miprimita.com

El chalet nudista.

en Orgías

Corría el año de 1991 y yo me encontraba a pocas semanas de cumplir 15 años. En aquel entonces no lo sabía, pero mi experiencia de la pubertad y la adolescencia sería diferente que del resto de los chicos de mi generación. ¡¿La razón de esto?! MIS PADRES. Verán, yo nací siendo hijo de una pareja hippie anacrónica que vivía en comunión con la naturaleza, disfrutando de una vida saludable en comuna…, mis padres le entraron muy duro a esa onda de los hippies a finales de los 70’s, y a consecuencia de eso nací yo…tiempo después decidieron casarse por lo civil. Por causa de tener una familia, mis padres fueron los primeros de su círculo de amigos en alejarse de ese estilo de vida, pero al igual que ellos, todos terminaron sentando cabeza y se establecieron según sus idealismos se los permitieran. Como sea, para ya no andar con más rodeos iré a lo que nos compete. En aquel verano del 91 mis padres recibieron la invitación de unos de sus antiguos amigos (Flower Power) para pasar un fin de semana en su casa de la playa, como podéis imaginar aquellos naturistas ahora eran unos reconvertidos Pi-Hipees (Pijos-Hipees).

Cuando yo lo escuché me pareció emocionante porque hacía meses sin ir a la playa, dado que por cuestiones de trabajo mis padres tenían abandonado el adosado de la playa donde solíamos ir de vez en cuando, incluso en invierno a hacerle arreglos o a pasar el fin de semana…, pero mi madre se mostraba reacia a que fuéramos, o más bien que yo les acompañara. Al principio no entendía por qué mi madre no quería que fuera con ellos, siempre se las apañaban para dejarme con mis abuelos para marcharse con sus amigos solos…,  pero por causa de no poder acomodarme a última hora con nadie que me pudiera cuidar, dado que mi abuelos estaban de viaje del INSERSO, se vieron obligados a ir conmigo (al parecer eran amigos tan cercanos que rechazar la invitación no era una opción). Entonces camino a la playa, que se encuentra en algún lugar del sur de Almería, mi padre fue quien me explicó lo que sucedería y entendí por qué mi madre no quería que yo fuera. Pues resultaba que se trataba de una reunión de amigos nudistas, donde practicaban el despelote sin pudor alguno en el chalet de los anfitriones con la playa colindante nudista donde todo el mundo se mostraba en bolas…, sí de esas en las que toda la gente anda completamente sin ropa, desde los niños hasta los ancianos. Mi padre me explicó eso del rollo nudista muy hipee vinculado con el amor libre y la comunión con la naturaleza y todo eso, y mientras hablaba conmigo iba tratando de convencer a mi madre que no era tan mala idea…

-“el chico ya no es un niño”, “tarde o temprano se va a enterar de cómo es su cuerpo y el uso que le puede dar…, mejor que lo haga bajo nuestra supervisión. El cuerpo humano no es nada de qué avergonzarse…”

Argumentos que ahora que lo pienso me dan a entender que mi viejo nunca perdió la esperanza por completo de  realizar el viaje, no sé si me entienden. Conforme nos acercábamos a nuestro destino entramos a una zona residencial, estilo “privada” pero sin caseta de seguridad. No había gente en las calles, imaginé que estarían en sus casas o en la playa. Nos detuvimos en la entrada de la cochera de una casa estilo ibicenco, recuerdo que había un árbol muy grande en el patio. Como sea, mi madre se notaba intranquila y al llegar sólo se dejó un traje de baño negro de dos piezas, que no es por nada, pero a sus 35 años aun lucía muy buen cuerpo, con un poco de pancita pero nada que se viera mal. En cambio mi padre al bajar del coche se quitó el bañador y la playera que traía puestos, y dejó su cuerpo al descubierto por completo. Yo aún seguía en el coche un poco nervioso por la incertidumbre de aquella nueva experiencia, y mi madre con una expresión compresiva desde la ventana me dijo…

-“Hijo, lo de andar desnudo en este lugar es completamente opcional, si no quieres o no te sientes cómodo no tienes por qué hacerlo. Puedes quedarte con el bañador puesto igual que yo, ¿ves?

Al decirme esto me relajé un poco, pero el nerviosismo regresó en cuanto bajé del coche, pues vi venir a la pareja de anfitriones saliendo de la casa, y claro, estaban en pelotas. 

