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Como un domingo cualquiera con papá. (Parte 5)

en Amor filial

Ya era marzo, el frío invierno rebasado y laprimavera lo empezaba a inundar todo de floreciente vitalidad… como era costumbre, ese fin de semana no tuvo nada que envidar a otros tantos anteriores follando antes de desayunar... una vez que la niña dio por acabada la sesión mañanera, se arreglaron y se marcharon a recorrer los alrededores, y después de pasar tranquilos el resto de la mañana y comer a la orilla del lago, alargaron la sobremesa… -“¿Y qué planes tienes para esta noche?”

-“Aún no conozco a casi nadie por aquí”.

Así era, Fernando llevaba algo menos de un año por motivos laborales viviendo en esa pequeña localidad, después de haber vivido en la cuidad de Oulu. El trabajo le absorbía gran parte del tiempo del día, una media de 11 horas y no tenía más conocidos que los compañeros de trabajo con quien no deseaba mediar también en su tiempo libre…, solo conocía a unos cuantos vecinos, pero no con la suficiente confianza como para pasar una tarde de charla.

-“Sorpréndeme, me da mucho morbo salir contigo en plan novios. Nadie sabrá que somos padre e hija, máxime estando preñada…porque ya se me nota un poco la barriguita”.

-“Es una idea arriesgada, pero me gusta. Eres un pozo de morbo Paula, me da más que cuando hablabas con tu madre”.

-“Y a mí también. Se me ocurrió anoche después de la enculada que me distes…, aquí podemos ser lo que queramos y yo me considero tu esposa… porque una hija por muy traviesa que sea, nadie piensa que pueda estar preñada de su padre, pero una esposa sumisa a los deseos más instintivos y básicos de su marido, SÍ”.

-“Pues lo repetiré siempre que te inspire estas ideas. Me encanta tu culo blanquito y redondo”.

-“Puedes llamarme por mi nombre incluso”.

-“Diré que eres mi joven amante latina que está perdida por mis huesos”.

Después de la cena Paula apareció radiante. Llevaba un vestido blanco con motivos dorados de tirantes finos que se ajustaba a su cuerpo por encima de las rodillas. Con la melena suelta.

-“Buf buf Paula”, que guapa estás”.

-“Es que una lo es y Tú eres un macho que solo sabe hacer hijas bonitas”.

Aprovechó y le acarició su culo firme por encima del vestido ajustado. -“Ahora no cariño”, dijo sonriendo y se pasó la mano por la panza dando a entender que estaba llena fruto de sembrar su semilla en su vientre… o que tenía hambre.

-“Pues vámonos a un buen restaurante”.

-“¿Ya me enseñarás los pubs de la zona después, verdad?”  

-“Si pero tienes prohibido tomar alcohol de acuerdo”.

Al salir al jardín saludaron a un matrimonio vecino de mediana edad, por suerte hablan inglés.

-“Hola Fernando, ¿y esta chica tan guapa? ¿Una novia?”

-“Si  así es Joshua es mi amiga Paula”.

-“Los jóvenes lo llamáis así ahora, claro y además parece que está de buena esperanza, enhorabuena.”

-“Venga no les entretengas, que querrán divertirse”.

-“No es molestia señora, su marido es muy amable” intervino Paula sonriendo”.

-“Desde luego que no nos molesta. Nos vamos, buenas noches”. Adiós pareja.

Ya en el coche, Paula no se contuvo la risa. Hacía una noche agradable, casi de verano.

-“He tenido que llevarte Paula…, estabas a punto de reír a carcajadas”

-“¿Lleva ese señor la cuenta de tus novias?”

-“Si todas gritaran como tu seguramente”.

-“¡No es para tanto lo que grito! La culpa es tuya que la tienes muy grande”.

-“¡Ya…! Viven en el barco de madera amarrado el embarcadero. Es la primera novia que me ven, porque eres la única chica que ha pasado por mi vida en los últimos años”.

