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Sexo cibernético con mi jefa

en Sexo Virtual

Hace un par de meses era una persona que estaba en el paro, no tenía trabajo, mi vida social era una mierda y lo más preocupante, mi vida amorosa… buff que te voy a decir si llevo sin follar algo más de un año.

Pero todo cambió cuando una empresa me llamó para hacer una entrevista. La verdad es que tenía dudas, pero tras presentarme, me cogieron. Desde ese mismo momento toda mi vida dio un cambio de 180 grados. Tras todos los preparativos, busqué alojamiento, ya que el trabajo era en otra ciudad. Pero el caso es que tras un par de semanas en la nueva ciudad, me di cuenta de que todavía estaba más solo que antes, por lo que decidí apostar por el chat para conocer a alguna chica con la cual tener amistad y lo que surgiera. Pero nunca llegué a pensar lo que me iba a suceder.

Comencé a chatear y la verdad no me iba nada mal, hasta que conocí a Sara69, la cual puso patas arriba mi vida. Concretamente la conocía en este chat muy hot, el cual está lleno de guarras que buscan lo mismo que tú, un buen polvo.

La verdad es que me sorprendió porque yo no comencé la conversación, sino que la comenzó ella. Yo lo primero que pensé es que era un perfil falso, pero decidí seguir el juego para ver donde me llevaba. La verdad es que Sara era una chica muy amable, pero muy caliente que me enamoró desde el primer momento. Poco a poco comenzamos a hablar, aunque el punto negativo era la distancia, estábamos a más de 500 km de distancia, pero no me importó.

Tras más de una hora hablando, me mandó su primera foto, la verdad es que era una chica 5 años más joven que yo y estaba muy buena. Tenía unos shorts muy cortos y un top que le hacía un escote impresionante. Luego ella me pidió mi foto y yo me negué, porque pensaba que era una foto falsa. Pero ella me mandó otra con el texto del chat, lo cual me llevó a pensar que era mi día de suerte. En ese momento, no dude ni un solo momento y le mandé mi foto. Y cual fue mi sorpresa, la gusté jaja.

La conversación seguía fluyendo, hasta que me dijo que si poníamos la cam para hablar de una manera más personalizada y así conocernos más. No lo dude ni un solo momento y la dije rápidamente que sí.

A los pocos minutos ella comenzó a decir que tenía mucho calor, fruto de que estábamos en verano. Comenzó a tocarse el pelo, el ombligo… yo ya me estaba poniendo a 100, pero no la decía nada, no siendo que se enfadase y acabase el chat.

Pero como veía que no reaccionaba, comenzó a tocarse los pechos y aquí comenzó todo. No solo se tocaba para calentarme, sino que me dijo que si me importaba ver su ropa interior. No lo dude y la dije que me gustaría verla. Ella se levantó, colocó su cam y se quitó primero el pantalón y luego el top de una manera súper sexy que me estaba volviendo loco. Era una chica preciosa y se lo dije, ella sonrió y me dijo que también la gustaba mucho y que la pondría masturbarse mientras la miraba. Corto de mí, la dije que no nos conocíamos. Pero rápidamente contestó que no la importaba, que así todo tendría mucho más morbo.

Ella todo lo hacía con total normalidad, se notaba que ya lo había hecho en más de una ocasión, aunque me juró que era la primera vez. Mientras hablábamos, ella se seguía tocando, hasta el punto que se notaba que esas braguitas blancas ya estaban muy húmedas.

Yo seguía bastante bloqueado, por lo que ella se quitó el sujetador y siguió jugando con sus preciosos pechos. Me estaba dando cuenta de que el cibersexo puede llegar a ser incluso más divertido que el físico. Tras un par de minutos jugando con sus pechos, se chupó los dedos y comenzó a acariciarse diferentes partes del cuerpo hasta llegar sus braguitas. En ese momento puso la silla hacia atrás, se abrió de piernas y me dijo, mírame fijamente. En ese momento se bajo las braguitas y comenzó a acariciarse. Se la notaba que estaba muy cachonda al igual que yo. Me propuso que me desnudase para ver si realmente estaba excitado y vamos que si lo estaba. Tras unos elogios a mi pene erecto, comenzó a penetrarse, primero con los dedos y luego con un masturbador. Sus gemidos me ponían todavía más. Yo disfrutaba de ella y ella de mí. Estaba todo tan caliente que tras pajearme un rato finalmente me corrí.

En ese momento, ella siguió un par de minutos y paró. La experiencia fue realmente impresionante. Nos gustó tanto a ambos que hemos quedado mañana para repetirlo y quien sabe, igual en el futuro hacemos una quedada física para follar.