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Los sueños de Maria: Viaje al Campo

en Trios

Otra vez en el campo, que pesadilla, es lo que piensa María al verse de nuevo en ese infierno, pero, no sabe dónde está, está perdida, desorientada, mira hacia abajo y ve su ropa, sus shorts desgarrados, igual que su camiseta, el escote ha desaparecido y muestra su sujetador favorito, negro con transparencias, ese que hace su escote aún más bonito de lo que ya es, para terminar, unas botas de montaña.

Nota ser, muchísima sed, y calor, está sudando, necesita beber algo, no ve a nadie a su alrededor, sigue andando hacia delante, buscando algún camino que la lleve a la civilización. A lo lejos ve un camino, lleva hacia una caseta a lo alto, no duda y sube por esa maldita cuesta, al menos en la caseta espera encontrar agua, si es que hay agua corriente.

Cuando llega ve que hay una camioneta y un par de motos aparcadas detrás, eso quiere decir que hay gente dentro, solo le queda pedir un poco de agua y que le ayuden a llegar a su casa, aunque sea llamando a su marido para que vaya a por ella. Decidida llama a la puerta y prepara su mejor sonrisa para quien le abra la puerta.

Un hombre alto y fuerte apareció tras la puerta, desaliñado y mal vestido, en pantalón corto y camisa abierta mostrando un torso peludo y fuerte.

H1 - ¿Qué quieres?

M –Buenos días, me llamo María, estoy perdida no sé cuántas horas y necesito, si es tan amable, un vaso de agua e indicaciones para llegar al pueblo más cercano o un teléfono para avisar en casa de que estoy bien.

H1 – aquí no hay teléfono

M - ¿podría entonces, indicarme como llegar al pueblo?, y si fuera tan amable un poco de agua, por favor, tengo la boca seca

H1 – si quieres agua pasa y cógela, pero luego tendrás que pagar el precio de ese vaso de agua

María no escucho lo del precio a pagar, solo oyó que podía pasar y paso rápida, desesperada buscando un vaso de agua. El interior era oscuro, ella no vio que al fondo había otros tres hombres.

H2 – Oye Luis, ¿Quién es esta?

L -  No sé, una que dice que necesita agua y está perdida

H2 – Hola mujer perdida, el que te ha abierto la puerta es Luis, yo soy Carlos,

M – Hola, me llamo María, no sé cómo he llegado aquí, solo sé que tengo muchísima sed y no se las horas que llevo perdida

C – Creo que la mitad de tu ropa también se ha perdido, se te ve todo

Carlos se acercó a ella y se quedó muy cerca, oliéndola, observándola, quedándose tras de ella, muy cerca, casi pegado a su trasero, y ella, empezó a notar como él acercaba algo muy duro a su trasero, y empezó a excitarse, sentía como su casi invisible short se empapaba, como sus pezones se endurecían, y cerró los ojos deleitándose en esa excitación

L – Mira Carlos, como le gusta que le arrimes la polla, se está poniendo cachonda, mira que cara de puta se le pone

C - ¿Si?, vaya vaya, si tú lo que quieres no es agua, es otra cosa

L – Quiere beber de la manguera, ¿a qué si María?

M – De verdad que necesito agua, ¿podéis darme un poco?

C - ¿y que nos das tu a cambio?, se me ocurren muchas cosas

M – No tengo nada que poder daros

L – Danos tu ropa, quítatela y dánosla, total está rota

M – No puedo daros mi ropa, me quedare desnuda

C - Es lo que queremos, tu sacias tu sed y nosotros la nuestr

María acepto el trato, y se quitó primero el destrozado top y después el short mostrando sujetador y tanga a juego, de color negro, con transparencias, sexy, muy sexy, mientras Carlos y Luis no le quitaban los ojos de encima, se deleitaban con la imagen de María sucia, cansada y sudada en ropa interior.

