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Compromiso Familiar

en Intercambios

Somos una pareja swinger y nos encanta su página, pues gracias a ellas hemos leído relatos muy calientes y agradables, me llamo Irma, esto que les voy a contar sucedió hace algún tiempo, en ese entonces teníamos poco menos experiencia pero fuimos por más. Lo que voy a contarles sucedió cuando teníamos poco de habernos iniciado, fue un sábado por la noche, en el cual habíamos quedado de visitar a unos amigos en su casa, ellos también son swinger y en ocasiones nos reuníamos a tomar la copa o para salir a bailar y en ocasiones terminábamos cogiendo; mi esposo con Cintia y yo con Carlo que es esposo de Cintia; a mi marido le gusta coger con ella, ya que tiene un par de tetas enormes y le encantan, en cambio a mí me gusta la manera de mamar de Carlo, lo hace muy rico, es un experto con la lengua, la mueve con maestría, por todo lo largo y ancho de mi panocha sin olvidarse del ojo de mi culo, arrancándome alaridos de placer y ni que decir de su verga, no muy larga, pero de un grueso muy rico, la cual me llena y hace que tenga unos orgasmos muy intensos, pues soy multiorgasmica y una vez que empiezo no paro hasta darle toda mi leche sobre su garrote.

Pues bien, cuando llegamos a su casa, nos dimos cuenta que estaba un vehículo estacionado afuera de su casa y pensamos que les habían llegado visitas, así que de inmediato le dije a Lalo que nos retiráramos, pues tal vez no pudiéramos echarnos ese palo que teníamos planeado para esa noche y yo me sentía cachonda, con ganas de coger, de sentir una doble penetración, la cual no se había podido realizar ya fuera por una cosa ó por otra; Lalo dijo que no, que no les podíamos hacer esa grosería, además ya estábamos ahí, en último de los casos nos tomaríamos un café y en cuanto pudiéramos, con cualquier pretexto nos despediríamos y pasaríamos la noche solos.

Estuvimos tocando la puerta un momento y nadie nos abría, le comente a Lalo que tal vez, los estábamos interrumpiendo; nos disponíamos a retirarnos cuando se abrió la puerta y apareció Carlo, nos invitó a pasar y lo notamos nervioso, nos dijo que estaban con unos amigos, pero que ya se iban, que se estaban despidiendo; pasamos a la sala, donde Cintia estaba con ellos, una pareja muy agradable, en los 20´s, se notaban nerviosos, como si de verdad los hubiéramos cachado en pleno faje ya que cruzaban la mirada entre ellos.

Nos presentaron, dijeron ser Isabel y Rodolfo, pero que ya se retiraban porque tenían un compromiso familiar y que en otra ocasión y con más calma nos podríamos conocer mejor, por lo que pensamos que también eran swingers.

Para estos momentos y no sé porque, yo estaba que temblaba de nervios, supongo que es porque soy de naturaleza tímida, necesito de mayor trato con las personas que acabo de conocer para poder abrirme de capa y tener control de la situación; pero cuando agarro confianza, todo cambia, agarro de todo soy muy ardiente e insaciable, dice mi marido que soy muy golosa, pues me gusta que me den hasta por las orejas.

Cintia se dio cuenta de mi gran nerviosismo pues me conoce más y me ofreció un café, lo que acepte de inmediato, me llevó hasta la cocina para prepararlo y me dijo que me tranquilizara que no me iban a hacer nada, que no pasaría nada; instantes después y en lo que se preparaba el café, fui al sanitario para tratar de tranquilizarme; Rodolfo intento entrar y Cintia se lo evito diciéndole -¡Cálmate no entres, ellos no juegan así, por favor espera ya tendrás tu oportunidad cuando ellos así lo decidan …!- Regresó a la sala y aproveche para preguntarle porque le había dicho que no jugábamos de esa forma, acaso también eran swinger y terminó confesándome que sí que ya tenían un buen rato con ellos y se estaba poniendo interesante el asunto porque Carlo tenía desnuda a Isabel y se cachondeaban muy rico que ella estaba mamándole la verga a Rodolfo que además la tiene muy grande y gorda, que si no ha sido porque llegamos ya estaría disfrutando de ese monstruo de verga que tiene Rodolfo que cree no podría aguantar pero que se sacrificaba por el gusto de sentirla.

