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Falta una hora para la salida del sol. Es puro instinto de supervivencia. Si no lo supiera habría muerto hace mucho tiempo. Aquí, en una rama de árbol, espero la llegada de mi última víctima. De esta noche, claro. Sé que llegará, cada madrugada hace el mismo recorrido. Pero hoy tardará más en llegar a su destino. Ya la veo. Camina lentamente, está cansada y tiene sueño. Salto de mi elevado escondite y caigo dulcemente delante de ella. Se asusta. No esperaba una visita como esta. Mi rostro blanquecino y mis ojos encarnados y mis afilados colmillos le hacen gritar desesperadamente. La abrazo y acerco mi boca a su moreno cuello. Clavo los colmillos. La carne se abre lentamente y alcanzo su vena. Sorbo lentamente y su dulce sangre invade mi boca, mi lengua, mi garganta. Mi cuerpo entero. Y con ella miles de sensaciones. Se llama Beatrice. Tiene miedo. No entiende lo que ocurre. No siente dolor, más bien es una sensación levemente placentera. Sigo bebiendo, todavía tiene mucha sangre para darme. Lo estoy haciendo muy lento. Disfruto bebiendo sangre cargada de sensaciones y sentimientos. A mi mente viene la sensación de mi maestra, hace siglos que me convirtió, hace siglos que me hizo lo que soy. 

