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Mis traviesas vecinas. (Parte 2)

en Trios

...Ana dejó de chupármela para empezar a jadear al mismo ritmo que Marta, hasta que estallaron de placer rozándose los clítoris. Al acabar tras unos largos cinco minutos de tan inédita demostración de lesbianismos incestuoso, Marta se puso encima de la cama, recostada con la piernas completamente despatarrada… -“¡Vamos machote no me hagas esperar más…Quiero esa polla de verdad empotrada en mi coño! ¡Fóllame que vea mi hija como se follan a su madre!!  

Así me pidió que la follase, no yo tuve más remedio que obedecer… ella se hallaba despatarrada, con todo el coño solícito para mí y diciéndome que todo aquello era para mi disfrute ¿Qué podía hacer…?. Me puse frente a ella entre sus piernas sin más dilación, aquellas zorras me sacarían hasta la última gota de leche de mis cojones, pero el castigo valía la pena ¡Morir por ello también! Me la asió con presteza por debajo de mi bálano y la enfiló a su conejo hambriento. Al metérsela noté algo distinto que me dio mucho placer... Marta tenía una forma curiosa de contraer los músculos vaginales, de forma que proporcionaba un placer increíble contrayendo las paredes alrededor de mi cipote endurecido. Ana se puso encima de su madre frente a mí, de forma que mientras yo la besaba comiéndonos las bocas, cual náufragos sedientos. Marta le lamía el coñito a su hija con devoción.

¡El morbo de ver a madre e hija compartiendo sexo me enloquecía! En pocos segundos la maza entraba hasta los topes en el coño tragón de la madura… era un coño sedoso, acogedor y muy caliente que la señora sabía cómo utilizar y sacar el mejor partido de él apretando y aflojando sus paredes. Las sensaciones en mi polla eran increíbles produciéndome escalofríos electrificados por todo mi cuerpo, máxime teniendo a la cría de tetas emergentes comiendo la boca, sin oponerse a comerle las tetillas alternativamente también, al tiempo que empujaba con mi pelvis y Marta contra mí, insertando sin compasión el vástago hasta los mismos huevos, haciendo de su coño un frontón donde mis pelotas aporreaban sin cesar una y otra vez. Aquella situación duró un buen rato entre gemidos, quejidos y jadeos con la música cadenciosa de fondo ambiental. Menos mal que el bebé no se despertó cortándome el rollo, se portaba divinamente con su padre. En un momento Ana se salió de encima de Marta y se puso a cuatro patas ofreciéndome su precioso culo y entonces me dijo…

-“Ahora me toca a mí. Mi madre ya ha tendido su ración de polla… ¡Fóllate a la hija también!”

-“Vamos machote, la niña tiene derecho a su parte del pastel… ¡¿O la piensas dejar sin su dosis de rabo a la pobre chica...?!”.

-“Ya veo que madre e hija vais a escote en esto de follarme. A ninguna de las dos os va a faltar macho...”.

-“Por supuesto… y la leche también vamos a medias. Supongo que con esos huevazos tendrás lefa para darnos a las dos. ¡Vamos empieza por follarte a mi niña!” Marta acariciaba el culo y pasaba un dedo por la raja del coño de su hija abriendole los finos labios apretados. “No ves que coñito tan rico tiene y hace mucho que no se lo follan como es debido… ¡Anda cabrón clávasela hasta la cepa que no te quede nada fuera de este precioso estuche, solo las pelotas claro! Sabemos que te gustan así pequeños y apretados como el de tu esposa…”

