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La semilla del abuelo Fernando. (Parte 5)

en Amor filial

Aquel sábado, la abuela y mi madre se fueron a Tomelloso de compras en la C5 de mi madre, y el abuelo se quedó a ver el partido por la tele. Me quedé con él, después de un rato me dice, señalando sus piernas…

-“Ven preciosa, siéntate aquí”.

Ni lo pensé, me senté en sus piernas levantando el vestido, de modo que solo había entre su pantalón y mi culo mis bragas, enseguida empecé a sentir su pollón. Me movía para acomodarme y poder sentir como se aceleraba su respiración, me dijo al oído…

-“Ya eres una buena moza. Empiezas a tener cuerpo de mujer”

-“¡¿De verdad abuelo, crees que ya soy una mujer…?!

Por primera vez mi mente comenzó a fraguarse la posibilidad de ser mujer.

-“Sí, pero las niñas buenas suelen guardar secretos”.

-“¿Qué secretos abuelo?”

-“¿Tú serías capaz de guardar secretos del abuelo…?”

-“Sí, un secreto entre nosotros nunca saldría me mí abuelo”.

No era tonta y sabía lo que deseaba mi abuelo, sabía lo macho que era y también sabía que desde hacía un mes solo se follaba a la abuela…No todas las veces que a él le gustase hacer…, por eso seguía moviendo mi culo mientras él acariciaba mis muslos, estaba en la gloria, le dije al abuelo con total naturalidad…

-“Voy a mear, ahora vengo abuelito… a ver si marcan algún gol”.

Fui al baño y después de largar una meada abundante me quité las bragas y volví a donde el abuelo, sentándome sobre él de nuevo de igual manera, solo que sin bragas. Al poco tiempo no atendíamos al partido ninguno de los dos…, pude sentir como metió a su mano, abría la bragueta y aireó aquella verga dura como una piedra, acomodándola entre mis muslos. ¡Me quedé sorprendida! La noté muy caliente y dura bajo mi culo, luego me acomodé de manera que se alojó entre mis muslos pegándose todo el tronco a mi vulva… mis labios vaginales besaban la recia y enervada tranca del abuelo Fernando mientras yo perdía el sentido, me acariciaba la vagina pasando su gran estaca por ella, ¡Sentía la cabeza de su polla en mi coñito! Y su rabo jalonado de hinchadas venas. Intenté separar mis piernas para que entrara, pero él me indicó…

-“Tranquila pequeña, esto se hace despacio. Eres virgen y necesitamos hacerlo con paciencia y mucho cariño”.

Yo estaba desesperada por probar el rabo de mi abuelo, y él me lo negaba sistemáticamente. Terminamos viendo el partido Atlético de Madrid Vs Barça en aquella postura paseándome con el trabuco de ese hombre, no obstante me ayudó hasta que obtuve mi orgasmo clitoriano masajeandome el clítoris y él con sus recios dedos metidos en mi rajita horadandomela… ese día solo metió un gol el Atlético de Madrid, porque a mí me dejó la portería a CERO.

Mi nieta después de la tarde del partido se me insinuaba más y más, yo la seguía viendo como una niña, pero mi necesidad imperante, el consejo de mi esposa de probar con ella ahora que su madre estaba Preñada, no poder desfogarme con Carmela, me estaban poniendo las cosas muy difíciles para aguantarme. Poco me importaba lo que su madre pensara, ¡En esta casa el hombre es el que impone las reglas! Uno de los días en los que solía ayudarme a llevar comida a la yeguda, se me insinuó y después de vaciar la furgoneta nos rozamos, le agarré del culo y la tiré sobre la alfalfa, trabó mi pierna derecha y caí junto con ella sobre el montón… nos reímos. Avancé con mis manos sobre sus tetas una vez que la niña me las ofreció, ahora no le iba a poner reparos a nada pese a sus 16 años. Empezamos a magrearnos retozando sobre la alfalfa…