¡Eh Guti! Dijo mi padre.

¡Eh Paco!, ¡Qué pasa cabrón!, cuanto tiempo sin verte, te has puesto fuerte como un verraco… ja ja ja…, le respondió este señor mientras se daban un abrazo y se saludaban después de años sin haberse visto.

Mi madre fue con la esposa de este señor, y se saludaron de una manera menos efusiva pero igual de cálida. Yo al verlos, no puedo decir que me sorprendí, más bien fue como una mezcla rara de admiración y vergüenza al verlos como iban desnudos con tanta naturalidad. Lo primero que noté fue que la señora iba rasurada por completo, lo cual me pareció extraño porque a esa edad nunca hubiera imaginado que la gente se depilase su vello púbico… su piel era morena inmaculada, pero un poco quemada por el sol, y sus tetas grandes colgaban notablemente más que los de mi madre, supongo que por no usar sostén…, poseía un coño impresionante con una raja enorme de donde sobresalían unos labios internos carnosos. Cómo sea, tuve que salir de mi estupor porque mi padre me asió del brazo para que saludara y conocer a sus amigos más de lo que hubiera querido. El señor Guti me pareció un hombre del neandertal, fuerte, cuadrado con vello no muy espeso y la entrepierna rasurada muy bien arreglada… se notaban que cuidaban los detalles de su cuerpo con ejercicio y cuidados dérmicos, bastante más que mi padre.

Nos pasaron a su casa, y nos acomodaron, ahí estaban sus hijos una niña de 6 años y un chaval adolescente de 17 años, por supuesto iban desnudos por completo igual que sus padres. Entonces escuché algo que me dejó más incómodo aun, faltaba que llegara otra familia más. No sabía qué hacer, si ya me sentía muy raro de tan solo ver a esta pareja desnuda todo el tiempo ya se me hacía mucho, y ahora ver a mucha otra gente que no conozco, ¿y durante tres días? No sabía cómo tomarlo, así que me quedé sentado en el sofá de la sala de estar. Al menos noté que era una casa grande y eso me tranquilizó. Pero pronto fueron llegando los demás invitados, que eran vecino de la urbanización y no tan pudorosos como mi madre y yo. Llegaron puntuales unos diez minutos después de nosotros. Esta pareja tenía tres hijos, un niño de 5 años y dos niñas de 8 y 12 años…  lo peor de todo es que no había chicos de mi edad con quien hablar para adaptarme un poco. De los chicos yo era el segundo mayor con dos años de diferencia con Sergio de 17 que era el mayor de todos…, dos años no parece mucho pero a esas edades en muy sustancial, y por debajo estaba Cynthia con 12 años… más de lo mismo y además mujer.

Me fijé en Sergio como modelo de mis acciones, por estar más cercano a mí estatus de género y edad… observé que el chaval andaba con la verga a medio despertar…seguro que por el espectáculo de tetas y coños por todos lados. Un poco avergonzado en un rincón me fijaba en la niña llamada Cynthia que acaba de llegar, una chiquilla delgadita con casi nada de forma en su cuerpo, lo natural a su edad, solo destacar sus tetitas puntiagudas en formación con unos pezones sobresalientes hinchados que coronaban los conos que formaban sus tetas, su culo era pequeño pero bien formado en dos nalgas redonditas y unas piernas muy largas…, por supuesto iba desnuda y el coñito completamente depilado, este era básicamente una rajita que partía su entrepierna como si fuera un tajo de hacha, un chochito más cercano a los coñitos infantiles de las otras niñas que los maduros de nuestras madres. Después de ella las edades se desplomaban por debajo de los 8 años, así que no sabía hacia qué lado arrimarme. Por lo que yo seguía incomodo, y me cohibí mucho, al grado de que no me levanté del sofá durante un largo rato, viendo la tele. Mi estómago estaba un poco revuelto, estaba nervioso, y por causa de todo este malestar no me había dado cuenta de que también estaba excitado. Pasó la hora de la merienda, los ánimos fueron subiendo, los niños jugaban a sus juegos y los adultos ya habían comenzado a beber, reír y jugar a las cartas en el patio junto al jacuzzi. Sergio se había marchado a la playa, probablemente a ver qué se conseguía. Yo me encontraba en la sala de estar, donde estaban todos los demás niños jugando. Seguía sentado sin hacer nada, y Cynthia lo notó y se me acercó…

-“¿Por qué estás sentado?” Me preguntó. ¿Te sientes mal?”

