miprimita.com

Nuestro primer intercambio nos hizo descubrir....

en Intercambios

Nuestro primer encuentro con una pareja, fue como a continuación os puedo relatar, fue algo tan excitante y morboso, que aún dudo de cómo pude reaccionar de esa manera, sólo fue tan solo el descubrir mis deseos y anhelos más recónditos. Esta experiencia se la describí tal cual a esa maravillosa pareja que nos brindó esta primera vez. Gracias a  que nos brindaron lo mejor de su sexo os relato lo que a continuación sucedió ese día.

Todo comenzó aquella tarde …..cuando vi a mi pareja Concep besando los labios de Marta, y acariciando a su vez, sus bonitas tetas, mientras tu mujer la acariciaba lentamente, y le iba masajeando dulcemente sus pechos, por un momento volvisteis la vista hacia nosotros, con una sonrisa y una mirada picarona, invitándonos a participar de la fiesta, yo me dirigí hacia Marta, y Concep, tomando mi mano, me fue guiando el camino del canal de su pecho, besándolo lentamente hasta llegar a la punta de su pezón, Juan Cárlos, expentante ante la excitante escena, observaba lo que le estábamos haciendo a su querida esposa,

 Marta lanzó un profundo gemido de placer, volviendo la cabeza, y haciendo señas a su esposo, incitándolo a unirse a nosotros, Juan Cárlos se acercó, eso sí, con su polla completamente erecta, pajeándose excitado, se colocó detrás de Concep, y acercando su boca al cuello de mi pareja, comenzó a  besarla dulcemente, hasta ir beso a beso en dirección a su bonita boca, comenzándo a besar con pasión sus labios y entrelazando sus lenguas, delante de nosotros, de ser un miembro pasivo en la escena, ahora había tomado la iniciativa de la situación, magreando y masajeando sus bonitas tetas,

 hasta hacerla gemir de placer, a Concep le excita mucho que le masajeen las tetas, mientras Juan Carlos a su vez, se restregaba excitado detrás de ella, con su polla completamente erecta, soltando e impregnando el néctar de  excitación  sobre el culo de Concep, Juan Carlos ya no pudo contenerse durante más tiempo en esa situación,

 y volviendola hacia sí mismo, le ofreció a continuación su polla, ¡que grande y que gorda la tienes!, pero en primer lugar me gustaría que ¡Mariano te la chupara!, yo me quedé de piedra,  jamás pensé que ella fuese a soltar algo así, yo jamás le había chupado la polla a ningún hombre, sólo en nuestras fantasías habíamos jugueteado con esa posibilidad, pero que nunca imaginé que eso  fuera a llegar a hacerse realidad en algún momento, Concep se dirigió hacia mí y cogiéndome de la mano me dio un beso

para convencerme, no, no Concep por favor, ¡no me hagas esto!, le dije, si en el fondo te gusta, y lo sabes, si pero una cosa son las fantasías, y otra bién distinta es hacerlo realidad, le dije. Juan Carlos al oir esto se puso a mil, eran tantas las ganas que tenía de estar con otro hombre, que incluso tu tremendo pollón chorreaba ahora por la excitación y el nerviosismo que tenía en ese momento.

 Ambos delante de ti, ella me tomó de la mano tirando de ella hacia abajo, e intentando que me pusiese de rodillas ante tí, para medio obligarme, ella me dijo, mira, observa, agáchate conmigo, yo dudando aún de si me apetecía hacerlo o no, accedí junto a ella a agacharme ante tu polla, cogiéndome la mano, me la acercó lentamente, paso a paso, como si estuviésemos haciendo a cámara lenta, me hizo que te acariciara la polla, y ante la primera caricia de mis dedos, lanzáste un gemido de placer, Concep me ayudó,

 ¡o incluso me forzó! (aún no sé, mezcla un poco de todo), a agarrarla y frotarla, no me disgustó mucho, pero al ver como tu polla se ponía por momentos aún más gorda si cabía, y a escasos centímetros de ella, fui aceptando la situación

