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Mi tio - Parte 2

en Amor filial

MI TIO   Parte 2

 

 

Desde aquel encuentro con mi tío, se produzco un alejamiento por su parte, no venia ni llamaba, no quise hacerlo por distintos motivos, pero realmente me tenía algo inquieta esa ausencia de comunicación. 

 

Una mañana me levante algo excitada, justo estaba menstruando, pero sentía la necesidad de sexo. Mi padre me llevo al colegio, como todos los días, pero apenas se alejo, decidí no entrar. Hacía más de dos semanas que no sabía nada de mi tío  Andrés, mantenía latente lo sucedido en el cine y en su auto, si bien consideraba que no estaba en condiciones de tener sexo, me dirigí a su casa.

 

Traté de mantener una imagen sexy pero a su vez algo infantil, con mis trenzas, mi corta pollera tableada, mi bléiser la camisa algo abierta, y un chupetín en la boca, fue mi perfil, que ofrecía a mi tío. Al abrir la puerta y verme, lo primero que dijo fue:

 

“Que haces acá?” me dice algo enojado.

 

“Vine a visitarte y hacerte un regalo” le contesto con una mirada algo provocativa.

 

Mi tío estaba solo en bóxer, que aparentemente mi presencia,  parecía haberlo alterado.

Lo besé en la boca, respondiendo algo confuso, me arrodille junto a él, bajándole su prenda, surgiendo su verga bastante erecta. Me sorprendí al verla totalmente depilada, sin pérdida de tiempo la llevé a mi boca, que a pesar de tratar de rechazarme, insistí en mi requerimiento. Disfrutando de su aparato productor, mis manos abrazaban sus piernas, sin dejar de sobar su pene.

 

Lo tragaba desesperada, lo deseaba, cada una de mis succiones, hacia que mi tío, gimiese de placer, me encantaba lo que le estaba proporcionando. La metía totalmente en mi boca, a pesar de alguna arcada que me producía, pero no paraba en mi intención.

Me sentí una prostituta, lo que no dejó de producirme una sensación estimulante. Chupé y chupé, hasta que mi tío, se vino en mi boca,  esta vez disfrute mucho mas de su esperma que la primera vez, lo mantuve en mi boca, impregnado mi lengua con su sabor hasta que después de unos instantes lo tragué.

 

Se sentó para recuperarse, mientras me decía:

 

“Sofí, esto es una locura, he tratado de evitarte, pero no lo permites”

 

“Solo vine a darte este obsequio, pero ya me voy”

 

Le di un beso y me fui, de no estar con la regla, me habría quedado, aunque me estaba gustando  hacerle sexo oral.

 

Nuevamente, después de ese día, no volví a tener comunicación con mi tío, alguna llamada pero nada más, me daba la sensación que me quería evitar.

 

Una mañana me despertó el timbre no sé qué hora seria, bastante dormida fui hasta el portero eléctrico,  vi la imagen de mi tío, sabía que mientras subía tenia tiempo de cambiarme o ponerme una bata, pero preferí quedarme con mi corto camisón, no niego que mientras esperaba su llegada, me había humedecido.

 

Apenas entró lo bese muy entusiasmada, tomándome de la cintura para alzarme, que con ese brusco movimiento uno de mis pechos quedo a la vista, aprovechando para besármelo y hasta morderlo.

 

Me volteé  rápidamente otra vez hacia la estufa tratando de no verlo, pero apenas podía sostener el sartén de los nervios, sentía que el alma se me salía del pecho.  Él llegó por detrás y me abrazó suavemente acariciando mi estómago y mi vientre,  no opuse resistencia, permanecí inmóvil como una estatua sin decir nada, dejando que él me hiciera lo que quisiera.  Pegó su cuerpo a mi espalda y sentí claramente su erección contra mis nalgas, yo cerré los ojos y sentí que me levantaba el camisón, sus manos empezaron a acariciar mi estómago por debajo de la ropa.  Apreté los dientes pero no me opuse, esas caricias alteraban mi ser, las disfrutaba. 

