miprimita.com

De vuelta a casa del camping. (Parte 2)

en Amor filial

Desperté recostada en el pecho de mi esposo, miré a su sexo y me encontré con su polla flácida, la misma que había estado entre los labios de mi coño dura y viril pocas horas antes. A los que seguís este relato os debo revelar que mi nombre es Azucena…. Con mis 36 años, tengo un buen cuerpo, rellenito y sexy, soy una mujer muy apetecible para los hombres por lo que llego a comprobar día a día en la calle, el trabajo y sobre todo en casa. Después de las vacaciones en el camping cambiaron muchas cosas… me quedó un cabello de puntas abiertas y decolorado, que acondicioné y di un tinte negro. Mis hijos son un encanto y una bendición para mi hogar… el mayor de 16 y la niña de 14 años, ya sabéis que son Ulises y Penélope como la Odisea de Homero... se parecen más a mí que a mi esposo, pero nunca le he puesto los cuernos a Damián, estos dos críos has salido de sus genes, porque nunca he tenido la necesidad de buscar otra cosa fuera de nuestra cama, con el brío de mi hombre me llena y a veces me sobrepasa. Uno de esos días lluviosos de Septiembre, eran como las tres de la mañana cuando desperté por los relámpagos y vi que mi marido dormía muy plácidamente desnudo sobre las sábanas. Salí de mi habitación matrimonial y entré a la habitación de mis hijos. Esa noche Ulises y su hermana dormían juntos. De vuelta a casa mantuvimos la rutina del camping, alternándonos en las prácticas sexuales, esa noche follé con mi marido… En un arrebato de lujuria, más bien como un juego erótico pensé en mi hijo, así que entré a despertarlo con una mamada, como a él le gustaba. Le quité su bóxer con el que dormía y empecé mi trabajo. Cuando estuvo lo suficientemente erecto, me quité mi short pijama e hice a un lado mi tanga, me subí a la cama e introduje el pollón de mi retoño en la raja de mamá precisada de macho. Me movía suavemente procurando no molestar a mi hija que dormía plácidamente a su lado y seguramente con el chocho encharcado de esperma filial.

Mi hijo, no me rechazó con el despertar que llegan a tener los adolescentes siempre empalmados…, al contrario me asió del culo acompañándome en el mete saca, notando en él sus ganas de follar a mamá, le dije… “¡Hola Amor! ¡¿Qué tal estas…?!” “Mamá ¿Qué haces aquí a estas horas…?” Dijo, soltando gruñidos de placer “Tú padre se ha quedado dormido, está cansado del viaje y no ha llegado a cumplir con todo su cometido... solo me echado un polvo y me sentía falta... algo vacía aun, necesito que me levantes ánimo esta noche” “Pero mamá,  mi hermana se puede despertar al escucharnos.” “No importa hijo, necesito una polla dura… la deseaba conseguir a toda costa. Tu padre a veces no está cien por cien cuando viene de un viaje tan largo, le pone empeño pero yo quiero hacer el amor ya…, por eso no lo desperté a él.” Tan pronto Ulises dejó de hablar me empujó con más fuerza clavándola hasta el fondo de mi coño. Emití un grito de gusto ante la sorpresa de su inserción que despertó a mi hija al escucharlo. Al girarse nos vio follando, yo sobre él y pronto se percató de lo que estaba pasando.  A esas horas solo éramos siluetas en la oscuridad, ¡¡¡Allí estaba mi hija que se había quitado el short utilizado como pijama, durmiendo desnuda!!! “Mamá, ¿Qué haces aquí  follando con mi hermano a estas horas de la noche? ¡Necesito descansar un poco por favor!” “Perdona hija, me podía el insomnio por alguna razón, y necesitaba venir a esta hora a que tu hermano me terminara” dirigiéndose a mí… “Hijo sé que esta noche te has follado a tu hermana, pero a mamá no la puedes dejar así….”Mamá, aunque no lo creas puedo satisfaceros a las dos y ya he descansado suficiente para empezar de nuevo…” Sin más dilación le di un sentón profundo empalándome más su mástil…“Pues vamos hijo a por ello, si se despierta tu papá, que se una a nosotros si quiere…” “¡¡Hay que ver lo que nos gusta!! Aun sabiendo lo prohibido que es follar padres con hijos, un INCESTO con mayúsculas, no lo podemos evitar…” En un momento de lucidez dijo mi hija y yo seguí diciendo… “La verdad es que desde que follamos en familia se han acabado las peleas, discusiones y todos somos más conscientes de ir a una en casa. Ayudáis en todo, ¡¡no puede ser tan malo cuando nos va tan bien… ¿No?!!” Y mi crío se movía agitando sus caderas acompañando a mis movimientos arriba y abajo cuando soltó lo de… “¡Y el gusto que nos damos descargando el estrés…!”