-“¡Ven cariño entremos a la caseta!”. Al lado del cobertizo estaba mi pequeño taller para hacer mis chapuzas y dentro una pequeña oficina con una mesa, sofá y hasta una tele para cuando no me dejaban ver mis partidos, o los toros en casa… allí me recluía en mi refugio particular donde dejaba que ninguna mujer entrase. Le quité los pantaloncitos que cayeron al suelo, ella los apartó con un pie, y después se bajó ella misma las braguitas apareció una vaginita preciosa, sin apenas  vello y sin habérselo rasurado tampoco… un coñito infantil hinchado partido en dos por una rajita donde no se apreciaban todavía los labios exteriores de los internos. Aquello era una monada que iba a desflorar en unos minutos. La puse cómoda sobre el brazo del sofá y elevando su cintura me ofreció su coñito apretado de vulva hinchada, no lo pensé y comencé a lamer ese coñito de abajo arriba abriéndole los pequeños labios vaginales apretados. Comencé a trabajarle su pequeña pepitilla haciéndola gemir, después le incrusté toda la lengua en su angosto conducto perforándola una y otra vez, para volver a comerme su clítoris. De esta manera a los cinco minutos la niña estalló en un orgasmo encantador, mojando todo su chochito. Le quedó tan lubricado que ya lo tenía preparado para iniciar la incursión definitiva…, me solté los pantalones y me los bajé de una, junto a los calzoncillos que aparte al lado del sofá, amarré con una mano mi rabo endurecido y con la otra la así del culito... le paseé el cirpote su raja partiendo de nuevo sus labios hasta que encontré la boca del conejito deseos de ser desflorado… muy suave enfilé la polla en su vaginita metiendo la cabeza…

-“Aprieta abuelo”. Me decía atenta a la operación.

-“Tranquila cariño, esto hay que hacerlo despacio”.

Puse el cipote entre sus nalgas mientras metía y sacaba mi dedo después de un rato aumenté un dedo más ella se retorcía del placer que estaba sintiendo. –“¡Ahgg! me gusta mucho abuelo”.

-“Bien Laura ahora vamos a probar algo más, pero necesito que te quedes quieta sino te va a doler”.

-“Está bien.

-“Bueno abre tus piernas y no las cierres”, le dije y empecé a puntear mi verga gruesa y totalmente dura en su rajita.

Presioné para lograr meter mi gordo glande sin lastimarla… era difícil, la tomé de la cintura e hice un poco más de fuerza hasta que logré meter la cabeza definitavamente…, ella se quejó un poco pero no dijo nada, templaba un poco, luego empecé a meter el resto de mi verga en su rajita. Debía de ser delicada con ella... El cuerpo tan pequeño de la niña en oposición a mío que le doblaba en envergadura debía de ser imponente para ella, la notaba nerviosa o asustaba ante mi fortaleza y el gran mostrenco que poseo de polla dispuesta a horadar su constriñida vaginita. Pero ella se prestaba valiente y me incitó a continuar. Pronto noté el tope, no había metido casi nada cuando sentí su himen y me detuve para verla. Estaba con los ojos vidriosos a punto de llorar pero no me importó, saque un poco la verga y la volví a meter fuertemente para romper la membrana de su himen…pegó un pequeño grito ahogado de dolor. No era la primera desvirgada por mi bálano, pero hacía tanto tiempo de aquello que me pareció una ricura sentir a mi nieta como la desfloraba concluyentemente para el resto de su vida..., para ella era un momento que jamás se olvida y se lo iba hacer muy bien. El recuerdo de su abuelo Fernando despojándola de su virginidad sería imborrable y por eso quise que me mirara a la cara justo en el momento de romper su telo...

-“Me duele abuelo ¡Sácamela…! Dijo mientras trataba de sacarse mi polla de su estrecha vagina, pero no la dejé, la tomé fuertemente de la cintura y le seguí metiendo más polla hasta que toco fondo en su pared vaginal… quedé quieto para que se le dilatara.

-“Ya está Laura, ya entró en tu rajita aunque no toda pero ahora viene lo mejor. Vas a sentir algo que te va a gustar mucho”, le decía mientras trataba de tranquilizarla para que se acostumbrara al cuerpo extraño que la pobre tenía dentro de su vaginita.