Concep, al ver que ya iba todo como ella deseaba, y ante la atenta mirada de Marta por si me decidía o no a ello….., Marta se acercó a mí y me fue acercando la cabeza, hasta tener tu pollón a escasos milímetros de mi boca, y viendo como salía de tu glande ese jugo de pasión, me decidí a sacar mi lengua completamente inseguro e indeciso de lo que estaba aún haciendo, y decidí a probarlo lamiendo aquello que desprendías de tu polla, su sabor era insípido, y no me desagradó, al ver como gemías de placer, me decidí

a menterme todo el glande en mi boca, jamás hubiese creido que podía estar haciendo eso, yo mamándole la polla a otro hombre nervioso y excitado, comencé a metérmela más adentro, haciéndote una mamada en toda regla,  Marta sabía lo que habías deseado ese momento, y lo mucho que significaba para ti, que bién lo estás haciendo, y lo que está disfrutando mi marido, ¡me estais poniendo a mil me dijo!, ¡uffff a mi también! añadió Concep, a la vez que ella y  Marta se estaban pajeando mutuamente ante  la

excitante escena. Comencé ahora a meterme cada vez más polla en mi boca, e intentando metérmela hasta el fondo de mi garganta, hasta llegar a la base de los huevos mi polla, estaba completamente empalmada y dura, sedienta de algo mojado y húmedo para calmar su sed. Marta, observando y dandose cuenta de mi necesidad, te miró con una mirada cómplice buscando tu aprobación, contestándole tú con un guiño

 mientras que yo te mamaba la polla, Marta se colocó detrás de mí, y de estar arrodillado ante ti, sin que me diese cuenta de nada, me fue colocando a cuatro patas, yo que andaba bastante atareado, y por lo novedoso de la situación para mí. ella fue separando mis nalgas que quedaron completamente abiertas, y totalmente a su merced, fue entonces cuando noté una cálida y suave caricia en mi culo, masajeándolo a la vez

noté como esa caricia recorría el anillo de mi ano, produciendo dentro de mí una agradable y excitante sensación, del intenso e inmenso placer que me estaba produciendo, hizo que dejase de mamarte la polla, para volver mi cabeza, y comprobar con mis ojos  que es lo que me estaba produciendo semejante gusto, vi a tu mujer como me estaba lamiendo con su dulce lengua, el anillo de mi culo,

¿te está gustando lo que te estoy haciendo?, me preguntó Marta, ¡me gusta mucho cariño!, le contesté, y  ella hundiéndo su lengua sobre mi ano y moviéndola dentro de mí, me hizo gemir de placer, a la vez que ella se pajeaba su coño completamente abierto y mojado, Concep, que durante unos momentos había estado expectante ante la excitante escena, se puso junto a mí, y me dijo que la dejara a ella también,

así juntos comenzamos a mamarle a dúo la polla de Juan Cárlos, Concep que tiene mucha más experiencia que yo delante de una polla, me decía….  Mira, observa lo que hago con mi lengua, y comenzó a lamerle el frenillo delicadamente como  una ligera caricia, y rodeando su glande con la lengua, abrazándolo con sus dulces labios, y hundiendo su boca en el pollón de tu marido, haciéndo ella ahora el trabajo que yo antes estaba realizando, mientras Marta se pajeaba frenéticamente en la pipa de su coño manteníendo su lengua dentro de mi ano (haciéndome sentir sensaciones nunca antes imaginadas en mí). Estoy muy caliente, necesito meterme algo duro en mi coño,  lo tengo a punto de estallar. ¡Te importaría que Mariano me follase!, dijo Marta a Concep, ¡lo estoy deseando!, me encantaría ver como Mariano te folla, como él lo hace conmigo, a lo que Marta preguntó a continuación, mi amor ¿me dejas que Mariano me meta su polla dentro de tu coño, ¿te gustaría ver como mete su polla dentro mí, cariño? ¡por favor fóllatelo!, ¡me gustaría verte corazón!, ¡sé que lo estas necesitando mi vida!,

