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Sarita y su resurgir

en Trios

Hola a todos

Mi nombre es Sara y tengo 31 años. Me he registrado en esta página con el objetivo de poder, de forma anónima, dar rienda suelta a lo que hasta hace poco algunas fueron fantasías y ahora son realidades. Todas las historias que voy a contar, empezando por esta, son reales aunque como es lógico cambiaré detalles, nombres, etc.

Pero antes debo poneros en contexto de porqué estoy aquí y porqué decidí contar mis intimidades a extraños. En primer lugar, las cuento porque sé que salvo que alguno de los implicados en mis historias esté aquí nadie me reconocerá. Y en segundo lugar, porque el relato que os voy a contar hoy, y que es el primero, es el que dio lugar a mi faceta más cerda.

Empiezo entonces:

El año pasado (2017), en el verano, llevaba con la que era mi ex pareja más de 7 años. Por aquella tenía 30 años (cumplo en Noviembre), lo que significa que llevaba con él desde los 23 años. Toda mi experiencia sexual (incluida la perdida de la virginidad) fue con mi ex pareja y en todo el tiempo que estuve con él jamás hubo otro, ni siquiera un atisbo por mi parte. Cuando empecé con el creo que era una chica bastante del montón, tirando a feilla, aunque creo que con los años he ganado. Mi físico cambió, en parte gracias a una mejor alimentación y a hacer mucho deporte, y con los años no me faltaron posibles pretendientes tanto cuando salía de fiesta con mis amigas como cuando iba al gimnasio. ¿Tentaciones? Muchas y constantes por parte de ellos, pero nunca por mi parte, pues estaba completamente enamorada de mi novio. Para mí era el chico perfecto: atento, guapo, inteligente… y aunque hubiera por ahí chicos con un físico que podría ser más atractivo, mi enamoramiento nunca me dejó ir a ningún lado. A pesar de los coqueteos que recibía por parte de otros, jamás tuve la intención de hacer nada, ni siquiera tontear.

Mi relación con mi Javi (mi ex) era buena. Cada uno vivíamos en casa de nuestros padres ya que ninguno de los dos teníamos un trabajo que nos permitiera de momento independizarnos. Nos veíamos bastante a menudo, nos íbamos de viaje cuando podíamos, etc. En el plano sexual... creo que Javi estaba frustrado ya que nuestra vida sexual era bastante monótona y rutinaria, algo que él siempre me echaba en cara. Siempre quería probar o hacer cosas que a mi no me apetecían hacer. A pesar de ello nuestra vida era, o eso creía yo, bastante feliz, ya que nos queríamos y nos respetábamos. Hasta el verano pasado.

En Julio ambos teníamos vacaciones, pero dado que no estábamos muy boyantes de dinero decidimos que irnos de vacaciones no era una opción. Sin embargo, vimos que había un festival de música en la zona de Castellón donde iban grupos que nos gustaban a ambos, así que dijimos que podíamos aprovechar, ya que sería un plan low cost (entrada, viaje y alojamiento en tienda de campaña) que nos permitiría tener unos días solos y disfrutando de buena música.

Planificamos todo: el festival era el tercer fin de semana de Julio. Compramos una tienda de campaña en el Decathlon, llevamos la ropa justa, algo de comida para intentar evitar tener que comprar allí pues pensamos que sería caro, etc. Nos fuimos en la furgoneta del padre de Javi. La idea era poder usar la furgoneta para dormir si veíamos mal el tema del camping, pero al final decidimos que era mejor el camping por el ambiente. La furgoneta tuvimos la suerte de poder aparcarla muy cerca de la zona de camping, pero no lo bastante como para que si la cosa se descontrolaba en el festival o camping nos lo arrollaran. El festival eran 3 días. El primer día llegamos bastante tarde, ya de noche, ya que no pudimos salir de Madrid a la hora prevista. Montamos la tienda donde buenamente pudimos y vimos que había hueco y nos fuimos a la zona de los conciertos.

Íbamos con mucha ilusión ese primer día lo pasamos genial: bebimos (yo no suelo beber mucho, pero ese día me descontrolé un poco), cantamos, bailamos... acabamos destrozados a las 3 de la mañana a pesar de que había muchísima fiesta en las tiendas de los alrededores. Cuando me quise dar cuenta estaba completamente dormida. Me desperté sobre las 11 y vi que Javi no estaba. Tras un primer momento de pánico le llamé por el móvil y empecé a escuchar su melodía fuera. Salí y vi como cogía el móvil y se disponía a contestarme, cuando le llamé:

-          Javi

-          Ah, estás ya despierta. – me dijo.

Me quedé mirándole. Estaba al lado de una barbacoa donde había 4 chicas y un chico que me miraban.

-          Mira, estos son nuestros vecinos de tienda: Miriam, Nuria, Sergio, Lola y Rocio. Son todos de Sevilla. – me dijo mientras señalaba con el dedo a cada una de ellas.

Al principio me quedé un poco desconcertada. Estaba medio dormida y no acababa de entender. No tardé en recuperar la compostura y me acerqué a saludarnos uno a uno. Cuando ya estaba acabando de saludar a todos, el chico (Sergio) se acercó a una nevera y sacó una cerveza y me la ofreció.

-          No gracias, creo que es demasiado pronto jeje. – le respondí, un poco aturdida por el hecho de que a las 11 de la mañana ya me estuvieran ofreciendo alcohol.

-          Bueno, tú te lo pierdes. – respondió mientras me sonreía y abría la lata y le daba un trago.

Estuvimos un rato hablando. Me explicaron de dónde venían y una serie de datos que por la cara de Javi y su tranquilidad intuí que ya le habían dicho a el antes. No podía dejar de observar como una de las chicas (Lola creo que era) miraba a Javi. El resto le miraban como si fuera uno más, pero ella tenía una mirada penetrante, que no sabía si era odio u otra cosa. Estuvimos con ellos como una media hora hasta que le dije a Javi si volvíamos un rato a la tienda. Cuando entramos le dije que había tardado poco en hacer amigos. Se lo dije al principio sin mucha maldad, aunque reconozco que la cara con la que la miraba la otra chica me molestaba (a pesar de no saber cuál era su intención realmente) y mi frase adquirió cierto tono de reproche.

-          ¿Qué te pasa? ¿Estás enfadada? .- me preguntó.

-          No, para nada, pero te veo muy sociable.

-          Bueno es que salí para ir a mear y de la que volvía los vi con la barbacoa preparando algo y me saludaron y me preguntaron si quería algo y empecé a hablar con ellos.

-          Ya veo ya.

El resto del día transcurrió sin mucha novedad. Los conciertos empezaban a las 19:00, así que el día fue relativamente aburrido. Estuvimos en la tienda sin hacer nada al principio, jugamos a las cartas, comimos y echamos una siesta. A eso de las 17 nos levantamos y al salir vimos a nuestros vecinos en círculo haciendo botellón.

-          Ey chicos, ¡uniros!. Tenemos ron para todos. – dijo Sergio con una sonrisa.

Nos miramos, y antes de casi poder tan siquiera hablarlo Javi ya iba de camino a sentarse con ellos. Resignada, le seguí y me senté a su lado. Él se sentó justo al lado de Lola, la cual pude observar como volvía a mirarle de una forma que no sabía interpretar. Sergio nos ofreció una cerveza fresquita a ambos, que a estas horas sí que aceptamos gustosos, ya que el calor empezaba a apretar. Estaban hablando del trabajo. Al parecer Lola, Sergio y Nuria eran compañeros de trabajo, mientras que Miriam y Rocio eran amigas de Nuria. La conversación fue bastante trivial, hablando de cosas bastante banales y sin mayor transcendencia hasta que el cariz de la conversación fue cambiando a medida que la cerveza iba consumiéndose. Creo que ya llevaríamos unas 3-4 cervezas cada uno y eran las 18:30 de la tarde cuando Lola propuso jugar a un juego.

