Estaba de rodillas, frente a mí su poderoso miembro enhiesto surcado en venas; yo salivaba solo imaginarme lamiéndole, chupándole y esperaba una indicación suya, alguna muestra de que debía empezar; pero él sólo me miraba y con una media sonrisa me dijo:

-Qué desesperada, hace cuanto que querías hacer esto?

-Hace mucho tiempo

-Pues entonces ten paciencia, quiero que hagas lo que siempre has querido e imaginado y luego veré si debes mejorar.

Entonces lleve mis manos hacia su pene lo envolví y acaricié con el mi rostro, fui dejando besos suaves desde la punta hasta la base, mientras lo masturbaba despacio empecé a lamer sus testículos llenos del glorioso néctar que quería probar, pero no quería que terminara muy pronto así que los chupé despacio con veneración y empecé a darle pequeños mordiscos a su miembro desde la base hacia la punta lamí y probé el líquido seminal que expulsaba; él solo gemía despacio como no queriendo distraerme, como sabedor de mis ansias y anhelos sin importunar el momento en el que me encontraba sumida en un sinfín de sensaciones que creí nunca iba a experimentar.

El empezó a mover sus caderas indicándome lo que quería, así que al fin lo llevé a mi boca fui introduciéndolo poco a poco, mientras empuñaba lo que sobraba y lo apretaba fuerte; él ya no pudo reprimir su impaciencia, sus gemidos antes ahogados suspiros, ahora eran fuertes varoniles lo que me excitaba mucho más entonces se endureció en mi boca yo empecé a chupar con desesperación queriendo la recompensa por mi dedicación y entonces….

-Flaca…  flaca,  el niño está llorando ve a ver que le pasa

Y desperté, mientras acunaba a mi niño en mis brazos pensé ojalá hubiera terminado el sueño; casi, casi tuve un orgasmo.

Entonces ustedes que piensan ¿sueño o pesadilla?