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La Tentación vive en casa. (Parte 3)

en Amor filial

Se la clavé a mamá cuando asistí con mis padres y mi hermana a una boda familiar.Todo comenzó con una invitación a una boda de una sobrina de mi padre. Lo celebraban en un hotel de una ciudad cercana a Madrid, donde vivimos. Acordé con mis padres que yo llevaría a mamá y que él llegaría justo para la boda con mi hermana, pero durante el viaje de ida mi madre me sedujo…. Llevaba una falda, tan apretada que se le veían las bragas cuando se sentó en el asiento del acompañante. Yo, casi mecánicamente y desde luego sin pensar lo que hacía, le metí mano, pero a partir de ese momento las cosas se enredaron, ella quería más y me dejé llevar….

Con ya sabéis mi llamo Lucas, tengo 18 años y vivo con mis padres aún. Mi padre trabaja en una gran empresa y ya cumple con 53 años y mi madre es mucho más joven que él con 42 y asesora de laboral en una oficina de Madrid. No se pude decir que sean la pareja perfecta, son el ying y el yang en todo, es decir, no se parecen en nada. Mi padre muy sobrio, muy trabajador, poco dado a las relaciones y a la farándula. Mi madre muy glamorosa, muy de gimnasio y de salones de belleza y siempre que puede de fiesta en fiesta…. Con estos antecedentes no les extrañará que mi padre me pidiese que llevase a mi madre a la boda, que se celebraba en Segovia, a unos ciento y pico de kilómetros de Madrid y que él llegaría justo a la ceremonia porque ese sábado, cuando se celebraba la boda, tenía que dar salida a un pedido y todos los trabajadores se quedarían a terminar el trabajo, después recogía a su hija al otro lado de Madrid y se vendrían los dos juntos. Así lo acordamos por parejas y así lo hicimos. Mis padres habían reservado habitación en el hotel donde se celebraba el convite, yo en cambio regresaría a Madrid con mi hermana cuando acabase la celebración.

Ese sábado, tras comer a eso de la tres y media de la tarde no marchamos, aunque la boda era a las siete, pero mi madre quería llegar con tiempo suficiente para vestirse en el hotel y charlar con la familia antes de la ceremonia. Nada más recoger a mamá en el coche y emprender el viaje hacia Segovia, supe que el viaje no iba a ser nada aburrido. Mi madre se había vestido con una mini falda tan exigua que nada más sentarse en el coche se le subió la falda y entre sus piernas se le asomaban sus braguitas rosas…. Yo al principio traté de no darme por enterado, pero nada más coger la autopista y relajarme en la conducción, mis ojos iban y venían a la entrepierna de mamá. Como un resorte mi verga se empalmó, imposible no darse cuenta del trajín que me traía mirando de reojo a las braguitas de mamá, por eso ella me hizo un comentario un tanto audaz…

-“Te gustan mis bragas ¡Eh bribón! ¡Tú conduce…no quiero que te despistes de la carretera!”

Yo no le contesté, pero hice algo tan audaz como atrevido fue su comentario… le metí la mano entre sus piernas, le sobé superficialmente sus braguitas y finalmente le dije…

-“¡¡Joder mamá que buena estas hoy!! Y te has puesto así solo para sacarme de mis casillas…”

Quizás ese día mi madre ya estaba alterada, quizás se avivó cuando le sobé el chochito, o quizás sencillamente se dejó llevar por el momento, la oportunidad, la situación tan propicia o vaya usted a saber si lo que le ocurría a mi madre en ese momento es que sencillamente se hallaba salida y tenía ganas de joder, el caso es que hizo el comentario provocativo, a la par de irónico…

-“Si no fuera por que llegamos justos hijo, te iba a echar un polvo que te ibas a quedar patidifuso ¡¡Del gusto que te iba a dar te ibas a doblar…!”. Nos reímos de la ocurrencia… se le veía muy avivada.

