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La detective Martínez

en Control Mental

La detective Martínez no imaginó jamás que se vería ante semejante situación cuando entró en el cuerpo. Pero vayamos un tiempo atrás.

En el año 2012 salió de la academia con unas calificaciones físicas y psicológicas excepcionales. Lo que la llevó a elegir destino y departamento sin demasiada complicación. El rumor en las clases de que utilizaba algo mas que sus valores intelectuales con los profesores le valió el dudoso honor de que la apodaran la loba. Era conocedora del calificativo pero jamás le dio demasiada relevancia. Todo lo contrario, a una parte muy profunda de su ser, le encantaba puesto que su físico y cualidades fueron de gran ayuda en momentos complicados de su instrucción.

Con 26 años tenia muy claro que no entraba en sus planes patrullar y poner multas. Eso era demasiado mundano para alguien con aspiraciones tan elevadas como las suyas. Dadas sus cualidades fue convocada por una subdelegación policial de la que solo se conocían rumores pero de la que siempre salían altos cargos. Siempre pensó que era un mito hasta aquella mañana. Se la convocaba a las 12 del mediodía. Accedió a la sala con su uniforme de gala, tal y como dictaba el protocolo. Allí se encontró con una mesa presidida principalmente por hombres, como era habitual en estas circunstancias. Con la frialdad que la caracterizaba se sentó en la única silla que permanecía vacía y espero a que le informaran de la razón por la que la habían convocado. El general de mayor rango comenzó a hablar:

Señorita Martínez. Ha sido convocada por este tribunal para que se le encomiende una misión extremadamente secreta. Hasta que no de su aprobación no podemos comunicarle de que se trata. Le garantizamos una remuneración importante y un cargo en esta mesa al finalizar su tarea. El cargo llevará consigo el poder que, por lo que dicen sus mentores, desea poseer. No lo dudó mucho. Quizás por curiosidad, quizás por metas en la vida. El caso es que rubricó con su firma, casi sin dejar finalizar a su superior, la misión que iba a requerir de sus servicios. Sabía que ese secretismo no depararía nada fácil, pero la recompensa merecería la pena.

Comenzó la explicación. Una nueva droga a llegado a las calles, de componentes en su inmensa mayoría, desconocidos para nuestro departamento químico. El efecto es diferente al de otras drogas. Esta droga, dependiendo de la dosis consumida, produce un desarrollo cerebral que lleva consigo episodios de dominación mental. Era imposible- pensó para sus adentros. Pero nadie en esa mesa parecía estar bromeando, así que decidió seguir escuchando. El numero de denuncias y sucesos de esta índole resulta difícil de contrastar dada la naturaleza del poder de este fármaco. Pero creemos que se está suministrando en un pequeño bar de la zona. Usted acudirá esta misma noche a dicho local y solicitará trabajo como camarera. Es muy importante que nos mantenga informados en todo momento de cualquier movimiento sospechoso. El exceso de valor, en este caso, puede traerle demasiadas consecuiencias. Gracias por su tiempo.

Y así terminó la reunión. Recibió una carpeta con el nombre del dueño del local, la ubicación y los pocos detalles que habían podido reunir de el. Se llamaba Francisco, todos le llamaban Frank. No tenía antecedentes, ni tan siquiera una multa. Pero sus cuentas bancarias habían subido poderosamente en relación al bar que poseía. Hablaban de millones de €. Mirando la foto, la loba no se sintió nada amenzada por el supuesto delincuente.

