofá, dándole  de tomar, hasta que en determinado momento Sol prendió un porro, le dio a para pegar unas  pitadas, que lo hizo toser, aprovechamos ese momento para tocarlo y hasta besarlo un poco, como para ir entrarlo en clima. Todo venia muy bien hasta que de golpe cayó sobre mi hombro, nos asustamos pensando que le había ocurrido algo, pero no, parece ser que esa mezcla lo durmió.

Nos quedamos un rato, tratando de despertarlo, pero fue imposible, hasta que Sol me propone desnudarlo y acostarlo. La miré algo sorprendida pero aceptando su idea, así que le fuimos sacando la ropa. Solo le quedaba el calzoncillo, si bien mi idea era dejarlo así, me daba algo de pena quitárselo, la intensión de Sol era otra, así que lo desnudamos, a lo que nos dio una grata sorpresa al ver su miembro bastante apreciable.

Lo llevamos hasta la cama, y a pesar de tocárselo, besarlo y hasta mamárselo un poco no paso nada, conclusión tuvimos sexo entre ambas, dado que estábamos bastante calientes.