-          ¿Y si jugamos al “Yo nunca”?.- dijo.

Yo no sabía de qué era el juego, aunque vi como el resto empezaban a reírse y a decir que sí, que vale. Estaba claro que todos estábamos ya un poco achispados y ese juego era el ideal para ese momento.

-          Yo.. lo siento pero no lo conozco. ¿De qué va?.- pregunté.

Todos me miraron con una cara un poco rara, incluido Javi, que sonrió mientras bebía. La verdad es que dudo sinceramente de que el supiera que era también, pero le vino bien que la tonta de su novia lo preguntara para no quedar el como un idiota.

-          Pues mira, cada uno plantea una situación que nunca haya hecho. Por ejemplo: “Yo nunca he hecho puenting”, y si alguien lo ha hecho, bebe. Aunque la gracia es que las preguntas suelen ser de tipo más… “íntimo”. – me explicó Rocio.

Me quedé unos segundos pensativa tratando de asimilar hasta que dije que de acuerdo, que jugáramos. Empezó la misma Rocio:

-          Yo nunca me he acostado con un hombre. – dijo.

Todos excepto los chicos bebimos.

El siguiente fue Sergio.

-          Yo nunca he estado con dos tías en un trío. – dijo.

Ninguno bebimos.

La siguiente fue Lola. Bebió un trago y sonrió antes de hablar:

-          Yo nunca he estado con dos tíos en un trío. – dijo.

Sorprendentemente vimos como Rocio bebía. Todos la miramos y por un momento se puso colorada mientras bebía. Al acabar no le quedó más remedio que “explicarse”:

-          Bueno… hace unos años pues.. pasó. – contestó.

Nuria, que era la amiga de Rocio, se la quedó mirando y le dijo:

-          Ala tía!! Que zorra.. y nunca me lo has contado!! Con quién???.

Rocio se sonrojo aún más y le dijo:

-          Bueno.. ya te contaré.- a la vez que agachaba la mirada.

Tras el pequeño shock a continuación le tocó a Javi. Al principio me miró y se quedó unos segundos pensativo. Imagino que querría decir algo que no nos pusiera en demasiado compromiso, o que no mostrara cosas de su pasado. Al fin y al cabo Javi era 3 años mayor que yo, y a diferencia mía, sí que había estado con otras chicas. El hecho de que dijera algo que no hubiera hecho conmigo me hubiera molestado, de ahí que imagino que se lo pensara tanto.

-          Yo nunca he comido una polla. – dijo.

Me pilló por sorpresa, y aunque al principio me molestó al rato me di cuenta de que era algo que iba a salir en algún momento teniendo en cuenta la intencionalidad del juego. Sin embargo, en ese momento me molestó y eso condicionó mi “yo nunca”. Cabe decir que ante esa, nuevamente bebimos todas las chicas.

La siguiente era yo. No sabía que decir. Siempre he sido una chica muy recatada y creo que por defecto nunca habría jugado a este juego, pero estaba algo borracha. Por otra parte estaba enfadada. Como dije, antes de darme cuenta de que era la dinámica y que si no lo hubiera dicho Javi lo hubiera dicho otro, me sentía enfadada por haber dicho lo de la mamada, así que decidí devolvérsela en cierto modo y emplear mi yo nunca en algo que sabía que él quería pero nunca le había dejado hacer.

-          Yo nunca he hecho sexo anal.- dije.

Vi como Javi me miraba de reojo con una mirada con algo de enfado. Y vi también, como todas bebían. Al verlas beber no pude evitar ver cómo mientras Lola bebía miraba a Javi a los ojos, y Javi la miraba a ella. Al principio me molestó, pero sinceramente con lo que había bebido no tardé en olvidarme de ello y no darle mucha importancia.

Seguimos jugando durante dos o tres rondas más. Las preguntas fueron subiendo de intensidad y las respuestas, para mí, fueron sorprendentes. Con el paso del tiempo, a día de hoy, me doy cuenta de que no es que las respuestas fueran especialmente interesantes, es que yo era una mojigata. Entre ellas para mí cabía destacar el correrse en la cara, en la boca, el practicar sado y varias sobre practicar sexo en público en diferentes sitios.

A eso de las 19:45 decidimos que era hora de ir a los conciertos. Como en parte de la conversación anterior habíamos estado hablando de los grupos que nos interesaban resultó que ellos iban a ir a casi todos los mismos que nosotros, así que dijimos que podíamos ir juntos. La idea era buena ya que nos permitía hacer piña, ayudarnos a mantener el sitio, comprar la bebida, etc. Nos fuimos a los conciertos y estuvimos cantando, bailando y en general disfrutando durante toda la noche. Yo llegó un momento que perdí bastante el norte ya que había bebido más de lo normal. Javi desapareció varias veces y apenas me enteré, quizás también porque Sergio estuvo conmigo haciéndome compañía, y debo reconocer, que muy buena compañía. Sergio era un chico muy majo. Físicamente era bastante normal, sin nada especial: ni guapo ni feo, ni estaba bueno ni no. Era normal, pero sin embargo era muy atento y muy majo y estuvo pendiente de mí todo el día, sobre todo cuando Javi desaparecía.

La noche iba pasando y yo seguía bebiendo. En un momento dado Javi vino con una cerveza y le dije que no, que no quería más, pero el insistió bastante en que bebiera, hasta que me tomé la mitad de la cerveza. Durante la siguiente hora Javi no se movió de mi lado y no paraba de preguntarme constantemente si estaba bien, si me pasaba algo, etc. Para entonces, Sergio que seguía cerca, pude ver cómo me miraba de reojo y miraba a Javi con una cierta rabia que no entendía. Empecé a sentirme algo rara y a encontrarme mareada y se lo dije a Javi. Me dijo que mejor fuéramos a la tienda y nos despedimos del resto, y nuevamente pude observar la mirada de Lola, que no acababa de descifrar o entender.

Llegamos a la tienda y me tumbé. La tienda me daba vueltas y solo necesitaba que parara. Javi, sin embargo, en vez de simplemente estar a mi lado empezaba a meterme mano. Al principio le dejé pues estaba en un estado tan extraño que me daba igual, hasta que empezó a molestarme y le dije que parara.

-          Pero por qué? No te apetece?.- preguntó, sin dejar de tocarme.

-          No Javi, ahora no, estoy algo mareada.- le respondí con los ojos cerrados sin apenas poder moverme.

-          Venga vamos, un poquito… aunque sea una mamada.- me dijo.

-          Javi en serio que no que no me encuentro bien.- le dije mientras intentaba quitarle la mano de dentro de la camiseta.

-          Vamos… que estoy que no puedo… y tú deberías estar igual.- contestó mientras trataba de volver a meter la mano.

No estaba claramente en mi mejor momento pero acerté a decir las palabras que tenía en la cabeza:

-          ¿Qué debería estar igual? ¿Qué dices?.- pregunté, esta vez tratando de incorporarme.

-          Pues… que he echado en la cerveza que estábamos tomando un poco de cristal. Ambos deberíamos estar a tono... yo al menos lo estoy.- contestaba mientras intentaba lamerme la oreja. – hace mucho que no follamos como es debido.. podemos aprovechar con esa ayuda.- dijo.

