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Wc man -3-

en Fetichismo

Pasó la primera noche, apenas pude pegar ojo, no estaba acostumbrado a dormir en el suelo, completamente desnudo, y con constantes interrupciones, se notaba que las chicas estaban algo nerviosas porque estuvieron usando el W.C. continuamente durante toda la noche y al levantarse, absolutamente todas pasaron a visitarme.

Angélica no se habia equivocado ni un ápice, a las 12 de la mañana recibimos el paquete de Bucarest, y fue todo un acontecimiento, todas se arremolinaron al rededor mio y del paquete y estaban ansiosas por descubir su contenido y ponerlo en práctica en mi persona, yo estaba un poco nervioso, al parecer la maquinaria de mi nueva vida comenzaba a funcionar y según todos los indicios hacia un camino totalmente desconocido y de una forma irreversible, sin posibilidad de vuelta atras; al abrir el paquete aparecieron dos paquetes en su interior, uno era la jaula y el otro el cilindro, primeramente Andreea abrio el de la jaula y al descubrir su contenido todas exclamaron de admiración, básicamente era lo que había explicado Angélica, pero al natural llamaba la atención por su brillo, la nobleza de los materiales, su complejo mecanismo y sobre todo su diabólica función, iba acompañado de manuales de instrucciones y mensajes de atención referentes a que no era ningún juguete y sobre todo las advertencias de que su aplicación era de un solo uso, sin posibilidad alguna de removerlo o quitarlo una vez que se había puesto y activadas las palancas de los resortes de las agujas de forma definitiva, además de que podía causar lesiones graves. Las chicas se lo fueron pasando unas a otras con sumo cuidado, sobre todo con las palancas que ejectaban las agujas con forma de arponcillo, las movían un poco y se veia como salían multitud de agujas con la siniestra forma de arpón, por todos y cada uno de los tubos que componian la jaula y con otra palanca similar se activaban las agujas que salían del cilindro central que se introducía en la uretra, con la particularidad de que no era exactamente igual a lo que nos había explicado Angélica, este tubo hueco era bastante mas largo que los 3 centímetros que nos dijo, yo calculo que tendría por lo menos 15 centímetros de largo y unos 8 milímetros de grosor total, del que en toda su longitud saldrían al menos unas 30 agujas activadas por el resorte de la palanca, lo dicho: un sofisticado artilujio diabólico, cuando llegó a mis manos pude comprobar que pesaba bastante y como todo el mundo moví un poco las palancas para ver como surjían del interior de los tubos multitud de afiladas agujas con el detalle de las puntas en forma de arpón, pude comprobar que una vez colocado en su sitio y activadas las palancas era completamente imposible que aquello se moviera o se pudiera quitar sin destrozar completamente el órgano sobre el que estuviera puesto, rápidamente medité sobre lo que estaba a punto de cometer y esos pocos segundos con el aparato en mis manos y pensando lo que pronto iba a suceder todas las chicas se quedaron en silencio observándome, enseguida levanté los ojos y mirandolas a todas a la cara asentí con mi cabeza, a lo que ellas respondieron con un aplauso, devolví el aparato a Andreea y esta sin perder más tiempo dijo: "bueno ha llegado el momento, y siendo este el comienzo te pregunto por última vez, quieres que comencemos con esta nueva etapa?, que sepas que nunca mas te volveré a preguntar por nada que te vayamos a hacer, pero este es el momento en que si no lo tienes claro o dudas, lo digas, y si consientes y quieres que sigamos, nada mas podrás hacer para que nos detengamos, hoy comienza una etapa en tu vida que por tu elección te conducirá a un aténtico infierno con etapas y cambios totalmente definitivos e irreversibles, de acuerdo?", tras unos segundos que parecieron eternos respondí: "de acuerdo, adelante."

