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Universo Marvel

en Parodias

Pequeña anotacion: Es una idea para una saga por lo que agradecere todos los comentarios y criticas que se hagan. Esta basado en el univeso cinematrografico de marvel, asi como en la serie televisiva Jessica Jones, de la que cojo al protagonista. 

Escribo esto no como una confesión, no tengo ningún arrepentimiento, escribo esto por aburrimiento, supongo, y por soledad. Cuando alguien tiene los poderes que yo tengo el aburrimiento y la soledad son inevitables.

Mi nombre es Killgrave, aunque posiblemente me conozcáis como PurpleMan. Nací con un poder, el poder de hacer que los demás hagan lo que yo quiera, es tan fácil como pedírselo. La obediencia que desprendo no tiene límite.

Durante mucho tiempo utilicé mis poderes para hacerme rico y vivir cómodamente. Mujeres hermosas, coches de lujo y mansiones de ensueño. Un día dominé con mi poder a una mujer, su nombre era Jessica Jones. Descubrí en esta mujer a un ser extraordinario como yo, ella era extraordinariamente fuerte, sobrehumanamente fuerte. Lo admito, me enamoré de ella perdidamente, veía en ella alguien superior, alguien digno de mí. Pero con el tiempo por algo que no acabo de comprender, ella desarrollo cierta resistencia a mi poder, me odio por haberla estado controlando todo este tiempo. ¡Intento matarme…  a mí!  Yo le había dado todo, una vida de ensueño, con la que pocos podrían soñar.  Intento matarme…, y casi lo consigue. Comprendí que debía escapar de ella, al menos de momento, y la mejor forma de ocultarme era hacerla creer que me había matado. Con un gran esfuerzo logre dominarla, le implante un falso recuerdo y el engaño funcionó. ¿Pero qué haría ahora?

No podía volver a mis antiguas residencias, ni utilizar mis recursos y posesiones, Jessica lo sabría. Meditaba sobre ello en una cafetería cualquiera cuando en las noticias pusieron un reportaje sobre la batalla de Nueva York. Las imágenes reflejaban al ejercito alienígena destrozando la ciudad, y la aparición de los Vengadores en el conflicto. Entonces se me empezó a ocurrír…, deseaba tener a Jessica, pero necesitaba más poder. ¿Dónde conseguiría más poder que de los héroes mas grandes de la Tierra? Era arriesgado, era peligroso, no sabía si podría dominarlos a todos y si me pillaban estaría completamente perdido. Pero siempre he tenido lo que quería y hoy no sería una excepción.

Para utilizar mis poderes necesitaba acercarme a ellos. No es que los Vengadores apareciesen en las guías telefónicas precisamente, pero había uno muy localizable. Ironman también conocido como el ególatra Tony Stark, solo necesitaba acercarme a la torre Stark y solicitar (bonito eufemismo para exigir) verlo.

Cuando llegué a la torre Strak, un guardia de seguridad me detuvo. Era un hombre blanco, grande y fornido, con cara de pocas luces, el típico gorila.

-         Disculpe señor, ¿le puedo ayudar? - dijo mientras me ponía una pesada mano en el hombro.

-         Primero aparta la mano- el guardia inmediatamente quito la mano de mi como si mi traje quemase. – Segundo, quiero ver al señor Stark.

-         Lo siento señor -me dijo con la mirada de un corderito- el señor Stark no esta ahora mismo, seguramente no vuelva hasta la noche.

-         Bien, acompáñame hasta su oficina personal. - le exigí.

Dócilmente el gorila me fue llevando a través de pasillos y ascensores hasta la oficina de Stark. La oficina mas bien era una suite de lujo.

-         Bien, ahora puedes irte- le dije al gorila, que se dio la vuelta para irse- Ah, se me olvidada, la mano con la que me has tocado…, cuando llegues a casa rómpete todos los dedos.

-         Si, señor – dijo el gorila, tras lo cual se marchó.

Sabia que al llegar a su casa ese hombre se reventaría todos los dedos, no tenia ninguna duda. Siempre obedecían. Tenia que esperar, odiaba esperar. La suite de Stark era elegante, no podía negarlo, el idiota de hojalata tenia estilo.

-         Ejem, disculpe, ¿Quién es usted? ¿Cómo ha entrado? – dijo una voz femenina tras de mi mientras curioseaba por el piso.