-“No te creo, ¡¿Te habrás follado de vez en cuando a alguna?! Chicas fáciles hay en todos lados…”

-“Eres muy descarada con tu padre ¡Dame un beso para lavarte la boca Tontorrona! Pero debes disimular mejor si quieres seguir el juego”.

Tras cinco minutos de paseo y después de pasar por un parque donde había chavales tomando el sol glacial, entramos a un restaurante con música clásica ambiental. Sonaba en ese momento “la flauta mágica”.

-“Debes mejorar tus gustos musicales Paula, ahora mismo es tu mayor defecto. Salir de los triunfitos y compañía”.

-“No solo me gustan esos”.

-“Sí, también te va la chumba-chumba”. Paula le respondió con una burla. “No solo me gusta la música ambiental de este lugar, además se come sano y en tu estado… espero que te guste…”.

-“Yo me bebería  una cerveza con limón. Sin alcohol, como  entrante”.

Ya sentados vieron entrar a una chica alta, de melena lisa y rubia, de tez clara y medidas propias de una modelo, más joven que Fernando, de pronto se acercaron irremediablemente hasta ellos para dirigirse en ese inglés nada perfecto con el que la gran mayoría del mundo se entiende bien, quizás solo un mejor que el de los vecinos… les saludaron efusivamente con un par de besos en la mejilla y una gran sonrisa. Iba acompañada de su pareja….

-“Dios mío Fernando ¡qué sorpresa! Hacía años que no nos veíamos”.

-“Hola Frida, tan guapa como siempre”.

-“¡Qué bien acompañado que vas!, ¿no me la presentas?”

-“Sí claro, es Paula mi… mi hija, hace unos meses que nos hemos venido a vivir a aquí y hemos decidido salir esta noche”. Paula frunció el ceño e intentó disimular sonriendo a continuación.

-“Bueno ya conoces a Edward…. Me alegro que te vaya tan bien, espero nos veamos más a menudo”.

-“Si queréis podemos compartir mesa”

-“Encantada, pero antes voy un momento al baño”, Edward se acercó al camarero y cambió impresiones con él sobre el compartimiento de la mesa y lo que deseaban tomar, ya que ellos ya habíamos pedido.

Paula le dejó caer una mirada lapidaria de recriminación maliciosa… -“¿No estarás celosa? Solo es una vieja amiga y su “marido”, es mucha casualidad que hayamos coincidido aquí”.

-“Para nada, además parece que hacen muy buena pareja”.

-“Ya verás, estoy seguro que cuando la conozcas más, querrás ser su amiga… ellos son también una pareja especial”. En nada llegó la pareja.

Ya juntos, Frida prosiguió diciendo…. -“Fernando tiene unas buenas “razones” para hacer feliz a una mujer”. El doble sentido lo captó enseguida Paula…

-“Sí que es verdad, tengo mucha suerte de poder disfrutarlas desde hace poco”.

-“Ya veo que eres muy clara… me gusta que se hable con naturalidad de algo tan oculto por esta sociedad occidental…. En otras culturas es ley de vida estas relaciones y si sois felices… ¡Disfrutarlo porque no hacéis daño a nadie…!” Parece que Frida adjudicó rápidamente la preñez a Fernando y al no desmentirlo se confirmó.

-“Eso que dices es genial Frida y muy generoso de tu parte. Gracias, pero no sé si tal vez mi estado de preñez y que solo me acompañe mi padre con quien vivo te haya confundido… ”. Dijo Paula.

-“¡Oh perdona cariño! Sabiendo lo abierto que es Fernando, pensé que el hijo que esperas era de él…”. Tal vez no te haya contado tu padre que Edward y yo somos hermanos por parte de padre, y ya ves tan felices… ¡Ya tenemos tres hijos encantadores, pero no nos podemos casar oficialmente!

El ambiente estaba mucho más relajado. La noche prosiguió con alegría. Paula propuso volver a casa, porque las miradas entre Frida y su padre eran algo más que sospechosas, seguro que se la imaginaba desnuda haciéndole el amor y eso la ponía un poco nervioso o celosa.

-“No estoy acostumbrada a salir hasta esta hora y estoy un poco cansada”.