En ese momento se me pasó casi todo el colocón de repente. Supongo que la adrenalina hizo su efecto. Me incorporé y le empujé y me puse de pie:

-          ¿¿¿¿Cómo???? ¿Qué me has echado qué?.- empecé a gritar.

-          Cálmate que no es para tanto.- dijo mientras se incorporaba tras estar tumbado encima de mí y me miraba.-  no grites.

-          ¿Qué no grite? Pero tú estás loco? Sabes lo que pienso de las drogas y .. me echas eso sin tan siquiera preguntarme o comentármelo? ¿Pero de qué vas?.- le volví a gritar.

-          Sara te digo que te calmes, que no es para tanto. Llevamos unos meses que apenas hacemos nada, siempre estás que no te apetece y encima antes sueltas lo del sexo anal, que no sabía si era una intención o para joder. Pues coño pensé que nos vendría bien.- decía.

Le miraba y había algo que no entendía. No estaba enfadado por cómo me estaba poniendo con él, pero tampoco arrepentido. Simplemente parecía que le daba igual. Me quedé mirándolo sin saber muy bien que decir. Me estaba jodiendo lo que había hecho, que me echara en cara que no folláramos, etc.

-          Mira si no te gusta como soy y lo que hago o dejo de hacer contigo en la cama pues te buscas a otra, pero a mí no intentes “forzarme” drogándome. ¿Te queda claro? .- le dije con toda la serenidad de la que fui capaz.

Se me quedó mirando y como si la cosa no fuera con él me dijo:

-          Está bien, lo siento. No volverá a pasar. ¿Quieres volver a los conciertos?

-          No Javi, no quiero volver, pero sinceramente tampoco me apetece estar contigo así que si te quieres ir, vete, que yo me quedo aquí a dormir. – respondí.

-          Está bien.. es mejor que me vaya más que nada para que te enfríes así que me voy y vuelvo en un rato.- dijo mientras se levantaba y se intentó acercar a darme un beso, a lo que me negué apartándome y diciéndole que no, que no me besara.

Vi como salía de la tienda y sacaba un cigarrillo y se iba en dirección al festival. Me senté en la tienda y me quedé unos minutos pensando en lo que había hecho. Estaba enfadada, aunque ya más calmada. No entendía cómo podía haber hecho eso sin al menos intentar consultármelo. Aunque era una persona completamente contraria a las drogas, si lo hubiéramos hablado quizás hubiera accedido, pero a traición no me gustaba su comportamiento. Se quejaba de nuestro sexo, y yo eso lo sabía, de hecho era el tema que más discusiones provocaba, pero al final la cosa se calmaba. Yo reconozco a día de hoy mi culpa, pues Javi necesitaba y quería más de lo que le di, y aunque no estaba obligada a dárselo, no se lo daba porque no me salía, porque sentía que con él no era capaz de desinhibirme de tal forma, aunque en realidad no lo hubiera hecho tampoco con otro. Sentía que era muy buen novio, pero que algo faltaba y ese algo me impedía mostrar mi sexualidad.

Me eché en el saco y cerré los ojos y me dormí. De repente me desperté y miré el reloj: las 4:15 de la mañana. Recuerdo que nos fuimos de los conciertos sobre las 2:30, con lo que habrían pasado poco más de hora y media. Los conciertos acababan a las 4:00 así que me extrañó que Javi no hubiera vuelto ya. Salí de la tienda de campaña. Había muchos grupos de gente en varias tiendas que seguían de fiesta, pero se podía ver como los conciertos habían acabado. Me acerqué a las tiendas de nuestros vecinos a ver si veía a alguien. Las dos tiendas de las chicas estaban cerradas, pero la de Sergio estaba abierta. No sabía si ellas estaban dentro ya durmiendo, o no habían vuelto. Me acerqué a la de Sergio y me asomé y le vi con una linterna leyendo.

-          Hola, perdona Sergio. ¿Has visto a Javi?.- le pregunté.

Se sobresaltó ligeramente y me miró:

-          Joder Sara, ¡que susto!. No la verdad que hace rato que no lo veo. Estuvo con nosotros después de traerte un rato hasta que acabaron los conciertos. Volvimos a las tiendas pero yo fui al coche a por el libro y cuando volví vi las tiendas cerradas así que entiendo que las chicas están dentro y asumí que Javi estaría contigo. ¿No ha estado ahí?

-          No sé, cuando me trajo antes me dormí y acabo de despertar y no le he visto. Le he llamado al móvil pero me da apagado.. ¿te importaría venir conmigo a dar una vuelta a ver si lo vemos?.- pregunté.

-          No claro, para nada. Vamos.- dijo mientras se levantaba, apagaba su linterna y dejaba el libro en la tienda.

Recorrimos el camping, que no era muy grande, por las zonas exteriores y por los principales pasillos y no le vimos. Se me ocurrió que quizás podía haber ido a la furgoneta y le pedí a Sergio si me acompañaba, que eran solo 5 minutos más.

-          Claro, sin problema. – dijo.

Caminamos en silencio hasta que llegamos a la furgoneta. Estaba en uno de los parkings habilitados que estaban llenos de coches así que imaginamos que no habría mucha gente. Según nos íbamos acercando en silencio vi que la furgoneta parecía moverse y me paré en seco.

-          Sergio.. ¿la furgoneta se mueve o me lo parece a mí?.- pregunté.

Sergio me miró de una forma que no olvidaré. De la forma que una persona que sabe claramente que está pasando mira a otra que aún no ha caído en la cuenta, de la forma que una persona empática mira a otra que va a recibir la mayor de las hostias en su vida, de la forma en la que solo un auténtico caballero sabe reaccionar bien.

-          Pues... no, creo que no, será el cansancio, oye Sara, y si volvemos? Aquí no creo que esté, seguramente ya haya vuelto.- me decía mientras me cogía de la mano e intentaba tirar de mí.

Pero yo tenía la vista fija en la furgoneta, que veía moverse claramente. Me solté de su mano bruscamente mientras le miraba fijamente y muy seria le dije:

-          Ven conmigo, despacio, sin un solo ruido.

Creo que jamás había estado tan seria con alguien. Me di la vuelta y me acerqué a la furgoneta tratando de evitar que cualquiera que pudiera estar dentro me viera. La furgoneta tenía unas cortinillas que permitían tapar la parte de atrás completamente. Su padre la había usado para dormir en alguna ocasión y la equipó así. Me acerqué a un lateral y vi como efectivamente todo estaba tapado. Me puse junto al lateral y pegué la oreja, pero no oía nada.

Me fui entonces a la parte trasera muy despacio. Sergio estaba detrás de mí en todo momento. En la parte trasera vi que la cortina no estaba completamente corrida así que muy despacio intenté asomar la cabeza y ver, imaginándome ya que me iba a encontrar, pero tratando de que si por algún casual alguien miraba en esa dirección, no me viera.

Para mi suerte o desgracia, nadie me vio. Cuando acerqué la cabeza vi lo que no quería creer que podría estar pasando. Y también escuché lo que jamás creí que hubiera podido llegar a escuchar.

Javi estaba de rodillas follándose a una tía a 4 patas. Cuando asomé la cabeza, y cogí a Sergio de la camiseta para que se pusiera detrás de mí y lo viera estaba viendo como mi novio cogía de las caderas a una tía a la que no podía ver y se la follaba. Sabía que era Javi por que le conocía de sobra, y su tatuaje de la espalda era inconfundible. La tía estaba mirando con la cabeza al suelo, y entonces empecé a escuchar sus gemidos.