-No, estoy bien”, le dije. “No pasa nada”.

Ella se me quedó viendo a los ojos dudando. -“¿Estás triste o incómodo?”

-“No, no me pasa nada”, le repetí.

-“¡Entonces ven a jugar con nosotros!” Me dijo, y me arrastró hacia ellos, no recuerdo qué estaban jugando, estaba muy distraído como para involucrarme, y después de unos minutos Cynthia me pregunta… “Oye ¿por qué no te quitas tu bañador?”

-“¡¿Eh?! Es que… no sé, me da corte…”, le dije ruborizado.

-“¡No tengas miedo!” Me dijo… “Aquí es natural ir desnudos… todos andamos sin ropa todo el día… en casa, en el súper o en la playa”

-“¡No, no todos…! Mi madre tampoco está desnuda, le dije con molestia, entonces ella se giró hacia la mesa de jardín donde estaban los adultos pasándoselo bien y señalando a mi madre me dijo…

-“Mira, tu madre también se quitó la ropa”, yo giré al oírla y en efecto mi madre andaba desnuda también, o por lo menos en topless, según lo que alcanzaba a ver pues estaba sentada y no se podía ver de cintura para abajo… “¿Es que no te da más vergüenza ser el único con ropa aquí?” Dijo Cynthia, y de alguna manera me calaron esas palabras, pues ya no tenía el resguardo de mi madre de defenderme para ser el único vestido, entonces ella tomó mi bañador de los costados y lo comenzó a bajar, yo rápidamente lo tomé y la detuve de continuar bajándolos. “¡Anda chico, no tengas miedo, te va a gustar!” Dijo casi suplicándome, viéndome tiernamente con sus ojitos café claro.

No sé qué fue lo que me motivo, pero al verla de rodillas tirando de mi bañador me hizo desistir y dejé que me lo quitara, en eso saltó mi cipote de unos 16 cm que estaba bien tiesa con todo el prepucio remangado dejando el glande libre…, poseo un capullo a modo de seta y la polla me parece respetable para mi edad… la controlo en su medidas un par de veces al año y he descubierto que desde los 12 años, cuando me hice la primera paja, ha crecido 4 cm, o sea un centímetro por año y si se dice que nos crece hasta los 22 años, me figuro que de adulto tendré un buen pollón. A Cynthia le quedó justo en frente de su cara y sus ojos brillaron al verlo. Rápido salió de su asombro y me invitó nuevamente a jugar. Y seguimos jugando junto a los demás niños como una media hora a la “Play Station”, pero yo tuve que detenerme porque sentía mi corazón palpitando muy rápido. Regresé al sofá a tomar un poco de aire, observé mi verga palpitar… tensa y cierto dolor en los huevos, la tenté con mis dedos índice y mi pulgar… joder noté muy dura, más de lo normal y mis huevos que por el calor estaban colgantes, cada vez que me sentaba se golpeaban contra el asiento dándome un poco de dolor placentero. En eso al fondo vi a Cynthia observándome cómo me palpaba, yo me ruboricé y sólo atine a tomar una posición semi-fetal para ocultar mi erección recogiéndome las piernas. Ella sonrió, se levantó y fue hacia mí…  

-“¡¡Anda, déjame ver!!” Me dijo mientras trataba de desdoblarme. No puse mucha resistencia, sus manitas tocando mi piel caliente me hizo sentir electricidad recorriendo mi espalda y nuca. Me estiré en el sofá y dejé que Cynthia me viera de cerca….

-“Estás muy empalmado, y durante mucho tiempo, y eso no es bueno. Lo sé porque mis padres me han contado muchas cosas sobre el sexo masculino y prácticamente lo sé todo… A mí también me pasan cosas parecidas en mi coñito”, me dijo mientras reía con inocencia y picardía a la vez, y se llevaba una mano a su vaginita y tras tocarse afanosamente me la acercó… “¡Ves yo estoy mojada! Nosotras lubricamos para que vuestra polla entre mucho mejor dentro sin hacernos daño…”.