 

Me siguió acariciando y sus manos atraparon mis pechos, tanteando mis pezones, empezando a disfrutar lo que me estaba haciendo, lo efectuaba con tanta delicadeza y con tanta dulzura que olvidaba que era mi tío. .  Me apretaba contra él y me besaba el cuello de tal manera que mi cuerpo empezó a reaccionar y sin poder controlarlo mis nalgas se adherían contra él, restregándolas contra su miembro.  Sin dejar de besarme el cuello, desabrochó mi camisón y lo resbaló de mis hombros hasta que cayó al suelo, dejándome solo con mis bragas.  Sin intentar cubrirme tomé sus manos y las coloqué sobre mis pechos para que continuara acariciándome.  No supe en qué momento se bajó los pantalones  pero de pronto sentí que su miembro se introducía entre mis ancas, lo sentía caliente, húmedo, ansioso por penetrarme. Mientras su mano bajaba mi única prenda, sin voltear lo tomé con mi mano y lo empecé a acariciar, estaba enorme, durísimo, y palpitaba como si tuviera vida propia.

 

El sol entraba a través del vidrio calentando mi cuerpo desnudo, sabía que podíamos ser vistos desde otro edificio, pero era eso alteraba mas mi adrenalina, tanto como si madre llegase a descubrirnos.

 

Ese contacto fue bastante prolongado, sus dedos rosaban mi vagina, humedeciéndolos en ella, para llevarlos a mi boca. Mi cuerpo estaba candente ante ese constante acoso permanente. Hizo apoyar mi cuerpo contra la mesa, abriendo mis piernas, quedando mi orificio anal al descubierto, al friccionar su yema en mi orificio, introduciéndolo un poco, me provoco una exclamación inmediata.

 

Fue como una aprobación para ser penetrada, su glande jugueteo con mi intimidad anal, ya pronta a introducirse en mi recto, cuando oímos la puerta que se abría, nos miramos sorprendidos, y sin pérdida de tiempo tomé mi camisón y corrí a mi alcoba.

 

Mientras me vestía me percaté que mis calzones estaban en la cocina, apenas lo hice fui al lugar y estaba mi mami hablando con mi tío. Salude a mi madre tratando de visualizar mi prenda, pero una mirada de mi tío me dio a entender que el la tenia, era la segunda vez que la rescataba.

 

Mientras desayunaba mi tío me dice

 

“Tengo un casamiento de un amigo y quisiera llevarte, si es que quieres y te dejan”

 

“Por supuesto “dijo mi madre antes de permitirme opinar.

 

“Pasa que no tengo vestido, solo cuando cumplí los 15, y no creo que sea adecuado”

 

“No te preocupes, ve con tu madre y elije el que gustes y los zapatos, yo te los obsequio”

 

Sin pérdida de tiempo me acerqué y lo bese abrazándolo fuertemente, para agradecerle,  mi madre se reía de mi aptitud.

 

Esa misma tarde salimos a la búsqueda del vestido y los zapatos.

 

Después de entrar en uno y otro negocio encontré el indicado, un vestido largo negro con un tajo en un costado, algo escotado y la espalda descubierta. Cuando me lo probé mi ropa intima no correspondía, así que le dije a mamá que me sacaría el sostén, de esa manera quedaba muy bien aunque se notaba mis bragas, no hice ningún comentario sobre eso, porque sabía que no permitiría que me las quitase. Después de algunas disputas con mi madre, logre que lo comprase, con unos zapatos muy sexy.

 

 

 

El día del acontecimiento estaba enloquecida, peluquería, maquillaje etc, etc, cuando me puse el vestido mis tetas quedaban bastante sugestivas, a lo que mi padre no estaba muy de acuerdo, pero por suerte mi madre lo aplaco.

 

Cerca de las 8 PM llegó  mi tío, y al verme tan bien producida su cara se transformó, pasamos por su casa primeramente, donde aproveche a quitarme mis bragas. Después de la iglesia fuimos a la fiesta en un country algo alejado.