La invitación no hizo más que avivarme, mi mente se desconectó del resto del mundo...solo existían aquella cama con las dos hembras en celo y unas ganas insufribles de acabar dentro de ellas, quitándome de mi conciencia parte de la responsabilidad del acto que estaba a punto de ocurrir con esta cría de no más de 18 años…. Sin necesidad de enfilar mi polla se enfrenta a su orificio… al entrar el gordo glande se pega a su bocana como dos labios carnosos remangando la piel de mi prepucio en el deseo de un acoplamiento más que libidinoso. Solo con meter la punta en aquella vaginita ceñida, creo que me voy a correr de gozo. Ana suelta un gemido quedo, justo cuando meto más de media polla dentro de su chochito mojado. Mi culo está tenso, las paredes de su vagina me aplastan como si dos labios me succionaran con energía…. Aquella vagina hacía mucho no sentía una verga de verdad. Casi me muero de morbo… nunca pensé que un día llegaría a esta situación tan inverosímil de follarme a la hija de alguien en presencia de su propia madre la cual incita a invadirla.

-“¿Te gusta así cariño como te estoy follando...?

-"¡Vamos cariño dile a nuestro papi cómo te gusta que te follen el coñito…!” Le espetó la madre mientras le acariciaba la cara y la besaba con cariño.

-“Así empujándome papi… más dentro ¡Ummm! La puedes meter más adendro...”

Me apoyo con mis manos en su cintura subiendome sobre su culo, y dejando todo el espolón diáfano bajo mis piernas, le doy el primer empujón a la niña haciendo templar su cuerpo, sus tetas… -“Así nena…sientes la polla de tu papaíto.”

-Sí pero más rápido, más rápido… joder ¡Métemela más hondo!”

Intento juntar mi cara con la de la cría al dar el segundo empujón, pero es difícil controlar mis movimientos. Tras el segundo viene el tercero, el cuarto…. En un sin parar ganando profundidad, su coño se siente lo suficiente dilatado como para que ya quede clavada hasta la mismas pelotas, oyéndose un delicioso chapoteo entre su culo, mi pelvis y los huevos golpeteando sin cesar. Cuando me doy cuenta, estoy entrando y saliendo continuamente del conejito de Ana, y ella no hace más que gemir justo al lado de su madre que la besa y acaricia toda entera en un masaje relajante para escoltar la experiencia nueva de la niña. En ningún momento pienso en la presencia de su madre como una parte incómoda al follarme a su hija…, todo lo contrario es un aliciente más que ambas hembras se vean complacientes al permitirme follarlas sin remisión. Me estoy follando a su hija, a esa niña que hasta esa noche no sabía que la deseaba tanto como a la mía. Su piel morena, sus largas piernas estilizadas acaban en un culo respingón partido en dos, donde queda incontestable el mullido coño de la cría y el cerrado anito que acaricio con el pulgar e incluso me arriesgo a introducir media falange sin pudor. La niña no para de gemir de gozo al notar el martilleo constante en su pared vaginal de mi ariete sin apurar.

Marta paciente se pone a mi lado viendo mi verga entrar y salir del coñito de su hija a través de culo abierto de la cría en que se había dividido por su gran raja que divide sus nalgas, me soba el cuerpo, los brazos y el vientre intentando llegar mi espolón sagaz, tan endurecido como marcada estaba la vena superior que bombea presión sanguínea a mi glande. Subido sobre las ancas de la cría penetrándola como un martillo pilón casi en vertical, percibo de pronto la mano de su madre en mi trasero y después amasándome los huevos por entre mis piernas besándome el culo, lamiendo y chupándome sin recato desde el perineo a los cojones, al tiempo que no paro de follarme a su hija sin raciocinio alguno hecho un verraco. Aumento mi velocidad y Ana gime tanto que temo que alguien la oiga fuera del apartamento. Me asusto, por ello le tapono la boca metiéndoles dos dedos para que lo chupe mientras sigo follándomela a todo lo largo de mi cipote, a la par que Marta me besa con pasión metiéndole la lengua en mi boca, la cual la recibe jugando con la suya. Me descubro agarrando más firmemente de su culo hincando el rabo hasta pegar las pelotas en su coñito como si fuese un vulgar transgresor. Ana no dice nada, sólo gime casi sin vigor, apretando con fuerza las sábanas soportando al invasor que la llena de carne trémula llegando hasta el mismo cérvix…, en tanto Marta no para de acariciarme la espalda alternándose con la de su sufridora hija, la cual se está dejando follar sumisa a los embates del macho, consciente de la desproporción entre ambos genitales… mi gran verga de poco más de 20 cm y 5 de ancha, Vs su chica vaginita adolescente casi infantil expandida como nunca lo estuvo.