Me enseño dos de sus dedos completamente empapados. Lo primero que pensé era que se había orinado, pero no me dio asco, más bien me hizo interesarme en su cuerpo. Entonces ella comenzó a recorrer mi cuerpo con sus manos, y me hacía estremecerme de placer, ella se reía cada vez que yo me retorcía, y claramente le gustaba causarme todo eso. Entonces se detuvo en mi tensa polla que se movía palpitando… la tocó con cuidado a modo de curiosidad, se acercó para olerla… yo estaba que me volvía loco por lo que veía y por sentir su cabello acariciando mi vientre. En eso los adultos se levantaron de la mesa del patio trasero de la casa y se metieron en el jacuzzi, las persianas estaban entre cerradas así que no dejaban ver con claridad a través de la ventana, por lo que me tranquilicé de lo que pudieran decir mis padres si me encontraban con Cynthia en semejante situación…

-“Sabes Xavi, me encanta el olor de la polla de los hombres, me pone la piel de gallina y no sé porque es. Cuando baño a mi hermanito, antes de hacerlo me gusta recrearme oliéndole la picha, pero no es el mismo olor a macho de la de mi padreo o la tuya…, el aroma de la de papá me pone hasta cachonda”.

-“¡¡Pero es tu padre!!”

-“¡¿Y qué?! En casa disfrutamos de nuestros cuerpos sin tabúes… ¡¿Acaso en tu casa no sois así…?!”

-“Pues no tanto…yo no le he olido el coño a mi madre, es más aun no se lo he visto”.

La chica se echó a reír, entonces me comenzó a decir que en su casa se aleccionaba de manera clara, abierta y científica sobre el sexo, el cuerpo humano y las razones por lo que no debemos avergonzarnos de lo que sentimos y porqué mostrarnos receptivos a los sentidos…

Debemos tener claro que cuerpo y mente constituyen un todo integradoy que no existe ninguna división entre las partes. Desde la niñez los procesos madurativos van formando gradualmente las imágenes del cuerpo y sus posibilidades, lo cierto es que los procesos biológicos y mentales no siempre van a la par. Eso es porque el deseo de follar se convierte en una fuerza imperiosa durante la adolescencia, o sea nuestra edad, y eso es porque se incorporan los cambios corporales adaptándose al entorno. “La percepción y las emociones se abren a un mundo nuevo que incita a conquistarlo”. Estamos en una etapa donde mandan los genitales de la mano del deseo sexual dominando todo nuestro cuerpo. Antes las cosas no eran fáciles, pero gracias a que nuestros padres pertenecen a una generación más libre, rompieron con las normas rígidas de la mentalidad de antaño. Parece que haber sido hipees nos favorece, pero no siempre es garantía para lograr transmitir la rica experiencia del sexo con la libertad y los conocimientos que esa comunicación merece. Porque aún hay mucha ignorancia, mitos que prevalecen, tabúes y prejuicios. Por eso mis padres me ha educado en una libertad sexual total para evitar que tenga la ansiedad por saber algo más sobre sexo y buscarlo en otros ámbitos cuando en el hogar no se obtienen respuestas, o los mensajes están sesgados por género… ¡¡Lo jóvenes necesitamos respuestas!! En mi casa se ha evitado eso de… "Eres mujer, pregúntale a mamá que te explique", o "No hagas eso, yo sé por qué te lo digo" y "¿me quieres contar qué te pasa?" Que son las típicas frases que solemos recibir cuando decidimos hurgar en casa lo que nos pasa. Los adultos se centran en el sexo como un algo moldeado con ciertas reglas donde el sexo no tiene sentido porque necesita de la mente.

-“Mira Xavi… Si somos individuos y somos únicos y no existe otro sujeto igual a nosotros… ¿Por qué entonces, algo tan íntimo y personal como la sexualidad debe ser controlada por las leyes…?

…Debemos hacer lo que nos apetezca con nuestro cuerpo, por eso es solo nuestro. Por todo ello, mis padres me han quitado todos los temores, tontas creencias y mitos con que los adolescentes entramos en el mundo del erotismo, dándome a conocer los errores de la educación sexual oficial. A mí esas recomendaciones del instituto no me llegan… es más importante hacernos ver que nuestro padres están abiertos a hablar de lo que necesitamos, por eso en casa se ha creado un ambiente de confianza, en donde puedo disipar todas mis dudas.