Durante la preparación del café Lalo hacía de las suyas con Isa, esto me lo dijo más tarde, que se estuvieron caldeando de lo lindo, pues ella es muy caliente y le encanta mamar. Ya no pudimos seguir platicando Cintia y yo porque Lalo llegó hasta la cocina para decirnos que nos fuéramos a la sala, donde estaban Rodolfo, Carlo é Isa; me sentía más tranquila y al llegar a la sala dijo Rodolfo -¡Como no quieren hacer nada les vamos a dar un taquito de ojo para que otra ocasión se animen pues nos tenemos que ir…!- Nos encontrábamos en la sala, en el sofá Lalo Cintia y yo, en el otro sillón Carlo y en el tercero Isa y Rodolfo, quienes comenzaron a besarse, de una forma muy cachonda, se acariciaban en todo el cuerpo, Isa le bajo el pantalón a Rodolfo con todo y calzón, como un resorte broto una verdadera boa de la que Isa se prendió de inmediato, pelándola y chupándola, apenas le cabía la pura cabeza ya que era muy gorda y grande pero hacía el intento de comer lo más que podía.

En esos momentos, la vedad, aún me era indiferente el show pero a mi marido lo prendió de una forma especial ya que no recuerdo haberlo visto tan caliente como esa noche; después me comento que se calentó tanto debido al tamaño de la verga, pues es una de nuestras fantasías, verme atravesada como una mariposa, con una enorme verga en la panocha. Enseguida Lalo empezó a besarme y a tocarme las piernas y los senos, que son mi parte débil, me vuelvo loca cuando alguien me los mama y mi marido sabe cómo hacerlo, de la forma que más me gusta; poco a poco y sin dejar de ver a la pareja, que continuaba en pleno agasajo, como que me fui calentando, primero, por lo que veía y claro por la forma en que Lalo me tocaba, aprovechando que respondía a sus caricias, me empezó a desvestir, cabe mencionar que como íbamos a coger con Carlo y Cintia, iba “de entrega inmediata”, sin ropa interior, por lo que no le costó trabajo tenerme totalmente desnuda en menos que se los platico y después de meter su lengua por mis oídos y besar mi cuello, me preguntaba si me gustaba lo que estaba mirando, la manera en que Isa mamaba esa vergota, que si no se me antojaba estar en el lugar de ella y que si no deseaba sentirla en mi panocha.

En ese momento me di cuenta que estaba como hipnotizada por la escena ya que estaba con la mirada fija en el pito de Rodolfo, en lo enorme que lo tiene pero sobretodo en las venas que inflamadas recorren todo lo largo del tronco, en el gran esfuerzo que Isa hacía para dar cabida a tanta carne en su boca; cuando la sacaba y quedaba la cabeza de fuera, brillaba por la saliva de ella y como por arte de magia pase de un estado de letargo, a un estado de calentura total, por las caricias de mi esposo, que se encontraba en medio de mis piernas dándome una suculenta mamada de panocha y estrujando mis tetas que son de regular tamaño y que como ya dije son mi punto más sensible, de repente sentí otras manos sobre mis pechos y mi cara, Carlo me hizo voltear, se había cambiado de lugar con Cintia, así que nos encontrábamos en el sofá, Carlo y yo a su lado, un lugar vacío y Lalo hincado entre mis piernas, martirizándome con su lengua, castigando mi clítoris al mismo tiempo que metía los dedos en mi túnel del amor, que ya era un verdadero manantial, por lo abundante de mis jugos, que no dejaban de brotar; intentaba coordinar el placer que estaba recibiendo, pero era demasiado, solo me mantenía estática dejándome hacer, Carlo me acariciaba los pechos y me besaba en la boca y Lalo seguía mamando mi panocha.