A eso de las 11 de la noche se presentó en la barra a solicitar un puesto de trabajo. Sabía por amigas que en esos sitios, para conseguir el empleo, la vestimenta era fundamental. Se enfundó unos vaqueros rotos de color negro que esalzaban el precioso culo que tenía, y un top que dejaba poco lugar a la imaginación en lo que a esos “enormes objetos de deseo” se refería. Localizo al tal Frank y le explicó que era nueva en la ciudad y que necesitaba un trabajo. Este no tardo en percatarse de las medidas de la solicitante y titubeando la admitió casi sin reparos, lo que a la detective Martínez sorprendió y agrado en dosis iguales. Tras 3 horas de trabajo sin parar y aguantar clientes que le pedían directamente a su escote, divisó a Frank camino de la puerta de atrás con un cigarro en la mano. Diviso una ocasión de oro para acercarse a el. Sigilosamente se deslizó hasta la puerta y la abrió de la misma forma. Al salir no vio a nadie. La calle estaba completamente vacía. Sorprendida se dio la vuelta con intención de regresar cuando escuchó un ruido. No pudo evitar echar mano a la pistola que había escondido entre sus muslos y acercarse al lugar de que provenían. Se acercó sigilosamente y tras un enorme contenedor contemplo una escena que la dejó atónita. Una chica acababa de ser agredida por dos muchachos de aspecto nazi. Cuando ella llego se encontró a Frank con las manos levantadas, no en señal de debilidad si no de control de la situación. Al mirar a los tipos fijamente vio que sus ojos estaban vacios. Un vacio difícil de explicar. Decidió seguir espiando. Soltad los cuchillos- les dijó el dueño del bar con tono completamente cordial y tranquilo. Al instante dos ruidos metalicos se desprendieron del suelo. Coged vuestros móviles y dadme vuestras contraseñas. Sin poner un solo pero, ambos obedecieron como autómatas. Bien, veo que perteneceis a una organización bastante importante, teneis acceso a sus cuentas?. El de aspecto mas tosco respondió de inmediato que si. Bien, transfiere ahora mismo 200.000€ a la cuenta de la señorita, el resto a la que te dare yo. Ahí fue cuando la loba se percató de que la chica tendida en el suelo, con el vestido rasgado de tal forma que dejaba al aire uno de sus pechos, poseía la misma mirada perdida que sus atacantes. Dales tu numero de cuenta bonita- ordenó el. Sin dudarlo, la chica empezó a dictar uno a uno los números que se le ordenaron. Cuando todo terminó, ante la mirada atónita de la nueva camarera, mandó a los cabezas rapadas a casa, no sin ordenarles que olvidaran lo sucedido y se quedó a solas con la jovencita. Ahora quiero que subas a mi despacho, en el primer cajón hay camisetas de las camareras, coge una y póntela. Despues baja y seduce a todos los clientes del bar que puedas a lo largo de la noche. Antes de que todo finalizará, Martínez se deslizó sigilosamente en el bar y regresó a la barra. Lo tenía!- pensó sin tan siquiera reparar en la orden que le había dado a la agredida minutos antes. Estaba cegada ante la posibilidad de cerrar un caso tan complicado en una sola noche. Se planteó la posibilidad de llamar a sus jefes pero todo se disipó cuando Frank regreso por la puerta trasera. Tenía que atrapar a ese cabrón ella sola. Tras otras dos horas de servir a personas que a cada rato que pasaba se alejaban de tal calificativo y viendo próxima la hora de cierre, se percató de que el dueño salía con dos amigos del despacho en dirección a la calle. Aprovechó el descuido para colarse en su escritorio y buscar la sustancia que le requerían. Desmontó cajones, revolvió papeles y hasta desmontó el sofá que tenia en la habitación, pero no dio resultado y el tiempo cada vez se le echaba mas encima. Mirando por la ventana divisó que el trio de amigos seguía en la barra tomando unas cervezas y decidió que aun le quedaba algo de tiempo. No sin percatarse de que la chica agredida anteriormente, ahora iba con dos chicos de la mano en dirección al baño con pinta de no hacer nada bueno….o si. Encontró en un armario una pequeña caja cerrada con llave. Su empeño por abrirla no le hizo percatarse de la situación que se le venía encima. Buscas algo?- Le preguntó relajadamente una voz desde la puerta. Dio un salto y cuando fue a responder que no, sus labios la traicionaron diciendo. Busco el material con el que traficas. No podía explicarse como había dicho semejante cosa. Así que sin tan siquiera mirar al individuo de la puerta se levantó e hizo ademan de irse. Una mano la paró y le sugirió que no lo hiciera. Ella, que deseaba salir corriendo de allí, se sorprendió al verse a si misma, de forma voluntaria, sentarse en el sofá que tenía al lado. En sus adentros entendió que estaba a su merced y no podía ponerle el mas minimo remedio. Frank, en pocos minutos ya había descubierto todo, su trabajo, su tapadera, su misión….hasta su apodo, loba, por el cual se dirigiría a ella desde aquel momento. Bien, Loba, que hago contigo? Debería dejarte ir? Debería hacerte desaparecer?.....Haz lo que quieras, pero no me mates- musitó apelando a la poca humanidad que presuponía que tendría su captor. Cambiando completamente el registro de su voz empezó a realizarle preguntas que ella respondia sin vacilación y con extrema sinceridad:

F: Cual es tu nombre real?

M: Beatriz

F: Eres una chica buena y decente?

M: Rotundamente no.

F: Me agrada escuchar eso. Cuentame. Tienes pareja?

M: No

F: No seas tan escueta, argumenta tus respuestas.

M: No tengo pareja, no creo que en las relaciones estables. Mis objetivos siempre han sido incompatibles con tener novio.

F: Como es eso?

M: A lo largo de mi carrera lo que no pude superar con mis capacidades intelectuales lo superé con mi cuerpo.

F: No me digas? Te follaste profesores para poder superar cursos?

M: Profesores, compañeros…. Lo que hiciera falta.

F: Que fue lo mas asqueroso que hiciste por conseguir tus propósitos?

M: Dejé que un profesor de avanzada edad me disfrazará de colegiala con coletas y camisa ajustada, sin ropa interior. Me atara primero a una mesa donde me desvirgó el culo mientras me azotaba dejando la marca de sus manos y luego me obligara a comerle la polla y tragarme lo que se me hizo un litro de semen.

F: Interesante. Veo que no ponías reparos a casi nada. Vamos a indagar mas en tu mente. Realizaste todas las fantasias sexuales que tenias?