A veces saltábamos con una entrada de este tipo dándonos a entender lo cachondos que estábamos en esos instantes y la necesidad de aliviarnos, procurando una salida por si al otro no le apetecía follar…, bien así de directos era Nuria mi cachonda madre, y yo. Ella siempre ha sido una mujer con un gran desparpajo, con un físico envidiable, con unas tetas voluptuosas y prietas, aunque sin silicona naturalmente, con pezones erguidos y sugerentes, con unas piernas firmes y largas coronadas por una braguita color rosa que dejaba entrever la tierra del paraíso y que invitaba a fantasear, de modo que le repliqué con otro comentario de semejante índole siguiendo con el juego…

-“Si no condujese te clavaría sin pensarlo dos veces…me deslecharía dentro de ti como un animal”.

A veces unos simples comentarios se convierten en toda una declaración de intenciones, y eso es lo que nos pasaba entre los dos. Ella me insinuó sus deseos de joder y yo mis ganas de clavársela, todo lo demás son simples detalles, pero permítanme que me recreé en los sucedidos ese día, que por circunstancias no programadas ni deliberadas, tuve la inmensa fortuna de clavársela a mamá durante ese viaje que se preveía aciago. Fue cuando salimos de la autovía general y cogimos la de Segovia, una secundaría poco concurrida de tráfico y con una conducción relajante. Yo volví a dirigir mi mano a la entrepierna de mamá, me hice un pequeño hueco entre sus bragas y le metí el dedo en su chochito. Lo encontré húmedo, caliente, receptivo como suponía. Ella hizo algo parecido, me bajó la cremallera, me metió mano a la bragueta y desenfundó mi polla. El momento era colosal, yo frotando el clítoris del apretado coñito de mamá y ella meneándome la polla bajo mi glande tras haberme remangado el prepucio. Había elegido una baladas para que mamá escuchase música relajante durante el viaje, pero enseguida me di cuenta lo inapropiado de la música para ese momento tan especial y busqué, como pude, otra música más acorde con el ajetreo que allí nos traíamos mamá y yo…, un reguetón de Daddy Yankee. Los acordes tan estridentes y sensuales de la música, los olores que se desprendían del conejo babeante de mamá, la placidez de sentirnos pajeados, animaron a mamá a dar un paso más, se agachó entre mis piernas y me hizo una pequeña mamada conduciendo a 100…

-“¡¡Joder, el tiempo que hacía que no me comía un torrado!! ¡Umm, la tienes buenísima hijo!” Fue su más que elocuente comentario a tan suculenta mamada.

-“¡Qué pena que no pueda hacerte lo mismo!” Le dije resignado a mi madre, pero no, ella no se resignó.

A continuación se sacó las tetas del sujetador y como pudo me las acercó a la boca y me las ofreció para mamárselas, lo que desde luego hice al instante. Increíblemente su instinto animal obró en ella un milagro, estaban duras y prietas, su piel tersa y fina, su olor bronco y profundo, exudaba y liberaba olores que te embriagaban, pero cuando con mi lengua le atrapé sus pezones, ahí señores, ahí toqué el cielo. Estaban puntiagudos y enmarcados dentro de una aureola tostada que hacía resaltar su color rosadito. Los chupé con avaricia, con glotonería, con ardor, pero los ardores se ve que eran mutuos, porque a continuación mamá echó mano a sus braguitas y se las sacó mostrándome su esplendoroso chochito. No podía ni imaginarme como me supo su actitud de zorra, al verle el chocho tan arregladito como el de una niña para ese día.