Me quedé paralizada ante lo que estaba viendo, pero no esa paralización que provoca el miedo, que no permite moverte. No, era una paralización de mis sentidos, de no creer o querer creer lo que estaba viendo, pero con plena facultad para moverme. Retrocedí, miré a Sergio y le hice con un gesto que no hiciera ruido, y volvía a asomarme.

Cuando volvía a asomarme la tía había levantado la cabeza y Javi la agarraba de la coleta. Entonces pude ver quien era, por el perfil: Lola. Mi mente empezó a ebullir, a atar cabos, a recordar las miradas, los momentos de la noche donde Javi desapareció. El enfado era tal que no sabía qué hacer, así que me quedé mirando, simplemente. Sergio me agarró por el codo y me obligó a girarme.

-          Vámonos Sara. ¿Por qué quieres ver esto?.- preguntó.

Me quedé mirándole fijamente y le contesté algo que no pensé, pero que me salió del alma:

-          No Sergio. Tengo que verlo, porque esto va a forjarme como persona. Va a hacerme resurgir.

Ni yo misma sabía que quería decir, que significaba. Y me di la vuelta y seguí mirando, y entonces les escuché:

-          Joder… esto es la leche Lola… tu sí que has sabido apreciar el cristal.- dijo Javi.

-          Uff.. si.. joder que bueno.. ahhh…- decía entre gemidos.- ha sido una noche.. uff.- contestó ella.

-          Ya te digo… lo mejor ha sido la mamada que me has hecho antes mientras Sara estaba con el pánfilo ese de vuestro colega… que ganas tenía de que se me tragaran mi lefa… te gustó?.- dijo él.

-          Me encantó… y quiero repetir así que haz el favor de no correrte dentro.

-          No pero… yo quiero metértela por el culo, que en el juego también diste a entender que te gusta…- dijo él.

-          Pues claro que me la vas a meter.. ¿pero eso impide que luego me lo trague?.- contestó ella.

-          No claro.. uff.. pues vamos ya.

Entonces vi como Javi se sacaba la polla del coño y se la intentaba meter por el culo. Estuvieron un rato pero no pudo, así que volvió a metérsela en el coño.

Mientras tanto yo miraba atentamente mientras Sergio, detrás de mí, miraba al infinito.

Cuando noté que Javi se iba a correr (pues le conozco y se sus ruiditos y demás) entonces cogí a Sergio y nos fuimos.

De camino a la tienda el intentó en un par de ocasiones decir algo pero le corté diciéndole que no quería escuchar nada, que no quería hablar. Que simplemente me gustaría pedirle que guardara el secreto, a lo que él me prometió que no diría nada.

Volví a la tienda y me eché. Pasados unos 15 minutos Javi entró en la tienda. Yo me hice la dormida y se echó a mi lado para ponerse a dormir.

A los pocos minutos empecé a escuchar como roncaba. Fue entonces cuando mi cabeza empezó a dar vueltas y vueltas. Creo que no cambié cuando vi como mi novio al que idolatraba se follaba a otra. Cambié cuando tras follársela se echó a dormir a mi lado e incluso de forma inconsciente me abrazó. Abrazo que no retiré. Abrazo que el quitó al cambiar de postura. Algo en mi interior hizo click y forjó a la persona que soy hoy en día.

No sé el tiempo que estuve despierta hasta que sucumbí al cansancio. No recuerdo bien lo que pensé. Solo sé que a la mañana siguiente, simplemente, ya no era la misma Sara.

Me levanté sobre las 11:30. Javi seguía durmiendo. Salí fuera de la tienda y en el grupo de mis vecinos vi fuera a Rocio, Nuria y Sergio. Sergio me miró a los ojos y yo le respondí con una mirada fría y dura. Una mirada que él no merecía. Una mirada que solo quería decirle: olvídalo, no te metas, déjalo pasar.

Me senté con ellos a desayunar y dejamos que Rocio y Nuria guiaran la conversación. Hablaron de los conciertos de ayer, de la fiesta, de los chicos que vieron que les gustaron, de que habían bebido demasiado pero que hoy era el día grande (hoy era sábado y actuaban los principales grupos) y que habría que darlo todo. A los 20 minutos salió Lola de la tienda. Al salir y verme automáticamente bajó la cabeza, aunque a los pocos segundos ella misma se dio cuenta de que era traicionarse y la volvió a subirla e intentó aparentar indiferencia.

-          Sara, ¿Cómo estás? ¿Mejor? Es una pena que ayer te pusieras mala, estuvo muy bien el final de los conciertos. – me dijo Lola.

-          Ya, me imagino que estaría muy bien. Desde la tienda escuchaba la fiesta y me daba envidia pero la verdad que estaba muy mareada y no estaba para mucho. No como otros sin embargo que escuché muy cerca de aquí que debieron preferir el baile horizontal a la fiesta. ¡No veas como gemía la chica!.- dije, aparentando una cierta vergüenza por comentar semejante detalle, mientras de reojo miraba a Sergio, el cual me miraba con una cara de incredulidad total.

-          Vaya, ¡pues que suerte tienen algunos!.- contestó Lola.- Aquí me parece a mí que es complicado ligar la verdad. Lo mejor es casi venir con tu pareja, si tienes. En eso tú tienes suerte.

Me miraba a la cara mientras me lo decía y me sonreía. Una sonrisa franca. Y de ella aprendí una valiosa lección sobre la capacidad del ser humano para mentir, algo que jamás había visto de una forma tan clara. Había visto mentir, pero nunca así, con tanta falsedad, con tanta sinceridad en la mentira.

En ese momento apareció Javi detrás de mí.

-          ¿De qué habláis?.- preguntó.

-          Pues de que al parecer los vecinos de alguna de estas tiendas anoche se lo pasó genial. Tu novia dice que cuando se quedó en la tienda tras su indisposición escuchó a algunos follar, con especial énfasis en los gemidos de la chica. – dijo Lola.

Y fue cuando aprendí una segunda lección al mirar al que era mi chico a la cara: la posibilidad de la mentira continuada y de alguien con quien hay un lazo muy fuerte. Me sorprendió que Lola fuera capaz de mentir de forma tan descarada y que pareciera verdad lo que decía, pero en el fondo era una persona ajena a mí, a quien no conocía y no podía interpretar sus gestos y señales. Pero vi en Javi ante ese comentario algo mucho más revelador: el hacerse el tonto de una forma tan grande. Había estado follando la noche anterior con la tía que le acaba de decir que su novia escuchó follar a otros en el camping mientras ellos habían estado follando realmente (no eran ellos a los que yo me refería, claro, porque teóricamente ni existían ni los hubiera podido escuchar). Su cara de mínimo remordimiento o amago de por donde podían ir los tiros eran nulos. O estaba tan seguro de que nadie sabía lo que había hecho que su tranquilidad era absoluta, o era un perfecto jugador de póker. Con el tiempo descubrí que lamentablemente, que era lo segundo. Pero eso, es otra historia.

La mañana fue en la misma onda de la anterior, con la diferencia de que yo apenas entré en la tienda y me dediqué a pasear mientras los dejaba a ellos bebiendo y jugando a juegos. En un momento dado Javi vino conmigo e intentó disculparse conmigo de nuevo por lo de la noche anterior, y fue entonces cuando empecé mi venganza:

-          Sara, oye que lo siento por lo de ayer. Tenías razón, no tenía que haberte echado eso y menos sin decirte nada.- dijo.

-          Tranquilo, no pasa nada. Yo también siento haberme puesto así. La verdad que es una pena porque en realidad cuando te dije de irnos realmente quería irnos para follar, estaba súper caliente, pero al llegar a la tienda sí que me maree y después decirme eso me enfadó bastante. Pero debo reconocer que hizo su efecto.- dije mientras la miraba de forma pícara.