Cuando me giré, vi a una espectacular pelirroja enfundada en un traje femenino muy profesional, una americana negra sobre una blusa blanca que dejaba entrever un pronunciado escote y una falda ajustada que marcaba unas curvas pronunciadas. Un maquillaje discreto pero femenino, sombra de ojos negra y pintalabios carmesí. La pelirroja me miraba con sorpresa y con una mano llevada a un auricular de su oreja, seguramente preparada para avisar a seguridad.

-         Quieta, cállate- dije.

Ella inmediatamente quedo clavada como una estatua. Sus ojos transmitían miedo y confusión. Cuantas veces habría visto esa mirada. Me acerque y quite el auricular de su oreja. Me acerque a su cuello, olía deliciosamente.

-         Dime. ¿Cómo te llamas? ¿Quién eres?

-         Mi nombre es Pepper Potts, soy la asociada de Tony. – si…, me sonaba haberla visto en entrevistas de prensa junto a Stark.

-         ¿Asociada? Yo siempre había pensado que eras su secretaria personal…. Bueno, tendremos que hacer algo mientras esperamos a Stark ¿no? – dije mientras aguantaba una risa- Lo primero, no escaparas, ni pedirás auxilio, ni me enfrentaras. Ahora quiero que empieces a desnudarte para mí. Llevas una ropa demasiado profesional.

La pelirroja comenzó a quitarse la americana, la doblo y la puso en un sillón. Su cara bailaba entre la incredulidad, la furia y el miedo.

-         Así no- dije cabreado- hazlo sensualmente, excítame. Y cuanta mas ropa te quites más excitada estarás, hasta estar más cachonda de lo que has estado nunca.

Ahora sí, la señorita Peppers empezó a bailar para mi sin música. Se fue desabrochando poco a poco la blusa blanca que llevaba, se movía como una gata en celo, y veía en sus ojos como poco a poco pese a lo que ella deseaba se iba excitando. Se iba quitando ropa dejándome apreciar sus formas. Tenia unos pechos impresionantes, grandes y firmes, y un culo escultural. Cuando quedo en ropa interior y ligueros la detuve. Estaba impresionante así, ropa interior de encaje y unas medias con liguero, un conjunto que en negro destacaba contra su blanca piel y su rojo pelo. Con la poca ropa que tenía ya veía su respiración agitada y sus ojos vidriosos de la excitación, no podía evitar morderse el labio inferior.

-         Ahora, vas a hacerme una mamada como si te fuera la vida en ello, mi polla será para ti la cosa más necesaria del mundo -le dije- y mientras me comes la polla, cuanto más chupes más placer sentirás tú.

En ese momento sus ojos ya no transmitían miedo ninguno, solo excitación y necesidad. Me baje los pantalones y saque mi miembro. Ella trago saliva, y cayo de rodillas al suelo sin dejar de mirarme el rabo. Se acerco gateando a mi y con lento cuidado, como si tuviera miedo de que desapareciera, se metió mi polla en la boca sin usar las manos.

Mientras me chupaba la polla me miraba a los ojos. La pelirroja era ya una zorra dominada por el placer. La chica succionaba con verdadera pasión y mientras su cabeza pelirroja subía y bajaba, me masajeaba los huevos. Era increíble ver como la tía era capaz de meterse mi polla entera hasta la garganta. La empecé a escuchar gemir con mi polla dentro de su boca. Ella sentía tanto placer como yo sino más. Envalentonado por sus gemidos agarré su cabeza con ambas manos y empecé a bombearle pollazos. Ella soportaba como una campeona, tragándose mi polla hasta el fondo y gimiendo sin parar. Veía sus ojos en blanco mientras le follaba la cara. Me faltaba poco para correrme y cuando yo descargase ella se correría conmigo. Peppers estaba temblando de puro placer cuando empecé a correrme. Apreté su cabeza contra mi vientre para que mi corrida fuese directa a su garganta. Mientras tanto ella gemía como podía y sus caderas se agitaban descontroladamente.

Con el fragor de la mamada no lo había oído, pero en ese momento lo oí perfectamente. El sonido de un reactor a propulsión. Mientras Peppers caía al suelo en mitad de un orgasmo brutal y con mi semen desparramándose de su boca, Ironman enfundado en su brillante armadura roja y dorada entró por la ventana.