 te estaba mirando de reojo, y de seguir así pajeándote  pensaba que te ibas a destrozar tu bonito coño, añadió Juan Carlos, Marta con una sonrisa picarona añadió a continuación… ya sabes Mariano tienes que hacer caso de lo que te ha dicho Concep, y lo que también desea mi marido ¡debes de ser obediente!. Con mucho gusto obedeceré, sus deseos son órdenes para mí, añadí. Me acerqué a ella, besándole apasionadamente sus labios, y entrelazando nuestras lenguas, tu boca sabe a polla de mi marido me dijo, esto me excitó aún más, y me recordó donde había estado jugando ella hacía apenas unos instantes, fui bajando lentamente por su cuello, lamiendo cada poro de su piel

 por donde iba pasando mi ardiente lengua, agarré sus tetas, deteniéndome en sus erectos pezones, regalándole unas chupadas, y succionándolas como si intentara sacar leche de ellas, mis dedos estaban deseosos de ir corriendo hacia su bajo vientre, y mi inquieta mano se fue acercando a su vulva, hasta tocar la llema de mis dedos ese néctar de sus entrañas, que emanaba de su excitación a través de su coño, metí mis dedos, y tomé una muestra de su jugo, para llevármelo a los labios, y saborearlo

detenidamente en mi boca, ¡que dulce y rico tienes el coño Marta! añadí, ella se agachó y mirando a su querido esposo con una mirada complice, mientras Concep le seguía mamando la polla a Juan Cárlos que añadió ¡quiero ver como le comes la polla mi vida! Cómesela como tu sabes hacerlo corazón mío. Ella obediente y fiel a lo que le indicaba su querido esposo, observaba como ella me iba lamiendo delicadamente todo mi

 glande, para luego hundirlo en  su boca, tragándosela por completo y mamándomela a la par que miraba a Juan Cárlos de reojo, para dar su aprobación,  yo mientras, seguía acariciando la entrada del coño de su mujer, todo era muy excitante, viendo como Concep le estaba comiendo la polla a él y su mujer estaba haciendo lo propio conmigo,

Tumbados en la cama y mirándonos unos a otros, estábamos tan cerca, muy cerca de Juan Cárlos y Concep, que dejó de mamar, para ahora con su lengua acercarse a lamer el flujo de Marta, lamiéndolo de arriba a bajo, y deteniéndose a succionar el clítoris, mientras Marta entre jadeos añadió, que ya tenía preparado el camino para que se la hundiera en su caliente, y mojado coño. Me coloqué en posición para ello, deseoso de cumplir con sus deseos,  acercando mi polla acariciando con mi glande a su pipa,

 a la que Concep seguía a la vez lamiendo aún,  me tomó la polla y se la metió en su boca dándo una última mamada, antes de acercarla ante el dilatado y abierto chocho de Marta, ahora mi vida, me indicó Concep, para hundír mi polla dentro de Marta, lanzando un gemido que hizo tambalear la habitación, tremendamente excitada y fuera de sí por el placer de tener mi polla, a la vez que Concep le seguía lamiendo su clítoris, mientras yo la follaba, Marta, teniendo ante sí el coño de mi pareja, agradecida por el placer que le estábamos dando, estaba intentando colocarse en posición para lamerle el coño a Concep, viendo que no llegaba, Juan Cárlos que estaba pajeándose, y atento a lo que le estábamos haciendo disfrutar a Marta, se acercó a ella para decirle, espera un momento cariño, veo que estás deseando de comerle el coño a Concep, 

así  es mi vida, no sabes ni imaginas como me están poniedo los dos a la vez, ¡Diós mío, esto es maravilloso! gritó, y tú le colocaste la almohada con delicadeza, debajo de la cabeza a tu querida esposa, para ahora sí, ella tener a su disposición el coño de mi pareja, acercando la lengua ella fué lamiendo con gran devoción  su pipa. Es la primera vez que te veo comer el coño a una mujer mi vida, y la primera vez que veo que otro hombre te está metiendo una polla que no es la mía, mientras, tu mujer le hacía una deliciosa lamida a Concep  viendo como se lo comía de manera apasionada,