Luis se acercó a María por delante con un vaso lleno de agua y se quedó pegado a ella, Carlos seguía pegado a su espalda, y derramo el vaso de agua por encima de María, mojando sus pechos, cayendo el agua por su abdomen y mojando también su tanga

L – Vaya, lo siento, se me ha caído, tendrás que quitarte esa ropa mojada para que se seque, ¿aun tienes sed?, puedes beber del grifo

Luis se desabrocho los pantalones y los bajo, junto a sus calzoncillos hasta los tobillos, bajo su camisa aparecía una enorme polla, al menos veinte centímetros, gruesa, tiesa, dura y deliciosa, o al menos eso pensó María, que sería una delicia poder probar esa polla tan enorme, ellos, al verla mirar la polla con cara de comérsela y relamiéndose no dudaron en quitarle uno el sujetador y otro el tanga, quedando ella completamente desnuda y a su merced

L – Come, sé que es lo que estas deseando, vamos, agáchate y chupa

Y María acepto, se agacho y con una mano cogió la enorme polla de Luis y la acerco a su boca, con la lengua primero dio un pequeño lametón en la punta, deliciosa y caliente, mirando a Luis, que ponía cara de placer ella repitió el gesto y volvió a lamer, esta vez más largo, intenso, rodeando la punta, solo con la lengua y empezando a mover la mano, arriba y abajo, lentamente, apretando. Le encantaba hacerlo, saborear una polla y ver el placer que proporcionaba con sus manos y su boca.

Carlos, de ver el espectáculo se unió a ellos, con los pantalones quitados y mostrando un miembro grande y grueso, totalmente erecto. Solo tuvo que ponerse junto a Luis para que María, directamente con la otra mano que le quedaba libre agarrara aquel mástil y empezara a pajear al compás, sus dos manos subían y bajaban agarrando fuerte las dos pollas y  su lengua iba viajando de una a otra. Allí de rodillas se sentía poderosa, con dos pollas deliciosas en sus manos y en su boca, las lamia de arriba abajo, pasando su lengua por toda su longitud, desde los huevos hasta la punta que metía en su boca y tragaba hasta atragantarse.

C – Mmmm…que bien lo haces, si sigues así te daremos de beber demasiado pronto, levanta

Ella hizo caso y se puso de pie, mirándolos excitadísima, con lo pezones duros y las rodillas rojas, quería más, necesitaba más, quería esas dos pollas enormes en su interior, las necesitaba, pues su coño estaba empapado y llamaba a un orgasmo a gritos.

C –Ven, ponte aquí, súbete al sofá, de rodillas, y muéstrame tu coño, quiero ver lo empapado que tienes ese coñito que pide más, con tus manos abre bien tu trasero y muéstramelo, ¿quieres que te la metamos verdad?

M – Si por favor, necesito que me llenéis con esas deliciosas pollas, necesito sentir como me atraviesan y me dan placer infinito

L – Estas cachondísima, ¿verdad?, harías cualquier cosa con tal de que te follemos los dos

M – Si, por favor, folladme, metédmela hasta el fondo, haced que me corra y dejad que mame vuestras pollas para tragarme toda vuestra leche

C – Al sofá, de rodillas, ya!

María obedeció esa orden, subió al sofá de rodillas, con las piernas abiertas y el culo hacia afuera, mostrando su redondo y gran trasero, quedando apoyada sobre el respaldo. Luis y Carlos se miraron, ella mientras esperaba expectante, le había gustado mucho recibir esa orden, y obedecerla, recordó que le había pedido que con sus manos abriera bien su trasero para mostrarlo, y así lo hizo, llevo sus manos a sus nalgas, las agarro fuerte y las separo, mostrando tanto su coño como su ano a esos dos extraños que la excitaban tanto.