Llegamos a nuestro destino. Se podría decir que es mi casa. Una cripta. La deposito en el césped verde oscuro de la entrada. Me quedo de pie y la miro. Sus castaños ojos también lo hacen. Es hermosa. Su pelo ondulado está esparcido por el suelo. Me agacho e hinco mis rodillas en el suelo, situándome a horcajadas encima de ella. La beso en los labios y en la barbilla. Bajo mi cara hasta su cuello y vuelvo a clavar mis afilados colmillos en las heridas de su cuello.  Sus ojos me inspeccionan todo mi ser, se cavan en mis colmillos, para bajar la mirada a mi entrepierna que se encuentra aprisionando su cuerpo, al notar mi polla  hinchada que se la clava en el estómago, al levantarme de encima de ella  puede ver mi erección haciéndose notar en mis ajustados vaqueros. Sus labios esbozan una ligera sonrisa y sus ojos miran mi entrepierna. Se muerde de forma lasciva el labio inferior. Anhela lo que yo tengo entre las piernas. Se incorpora sentándose en el césped frio se pone frente a mí. Me besa y con su mano palpa mi entrepierna. Desabrocha los botones de la bragueta y mete su mano. Me la saca y me la aprieta. Me la observa con detenimiento. Es muy blanca en todo su tronco,  la besa. Siente que ha perdido un poco de consistencia. Su vestido dejan notar unos pechos pequeños, firmes, en su centro unos pezones duros y erectos se incorpora lentamente, tambaleándose, con mis garras aferro su vestido el cual le arranco dejando ver sus pechos, ciertamente son magníficos, su cuerpo de piel tersa, aun revela su calor, calor que le robo con cada mordida. La tela de su vestido yace en el suelo, miro hacia abajo y veo su tanga, morado, de encaje. Mi polla da un respingo que hace que mi joven victima la mire, la agarra, acaricia, desea poseerla, se arrodilla delante de ella, y se la mete en la boca, sus manos bajaban los vaqueros, solo eso, debajo de la fuerte tela de mis pantalones no llevaba nada, en mis tiempos era así. Me la agarró con una mano y me miró sonriendo y empezó a lamerme los testículos, su lengua suave ensalivaba toda la zona produciéndome una sensación increíble mientras empezaba su recorrido a lo largo de mi miembro cuando su lengua llegó a la punta de mi polla, que estaba llena de líquido pre-seminal, podía sentir mis latidos en mi propia polla, estuvo jugando con su lengua en la punta y empezó a metérsela muy lentamente dentro de la boca, empezó un suave movimiento de vaivén. Podía sentir como sus labios suaves y melosos envolvían mi polla moviéndose lentamente de arriba abajo, sin dejar de lamerme la polla se puso a cuatro patas en el suelo, mi polla aparecía y desaparecía en su boca, así en esa posición podía alcanzar su culo, empecé a acariciárselo pasando luego a su sexo. Mientras aquella esplendorosa chica se iba metiendo mi polla cada vez más adentro de su boca, yo empecé a meterle mis dedos en su culo, solo tuve que aparta un hilo de tela de su tanga hacia un lado, pude notar que estaba muy húmeda cosa que me hizo pensar que estaba excitada con lo que me estaba haciendo. Se apartó dejando libre mi polla,  sin pensármelo dos veces la agarre y metí dentro de la cripta, la posicione encima de la fría piedra, su cuerpo reaccionó con esa sensación, empecé a meter mi lengua en su coño mientras ella solo gemía, pidiéndome que me tumbara encima de ella, se volvió a meter la polla entera en su boca. Debido a la postura mis ojos veían por el umbral de la puerta como los primeros rayos de sol salían, ella no dejaba de  meterse mi polla más adentro todavía, podía notar sus labios haciendo el recorrido desde la punta hasta la base de mi miembro, no pude aguantar más, un escalofrío recorrió toda mi espalda de arriba a abajo y pude sentir como se me hinchaba más todavía dentro de la boca de esa chica. Empecé a dar unos sonoros gritos de placer que seguro que escuchaban los vecinos, si ellos pudieran oírlo y acto seguido una gran riada de leche salió de mí. Era una sensación increíble, estaba soltando todo el semen caliente en la boca de esa chica, nunca había tenido una corrida tan placentera y que soltara tanta leche, tanta que la chica no daba abasto a tragársela y empezó a rebosarle de la boca, algo que no le parecía importar, pues  ella no paraba de chupármela como si quisiera que saliera más aún. Me levante, cerré la puerta metálica de la cripta, y vi como ella estaba de pie al lado de la piedra de mi ataúd dejando caer toda la semen que le quedaba en la boca encima de las tetas, a pesar de haber descargado mi polla aún estaba erecta. Ella está muy débil pero puedo apreciar su ansiedad por tenerla dentro. Tan rápido como puedo la rodeo con mis brazos y la llevo dentro del ataúd, allí sin cerrar del todo la tapa nos acurrucamos juntos, ella debe descansar y yo tengo que dormir. Mi mente me trasporta a un tiempo lejano, fuera de la era moderna, ella se aferra a mi mientras duerme, su corazón late lento, a consecuencia de la falta de la sangre, sangre que recuperara en el día, por la noche cenaremos, y con suerte será mía