-“Vamos a empezar cariño”, ella se dejaba casi inerte a que la follase.

Empecé a bombear despacio sintiendo como sus paredes, totalmente estrechas, apretaban a mi tranca. Bajé mi mirada y vi un poco de sangre y empecé a bombear más rápido después de un rato ella empezó a gemir como loca, le lévate el culo sobre el sofá y la empecé a mover a mi antojo en círculo y de arriba abajo. Al rato era ella quien lo hacía ensanchando su vaginita… -“¿Te gusta Laura?”

 -“Sí abuelo ¡Aahh! me gusta mucho tu verga en mi rajita, quiero que me la des como a mamá y a la abuela”.

-“Está bien”

Cambiamos de posición, la puse como una perrita y la empecé a embestir más fuerte, no le clavaba toda la verga hasta los huevos como hacía con su madre, ella aún no tenía el coño tragón de su progenitora, pero a base de pollazos del abuelo Fernando tal vez lo consiguiera pronto. Ella entre tanto Gritaba de placer o dolor, no lo sé ni me importó mucho porque no se despegaba de mí pidiéndome más y más polla, ¡Mi objetivo era hacer de esa niña una mujer fuerte...una gran hembra! La follaba cada vez más duro. Sentía como su rajita aprisionaba mi verga y supe que estaba teniendo su primer orgasmo pero yo todavía no había terminado así que seguí bombeando tal y como estábamos. Metí un dedo por su ano a la par que seguía dándole por su coñito recién desvirgado. La saqué y la volví a enterrar en esa estrecha abertura, se quejaba pero no me iba a detener, logré meter la cabeza y luego incrusté el tronco tocando fondo. Seguí con un mete saca algo rápido golpeando con mi bálano su cérvix una y otra vez, no había esperado a que se acostumbrase el todo, así que ella empezó a quejarse sin querer sacarse mi verga, una buena señal. Bombeé más fuerte y más rápido y sentía que ya me corría así que aceleré más y cuando sentí que ya no aguantaría la embestí más fuerte enterrando mi verga en lo más profundo que podía expulsando mi leche dentro de ella…

-“Hija me estoy corriendo ¿Lo notas?” No decía nada solo jadeaba hiperventilando ¡A la niña había que desvirgarla como es debido!

Laura cerraba los ojos apretándolos más fuerte en cada aldabonazo de lefa que le impartía su útero, ella percibía la repetición de las convulsiones que hacían palpitar mi polla al eyacular los largos y espesos chorros de leche que la inundaban… cinco, seis y hasta un séptimo Chorretazos de Esperma fueron descargados sin piedad en su virgen vaginita. No le cupo toda con mi cipote enterrado dentro de ella, rezumaba lefa y más cuando saqué mi verga vi cómo había quedado de abierto su coñito con un grueso reguero de leche que se deslizaba por su raja camino del muslo o del suelo

-“¿Te ha gustado Laura?”

-“Sí abuelo mucho. ¡Quiero follar contigo todos los días así!”

-“Claro que sí mi vida, ahora que mamá está preñada tú vas a tener que ser la sustituya. Anda descansa que yo voy a ver a los animales… Tú vete a casa, aséate y reposa, te has portado muy bien, como toda una hembra”

-“Gracias abuelo”.

Me dio un beso y me fui orgullosa de haber cumplido con uno de los cometidos de toda mujer, me sentía realizada por completo. No sé si era dolor o placer, pero aguante como una loba, me caían lágrimas pero aguanté. Esa primera vez no fue muy agradable, sangré con la rotura del himen y no puede tragarme todo el pollón del abuelo, no obstante tenía la esperanza que después de unas cuantas veces mi coño fuera más acogedor… y sí, le cogí el gusto a la enorme polla del abuelo. Con 16 años follaba con él un par de veces a la semana, después llegamos a incrementarlo a un polvo diario, hasta que a los 22 me casé con un chico de Ciudad Real. Follé como una loca con mi abuelo, compartiéndolo con mamá y la abuela, todas disfrutábamos del semental…

