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Una de mis historias favoritas

en No Consentido

Era una mañana calurosa, en su juventud fue una mujer muy hermosa tal como lo demuestran las fotos que me enseñó; tenía la piel blanca a juego con un cabello castaño ondeado y largo además de un caracter descarado, por ello andaba desnuda buscando un lugar donde solearse lejos de la playa privada del hotel donde se hospedaba. No le desagradaba que la mirasen , solo no queria mas problemas con sus padres. Acababa de cumplir los 17 años y no veia las horas de poder ser mayor de edad y poder irse lejos de los reproches y la cucufateria de su familia.

Mientras caminaba iba pensando en su novio Alex con quien salia hacia unos meses pero aún no habían tenido sexo, él la veia como una chica pura mientras ella soñaba que le metía el pene mientras estaba en cuatro. Su entrepierna empezo a mojarse mientras seguia perdida en sus pensamientos, bajó la mano y empezo a meterse un dedo, no fue suficiente, la calentura pudo mas y se echó en la arena, abrió las piernas y empezó a masturbarse dándole una esplédinda vista de su coñito al mar. Aún no se habia animado a hacerlo con alguien, no queria serle infiel a su novio pero sus ganas eran más fuertes por lo que varias de sus cosas habían estado dentro de ella. 

A pesar de tener tres dedos dentro aún queria más asi que cogió unas conchitas redondeadas y se las metió, cuatro en total, sólo al sentirse llena podía llegar al orgasmo.

-A..Alex uhmm

Se imaginaba a su novio dentro de ella y apretaba cada vez más sin darse cuenta que tenia un espectador. Mientras llegaba al orgasmoel chico había bajado del peñasco en el que estaba pescando. Con los ojos cerrados y sus gemidos no se dio cuenta cuando el llegó y se arrodilló a la altura de su coño y metio sus dedos en su huequito completamente húmedo. Abrió los ojos, agitada por el placer y al verlo casi se le detiene el corazón, en cambio el chico seguía metiendo sus dedos, jugando con las conchitas que tenia dentro.

¿Qué estás haciendo? quiso gritarle pero nada salió de su boca, tenía miedo pero su cuerpo seguía disfrutando que sin darse cuenta estaba agarrandose las piernas para abrirlas más.

El chico la miraba divertido, mínimo se esperaba una cachetada por el atrevimiento pero la chica se había abierto más para él y no dudaría en seguir. Cogiendo su caña la pasó por el clitoris de la chica mientras con la otra mano empezó a mojar el ano, quería ver que tan lejos lograba llegar.

Sin dejar se sonreir deslizó la caña hasta ponerla en la entrada de su ano y de un empujón logro meter una buena parte, ella gritó y el empezo a mover la caña, en un mete y saca cada vez más rápido, la chica sollozaba pero seguía soltando gemidos, dejó la caña dentro y cogio su mano con la que empezó a masturbarla, ella entendió y siguió tocandose sola mientras el volvia a mover la caña la cual tenía un poco de sangre. Si que debe ser doloroso, pensó y siguió moviendo cada vez más rapido.

Estaba adolorida, sentía un ardor horrible en el trasero pero aún quería llegar al climax pero le falta algo más, necesitaba estar llena en su vagina o nunca se correría

-Por.. por favor mete tu pene, le pidió sin mirarlo 

El se bajó el pantalón y sacó su largo miembro, ella lo miraba mientras imaginaba como la abriría por fin un pene, dejó de tocarse y se abrió los labios lista para recibirlo, él acercó su miembro y empezó a rozarla, lo ponía en la entrada y lo sacaba, lo pasaba sobre su clítoris haciendo que ella suspirara. Para su mala suerte el no pensaba meterlo, gateando sobre ella puso su pene a la altura de su boca, ella creyó que quería que se lo chupe, abrió la boca y él empezó a orinar.