Sin mas dilación me recosté en el suelo y Andreea cogió la jaula y procedió a colocarmela en el pene, mi grado de excitación era máximo y el tubo que se introducia dentro de la uretra costó bastante meterlo hasta el final, haciendo bastante presión y doliendome internamente, una vez que ya estaba totalmente encajado, suspiro y de una manera decidida y certera accionó las dos palancas quedándose con las mismas en la mano, lo que inebitablemente produjo que mas de 70 lacerantes agujas se encajaran sólidamente y para siempre en su posición definitiva, clavándose completamente tanto en el interior como en el exterior de mi erecto pene, Andreea con un lijero movimiento hacia afuera y hacia dentro consiguió que quedara perfecta y profundamente enclavado, el dolor fué indescriptible y el sangrado bastante escandaloso, pero la excitación y el grado de satisfacción lo supero, sobre todo por el morbo de pensar que eso iba a formar parte de mi ya para siempre y que lo que acababa de pasar solo era el principio. Rápidamente una de las chicas trajo una botella de alcohol y empezó a rociar abundantemente mi maltrecho pene provocando una quemazón y un escozor que casi me hacen perder el conocimiento, las chicas se acercaban y comprobaban con sus propias manos lo firmemente anclado que había quedado, moviendo hacia un lado y hacia otro y pegando pequeños tirones hacia afuera lo que provocaba que todas las agujas en el interior de mi pene se clavaran aun mas si cabe y un intenso dolor a la vez que una gran excitación.

Cuando ya todas habían pasado y tocado y estirado la jaula, se convencieron que habia sido un gran acierto y se volvieron a juntar para ver la segunda pieza del paquete, Andreea procedió a abrirlo, efectivamente era menos expectacular que la jaula, básicamente era un cilindro cromado de unos 7 centímetros de diametro y unos 4 de largo con un agujero en el centro de 2,5 centimetros aproximadamente, el cilindro estaba partido por la mitad y se unian las dos partes mediantes tornillos de un solo giro (solo se pueden apretar, una vez apretados no se pueden desatornillar) y el peso era bastante elevado entre los 800 gramos y el kilo, dentro de las dos mitades estaba la compleja tecnología con la que estaba dotado, principalmente un receptor de las señales emitidas por los mandos a distancia, un generador de descargas eléctricas, un procesador que gestionaba todo el conjunto y unas baterias que se cargaban con el movimiento y con el calor humano, pero claro, todo eso no se podía ver; otra vez se lo pasaron todas de mano en mano haciendo gestos de sopesarlo, pero como solo era eso terminaron enseguida, y enseguida volvió otra vez a las manos de Andreea, esta vez ya no me lo pasaron a mi ni tampoco Andreea me dijo nada, simplemente recostado como estaba procedió a colocarlo en su sitio, osea en mi escroto, apretó a tope los tornillos y una vez terminado tiró la llave y entregó un mando a cada una de las chicas quedándose ella con el último, Angélica, al parecer, se había estudiado la documentación que su compañera de Bucarest le había mandado anticipadamente y fue ella la que se encargó de enseñar a todas el funcionamiento del aparato con los mandos; tenía multitud de posibilidades, pero básicamente se trataba de que cada una de ellas adoptara un código diferente, el cual transmitía al cilindro una señal diferente cada vez según se tratara de cada una de las chicas, y yo debía de memorizar y reconocer cual era de cada una, así estuvieron probando casi una hora, el caso es que cada vez que cada una de ella tocaba una tecla del mando se traducía en una descarga en mis genitales através del cilindro, cuando ya todas habían elegido código y yo había aprendido cual era de cada una de ellas mis genitales estaban completamente amoratados y durante esa hora y ante tal cantidad de descargas me habían provocado que mi pene perdiera y volviera a cojer la erección en varias ocasiones, lo que me hizo ver la efectividad de los arpones de las agujas, porque aunque el pene se desinflara, este permanecía completamente sujeto a la jaula mediante las puntas arponadas de las agujas evitando que la jaula con su peso se saliera del pene lo que tal situación conducía a una nueva erección y esa nueva erección acarreaba que las agujas se volvieran a clavar quizás mas profundamente y todo ello en medio de continuas descargas eléctricas, además las posibilidades de los mandos permitían de una manera relativamente facil programarlos para a gusto de quien lo usara emitiera otros tipos diferentes de descargas (mas o menos seguidas, mas o menos duraderas, mas o menos intensas, etc., etc.) así como su uso totalmente discrecional o como unos pequeños y simples juegos que venian pre programados, los mandos eran como los mandos de un parking poco mas o menos y tenian una pantalla que les permitia jugar, accionar, programar y utilizar de una manera bastante lógica.