M: No (respondió intentando resistirse por todos los medios y no argumentar).

F: Te dije que fueses mas explicita cariño. Intentar no abrirte a mi es imposible. Concretame.

M: Una vez me folle al capitán del equipo de futbol en los vestuarios delante de sus compañeros mientras se tocaban. Esa era una de mis fantasias. La otra no la realicé.

F: Cual es la fantasia que aun no llevaste a cabo?

M: Follarme a mas de un hombre.

F: En serio? Vaya, y que te parecería si yo te concediera ese deseo?

M: Me encantaría.(aunque quería gritar que se fuera a la mierda y pegarle un tiro)

Bien, respondió Frank. Voy a llamar a dos amigos, ellos tardaran 5 minutos en llegar. Entre tanto, tu vas a empezar a bailar y desnudarte para mi. A todo lo que te ordene responderas con un, si Amo. Estamos deacuerdo?

Horrorizada pero indefensa respondió: Si Amo.

La música empezó a sonar y ella bailaba mientras el dialogaba jocosamente por teléfono. Empezó a desnudarse. Comenzó por el top. Se lo quitó muy despacio mientras contoneaba sus caderas y dejó al aire unos pechos que hicieron perder el hilo de la conversación al “hipnotizador”. Tras el top, los vaqueros dejaron al aire su precioso culo tapado exclusivamente por un pequeño tanga negro. Cuando se disponía a desprenderse de el, recibió la orden de que se lo dejara puesto.

Escuchame con atención. Voy a hacer realidad tu fantasía. Por lo que a partir de ahora seras exactamente la que imaginabas que serias. Quiero decir, vas a estar muuuuy cachonda desde ahora mismo.

Sin comprender por que, notó como su tanga empezaba a humedecerse rápido. Haz lo que te apetezca ahora mismo, musitó el. A lo que ella respondió rápidamente bajando la cremallera de su pantalón y sacando su enorme polla. La miró fijamente sorprendida de la dimensión, y empezó a tragársela, cada vez con mas profundidad, hasta casi no poder ni respirar. En ese instante, llegaron dos individuos que al entrar se quedaron ojiplaticos al ver la escena. Eran dos camareros del bar. Frank los miró fijamente y les ordeno/explicó. Estamos cumpliendo la fantasia de nuestra nueva amiga del cuerpo de policía. Esta, no es otra que ser follada por todos los aquí presentes, así que quiero que seais buenos, os desnudéis y la ayudéis a realizarse. Sin dilación y con la misma mirada perdida que ella misma debería tener ahora, los dos muchachos se despojaron de su ropa y empezaron a manosear todo su cuerpo. Uno se colocó tras de ella, le bajó el tanga y empezó a escavar en su culo con la lengua. Se le notaba experiencia pues cambiaba cuando quería y encontraba el clítoris tan rápido que la detective tenía claro que por mucho que intentase contenerse, pronto sufriría un orgasmo. Frank parecía comprender perfectamente la situación asi que le ordenó que cuando se corriera lo hiciese de la manera mas bestial de toda su vida. No tardó en llegar. Al minuto de la orden notó como su cuerpo convulsionaba sin remedio mientras una lengua le recorría todo el coño y otra mordía sus pezones con tanta delicadeza que hasta casi lo agradecia. Gritó durante unos segundos y perdió las fuerzas cayendo al suelo casi inconsciente. Frank le preguntó si había terminado. Ella respondío: No Amo.

Se levantó como un resorte despojándose de la poca ropa que tenia. Bajo hasta los tobillos el pantalón de su Amo y se montó sobre su enorme polla mientas con las dos manos masturbaba e intentaba comerse las otras dos pollas. No podía parar aunque casi ni tenia fuerzas. Unos de los chicos pidió permiso para correrse en su cara. En ese momento dejo la otra polla de lado y se centró en la del joven. Este irremediablemente se corrió dentro de ella, mientras se esforzaba por tragar toda esa leche. El chaval se apartó y despejo de papeles la mesa. Entre los tres la levantaron y la tumbaron boca abajo. Mientras Frank disfrutaba de su húmedo coño el otro chaval veía las estrellas con una mamada como nunca le habían hecho. El jefe se corrió primero haciendo que emanara semen por toda su entrepierna. Poco después, el empleado se corrió sobre su cara distorsionando todo el maquillaje que llevaba. No tenia fuerzas pero quería mas. Fue entonces cuando Frank sacó a todos de su sueño. Cuando se vieron estaban entre avergonzados y destrozados.

F: Bueno. Os presento. Oficial Martinez, Oficial Sanz y Oficial Ruiz. Creo que en el cuerpo no se fiaban mucho de vosotros y os mandaron refuerzos. Ahora os tengo en video. Mañana iréis a la reunión y dimitiréis. Desaparecereis y nunca volveremos a vernos. Estamos deacuerdo?. Todos se vistieron lo mas rápido que pudieron y salieron corriendo de allí.

La detective Martínez no imaginó jamás que se vería ante semejante situación cuando entró en el cuerpo.