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He salido de Madrid a las 8:00 de la mañana y llegue a Viena a los dos días, mi camino a Budapest tardaría otras doce horas, el tren se ha retrasado una hora y aproveche para caminar un rato por Viena,  parece una maravillosa ciudad aunque no me atreví a alejarme mucho de la estación. El silbato del tren sonó y volví a montar, el trascurso del tres fue tan aburrido como el otro. Me encontraba en la capital de Hungría. Budapest corría el año 1529 de nuestro señor, mi  guía me dijo que la vampira se llama teresa, una joven campesina que se contamino con la sangre del propio señor de la oscuridad y es criada de la propia condesa Elizabeth Bathory, esa sádica ninfomaníaca ávida de sangre. El hombre me llevó hasta un bosque profundo, que conducía hasta una cripta dentro de un cementerio. Allí tenían maniatada a la vampira. Nos esperaban dos hombres que pertenecían al credo local, me había mandado el mismo papa, para erradicar a la criatura. Con esta me sumaria la cuenta a ciento treinta y dos criaturas de la noche. A mis casi treinta y seis años, llevaba dieciséis cazándolos. Al  abrir la puerta de la cripta pude  percibir un espantoso olor a catacumba. Bajamos dos metros de escaleras de piedra, a ambos lados había ataúdes de madera, algunos rotos por el paso del tiempo o por saqueadores, en uno de ellos se discernía la cabeza cercenada con un cabeza de ajos dentro de ella, supe al instante que allí enterraban a las criaturas. Todo estaba a oscuras. Donde la luz de las antorchas no alumbraba. Más adelante había otra puerta, de roble, con grabados para impedir la fuga de la criatura. Los hombres religiosos abrieron la puerta de la habitación y un escalofrío me recorrió de la cabeza a los pies. Esa sensación me recorría el cuerpo cada vez que veía esa mueca. Estaba maniatada a la pared con unas cadenas y estaba custodiada por un perro guardián. La alumbré con antorcha, su piel era casi transparente sus  horribles colmillos asomaban de la comisura de los labios. No vi hermosura por ninguna parte se notaba que llevaba días sin comer, estaba débil, pero a pesar de eso era peligrosa. Diciéndoles que debía de ir a mi hotel para recoger las cosas para poder liberar su alma impía de su cuerpo que volvería el cuándo estuviera listo, los hombres dejaron al perro custodiando la sala, cerraron con cadenas y pestillos, y montaron guardia con las antorchas y orcas. Yo no era un hombre santo, era un joven que vio morir a su amada a manos de Drácula, y emprendí una caza incesante hasta que lo matara, la iglesia me encontró y desde ese día me pagan para que pueda acabar con esas criaturas. Esa noche  debí de quedarme dormido, seguramente por el largo viaje, y también por la tranquilidad de saber que la criatura estaba encadenada. Cerré los ojos y los volví a abrir. Tuve un espasmo de terror. Había una mujer mirándome dentro de la habitación al pie de mi cama. Me quedé paralizado. Sentí el sudor de la muerte. Era ella. Pasaron...Segundos...que para mí fueron días, e incluso semanas. Mire a mi alrededor para coger mi puñal de debajo de la almohada, pero allí no estaba. La vampira llevaba un corpiño, una especie de tela a forma de faldiquera, que tapaba hasta sus rodillas unas medias roídas y  andaba descalza, y en su mano el puñal de plata que tenía guardado.  Ahora la veía rabiosamente atractiva después de haber saciado su sed de sangre, seguramente con sus guardianes. Era hermosa bella y voluptuosa que hubiese visto jamás. Qué mirada tenía ¡Qué cuerpo de diosa!. Me levanté y llegue hasta la puerta, salí corriendo bajando las escaleras sabía que moriría si me quedaba allí, pues yo fui el asesino de su maestra.  Al salir a la calle, no pare de correr me metí en una calle oscura, allí me la encontré otra vez, me sonrió como cualquier mujer inocente. Me fije en la perfección de sus pechos ocultos en el corsé. Eran deliciosos. Erizados malsanamente. Había un aroma exquisito que lo impregnaba todo. El ardor que sentía en mi entrepierna era  repulsivo. Pero la lujuria me vencía. Al acercarse a mí la empuje contra una pared, cogiéndola por las muñecas, se escapó de mi presa con una mano, forcejee pensando en mi muerte, pero ella arranco la tela de entrepierna dejando libre mi polla, agarrándola se la acerco a su coño, note con la cabeza de mi erecta polla su humedad, era riquísima la sensación según entraba lentamente dentro de ella sintiendo  una succión. Dentro estaba muy caliente y húmedo. Era como una aspiradora. Tenía una fuerza como la de diez hombres, su rostro se giró, una sensación rara me invadió, ver la muerte cara a cara era aterrador, pero fallártela era escalofriante. Tenía el himen estrecho pero a voluntad lo estrechaba más. La apreté la garganta mientras nos besábamos, su lengua era hábil, sus colmillos rozaban contra mis labios, la penetraba con fuerza, pero sus flujos que eyaculó lubricaban su vagina facilitando mi penetración. Agarrando el corpiño y se lo baje con ímpetu dejando a la vista sus senos, se e la saqué y dándole la vuelta empecé a lamer  un pezón de uno de sus grandes senos y salió un líquido blanquecino que casi me hace correrme del gusto., recreándome en sus pezones y bajando sin prisas, jugando con su ombligo, hasta llegar a situarme donde ella quería… La note gemir, justo cuando noto mi respiración en sus labios, segundos antes de que empezará a besarla lo hice sin prisas, pero sin darle tregua,  quería que se derritiera sin parar de besarla, de introducir mi lengua en su interior, buscando su humedad, estimulando su clítoris que enseguida se hizo presente!! Sus garras en mi cabeza, atrapándome, a medida que se excitaba más y más ante las caricias de mi lengua y mis labios…