 

Evidentemente fui la atracción de la fiesta, dado que el vestido ayudaba a destacar las curvas de mi cuerpo, está de más decir que mi tío  estaba más que  orgulloso de su sobrina, aunque creo que algunos dudaban del parentesco, situación que me encantaba. Baile muchísimo con mi tío y algunos amigos de él, por suerte tuve la idea de cambiarme los zapatos por unas sandalias que traía en el auto.

La fiesta finalizo como a las 3 AM, yo estaba algo bebida y mi tío en una situación casi similar.

Me sugirió si quería ir a dormir a su casa, cosa que me atraía, aunque carecía del permiso de mis padres y no era hora de llamar para solicitarlo, aunque la escusa era potable dado que el departamento de mi tío era mucho más cerca que mi casa, y dado su estado era más conveniente.

Sabía en que se podría desencadenar esa situación, pero interiormente lo deseaba, estaba dispuesta a sus intenciones.

Al llegar a su departamento, me tomo de los hombros, mientras me decía:

“Realmente, estas divina, has sido la admiración de todos, mi querida sobrina” mientras me besaba en la mejilla, me abrace a él, acurrucándome en su pecho, manteniéndonos un rato, intercambiando nuestro exaltación, Acto seguido desplazo los breteles de mi vestido,  sintiendo como el satén se desplazaba fluidamente sobre mi piel, hasta finalizar en mis tobillos. Levante mis pies para quitarle, a la vez que me quitaba las sandalias, mientras mis  pezones se erizaron y sentí que se humedecía mi vagina.

Me beso en la boca para acariciarme suavemente

-        ¿Me extrañaste? -preguntó-

 

-        Mucho -le respondí acariciando su cabello.

 

-        ¿Qué fue lo que más extrañaste de mí? -peguntó-

 

-        Todo lo que hicimos,  -le dije restregándome  contra su pelvis-

 

Me acostó en el sofá, mientras su mano , se deslizaba entre mis piernas, las que fui abriendo lentamente, me giro, dejándome boca abajo,  quedando mí pomposo culito al descubierto, acaricio mis cachetes, abriéndolos, exponiendo mi orificio, friccionándolo con su dedo, he intentando introducirlo. Me excitaba esa experiencia, mi corazón latía apresuradamente, aumentando mi agitación, su lengua jugueteo en mi ano, mis pezones se erizaron aun mas, su saliva humedecía mi hueco, evidentemente para lubricarlo, sin oponerme, ui permitiendo su juego.

En escasos minutos, sentí su miembro recorría mi raya hasta detenerse en mi abertura, para hurgar alrededor de mi ano, me relaje dispuesta a satisfacer su intención. Su glande comenzó a penetrarme unos centímetros, me invadió un fuerte dolor, pero a pesar de ese malestar permanecí inmutable a la espera de su penetración, a pesar de conocer el tamaño de su aparato, no dejaba de complacerme que fuese mi tío el  primero en desvirgarme analmente, su glande se oprimía contra mi orificio con la intención de penetrarme, mi esfínter parecía dilatarse.

A pesar de nunca haber tenido sexo anal, eleve mi culo, como aceptando su intención, mientras me quitaba mi vestido, dejándome como dios me trajo al mundo.

Acariciaba mi espalda para darme tranquilidad mientras el extremo de su pene permanecía oprimiendo mi acceso anal. Al pretender introducirlo, exhale un grito de dolor, se detuvo de su propósito, y girándome llevo su miembro a mi boca para que se lo lubricase. No hacían falta palabras, como una buena sobrina, abrí mi boca acatando su pedido. Fue algo delicioso hacerlo, mi saliva lo lubrico, sin dejar de succionarlo, con entera satisfacción, me sentía alagada, quería hacerlo gozar más como las veces anteriores.