-“Claro que sí cariño, en tu estado no hay que abusar de la noche”, dijo Frida…

-“Nos volvemos a casa”, prosiguió Fernando.

Frida se adelantó e invitó a la pareja española… -“Como bienvenida a Paula, esta cena corre de nuestra cuenta”,  ambos sonrieron.

-“Nos vemos pronto, chao”.

En el coche Paula intrigada o celosa… -“¿Te puedo preguntar desde cuando sois amigos? ¿Habéis sido novios?”

-“Así me gusta, con confianza mi vida... Nuestra relación duró tres años, hasta que un día Edward volvió de Alemania y me dejó cuando vivía en Oulu, y ahora nos vemos aquí… Eso pasó hace 10 años”.

-“No me habías contado nada papá sobre ella…” dijo Paula.

-“No hubo ocasión, además tú siempre has sido la mujer más importante de mi vida. Nada más venir a trabajar a Oulu nos encontramos, ¡en la cola del banco! Unas miradas y un par de sonrisas bastaron para que le esperara fuera y quedáramos esa tarde para tomar algo juntos. Congeniamos y vivimos juntos lo que duró, fin de la historia”. Soplaba una ligera brisa que todavía no era molesta y la luna brillaba.

-“Está bien, pero esta encerrona me lo compensarás esta misma noche llevado la iniciativa. No voy a dejar nada sano de ti”. Y le dio un beso en los labios.

-“Esto es ser como una pareja que se debe algo más que cariño…”.Entraron en el jardín,

-“¡No está tu vecino ahora!”.

-“Bueno sería que estuviera también a la vuelta”. Y empezó a meterle mano marcando la raja del culo sobre el vestido. “Vamos a acabar como empezamos el día, pero hasta el final”. Mientras empezaba a besarle suavemente el cuello.

-“Ahora te compensaré la mamada cortada de esta mañana ¡Veras que tu hija es mucha hembra!”, dijo entre suspiros.

-“Por eso decías que me querías fuerte para esta noche…”.

Entraron en la casa y mientras abría la puerta, Paula le tocaba el abultado paquete y le besaba el cuello. Al entrar se quitó la chaqueta con mirada y actitud provocativa, la dejó colgada en el perchero y sin más preámbulo marcharon al dormitorio, iluminado sólo por la luz de la luna. Se desnudaron rápidamente y la polla de su padre apuntó al techo al salir libre como un resorte.

-“Acaba lo de esta mañana, mi vida”.

De rodillas sobre la cama le agarró con suavidad la polla y empezó a besarla y lamerla, para después pajearle con una mano cuando se la sacaba de la boca. Proseguía lamiendo y succionando los huevos. Fernando le marcaba el ritmo con la mano en la cabeza.

-“Sí, qué bien lo haces cariño”.

-“Será porque me gustan las pollas grandes como la tuya. ¿Ves que bien te chupo los huevos ahora sin pelos?”

-“Siempre tienes razón nena. Y tú que has llegado a estar celosa de Frida. ¡¡Mira bien a quien deseo!!”.

-“Como debe ser, quiero que me sigas cuidando, se los has prometido a mi madre y pronto seré madre de tu hijo”.

- “Y lo cumpliré hasta que me queden fuerzas para ello. Túmbate, bien abierta de piernas que vas a ver cómo te ama tu padre”.

Se abrió de piernas y le miró incitándole a penetrarla, con una mano acariciándose un pecho y la otra su chocho húmedo abriéndose los labios vaginales. La niña asió la verga de papá y la enfiló en la raja jugando con sus labios vaginales hasta que la puso en la entrada del estrecho agujero. Su padre comenzó a penetrarla en pequeños empellones sin ser violento…

“Sí hasta el fondo”.

-“¡Aaah papá, cómo me la clavas!, ¡¡fóllame mi amor. ¡¿Te la pongo más dura que Frida, Verdad?!”

-“Mi vida solo vivo para ti, ¿Quieres que se lo diga?”

-“Si te atreves”. Rebajó el ritmo de las acometidas.

