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Cara a cara

en Voyerismo

Sábado noche, eran las fiestas del pueblo y nos concentramos un montón de gente en la feria para beber y después lo que surja. Vinieron los amigos de la facultad de uno, las amigas de la novia de otro, y por supuesto los de siempre. En total una treintena de personas de las que sobre las cinco de la mañana solo quedabamos seis o siete supervivientes.

Entre ellos, para no describir a todos, estaba la novia de uno de mis mejores amigos, a la que todos conocemos desde hace muchos años, pero hace un par de años empezó a salir con mi amigo. Esta chica es muy alta, tiene el pelo liso y castaño, un poco por debajo de los hombros. Pechos grandes, yo diría que más de una talla 90, y un culo bien formado para coronar sus largas piernas. Pero sin duda lo que más destacaría de ella es su personalidad extrovertida, siempre es muy espontánea y todos lo pasamos muy bien con ella.

El caso es que esta chica vive fuera del pueblo, y como su novio no había salido porque trabajaba, se iba a quedar a dormir en casa de otra de nuestras mejores amigas. A las seis o las siete solo quedamos estas dos chicas y yo, que como iba tan borracho me acoplé también a dormir con ellas (no sería la primera vez que acabamos todos en su chalet durmiendo después de una noche de fiesta).

Nuestra amiga nos dejó a la novia de mi amigo y a mí en la habitación de invitados y ella se fue a la suya. Yo dormía en una cama nido a ras de suelo a un metro de la cama en la que dormía ella. Como estabamos cansados y algo borrachos, nos dormimos en seguida tras comentar un par de anécdotas de la noche y reirnos.

No sé a que hora me desperté a medias, pero creo que seguía soñando. Como suele ocurrirnos a los hombres tenía una erección de caballo, e inconscientemente me empecé a acariciar por encima del calzoncillo. De repente ella se revolvió en su cama y recordé que estaba allí. Me dí cuenta de que a lo mejor había hecho algo de ruido y se había dado cuenta y dejé de acarciarme. Pero ya no me podía volver a dormir y tenía que hacer algo con esa erección. Me pudo el morbo de la situación y me giré hacia la cama de mi amiga, aparté la sábana, cerré los ojos y seguí acariciandome lentamente.

Automáticamente crecieron en intensidad las caricias sobre mi miembro, y se me escapó algún gemido. Entreabrí los ojos y vi que ella estaba de lado mirando fijamente hacia mis calzoncillos. Me asusté y dejé de mover la mano para hacerme el dormido, pero creo que ya era demasiado tarde, mi erección era muy visible y estaba claro lo que hacía mi mano en ese lugar. Así que seguí acariciandome lentamente con los ojos cerrados, como si lo estuviese haciendo en sueños.

Me olvidé por completo de donde estaba, y de que la novia de mi amigo estaba a un metro de mí. Y cuando volví a abrir los ojos, veo para mi sorpresa que ella también ha apartado las sábanas, y su mano se mueve frenéticamente dentro de su pantalón de pijama.

-¡Se acabó! -pensé. -Ya no se puede parar esto- Así que directamente saqué mi polla del calzoncillo y seguí masturbandome mientras le miraba. Primero despacio, recreandome y mostrándole todo mi miembro, y poco a poco fuimos avanzando juntos en la rapidez e intensidad de nuestros movimientos. Le puse una mirada suplicante que ella entendio a la perfección, y lentamente fue bajándose el pijama con las bragas hasta las rodillas y siguió frotándose el coño con una mano, y mordiéndose la otra para intentar no gritar.

 

Yo estaba absorto mirando sus dedos acariciando su clítoris, y entrando y saliendo a toda velocidad de su coño, y ella miraba mi mano recorriendo mi polla de arriba a abajo, y ponía cara de querer comérsela. Ya no podía aguantar más y con mi mirada le dije -¡me corro!

Ella directamente pegó la cara a la almohada para ahogar un grito y yo derramé toda la lefa en mi mano y mi tripa. Nuestros movimientos de placer se fueron deteniendo a la par, yo me levanté al baño para limpiarme, y al volver me volví a dormir sin mirarla hasta que nos despertó nuestra amiga cuando ya era de día.