De pronto Rodolfo se fue a sentar a mi lado, con la verga más grande que había visto hasta entonces, en plena erección, de la cual hasta sentía algo de temor por tocarla y ni pensar en sentirla en mi panocha, pues pensaba que no me cabria de ninguna forma ya que es de verdad enorme y muy muy gruesa, solo la miraba como hipnotizada. Isabel me dijo -¡Te gusta la verga de mi viejo…! –Solo atine a mover la cabeza en forma afirmativa, entonces -¡Esta a tus ordenes mamacita, te aseguro te encantara y te voy a dar mucho placer…! -comento Rodolfo – ¡Y que placer…! –ahora que lo recuerdo me vuelvo a calentar. No hacía nada, solo la miraba, por lo que nuevamente Isa dijo -¡Tócala, siéntela y veras que está muy dura…! –pero no lograba vencer mi temor y tomando mi mano con la suya -¡Anda tócala no muerde, no te va a hacer nada, bueno sí… te va a coger…! –dijo Isabel y la puso sobre ese monstruo, al tocarla sucedió algo extraño, pues en cuanto la sentí en la mano quise sentirla en la panocha, pero es tan grande y tan gorda que no la abarcaba con la mano y de su cabeza del tamaño de un durazno brotaba una gota d liquido cristalino que se antojó probarlo.

Al sentirla en mi mano y verla con las venas inflamadas por todo el tronco, la apreté con fuerza, como queriendo comprobar su dureza, se sentía rígida como una barra de acero y palpitaba como si tuviera vida propia, en ese momento ya no me importo nada ya no tenía temor ni nervios, solo existíamos esa preciosidad de verga y yo. No me di cuenta cuando Isa se alejó y lo dejo para mi sola, es decir para mi panocha que pedía agritos ser penetrada por esa boa, se fue a seguir mamando, pero ahora mamaba el pito de Carlo, me dice Lalo que Cintia solo nos observaba, mientras tanto yo con la verga en la mano, solo quería coger; a lo lejos escuche que Lalo me decía -¡Anda mi vida hazlo, gózala, cómetela toda, disfrútala…! – en ese momento la tome con las dos manos y me dispuse a sentirla, sin importarme el tamaño, solo quería gozarla, no importaba que me partiera en dos, de hecho eso era lo que deseaba en esos momentos, quería sentir su palpitar en mi pozo, que arrojara toda su miel en mí y que no dejara de cogerme ni un instante, me monte sobre sus piernas y la guíe hacia mi gruta, fui bajando poco a poco, me encontraba tan caliente y mojada, que cuando sentí la cabezota tocando mi panocha la restregué por todos mis labios y pepita –clítoris- desencadenando un orgasmo muy intenso -¡Me estoy viniendo…! –le dije y me vine, le había dado mi leche sin que la tuviera adentro.

Lalo se encontraba detrás de mí separando mis nalgas, no quería perderse detalle alguno ya que es voyerista y la encanta ver que mi biscocho se trague la verga, poco apoco fui bajando más, para sentir como invadía mi cuerpo, mis paredes vaginales se distendieron al máximo para dar alojamiento a ese pitote, sentía que me partía en dos y se lo hice saber, -¡Despacio mi amor –Le dije- estas enorme, me duele, me lastimas…! –sentía un dolor muy rico, dolor con placer, como cuando Lalo me rompió mi quinto. Rodolfo me tomo de las caderas y penetro un poco más atrayéndome hacia él, pero me partía, por lo que espere unos breves instantes, como dándole tiempo a mi panocha para que se amoldara a esa macana, despacio continué empalándome en ese animal hambriento, el que poco apoco ganaba terreno pues la metía abriéndose paso en mis entrañas. Me la estaba comiendo y no pensaba dejar nada, parecía una batalla entere mi panocha y ese animal, a cada empujón mi coño se defendía dándole un apretón con los músculos vaginales y esto hacia que se pusiera más y más dura -¡Que rico aprietas mamacita, estas bien cerradita –Dijo Rodolfo- te gusta mi verga, te gustó ver a Isabel mamándomela…! –a todo le decía que sí; nos besábamos con ardor, me agarro de las nalgas, chupaba mis pezones y esto hizo que tuviera otro rico orgasmo, por lo que de plano me deje caer en él metiéndome toda la verga, sentía que me llagaba al estómago, me llenaba completamente, como no había estado hasta entonces, porque me tocaba la matriz con su cabezota y estiraba mi vagina al máximo.