“Bueno, pues Ulises, Penélope, no nos podemos reprochar nada, porque nuestros coitos nos han unido más aún si cabe. En adelante, la única condición es que lo mantengamos para nosotros, nada ha de salir de casa sobre esto, es nuestro SECRETO del que solo nosotros sabemos gozar” “Claro mamá, ¿pero en un principio a qué has venido?” Dijo Penélope con ironía, entre tanto discurso se me había olvidado que estaba siendo penetrada por mi hijo. “Vine principalmente por una polla dura y ¿Y tú mi niña, que quieres?” “Creo que ahora, lo mismo que tú mamá.” mirándole a los ojos adaptados a la semi oscuridad, los rostros se perfilaba perfectamente hasta destacar los gestos de la cara. “Bueno ¿Vas a darle a tu madre lo que ha venido a buscar? Mi coño no esperará mucho sin algo dentro moviéndose.” “¿Cómo lo vamos a hacer, Ulises no puede partir en dos su polla para hacerlo?, Creo que tengo una idea, voy un momento a la sala, necesito algo.” Después de dos minutos Penélope llegó con un dildo mío de un tamaño similar a la polla de papá y otro más pequeño. “Este es de cuando vuestro padre me faltaba, tiene las mismas dimensiones que cuando está en todo su esplendor.” Después de diez minutos follando con mi hijo me bajé y empecé a meter dos dedos en mi coño, y mi hija se besaba con mi hijo mientras se masturbaban mutuamente. Me sentía tan caliente que me metí el consolador en mi coño. Lo embadurné de lubricante natural y lo saqué de mi vagina para introducirlo en la de mi hija poco a poco. Mientras yo hacía esto mi hijo se acomodaba en la cama para que su hermana se la chupara, pronto la cabalgaría y así se produjo. Mi niña se montó en la verga de Ulises de cara a mí y dando la espalda a su hermano. Después de unos minutos se dio la vuelta para estar más cómoda..., aproveché la posición cabalgando a su hermano cuando mi hija se sorprendió al percibir la presión de mi consolador pequeño en el agujero anal.

Intentaba introducirlo, ella tan solo cerró los ojos por la presión que sentía en su culito, después de varios intentos su ano no cedía así que decidimos intercambiar posiciones. Me puse cabalgando a mi hijo y ella intentando introducir el consolador por mi culo, después que lo logramos hicimos esto por un buen rato en varias de posiciones. La última fue la del misionero, me tumbé sobre la cama despatarrada, mi Ulises se colocó entre mis piernas, su hermana le amarró el cipote y los encaminó a mi raja hambrienta que entró de una sola vez hasta el fondo. Una vez allí el muchacho apoyado en sus brazos a ambos lado de mi cabeza para no hacerme padecer su peso y tan solo hacerme sentir su estocada, comenzó el ataque final bombeando a un ritmo animal. No aguantó más de cinco minutos perforándome totalmente sumida a su placer, hasta que vació su leche en mi coño… yo le acompañaba con mis caderas enterrándome a tope su rabo inhiesto y venoso, me hacía sentir sus huevos colganderos en su balanceo estrepitoso semejante a las bolas de derribo. Su hermana con la lección bien aprendida se encargó de frotárselos por detrás y lamerlos con fuertes lengüetazos, el chico no era de piedra y como era natural al tenerme ofrecida partiéndome en dos como a una perra y a su hermana chupándole los testículos con grandes chupones en cada huevo, al final la gran corrida masculina se presentó con fuertes aldabonazos de lefa que me inundaron el útero por completo… mi chico se vació a gusto dentro de su madre y una vez acabó la faena. Penélope lo remató mamándole el capullo y el tronco dejándoselos impolutos. Después nos quedamos dormidos. Mi hijo y yo juntos en su cuarto y mi hija se marchó con su padre, el cual se llevaría una sorpresa agradable al despertar… no dudo que tuvieran sexo mañanero padre e hija.