Depiladas las ingles, arreglado el vello púbico que rodeaba su rajita, esponjoso el vello que crecía en su pubis, el coñito más sofisticado que nunca antes había visto. Este chumino no era de los de cuidar y ocultar, era un chocho para mostrar y exhibir, para poner los dientes largos, para empalmar a un muerto…. Mamá acercó sus manos al chocho y abrió ligeramente los labios superiores para mostrarme su clítoris. Estaba húmedo, puntiagudo, inflamado, hambriento de polla. Yo alargaba mi mano a sus tetas y las acariciaba. Sus tetas brincaban entre mis dedos y entre los suyos brincaba mi polla, un cartel nos anunciaba la entrada a la ciudad, yo tenía un ojo puesto en el coño de mamá y otro en la carretera, pero no hice la atención suficiente y de esa guisa entramos en el centro de la ciudad, mi madre con las tetas al aire se la metió pero no dejó de menearme la polla. Deseaba acabarme como fuera y yo también, menos mal que pasó desapercibido a los peatones semejante espectáculo. La llegada al hotel la hicimos casi al límite y mi leche salió disparada a borbotones rociando todo el salpicadero del coche, apenas tuvimos tiempo de recomponernos y arreglarnos un poco entrando en el parking del hotel, y menos mal. No encontramos con una tía, cuñada de mi madre que iba con mi hermana, mi padre vendría finalmente solo. Nada más aparcar se nos acercaron en esos momentos a saludarnos… no nos dio tiempo a limpiar el desaguisado y nos marchamos con ellas al hotel. Antes de llegar a salir, Magda pensó que sería mejor pasar el maletín del coche de nuestra tía al nuestro, se volvió y nosotros continuamos. Cuando me devolvió las llaves se acercó a mi oído y me dijo….

-“¿Qué habéis estado haciendo en el coche?” No supe que me quería decir hasta que caí en la cuenta de la cantidad de leche esparcida por todo el salpicadero sin limpiar….

-“Luego te lo cuento” le dije intrascendente.

-“Vale, pero luego me lo cuentas ¡Eh!”

La muy jodida se percató de la ingente lechada fresca, en clara evidencia de la buena corrida por masturbación.

 -“¿Qué te ha dicho?” Me preguntó mamá mientras nos dirigíamos a la habitación.

-“Nada, me preguntó qué hemos hecho en el coche. Ha descubierto la lefa del salpicadero”.

-“Que puta, se ve lo ha deducido y ahora tendremos un problema…. O se lo cuenta a tu padre, dinero o querrá que la folles”, me comentó un tanto molesta.

-“No te preocupes que a quien voy a follar ahora mismo no es a Magda antes que llegue para irnos juntos”, le dije mientras entrábamos en la habitación del hotel.

No nos dimos tiempo ni siquiera a ver la estancia, lo único que nos interesaba era la cama y hacia ella nos dirigimos. Mamá saltó sobre ella y se subió el vestido sobre su barriga. Iba sin bragas, de modo que todo su chochamen quedaba a la vista…. Yo me quité el pantalón casi a tirones y salté sobre mamá, me acoplé entre sus piernas besándonos como dos descosidos lascivos comiéndonos a besos. Mi polla es larga y un poco gruesa, con unas medidas perfectas para que una mujer nunca se aburra de metérsela en el coño una y otra vez…, así que con lo cachondo que me hallaba tenía el rabo tieso como un fierro, tanto que no hubo necesidad de enfilarlo hasta la bocana de su coño y se la clavé, sintiendo su chumino cálido, húmedo y generoso, de modo que la clavada fue portentosa. Creí que a continuación sólo quedaba una buena follada, metérsela y sacársela hasta corrernos los dos, pero si eso pensaban que iba a suceder se equivocan al igual que yo me equivoqué, porque la follada que nos habíamos metido hasta ese momento no era comparable a la que nos metimos a partir de ahí…. Mi madre cruzó sus piernas por encima de las mías y me atrapó como una ventosa. Noté como mi glande se abría paso dilatando la vagina de mamá, sintiendo las paredes apretadas succionar mi cipote, le iba hundiendo poco a poco la verga a cada empellón intentando no hacerlo daño dividiendo su intimidad progresivamente. El culo me quedaba libre y podía manejarlo con soltura, pero enseguida me di cuenta que mamá no sólo disfrutaba con el mete saca, disfrutaba regodeándose con comentarios soeces, eróticos y provocativos….