Pensé que ya era toda, metí la mano entre los cuerpos pude comprobar que había cumplido mi propósito, de comérmela completa pues solo toque sus huevos, fue lo único que no me pude meter. Lalo me dijo después que me comí toda la verga, que solo quedaron las bolas de fuera, pegadas a mis nalgas, solo lo pude ver por la gran cantidad de fotos que él tomo.

Una vez que estuve empalada y que el dolor había desaparecido dando paso a un intenso placer -¡! Ahgg… Ahgg… sí… que rico ya me tienes bien ensartada, anda papi así cógeme bien, dame esa verga… Ahgg… así dame más…! –le decía a mi cogedor, empezó a bombearme despacito para no lastimarme, acariciando mis nalgas y picoteando con un dedo mi ano, -¡Chiquita pero que cerrada estas, aprietas muy rico, así comete mi verga, anda mami dale leche, mójame el pito…! –Me decía, se lo apretaba para que sintiera las contracciones de mi perrito, sobre su rica verga; estaba próxima a venirme -¡Yaaa… anda cógeme, destrózame…Ahgg… Mm.… Así yaaa tómala te la doy… me vengo… yaaa…

Mmm… Yaaa…. Ahgg…! –le dije, me estaba viniendo en una serie de orgasmos riquísimos, que me hacían ver fuegos artificiales o mejor dicho, me estaba vaciando como pocas veces, a cada empujón pedía más, quería que nunca terminara aquello, sentía toda la piel cubierta por una fina capa de sudor, pero deseaba más verga, me sentía demasiado puta; sentía su dedo en mi ano y en esos momentos hubiera querido la verga de mi marido, hacer realidad esa doble penetración que tanto anhelo y que no he podido sentir.

Estaba en el cielo y solo atinaba a decir -¡Huy que rico… que palo más sabroso…Ahgg… que verga tan rica me estoy comiendo, no pares… Así ahgg me vengo otra vez te la doy yaaa…! –Nuevamente me estaba viniendo y luego otra más, yo misma me movía de abajo a arriba y me dejaba caer más fuerte para hacer más intensa la fricción de la verga en mi panocha, en mi pepita, hasta juntar mis pelos con los de él que ya estaban todos mojados por mis jugos que brotaban a cada orgasmo que tenía,-¡Eso es así dame tu leche… vente… mójame toda la verga anda putita mueve el culo, -Dijo Rodolfo- Apriétamela así rico, anda que ya me voy a venir y te daré todos mis mocos…! –en otras circunstancias me hubieran ofendido sus palabras, pero no en ese momento, que sí me sentía la gran puta, esa puta que llevo dentro y que a mi marido le encanta cuando la dejo salir, me gusta que me cojan sin parar, que me den verga por todos lados, queque me llenen de mocos, -¿Donde los quieres mamacita? Dime donde te los echo ya están en la punta…! –Dijo Rodolfo, al mismo tiempo me mordía los pezones y abría mis nalgas para meter más ese dedo invasor en el chiquito y era la gloria, no se cuanta leche le di, cuantas veces me vine, solo sé que quede como rota, seca y bien cogida -¡Dámelos donde quieras, échamelos donde quieras pero ya dámelos –le dije- échamelos todos, no te quedes con nada dámelos todos, hasta la última gota, anda ya vente, vacíate, quiero sentir tus mocos tu semen caliente en mi cuerpo…! –creo que era lo que estaba esperando escuchar, pues apenas le dije, sentí que su pito se ponía más gordo como que crecía, es imposible, pero eso sentía y no lo podía creer, pero así era, sabía que se estaba acercando al punto de no retorno, ese en donde los hombres tocan el cielo y a nosotras nos llena de vanidad, el saber que es por nosotras que se ponen así, sabía que se vendría en cualquier momento, llenándome la panocha con su semen, pedía al cielo fuera mucho, pues era el premio a ese palo tan rico que me estaban echando y no quería que fuera de otra manera, de repente se puso tenso, me atrajo hacia él con fuerza, para evitar que escapara, pero era lo que menos haría en ese momento, sentí el primer chorro en lo más profundo de mi coño, -¡Me vengo… yaaa… tenlos Ahgg –Dijo él- Te los doy…! -¡Así échamelos todos… lléname la panocha, déjate venir… los quiero todos… Huy que lechazo y otro más Mmm…! .le conteste. Sentía cada chorro de mocos que me aventaba al fondo de mi panocha y era increíble la cantidad de semen que me dio, al fin había conocido a alguien muy, muy bien dotado y además lechudo, ¿Qué más podía pedir?