Según me han contado los adolescentes debutamos en el sexo desvirgándonos entre los 15 y 16 años, y sin condón. A mí me desfloraron a los 15 años, soy una chica muy adelantada. Me follaron a pelo y me llenaron a tope de esperma mi estrecho coñito… ¡Debo sincerarme que fue una experiencia muy bonita! No como otras chicas que lo hacen forzadas por la necesidad de pertenencia al grupo, eso le lleva a conductas que no son 'pensadas'… lo de “hay que hacerlo porque todas lo hacen”. El deseo sexual tiene sus urgencias, lo sabemos todos,  sin embargo la ansiedad por no sentirse diferente a los demás suele ser mayor y cometemos el error de dejarnos preñar por cualquiera. Todo ello porque a nuestra edad deseamos probar las capacidades amatorias, saberse seductores, descubrirnos, y por qué no, compartir las experiencias con los grupos de amigos. Sin embargo, existen diferencias en la forma de encarar los comienzos de la vida amorosa. Otra tontería es que los machos sois muy temerosos y os subestimáis al creer que debéis complacer a las hembras. Mientras que las hembras encubrimos los miedos bajo una apariencia de seguridad, seducción, confianza en sus cuerpos vigorosos, reproduciendo los modelos que los medios de comunicación imprimen en la subjetividad femenina, aún desde muy pequeñas.

Tras más de diez minutos dándome una charla muy instructivasobre la sexualidad, sus beneficios y porque no debemos avergonzarnos de nuestros cuerpos…. entonces ocurrió lo que era de esperar. Al no haber adulto viéndonos me sentí más relajado intentando interiorizar todo el convincente discurso de Cynthia, en tanto me vio receptivo se atrevió a decirme…

-“¿Me dejas sentarme sobre tu polla?

Me sorprendí muchísimo por la insinuación que me estaba haciendo, ya había tenido varias charlas con mi padre sobre cómo se hacían los bebés, y la explicación de la chica lo reforzó haciéndome ver la estupidez de los prejuicios y los beneficios de la libertad sexual… todo ese discurso no daba a entender bien, y por tanto jamás supe lo bueno de la parte físico-anímica en donde estaba realmente el placer de por medio…. Aun así era algo que yo tenía catalogado como “sólo para adultos”, y de repente caí en la cuenta que seguíamos en la sala donde los demás niños completamente desnudos claro, estaban jugando al fondo sin parar de disfrutar de sus cosas. No le respondí, sólo atiné a tratar de levantarme del sofá y apartarme de ella, pero ella supo muy bien hacerme cosquillas para que callera sentado de nuevo. Y de nuevo me miró con sus ojitos suplicantes diciéndome….

-“Anda ¡¿sí?! Te aseguro que te va a gustar mucho…”, me dijo sabiendo muy bien lo que hacía…. Por los niños no te preocupes, están acostumbrados a ver a sus padres follar delante de ellos….  

-“Me Preguntaba qué habrá visto, y qué le habrán hecho para que supiera tanto y tan bien lo que es el sexo del macho y de la hembra con tan solo 12 añitos”.

-“A Micaela que solo tiene 8 añitos, le faltan muy pocos para su debut. Se hacen apuestas para saber quién será el macho que la desflore…

Completamente enajenado y sometido a los impases de la niña me quedé sentado con toda polla inhiesta mirando al cielo del techo con un dolor que me empezaba a preocupar. Cynthia no esperó a que le respondiera, sólo se subió sobre mis piernas poniendo las suyas a cada lado de mis muslos, y todo ello sin dejar de tocarse el conejito impúber, una vaginita rosadita y húmeda mientras se alineaba a mi cipote endurecido con la otra mano a fin de enfilar en su rajita mi orondo capullo. Yo en un principio me preocupé por los niños que fueran a decir algo, pero en cuanto sentí la entrada de su vagina en la punta de mi rabo me desconecté de mi alrededor como cuando te pega un chiscado haciendo cortocircuito en todo tu cuerpo. Comencé a sentir su humedad y su calorcito envolviendo mi bálano, ¡Fue una experiencia maravillosa! tardó un poco en entrar, estaba muy apretada, pero cuando por fin entró todo el gordo capullo… dejó caer su peso y exclamó con un gemido –“¡Ahh!” De alivio, mientras yo lo hacía de placer. En eso empezó a moverse, primero despacio, haciendo movimientos circulares, a mí esto me desorbitaba los ojos de placer. No me atrevía a agarrarla del culo por si fastidiaba el momento, mi falta de experiencia atenazaba mis instintos, así que sin saber bien qué hacer me lancé camicace y la tomé de su cadera para ayudarle a moverse…, para mi alivio lo tomó gustosamente, luego comenzó con el mete saca mientras ambos nos entregábamos a la sensación de su vagina abrazando mi verga.