-“¡¡Que hijo puta eres!! ¡Qué bien se la estás clavando a tu madre!” Me dijo relamiéndose ¡No te da vergüenza aprovecharte de una pobre mujer desesperada! Te ha faltado tiempo de follarme…Yo sentía que ya se la había clavado hasta las trancas percibiendo cada centímetro en la conquista de su gruta materna. ¡¡Joder hijo qué dura se te ha puesto y que honda me entra…!! ¡Me vas a matar a pollazos! Tus clavadas me están partiendo en dos So Cabrón ¡Uummm! ¡Qué bien te follas a mamá… no tienes hartura!”

Mi polla entraba y salía como pez en el agua en el chumino encharcado de mi madre. Era una delicia sentirla, olerla y oír sus obscenidades que me calentaban poniéndome como un burro, por ello las incursiones cada vez se hacían más y más vigorosas, aunque sus nalgas amortiguaban todas las embestidas. Sabía manejar con maestría su cuerpo y siempre acompasaba su culo con mis incursiones para obtener el máximo de placer y profundidad, procurando que mis pelotas la aporrearan sin cesar…, de modo que mi falo empalándola, mi boca y lengua comiéndomela y mis huevos aporreándole el culo en cada enterrada de mi verga en su coño…, la tenían tan salida que en menos de cinco minutos obtuvo su primer orgasmo….Pegadas nuestras caras, su boca si no luchaba con la mía estaba tan cerca de mis oídos que sus susurros soplaban en el tímpano con sus comentarios calientes…, estos fueron al inicio tímidos pero muy osados, pronto se hicieron frecuentes e igual de atrevidos mientras la ensartaba sin cesar entre jadeos y gemidos no cesaba de comentar la jugada poniéndomela cada vez más dura….

-“¡¡Como jodes cabrón!! ¡¡Te gusta el incesto, Eh! ¡Eres un pervertido follándote a tu propia madre! ¡¡Hijo deputa ME QUIERES PREÑAR!!” Yo luchaba por aguantar lo máximo posible sin eyacular, más con su voz melosa castigándome los oídos era casi imposible no correrme como un caballo…“¡¡Te voy a tener jodiéndome hasta que me canse!!” pero no, no hubo problema esa tarde como no la había nunca…, mamá no se cansaba de joder, era infatigable follando… “¡Quien me iba a decir a mí que tenía un semental como tú en casa!”

Y yo sin saberlo se abría de piernas, me atrapaba entre sus muslos, me mordisqueaba los pezones, me clavaba las uñas en la espalda, se arqueaba y me embestía con su pelvis ensayando una mayor profundidad y cadencia de las arremetidas, pero sobre todo me incitaba con su comentarios a joderla, a clavársela, a follarla, a preñarla ya consumar el incesto completo a pelo, buscaba mi mejor corrida a pajera abierta en el fondo uterino de mi madre… ¡¡Nos estábamos metiendo un polvo de antología!! No fue hasta pasados más de diez minutos sacándola y clavándola dentro de su acogedor y generoso chumino cuando noté que se corría otra vez, pero esta era la gran corrida…. Todo su cuerpo se puso en tensión, su respiración se agitaba hasta el máximo y sus estertores eran sacudidas que hacían temblar la cama. Mientras se corría toda una retahíla de insultos salían de su garganta…

-“¡¡Cabrón, HIJO PUTA, pervertido incestuoso y degenerado!! ¡Cómo jodes CABRÓN y que hijo puta eres! ¡Las veces que vas a chuparme el coño so mamón!”

Yo comencé a correrme un pelín antes que ella, lo suficiente para darse cuenta de que me estaba deslechando en su fondo vaginal…

-“¡Joder cariño, tú también te vas a correr! ¡Así, eso es así… lleno quiero el pobre coño de tu madre con tu leche…! ¡Aaaaggg, Ummm! ¡Con una de estas me vas a preñar…!”