-“También puedo hacerte el amor en vez de follarte. Hoy habíamos quedado en ser como una pareja de novios. ¿Te gusta?”

-“Me gusta tenerte dentro. Ummm. También que me chupes mi coñito, hambriento. Tengo mucho jugo que te encanta…, solo los produzco para ti de dentro de tu vagina”.

-“Voy a por ellos. Que ricos saben”.

Se encarnizó en su vulva y clítoris hasta arrancarle el orgasmo, y mientras éste la hacía relajarse casi por completo. La lengua de su padre le subía ahora por el abdomen, por esa panza llena de su bebé, hasta los pechos un poco más hinchados cada día. Jugueteó con ellos, siguió por el cuello y se detuvo en sus labios.

-“¿Te la vuelvo a meter?” -“Por favor…”

Le ayudó a subirse sobre su abdomen haciendo reposar su preñada barriga, y abierta de piernas se encaminó la polla paterna a su coño, incrustándosela con agilidad y presteza. Las suaves acometidas le permitían seguir besándole. Pivotando sobre su panza las cadera de la niña hacían deslizar el tallo enervado de su padre en el caliente coñito de la hija… su culo se agitaba arriba y abajo engulléndose todo el badajo. Percibía el orondo capullo de papá frotar cada terminación nerviosa estimulando al macho follador. Nunca pensó que fuese tan maravilloso aparearse con una preñada, pero tampoco imaginó que tendría una relación tan íntima con su propia hija…, estaba enamorado como nunca soñó estar de una mujer, pero no más que la niña por su papi, por Fernando había renunciado a todo que no fuera parte de él. Besaba sus labios, sus tetas y sus formidables pezones dilatados por la hinchazón de sus ubres repletas de leche materna.

Su padre le ayudaba a sacar los calostros para aliviar la presión de su turgencia y esa oportunidad era ideal follándola…, mamaba y succionaba cada teta obteniendo del pezón su ración de leche al tiempo que le pensaba eyacular la suya en lo más hondo de su vagina, en el mismo cérvix. ¡Hoy se preparaba un buen lechazo! Ella elevaba ligeramente su culo curvando la espalda y respingándose el trasero, mientras su padre le daba elevando la cadera para invadir el coñito de su hija con todo el espolón duro y salvaje perforando como el pistón de una locomotora, y sus huevos revotando alocados arriba y abajo agitando todo su contenido seminal en un batido de leche que en breve surgiría como un géiser imparable. El olor a sexo, el aroma de su padre en las papilas gustativas de la cría cargadas de testosterona le avivaban, el mismo modo que él reconocía el dulce aroma de su hija en cada poro de piel segregando feromonas para el macho y semental. Aquello se estaba tornando a su fin… Fernando arreció sus acometidas en contundentes clavadas que mataban de placer a base de pollazos a Paula, y de pronto…

-“ ¡Ummm” Así cariño, aaahm,  Aaah ¡ME VOY A CORRER NENA!”.

-“Por favor papá córrete dentro de mí. Así, dame tu leche, la quiero sentir dentro. Uuumm”.

Dentro del útero de la niña comenzaron a dispararse los aldabonazos de cálida lefa que su padre descargó en varios chorros que le llenaron la entrada de su matriz ocupada. Como buena receptora de toda la leche que le quisiera depositar, se embutió el cipote hasta los huevos para no dejar escapar una sola gota, mientras su padre la agarró por el culo presionando atrayéndola hacia su verga, profundizando lo más posible en su cueva de la vida aplastándole los huevazos que se deslechaban aliviando su presión. Mantuvo el duro espolón unos segundos dentro de la vagina de Paula, convulsionando con latigazos de leche hasta el vaciado total. Ella notaba el palpitar del cipote paterno, sentía el corazón en él…, una formidable manera de tomarle el pulso, ahora a más de 150 ppm. Con el último disparo, se quedó unos instantes descansando hasta que la sacó, entonces Paula no se quiso perder el sabor a semental de su padre y se la llevó a la boca para succionarle los restos de esperma en la punta del capullo mezclados con sus propios fluidos vaginales.

