miprimita.com

El muñeco, tu amigo y yo

en Trios

Me pides que te acompañe a ver a un chico que tú conoces, un amigo tuyo que te ha llamado para que le visites porque tiene un regalo para ti. Me explicas que le has dicho que estás conmigo y a él le ha parecido bien porque así, según él, podré hacer fotos de la "fiestecita" que te tiene organizada. Por el camino me vas poniendo un poco en antecedentes de cómo es él, de ciertos momentos que habíais compartido, en los que la característica más frecuente era el morbo y el sexo, con muchas fantasías en vuestra historia.

 

Al llegar a su casa, me saluda efusivamente para quitar hierro al asunto y romper el hielo fácilmente. Saca vino y algo para picar, mientras empezáis a recordar vuestras cosillas, vuestras historias. El me va explicando agregaciones a vuestras historias para que no pierda el hilo, se le nota interesado en que yo no me sienta desplazado. Cuando ya hemos bebido mucho y vamos un poco borrachines, saca un paquete con tu regalo. Mientras lo abres, tu amigo me da una cámara y me dice que empiece a hacer fotos, que no pare de hacerlas y que empiece ya, me dice: "lo que estás a punto de ver te va a gustar mucho, nunca has visto a tu novia como la vas a ver ahora, no te pierdas detalle."

 

Empiezo a hacer fotos mientras abres el regalo, y descubres una caja, la abres y de adentro sacas un muñeco hinchable, también un potente consolador con un mando para la vibración. Mientras lo observas sonriente, tu amigo saca de su bolsillo unas bolitas y te dice que las chupes y que hagas lo que ya sabes que tienes que hacer, mientras él inflará el muñeco. Le haces caso, las chupas y aflojas tu minifalda, la dejas caer, apartas tu tanguita y empiezas a meter las bolas en tu culito, una a una, mientras estás de pié inclinando tu culito y observando como él sopla y sopla, tomando forma el muñeco.

 

Las bolas ya introducidas en tu culito van causándote efecto, te empiezas a mover con ciertos espasmos, haciendo unos cortos meneos de cadera, sintiendo tus propias contracciones mientras coges el consolador del muñeco y lo empiezas a chupar. El muñeco ya está totalmente inflado, tu amigo lo coloca en el sofá. Es un sofá cama con un colchón blandito que tu amigo tenia desplegado ya en previsión, el estampado del sofá es a cuadros marrones oscuros y claros. El amigo ha colocado el muñeco sobre una almohada para elevar la parte donde va el vibrador que tú ya lo tienes bien lubricado con tu saliva. Te acercas al muñeco e insertas su pene en un pequeño orificio. Te montas sobre él y te lo empiezas a follar, hundiendo su pene de goma en tu coñito.

 

Sin perderme detalle, haciendo fotos, veo como tu amigo se desnuda, se pone detrás de ti y poco a poco va sacando las bolas de tu culito mientras te follas el muñeco. Se pone a escupir en su pene y después te lo empieza a meter ocupando el lugar donde hasta ahora estaban las bolas. Así, entre el amigo y el muñeco te follan durante un buen rato haciéndote correr mientras tu mirada se clava en mis ojos. Con tu voz entrecortada por las embestidas de tu amigo, me vas diciendo que ponga la opción de video de la cámara, la deje grabando colocada sobre la mesa y me acerque a ti. Así lo hago, cuando al llegar a tu alcance, alargas tus manos a mi bragueta y, sin dudarlo la abres y sacas mi polla, totalmente endurecida y húmeda, te aferras fuertemente al tronco con ambas manos, y me la pelas de esta manera aprovechando los empujones del amigo que te impulsan totalmente hacia mí, en una tremenda masturbación. Tengo que colocar mis piernas de forma más abierta para soportar esos empujones, cuando te veo abrir tu boquita medio mostrando tu lengua y empiezas a comerme entre sollozos de placer… un nuevo orgasmo invade todo tu interior.

 

Tu amigo sale de tu interior con su miembro aún firme, señal de que no ha terminado el juego para él y algo está tramando. Se sienta en el sofá y busca el consolador del muñeco, lo agarra y te pide con su cansada voz que te levantes. Cuando lo haces, él coge la verga de goma, busca los mandos reguladores de vibración y lo para. Se coloca el vibrador con la base colocada en su vientre con una mano, mientras la otra la lleva a su boca, humedece sus dedos y después los pasa por toda la superficie. Parece como si tuviera dos pollas. Tú te agachas y le propicias unos cuantos lametones, tanto a la suya real como a la postiza, mientras yo, sin poder evitarlo, te restriego la mía por los dilatadísimos labios de tu coñito, totalmente empapado, y también por la dilatada entrada de tu culito. 

