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Seguir mi vida sin Chamo

en Zoofilia

Estimados lectores, uniendo cabos dio como resultado otro relato relevante de mi vida que quiero compartir con ustedes, tal como lo que practico se volvió adictivo, descubrí que relatar estas experiencias se vuelve igual que adictivas, no sabía que podía escribir tanto, este está relacionado con los otros relatos así que les sugiero leer los otros para entender mejor.

Esta historia relata en mi tiempo universitario, cuando ya Chamo estaba llegando al ocaso de su vida, y la mía estaba se pude decir en la cúspide, me había separado de él queriendo vivir nuevas experiencias en mi vida, no recuerdo exactamente cuándo fue la últimas vez que estuvimos juntos, algunos fines de semana iba a casa de mis padres y lo llevaba a pasear al parque, pero en realidad se puede decir que lo había abandonado, el resto del tiempo me dediqué a mi vida social entre la universidad, noche de bares, discotecas, viajes, trabajos temporales, mi vida social también estaba en su punto máximo, vivía en un departamento compartido con tres amigas más, preferí  esto para salir del control de mis padres que vivían en la misma ciudad. Los fines de semana, también me mantenía ocupada realizando deportes como Voleyball, flag football de mujeres, ciclismo, treckking, natación, camping u otras actividades al aire libre.

En lo referente a mi sexualidad, se perfectamente que Chamo fue el culpable de mi comienzo sexual y mi consecuente vida sexual activa, sin limitaciones, si no lo hubiera conocido a él, seguro hubiera sido una persona totalmente distinta, criada bajo los conceptos de moral humanos, al conocerlo a él, toda mi perspectiva de la vida cambió y se amplió.

Mi vida social generalmente la dedicaba los Jueves, Viernes y Sábados en la noche cuando salíamos por la ciudad con mis amigas, la salida juntas era para protegernos unas a otras, no de hombres, sino solo de los patanes,  durante este tiempo se dieron varias anécdotas y casos de los cuales voy a contar los más relevantes que perduran en mi mente.

Una propuesta indecente

Solíamos visitar la discoteca Sahara en Calle Uruguay, famosa por su música rock, y grupos en vivo, la frecuentaban extranjeros, locales, chicas que iban a divertirse y las chicas que iban a trabajar en la noche, a mí me gustaba jugar pool, y conversar con diferente gente junto a la barra, en una ocasión entablé una buena conversación con dos chicos los cuales, eran muy extrovertidos, ya ingenieros graduados y trabajando, entre risas y  comentarios, el uno conversaba más, el otro solo lo apoyaba, en un momento dado, el que sería el alfa con una gran sonrisa en su cara, me propuso ir con su amigo a su departamento, yo solté la carcajada, y empecé a seguirles la corriente, los dos?, pero quien creen que soy?, la noche seguía avanzando, era también una lucha resistencia, que generalmente duraba hasta las tres de la mañana, de ahí se iban definiendo las cosas, a ratos me picaba el alfa con algunos comentarios incisivos, a la final, dije vamos que ya tengo sueño, pero voy contigo, y se me portan como caballeros, no quiero cosas raras, en ese tiempo tenía la tendencia de ir por la ruta del riesgo, ya en su carro íbamos hablando de varias cosas hasta llegar a su departamento, estaba súper nerviosa pero no lo demostraba, yo iba delante de ellos y sentía sus mirada hacia mí, en la sala el alfa se sentó a mi lado y su amigo al frente y seguíamos conversando, hasta que mientras hablaba me dio un beso que me calló, nos empezamos a besar apasionadamente, su amigo se limitó a mirar, creo que podía ver mi entrepierna debajo del vestido, en un momento dado me dijo vamos, yo le dije ok, el preguntó con él? a lo que contesté que no, me llevó a su habitación, yo pensé pobre tipo, yo me encargue de cerrar la habitación con seguro, ahí fui tomada por este hombre, pasé la noche ahí, al días siguiente temprano cogí mis cosas y me fui, ellos ni lo notaron.