Presté atención por un instante a los niños que jugaban cerca de nosotros siguiendo a su rollo como si aquel ejercicio de apareamiento constituyese una rutina para ellos. Así que yo me entregué a hacerle el amor a Cynthia o ella a mí más bien. Pero tampoco diríamos que aquello era “Hacer el Amor” para la niña, más bien era fornicar y satisfacer al cuerpo y mente disgregando los sentimientos de aquel acto… simplemente era aparearse como animales, ninguna diferencia con la naturaleza más salvaje. En frente de mi cara se movían sus dos tetillas firmes de inflamados pezones a las que me animé a chupar y a mamar cual bebé hambriento, ella se regocijaba por mi iniciativa. Percibía el roce de sus paredes internas presionando mi capullo repleto de sensaciones tan vivas que no eran comparables a ninguna paja por muy intensa que esta hubiese sido…, me hacía estar en una nube golpeando con su chochito mis pelotas en cada sentada. Su espalda se arqueó formando un espacio entre nuestras barrigas dejándome ver como mi verga partía en dos su rajita de niña impúber…, no era un sueño sino la realidad por mucho que todas esas conmociones me elevaran al éxtasis.

 Su cadera se movía perfecta procurando meterse todo el tallo hasta las pelotas, para luego extraerla sin dejar escapar mi glande dentro de su chochito… así una y otra vez durante unos minutos que me parecieron pocos, porque de pronto la sacudida de placer se hizo más intensa. Me notaba acumulando mucha energía en mi vientre, un candor intenso de gusto saliendo de mis testículos…, algo ya imparable intentando salir de mí…. Y justo antes de explotar dentro de Cynthia escuché a mi madre…

-“¡Xavi…Pero qué carajos estás haciendo!, ¡Suelta a esa niña inmediatamente!”

Continúa...

Mas de TrovoDecimo

Mi esposa desea un HMH con su hijo

La edad de la inocencia

El chico del jardín

Disfrutando del caldo caliente de las abuelas.

El calor de Candela

Mi hermana Teresa

Conociendo a mis suegros

Ayudando a mi Hijo

Mi Padre

La empleada del Sex-Shop

¡Te tienes que follar a mi madre!

La noble perversión de mi esposo

Mi hijo me quitó las...

La viuda alegre. Mi madre

Mis días de perros

El Grado superior

Gym Unisex

Resarcimiento Familiar. Epilogo

Una cena familiar

La culpa... un Gen recesivo afín

El hombre de la casa

La Chica de la Curva

Descubrí a la Zorra de mi Madre. 4ª parte

Descubrí a la Zorra de mi Madre. 2ª parte

Descubrí a la Zorra de mi Madre. 3ª parte

Deseo aprender con mamá… el final.

Deseo aprender con mamá… el inicio.

En mi etapa de profesor uterino...

En mi etapa de profesor uterino... 3ª parte

En mi etapa de profesor uterino... 2ª parte

Purificación. El error de una joven adultera

Purificación. El despecho de una joven adultera

Una putita de vergas maduras. 5ª parte

Una putita de vergas maduras. 4ª parte

Una putita de vergas maduras. 3ª parte

Una putita de vergas maduras. 2ª parte

Una putita de vergas maduras

Reventando a Doña Carmina. 4ª parte

Reventando a Doña Carmina. 5ª parte

Reventando a Doña Carmina

Reventando a Doña Carmina. 3ª parte

Reventando a Doña Carmina. 2ª parte

Una vida fuera de lo común... 3ª parte

Una vida fuera de lo común... 2ª parte

Una vida fuera de lo común...

El gran verano con mamá...

Madres Prematuras. (4ª Parte)

Madres Prematuras. (3ª Parte)

Madre Prematuras. (2ª Parte)

Madres Prematuras

De beata a infiel haciéndome un Belén (2ª Parte)

De beata a infiel haciéndome un Belén (3ª Parte)

De beata a infiel haciéndome un Belén

El día de la Madre

El día de la Madre (Parte 3)

El día de la Madre (Parte 2)

La insospechada carestía de Mamá (Parte 3)

La insospechada carestía de Mamá (Parte 2)

La insospechada carencia de Mamá.

