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Vacaciones en el Camping. (Parte 3)

en Amor filial

En la tarde-noche, cuando llegué estaban mis padres en la caravana con mi hermana. Me llamó la atención que estuvieran los tres de charla y me invitaron a sentarme con ellos...

-“Oye hijo tenemos que hablar sobre lo que viste la pasada madrugada y lo vuestro de esta tarde…” dijo mi padre.

-“Mirar hijos, lo de tener sexo es algo natural y saludable, pero quizás no fuimos lo suficientemente discretos y lo hicimos en el lugar menos adecuado….”

-“Oh no mamá, no te preocupes por nosotros... es normal si no  ¿A ver cómo nacimos mi hermana y  yo?”

-“Está bien que lo entiendas, tu hermana también lo ve así…” Hubo un silencio prolongado y dijo mi padre... 

-“Tu madre y yo queremos que tengáis una buena educación y en ella incluimos la sexual. Creo podemos saltarnos la teoría porque ya la hemos hablado en más de una ocasión…, ahora debemos pasar a la siguiente fase y necesitamos vuestra participación en esto….”

Mi sorpresa fue morocotudas..., lejos de recriminarnos se ofrecieron para inculcarnos una buena técnica con la práctica, de tal modo que mi padre se volcaría a ensenar a mi hermana y a mí dedicaría sus atenciones mi madre. No contesté me quedé impactado, soñé en muchas ocasiones que mi madre entraba a mi cuarto para introducirme en el mundo del sexo, pero nunca pensé que llegara de esta manera. Doña Azucena me tomó de la mano y me llevó hasta la salita donde se sentó sobre el sillón donde la vi haciendo la felación a papá..., me sentó al lado de ella y mi hermana al otro lado. Franqueada por ambos hijos mi padre se puso enfrente con mi madre. Rápidamente comenzó a tocar la polla de mi padre sobre su pantalón…

-“Espero que os guste lo que vais a ver y nos podamos divertir mucho los cuatro juntos en esto...” dijo mi madre. 

Le bajó las bermudas que llevaba sin calzoncillos y la enorme polla de mi padre salió con fuerza mostrándose recia y regia superior sin duda a la mía en aquella época, mi madre comenzó a olerla pasando su lengua por la punta, después lamía el tronco y la pelotas para subir ensalivando el tronco hasta el orondo capullo y empezar a mamarlasela con parsimonia. La verga de papá era un poco más grande que el mía en lo grueso, no obstantes la largura poco faltaba para igualarse. Después de un rato tragandose el cipote de su esposo mostrandonos como debía de ser una buena felación, mi padre me indicó que ocupara su posición. Me coloqué enfrente de ella... empezó igual que a él a sobarme el badajo por encima de mi bañador, mi padre se sentó al lado de mi hermana e invitó a Penélope que continuase con el trabajo de nuestra madre masturbándolo y mamándosela. Mi madre a su vez me bajó el bañador y mi polla quedó fuera con una erección tremenda saltando como un resorte..., la tenía tan tiesa que quedó mirando al techo de la caravana. Sin demorar un segundo mi madre se introdujo en su boca el glande con un fuerte chupón tirando de él, y luego comenzó a mamármela, masturbarme el resto del tronco libre…

-“Que rico mama”

-“Ya no eres tan niño... ¡Mirar lo enorme que tiene la picha el crío!” dijo mi madre dirigiéndose a mi padre y mi hermana.

Mi madre se levantó al ver a Penélope agotada de meterse el bálano que casí no le cabía en la boquita, y forzaba tanto sus comisuras para albergar tamaña polla que le dolían al cabo de varios minutos mamando ese rabo, así que mi padre cogió a su hija montándola sobre sus mulos a fin de posicionar su estoque a la entrada de su coño y penetrarla, se llevó un poco de tiempo, pero al fin la encajó en su coñito partiéndoselo cuando emitió un quejido la niña al sentirse empalada... fue profundizando con pequeños sentones cabalgando sobre papá hasta lograr incrutársela entera hasta aplastar las pelotas de su progenitor contra su culo y coño a la vez de los majestuosos cojones que disfruta mi padre.

-“¡Quítame la camisa!” me ordenó mi madre.