Cuando terminaron era ya la hora de comer y al terminar empezarían con la jornada de trabajo, ellas ya se habían repartido los trabajos en la casa y unas se fueron a preparar la comida, otras a arreglar las zonas de trabajo y otras a lo que tuvieran que hacer, era el primer dia de trabajo en el chalet y por eso empezaron al medio dia, pero habían acordado que el horario de atención al público sería de 24 horas los siete dias a la semana, estableciendo turnos y horarios para el descanso pero manteniendo la casa abierta todas las horas y todos los días, yo sin embargo, no tenía ni horarios ni descansos, siempre debería estar dispuesto para mi cometido y sobre todo ahora que ya me habían puesto mi "uniforme" de trabajo, el caso es que tanto la jaula como el cilindro cumplian a la perfección con su cometido, además de torturar cruel y diabolicamente mis genitales, continuamente a traves de los pinchazos provocados con cualquier movimiento o con las múltiples descargas no permitían que me abstrajera de cual era mi situación a la vez que me mantenía en un grado de excitación cada vez mas grande y continuo, a mi me dijeron que me retirara a mi habitación a esperar con mi cometido, mi habitación por llamarlo de alguna forma era un antiguo aseo del chalet al que se le habian retirado todos los sanitarios y se habían taponado todas las tomas de agua así como todos los desagues excepto el correspondiente al inodoro al cual se le había dotado de una simple tapadera a ras de suelo para que lo pudiera usar, alli era donde deberia permanecer mientras no se me llamara por alguna de ellas, ellas podían o bien visitarme en mi habitación o bien me llamaban y yo debía de ir a la habitación a la que me habían llamado, también me dijeron que siempre debería ir a cuatro patas, nunca mas me podría poner depié, me estaba totalmente prohibido tocarme los genitales, muy diligente Angélica se había puesto en contacto con su compañera para que mandara urgente (de echo solo tardaron en llegar un par de dias) unas pulseras complemento del cilindro las cuales yo llevaria puestas siempre y al acercarse al cilindro a menos de treinta centimetros el cilindro responderia con la máxima intensidad y duración, otra obligación mia era mantener perfectamente limpia mi habitación, afortunadamente era pequeña y no gozaba de ningún tipo de mueble, pero todo lo que quedara por el suelo después de ser usado o lo que no entrara en el diminuto tubo de desague (9 centímetros de diametro) después de usarlo yo, deberia recogerlo con la boca y limpiar perfectamente con la lengua.

Para ser martes, el primer medio día de funcionamiento no estuvo nada mal, habian hecho publicidad en prensa y se habia generado cierta espectación, además su amigo del club tambíen había colaborado con divulgar la existencia de una nueva casa en la ciudad, además por ser la inauguración las copas eran gratis, yo no me enteraba mucho, había chicas que siempre venian a usarme a mi habitación y otras que querían que fuera yo a las suyas, y ese era el momento en que al salir de mi agujero veia el ambiente incluso a algunos clientes, pero lo que no se me escapaba era el número de clientes que visitaba el chalet, sobre todo por el tema de los condones, cosa que a partir de ese dia pasaba de ser una cosa totalmente desconocida a ser un importante complemento alimenticio en mi nueva dieta y puedo decir que a las dos de la madrugada habian pasado al menos treinta clientes por la casa. El contenido de los condones lo vaciaban en una especie de jarrita y al final de la noche hubiera lo que hubiera me lo bebía todo de golpe, algunas chicas al vaciar los condones normalmente escupían dentro de la jarra, decían para que hubiera mas cantidad de sustancia, ese día al ser la inauguración y con el tema de las copas gratis y todo lo demás, tres de las chicas parece que abusaron un poco de la bebida y por la noche tuvieron que usarme para vomitar, otra cosa que yo ni me imaginaba que pudiera pasarme, pero pasó, y al terminar tuve que recoger todo con la boca y limpiar, sobre todo el suelo, con la lengua, el caso es que cuanto mas asquerosa y denigrante era la situación se traducía en mi en una sobrexcitación descomunal, que me hacía transformarme por completo y querer mas y mas.