En un hospedaje rural.

En un hospedaje rural. (Parte 2)

Mis vecinas de Puente Viejo. (Parte 2)

Mis vecinas de Puente Viejo. (Parte 3)

Mis vecinas de Puente Viejo.

Una jovencita con necesidad de atención. (Parte 5)

Una jovencita con necesidad de atención

Una jovencita con necesidad de atención. (Parte 4)

Una jovencita con necesidad de atención. (Parte 3)

Una jovencita con necesidad de atención. (Parte 2)

Las clases particulares de Mónica

Ardientes Musas que me inspiran. (Parte 3)

Ardientes Musas que me inspiran. (Parte 2)

Ardientes Musas que me inspiran.

El remedio de papá.

Mis profes favoritos y Papá.

Mis profes favoritos y Papá. (Parte 3)

Mis profes favoritos y Papá. (Parte 2)

Mis profes favoritos y Papá. (Parte 4)

La Tentación vive en casa.

La Tentación vive en casa. (Parte 3)

La Tentación vive en casa. (Parte 2)

Mi hermana Teresa.

Mi hermana Teresa. (Parte 2)

Combatimos el calor sin ropa. Hijo

La hija de mi pareja.

La hija de mi pareja. (Parte 2)

Combatimos el calor sin ropa. Madre

Conexión con mi hijo en Shanghái.

Como un domingo cualquiera con papá. (Parte 4)

Como un domingo cualquiera con papá. (Parte 5)

Como un domingo cualquiera con papá. (Parte 3)

Como un domingo cualquiera con papá. (Parte 2)

Como un domingo cualquiera con papá.

La lasciva vida de una maestra de escuela. 4

La lasciva vida de una maestra de escuela

La lasciva vida de una maestra de escuela. 2

La lasciva vida de una maestra de escuela.3

Las secuelas del Chalet nudista. (Parte 3)

Las secuelas del Chalet nudista.

Las secuelas del Chalet nudista. (Parte 2)

El chalet nudista. (Parte 2)

El chalet nudista. (Parte 3)

El remedio de papá. (Parte 4)

El remedio de papá. (Parte 2)

El remedio de papá. (Parte 3)

La semilla del abuelo Fernando. (Parte 6)

La semilla del abuelo Fernando. (Parte 7)

La semilla del abuelo Fernando. (Parte 5)

La semilla del abuelo Fernando. (Parte 8)

La semilla del abuelo Fernando. (Parte 3)

La semilla del abuelo Fernando. (Parte 2)

La semilla del abuelo Fernando

La semilla del abuelo Fernando. (Parte 4)

Mis traviesas vecinas. (Parte 2)

Mis traviesas vecinas. (Parte 3)

Mis traviesas vecinas

Vacaciones en el Camping. (Parte 3)

Vacaciones en el Camping. (Parte 2)

Vacaciones en el Camping

De vuelta a casa del camping. (Parte 3)

De vuelta a casa del camping

De vuelta a casa del camping. (Parte 2)

Mi platero y Yo

El emprendedor. (Parte 2)

El emprendedor

El emprendedor. (Parte 4)

El emprendedor. (Parte 5)

El emprendedor. (Parte 3)

Alicia y el abuelito

Alicia y el abuelito. (Parte 3)

Alicia y el abuelito. (Parte 4)

Alicia y el abuelito. (Parte 2)

La ardiente hija de un camionero. (Parte 5)

La ardiente hija de un camionero. (Parte 1)

La ardiente hija de un camionero. (Parte 3)

La ardiente hija de un camionero. (Parte 2)

La ardiente hija de un camionero. (Parte 4)

De cómo me preñaron de mis dos hijos. (Parte 3)

De cómo me preñaron de mis dos hijos. (Parte 2)

La prima de riesgo. (Parte 2)

De cómo me preñaron de mis dos hijos. (Parte 1)

La prima de riesgo. (Parte 4)

La prima de riesgo. (Parte 1)

La prima de riesgo. (Parte 3)

Todo queda en casa

Volviendo a sus orígenes. Parte 5

Volviendo a sus orígenes. Parte 2

Volviendo a sus orígenes. Parte 3

Volviendo a sus orígenes. Parte 4

Volviendo a los orígenes. Parte 1