Le levante la camisa dejando ver sus mamas, me parecían dos buenas tetas para mamárselas sin descanso ni tregua. Lo leyó en mis ojos porque me las ofreció a chupar…

-“Anda como cuando eras un bebe” me aferré a aquellas tetazas con grandes pezones duros como garbanzos. Con mis manos las recorría apretándolas, se recostó por completo, ahora sus pezones quedaron enfrente de mí.

Con mi hermana empalada por la polla de papá, yo mamando las tetas de mi madre y mis padres se besándose con lujuria… Mi padre con mi hermana encima hacía lo propio justo a nuestro lado y lamia una teta y la otra viendo como gozaba mi hermana siendo penetrada por un trabuco mayor de casa, se movía como loca ahora ya habiendo expandido su vagina para acomodar tal masa de carne dura. A mi madre le quité el pantalón y sus bragas recostándose en el sillón y abrió las piernas…

-“Mira hijo todo esto de mojado... es para ti,” apareció un coño enorme de labios frondosos que tapaban por completo la raja de su vagina.

Mi madre tomo mi polla guiándosela donde metérsela.... la pasó entre sus labios frondosos mojando mi glande, apretó con fuerza sobre ella en el clítoris duro y espigado comonunca imaginé fuera ninguno de grande... sobresalía casi como la falange del dedo meñique. Después repasó de nuevo toda la longitud de su raja con mi capullo hasta que encontró el agujero arropado por sus labios vaginales por donde un día nací. Sin miramientos comencé a embestir hacia dentro de mi madre que gemía de gusto, mientras mi hermana me comía la boca saltando ágilmente sobre el mástil de papá. La desencajó y aprovechando la postura con el culo respingón se la clavó sin miramiento por detrás a su hija. Ambas féminas estaban siendo folladas por los machos de la casa, disfrutando de una noche de amor familiar. Los gemidos de ambas se entrecruzaban sin saber cuál de las dos estaba más caliente. Mi madre me miró al verme inquieto con ansias de obtener otra perspectiva de su cuerpo…

-“¿Qué posición quieres hijo?” me preguntó.

Sin más le dije… -“A cuatro patas.” Desde aquella madrugada soñaba con volver a ver aquel culo abierto para mí.

Mi madre su puso como una perra obediente y me ofreció su culo abierto en dos grandes nalgas partidas por una inmensa raja donde también se oteaba el botoncito de su ano perfecto para ser follada.... Ahora embestí más duro sobre su coño, obligando a mi madre a gemir con mayor fuerza… sus jadeos entre cortados anunciaban el orgasmo. Mi padre sacó por un momento la polla del interior de mi hermana y se la dio a mamar a su esposa, dejando a su hija recostada en el sillón, un instante. Se la mamó con lujuria, me di cuenta que la pobre mujer estaba siendo follada por los dos hombres ocupando toda la atención, sin embargo no duró mucho porque mi padre no dejaría de atender a su hija tan necesitada, por lo que mi padre dijo…

-“Ahora es el momento de dejar satisfechas a nuestras mujeres y no parar hasta el final, estas hembras necesitan lo que han venido a buscar….” 

Mi madre me agarró de los huevos para que no me escapara de su interior. Mientras la polla de mi padre comenzó a clavarse en el chochito caliente de Penélope con avidez en un mete saca que la hacía gritar cuando sus huevos chocaban en su vulva. El primero en acabar fui yo, mi ímpetu y mi poca experiencia me abocaban a excitarme en exceso cuando me follaba a mamá como un conejo metiendo y sacando, procurando que toda la polla frotase su coño, más que follar, frungía. Notaba la maña de mamá al manipular mis gónadas con sus dedos, esa sensación de placer inédito me animaba a perforarla con todo el mástil, presionando mis pelotas en su chocho para alcanzar la máxima profundidad en su útero y de pronto me vino el subidón de adrenalina ante tanta gozada, una oleada como una explosión provocó que toda leche se descargara en el interior de mi madre. El primer gran chorro de lefa me dolió en la salida de mi capullo, debió de ser grueso y con mucha presión, los siguientes fueron decayendo en copiosidad sin llegar a ser cortos el segundo y el tercero, los otros sí. Fui llenando a mamá de esperma espeso haciendola sentir cada adabonazo... ella cayó rendida con sus tetas sobre el sillón y durante unos segundos, casi un minuto, la mantuve empalada procurando que la descarga de semen fuese completa. Con mi cara desencajada de gusto, mi madre lamió mi polla para que quedara bien limpia.