 

Los dias pasaban lentamente y la casa funcionaba bastante bien, las chicas estaban contentas y yo con mi rutinario trabajo también me encontraba bien, siempre en estado de sobrexcitación y esperando en cada momento esas pequeñas cosas que rompían la monotonía y que aunque eran cosas puntuales, desde ese momento pasaban a formar parte de mi nueva vida, las chicas también se esforzaban por cumplir con lo que en su día se habían comprometido y en cierto modo había un pique entre ellas de ver a quien se le ocurrían mas cosas para hacerme y a quien se le ocurría la cosa mas mala o desagradable, cosa que a mi personalmente me encantaba, por supuesto llegaron las pulseras y desde ese momento las llevo puestas de una forma definitiva, cosa que al tener que andar siempre de rodillas hay veces que las manos se acercan demasiado al cilindro y este actua con total contundencia que muchas veces me tira al suelo, pero lo peor es cuando estoy durmiendo, no hay noche que por lo menos dos o tres veces me responda el cilindro haciendome ver las estrellas, pero que le vamos a hacer, me encanta, y esa era otra cosa que ya para siempre pasaba a formar parte de mi vida; las chicas parecía que llevaban como una especie de hoja de ruta conmigo, también a los pocos dias apareció por el chalet una chica que era la esteticién de ellas, y fue entonces cuando le comentaron lo de mi depilación integral y definitiva, la chica les advirtió que si verdaderamente querian que fuera definitiva de verdad, y le dijeron que por supuesto, y dicho y hecho, la chica se aplicó a fondo con varias sesiones de laser y depilación eléctrica que quemaba de raiz el folículo piloso para que nunca mas volviera a haber pelo en ningún rincon de mi cuerpo ni tan siquiera pestañas o cejas, estaban empeñadas en transformarme de tal manera que nunca pudiera volver a ser el hombre o la persona que fui, durante las sesiones que duraron un par de semanas puesto que en la casa no existen aseos tuve que servir como W.C. tanto a ella como a su ayudante, cosa que les encantó, momento que aprovecharon las chicas para invitarlas a las dos a que siempre que les apeteciera pasaran por la casa, solas o acompañadas por quien ellas quisieran para usarme o hacerme cualquier cosa que se les ocurriera, y de momento se comprometieron a que una vez al mes que era cuando iban a repasar a las chicas me usarían y probarían algunas cosas conmigo incluso se comprometieron a llevar algunas amigas. Otra cosa que también se les ocurrió a una de las chicas fue que lo de usarme como retrete estaba muy bien pero que había veces, segun ella, que nada mas comerme sus excrementos yo automáticamente los defecaba y eso a ella no le parecía bien por que creia que eso no era una tortura propiamente dicha y ni corta ni perezosa se le ocurrió que solo se abriría la tapadera del tubo de mi habitación durante tan solo una hora los lunes, miercoles y viernes y durante esas tres horas a la semana de esos tres días sería solo cuando podría eliminar definitivamente mis excrementos tanto sólidos como líquidos, mientras tanto y fuera de esas tres horas a la semana yo podía seguir haciendo mis necesidades en el suelo de mi habitación pero con la novedad de que automáticamente que las hacía las debía de volver a ingerir así tantas veces como fuera necesario hasta que llegara el momento en que se abria el agujero, eso si que era una tortura como retrete humano, las demás chicas no pudieron nada mas que aplaudir la idea ya que estaba en consonancia con lo que realmente se esperaba de mi. Desde el segundo día en el chalet Helena se había encargado de hacer las gestiones de lo de los perros y precisamente se los encargaron a un criador que por casualidad también conocía el productor de cine porno extremo, lo cual lo hacía ideal porque este criador sabía como adiestrar a los perros para que tuvieran relaciones sexuales con los humanos y de hecho tenía varios perros de los que se utilizan en las películas, pero daba la casualidad de que no eran de la raza Gran Danés que era la que quería Helena, una vez que el criador consiguió dos magníficos ejemplares machos empezó a adiestrarlos y les comentó a las chicas que sería interesante que me desplazara a su finca para que conviviera con los perros para que se familiarizaran conmigo y que los dos perros que se pretendía adiestrar vieran como trabajaban conmigo los ejemplares que el ya tenia adiestrados, a las chicas les encantó la idea y además estaban ansiosas de verme en el chalet ya con los dos nuevos perros haciendo conmigo lo que se habían propuesto, pero solo había un problema y era que durante la semana que yo iba a estar fuera en la finca del criador en el chalet se quedaban sin retrete y dijeron que no pasaba nada que para eso estaba mi habitación, que pondrían dos grandes recipientes y alli harían todas sus necesidades que quedarían guardadas y reservadas para cuando yo volviera, de esa manera quedaron con el criador que el próximo lunes pasara a recojerme con su furgoneta para llevarme a su finca, pero Helena dijo que antes de que saliera del chalet para la finca habría que hacerme unos pequeños retoques, se le ocurrio hablar con uno de los clientes de la casa que es odontólogo y quedó que debía de sacarme todas las piezas dentales de mi boca, total ya solo comía excrementos y no fuera a ser que haciendo las felaciones a los perros los dañara con mis dientes, dicho y hecho en los tres