Otra propuesta indecente

Un norteamericano que estaba de pasada, me entabló conversación su español era fluido, era muy interesante, estaba ahí por negocios buscando propiedades, pero me empezó a hablar de lo fascinado que estaba con la ciudad y de lo bellas que son las mujeres, con prendas pequeñas y piel bronceada, nada que se pueda ver en su ciudad, pero eso sí muy temperamentales, mientras conversaba, me comentó que se iba a quedar hasta el Domingo,  de pronto me preguntó cuánto serían mis servicios¡¡¡¡¡, por llevarlo a algún lugar a conocer¡¡¡¡¡¡, solté la carcajada, se puso rojísimo, tanto el como yo sabíamos que quería realmente, en mi mente me decía te equivocaste de prestadora de servicios……, pero le seguí la corriente, esto lo tomaba como un reto, le comenté de unas islas en el caribe pero necesitaba un buen carro si quería llegar allá, él ya había rentado uno, tipo dos de la mañana emprendimos el viaje, fuimos conversando todo el camino, el camino malísimo, pero al amanecer estábamos frente a la playa, después de negociar un bote nos llevó a una de las islas más lejanas conforme fue su pedido, solo había un pequeño bohío donde vivía una familia, como no llevaba nada más de lo que tenía puesto, me saque mi ropa quedando en mi calzón y sostén así me metí al agua, igual lo hizo el, mi calzón ya mojado permitía ver todo a través este, empezamos a juguetear en el agua, a ratos tocaba su miembro al descuido que estaba a mil, yo me pegaba a el de espadas fingiendo descuido, sabía que estaba como loco ya,  comimos, dormimos, hasta que llegó la noche, estaba segura que quería besarme, pero aún no comprendía que tipo de chica era o cual era nuestro trato, tipo diez de la noche,  caminamos a lo largo de la isla en una hermosa noche estrellada y las olas del mar brillando, lo más lejano que pudimos, cada uno llevaba una manta, el bohío a penas se podía ver su techo, a la final él se sentó y yo me recosté, aquí yo en mis dos piezas de seguro debía verme preciosa, no aguantando más me dio un beso apasionado, un tiempo después, se volvió loco, sacó mi calzón tomó mis nalgas me levanto en el aire y empezó a comer mi cosita, me gustaba ver esa escena desde mi perspectiva así llegué a mi éxtasis hasta hacerme terminar, finalmente fui poseída bajo un manto de estrellas hasta hacerme venir por segunda vez, al amanecer, ya con la luz del sol, sería tomada nuevamente en el mismo lugar, luego de regresar a la ciudad y despedirnos, le demostré que no era necesario pagarme ni tampoco éramos tan temperamentales como creía.