-      ¡¡Ummmm, por dios!! ¡¡¡¡Comételo todo mi hombre!!!!

La vampira se arrancó el corsé, y agarrando una de mis manos lo llevo a su teta. La acaricie, estimule mientras seguía jugando con su coño, con sus fluidos y mi lengua. Mi mano hacia contacto con uno de sus pezones para luego hacerlo con el otro, soltó un suspiro por lo duro de sus pezones. Agarrando mi cabeza subió mu cuerpo estaba enfrente de la creación más bella, su  cabello caía haciendo ondulaciones sobre su hombro,  la bese de nuevo, fue un beso tierno, suspiro cuando me separe. Repetí el proceso, pero dejando caer mi cuerpo sobre el de ella, y este sobre la pared, podía sentir su abdomen plano pegado al mío, sus piernas torneadas entrelazándose con las mías; Comencé a besar su cuello, su hombro izquierdo, su pecho, todo ese camino con besos, cuando llegue a esa dulce parte donde se dividen sus senos, con mi lengua la recorrí de abajo hacia arriba un par de veces, después pase mi lengua por encima de su pezón izquierdo, haciendo que su cuerpo temblara de placer, la mire a los ojos sonriendo y repetí el proceso con su pezón derecho. por fin llegue otra vez al inicio de su vagina.

Recorrí con mi lengua su clítoris, haciendo presión en él, de abajo hacia arriba haciendo que Jessica soltara gemidos de satisfacción.

-      ¡¡¡¡¡hmmmMMMMmmm… hhhhmmmMMMMmmm¡¡¡¡¡¡

Mientras mi lengua se impregnaba de su sabor. Lleve directamente un dedo a estimular su clítoris. De vez en cuando, besaba y lamia su pierna, de la misma forma lo hacía en su clítoris haciendo a un lado mis dedos; en una de esas mire hacia ella, y me gusto ver su cara de excitación, con la boca abierta en una “O” y con su mano izquierda estimulando su seno. Comencé a meter dos dedos en su vagina, adentro y afuera haciéndolo cada vez más rápido mientras ella gemía haciendo su cabeza hacia atrás tratando de controlar sus gemidos, pero al parecer era inútil. Me abalance a ella, hacia su boca, sus labios y os míos se fundieron, nuestras lenguas jugaban  con desesperación,  no reprimí nada, y sin darle tregua mis dedos que se encontraban  en  vagina acarician su interior, esta estrechaba su himen yo con mi boca chupando sus senos.  Creo que había tenido otro orgasmo.  Así que le metí un dedo por el culo, su gemido de placer fue ensordecedor, casi animal, cuando alzo la cabeza vio salir el sol, me agarro y fuimos a la habitación que antes poseía, allí me tumbo en la cama, y empezó a comerme la polla. Recostándose contra mi cintura y llenándose la boca de mi ser, me poseyó por completo; con leves gestos se introducía mi hinchadísima polla es su fina boquita y con la lengua dibujaba dibujos en el glande. Con mi mano derecha atusaba la seda azabache de su pelo y con la izquierda repasaba el contorno de su espalda en la unión con sus caderas, atrapaba mi glande entre su lengua y el cielo del paladar y aumentó la frecuencia de los lametazos en cuanto sintió como mis venas se agrandaban. Ella quería prolongar la situación, bajó sus carnosos labios por el tronco de mi polla hasta llegar a la base, mordisqueó los pliegues de mis pelotas y   se concentró de nuevo en mi capullo con una agradecida efusividad. Con la lengua, presiona el glande contra el paladar, sintiendo como palpita. Dentro de su  boca mi polla, esta sin dejar de mover la lengua en todas direcciones y apretando los labios cuando los acerca al glande.