A los pocos día mi esposo se volvió a marchar... Ya eran seis meses de relaciones orales, vaginales y anales con mi hijo, con toda la discreción e intimidad de casa. Mi esposo viaja a menudo para compra y venta de grandes lotes de vehículo y en una de esas ausencias de mi esposo, mi hijo comenzó con un tonteo y terminó follarme por detrás mientras estaba yo recostada en la mesa de la cocina. Mi hija Penélope acababa de salir de casa con sus amigas ese sábado y al olvidar su teléfono móvil regresó al poco rato. Se presentó en la cocina, llamándome y buscándome… la imagen que vio fue a su hermano Ulises con los pantalones bajados dándole verga a su mamá por el culo… “¿Pero qué diablos hacéis?  No tenéis hartura… ¿Es que acaso estáis locos? con todas la ventanas abiertas, no tenéis pudor… Os pueden ver desde fuera” echando cortinas se marchó…“Anda seguir con lo vuestro, ¡Por favor que bobos sois…!” Con mi esposo en casa se comportaba mucho más zalamera, tal vez para demostrarle a su padre lo buena hembra que podía ser. El caso es que se marchó en modo enfado y mi hijo y yo nos reímos ante tal situación, recostada en la mesa, con la verga hinchada de mi hijo clavada dede atrás en mi coño, y la niña recriminándonos por nuestra insensatez. Ulises continuó hasta que terminó de joderme por el culo vaciándome su carga reproductora.

Ya en la tranquilidad de la noche…“Ulises, ¿Estás aquí? ¿Podemos hablar…?” “Claro pasa, ¿De qué quieres hablar?”“Mira, sé que deseas mucho a mamá, es evidente que no la dejas, como has demostrado con lo que vi en la cocina. Con ello muchas ideas han estado pasando por mi mente.” “¿A sí? ¿Cómo cuáles?”“Pues no lo sé, muchas veces pienso en nuestras relaciones familiares y no puedo evitar excitarme al imaginar lo que se siente al tener dentro de mí a ti o papá, supongo que algo parecido te pasará a ti conmigo y mamá.” Ulises aprovechó y comenzó a contarle todas nuestras historias de los encuentros, logrando excitar sobremanera a mi niña. Penélope, excitada comenzó a sujetar a su hermano del cuerpo y poco a poco empezaron a acariciarse. Llegaron a desnudarse, Penélope comenzó a gemir tanto, que la escuché desde mi cuarto. Fui a asomarme, y no pude perder detalle de todo lo que pasaba. Ulises y su hermana estaban besándose de una manera tan suave y sensual digna de una película de amor. Él poco a poco comenzó a desnudarla y a besarla por todo el cuerpo. Ella se dejaba querer y también desnudaba a su hermano con una desesperación increíble. Tras la puerta solo pedía ver a mi hijo lamiéndole el coño a su hermanita, mi hija empezó a gemir tan fuerte como si no le importara lo que yo lo oyera. ¡No pude evitar excitarme! Cuando mi nene se incorporó, Penélope comenzó a mamarle la verga a su hermano. Mi Ulises elevó su mirada pudiendo verme escondida tras la apertura a cuchillo de la puerta, a lo que solo atinó a hacerme una ligera sonrisa de complicidad. Ulises tomó la iniciativa y se acomodó para meterle de un golpe su verga en el coñito depilado y casi infantil de su hermana, y así lo hizo, empujó tan fuerte que Penélope dio un grito enorme al sentir tanta carne de una sola vez dentro de sus entrañas. Empezaron el mete y saca de una forma brutal, no tardaron mucho tiempo en correrse... primero mi hija que no solo era arremetida por su hermano bombeando su coño, sino que además con su mano derecha le frotaba el clítoris amasándolo compulsivamente y la izquierda la sujetaba de la teta para que no se escapase del embate de tan masculina polla le brindaba. Quedé muy sorprendida y preocupada cuando vi que Ulises se corrió dentro de su hermana. La niña ya tenía la regla y no estaba segura que se tomara la pastilla anticonceptiva, pensé que se preocuparían por un embarazo no planeado, pero no fue así. En último empujón mi hijo agarró a su hermana fuertemente para aumentar la velocidad de penetración y llenarla de semen recién producido por sus hermosas gónadas incasables. Dio dos bufidos y entre jadeos y gemidos de ambos explotaron de placer. Mi hijo no hizo ni siquiera el amago de sacarla, al contrario, se la clavó más al fondo hasta llegarle a la barriga y desovar su carga seminal en la misma cérvix. La dejó insertada varios segundos, para tumbarse sobre la cama con el atontamiento del orgasmo.