Me senté enfrente como espectador del trío que se quedó en el sillón del amor. Ahora era el turno de mi padre y de mi hermana, que aún estaba siendo machacada a base de pollazos. Con las piernas levantadas y las rodillas a ambos lados de su cabeza, provocaba una posición especial del culo de mi hermanita..., este se encontraba a meced de las embestidas de todo el falo paterno, haciendo golpear en cada clavada su pelotas en su culito de niña mala. En dicho arrebato de pasión paternal mi madre se unió al evento frotando con su mano derecha los huevazos de papá desde atrás, mientras con la otra se acariciaba el clítoris. Se empezó a masturbar de una manera exquisita lamiéndole los huevos a su marido. Con dos hembras acosándolo el hombre no tuvo más remedio que capitular al igual que yo... en un par de minutos reventó en largos chorros de leche que cayeron dentro del conejito de Penélope. La pobre se encontraba con los ojos en blanco y exhausta, del polvo multi orgásmico. Aun eyaculaba cuando mi padre la extrajo de su hucha enjuta, y mi madre la mantuvo masturbándosela hasta que le exprimió los últimos chorros de esperma que le quedaban directos a su boca golosa, (no debía ser la primera vez que mamá se bebía la lefa de su marido.) Estos cayeron en boca, sobre la cara y tetas de mi madre. Ya solo nos quedamos viendo el espectáculo de mi madre tomando mi semen de su coño y el de mi padre que recogía como helado derramado. También procuró que la polla de papá se quedara limpia, dándosela a chupar a la niña de sus ojos.

Una vez todos satisfechos y la lección número uno aprendida..., descansamos un rato, luego mi madre tan solo con su bragas puestas y un mandril de cocina se puso a preparar la cena dentro de la caravana en la que milagrosamente nos pusimos a colaborar al unísono ligeros de ropa. Los días que nos quedaban de camping cambiaron nuestras relaciones, mi madre en la habitación de matrimonio y mi padre en la de mi hermana nos impartían las prácticas prometidas. En varias ocasiones jugamos al stripper póker con final feliz follando en familia...

Mi madre a sus 36 años, metro sesenta y dos. No es una mujer guapa pero tiene un cuerpo contoneado muy sexy y atractivo que invita a follársela de continuo, máximo con su voz susurrante de quinceañera que te derrite. Tras tomar una copita de pacharán me cogió de la mano y me condujo al interior… en el compartimento su cuerpo quedó a mi vista cuando yo le retiré el camisón largo holgado, descubrí su desnudez con sus pechos grandes, barriguita y coño rasurado. Hasta esos días de camping, nunca la había visto totalmente desnuda y la verdad no estaba nada mal. Me hizo pasar a la cama sin ninguna condición, simplemente follar y cuando me fuera a correr le avisara para sentir más cercana los latigazos de mi eyaculación dentro de ella. Nos tumbamos en la cama, mi madre me acariciaba la cara como cuando era pequeño y me miraba diciéndome que me tranquilizara...

-"Tú solo tienes que disfrutar, pasártelo bien con mamá... si quieres puedes pensar que soy una puta o una de esas zorras que tienes en tu clase". me empecé a masturbar pensando en esas palabras, en la zorra de Soraya y Aysha la mora de culo espectacular... me empecé a animar sobradamente.

Mi madre como mujer experimentada cogió mi polla y empezó a meneármela con pericia, fue "Mano de Santo", aquella situación provocó que mi polla se fuera poniendo dura hasta alcanzar el punto ideal para empezar la acción. Mi madre se tumbó invitánmdome, sin esperas me coloqué encima de ella, me dijo que primero le metiera los dedos para abrir el camino y no fuera tan brusco de calzarla de una sola embestida hasta los huevos. Metí mis dedos en su coño y lo noté húmedo, ¡Mi madre estaba excitada!, le trabajé durante unos minutos su agujero con mis dedos hasta que ella me dijo que estaba preparada, entonces llegó el momento, abrí sus piernas y coloqué mi polla en la entrada de su vagina, la introduje en varias insertadas en profundidad. Poco a poco se le enterraba por el mismo lugar donde nací hace 16 años. Mi madre me acariciaba la cara y me decía…