días siguientes me quedé sin ninguna de mis piezas dentales, otra de las modificaciones irreversibles, pero si eso era para poder seguir comiendo excrementos y hacer felaciones seguras a quien ellas me dijeran, entonces me parecia genial, la verdad en los dos dias que todavía estuve en el chalet ya sin dientes a la hora de comer las defecaciones de las chicas lo hacia diferente y permitía apreciar mejor las texturas de las mismas, era como una boca diseñada para comer mierda, los dientes eran totalmente innecesarios, llegó el lunes y a primera hora de la mañana se presentó el criador con su furgoneta me subí a la parte de atras tal y como estaba en el chalet con mi uniforme de jaula y cilindro y nos fuimos para la finca, al llegar me dijo que tenía instrucciones de las chicas de que no se me permitía ponerme depié y que durante mi estancia en el criadero yo sería un perro mas, bueno no exactamente, en lo referente a la comida los demas perros de la finca comerían su pienso habitual y yo solo podría comer sus excrementos y sus orines y que en eso no me preocupara que el tenía seis perros acostumbrados a tener todo tipo de relaciones con humanos y que desde el primer momento conviviria con ellos en sus corrales y que además eso era bueno para que los dos perros nuevos vieran lo que hacian los otros y asi iniciarlos en lo que ellos deberían de hacer también conmigo, que además en dichos corrales el también tenía unos treinta perros machos mas de diversas razas y que el creía que no habría ningún problema entre todos los perros y yo, también me dijo que yo sería el encargado de limpiar el corral de excrementos y que tenía ordenes de las chicas de que lo debería de hacer con la boca y tragarmelos en cuanto a los orines solo debería de beberme los de los seis perros adaptados y si alguno por aprendizaje me buscaba para que también me bebiera los suyos que no me negara por que podría ser peligroso para mi y como colofón me advirtió que durante esa semana en el corral solo habrian machos y que según instrucciones de las chicas el había hormonado a todos los ejemplares para que tuvieran un celo un poco subido de tono para que entre todos guiados por los seis perros expertos enseñaran a los dos nuevos ejemplares de Gran Danés, total que fué una semana de locura, y tanto perro tanto perro me llevó a echar de menos a las chicas y todas sus ocurrencias, me excitaba que la semanita de los perros había sido cosa de ellas y lo unico que agradecía era que a la hora de defecar yo no tenía que volver a comermelo, pero a cambio tenía que comer infinidad de excrementos de todos los perros que había en el corral, por otro lado el poder de aprendizaje en los perros es bastante superior a como yo creía, y a mitad de semana mas de veinte perros entre ellos los dos Gran Danés ya iban detras de mi bien para montarme, bien para que les hiciera felaciones o bien para que me bebiera sus orines, nunca lo hubiera pensado, pero a pesar de su gran capacidad de aprendizaje nunca faltaron los empujones, los pisotones, los bocados, etc., etc., y parecía que todos los golpes y bocados siempre acababan en la misma zona: la de mis doloridos y lacerados genitales. Pero bueno al fin se acabó la semana y volví al chalet con mis dos nuevos amos, dos majestuosos ejemplares de Gran Danés que se podría decir que eran mas grandes que yo mismo y totalmente adiestrados para buscarme y hacerme comer y beber cada vez que necesitaran hacer sus necesidades, así como satisfacerles sexualmente cada vez que ellos quisieran, yo no tenía ninguna posibilidad de negarme o hacerme el loco, como los perros no tenían mando, el adistrador les había enseñado que la forma de avisarme era morderme en los testiculos y no me soltaban hasta que yo había terminado con mi cometido, a partir de ese momento muchas veces estaba tumbado atendiendo a una de las chicas y tenia a uno de los perros enganchado a mis testículos masticandolos hasta que le hiciera caso y atendiera completamente sus necesidades, por cierto, si que era verdad que al final mis testiculos arrastrarían por el suelo, ya estaba comprobando que desde la instalación del cilindro el escroto se había estirado bastante y de hecho cuando se me agarraba algún perro y comenzaba a masticarlos, tenía bastante mas facilidad que los primeros dias, también se adelantó Angélica: ya habia encargado otro segundo cilindro, este solo como peso, sin maquinaria alguna pero con un peso de 1,300 kilos, con ese seguro que ya se llegaba al suelo, pero ella decia que no pararía, que según se fuera estirando y cupiera otro cilindro, ella lo pondría; la verdad es que poco a poco se me amontonaban mis obligaciones, como el día que volvi de la finca con los perros, una vez que paso la hora de apertura del tubo me dieron los recipientes llenos de excrementos y orines para que no parara de comermelos inmediatamente, asi como dos jarras llenas de semen mezclado con escupitajos de las chicas, y ahora hasta dentro de tres días no se volvia a abrir el tubo lo que me obligó a ademas de seguir atendiendo a las chicas en todas sus necesidades diarias y además de los perros a tener que seguir comiendo lo de toda la semana anterior por lo menos unas ocho veces porque al ser una cantidad tan grande lo que hacía era llenarme de una manera exagerada y una vez que terminaba de comermelo enseguida tenia que volver a defecarlo para tener que volver a comermelo, eso si que era una tortura.