Los dejé descansar unos minutos, y me armé de valor para entrar al cuarto y ver la cara de mi hija recién inseminada por su hermano..., la cantidad fue considerable pues le brotaba un rezume de leche por la rajita entreabierta, fruto de la dilatación producida por el grosor de tan buena polla. Y así lo hice, cuando entré solo pude decir… “Veo que os habéis montado una pequeña fiesta ¿Verdad?” Ambos no se alteraron al verme entrar, me recibieron con una sonrisa de felicidad completa. “¿Cómo estás mi niña…?  No me molesta en absoluto que os deis placer y amor, que disfrutes follando con tu hermano ¡¿Comprendes ahora por qué no podemos resistirnos a los deseos de los hombres de esta casa?!” “Pero mama… yo… ¡lo siento! lamento mucho haberme enfado, pero no era porque follarais, sino en donde y a la vista de personas ajenas. La verdad veros me puso muy cachonda y me dio un poco de envidia con ganas de quedarme para gozar con vosotros…” “Espero que esto se repita más frecuentemente y que disfrutemos siempre los tres con papá también.” Le dije a mi hija que estuviera tranquila, que no nos molestaba…. La vida son dos días y hay que buscar el lado más divertido. En ese momento, me senté en la orilla de la cama para abrazar a mis hijos. Ulises inmediatamente me plantó un beso en la boca y me abrazo, pero Penélope aún estaba un poco cortada así que la abracé yo y le besé la frente. Ella elevó su mirada y tuve una extraña sensación…le bese la mejilla y fue allí cuando mi hija me abrazo y se aferró a mí con mucho amor… “¡Te quiero mucho mama! ¿Yo también puedo besarte como Ulises?” Esa pregunta me dejo fría, no por el hecho de que me desagradara la idea, al contrario me gustó ¿Por qué una hija y su madre no se pueden besar en la boca? En eso mi hija cerró sus ojos y elevo sus labios queriéndome besar, no sé que me sucedió que respondí con mis instintos y me acerqué a ella, besándole sus pequeños labios. Mientras mi hijo no perdía detalle de lo que pasaba delante de él. Mi hija bajaba su cara para seguirme besando hasta llegar a mis tetas, las cuales agarró con mucha delicadeza y jugueteando con mis pezones, siguió varios minutos mordisqueándome suavemente, mientras que yo comenzaba a tomarle el gusto a aquella sensación fuera de control.