Cuando termine de mamársela, me gire, elevando mi trasero a la espera de la visita de su pene, en mi virgen conducto anal. Templaba como una hoja, como si esa fuese la primera relación que tenia. Inmediatamente percibí su punta introducirse, algo más rápida, tomándome de la cintura, empujo, sintiendo un fuerte dolor, al porque sus empellones se acentuaban, provocándome un ardor en mi recto ya algo afectado por tal violento acoso.

Era algo cruel sentir su falo metido hasta mis entrañas, dando la sensación de partirme, que a pesar del dolor que me provocaba me encantaba ser tratada con ese ímpetu.  Le rogué, que no se moviera, quería disfrutar su aparato en mi interior, mientras mi conducto se amoldaba a su tamaño  Percibía los latidos de su falo en mi íntimo conducto, que no dejaba de hacerme vibrar. Estrechaba mi ano, aprisionando su verga, hasta que súbitamente empezó su impetuoso bombeo, fue fabuloso, lo hacía de una manera algo brutal, al punto de hacerme sentir como una prostituta, era algo irracional, como si en ese contacto anal estuviese descargando su voracidad, en parte me asusto pero a su vez me excitaba esa comunión anti natura. Me abrazó, oprimiendo mis pezones, grité al sentir dolor por esa opresión, pero le dije:

“Haz lo que te plazca, me encanta” Así continuo hasta hacerme lagrimear por el dolor, mientras su miembro hurgaba mi ano abruptamente.

 Cada vez que penetra su verga, mi cabeza se sacudia, esa circunstancia parecía excitar más a mi tío, quien me bombeaba con mayor arrebato. El dolor y el goce se mezclaban, haciendo ese contacto en algo portentoso.  Era todo tan delicioso, que si bien mi actitud era más pasiva, recibía constantemente el arrebato de su actividad, manteniendo mi cuerpo en un estremecimiento continuo. Es posible que por el efecto del alcohol, la forma en que me estaba fornicando analmente, fuera bastante escabrosa, a la que aceptaba gustosa, ese sexo salvaje y injurioso. Disfrutaba sentir a mi tío, cogerme de esa manera hostil, sin importarle que fuera su sobrina sino una hembra sedienta de sexo.

Gritaba como desaforada, con el roce en las paredes de mi canal, era alucinante, mientras nuestros cuerpos se fusionaban de una manera excitante. Entre temblores y convulsiones me vine, y mi orgasmo fue lo más grande y maravilloso que haya experimentado..  Y momentos después se vino él  llenando mis intestinos con un torrente de jugos.  Exhale, gemidos y gritos de placer hasta mi último aliento, mientras mi convulsión parecía aumentar, no tardando en tener un segundo orgasmo, al haber percibido la esperma de mi tío. Después de haber eyaculado, su cuerpo extenuado cayó sobre mi espalda, sin quitar su miembro de mi interior, así permanecimos abrazados.

Dormitamos un rato, cuando vi la hora eran cerca de las 6 AM, Andrés pretendió repetirlo  pero preferí regresar a casa, no estaba convencida de quedarme en su departamento, a pesar que lo deseaba, pero era por mi padre, que si bien no le simpatizaba demasiado con mi tío, menos que me quedase a dormir en su casa. En ese momento pensé que tenía sus razones.

Cuando recuerdo aquel momento, a pesar de haberme hecho sangrar mi esfínter, y tenerlo dolorido un par de días, siento un cosquilleo interno.

Dios mío, fue una sensación fuera de este mundo, mientras trataba de dormirme no podía de dejar de pensar de ese momento indescriptible.  Pero igual de hermosas fueron las sensaciones que me invadieron cuando su verga se adentraba en mi ano, mmmhhhhh, me excito cuando las recuerdo, mi esfínter abriéndose poco a poco, lentamente, sintiendo cómo aquél pedazo de carne caliente se abría paso a paso, lentamente, forzando las paredes de mi conducto, y después, cómo entro, hasta el fondo para regar mi intimidad,  tocando mis órganos internos, pero de una manera muy deliciosa.