Un buen dia aparecieron dos chicas que yo no conocía de nada y me dijo Andreea que me iban a hacer las uñas, que cosa mas rara, pensé yo, sin mas explicaciones se pusieron las batas blancas, abrieron sus maletines y me hicieron que me sentara en el mismo suelo, me sujetaron una mano al brazo de una silla donde una de ellas estaba sentada y comenzaron a trabajar, y fue entonces cuando me di cuenta de que era aquello de hacer las uñas, se trataba nada mas y nada menos que de quitármelas completamente, incluso la raiz para que nunca mas volvieran a salir, yo no sabía si eran podólogas, ats o cirujanas, pero un dia una mano otro dia la otra y otros dos dias con los pies, al final sin uñas para siempre, durante los cuatro dias que duro el trabajo de las chicas, Andreea bromeaba y decía que si me volvían a salir que entonces me tendrían que amputar las últimas falanjes de los dedos, que eso si que era definitivo ¿bromeaba?, bueno el caso es que también ellas tuvieron que usar el W.C. de la casa y también les encantó, todas las mujeres que me veían en mi situación les despertaba sus instintos mas sádicos y todas parecián disfrutar usándome y fantaseaban con las cosas que me podían hacer, alucinaban cuando les explicaban lo de mi uniforme y al verme tan expuesto, incluso sin pelo, y tan sumiso querían enseguida experimentar conmigo, lógicamente también fueron invitadas para que siempre que quisieran y con quien ellas quisieran pasaran por la casa para usarme o hacerme lo que les diera la gana, a lo que ambas respondieron que por supuesto lo harían; durante esos cuatro dias, tuve que seguir atendiendo a las chicas y sobre todo a los perros, estos si que no tenían espera, lo que se dío la circunstancia de que en innumerables ocasiones tuve que esperar a que las chicas terminaran y me soltaran para poder atender a los perros, mientras tanto ellos mordian y mordian sin parar y tiraban mis expuestos testículos, algunas veces durante mas de dos horas, cosa que a las chicas les encantaba y yo creo que ellas mismas al darse cuenta retrasaban todo lo que podían lo que en ese momento estaban haciendo para que los perros se desesperasen y insistieran con mas saña, eso si, si solo era para orinar o defecar no pasaba nada, pero si era para cogerme por detrás lo hacían con una rabia y una brutalidad extrema. En lo referente a los perros, tenían un tratamiento que les había puesto el criador y todos los dias al menos dos veces cada uno me cogía por detrás, yo al menos dos veces a cada uno le hacía una felación y todos los dias cada uno orinaba unas tres veces y siempre defecaban al menos una vez, todo ello siempre que ellos querían, por lo que la disposición era permanente y lógicamente ellos no entendían de esperar a que terminara cualquier otro servicio que estuviera haciendo, cuando le entraban las ganas o ellos querían, ya sabían lo que tenían que hacer: morderme y tirar de mis testículos hasta que los atendiera y terminara con el, solo en ese momento dejaban de morder, no les importaba si estaba atendiendo a las chicas o al otro perro, les daba igual lo que estuviera haciendo, y parecía que estre ellos estuvieran picados, porque casi siempre que estaba atendiendo a uno, llegaba el otro y se enganchaba a los testículos, todas estas situaciones les encantaban a las chicas y verdaderamente gozaban cuando me veian completamente dominado por semejantes bestias.