Ella se detuvo un momento para tomar aire, por lo que decidí devolverle el favor y comenzar a besarle su cuello y acariciarle sus pequeñas y firmes tetitas de pezones hinchados parecidos a ojivas de misiles. Bajé hasta que me topé con sus pequeños pezones rozados, y logré hacer que mi hija diera un ligero respingón. Ulises por su parte se acercó a besarla en la boca. Seguí mi camino de besos hasta llegar a su pubis todo depilado y suave, tome aire y me zambullí en su sexo, el cual estaba empapado por todas las sensaciones adquiridas manifestadas en su flujo vaginal y en la leche de mi hijo. Ulises estrujaba y mordía los mamas de su hermana mientras que yo, jugueteaba con su clítoris. Penélope comenzó a gritar y gemir tan fuerte que pensé que los vecinos escucharían. Estuve varios minutos comiéndome el conejito de mi pequeña mientras ella le hacía una mamada a su hermano, cuando sentí las contracciones de mi hija y escuche los gemidos de mi hijo. Penélope terminó en mi boca soltando gran cantidad de jugos vaginales deliciosos, mientras que mi hijo al poco viendo el alto contenido erótico se excito tanto que le folló la boca a su hermana con tanta furia que en unos minutos le llenaba su boca de semen brotando en chorros arrolladores. Penélope no pudo contener por la cantidad que aún fue capaz de eyacular. Penélope dejó escurrirse por sus labios una amalgama de saliva y esperma. Dejamos que descansara y Ulises se acostó al lado de mi hija quedando relajado. Tuve la tentación de acercarme a la boca de mi hija para ayudarle a terminar con el semen de mi hijo y ya de paso saborear el delicioso néctar de nuestro macho. Momentos después ella quedó tendida al estar exhausta, los dejé dormidos hasta la mañana siguiente. Durante la ausencia de mi esposo seguimos teniendo encuentros casi a diario, tanto yo sola con mi hijo y sola con mi hija, así como ellos al dormir juntos, en ocasiones haciendo tríos. Pero lo más escandaloso era cuando nos uníamos los cuatro en una bacanal familiar donde los machos terminaban desfallecidos completamente con dolor de huevos y polla durante días, al tenerla tanto tiempo empalmada y frotándola en nuestro coños y bocas, y la leche que expulsaban. Nosotras no éramos para menos, corríamos el riesgo de una vaginitis, especialmente mi dulce y tierna niña que tenía el coño menos hecho a los pollazos de vergas tan gordas.  

Continúa...

Mas de TrovoDecimo

Mi esposa desea un HMH con su hijo

La edad de la inocencia

El chico del jardín

Disfrutando del caldo caliente de las abuelas.

El calor de Candela

Mi hermana Teresa

Conociendo a mis suegros

Ayudando a mi Hijo

Mi Padre

La empleada del Sex-Shop

¡Te tienes que follar a mi madre!

La noble perversión de mi esposo

Mi hijo me quitó las...

La viuda alegre. Mi madre

Mis días de perros

El Grado superior

Gym Unisex

Resarcimiento Familiar. Epilogo

Una cena familiar

La culpa... un Gen recesivo afín

El hombre de la casa

La Chica de la Curva

Descubrí a la Zorra de mi Madre. 4ª parte

Descubrí a la Zorra de mi Madre. 2ª parte

Descubrí a la Zorra de mi Madre. 3ª parte

Deseo aprender con mamá… el final.

Deseo aprender con mamá… el inicio.

En mi etapa de profesor uterino...

En mi etapa de profesor uterino... 3ª parte

En mi etapa de profesor uterino... 2ª parte

Purificación. El error de una joven adultera

Purificación. El despecho de una joven adultera

Una putita de vergas maduras. 5ª parte

Una putita de vergas maduras. 4ª parte

Una putita de vergas maduras. 3ª parte

Una putita de vergas maduras. 2ª parte

Una putita de vergas maduras

Reventando a Doña Carmina. 4ª parte

Reventando a Doña Carmina. 5ª parte

Reventando a Doña Carmina

Reventando a Doña Carmina. 3ª parte

Reventando a Doña Carmina. 2ª parte

Una vida fuera de lo común... 3ª parte

Una vida fuera de lo común... 2ª parte

Una vida fuera de lo común...

El gran verano con mamá...

Madres Prematuras. (4ª Parte)

Madres Prematuras. (3ª Parte)

Madre Prematuras. (2ª Parte)

Madres Prematuras

De beata a infiel haciéndome un Belén (2ª Parte)

De beata a infiel haciéndome un Belén (3ª Parte)

De beata a infiel haciéndome un Belén

El día de la Madre

El día de la Madre (Parte 3)

El día de la Madre (Parte 2)

La insospechada carestía de Mamá (Parte 3)

La insospechada carestía de Mamá (Parte 2)

La insospechada carencia de Mamá.

En un hospedaje rural.