 de estar pajeándote viendo a tu mujer, te acercaste con tu polla completamente sedienta,  detrás de Concep, y mirándome a mí buscando la aprobación, me dijiste, Mariano te importa que…., al contrario Juan Cárlos, a mí también me encantaría ver como la follas, te contesté. Y acariciándole su mojado coño con la punta de tu polla, mientras Marta le lamía la pipa en el coño de tu mujer, poco a poco fuiste hundiendo tu polla dentro de ella, para mí también era la primera vez que veía a mi pareja con la polla de

otro hombre dentro de su coño, sintiendo una sensación de placer y morbo a la vez, viendo como ella disfrutaba y le dabas placer, ella me miraba mordiéndose los labios y tocándose las tetas, a la vez que la ibas follando, tu mujer comiéndole el coño, la agarraste por detrás tomando sus tetas, dando embestidas a la vez que le ibas hundiendo tu polla ante la atenta mirada de Marta que iba viendo como la polla entraba y salía del coño de  Concep, haciéndola estremecer de placer, y viendo como te la estabas follando y del inmenso placer que ella estaba sintiendo en ese momento, Concep no pudo aguantar más, y gritando como una

loca se corrió a escasos milímetros de la boca de Marta, siendo la primera en degustar con su lengua, el flujo proveniente del orgasmo de Concep. Ella se retiró de la escena para observar como Marta limpiaba con su lengua tu polla, haciendote una mamada mientras yo follaba a tu mujer, ella con el dedo hizo señas y te dijo que te acercaras para decirte algo al oído, algo que no pude oir, y a lo que tu le contestaste, ¡me encantaría cariño, sabes la ilusión que me hace, y lo mucho que lo deseo!, a continuación, Marta me dijo… Mariano, ¿te importaría turnarte ahora, para que mi marido me folle?

Por supuesto Marta, añadí retirándome de su ardiente y cálido coño, ven para acá, que quiero chupártela ahora a ti, me agarró mi polla y comenzó a mamármela aún con restos de semen en su boca, Juan Cárlos ahora en el lugar que yo había dejado, follándola con gran pasión, mientras mi polla se hundía en la boca de su querida esposa, comiéndomela y viendo como su marido ahora aceleraba de manera frenética, en un vaivén contínuo, yo estaba a punto de correrme, cuando ahora Marta me indicaba que me acercase para decirme algo al oído, ¡me quedé de piedra al oirlo!, Mariano, Juan Cárlos está deseando que  le folles, ¿a ti te importaría? Me quedé paralizado, mientras que ella no dejaba de

mamarme la polla, acelerando aún más si cabe el ritmo, para no perder excitación, y no tener opción opción a negarme, pero Marta yo…. contesté, mientras ella seguía mamándome la polla, yo…. De verdaaaad Martaaaa, le contesté, ¡andaaa porfaaaa!, me haría mucha ilusión veros, y él lo está deseando, está deseando que le penetres su culo me contestó, a mí,  me encanta follar por el culo, pero hacerlo con un hombre, era algo que jamás se me había pasado por la cabeza en ningún momento pensé, y mientras  aún estaba dubitativo en si acceder o no a su petición, ella no dejaba de chuparme y pajear mi verga en su boca, me encontraba tan excitado, que me pregunté a si mismo, si me gusta tanto follar por el culo, ¿Qué diferencia puede haber  haciéndolo con él, en vez de una mujer?. Bueno vale, contesté a Marta, accediendo así a su deseo, yo aún, no muy convencido de ello.