Nos quedamos quietos, abrazados, con la respiración agitada y su verga empezaba a ponerse flácida, habían pasado como treinta y cinco minutos de intensa batalla pero quede plenamente satisfecha, de tanto placer; -¡Que palo más rico le acaban de echar a tu mujer…! .dijo Isabel dirigiéndose a Lalo; -¡Ya ves te dije que no te haría nada, que solo te cogería, pero no querías, de lo que pudiste perderte… te dije que mi viejo tiene la verga más rica y mira cómo te dejo…! –dijo dirigiéndose a mí, esto nos volvió a la realidad y note como todos nos miraban, me sentí apenada de que conocieran a la verdadera hembra en celo que soy a causa de un buen palo, me separe de mi cogedor; cuando su animal salió de mi panocha, un río de mocos broto de mi coño, mocos mezclados con mis jugos que no habían sido menos, mezcla que bajo por mis muslos hasta llegar al piso, eran tantos mocos que parecía me estaba orinando, -¡Pero mira nada más cuanta leche le sacaste a mi viejo, no le dejaste nada y eso que no querías –dijo Isa- que venidota le aventaste papi no te mediste…! –esto me apeno aún más, fui al baño a limpiarme pues era necesario, cuando regrese Isabel y Rodolfo ya se habían marchado pues tenían UN COMPROMISO FAMILIAR.

Lalo intercambio números telefónico con ellos, para reunirnos en otra ocasión y espero sea pronto, ya que quiero ver como se coge a Isabel; Lalo dice que quiere ver que le dé el culo, pero le digo que no pues me dejo muy adolorida de mi conchita, hoy después de ver las fotos no sé cómo me pudo caber tal cantidad de carne ya que soy muy estrecha, pero le digo que si me culea, me matara, porque la tiene muy grande, aunque quien sabe, no digo que de esa agua no beberé o mejor dicho no digo que de esos mocos no beberé tal vez me ahogue en ellos, pero si llega a suceder tengan por seguro que se los contare, pues el dolor bien vale la pena sentir ese pene.

Aprovecho para invitar a parejas y caballeros, si están bien proporcionados mejor, pero no es requisito, por favor envíen foto, de otra forma no contesto, parejas de nuestro estado ¿Qué esperan? Estamos ansiosos de conocerlos, podemos intercambiar fotos y videos nuestros o lo que quieran en un marco de respeto, limpieza, higiene y buena onda sin malas vibras ni problemas, estamos abiertos a cualquier cosa menos dolor o cosas raras. Pónganse en contacto a nuestro correo electrónico: capricorniosw69@yahoo.com