En un hospedaje rural. (Parte 2)

Mis vecinas de Puente Viejo. (Parte 2)

Mis vecinas de Puente Viejo. (Parte 3)

Mis vecinas de Puente Viejo.

Una jovencita con necesidad de atención. (Parte 5)

Una jovencita con necesidad de atención

Una jovencita con necesidad de atención. (Parte 4)

Una jovencita con necesidad de atención. (Parte 3)

Una jovencita con necesidad de atención. (Parte 2)

Las clases particulares de Mónica

Ardientes Musas que me inspiran. (Parte 3)

Ardientes Musas que me inspiran. (Parte 2)

Ardientes Musas que me inspiran.

El remedio de papá.

Mis profes favoritos y Papá.

Mis profes favoritos y Papá. (Parte 3)

Mis profes favoritos y Papá. (Parte 2)

Mis profes favoritos y Papá. (Parte 4)

La Tentación vive en casa. (Parte 3)

La Tentación vive en casa. (Parte 2)

La Tentación vive en casa.

Mi hermana Teresa.

Mi hermana Teresa. (Parte 2)

Combatimos el calor sin ropa. Madre

Combatimos el calor sin ropa. Hijo

La hija de mi pareja. (Parte 2)

La hija de mi pareja.

Conexión con mi hijo en Shanghái.

Como un domingo cualquiera con papá. (Parte 4)

Como un domingo cualquiera con papá. (Parte 5)

Como un domingo cualquiera con papá. (Parte 3)

Como un domingo cualquiera con papá.

Como un domingo cualquiera con papá. (Parte 2)

La lasciva vida de una maestra de escuela

La lasciva vida de una maestra de escuela. 2

La lasciva vida de una maestra de escuela.3

La lasciva vida de una maestra de escuela. 4

Las secuelas del Chalet nudista. (Parte 3)

Las secuelas del Chalet nudista.

Las secuelas del Chalet nudista. (Parte 2)

El chalet nudista.

El chalet nudista. (Parte 2)

El chalet nudista. (Parte 3)

El remedio de papá. (Parte 4)

El remedio de papá. (Parte 2)

El remedio de papá. (Parte 3)

La semilla del abuelo Fernando. (Parte 8)

La semilla del abuelo Fernando. (Parte 5)

La semilla del abuelo Fernando. (Parte 6)

La semilla del abuelo Fernando. (Parte 7)

La semilla del abuelo Fernando. (Parte 2)

La semilla del abuelo Fernando

La semilla del abuelo Fernando. (Parte 3)

La semilla del abuelo Fernando. (Parte 4)

Mis traviesas vecinas

Mis traviesas vecinas. (Parte 3)

Mis traviesas vecinas. (Parte 2)

Vacaciones en el Camping

Vacaciones en el Camping. (Parte 2)

Vacaciones en el Camping. (Parte 3)

De vuelta a casa del camping

De vuelta a casa del camping. (Parte 3)

Mi platero y Yo

El emprendedor. (Parte 5)

El emprendedor. (Parte 2)

El emprendedor. (Parte 3)

El emprendedor

El emprendedor. (Parte 4)

Alicia y el abuelito

Alicia y el abuelito. (Parte 3)

Alicia y el abuelito. (Parte 4)

Alicia y el abuelito. (Parte 2)

La ardiente hija de un camionero. (Parte 5)

La ardiente hija de un camionero. (Parte 1)

La ardiente hija de un camionero. (Parte 3)

La ardiente hija de un camionero. (Parte 2)

La ardiente hija de un camionero. (Parte 4)

De cómo me preñaron de mis dos hijos. (Parte 3)

De cómo me preñaron de mis dos hijos. (Parte 2)

La prima de riesgo. (Parte 2)

De cómo me preñaron de mis dos hijos. (Parte 1)

La prima de riesgo. (Parte 4)

La prima de riesgo. (Parte 1)

La prima de riesgo. (Parte 3)

Todo queda en casa

Volviendo a sus orígenes. Parte 5

Volviendo a sus orígenes. Parte 2

Volviendo a sus orígenes. Parte 3

Volviendo a sus orígenes. Parte 4

Volviendo a los orígenes. Parte 1