Saqué mi polla de su boca, ella se levantó, ¡esperad un momento! dijo, para ir en dirección al baño, aún nervioso y desorientado, no sabía que hacer, cuando ella volvió, traía consigo un bote transparente en su mano derecha, esto te facilitará mucho el trabajo Mariano, añadió, abrió el trasero de Juan Cárlos, para que quedara su ano al descubierto, se agachó para no sin antes de untarlo, regalarle una lamida, mientras yo veía como ella hacía a su marido, lo que antes le había regalado a mi ano, que no era otra cosa que lamerlo con gran devoción, hundiendo su lengua en el agujero de Juan Carlos, follándolo con ella, premonitorio de lo que aún estaba por suceder dentro de su

culo, mi polla estaba dispuesta a tan inexperada experiencia. Ahora ella le acarició el anillo de su ano, y hundió en el  uno de sus dedos lubricado con el líquido trasnparente, metiéndolo y sacándolo en un par de ocasiones, con total aceptación por parte de Juan Cárlos, Marta agarró mi polla, llevándome a la puerta de entrada del culo de su amado esposo, con mi glande en su anillo, Marta me ayudaba a ir introduciendo mi glande, que gracias al lubricante insertado por ella facilitaba que milímetro a milímetro, su ojete se fuese tragando mi polla, sin que Juan Cárlos hiciese

ningún amago de estar molesto por la penetración, sino todo lo contrario, lanzó un gemido de placer al tener todo mi rabo dentro de él, y moviendo acompasadamente su culo para que lo fuese follando con mayor celeridad, aquello me pareció realmente increíble, tener mi polla completamente erecta y excitada dentro del culo de un hombre, y haciéndome sentir un gran placer, viendo como respondía esta dentro de su culo, y el saber también que mi verga, le hacía gemir de gusto, lo que hacía que juntos

disfrutáramos de una follada anal increíble. Tan concentrado de ver como Juan Carlos disfrutaba entre gemidos, no me había apercibido de que nuestras parejas estaban también presentes en la habitación, y vi que Concep, después de haberse corrido, estaba de nuevo excitada, masturbándose, viéndonos follar a los dos, Marta se acercó a ella para besarla en los labios y comentarle, veo que te está gustando ver como Mariano folla a mi marido, ¡ufff, me pone muchíisimo, no pensaba que me pudiese gustar tanto, me excitó mucho ver cómo él te follaba a ti Marta, pero ver a ellos dos así juntos, ¡es tremendo!

Ven, acércate que quiero que tu también disfrutes de la vista, y comenzó a meter sus dedos en el coño de Marta, a lo que esta respondió de igual manera, follándose entre ellas sus respectivos coños hasta llegar al climax total del orgasmo, gimiendo y gritando de tal manera que hizo estremecer las paredes del edificio las dos  al unísono, esto hizo que volviésemos la mirada hacia ellas para ver como se corrían como locas, mi polla no pudo  aguantar más viéndolas con los dedos metidos dentro de sus coños, teniendo que descargar mi leche dentro del culo de Juan Cárlos, éste al notar como lo inundaba de mi caliente y espesa leche, le dijo a Marta, ven cariño, ven para acá

Que sé que te gusta, y yo no puedo aguantar más tampoco, Marta fue corriendo a tragarse la polla de su marido, mientras mi verga aún erecta, le seguía dando las últimas embestidas tras la corrida, y acto seguido Juan Carlos descargó toda la leche en la boca de su amada, haciendo que ella tragase con total aceptación hasta la última gota. 

Los cuatro habíamos quedado extasiados tras la intensa experiencia que habíamos vivido, y nos quedamos un rato tumbados todos juntos en la cama, como rememorando los momentos que se habían vivido hacía tan sólo unos instantes, y cumpliendo y haciendo realidad la mayoría de nuestras fantasías de pareja.

Después de quedarnos completamente relajados, salimos juntos a tomar una copa por los alrededores del lugar, proseguimos juntos algunas horas más a lo largo de la noche, nos tomamos una última copa todos juntos, brindando por los buenos ratos vividos, y deseando que volviésemos a encontrarnos en una segunda ocasión.