Por su insistencia

Tenía un compañero de universidad, un chombo como le decimos acá, era muy divertido, la fiesta de la clase, siempre hablaba como en broma en especial con las mujeres, decía que si tuviera chance me comería toda, que podía hacer con él lo que quisiese, y cosas como esas, lo que tenía de divertido no lo tenía de atractivo, pero era alto, labios gruesos, manos grandes, y una pancita de buen tomador de cerveza, algún momento que estaba a solas conmigo me lujuriaba y hablaba obscenidades en broma, no lo tomada en serio, no era para nada mi tipo, más una noche que salimos todos, pasadas las tres de la mañana me dijo que quería llevarme con el¡¡¡¡¡, ahí eché una carcajada otra vez, y pensé en mi interior le voy a dar un chance a este pobre, subimos en su viejo carro Camry y nos fuimos, seguía hablando incoherencias en el camino que me hacían reír, más de pronto alerté donde estábamos, Río Abajo, entramos por una calle llena de barracas y nos detuvimos en una de madera, pensé esto es un error…. Pero ya estábamos aquí, y ese impulso mío a seguir los riesgos, a saber que viene después…. Apagó el vehículo y me abrió la puerta, había un pasaje tenuemente alumbrado hacia unas escaleras, al final del pasaje un grupo de hombres estaban hablando y escuchando música, cuando lo vieron lo saludaron y empezaron a hablar cosas que no entendía, yo atrás de él con los nervios de punta, mi única salvación aquí era el, empezó a subir las escaleras de madera exageradamente lenta, me daba ganas de empujarlo para que se mueva, me sentía como un siervo bebé detrás de su madre, sentía que tenía una lámpara  encendida sobre mi cabeza que me iluminaba toda y me hacía visible a kilómetros, finalmente llegamos a la planta superior, pasamos dos puertas hasta que abrió la tercera, se oían voces en otros lados, parecía que la gente aquí no dormía, finalmente entramos, un alivio llegó a mí, más cuando empecé a inspeccionar el lugar, otra vez la alerta, una cama vieja y desorganizada, dos ventanas rotas y sin cortinas, un peinador por caerse lleno de cosas, y un velador pequeño todo desgastado, un gran equipo de sonido y un televisor, nada más, mientras dejaba algunas cosas en el velador me preguntó si quería algo, algo? de dónde? me pregunté internamente, yo parada junto a la puerta con mi pequeña cartera, y vestida con un pantalón blanco de licra y una blusa azul solo atiné a decir no, mis nervios de punta otra vez, se fue acercando de a poco, me miró, acarició mi rostro, acaricio mis aretes, y me besó, sentí desfallecer,  esos labios gruesos, su gran lengua, me succionada toda, puse mis manos en sus brazos gruesos, él se pegó un poco más, yo contra la pared, nos besamos por un buen rato así, sus grandes manos me tenían sujeta de mis caderas, sentía su pansa que en vez de ser desagradable, le daba un toque un tanto erótico, de pronto se detuvo por un instante y se sacó la camiseta, para volverme a atacar, su cuerpo caliente, en un movimiento rápido, me agarró de nalgas y me levantó en peso, empezó a comerse mi cuello, mi piel erizada, el buscaba la esencia de mi perfume, mis manos en sus inmensos hombros, ya podía sentir su miembro a mil, otra  vez besándonos, de pronto me dejó nuevamente en el suelo, y con sus movimientos supe que quería que lo bese, empecé por su pecho, una tetilla, luego pasé a la otra, oí su cinturón desabrocharse, fui bajando de a poco hasta su ombligo, sentí desmayar de la impresión al ver su hermoso miembro, estaba cruzando ya a una nueva frontera, la cogió en su mano y me la pasó por el cuello, mi rostro, al lado de mi oreja, ya él no tenía ningún respeto por mí , la miré de frente por algunos segundos y la alojé en mi interior, que delicia, mi boca llena, mi lengua jugando con su miembro realmente voluminoso, embelesada en mi tarea, él solo me acariciaba la cabeza, luego de un rato él tuvo que detenerme, y me levantó, otra vez comiéndose mi boca, desabotonó mi camisa y mi sostén, en peso me llevó y me depositó en su cama, estaba ya endemoniado, estiró mi pantalón de licra a mi calzón a su máxima capacidad sin ningún cuidado dejándome totalmente desnuda, cerré las piernas como reflejo, en seguida me tomó de las piernas me llevó hacia él dejando solo mi espalda en el borde de la cama, yo me agarraba de lo que podía, así empezó a comerse mi cosita con furia, me llamaba la atención la atracción que causaba mi sexo para ser devorado de esta manera, ahora sabía la diferencia entre una boca y una bemba, estoy segura que cualquier vecino despierto a esa hora podía ver a este hombre devorándome por la ventana descubierta, mis piernas descansaban en sus hombros, así si más un orgasmo delicioso empezó a tomar mi cuerpo mientras seguía devorándome, exhausta fui depositada nuevamente en la cama nuevamente, lo tenía al frente mío, sabía lo que venía, y esto me atemorizaba, su miembro tocaba mi aún sensible sexo, temblaba, de a poco se fue abriendo espacio, lentamente, yo me agarré de sus brazos, temblaba, respiraba por la boca, un poco más despacio, él sabía cómo hacerlo, mi sexo se adaptaba a él de a poco, el me miraba, yo esquivaba mi mirada, luego bombeos más largos, sentía cada nuevo centímetro dentro, luego bombeos más largos, es verdad, ellos lo hacen a lo grande, estaba admirada de mí, de sentir como entraba profundo y salía de mí, que sensación de llenura, mi sexo lo recibía ya sin problema, mi cosita siendo castigada al máximo, que sensación de fricción total, ya todo era placer, venía venir un poderoso orgasmo, mis piernas empezaron a temblar todo su miembro entraba y salía de mí en largos bombeos, temblé como una hoja, que orgasmo más brutal, sus bombeos seguían mientras yo temblaba de placer, hasta que él también llegó a su éxtasis, se quedó dentro mío por un buen rato, que cogida más tremenda pensé yo,  luego se acostó a un lado, yo me dormí acurrucada por el  como una hija en los brazos de su padre, me desperté con la luz del sol, para darme cuenta que estaba siendo colocada para ser poseída nuevamente con la misma intensidad anterior, luego de descansar un rato, me tocaba salir ya tipo 10 AM de un viernes, ni pensar pedir el baño, que novela, sentía las miradas de todas la personas que vivían en ese lugar, parecía que se había corrido la voz, yo caminando a su lado evitando las miradas fijas, al final salimos del sitio, tuvimos tres encuentros más, hasta pensé en quedarme con él, sin embargo pese a mis consejos, él prefirió el camino malo, y yo me alejé de él.