Se quedó unos segundos mirándome sorprendido. No esperaba una salida así. Esperaba seguir la bronca, esperaba que le mandara a la mierda. Poder con mucha suerte tener una nueva oportunidad esta noche. Pero no se lo puse fácil, no al menos como el esperaba.

-          Vaya… pues qué pena sí. Porque ayer tenía ganas.- dijo.

-          Ya, yo también… de hecho… bueno nada.- contesté.

-          No, que, dime. – dijo.

-          Es que me da vergüenza... ayer todavía estaba animada pero hoy…- contesté.

-          Venga Sara, que llevamos 7 años, no me vas a decir que te da vergüenza ahora contarme algo.- respondio.

Me quedé unos segundos callada y le miré con ojos de cordero degollado. Esos ojos que dan pena pero a la vez excitan.

-          Pues… a ver es que sé que llevas tiempo insistiéndome en lo del sexo anal y bueno pues… la verdad que ayer venía a la tienda con la intención de que me dieras por el culo.- dije mientras bajaba la mirada.

Javi abrió los ojos de par en par. Sabía que eso le iba a causar una emoción tremenda, pero la cosa no acabaría ahí. Vi como casi le ponía más cachondo que le dijera “que me diera por el culo” que otra cosa. Antes de que pudiera decir nada continué:

-          Bueno y hay otra cosa… pero esta es que me da muchísima vergüenza…- volví a decir.

-          Dime cariño, hay confianza.- contestó mostrándome su mejor sonrisa ya que quería en ese instante ser el mejor novio del mundo.

Agaché la cabeza simulando vergüenza.

-          Bueno la cuestión es que… a ver que esto fue algo que pasó ayer por eso que me pusiste seguramente. Hoy ya no lo siento así pero creo que debo decírtelo. Pues… bueno resumiendo que me hubiera gustado hacer un trío.- dije mientras volvía a apartar la mirada.

Javi estaba que se salía de sus casillas, pero tiró por la vía prudencial preguntándome con quien, aunque pude notar como su voz temblaba, probablemente ante la posibilidad de que dijera que con Sergio.

Y ahí jugué una baza que era arriesgada para mis objetivos reales, pero que sabía que a él le sacaría aún más de sus casillas.

-          Pues… con Nuria. La verdad que la chica es impresionante y bueno ayer cuando estábamos en los conciertos, bailamos un par de veces bastante pegadas, creo que cuando tu habías ido al baño y… en un momento que nos quedamos solas porque el resto habían ido a pedir pues me metió la mano por debajo de la falda y me empezó a hacer un dedo. – dije.

Pude notar como a medida que le relataba eso, que claramente era falso, su cara se descomponía. Al principio dudé de si era porque estaba celoso, o simplemente no se lo creía, pero luego vi claramente que no, que me creía, y que estaba excitadísimo. Javi decidió follarse a Lola porque era la que en las preguntas y durante estos días se había mostrado como la más zorra, pero no porque fuera la más atractiva. Lola estaba bien, tenía unos pechos grandes, pero su culo era también, demasiado grande. Por el contrario Nuria era el prototipo de pivón: pelirroja, con un culo impresionante, de los que hacen a la gente girarse y unos pechos si bien más pequeños que los de Lola, lo suficientemente grandes como para no pasar desapercibidos. La noche anterior Nuria solo hizo dos cosas: ahuyentar a los tíos que se le acercaban y dejarse ser devorada por las miradas de chicos y de muchas chicas (aunque muchas miradas fueran de envidia).

Javi no intentó nada con Nuria, ni se le planteó por la cabeza, por el simple hecho de que estaba completamente fuera de su alcance. Ante Nuria él era un equipo de tercera queriendo competir en Champions. Aunque hubiera estado solo, no hubiera intentado nada con ella. Sabía que estaba perdido.

Se quedó unos cuantos segundos en silencio hasta que consiguió responder:

-          Me vacilas, ¿no?.- dijo.

-          Pues no Javi, a ver si te crees que te voy a vacilar con una cosa así. Que me conoces… me pilló bastante bebida y supongo que con la mierda esa que me diste pues.. me dejé hacer, aunque la cosa no llegó a más. – dije.

-          Joder… pues nada hoy pillo más si quieres… y completamos - contestó.

Esta era la mía de devolvérsela del todo.

-          Vale, pero esta vez, me avisas.- contesté.

-          Claro, claro. No te preocupes. – dijo.

Nos volvimos a la zona de las tiendas y volvimos a la rutina del día anterior: beber y jugar a juegos idiotas. Pude disfrutar de una situación graciosa, en la que Javi no dejaba de mirar a Nuria lo más disimuladamente de lo que era capaz (que era más bien poco) mientras dejaba a Lola en un segundo plano, la cual, se dio cuenta de las miradas y vi cómo se iba cabreando. Mientras tanto, Sergio, como un espectador externo seguía el juego con una mezcla de divertimento y curiosidad (sobre todo la última, pues no entendía nada).

A eso de las 20 volvimos a la zona de conciertos para disfrutar del último día. Javi estaba claramente más nervioso y aunque desapareció un par de veces, esta vez, fue sin Lola. Al volver de una de esas escapadas me llevó aparte y me enseñó una especie de piedras marrones y me dijo que era el cristal y me dijo que había para 7-8 dosis. Le dije que me lo diera y me dejara hacer. Sin hacer preguntas me lo dio. Le dije que esa noche me encargaba yo de las drogas y que me dejara hacer y acatara mis órdenes sin rechistar. Y aunque extrañado por tal cambio, pero cegado con la idea de darme por el culo o follarse a Nuria también, me dejó hacer.

Quería vengarme, quería joderle, quería darle donde más le doliera. Y no hay mejor forma de joder a un tío, y más si supuestamente te quiere, que demostrándole que ha perdido, que está perdiendo, y que va a perder. Mi plan era ambicioso, pero si lo culminaba entero, sería magistral.

Debo antes de nada comentar que llevo varios años con problemas de insomnio. Sin origen ni causa concreta la cuestión es que el médico decidió, tras ver que tratamientos como la dormidina o la valeriana y similares no funcionaba, recetarme cosas más fuertes. Concretamente lorazepam. Y sabía cómo eso le sentaba a Javi pues alguna vez lo había tomado cuando habíamos viajado por su miedo a volar: 1 le dejaba roque. Siempre llevo conmigo el lorazepam por si acaso, así que cuando nos fuimos a los conciertos decidí llevarme dos pastillas de 1 mg. Tras darme el cristal fui a por cervezas para todos y le di a cada uno la que quería que tomara. A la hora, Javi estaba un poco atontado, todo lo contrario que el resto, así que fui a por una segunda ronda y repetí la operación. Pasados unos 30 minutos Javi apenas se tenía en pie y le dije que le acompañaba a la tienda.

Le llevé como buenamente pude, ya que estaba casi sobado y le tiré sobre su saco. Me eché a su lado, y no tardó ni 2 minutos en estar completamente frito. Con una especie de gesto de sarcasmo decidí arroparle y me fui para volver a la fiesta.

Cuando volví a la fiesta la cosa estaba especialmente animada, especialmente para Nuria y Sergio. Ambos estaban especialmente moviditos mientras que Rocio y Lola (sobre todo Lola) estaban bastante apagados. Al llegar, Lola me preguntó por Javi, y le dije que había caído redondo, que supongo que el día anterior habría dado más de lo que tenía que haber dado, mientras la miraba fijamente. Sergio no pasó inadvertido ese comentario y dejó de bailar con Nuria parar mirarnos a ambas. Lola, que solo me aguantó la mirada un par de segundos bajó la cabeza y dijo que ella también estaba cansada y que se iba a dormir.