Cerró los ojos con fuerza pero toda su cara estaba bañada en orina, podía escucharlo reir, quería golpearlo pero su cuerpo no reaccionaba, cuando pudo abrir los ojos pudo verlo sacando un objeto de su bolsillo y poniéndolo en su coñito, por fin se sentía llena, bajó su mano hacia su clítoris pero la detuvo, le colocó las manos arriba y empezó a jugar con su clítoris mientras movía la caña con la otra, quería ver cómo se corría, ya se había divertido ahora le daría lo que ella quería.

Llegó al climax rápidamente, por fin había recuperado el control de su cuerpo, ríendose por el placer y aún temblando alzó la cabeza y vió que el seguía mirando su vagina. Ahora lo iba a hacer pagar por la humillacíon. Lo empujó y se sacó la caña y el llavero que el le había introducido, él seguía mirandola. Se acercó a él y se le abalanzó.

Había terminado, seguí sentado esperando sus gritos o golpes, coger mis cosas e irme, ya me había divertido. Ella se acercó, levanté la mirada y vi como se lanzaba hacía mí. Me dejé, ella empezó a romper mi chaqueta, no importaba.  Logró destrozarla y cuando creí que eso iba a ser todo, me mordió.

Su grito se escuchó a lo lejos, no era para menos, tenía un trozo de su carne en mi boca, lo escuí pero saboreé el sabor de su sangre. Quiso incorporarse pero no lo iba a dejar irse, no después de tanta humillación. Con toda mi fuerza lo tumbé y empecé a lamerle el cuello, lo sentí estremecer; con la otra mano empecé a bajarle el pantalón. No pensaba quedarme con las ganas.

Dolía mucho pero no pude evitar estremecerme cuando empezó a lamerme, me gustaba su lengua, más cuando subía hasta el lóbulo de mi oreja. La ayudé a bajarme el pantalón, quería saber que planeaba hacer esa mocosa. No creí que volviera a hacer daño.

Ni bien tuve a su pene afuera me senté sobre él, fue una sensación increíble, ¡por fin tenía un pene en mí! empecé a subir y bajar aferrándome a su cabello, disfrutaría y lo haría pagar a la vez.

Jalé su cabello hasta arrancárselo al tiempo que subía el ritmo y apretaba mi coño, se sentía bien pero quería escuchar sus gritos, volví a lamerlo y empecé a mascar cada vez que lo apretaba dentro mío, puse sus manos en mi espalda y sentí como se clavaban sus uñas cada vez que mi boca le hacía una nueva herida. Lo oír gruñir y sentí como se inchaba dentro hasta que estalló. Fue indescriptible lo que sentí, sus uñas clavadas en mi espalda, mi boca prendida de su hombro saboreando un hilo de sangre. Cuando me levanté y vi lo sucia y magullada que estaba por fin tomé conciencia de mis actos. Decidí limpiarme en el mar antes que todo, no volteé a verlo pero estaba feliz y sentía su sonrisa detrás mío. Cuando salí el estaba sentado mirando el horizonte.

-No pensaba encontrarme con una loca en estas playas

-Ni yo con un abusador, respondí sentandome a su lado

-Te prestaría mi chaqueta pero viendo como la dejaste no te servirá me dijo mientras me veia temblar 

-Deje mi ropa bajo un árbol, debo irme antes que se haga más tarde, sin mirarlo me levanté y empecé a alejarme

-¡EH!- volteé y me lanzó algo negro, era el llavero. Sonreí y seguí caminando.

Cuando llegué al hotel, luego de ponerme mi ropa que estaba a medio camino e inventarme un largo paseo me tumbé en mi cama y saqué el llavero, era ovalado y suave, sería perfecto para mis días más calientes. Al voltearlo vi que tenía grabado un teléfono y una dirección además de unas iniciales. Comprendí el mensaje de inmediato, claro que lo volvería a ver pero esta vez iría preparada.       

Esta historia es el cómo se conocieron la mujer más importante para mí y el hombre que la hizo sacar su lado más oscuro sin quererlo y será el inicio de su camino al máximo placer.

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