Meto la mano por debajo de su cuerpo buscando sus tetillas, están frías, quietas y gelatinosas… -“¡¿Te gusta que te toquen la tetas cariño mientras te follan...?!”

-“Sí papi, lo haces tan bien…me follas tan bien ¡Aaaggg!”.

-“Vamos agáchate un poco más que vea tu madre ese coñito como se abre con el cipote de tu papaíto”

Sin que yo pare Ana se posa todo el torso en las sábanas, incluso temo por un momento hacerle daño cuando se desliza toda la tranca hasta parar con mis huevos en su vulva… la tiene toda alojada hasta el estómago, la niña emite un quejido ahogado con las sábanas.

–“Anda dinos si alguien te ha follado tu coñito así… Si te han metido una polla tan gorda como esta”.

-“Sí me han follado, pero la polla no era tan gorda como la tuya ¡Aaagggg!”.

-“¿Te gusto mucho o poco más que ahora…?”

-“No tanto como tú… tu polla es mucho más grande, más gorda…me da mucho más gusto ¡Me gusta mucho más que la de ese chico…”.

-“Entonces ¡¿Te gusta lo que te estoy haciendo cariño…?!”

-“Mucho… ¡Ummm! Sigue follándome no pares papaíto…”

No sé si la niña responde o no sabiendo lo que dice, pero sin duda reconoce la sensación que estamos compartiendo, que estamos viviendo juntos dejándose llevar al éxtasis del placer divido del sexo consentido. Cambiamos a la posición del misionero tras casi quince minutos montándola como una perra… le estaba practicando la follaba más sensacional que nunca tuve con ninguna otra mujer. Sentía cada pliegue de sus paredes vaginales frotar mi verga, mi sensible glande y mi tronco grueso de hinchadas venas bombeando para mantener con inusitado frenesí la dureza y rigidez de mi cipote. La pequeña había tenido un par de convulsiones que culminaron en sendos orgasmos, mientras yo ahora comenzaba a sentir la electrificante sensación de notar el mío. Se acercaba el clímax… le arreo una, dos, tres clavadas seguidas en toda profundidad y mi verga se me pone dura con una fortaleza impresionante al punto de producirme un pequeño dolor placentero, justo en el momento que percibo salir EL SEMEN disparado de mi polla por el agujerito del glande. Este se ensancha vasto para expulsar un grueso chorro de leche espesa chocando con violencia con la pared de la entrada de su matriz. El subidón de adrenalina se empieza a convertir en dopamina invadiendo todo mi cuerpo…. En lo más hondo de su coñito con pequeños vaivenes voy eyaculando chorretazos de lefa cada vez más leves… así aguanto más de dos minutos estallando dentro de su vagina que rezuma leche incontenible en tan constreñida cavidad vaginal.

Noté como salía una cantidad de lefa bestial debido a la fuerte excitación acumulada, cuando la extraje, el reguero que manaba era glorioso, caí rendido al lado de ellas y mientras me reponía continuaron su juego, agarraron otra vez el aparato de látex y tomando el mando Marta se lo empezó a meter por el culo a Ana. La visión de esa penetración con el coñito chorreando lefa, hizo que se me volviera a poner dura. El culo de Ana era precioso y quise participar en el juego, de manera que agarré yo aquel miembro artificial y lo metía y sacaba del culo de Ana mientras ella arqueaba la espalda y gritaba de placer. Entonces Marta me lo arrebató sin sacarlo de dentro de Ana y se puso de espaldas a ella, de forma que sus culos quedaron uno frente al otro. Marta me pidió que le metiera el látex en su ano. Así lo hice. Una vez le había introducido la punta ella lo agarró y se lo empezó a penetrar hasta que sus culos se tocaron. Era un espectáculo difícil de describir. De pronto las dos se incorporaron y se quedaron de rodillas, espalda contra espalda como dos perras abotonadas con aquella polla entera dentro de sus culos y empezaron a moverse masajeándose las nalgas. Yo me puse al lado y agarré un coño con cada mano y empecé a masturbarlas.