-      ughhhh! Fantástico, la chupas genial criatura, ¡lo haces  como una diosa!… ¡haaaaa que delicia!. Dijo el hombre

-      No me llames criatura, soy teresa, tu ama. Dijo la vampira

-      Vale, teresa, pero no pares que quiero correrme en tu bocaaaa. dijo este entre espasmos

Succionando con deseo hasta que ya no pude más y disparé un lechoso proyectil que impactó contra su campanilla, así hasta tres más. Al sacarse   la polla de su boca un hilillo de semen unía sus labios carnosos con mi glande, esta escupió el semen de su boca en el suelo, y levantándose se puso a horcajadas en mi polla aun tiesa, metiéndosela   por el culo. Me dolió aquella estrechez.  Empezó a hacer círculos para que entrara mejor, con cada círculo podía sentir su  culo dilatarse aquella sensación se dibujaba en su rostro como  una mezcla entre dolor y placer, y de la misma manera sentía yo mientras la cabeza de mi pene se iba abriendo paso hacia su interior.

-      Aaaahhhh como me abres, que rico.

-      ohh… siii… sigue… sigue… no pares decía teresa por el gran placer que sentía.

 Se paró unos segundo, nos besamos, y sin reparos mi  miembro se deslizó progresivamente   la mitad del pene estaba insertado en su  recto. Me quedé quieto intentando acostumbrarme a aquella novedosa sensación, y al cabo de unos segundos volvo a tomar las riendas, sus uñas solo rozaron mi piel del pecho, pero a pesar de ello rasgo la piel de mi cuerpo, haciendo que sangrara, paso su lengua por la herida y se recreó en el sabor de mi sangre mientras había empezado a  terminar de insertar el resto de su longitud.  El pene ingresó decidido hasta que sus  nalgas sintieron la firmeza de los muslos. Eso significaba que ya todo estaba adentro y ella estaba complemente enculada. Quise tomar las riendas, pero fui detenido por una suave voz

-      Déjame ir a mi ritmo. me pedio.

Pausadamente fue empezando a hacer  movimientos de meter y saca. Al cabo de unos minutos su esfínter se había acostumbrado al grosor de mi miembro, y eso facilitaba la penetración y  la sensación era bastante placentera,  para mi violadora  debía haber sido el paraíso, porque su cara de placer y satisfacción era indescriptible.

-      Siii…siii…ayyyy… rómpeme el culo… si rómpeme el culo ayyy… decía teresa.

Sin parar de penetrarse con mi polla, su mano acariciaba una de sus preciosas tetas, la otra masturbaba un clítoris hinchado, mojado. Su ano se dilataba con cada embestida, lentamente había logrado metérsela entera, y ahora aceleraba el ritmo. Dejó de masturbarse y tomó mis manos para que le estrujase más aún los pechos mientras se retorcía de placer ante la llegada de  corrida.

-      Ooohhh. Mmmmmmm. ¡Aaaahhh! – se corrió otra vez, pero de forma muy tranquila.