L – Joder, sí que estas empapada si, mira cómo te brilla el coño

C – Muy bien, así me gusta, que seas buena y obedezcas mis órdenes, ¿te excita hacerlo?, ¿te pones cachonda cuando te ordeno y tu obedeces?, nos lo pasaremos bien si es así

L – Yo necesito que sigas mamándomela, lo haces demasiado bien

Luis fue hacia María, se colocó delante de ella, y se subió al respaldo del sofá, dejándola entre sus piernas y llevando su polla dura hacia la boca de ella, pasándola por sus labios, sus mejillas, y ella abriendo la boca esperando poder saborearla de nuevo.

Carlos por su parte se colocó tras ella, observando, mirando su coño y su culo, pasando sus dedos por el interior de sus muslos subiéndolos hasta rozar sus genitales, haciendo que ella desee que esos dedos entren con fuerza en su coño y la follen desesperadamente, quiere hacerla esperar, que le pida más, y entonces, con dos de sus dedos empieza a frotar su clítoris, fuerte y rápido, empapando aún más sus dedos. Al primer gemido de María, Luis de un solo empujón metió su polla entera en la boca, llegando a la garganta de ella y haciéndole tener una arcada.

L – Así, te gusta estar, ¿verdad? Con la boca llena de polla. Mámamela como tú sabes, seguro que te encanta

C - ¿te gusta cómo te froto el coño eh?, ¿te gusta así?, ¿o quieres que te meta la polla?, ¿quieres que te folle?, ¿quieres que te la meta hasta el fondo y grites de placer con la boca llena de polla?

Ella no podía contestar, pues su boca y su lengua estaban ocupadas con la polla de Luis, aun así, como pudo, con gemidos y asintiendo dijo que si, necesitaba que la atravesaran, sentirse llena, su coño pedía a gritos que lo ocuparan y le dieran todo el placer que solicitaba. Entonces noto que la mano de Carlos dejo de frotarla, pasó sus dedos empapados por su coño, los metió fácilmente y comprobó que ella estaba más que dispuesta a recibir su enorme polla, siguió subiendo los dedos hasta parar en su ano. Lo masajeo y lubrico con sus propios fluidos a la vez que colocaba la punta de su polla en la entrada del coño de María.

Ella lo notaba y sentía la necesidad de tenerlo dentro, estaba cada vez más excitada, y eso hacía que la mamada que le estaba haciendo a Luis fuera más intensa. Metía la polla en su boca rápido y la sacaba, presionando con los labios, lamiendo la punta y rodeándola con la lengua, saboreándola y succionándola, y de repente, de un solo golpe, se sintió llena.

C – Mmmmm….toma!!! ¿Esto es lo que quieres?, que mojada estas, mmmm, ¿te gusta estar así?, ¿con una polla en tu boca y otra en tu coño?

L – Joder que puta estas hecha, y porque no tenemos más, ¿verdad?, sino aun querrías más polla. Sigue chupando, lo haces muy bien, demasiado bien. Mmmmm, harás que me corra en tu boca, y quiero probar tu culo

Carlos empezó a moverse lento, haciendo que María disfrutara de cada centímetro de su polla en su interior, mientras entraba, hasta el fondo y mientras salía dejando dentro solo la puntita, ella notaba como su excitación iba en aumento, como le vibraba el interior de su coño, mientras se esmeraba más y más en la dulce mamada que estaba realizando.

C - ¿Te gusta así?, ¿te vas a correr?, no te voy a dejar, parare y te dejare a punto de correrte, aun no tienes permiso

Saco su polla y le pidió a Luis que cambiara su sitio con el

C – Ahora me vas a comer a mí, tiene pinta de que lo haces genial, pero no quiero correrme aun, y tú, tampoco lo harás, aun no

L – Mmm….que vistas tan espectaculares, como brillas, ¿te gusta que te follen el culo puta?