-          ¿Tú también diste ayer más de la cuenta?.- le pregunté.

Me miró con una cara extraña. Nunca sabré si creía que lo sabía o que simplemente era puro azar. Nunca sabré tampoco si su intención de irse era ir a buscar a Javi a ver si podía volver a follarselo o no, aunque puedo estar casi segura de que Javi ese día no se iba a follar nada.

-          Se ve que sí.- me contestó con cierta burla.- Bueno os dejo, pasarlo bien.

-          Espera Lola que yo también voy.- dijo Rocio.- que estoy reventada.

Y ambas se despidieron y se fueron.

Así que nos quedamos Sergio, Nuria y yo. Justo en ese momento acabó el concierto y nos movimos a la siguiente carpa, donde iba a ser ya el último concierto del día. Volví a ir a por cervezas a las que les invité y les propuse brindar:

-          Por un maravilloso festival, que me ha servido para conocer a gente maravillosa, para redescubrirme a mí misma y para quitar caretas.- dije.

Nuria me miró con cara de no entender demasiado, pero iba ya lo suficientemente borracha como para que no le importara demasiado. Sergio me miró fijamente y sonrió. Brindamos.

Seguimos un bueno rato en el concierto. En un momento dado Sergio se me acercó y me dijo al oído:

-          Eres una buena tía. No te mereces a un gilipollas como tu novio.

-          Lo sé Sergio. Pero he tenido que venir aquí y conoceros a vosotros para verlo. Os quiero y odio a partes iguales.- respondí mientras sonreía y levantaba mi cerveza.

-          Vaya, bueno, espero que a mí me odies menos.- dijo mientras sonreía, y de una forma que no había visto en el hasta ahora, de forma pícara.

-          No, claro que no, para ti siempre tendré un sitio especial ya que en parte gracias a ti he abierto los ojos.- contesté.

-          Me alegro.- dijo. Y se acercó y me dio un beso en la mejilla mientras me sujetaba la cabeza.

El concierto estaba a punto de acabar. Había podido observar como parecía que Nuria se acercaba a Sergio con ciertas intenciones, pero Sergio no le hacía caso. Creo que sinceramente era porque él no se estaba dando cuenta de las señales. La vería tan inalcanzable que sencillamente pasaba del tema.

El concierto acabó y volvimos a la tienda, pero ninguno quería irse a dormir. Sergio propuso que fuéramos a su tienda y nos tomáramos allí la última, lo cual ambas aceptamos de buen grado.

Una vez en la tienda jugué mi última baza. Les dije que tenía algo de cristal, si querían que lo probáramos.

Ambos se quedaron mirándome con cara rara al principio. Supongo que no les cuadraba nada eso en mí, y más porque en el famoso juego yo di a entender que nunca había tomado drogas. Y era verdad, pero la vida da muchas vueltas en apenas 24 horas. Todos estábamos bastante perjudicados así que el sentido común no imperó en ninguno y ambos aceptaron. Fue así como tomamos, aunque ellos no lo supieran, la tercera dosis de la noche.

Con el tiempo he aprendido que las drogas se basan en gran medida en sugestión y en lo esperado, sobre todo que el componente de uno mismo influye, y que si uno espera determinadas cosas de una sustancia casi puede conseguirlas aunque no sean sus efectos reales, si no sugestionados. Ellos preguntaron qué efectos se suponía que debían tener ya que nunca habían tomado, y yo, medio diciendo la verdad, medio inventando les di mi visión:

-          Pues según tengo entendido hay dos efectos básicos: activación, ponerse a tope, con energía y… incremento muy muy muy bestial de la líbido sexual.

El incremento de la líbido era cierto, pero no tanto como para definirlo como “muy muy muy bestial”.

Ambos se miraron y se rieron. Seguimos bebiendo y decidimos volver a jugar al juego de yo nunca, pero la variación (para mi desconocida hasta ese momento) de que si no quieres contestar, bebes y te quitas una prenda. Todo ello por sugerencia de Nuria que por cierto ya estaba con poca ropa pues se había quitado chaqueta, botas y calcetines.

Empezamos nuevamente con preguntas tontas, pero enseguida vi que la intención era intentar ir quitándose ropa, pues ante alguna pregunta bastante chorra Sergio decidió que prefería no contestar y quitarse ropa. Las preguntas nuevamente volvieron a subir de tono, tratando de no repetir las ya vistas anteriormente. Cuando volvió a llegar mi turno decidí lanzarme a la piscina:

-          Yo nunca.. he pensado en hacer un trío con las dos personas que están en esta tienda.- Y bebí.

Había echado un órdago. Ambos se quedaron mirándome completamente callados durante unos 5 o 6 segundos mientras pasaba la mirada de uno a otro. Entonces Nuria levantó su cerveza y bebió. Ambos miramos a Sergio. Levantó su cerveza, y bebió.

Lo que vino a continuación fue la culminación de mi plan y es donde la cosa se puso como nunca había experimentado. Como ya dije, en la cama era una persona bastante normal y tradicional. Mis experiencias eran todas con Javi y lo más arriesgado que habíamos hecho es que una vez le empecé a hacer una paja en un ascensor, y paré casi 5 plantas antes de llegar por miedo. Pero ese día era otra persona. Esa persona mi yo había muerto el día anterior cuando su novio venía de follarse a otra y este se echó a su lado y la abrazó.

Por otra parte el cristal había hecho su efecto, y podía constatar que estaba muy muy cachonda. Y más después de la noche, conversación y el órdago que había echado.

Una vez Sergio bebió los 3 nos miramos sin saber muy bien que hacer. La intención era clara, pero había que arrancar. Así que decidí que mi nuevo yo también debía ser en ese contexto una líder. Me puse de pie y les dije:

-          Bueno, todos hemos bebido así que… vamos a ello. Pero antes.. esperar.

Me fui a la entrada de la tienda y cogí mi chaqueta. La tienda era muy grande, para unas 5-6 personas, pues iban a venir más amigos de Sergio que finalmente fallaron, así que aquello era un palacete. De mi chaqueta saqué mi móvil y lo coloqué en un sitio donde la cámara nos cogiera a los tres. Puse el modo vídeo y lo dejé grabando.

-          ¿Os importa que lo grabe?.- pregunté.

Ambos se quedaron unos segundos dubitativos. En otra situación creo que hubieran dicho que no, pero la borrachera, el subidón del cristal y lo cachondos que estaban debió ser suficiente para que su cerebro asumiera que era mejor seguir y ambos respondieron que no.

Volví donde estaban y volví a sentarme.

-          Hay dos opciones ahora: o que nos lancemos a ello o que lo intentemos hacer de forma más suave y paulatina con el juego. Creo que mejor vamos a la segunda, para calentar, ¿os parece?.

Ambos asintieron sin apenas moverse.

Cogí un dado que había cerca de donde estábamos con los que habíamos estado jugando previamente y di unas instrucciones básicas que me fui inventando sobre la marcha:

-          Tiramos cada uno una vez al menos. Esa es la regla obligatoria. La acción la ejerce el que tira el dado. El 1: besa a cualquiera de los otros dos; El 2: le acaricia el pecho; El 3: se desnuda completamente excepto el tanga en las chicas; El 4: le mete mano en la entrepierna y le masturba un poco; El 5: se lanza a comerle lo que tenga en la entrepierna; El 6: elige a uno para que empiece a masturbarse delante del resto. ¿Os parece?