Tanto fue su placer que mientras ella disfrutaba yo aumentaba la frecuencia de embestidas, que me dejaba hacerla. Subía la cabeza para agarrar sus pezones con mis labios, introducirlos en mi boca y poder morder ese pedazo de cielo. Empecé a notar como mi polla se hinchaba, imagine que ella también pues sus dos manos se pusieron en mi pecho apartando mi boca de su presa, y poniendo su espalda recta, sus manos impedían que me moviera, asi recibió el primer corro de mi semen, el segundo lo recibió mientras bajaba su precioso culo hasta la base de mis pelotas, asi que este fue mas profundo que el primero, tanto el primero como el segundo eran abundantes, pero los tres siguientes fueron menos abundantes, pero de igual intensidad.

-      Si, inunda mi recto con tu semen, que calor, Que sensación de quemazón. Dijo la vampira al notar el semen caliente en su tracto rectal

Notaba unas pulsaciones que me atemorizaban. Era viscoso y divino. Me tumbé sobre la cama de mi cuello manaba sangre, y de su muñeca algún liquido de sabor ferroso llego hasta mis labios, un dolor

-      Hazme el amor- me dijo una voz que no era de este mundo

Sin saber cómo la había sacado y poniéndola a cuatro patas la penetre el coño, con una mano empezó a acariciarse el clítoris con cada embestida notaba como sus labios vaginales se le abrían al entrar, y se cerraban al sacarla, A todo esto notaba un picor en el cuello y me lo rascaba.  Giro la cabeza y sus  ojos bellos y voraces.   Se la sacaba y metía, en una de las acometidas se la incruste tanto que  mi capullo se apretó contra su útero, sus pezones bamboleaban al ritmo de las acometidas, aferre uno de sus pezones con mis dedos, mientras con la otra mano hacia lo mismo con su otra teta.  Me agarró la polla haciéndome daño con la fuerza de sus músculos vaginales,  Creí que me la partiría, pero suelo soltó y se la incrusto de lleno, su boca se abrió dejando escapar un gemido que la delato en su orgasmo, así pude visualizar sus terribles colmillos. Se relamía de gusto. Me sonrío con su belleza.

-      ¡Ah, ah, ah!" gime teresas con cada embestida

Él la tome de las caderas y la penetra una y otra vez. La bombeaba con todo y ella siente el miembro en su vientre, es una sensación indescriptible. Sus pechos se balancean al rito de las acometidas que recibe, su gran tamaño y forma perfecta, es algo que no vi en otras mujeres.

-      Te gusta ehh putita te gusta cómo te follo…decía el joven mientras aumentaba sus envestidas y con sus manos apretaba y amasaba las tetas.

-      Ohh…Si… sigue… por favor ahhh… respondía teresa alcanzando un segundo orgasmo

Contemplando experimentar más con la vampira teresa le  saqué la polla, para  ponerla bocarriba, empecé a besar sus  labios, para luego bajar y empezar a comerle las tetas y succionarle los pezones como si se amamantase.

-      Ohh… siii… cómeme las tetas son tuyas… soy tuya… decía por el placer que sentia

La penetré de una sola embestida, tan mojada estaba ella. Y al poco de haber empezado, ella subió las piernas sobre mis hombros y las juntó, para hacer que mi penetración fuera más profunda. Aceleré el ritmo, me sentía eufórico y lleno de fuerza. Todo su cuerpo tembló, su sexo se cerró alrededor del mío y sentí unas palpitaciones extraordinariamente fuertes en su interior, mientras ella casi sollozaba de placer

-      Ohh… siii… soy tu puta… soy tu perra, eres mi amo…ayyy… decía teresa mientras se corría

Enseguida comprobé que, su ano estaba totalmente dilatado, era un círculo negro que rezumaba esperma blanquecina, este se le pegaba en las nalgas del culo,  invitaba a ser invadido otra vez.

Y no sé si las vampiras son diferentes a las mujeres en eso, pero me enorgullecía darla tanto placer como me demostraba con cada gemido. Los jadeos mezclados con esa sonrisa con los colmillos, me excitaba aun así que la avise de que  apenas podía resistir tanto placer y la avisé de que me iba a derramar nuevamente.

