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Sexo en el aire

en MicroRelatos

Estás en el avión ya?

Que pena no estar al lado para meterte mano

Y poder desabrocharte el pantalón para poder acariciar tu polla mejor, primero por encima del bóxer negro, hasta que empieza a crecer ese bulto que esconde y tranquilamente bajo la prensa interior para dejar libre tu pilla dura ya por la excitación y el tacto. Sigo acariciando la suavidad  de la polla, masturbándola con suavidad, me acerco un poco más a ti asiento, para llegar mejor. Bajo más la tela del bóxer para llegar a 2 piedras duras y al mismo tiempo suaves y calientes, tus huevos. Se me hace la boca agua por lo que estoy tocando, pero sigo así, con cuidado de que no nos descubran las azafatas. Una suerte poder sentarse en la parte de atrás del avión.

Así para cuando apagan las luces del avión y está todo  en silencio, me suelto  sigilosamente el cinturón para poderme agachar y poder saborear lo que llevo rato masturbando. Paso mi lengua húmeda y caliente por todo lo largo de tu polla dura a más no poder, caliente y suave, de sabor salado. Me encanta ese sabor. Saboreo tu polla durante un buen rato. Me deleitó en ella. Tocándote los huevos al tiempo que mi lengua juguetea con tu polla.

Mmmmm lamiéndola todo lo larga y gorda que es, tanto que apenas me entra la mitad en pita boca, pero aún así me encanta metérmela, hasta sentir que me atraviesa la garganta

Así. Toda gorda. Dura. Caliente

Retuerzo mi lengua con la punta tu miembro, para así saborear las primeras gotitas de leche que emana. Delicioso.

Estoy muy cachonda, cojo tu mano para dirigirla al centro de mi calentón, donde compruebas lo mojada que estoy. Te excita aún más. Tu polla crece más aún.  Llevo cuidado de no gritar, para que el resto del avión no sepa de mis caricias furtivas. Me alegro de haberme puesto una minifalda vaquera, ya que así tengo mejor acceso, apartas un poco mi tanga y me metes un dedo ahí,  en el centro de mi deseo.  Yo continuó saboreándote la polla, cada vez más rápido. Paro en seco, y corto el contacto con tus partes bajas, me desató de tu mano y me levanto, paso por encima tuyo para poder salir al pasillo del avión. Me inclino un poco para decirte al oído que me sigas. No he tenido suficiente. Quiero más.  Y qué decir de ti. A duras penas puedes tapar el bulto de entre tus piernas para poder levantarte y seguirme hasta el baño, donde te espero dentro. Cierras la puerta tras de ti. Y como puedo, por la estrechez del sitio me agachó para continuar comiéndome mi parte favorita de ti, tus huevos y tu pollón.  Me recreó y lamo, chupo, succiono, me la meto en la boca, la sacó y lamo, acaricio,  vuelvo a lamer y chupar. Saboreo y saboreo.

Me incorporo,  te bajo un poco más los pantalones y hago que te sientes, me subo la falta por encima de las caderas, y dirijo tu boca hacia mi sexo, palpitante del calentón que tengo, me apartas el tanga verde para acceder a mi carne y tu lengua se abre paso por los pliegues de mi coño ardiendo por el placer que siento. Me apretas el culo para acercarme más a tu boca.  Mmmm que placer más exquisito sentir tu boca ahí,  cómo tu hábil lengua juguetes con mi clítoris para llevarlo al éxtasis.

Paras las caricias a mi sexo con un leve mordisquito, levantas la cabeza y me miras. Sigo queriendo más.  Aún no hemos terminado. Me muevo para poder sentarme encima, metiendo tu duro miembro en mi húmedo coño, Dios que gusto. Empiezo a cabalgarte. Tus manos apretar mi culo,  marcando un ritmo exquisito. Y tú boca se posa sobre mis pechos, devorándolos al mismo tiempo. El trote se vuelve cada vez más fuerte y veloz. Hasta que llegó sal punto más álgido de ese galope y estallo, a duras penas puedo mantener el silencio para que el resto del avión no sepa de corrida. Poco después me llenas mi sexo sacado de tu leche.

Me bajo, y me arreglo como puedo y salgo como si no hubiera pasado nada. Poco después regresas al asiento. Y continuamos el vuelo.