-“Ahora cariño ya me tienes bien abierta….” Entonces empecé a bombear a mi madre viendo mi polla entrar y salir rítmicamente de su coño. El placer se iniciaba en mi glande recorriendo todo mi cuerpo. Mi madre me observaba con los ojos vidriosos del gusto que sentía escapándose gemidos más intensos, a cada embestida. Me apretaba del culo hacia ella pidiendome más hondura en mis penetraciones, pero ya tenía todo el tallo enterrado, no quedaba nada fuera excepto mis pelotas…

Cambiamos de postura y retiré la polla de mi madre con un chapoteo, para ponerse a cuatro patas. La cogí por las nalgas y empujé mi cipote a su interior fácilmente, ahora dominaba por completo a mi madre... la follaba como si lo hubiera hecho toda la vida y observaba como sus tetas se movían para adelante y atrás según la penetraba. Era una gozada observa mi rabo atravesando su coño através de la gran raja de su culo, el cual se movía en ondas gelatinosas cuando empujaba contra ellas mi pelvis... se zampaba todo la verga con suma facilidad mientra ella ejercía presión con sus paredes vaginales en todo mi tronco sumergido en su coño. Así estuvimos largo rato hasta notar que me iba a correr, entonces le avisé de la situación y paramos.

Fue entonces cuando mi madre se puso más avivada... se acercaba el momento culmen de sembra su coño con la semilla de su hijo. Levantó el culo de la cama para respirar bien profundamente, me agarró con las dos manos y se abrió de piernas. Le volví a hincar la verga de forma que ambos teníamos una visión perfecta de la unión de nuestros genitales frente a frente los dos. Entonces empecé a follármela sin compasión…  en unos minutos aceleré el ritmo en un mete saca brutal entrando y saliendo queriéndola atravesar por su coño. De pronto mi cuerpo notó un latigazo que me recorrió cada uno de mis rincones… me corrí de tal manera que mi leche comenzó a salir con chorros a una presión brutal… tenía toda la polla dentro de mi madre...en el mismo cérvix y aún así brotaba saliendo al exterior escurriendo por la raja hasta su ano. Di un gemido de placer y mi cabeza quedó atolondrada con mi cuerpo relajado como se había repetido con mi hermana. Seguía percutiendo en lo profundo, dado que mantenía la verga en las profundidades de su útero y ella me abrazaba fuertemente... continuaba corriéndome, convulsionando al tiempo que sentía aflojar mi cuerpo sobre el de mi madre, ella me recibía con besos y caricias. Nos besamos comiendonos la lengua, los dientes y el paladar soltandole los útimos lechazos en su coño profundo. Al cabo de un par de minutos teniendola empalada e intentado recuperar el aliento, retiré mi miembro viril de la acogedora vagina llena mi madre…

En un susurro me dijo, -“Excelente hijo, me lo has hecho fenomenal ¡Cada día eres un mejor semental...!”  

Fuimos a comer algo a la cocina a reponernos en sólidos y líquidos. Eran las tres de la mañana cuando estábamos otra vez follando. También escuché a mi hermana gemir siendo follada por su padre. En esta ocasión mi madre me dominaba a mí montándome… desde debajo la visión era de ella subiendo y bajando como quien monta a caballo…, entonces cogí sus tetas que se balanceaban como si quisieran irse y las apreté bien fuerte..., ella seguía follándome y volví a correrme sin avisar. Era la segunda vez que le descargaba mi esperma en el fondo de su vagina esa noche, y si no recuerdo bien, a Penélope también le llenaron el coñito en todas las ocasiones..., y así hasta cuatro veces en diferentes posturas. Acabamos a las cinco de la mañana agotados y con un dolor de huevos y cipote impresionante. Estas sesiones se repetían tan a menudo que el coño de mamá y el de mi hermana no pararon de tragar semen en lo que nos restó de vacaciones den el camping.

Mi madre comentó… “Si alguna de las dos nos quedamos preñadas no vamos a saber que semental es el padre….” Nos reímos y seguimos disfrutando de las vacaciones, de las tarde se piscina y las noche de dicoteca en la playa. Mis padres congeniaban con casi todo el mundo, gozaban bailando hasta las tantas en la pista improvisada de la terraza del camping y después un polvo antes de dormir. Manteníamos la rutina social como antes, solo que implementada con nuestras prácticas educativas familiares en la caravana y solo allí. 

Esta historia continúa con el relato "De vuelta a casa del Camping"…

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