Ambos asintieron sin prácticamente haber hecho caso a los diferentes números ya que sinceramente creo que estaban flipand0. Empecé tirando yo. Estaba jodidamente cachonda, como jamás había estado: un 3.

Ambos miraron el dado y automáticamente me miraron:

-          ¿Qué era?.- preguntó Sergio.

No dije nada y empecé a quitarme la ropa. Primero los calcetines. A continuación la camiseta. Luego me puse en pié y me quité el pantalón mirando hacia la entrada de la tienda y enseñándoles el culo. Entonces noté una mano acariciándomelo suavemente. Cuando miré era Sergio y le sonreí. Acabé de quitármelo todo y me senté de nuevo.

-          Te toca Nuria.- dije.

Nuria cogió el dado. Al principio con timidez. Creo que estaba sobrepasada. Lo miró y de repente pareció volver a este mundo y tiró: 4.

-          Masturbar. ¿A quién?.- pregunté.

Se me quedó mirando. Miró a mi entrepierna y empezó a gatear en mi dirección. Cuando estaba frente a mi empezó a dirigir su mano hacia mi chocho hasta rozarlo y se paró mientras me miraba a los ojos. Entonces se giró hacia Sergio. Le cogió el pantalón y se lo desabrocho. Se lo bajó, a la vez que los calzoncillos y empezó a acariciarle la polla. La polla de Sergio era realmente impresionante, lo cual me hizo ponerme aún más cachonda de lo que ya estaba. Pensaba en tener esa polla en mil y un sitios mientras veía como Sergio miraba fijamente a Nuria a los ojos y esta le devolvía la mirada mientras le hacía una paja.

-          Yaaaa! Que os venís arriba! Al menos una vez cada uno mínimo.- dije.

Nuria se echó hacia atrás sin dejar de mirar a Sergio.

-          Te toca Sergio.- dijo Nuria dándole el dado y mirándole muy fijamente.

Sergio cogió el dado y tiró: un 5.

Pareció dudar.

-          Comerle, en este caso porque no hay más opciones, el coño a alguna de nosotras.- dije.

Sergio parecía un chico bastante tímido, pero claramente ahora estaba mucho más espabilado. Aun así sinceramente esperaba más. Estaba como jamás había estado de cachonda. Si mi máximo nivel de cachonda en toda mi vida había sido un 7 en una escala 1-10 ahora estaba en un 20. Era indescriptible, y necesitaba que me acompañaran.

Me miró fijamente y vi otra vez ese brillo que había visto unas horas atrás. Casi imperceptible. Fugaz, pero intenso. Mostrando algo único. Entonces empezó todo.

Sergio se levantó y se quitó la camiseta, que era lo único que le quedaba. Se acercó a Nuria y le metió la polla en la boca. Pero yo me levanté rápidamente y lo aparté de forma brusca y le dije:

-          El juego ha dicho que debes comérnoslo. Luego podemos cambiar de tercio. Pero dijimos una ronda. Has de cumplir.- le dije mientras le miraba muy seriamente.

El me aguantó la mirada y contestó:

-          Cierto, tienes razón.

Acto seguido me cogió por los hombros y me giró poniéndome mirando a la entrada de la tienda. Me obligó a ponerme de rodillas a 4 patas y noté como me apartaba el tanga. Intenté revolverme y le dije:

-          No puedes metérmela. Primero nos lo comes.

-          Cállate joder.- contestó

Entonces noté como mientras estaba a 4 patas entraba su lengua en mi chocho. Notaba como el tanga me rozaba el culo al haberlo apartado y como él me metía su lengua. Giré la cabeza y le vi completamente detrás de mí lamiéndome el coño a cuatro patas, como yo estaba. Estaba que no podía. Notaba esa lengua dentro de mí y estaba a punto de correrme, no tanto por su habilidad si no por lo cachonda que estaba.

De repente dejé de sentir la lengua y me giré. Se había levantado y estaba follándose la boca de Nuria. Literal. No se la estaba chupando, se estaba follando su boca. La tenía agarrada de la cabeza y embestía con su polla dentro de su boca mientras ella le agarraba el culo a Sergio. La polla de Sergio era impresionante, sobre todo porque era gordísima. Veía a Nuria pasarlo un poco mal así que le dije a Sergio que aflojara.

Debió volver en sí su parte más racional, porque soltó la cabeza de Nuria, que se apartó medio ahogada. Le miró pero no estaba enfadada, lo contrario, le sonrió y le dijo:

-          Sergio tu polla es la leche. No tan fuerte porfa y sabrás lo que es bueno.

Cogí entonces y gateando me fui acercando a Nuria. Ella me vio venir y se puso cómoda apoyando la espalda contra un hierro que sujetaba la tienda y se apartó el tanga. Me acerqué despacito y empecé a comerle el coño muy despacio. Veía como ella disfrutaba y se tocaba las tetas sin parar. Sergio entonces se acercó a mí por detrás y empezó a hacerme un dedo mientras yo seguía comiéndoselo a Nuria.

-          Sara… dices que nunca te han dado por el culo?.- preguntó Sergio.

La sola pregunta me puso cachondísima.

-          No… ¿por? ¿quieres tú?.- le contesté mientras seguía con el coño de Nuria en la boca.

-          Hombre… no me importaría.- contestó.

Mientras tanto seguía con los dedos en mi coño. De repente noté como metía uno en el culo.

-          Ufff… Sergio un dedo va a entrar pero tu polla lo dudo.- dije.

-          Bueno vamos a ir viendo… poco a poco…- contestó.

Vi cómo se acercaba a Nuria y le decía algo al oído. Tras decírselo le puso la polla la altura de la cara y Nuría empezó a chupársela.

-          ¿Qué le has dicho?.- pregunté sin apartar mi boca del coño de Nuria.

-          Nada, que me la comiera un poco para volver a tu coño.- respondió Sergio.

Volvió entonces a donde estaba, a mi trasera, mientras yo seguía a 4 patas comiendo el coño de Nuria. Volví a notar el dedo de Sergio alrededor de mi ano. Miré a Nuria y vi que miraba fijamente a Sergio. De repente Nuria me cogió de los hombros tirando hacia ella con fuerza, de tal forma que acabé con mi cabeza sobre su barriga.

Entonces noté que algo entraba en mi culo. Al principio sentí un dolor enorme. Quería moverme pero Nuria me tenía agarrada. Cuando ya dejé de notar la tirantez entonces Nuria me dijo:

-          Tranquila. Ya está dentro.

Miré hacia atrás y vi a Sergio con una sonrisa de oreja a oreja.

-          Bueno… ya no tienes un culo virgen, ¿no?.

Y empezó a moverse. Y empecé a disfrutar como nunca. Y entonces se me ocurrió la idea que daría culminación a todo. Mientras Sergio me seguía bombeando el culo le dije:

-          Sergio. Cuéntale a Nuria lo que pasó ayer.

-          ¿En serio?.- dijo el parando unos segundos.

-          Sí.- contesté.

Nuria escuchaba con atención mientras se masturbaba viendo como Sergio me estaba dando por el culo.

-          Pues... ayer Sara no encontraba a Javi así que fuimos a buscarlos donde su furgoneta y estaba follandose a Lola.- dijo Sergio.

Nuria paró de repente.

-          ¿En serio? Joder… estaba pensando que tú eras una cabrona pero viendo el asunto…- dijo Nuria.

Sergio seguía dándome y le dije que parara y la sacara. Me hizo caso y entonces lo miré a ambos.