Mirando a su padre le dijo… -“Así limpita para mañana. Y tu leche a buen recaudo en mi vagina dormirá dentro de mí. Quiero tenerla ahí”.

-“Ha pasado de mis huevos a su conejito manteniéndose siempre caliente…” dijo Fernando acariciando los hinchados pechos de su hija.

Ella se presionó los labios vaginales para cerrarlos y evitar que saliera la leche que se solía desbordar a menudo por la abundancia, como queriendo retenerla con ansias de concebir de nuevo. Paula no tardaría en dar a luz en unas semanas, pero era evidente que con el cuerpo tan sexy y provocativo para su amante, no tardaría en volver a quedarse preñada, porque mantendrían el mismo ritmo de folladas casi diarias, con descarga de esperma hasta llenar su vagina. Entonces se sabría la verdad. A cuatro semanas del parto, los antojos de Paula se hacían imprevisibles e incontenibles, por lo que su padre no se negaba a nada que le solicitara. Tuvo que salir a las tres de mañana a por helado y fruta roja. Aquel fin de semana se sentaron en la sala y esperaron un rato a que se le pasara un sofoco. Se miraban nerviosos, ella hacia movimientos sensuales y le sonreía. De repente se para y se sentó en las piernas de él piernas, le abrazo y le dijo

“Gracias papi por todo, siento lo de esta noche ¡con el frío que hace!”.

Tomó su carita de niña mala y traviesa con sus abigarradas manos y le dio un beso en la boca, abrió su boca con su lengua (era hermoso sentir sus suaves labios y su lengua luchando con los dientes de ella), Paula le daba más de lo que pedía tratando de llegar a su paladar… le comía los labios y le chupaba la lengua mamándosela. Necesitaba comérsela y desabotonó su blusa para alcanzar a chupar sus hermosas ubres de Madonna, con enormes pezones negros como el café. Con su cara picara le dijo…

-“¿si yo fuera tu hijita preñada… y estuviéramos solos en casa, que me harías?”

Captó la ironía y la recostó en sus piernas, la puso boca arriba y le comenzó a besar la panza a la vez que le acariciaba sus pechos. -“Papi ¿No te apetece comerme el conejito? ¡Seré una niña buena… tu putita complaciente!”

Gemía cachondamente, levantó su falda y le bajó las braguitas para llegar a su virginal trasero, ¡hermoso, redondito, blanco! Le acarició sus nalgas y empezó a meterle un dedo, ¡ella gemía…! luego la puso a cuatro patas y se inclinó para besárselo y acariciarlo con si lengua de arriba abajo. Se la metía en su raja a modo de pequeño falo. Había un fuerte olor a sexo en la habitación… Algo que no pasó desapercibido para Paula que se excitó al punto que le suplicó más sexo… la testosterona que emanaba su padre la encendía poniéndola en celo.

-“¡PAPI FÓLLAME!... fóllate a tu niña preñada y cachonda” le decía en voz baja y entre gemidos entrecortados…

Sacó su estoque y le dio golpecitos en sus nalgas con el… y luego intentó introducírselo por detrás, pero por el tamaño de su polla era imposible. Ella se giraba tratando de ver con que le estaba golpeando y qué le trataba de meter por su culito…

 -“¡No creo que sea buena idea papá, tienes una polla tremenda para mi pequeño agujero! ¡¡Me vas a desgarrar el culo!!”.