Para tensarse aún más si era posible, y parece que lo fue, porque al iniciar su monumental corrida aullaba como una loba y yo gemía cual verraco inseminando a su cerda…

-“¡¡Oooohhhggg!! ¡Mamá que gusazo…! ¡Uuummm!”

Aquello era una coral de sexo salvaje, mi madre con los ojos en blanco atenazándome con sus brazos y piernas alrededor de mi cuerpo convulsionando como una perra en celo, me atraía hacia ella para que me vaciara en las profundidades de su útero, deseaba todo mi esperma y yo se estaba dando sin recato alguno…. Sentía cada chorro de leche dispararse contra la pared vaginal de mi deseada madre, percibía como ella al tiempo que se corría, sus paredes vaginales apretujaban mi tronco enervado, succionándolo para tragar cada chorro de lefa que iba concatenando a cada esténtor que mi tenso cuerpo tenía, en una húmeda, caliente y acogedor chumino inigualable ¡¡Fue más de medio minuto salvaje de placer sumo!! Y que bien controlaba sus músculos vaginales…. Se puede decir que podía morir a gusto tras experimentar el máximo deleite que un hombre puede albergar, al quedar completamente vacío de la semilla que todo macho produce para fecundar a la mejor hembra sobre la faz de la Tierra, y esta hembra es sin lugar a dudas Nuria, MI MADRE.

Sudorosos nos comíamos las lenguas intentando recuperar el aliento, las fuerzas también se agotaron terminando agotados y exhaustos…, mi madre tardó una eternidad en normalizar su ritmo cardiaco y respiración, teniéndome aprisionado con sus piernas hasta que se fue calmando. Pero no, no crean que se levantó de la cama y se fue a darse una ducha, antes aún tenía que ponerme tareas… hablamos pausadamente sobre nuestra posición vulnerable frente a mi hermana y la única solución rápida era hablar con ella o tirármela, mi madre pensó rauda la mejor solución…

-“Te tienes que tirar a Magda, la muy puta de tu hermana se puede ir de la lengua y así no le queda más remedio que callarse. No se conformará con poco, así que le diré que a partir de la próxima semana se pase por casa para echarle otro polvo, y al fin de semana siguiente lo mismo. Y con respecto a mí… Quiero que me la claves al menos dos veces por semana, y quiero…”.

Bueno, ni decirles que lo que mi madre y yo deseábamos más que nada era follarnos a cada oportunidad, pero insistió antes de soltarme en lo de Magda. Ella hablaría primero con su hija poniéndomela a punto de caramelo y después entraría yo en acción….Su estrategia era muy simple y a la vez complicada de cumplir si mi hermana no entraba al trapo… No tenía ni idea cual sería la conversación…, Si convencer a una chica para que se acueste con un chico es difícil, imagínense tratar de persuadir a una fémina de 20 años para que se deje tirar por su propio hermano pequeño, mucho le tendría que ofrecer mi madre para que cayese en la trampa del incesto filial, así que mi madre se explayó diciéndome…

-“¡¡Te la follas hoy mismo!! Durante el baile llévatela fuera del salón, al parking y en el coche se la metes. Yo estaré atenta, y llegaré con cualquier excusa cuando te la estés follando, para que sepa que yo lo sé. Además me servirá para regodearme viendo a mis hijos jodiendo, y de paso quitarme de encima el marrón de su rencor…. No quisiera que Magda me tuviese envidia y sentirme además de una madre incestuosa, una PUTA”.

-“Vale mamá”, le dije para que me soltara, porque estaba viendo que mi padre nos iba a pillar in fraganti.