Retomando mi otra vida, en este lapso de tiempo perdí a Chamo, su ausencia afectó a mi madre a mi padre quien estaba muy encariñado con él y por su puesto a mí, a pesar de estar la mayor parte tiempo acompañada y ocupada, sentía su vacío en mi vida, mi padre también se lo veía muy triste, su pretexto para salir de casa ya no estaba, yo les sugerí conseguir otro perro que con el tiempo conseguí convencerlos, más me estaba engañando a mí mismo? No era para mí que quería? Tomé esto como una misión e investigué opciones, a la final por disponibilidad y precio, me decidí por un Rottweiler, un día aparecí en casa son un cachorro, mucha felicidad en casa, ahí lo dejé hasta los dos años más o menos, hasta que me entraban nuevamente los demonios en mi cabeza, necesitaba llenar ese vacío, esa tristeza que tenía en mi interior, dije a mis padres que iba a llevar a Roco a la Playa, ninguna pregunta de vuelta, lista en mi Camry fui por el a casa, empezaba la aventura, luego de estar en casa unos minutos partimos hacia Coronado, el en asiento de atrás del auto, en el camino lo miraba por el retrovisor, y mi mente pensaba, estas por cruzar una nueva frontera, un perro diferente, es virgen, él no tiene idea de los que le espera, llegamos al final de la tarde a las cabañas,  había alquilado una para el Viernes, Sábado y Domingo, después de acomodarnos, sin esperar más fuimos a pasear en la playa, yo jugueteaba con él, corría y me detenía, lo empujaba y corría, el me alcanzaba y me ladraba, subía sus patas en mí era muy pesado,  en un momento me metí al agua, el me ladraba desde afuera, el cobarde no se atrevía a meterse al agua, notaba que la gente le tenía temor de él, en realidad yo también sentía cierto temor, sabía que este animal si quería podía destrozarme, estaba relajada, tranquila, feliz, a la final regresamos a la cabaña agotados, le di de comer, yo comí algo y nos acostamos, el en la alfombra y yo en la cama, decidí empezar mañana, la final el se subió también a la cama, así nos dormimos, a las tres de la mañana yo dando vueltas en la cama, quién podía dormir así, esta poseída, me desnudé me acerqué a él delicioso sentir su pelo en mi piel,  y empecé a acariciarlo por su panza, el seguía acostado, luego de un rato me levanté y bajé el colchón al suelo, sé que el jugueteo previo es importante para ellos para entrar en calor, así empezamos, desnuda yo me ponía de rodillas en el colchón escondiendo la cara en este y tapada por mi pelo, yo lo llamaba y me reía, el me buscaba el rostro con sus patas entre mi pelo, de pronto me levantaba y trataba de atraparlo a lo cual el salía huyendo y otra vez me escondía, el regresaba sigiloso a buscarme, para este tiempo ya podía sentir mi cosita caliente y lubricada, supongo que como así funciona para ellos, también funciona para nosotros, luego lo empujaba un poco y él se pegaba a mí, era corpulento, la cosa se fue tornando más seria, podía sentir su ansiedad ya, me paré y me apoyé a la pared, él se acercó, me daba temor su acercamiento, su aspecto causaba temor, me sentía indefensa frente a este animal, contuve la respiración mientras me olfateaba hasta encontrar la esencia de mi olor de mujer, dio pequeña probada que hizo mis piernas temblar, luego otra y otra en secuencia, esa lengua rugosa ya causaba estragos en mí, entraba profundo y friccionaba todas mis partes lubricadas, con la tensión que tenía acumulada no demoré en alcanzar mi