Se sentó sobre el colchón… y sin miramientos se la puso en la boca. Al principio le trabajó el glande y después fue bajando hasta los huevos para terminar chupando como loca ensalivándolos y tragarse uno a uno como caramelos. No hizo falta mucho tiempo para mamar su capullo inflamado con sus labios lamiendo con la lengua a la vez que le pajeaba el resto del tronco y sobarle los huevos todo eso a la vez, para que por fin un chorro de semen le sorprendiera, y su boquita quedó repleta de leche aunque, parte escurrió por sus labios… Miraba su carita inocente y perversa a la vez.  La recostó en el sillón y levantó su falda para ver su… conejito gordo por el embarazo, pero húmedo y rojo. Comenzó pasar su lengua por aquella raja de lujuria… ella gemía -“Ahahaaha sí papi, sí papi”. Cuando percibió que su vulva estaba completamente dilatada, amarró su verga bien cargada de dureza y la fue bajando poco a poco para ensartarla en la niña. Hubo un gesto de dolor cuando su nabo le partió el coño en dos haciéndose camino al interior, como cuando perdió la virginidad. Bañó su polla de jugos espesos en la medida que entraba y salía lentamente de su acogida maternal. Las manos de Fernando disfrutaban de su trasero y su boca besaba sus grandes pezones en la tarea de aliviar a su hija de la leche sobrante que amenazaba con reventar sus tetas…se amorró a cada pezón y los calostros aparecieron sin dejar de mancillar una y otra vez el joven útero de su niña, de su amante y cariñosa hija. Ambos gozaban de aquel juego necesario, pero ella era muy impetuosa y le exigía a su padre más y más encolerizada por su vorágine sexual cuando la están follando, inclusive preñada…

-“Vamos cabrón métemela entera… que no te quede nada fuera de mi coño ¡Estoy esperando lo que tienes que darme de tus huev…! ¡Eehh! ¡¿Qué haces papá?!”

No hube acabado mi frase cuando veo que mi padre se saca la polla y se la empieza a menear metiendo un dedo en mi agujerito… su mirada lujuriosa y su polla tiesa, me hicieron pensar… "mi padre quiere terminar dándome por el culo” me daba miedo sufrir la tremenda dilatación que me produciría con su posible desgarro, la primera vez no ocurrió… pero ahora. Así que me arrodillé ante él, que permanecía en el sillón con las piernas abiertas y la polla en la mano, y empecé a mamársela lentamente. Con un gesto decidido, me subí sobre él metiendo su cara entre mis tetas y su polla en mi alocado coño sediento de un lechazo de papá. Yo con la polla de mi padre palpitándome en la vagina y él mordiéndome los pezones que desprendían gotas de calostros, que él generosamente me extraía para descongestionar mis gordas tetas llenas de la leche que ya había comenzado a fabricar sin parar. Nos conteníamos la respiración en un mete saca perfecto. El corazón se me iba a salir del morbo de tragarme semejante pollón y sus pelotas colgando se balanceaban de arriba abajo como dos bolas de pinball en mi culo… unos huevos que aún albergaban una cantidad notable de esperma…. Me había corrido unas dos veces y mi padre buscaba la segunda suya y allí me tenía con mi rajita abierta y rozando el clítoris imperceptiblemente en su pubis rasurado. Me besó y me pidió que me recostara sobre la cama, la función no había acabado, necesitaba que le quitase su calentura acumulada de varios días. Empezó lamiendo con fuerza mis pezones y sacando su ración de leche…yo me frotaba contra su entrepierna, que estaba a punto de reventar. Me cogió de las axilas y me tumbó boca arriba totalmente desnuda. Lamía mis tetas, mi vientre, mi coñito rasurado…

-“Penétrame con esa polla que Dios te ha dado para darme placer… ¡¡FÓLLAME YA…!!”.

“Hoy vas a quedar saciada de leche, lo prometo”.

En un alarde de agilidad me puse a cuatro patas boca abajo…, inició una nueva follada desde detrás como a una perrita, dejando caer todo mi cuerpo sobre la cama y levantando mi culo ofreciendo la vagina rajada entreabierta al macho que estaba metiéndome empellones con contundencia… notaba llegar su bálano a lo más profundo de mi cérvix una y otra vez sometiendo mi vagina al test de dilatación para el parto… Yo a punto de correrme no dejaba de gemir. Me sacó la polla de mi coño y me la metió en la boca mientras me acariciaba la cabeza… Respondí amarrándola con fuerza y acariciando sus huevos…Ahora le tocaba el turno a Fernando. Me subí sobre él totalmente dócil penetrándome en la postura de la amazona, me pidió que pusiera mis piernas alrededor de sus caderas, mientras yo lo agarraba por los hombros haciendo que la clavada fuera muy profunda. Me besaba y me lamía los pechos lechosos, muy despacio, pero sin que su rostro hiciera el más mínimo gesto. 