-      ¡¡AARRF AARRFF AARRF AAAAARRFFF!!...¡¡CÓRRETE dentro de mi!!. ¡¡CÓRRRETEEEEEE!!...¡¡AAAAAAAAAAAAAAAARRGHH!! ¡¡AAAAAAAAAARRGGH!! ¡¡AAAAAAAARRGHH!!...decia la vampira sabedora de lo que la esperaba.

-      -¡¡UUOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOHH!!...empecé a decir notando como la punta de mi capullo empezaba a recibir lentamente el líquido blanquecino que la inundaría el coño

-      -¡¡AAHH AAHH AAAAAHH AAAHH AAAAHH AAAHH AAAAAHH AAAAAAHH AAAAHH!!...no pares. Articulaba la vampira

-      -¡¡MMMMM!! ¡¡MMMMM!! ¡¡MMMM!! ¡¡MMM!! ¡¡OOHH!! ¡¡OOOOHH!! ¡¡OOHH!!...¡ME…ME CORRO! ¡ME CORROOOOOOOOOOO!...vamos humano  CÓRRETEEEEEEEEEEEEE. Dijo entre alaridos la vampira al notar el primer chorro dentro de su coño húmedo y caliente

Después de eso no recuerdo mucho, solo que ya no podía ver la luz del sol, debi de quedarme dormido y aprovecho para convertirme, o por lo contrario cuando me dio a beber la sangre de su muñeca, sea lo que sea ahora tengo una jovencita que empieza a masturbarme. La piel que recubre el glande de mi polla  subía y bajaba, primero, a lentísima y deliciosa velocidad, y poco a poco ésta fue acelerando... pues los movimientos de la mano de la joven cada vez eran más rápidos, y su respiración más agitada. Sus ojos eran preciosos, me recosté sobre el ataúd, vi que mientras dormía había salido de la cripta he ido a por comida, los envoltorios del Burger estaban en el suelo. Si  que la tengo seducida, si ha vuelto, pensaba en mi cabeza mientras el movimiento de la mano ahora era frenético, sus ojos estaban fuertemente apretados, y su respiración era ahora trabajosa e irregular, y de pronto... el movimiento de la mano cesó violentamente, mi  cara se contrajo en un gesto de concentración y... sendos chorros de esperma comenzaron a salir de mi pene en dirección al vientre... el pecho... e incluso llegaron a la cara...

-      ¡¡AAAH AAAHH AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHH!!... logre decir mientras regaba a al joven

Se sentó a horcajadas sobre mi pecho y se frotó despacio. Luego se subió un poco más y poniendo su coño a un palmo de mi boca comenzó a mover sus caderas de forma muy sensual. Pude ver como tenía el vello púbico bien rasurado,  me invadió un olor que me hizo saber que ya había empezado a humedecerse. Sin poder contenerme más tiempo,  pues mi recuerdo de teresa me excitaron, y debido a  ya había estado mucho tiempo quieto acerqué mi lengua a su vagina y paré sus movimientos de caderas agarrándole el culo.

-      Ooooohhhhh. – gimió al primer contacto de mi lengua.

Su coño estaba realmente caliente y mi lengua se entretuvo palpando esa calentura. Aparte de lamerle la vagina y darle lametazos a su clítoris empecé a follarla con la lengua metiéndola y sacándola en su interior, tragándome en el proceso los jugos que cada vez en mayor medida manaban de aquella cavidad carnosa.

-      ¡Ooohhh!¡Oooohhh!¡Oooohh!¡Aaaahh! – se corrió en mi boca con espasmos vaginales.

