miprimita.com

Justicia sexual

en Intercambios

Lo que voy a contar es un relato biográfico verdadero, y aunque lo he incluido en intercambios, el intercambio nunca llegó a realizarse. También podría considerarse de sexo con maduros, o bien de sexo entre familiares, pero de familiares políticos en este caso.

A las 14 años me masturbaba imaginando que tenía sexo con mi tía política, casada con un tío mío que era médico de profesión. Ella tendría entonces unos 40 años y no solo me daba mucho morbo, sino que tenía la sensación que se exhibía delante de mi cada vez que tenía oportunidad.

Cuando mis tíos venían de visita a casa de mis padres, y después de los besos de rigor (en los que aprovechaba para inhalar la sensual fragancia del perfume de mi tía), yo permanecía de pié, justo enfrente del sofá en el que ella siempre se sentaba con un femenino gesto de recoger las faldas, que hacía que le cubrieran solo hasta la mitad del muslo; luego mi tía cruzaba las piernas de manera que yo tenía perfecta visión del lateral del muslo hasta el principio de su nalga, y de vez en cuando, abría las piernas para cruzarlas del otro lado y proporcionarme una fugaz pero sustanciosa visión de sus bragas (mi tía hacía "instintos básicos" mucho antes de que se filmara la película, lástima que llevara bragas).

 

La cosa nunca pasó de mis frecuentes visitas al cuarto de baño para masturbarme después de esas cortas exhibiciones de mi imponente tía; y el caso es que, andando el tiempo, yo me casé; y estando en la piscina un día de verano, mi mujer de 25 años se dio un golpe en la cadera, y la llevé a la consulta de mi tío que tendría entonces unos 55.

A pesar de entrar cojeando en la consulta, mi mujer estaba exultante con su frondosa melena morena rizada, la blusa atada sobre el top del bikini, la cintura descubierta y el pareo casi transparente que dejaba entrever su tanga. Así que, durante la auscultación de la zona dolorida, no solo quedaron al descubierto los impresionantes muslos morenos de mi joven mujer, sino una buena parte de su redonda nalga, además de que el resto de su cuerpo apenas estaba cubierto, y pasado un rato bastante largo en el que nadie dijo nada, noté que mi tío se demoraba demasiado palpando la zona golpeada de mi mujer y una extensa región de sus apetitosos alrededores.

Intrigado por lo que tardaba la auscultación de mi tío, miré su entrepierna, y vi que el hombre estaba evidentemente excitado, pero lo más curioso es que, cuando miré a mi mujer para ver si había percatado de la excitación de mi tío, ella tenía fija la mirada en el bulto de su pantalón que a veces rozaba su muslo como al descuido: mi mujer estaba tan excitada que sus mejillas parecían arder de tan rojas que las tenía...

La escena me pareció tan morbosa que yo mismo fui presa de una enorme excitación al tiempo que me imaginaba a mi maduro tío poseyendo furiosamente a mi mujer en la camilla en que la estaba auscultando. Y no sé cómo hubiera terminado la consulta, si en ese momento no entra la enfermera para decirle a mi tío que tenía una urgencia. Entonces mi tío abandonó bruscamente la auscultación, y se apresuró a contarnos, nerviosamente y sin casi mirarnos, que la contusión no era grave, y que le iba a recetar a mi esposa unas píldoras para la inflamación (el si que necesitaba unas píldoras para la "inflamación", y la verdad es que yo también).

No pude hablar con mi mujer de lo ocurrido en la consulta porque mi suegra nos esperaba a la salida, y luego se me olvidó el asunto; pero, una noche en la que estuvimos hablando de los conocidos con los que nos gustaría tener sexo, mi mujer dijo inmediatamente que mi tío médico le resultaba muy atractivo. Entonces le recordé el día de la consulta, y me confesó que ella estaba deseando que mi tío fuera a más y se la follara allí mismo. También me contó que cuando entró la enfermera, estaba a punto de mandarme fuera de la consulta con algún pretexto, porque ella estaba convencida de que mi tío se hubiera lanzado al verla sola.

Entonces le pregunté si después de aquella consulta había intentado algo con mi tío a mis espaldas; y ella me dijo que nunca forzaría una situación así, porque le parecería muy inconveniente tener un lío con un familiar tan cercano; pero luego añadió con una sonrisa pícara que no sabía lo que haría si la misma situación se volviera a dar de casualidad. Entonces yo le di un fuerte empujón, y ella me preguntó sorprendida porque la empujaba de esa manera. Le contesté que quería producirle una lesión para que tuviera que ir de nuevo a la consulta de mi tío, pero que esta vez iría sola…

Después de decirle eso, nos agarramos tal calentón que estuvimos follando toda la noche al tiempo que fantaseábamos con que ella se follaba a mi tío y yo a mi tía. Pero no hicimos nada al respecto, porque mi mujer, que era muy lanzada cuando se veía en medio de una situación, luego era incapaz de hacer algo planeado.

Como conclusión diré que en el mundo existe una justicia ssexual compensatoria: quizás mi tío se haya hecho tantas pajas con mi mujer como yo me había hecho antes con la suya 😊