-          Si, ya ves. Y quiero vengarme. Y no me vale con el vídeo solo. – dije.

Ambos me miraron con cara de no comprender.

-          El vídeo que estoy grabando tenía pensado enseñárselo mañana, para que viera las consecuencias de joderme. Pero… creo que es mejor si lo ve en directo.- dije.

-          ¿En directo?.- preguntó Nuria.

-          Si… es fácil. Está dormido porque le di unas pastillas, pero ya deberían haber pasado el efecto así que sería fácil despertarlo. Le dije hoy para joderme que te me habías insinuado y que le iba a dejar darme por el culo y que quería hacer un trío contigo.

-          Jajaja. Que tía.. al final te ha salido aunque con otra polla..- dijo Nuria.

-          Si, la cuestión es que… quiero que vea esa polla donde él nunca la va a meter.- dije.

-          Ya… entiendo, ¿Qué quieres hacer exactamente?.- preguntó Nuria.

-          Fácil, bueno… lo primero es que esto va a acabar la fiesta seguramente así que… creo que lo ideal es que antes de nada tú pruebes la polla de este pichón…- dije mientras me acercaba a Sergio y le agarraba el nabo.- Y luego... fácil: vas a ir a su tienda con la ropa justa... le despiertas y le dices que te acompañe aquí que tú y yo nos hemos venido y nos hemos calentado y… verá todo.

-          Hostia jajaja… pero no le hostiará a Sergio ¿???.- dijo Nuria.

-          No tranquila… le conozco bien y se irá mosqueadísimo, pero nada más.- dije.

Sergio que hasta entonces no había dicho nada se acercó a mí, me obligó a ponerme de rodillas y me metió la polla en la boca. Afortunadamente a pesar de haberme dado por el culo unos segundos antes eso no sabía raro… se la chupé un rato y Nuria se acercó para ayudarme. Estuvimos chupándosela un rato hasta que se apartó y cogió a Nuria de un brazo y la levantó. El entonces se echó en el suelo de la tienda y le dijo:

-          Ya sabes que hacer.

Nuria estaba también cachondísima y no se lo pensó dos veces. Cogió y se sentó sobre Sergio, metiéndose la polla en el culo directamente. Cambió un par de veces al coño pero siempre volvía al culo. Gemía como una perra hasta que se corrió.

Entonces Nuria se levantó y dijo:

-          Me voy a completar el plan.

Se puso solamente el tanga y salió de la tienda. Nuestra tienda estaba a apenas 3 metros así que salvo que hubiera alguien entre nuestras tiendas nadie la iba a ver.

Sergio mientras tanto, que por cierto no se había corrido, me obligó a volver a chupársela un rato, algo que hice de mil amores. A los dos-tres minutos entonces me puso a cuatro patas mirando a la entrada de la tienda y volvió a metérmela en el culo.

Lo que realmente pasó cuando Nuria fue a por Javi no lo supe hasta pasados unos meses, por confesión de Nuria. Yo estaba con Sergio en la tienda y estaba disfrutando tanto que no me di cuenta de que el tiempo que pasó hasta que vinieron fue cerca de los 10 minutos. Lo que pasó en esos 10 minutos yo no lo sabía hasta que, como digo, Nuria me lo confesó meses más tarde: cuando fue a buscar a Javi ella estaba cachondísima aún. Entró en la tienda y al parecer vio a Javi solo con el calzoncillo puesto. Se acercó a él y le puso al principio el coño en la cara, como a modo de broma, pero no reaccionaba. Ella aún estaba por el cristal muy caliente así que le quitó el calzoncillo y empezó a chupársela. Ella me dijo que no tenía intención de hacer nada de eso pero que estaba tan cachonda que no pudo evitarlo.

Cuando Javi se despertó al parecer y vio a Nuria no entendía nada pero no le dijo nada. Según Nuria, Javi se quedó mirándola mientras ella le miraba a los ojos mientras se la chupaba. Estuvo un buen rato chupándosela hasta que se la sacó de la boca y le dijo:

-          ¿Sabes porque estoy aquí?

-          Me hago una idea… Sara me dijo algo de ayer.- respondió.

-          Eso es… Sara está en la otra tienda esperando a que vayas con las dos y nos des a las dos por el culo, que al parecer es lo que te mola.- dijo Nuria

Javi se quedó al parecer sin palabras y no dijo nada.

-          Sin embargo, como puede que lo que te encuentres en la tienda te supere he decidido mamartela un poco. Pero ahora debes devolverme de alguna forma el favor.- dijo Nuria.

-          ¿Cómo?.- preguntó Javi.

-          Bueno, recientemente he descubierto que me encanta eso que quieres hacerle a Sara.- respondió Nuria.

-          ¿Anal?.- dijo Javi.

-          No Javi, anal no, que me den por el culo. – contestó Nuria.

Entonces Nuria se puso a cuatro patas delante de Javi y apoyó la cabeza contra el suelo como pudo mientras se abría el culo y le dijo:

-          Cuando quieras.

Javi al parecer no tardo ni 2 segundos en levantarse y metérsela. Estaba tan cachondo que en dos embestidas se corrió dentro.

Nuria se levantó y dijo:

-          Bueno, vamos a la otra tienda a que recuperes y acabes la faena con ambas, ¿no?.

Y le cogió de la mano y se lo llevó.

Nuria entró la primera, así que Javi lo vio todo después de ella. Nada más entrar me vio a mí a cuatro patas siendo follada por Sergio. Estaba a cuatro patas, cogiéndome las nalgas con las manos para abrir bien el culo y apoyando mi cuerpo sobre la tienda y gimiendo como una perra. Se quedó paralizado, completamente.

Le miré a la cara y le dije, como pude, entre gemido y gemido:

-          Javi… sabes por donde me la está metiendo Sergio?

Javi no decía nada.. simplemente no se movía. Miraba.

-          Bueno yo te lo digo… por el culo, me está follando el culo. Lleva como dos horas aquí follándome el culo a mí y a Nuria. Se la hemos chupado ambas, nos lo hemos comido entre nosotras… en fin, todo eso que te dije ayer que podíamos haber hecho. La pena es… ay! Con cuidado Sergio. – dije.

-          Como decía, la pena es que decidiste follarte a Lola, drogarla como a mí y follartela… y esta es mi respuesta. Espero que … ahh.. joder.. aprendas una valiosa lección. – repetí.

-          Y si no te importa, vete. Quiero que Sergio acabe corriéndose en mi curlo.

Javi se quedó mirando unos instantes sin saber que decir hasta que cogió y simplemente se dio la vuelta y se fue.

Tras irse seguimos un buen rato. Me corri un par de veces por el culo. A la par Nuria, aunque había recibido ya doble ración de polla, se tocaba mientras me comía las tetas y de vez en cuando le pedía a Sergio que sacara su pollla de mi culo y se la chupaba.

Sergio nos avisó cuando se iba a correr y le dije que la sacara de mi culo y nos diera leche a ambas. Y eso hizo, acabó corriéndose sobre la boca de ambas. Sergio entonces se arrodilló y empezó a comernos la boca a ambas mientras nos pasábamos la lefa entre los 3, hasta que Sergio nos cogió de la boca a ambas y nos lo devolvió, y nos lo tragamos.

Nos dormimos los 3 en la tienda. Completamente desnudos. Yo me desperté la primera. Ya no estaba colocada, ya no estaba cachonda por el cristal, pero era otra. Vi a Sergio y Nuria desnudos y me dije… ¿Por qué no?

Y empecé a chupársela a Sergio de nuevo.