Cayeron las dos extasiadas encima de la cama. Entonces yo que ya no aguantaba más agarré a Marta por las caderas y de un golpe seco le metí toda mi polla en su culo que permanecía completamente dilatado. Empecé a embestirla salvajemente provocando que empezara a gritar de placer. Ana por su lado empezó a comerme mi culo, e hizo algo que antes nadie había hecho, me metió un dedo. Yo al notarlos me estremecí un poco pero al momento ya no me molestaba. De uno pasó a dos y al rato los sacó. Yo continuaba penetrando aquel precioso culo de la madre sin compasión, apretando cada vez más y más hacia el fondo. Marta no paraba de moverse y gemir de placer. De pronto noté que Ana se movía por debajo de mis piernas y pude ver como de nuevo tenía agarrada una nueva verga artificial de goma china igual de temible que la otra, solo que de una sola punta con un par de cojones para asirla bien de ellos. Se la metió a su madre por la vagina, lo que originó que gritara como una posesa al verse doblemente empalada. No paraba de meter y sacar el látex de su conejo y yo la seguía embistiendo por el culo casi hasta la raíz, cuando de pronto sucedió algo inesperado, sin previo aviso Ana agarró mis testículos colganderos y me lo empecé a chupar, lamer y a metérselos uno a uno en su boca con fuertes tirones que casi me los arranca… los lengüeteaba al mismo tiempo que se balanceaban en cada incursión y salida del culo de su madre. No pude evitar un grito de placer y dolor al mismo tiempo que me comía los cojones con tanta avidez y severidad. Sentir a la niña ensimismada en mis orondos huevos y tener a su propia madre completamente enculada hizo que me corriera de nuevo de forma salvaje e incontenible

Los dos caímos extasiados encima de la cama. Marta se dedicó a limpiar la leche que quedaba en mi roja polla, al terminar cogió la suya de látex y se la metió en el coño a Ana, empezó a meterla y sacarla un ratito hasta que su hija le tomó la alternativa metiéndosela a saco, hasta que se corrió. Los tres nos quedamos exhaustos y relajándonos en esa monumental cama…. A la media hora oí llorar a mi cría y me levanté como un huracán, la tomé en mis brazos intentando consolarla. Allí desnudo parecía todo un padrazo después de una sesión de fornicación insólita para mí…, una vez calmado el bebé, me vestí con las dos mujeres también levantadas para despedirse de la visita. Mientas tanto hablamos a cerca lo ocurrido esa noche. Les confesé que nunca lo había pasado tan bien y que dudaba que se repitiera con nadie algo similar. Ellas me respondieron que se repetiría cuando quisiera… y que la próxima vez invitara a mi esposa a la fiesta también. Fue antes de marcharme cuando me confesaron que era la primera vez que madre e hija compartían pareja en la cama…, me dieron sus números de teléfono por si me animaba, muy contentas con el resultado….

-“Desde que os vimos follar en la terraza, mi objetivo era que a mi hija o mí, nos hicieras los mismo… y mira por donde nos lo has hecho a las dos juntas”.

-“¿Supongo que tomas precauciones para no quedarte preñada? Me he corrido dentro de tu coño sin paliativos…” Dije dirigiéndome a Ana.