Sin darme tiempo a reaccionar descendió hasta mi polla y ahora sí empezó a lamerla a la vez que le dedicaba manoseos a mis pelotas. Estuvo un buen rato comiéndose mi rabo golosamente, sobre todo le encantaba succionarme el glande para luego sacárselo. Sin dejar de subir y bajar su cabeza fue tragándose mi corrida según iba eyaculando en su boca. Cuando hube terminado se sacó mi verga y le dio un último lametón por toda la cabeza. Acto seguido se volvió hacía mí y me besó intensamente. Después de eso se montó encima, empezó a subir y bajar sobre mí. Se le notaba que era una mujer dominante que le gustaba llevar el control, pues además de llevar el ritmo de la follada, aunque yo le daba mis envites, me sujetó las manos nuevamente para que no la tocase. Algo que me estaba poniendo malo de excitación pues sus tetas no dejaban de botar ante mí con cada trote de su cuerpo. Aminoró su cabalgadura sobre mi hasta que paro, me beso, y sin aviso volvió a clavarse mi polla con bruscas sacudidas empezó a mover su cintura en círculos cada vez más rápido hasta que terminó por correrse.

-¡Aaaaaaahhhhh!¡Aaaaahhh!¡Mmmmm!¡Aaaaahhh!¡Síiii!¡Aaaaahhhh!

Se tumbó sobre mí, permitiéndome saboreando sus pechos omás cómodamente mientras que ella jadeaba y resoplaba. Su coño me apretaba la polla con esporádicos movimientos vaginales. Tiró de mí hasta que quedé sentado y ella cerrando sus piernas en torno a mi cintura, quedó sentada sobre mí. Hacía lentos movimientos que nos permitían seguir disfrutando pero sin llegar a las duras embestidas que le había dado anteriormente. sin dejar de mirarme se sostuvo una de sus tetas y la llevó hasta mis labios y no hizo falta que me dijera nada,  se la lamí, le rodeaba la aureola y le frotaba con la viveza de mi lengua todo su pezón. Dejó de botar sobre mí y apartó su melón de mi boca. Nos volvimos a mirar y con una cara de pura lascivia y lujuria me dijo.

-      necesito parar un momento. Estoy exhausta y no tengo fuerza para mas

 

Estuvimos descansando durante un rato en el que la acariciaba de arriba a abajo toda su piel morena pero siempre tenía tiempo para engullir sus tetones en mi boca. Después de un rato de tranquilidad y de solo caricias en la que su cuerpo se había recostado sobre el mío, inconscientemente empecé a besarla, a acariciar sus tetas, y a empezar a penetrarla suavemente.

-      Te gustan mucho, ¿verdad? – dijo acariciándose uno de sus pezones con su dedo previamente ensalivado en su boca

Sin contestarla empecé a lamer el pezón que tenía libre, mientras llevé su mano hasta mi polla  que empezaba a introducirse dentro de ella dándola suaves embestidas, pero a la vez que profundas

-      ¿Puedes seguir? –la preguntó  sin dejar de penetrarla y con la mirada lujuriosa

-      ¡Aaaaarrrrgghhhh!¡Sííí!¡Fóllame! – empezaba a gritar como una loca en celo. - ¡Aaaarrrgghh!¡Aaaarrrggh!¡Más!

Entonces me saqué la polla y se la volví a meter de una sola clavada, hasta el fondo de su vagina increíblemente empapada, la cual abrazo a mi pene de una manera diferente a lo había  sentido antes con aquella atormentada jovencita. Empecé a follármela fuertemente y rápidamente. No paraba de sacársela y empujar con vigor hasta dentro de su coño, una tras otra vez. De tanto acelerar las embestidas sentí que mi orgasmo estaba cerca por lo que di varios secos y fuertes envites que terminaron por vaciar mi polla.

Aaaaaahhhh. ¡Síí! – grité.

No pude más y descargue dentro de ella, su cabeza volvió a mi pecho, como si buscara mi latidos pero no los encontraría, se separó de mi dejando caer mi abundante corrida del interior de su coño, bajo del ataúd y de rodillas me suplico que la convirtiera. Solo la dije, que la noche era joven, que durmiera y descansara mañana seria agotador