Hasta hace unos meses, ya cumplidos mis 44 años me he tenido que conformar con follar con mi marido y con algún amante ocasional, a veces he llegado a pensar que soy ninfómana. He tenido tres hijos dos niñas mellizas que estudian en Madrid juntas, y un niño, Fernando, él es mayor fruto de una de las últimas inseminaciones que mi abuelo me propinó… Por lo visto de su polla solo salían niños. Aquel embarazo aceleró mi matrimonio con el chico que salía, Javier, hoy mi marido. Mi hijo Fernando está tan bien dotado como su padre, mi abuelo paterno. Aprobó las oposiciones a profesor el pasado año, y lo destinaron a Valdepeñas… aunque mi hijo está casado…, muy bien casado, una sola mujer se le queda corta, lo noté preocupado hasta que le conté mi historia con el abuelo y quien era su verdadero progenitor. Todo eso surgió porque en la siesta después de comer observé que se masturbaba ávido de sexo como su padre, le narré sus antecedentes y me ofrecí a aliviarle en la medida que podíamos hacerlo… así es que ahora tiene a su madre para suplir la carencia sexual que le impone su esposa.

Desde entonces mamá es follada casi a diario por mi Fer, menos los fines de semana y vacaciones que le echo mucho en falta, y todo ello gracias a que trabaja a menos de 10 minutos de casa en calidad de profesor en un IES Valdepeñas, se queda a comer conmigo, dado que la suya está a más de 30 minutos y a la hora que sale sobre las 14:30 le viene mejor comer en mi casa y después marcharse a media tarde a la suya. Además de hacerme compañía durante unas horas, antes de volver a casa… aprovechamos para follar. Cada día que lo hacemos se va desfogado de mi cama de matrimonio, donde follamos en ausencia de su “padre”, que trabaja en la misma empresa harinera donde trabajaba el abuelo Fernando…, y de esa manera contribuyo a la felicidad de su matrimonio y de mi hijo, a la vez que sacio mi falta de polvos con mi marido. Por supuesto Javier trabaja fuera todo el día, y de mis aventuras no sabe nada por discreción. Da un poco de pena ver lo inocente que es ante el desconocimiento de las fechoría de su esposa…cuando nos acostamos en las mismas sábanas en las que unas horas antes se han impregnado del sudor y fluidos de la madre y el hijo… incluso noto el aroma a Fer en mi almohada. Hay veces que me meto un dedo en mi coño y extraigo un poco del néctar que mi crío me ha dejado de recuerdo…. Como pueden imaginar me he olvidado de buscar amantes ocasionales en los supermercados y otros lugares, con mi niño y mi esposo estoy más que bien servida de orgasmos y esperma. Con la crisis de los cuarenta encima me alivio de esta manera tan morbosa que me excita cada poro de mi piel, y es que con mi niño es un no parar de follar a pelo cuando estamos juntos en plena intimidad... Pero mejor volvamos a aquellos años ochenta…

Mi nuera dio a luz un niño precioso, y se ligó las trompas aprovechando estar en el hospital, ya había tenido dos hijos y estaba segura que la dejaría de preñarla si no ponía algún impedimento. Desde que tengo conocimiento he sentido una tremenda atracción por un buen par de firmes y bien formadas tetas llenas de leche materna. Me pasó con mi esposa y ahora con mi nuera. Esta atracción debió empezar el primer dí­a de mi vida y aún hoy dí­a sigo sintiéndola. Mi nuera es una preciosa rubia con unas medidas de ensueño para ser una madona, no como esa chiquillas enclenques de pasarela que dicen ser modelos, ella es toda una hembra en una espléndida forma fí­sica. Hace unos meses tuvimos nuestro primer hijo. Dos días después de su nacimiento, Carmela volvía a casa junto con el niño dando signo de su fortaleza como mujer. Una esas noches en casa, cuando acabó de dar de mamar al pequeño, decidí­ preguntarle algo que siempre había deseado saber.

-“Carmela”, le dije “¿Que sientes cuando das de mamar al niño?”

-“No te lo vas a creer papá, pero…” empezó a decir. “La verdad es que es algo muy excitante. Hay incluso veces que, cuando acabo, tengo el coño empapado por la excitación”

-“¿En serio?” le pregunte asombrado.