-“No, no tomo anticonceptivos, ni tengo puesto ningún Diu. Me has follado a pelo, y todo lo que has eyaculado ha sido para llenar directamente mi útero”. Me soltó llanamente en la cara en presencia de su madre que no parecía afectarle que un desconocido pudiera preñar a su hija.

-“Ahora hay millones de bichitos intentando fecundar a mi hija, pero no te preocupes si nos dejas preñadas será de nuestro gusto… ¡Estamos buscando un semental que nos preñe a una de las dos o a las dos, por qué no!”, soltaron un carcajada aliviando la tensión que se debía reflejar en mi cara por mi ineptitud, no supe diferenciar entre sí lo decían de verdad o era solo una ironía ante los hechos consumados. Os podéis imaginar cómo me quedé… La vida te da sorpresas.

Me despedí con la niña en brazos más despierta que una rosa por la mañana. Al día siguiente llegaron mi esposa y su abuelo con los resultados negativos, en el caso de metástasis cancerígena es algo bueno… pasamos el resto de los días en concordia. Con mi padre en el apartamento ya no volvimos a follar en la terraza como antes. Le conté lo del ataque alérgico de la vecina por la picadura de la avispa africana y como tuve que intervenir, de cómo me lo agradecieron con una cena. No pensaba contarle lo del trío pero con secretos de ese tipo todo acaba mal, ya tenía mucha experiencia con su madre, así que le relaté la verdad que una cosa llevó a la otra y sin intención de mi parte, esas hembras lo tenía todo planeado para hacerse conmigo y lo consiguieron. Alicia me retiró la palabra casi un par de días, pero al ver que aquella situación no nos hacía bien recapacitó viéndome afligido por nuestra incomunicación y con la intervención de mi padre…

-“Si no te cuento mis cosas no puedo vivir contigo, no quiero secretos entre nosotros porque no quiero acabar con nuestra relación como acabó la de tu madre conmigo”.

El secreto de tan buena concordia de mi hija con mi padre no me lo revelaron, pero tal vez por ello mis palabras calaron en su conciencia y me perdonó… -“¿Y esas dos follan bien…? Porque buenas están las dos hijas de puta…”

-“En mi opinión me parecen muy compenetradas para ser madre e hija, me dieron un buen sobo se puede decir… además están dispuestas a que tú participes en otro encuentro, si quieres”.

-“Eso te dijeron, son muy generosas… lo que ellas no saben es que yo soy la propietaria del macho y por tanto la que puedo o no compartir con ellas…”

Pasaron los días y no ocurrió nada de lo que me imaginaba podía pasar, se saludaron en la piscina y en la playa sin más comentarios que los de dos buenos vecinos sin llegar a los detalles de la cena que acabó en orgía… a la semana siguiente se nos acabaron las vacaciones y nos marchamos. Pasaron unas semanas desde el verano y mi esposa dijo que si aún conservaba los números de teléfono de Marta y Ana, se los di y desde entonces se pasan WhatsApp todos los días, incluyendo los detalles de la orgía con su marido y ellas dos, lo cual creó un ambiente de confianza entre ellas hasta llegar a chatear vía online muchas veces teniendo sexo entre madre e hija y entre nosotros como hacíamos en los apartamentos, hasta que un día Alicia me propuso que podríamos quedar con ellas. Esa misma semana me cogió Marta el teléfono encantada que nos viésemos, solo que Ana estudiaba un erasmus en Polonia y no podría estar con nosotros…en cierto modo eso me alegró bastante porque si darle carnaza a dos era estresante, a tres hembras hambrientas me horrorizaba porque se sabe cómo se entra pero nunca cómo se va a salir de allí…. Por mi Alicia haría lo que fuese, nunca me negaría a sus deseos. Entre tanto Alicia y Marta entablaron una relación vía chat que las ponía calientes para el encuentro subversivo que tendría en unos días… sobre todo que me gustaba y qué harían conmigo.

Continúa...

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