Luis empezó a pasar el dedo del coño empapado de María hacia su ano, lubricándolo mientras ella, ansiosa seguía lamiendo y degustando sus propios fluidos de la polla de Carlos, estaba como deseaba, excitada, disfrutando de dos deliciosas pollas duras y gruesas, al borde del orgasmo. Y mientras ella metía la polla de Carlos en su boca hasta la garganta y la dejaba ahí, empezó a notar como Luis empujaba su ano lentamente, notaba como su polla iba entrando despacio, pero sin parar hasta dejarla entera dentro, y entonces empezó a moverse, al principio despacio, para ir acomodando su ano y después más y más rápido, intenso, bombeando sin parar. Esos movimientos hacían que sin necesidad de moverse  ella pudiera comerse la polla de Carlos hasta el fondo, tocando la garganta.

Los huevos de Luis chocaban contra el coño empapado de María, esos golpes constantes hacían que María tuviera que hacer un esfuerzo por no correrse hasta que se lo permitieran

C – ¿Quieres correrte ya, verdad?, no puedes, no hasta que nosotros no lo hagamos, haz que me corra, llena tu boca de mi semen y trágalo, y quizás te deje correrte, venga

L – Uff…si, tienes un culo espectacular, como me está gustando follartelo

Mientras le decía esto, le daba pequeños azotes que ella recibió con muchísimo placer

L – Yo también estoy a punto, te tragaras mi leche también, zorra

María se esmeró aún más si cabe en la mamada que estaba haciendo mientras Luis le estaba dando una tremenda follada por el culo, quería sentir la corrida en su boca, saborearla y deleitarse con ella

C – Mmmmmm Siiii, que bien lo haces!!! Trágatela todaaa!!!

Noto como su boca se llenaba de leche caliente y espesa, deliciosa, espero a que descargara todo lo que llevaba dentro, no dejo escapar ni una gota. Cuando noto que había terminado, como pudo abrió un poco la boca para mostrarse y con cuidado de que no cayera nada, pues Luis le estaba dando bien fuerte por el culo

C – Traga

Y ella trago, y al tragar noto que su culo se quedaba vacío, Luis corrió hacia donde estaba su cara y con dos movimientos rápidos con su mano, apuntando a su boca abierta volvió a sentir leche caliente en ella, miro atenta a sus ojos mientras él entre gemidos descargaba hasta la última gota de su leche en ella, cuando termino, él le dio permiso

L – Traga puta, trágatela toda, te encanta

C- Has sido buena, muy buena y te dejaremos correrte, hazlo, follate tú, córrete para nosotros

Ella, como pudo se dio la vuelta, y sentada en el sofá, con las piernas bien abiertas empezó a meterse los dedos por el coño, fuerte y salvaje, rápido, sintiendo que el orgasmo venia

C – Con la otra mano frótate el clítoris, fuerte, córrete, siente el orgasmo y regálanoslo

L – Mmmmm, si putita, danos ese placer, dale fuerte

María con ambas manos ocupadas y totalmente espatarrada en aquel sofá noto como una corriente recorría todo su cuerpo y se abandonó en el orgasmo, largo, intenso, sin parar de frotarse noto como el placer se apoderaba de ella

Y se despertó, al notar la intensidad de aquel orgasmo en su sueño se despertó con las manos de su marido frotando su coño, la estaba despertando de la manera más dulce posible, y María no dijo que no, en cuanto abrió los ojos solo pudo decir “Follame como una perra” y su marido obediente la coloco a cuatro patas y le metió la polla hasta el fondo de un solo golpe.

María notaba como los huevos chocaban en ella, recordaba su sueño, le faltaba algo, y metió sus propios dedos en su boca, recordando que en su sueño era una buena polla lo que tenía dentro. Mientras su marido la estaba follando intenso y fuerte, dándole los azotes que tan puta la ponían, ella recordó la sensación de tener dos buenas pollas para ella sola y se corrió, llego al inmenso placer del orgasmo a la vez que su marido descargo toda su leche en su interior y ella, volvió a quedarse dormida exhausta