Podía percibir su agraciada pieza de carne dura de gran tamaño, entrando y saliendo de mi coño. Después de unos minutos, quería ver su cara mientras se corría, me ponía cachonda ver su gesto de placer al derramarme su esperma. Gimiendo, casi gritando alcanzó el orgasmo. No necesitaba ver para saber la ingente cantidad de leche que me aligeraba, la sentí en la entrada de mi matriz al recibir una descarga colosal… Pero quería más, sentada sobre sus piernas, los dos desnudos, besándonos comiéndonos la boca locamente enamorados. Empezó a gemir, pues hacía varios días que no se corría. Le apreté los huevos que sentía llenos de esperma…. Como os podréis imaginar, la corrida de mi padre fue monumental e hizo que me corriera otra vez oyéndolo soltar varios chorros de lefa espesa entre gemidos de desahogo. Sintiéndolo como aliviaba sus gónadas repletas de su semen en mi útero ocupado por su hijo, me estremecí al saber que por fin su segunda eyaculación baño mis entrañas… entonces me corrí… Tres o cuatro chorros que me tuvieron que llegar hasta la tripa, arqueándome al máximo para que el semen llegara todo lo más adentro posible.

A penas me faltaban veinte días para salir de cuentas y llegamos hasta esa fecha follando habitualmente. Durante las siguientes semanas, mi padre y yo hacíamos lo imposible para pasar todo el tiempo que podíamos juntos. Aunque era muy difícil, porque su trabajo exigía una presencia permanente. Nuestra vida cotidiana no dejaba de ser como una pareja que esperaba el advenimiento de su “primer” hijo, pero nuestras fornicaciones eran muy especiales, así que cuando ya era arriesgado perforar mi coño, lo saciaba mamando su excelente cipote empalmado para mí y solo para mí, ese día del parto justo antes de sentir las primera contracciones se la estaba chupando hasta el galillo cuando se corrió en mi boca ruidosamente, expulsando largos corros de semen que disparó a discreción llegando sobre las tetas y el vientre de mi hija. Incluso algunas gotas llegaron a mi cabello…, y de pronto sentí un dolor en mis entrañas que me indicaron la inminencia del parto, nos vestimos a duras penas y llegamos al hospital… dos horas después nació nuestro primer niño… Onni que significa “Felicidad” en finés, la que sin duda me daba mi padre, su padre.

De esta manera pensábamos proseguir nuestra relación durante los años que viviéremos… Mi madre nunca vino a visitar a su nieto, ni a ninguno otro que tuviéramos pensé, sospechaba de la paternidad de mi hijo en la persona de su ex marido, pero tampoco se interesó por saber la verdad ocultando la cabeza bajo la tierra como los avestruces. Quería a mi madre, amaba a mis hermanos pero no podía vivir un segundo sin mi adorado esposo…, lo de mi madre me sería difícil de arreglar y por eso lo dejaría a cargo de mi padre…, en cuanto a mis hermanos me resulta mucho más suave contarles la verdad…el tiempo lo dirá.

                                                                                         FIN

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La ardiente hija de un camionero. (Parte 4)

De cómo me preñaron de mis dos hijos. (Parte 3)

De cómo me preñaron de mis dos hijos. (Parte 2)

La prima de riesgo. (Parte 2)

De cómo me preñaron de mis dos hijos. (Parte 1)

La prima de riesgo. (Parte 4)

La prima de riesgo. (Parte 1)

La prima de riesgo. (Parte 3)

Todo queda en casa

Volviendo a sus orígenes. Parte 5

Volviendo a sus orígenes. Parte 2

Volviendo a sus orígenes. Parte 3

Volviendo a sus orígenes. Parte 4

Volviendo a los orígenes. Parte 1