Después de la ceremonia nos fuimos al banquete en el hotel donde estábamos instalados…, mi madre estaba impresionante con su vestido grana de blusa súper escotada y pantalón en raso, debía de ser la envidia de muchas de mis familiares allí presentes. Observé a mi madre y mi hermana charlando por largo rato, me lanzaban miradas de vez en cuando, y lo que empezó un tanto acalorado en el extremo de la barra del bar, se iba convirtiendo en una conversación sosegada. “Mi madre lo está consiguiendo”, pensé al ver a Magda más calmada sonriéndome. Comimos mi hermana y yo juntos en la misma mesa, mis padres por otro lado…, al acabar comenzaron a poner música y animé a Magda a que me acompañara para animar la fiesta. Me miró de lado poniendo una boquita de golosa que no podía ocultar… Aceptó. Al pasar por delante de la mesa de mis padres, mi madre me sonrió guiñándome un ojo. Llegamos a la pista, y bailamos separados hasta que pusieron unas más tranquilas, nos agarramos diciéndome al oído…

-“¿Me vas a decir qué has hecho con tu madre en el coche cuando veníais?”

Me preguntó Magda bailando muy pegados después del banquete. –“Nada que no sepas. Me miraba gesticulando para que continuara…“le estaba chupando las tetas y ella me la pelaba…”, le dije sin inmutarme de sopetón.

-“¡Qué pasa, que te gustan las tetas de las viejas! Y no respetas ni siquiera a tu madre….”, me volvió a espetar molesta por la respuesta, o tal vez envidiando a mamá.

-“¡¿Quieres que te las chupe a ti?! No tendría ningún reparo…” Le pregunté directamente…

-“Que más quisieras tú”, me replica sin demasiada convicción. “¡Pero si todavía no eres todo un hombre como Dios manda…!” Me puso medio enfadado por su provocación.

-“De veras aún me ves cómo tu hermanito pequeño. Anda vamos para fuera y te demuestro lo hombre que soy… te la voy a clavar en tu chochito hasta que digas basta”.

-“¿Y dónde me lo vas a demostrar…?”

A la vez que me decía esto se dejaba llevar por mí, mientras la encaminaba hacia el exterior del hotel y nos perdíamos en el jardín para finalmente bajar al parking subterráneo del hotel donde teníamos el Nissan todo camino. Magda tenía un chochito muy apretado y encantador, unas tetitas deliciosas por lo que intuía en el bikini cuando nos bañábamos juntos en la piscina o la playa… seguro que mi polla tendría dificultad para perforarlo….

…Mi hermano y yo nos metimos en el asiento trasero del Nissan Qashqai, tenía mucha curiosidad por saber hasta donde era posible llegar con mi hermano, si era tan macho como mi madre me explicó en el salón y si yo era capaz de romper los límites de las líneas rojas del incesto que con tanta facilidad mi madre y mi hermano habían logrado. El auto es un vehículo amplio y la parte trasera era lo suficientemente cómoda como para gozar de un buen polvo en todas las posturas posibles, y lo digo por experiencia, el verano pasado me tiré a dos a lo largo de las vacaciones gozando como una perra. Él metió la mano en su pantalón y le pedí que me la enseñara… También se le dejé que metiera sus dedos dentro de mí cuando con la otra mano se manoseaba su polla fuera del pantalón, mis manos fueron hacia ella, la acaricié y bajé mi cabeza, la metí en la boca mientras giraba mi cuerpo para que el siguiera tocándome. ¡¡Pufff!! Era gruesa, su capullo estaba empapado de sus preludios de semen, aquella polla que parecía estar a punto de estallar, me hizo que necesitara correrme, y tenerla dentro de mí. Sin dejar de mirarle y con la falda recogida por la cintura me seguí acariciando mi coño, mi clítoris hasta que no pude más. El ruido de un vehículo hizo que parasemos, cuando el coche se marchó me dijo….

-“¡Vámonos arriba a la habitación del hotel!

-“¡No! Yo quiero que te corras aquí”.

-“Puede vernos alguien”.

-“Por eso quiero que lo hagamos aquí es mucho más excitante…”.