-“Si­, completamente en serio, dijo… De hecho, ahora mismo estoy excitadísima… ¿No te gustaría que te chuparme las tetas un poco? Estoy a punto de reventar. Me encantaría probar tus ubres llenas de leche.”

Ella tenía las tetas a punto de reventar después de escuchar aquella proposición hecha por mí. No podía creerlo. Casi se me sale la polla de los pantalones con solo pensarlo. Rápidamente, me puse a su lado y ella descubrió sus tetas ante mi hambrienta lengua. Me quede allí­ quieto, fascinado, durante un momento y luego empecé a lamer suavemente su areola. Sentí­ que la piel de sus tetas estaba más tirante de lo que nunca antes había estado… Ajuste mis labios a ella y, al empezar a chupar y succionar de su pezón… la leche comenzó a fluir de sus enormes pezones. ¡Estaba en la gloria! Carmela se metió dos dedos en el coño y recogió con ellos un poco de su dulce néctar que a continuación llevo a mis labios. Vaya combinación… la mejor leche del mundo y la miel más dulce. Extraje mi polla de los pantalones y la puse delante de la experta boca de Carmela… Lentamente, se metió el capullo en la boca y sacudió la lengua por toda su extensión para extender de transparente saliva mi gorda polla. Lentamente, bajo la cabeza hasta que tuvo mi miembro enterrado en lo más profundo de su garganta… Luego, con la misma suavidad con que se la había tragado y tras un nuevo giro de su lengua, empezó a bombear mi polla dentro y fuera de su boca. Mordisqueaba la base de mi verga y luego la deslizaba fuera hasta dejar el capullo entre sus labios, el cual chupaba con toda el ansia que yo era capaz de soportar. Justo cuando iba a dar rienda suelta a una tremenda descarga de semen en su hambrienta boca, la apartó de mí­.

Túmbate de espaldas, le pedí, casi sin aliento. Colocando mi latiente polla entre sus tetas, empecé a moverla de atrás a adelante. Mi nuera apretó sus dos repletos globos carnosos contra mi miembro viril, proporcionándome una magni­fica cubana. La punta de mi polla entraba en su boca lo justo para que me diese uno o dos rápidos lametones, y luego retrocedía de nuevo quedando fuera de su alcance. Carmela comenzó a masajear sus tetas y noté esa sensación familiar en los huevos. La leche materna empezó a fluir de sus pezons, lo que hizo que mi polla se deslizase cada vez más rápido por entre sus magníficas ubres de madona, cubiertas del precioso y blanco líquido de sus mamas.

-“Córrete ahora, cariño… ¡Vamos a abuelo regálame una buena lechada de las tuyas!”, me suplicó al tiempo que mis movimientos se hacían cada vez más rápidos.

El espectáculo que había ante mis ojos unido a las palabras de mi nuera fueron demasiado para mí­.

-“¡Me corro Carmela, me corro!” comencé susurrar entre jadeos.

-“Chúpamela más rápido, Carmen… Chupa, chupa… Ahora, cariño… ¡¡¡Ahora!!!”

Me asió de los huevos y comenzó a mamarme el glande con avidez, su boca se cerraba hermética alrededor del capullo y de pronto salió el primer Chorretazo de engrudo a su paladar, le atoré la garanta con el segundo tercer chorro de esperma espeso, los primeros tres sueles ser muy largos y grueso, pero ella los recibió generosamente sin desperdiciar una sola gota… se bebió hasta la última pizca y luego lamió los borbotones de esperma que manaban levemente del conducto uretral, acumulándose por el gran agujero de mi capullo, dejándolo limpio y reluciente. Para mi sorpresa, continuo chupándomela suavemente, lo que hizo que volviese a excitarme rápidamente, listo para una nueva sesión de sexo oral. La cuarentena me impedía follarla, sin embargo mi esposa me recibió dispuesta a acabar lo que Carmela había iniciado. Cuando acabó aquella noche, todos menos la niña estábamos más que satisfechos sexualmente de lo que habíamos estado desde hacía meses.

Continúa... 

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