orgasmo, caí de rodillas entre mis estragos y convulsiones, una pequeña sonrisa en mi rostro cubierto por mi pelo, me sentía un animal, él no sabía que pasaba me  olfateaba y me buscaba, gateé hasta la el colchón empujándolo de vez en cuando, su ansiedad alcanzó el máximo dando vueltas alrededor mío e instintivamente intentó montarme por diferentes lados, un par de veces por la cara, yo rotaba hasta que encontró el sitio, se bajó y subió varias veces hasta que me aferró a él con fuerza, bajé mi cabeza perdida en la lujuria, moví mi cadera hasta encontrarlo y entró con toda su fuerza contenida, que poder, su nudo entró como a la tercera estoqueda, entró u salió algunas veces, todo perfectamente lubricado, hasta que se quedó dentro y me anudó a él, que delicia, cuanto tiempo había pasado privada de este placer, su miembro súper caliente y palpitando dentro de mi cosita, sus chorros de semen caliente rellenándome toda, esa sensación de llenura, el calor y al expansión de mi cosita me mantenían en un máximo de placer, mis mejillas al rojo vivo, el peso de su voluminoso cuerpo sobre mí, estaba siendo inseminada, creo que pos ser su primera vez con una hembra su semen era abundante, sentía mi llenura de ser elixir, yo movía ligeramente mis caderas para sentirlo todo, así fui entrando en mi fase de éxtasis lentamente por su manipulación hasta que  me vine quieta en un orgasmo fenomenal con contracciones por todo mi cuerpo, su abotonamiento no duró mucho pero fue explosivo, mi interior contenía un mar de semen que en cada movimiento mío se sentía desplacerse en mi interior causándome una sensación de picazón deliciosa, luego me regaló una deliciosa lamida de agradecimiento, yo lo veía de lado en cuatro en esa posición de cuatro patas, me recosté y así amaneció, en la mañana después de desayunar en el balcón de la cabaña, lo busqué nuevamente y me poseyó, esta vez boca arriba en el colchón como a mí me gustaba con Chamo, era más bajo así que mientras me inseminaba podía sentir su cuerpo y pelo más cerca de mi piel, yo me movía como culebra para sentirlo mejor, era también más corpulento, abrazaba su lomo y acariciaba sus orejas durante nuestro abotonamiento e inseminación, miraba mis piernas fundidas en su cuerpo, decidí no bañarme en esos dos días, tan solo me metía al mar, fui tomada otra vez en la tarde del Sábado, en la madrugada y el amanecer del Domingo, y ya no me arriesgué más sabiendo que llegaba la hora de devolver la cabaña, pero mi ansiedad seguía ahí, fue un fin de semana entregada al placer y la lujuria, al regreso sentía una paz y tranquilidad que hace tiempo no la vivía, lo miraba por el retrovisor asomando la cabeza por la ventana, si bien ya no era como Chamo que lo tenía a disposición cuando quería, planeé algunas más de estas escapadas.

Sin lugar a dudas sé que esto puede ser catalogado como un vicio adictivo, no importa cuánto tiempo pase o lo feliz que sea tu vida, una vez que probaste no podrás prescindir de ello, si tienes la tentación al alcance volverás a caer en ella irremediablemente, innumerables veces juré con Chamo no volverlo a hacer, pero a las dos semanas ya sucumbía ante él. Chamo ahora vivía en mi pensamiento

Más tarde conocería al que sería mi esposo, fue una fase en donde bajé las revoluciones, la vida también me regaló a mis dos hijos, sin embargo, cosas del destino, mis padres nos regalaron e hijo de Roco, el cual nos acompaña ahora.