 

Al poco rato te vas colocando sobre el amigo, abres las piernas, dándole la espalda a él mientras abres tus nalgas y vas bajando lentamente, acoplando el vibrador en tu ano. Poco a poco lo vas hundiendo en tu interior hasta acoplarlo del todo, hasta su base redonda. Entonces el amigo vuelve a coger los mandos y comienza a dar potencia a la vibración, provocando que se te pongan los ojos en blanco y se te arquee todo el cuerpo mientras gritas desgarradamente. Buscas su polla entre temblores y grititos, la pelas un poquito y apuntas con ella a la entrada de tu coñito. Él la mete de golpe con un gesto decisivo de sus caderas y, de esta forma lo empiezas a montar, mientras miras fijamente mi verga brillante por la tensión y la dureza que hay en ella. 

 

Entonces te hechas hacia atrás, utilizando su pecho como respaldo, abres los labios de tu entrepierna, dejándome ver perfectamente como la tiene metida allí. Introduces unos dedos en ti y te abres aún más. Tienes una polla de látex en tu culito, otra de carne en tu coñito… pero parece que quieres más. Te lo pregunto, casi incrédulo, pero me respondes que sí, con un susurro muy intenso me pides que yo también te la meta. Me acerco, cojo tus piernas con ambas manos, las cuelgo sobre mis antebrazos, abro mis piernas para acomodarme sobre las del amigo y tú misma me la agarras y tiras de ella, llevándotela hasta tu clítoris, donde te la restriegas un poco, y seguidamente comenzar a introducirla. Yo voy empujando, sintiendo como voy entrando en ti, apreciando el roce con la polla del amigo que también está dentro, hasta que mis huevos chocan con los de él. También puedo apreciar la vibración del consolador, trabajando desde el interior de tu culito. Todo es una sensación maravillosa, incrementada por tu fija mirada en mis ojos, con toda esa expresión de placer máximo. 

 

Entonces, sin quitar tus ojos de los míos, nos hablas a los dos, pidiendo que no nos movamos, que aguantemos así un momento e intentemos hacer latir nuestros miembros ahí metidos. Yo comienzo a hacer contracciones, notando que el amigo me imita. 

 

Las dos vergas están palpitando dentro de ti, mientras él desde atrás y yo desde adelante, te agarramos los pechos, acariciando con suavidad pero firmeza tus pezones. Creo que te estás corriendo de nuevo, cuando nos pides que te demos caña. Así comenzamos a embestirte, intentando sincronizar uno con otro, muy a fondo, cada vez más frenéticos, un buen rato, mientras cada cual, como puede, vamos chupando cualquier parte de tu piel que esté a nuestro alcance, adorando cada centímetro de ti. 

 

Pasan unos minutos cuando anuncias que estás a punto de terminar otra vez, una más, que quieres leche, deseas que te inundemos por dentro de todo nuestro caliente "zumo de hombre", como tú lo llamas. Quieres que te llenemos y comienzas a tener contracciones brutales entre gritos cuando tu cuerpo se vuelve a tensar y arquear. Justo entonces siento como al amigo le palpita la verga brutalmente… Demasiado placentero como para retenerse, yo también comienzo a correrme, los tres, emitiendo jugos a litros, y todo está sucediendo en el interior de tu coñito. 

 

Nos quedamos así un ratito, disfrutando de toda esa humedad en nuestros sexos. Empiezas a incorporarte lentamente, saliendo de tu interior todas las pollas, las de carne y la de látex. Cuando han salido todas, tapas tu coñito con tu mano, te pones del todo de pie y cierras tus piernas. Aprietas una contra otra y nos miras. Entonces las relajas y las separas un poco, quitas tu mano y podemos ver como comienza a chorrear por tus muslos todo el semen con el que te habíamos llenado.

 

Memorable noche que seguro va a repetirse, con otras circunstancias, otras fantasías cumplidas, otras situaciones de igual o mayor calibre morboso. Pues te conozco y se que te encanta todo esto, tanto como me gusta a mi. La lástima es que te hayas quedado la cámara, y no tengo ese esplendido documento, pues como dices, te encanta recordar y recrear las aventuras locas. Menos mal que también te gusta que vea el video y las fotos contigo, y como nos ponemos cuando sucede esto, tanto que no podemos evitar planear más aventuras.