La verdad es que estas dos chicas de las uñas, volvieron mas asiduamente y yo no se si por iniciativa propia o por encargo de Andreea, pero empezaron un tratamiento conmigo a base hormonas y pinchazos en los pechos con el propósito de hacerme crecer los pechos como si de una mujer se tratara, y la verdad es que en relativamente poco tiempo me encontré con dos magníficos ejemplares de tetas, parecía increible pero hay estaban, por lo menos una talla 100, para mi era una sensación bastante rara, pero me encantaban mis tetas, durante todo el tiempo que duró el tratamiento me usaron intensamente y sobre todo les gustaba interactuar con los perros animándoles a que siempre que yo estaba ocupado con uno, viniera el otro a insistir, incluso a pelearse los dos por morderme los testículos a la vez, también les gustaba mucho jugar con otro tipo de animales e insectos: mediante un tubo abierto por los dos lados me lo introducían por el ano y por el extremo exterior introducían todo tipo de bichos: escarabajos, cucarachas, saltamontes, etc., etc., incluso ratones y una vez que estaban dentro sacaban el tubo dejando al animal encerrado y peleando por salir, tambien en mis genitales probaron precintandolos con una bolsa e intruduciendo avispas, arañas y todo tipo de bichos que fueran capaces de morder o picar. Cuando las tetas que me habían hecho crecer tuvieron el tamaño y la forma que ellas quisieron, pasaron a la siguiente fase, que no era otra que completar mi uniforme como siempre de manera permanente y para siempre, nada que se pudiera quitar y poner, básicamente se trataba de grandes y pesados aros de 5 centímetros de contorno y un grosor de 1,5, uno en cada uno de mis pezones, otros dos en cada una de mis orejas y como colofón el último en mi lengua, que ahora que no tenía dientes se podía alojar, con alguna dificultad, dentro de la boca, pero que normalmente me obligaba a llevarlo fuera tirando constantemente de la lengua, decían que así se podría conseguir un efecto parecido al escroto, que a esas alturas ya llegaba y arrastraba por el suelo con dos cilindros puestos y el tercero de camino, con ese estiramiento los perros disfrutaban cada vez mas, los aros se colocaron de manera que una vez puestos ya no se podían quitar y volvían a transformarme, con el de la lengua era casi imposible poder hablar y que alguien me entendiera, pero daba lo mismo, hacia mucho tiempo que ya no hablaba, y a la hora de tragar mi monotona dieta tambíen se complicaba un poco porque con el peso y el volumen del aro era bastante dificil dominarlo y llevarlo hacia un sitio en concreto, incluso para comer mierda tenía que padecer. Después de los aros vinieron los tatuajes, algunas chicas eran partidarias de hacerme muchos tatuajes por todo el cuerpo, pero Andreea dijo que no, que mejor hacer unos tatuajes grandes y contundentes, que me denigraran aun mas, y que en vez de tatuajes por todo el cuerpo, mejor marcas al fuego que todas y cada una me harían donde mas les apeteciera, y asi fué, en lo de los tatuajes contundentes para denigrarme, me hicieron en mi calva cabeza uno con la palabra retrete y una gran flecha en la frente hacia abajo indicando mi boca y en cada una de mis mejillas las letras W C una en cada una de ellas, en cuanto a las marcas al fuego, Andreea estableció que todas y cada una de las chicas hiciera un diseño de sus iniciales, para que un herrero hiciera los moldes y una vez que estuvieron hechos en una reunión todas las chicas me marcaron como a un ternero en el oeste donde ellas quisieron, en las nalgas, en las tetas, en la espalda, en los brazos, etc. y que siempre que a una de ellas le apeteciera o se le antojara podría seguir marcandome lo que quisiera, donde quisiera y cuando quisiera. Con esto mi cuerpo se había transformado de una manera radical y completamente denigrante y definitiva, ya nunca podría salir a la calle a no ser que fuera dentro de una caja, ya nunca podria volver a ser una persona normal, ni podría relacionarme con nadie de una forma normal, estaba completamente en las manos de Andreea y sus chicas, a merced de sus retorcidas mentes que yo mismo había propiciado y auspiciado, y concretamente esa situación era lo que mas me gustaba y me hacía seguir adelante con completa excitación.