Me cambié de asiento y me senté encima de él, bese su boca de nuevo y el dirigió su polla a la entrada de mi babeante coño retirando el tanga a un lado de mi vulva….Y su estaca entró fácil de un solo golpe certero dentro de mí empalándome hasta los huevos. Empecé a mover mis caderas para sentirla en todo su esplendor, él hacía pequeños movimientos de meter y sacar, pero era yo quien me follaba a mi hermano… ¡¡Este crío no sabía las ganas que le tenía!! Unido a lo salida que estaba tras cuatro meses sin novio, me subía por las paredes por tener a un hombre dentro de mí. Cuando vi toda esa cantidad de semen esparcido por el salpicadero, me imaginé a mi madre con las tetas al aire pajeando a mi hermano dentro del coche en medio de la carretera, casi no me lo podía creer que hicieran eso como dos niñatos insensatos, pensé que si se comportaban así en público, que no pasaría en privado…, me escandalicé hasta que mi madre me calmó con sus explicaciones y la historia de los dos, así que me invitó a participar en un círculo tremendamente cargado de amor fogoso e incestuoso morbo. Muchas veces me había pajeado pensando en el cuerpo de Adonis de mi hermano, pero tal aberración se difuminó con el tiempo… ahora tenía la oportunidad de gozarlo y sacarle un pico a mi madre…, un beneficio allí por donde se mire, si obviamos el hecho de que follarse a un hermano no es de lo más natural, o eso pensaba yo hasta esos momentos. Sí, mi cabeza daba muchas vueltas, pensaba en mil cosas entre ellas…, me sentirá mojada, excitada, deseosa de correrme, pensará que soy una puta…, poco me importó, pues mis movimientos se hicieron más rápidos, sus manos buscaron mis tetas, las liberó y su boca llego a ellas, las mordió buscando mis pezones, rodeé su cabeza con mis manos y besé su boca entre gemidos de placer…

-“¡¡Joder que gusto!! ¡Cómo entra la verga de mi nene! ¡Y qué pedazo de pollón se gasta el cabrón!”

Empecé a correrme con aquella tranca incrustada hasta la bolas, no tenía los 20 centímetros pero casi, y su capullo era una bola enorme más gorda que el resto de su cipote. Relajé mi cuerpo para sentir la corrida mientras el golpeaba su pelotas en mi culo mucho más rápido, me corrí entre suspiros sin dejar de besarle notando ese par de bolas de derribo que bien me podrían hacer un buen moratón. Convulsioné entre esténtores corriéndome a placer sobre aquel macho, sintiendo como el grosor de la raíz de su pollón me abría el coño, al mismo tiempo que me llenaba de polla toda la vagina hasta el mismo útero con los huevos aplastados por mi culo… Todo ello me generaba un deleite inimaginable, y pensar que me negué varias veces a probar a este macho por lo anti natura que me parecía. Ahora era distinto, no pensaba en mi Lucas sino en otra cita, la oscuridad ayudaba así como que los hombres cuando follan no suelen hablar, y mi hermano taladraba como una máquina mi coño sin decir ni “Mu” solo jadeos y algún que otro gemido de penetración dura…. Relajé mi cuerpo y apoyé mi cabeza en su hombro, él la sacó del coño rozando mi culo con ella mientras chorreaba mi flujo sobre sus muslos. Acto seguido tras correrme a gusto, levanté mi cuerpo y cuando la punta estaba enfilada me dejé caer sobre ella, la polla entró en mi conejo hambriento como un misil en el agua, dándome un goce inmenso otra vez…, su roce de venas hinchadas y el olor a macho me embriagaban. Me hice hacia atrás y su mano volvió a mi clítoris mientras su polla bombeaba en mi coño cual martillo pilón, con sus bolas subiendo y bajando al ritmo espasmódico de la jodienda, ¡Me daba sin contemplaciones!

Todo aquello tuvo su culmen a la casi media hora de estar follándome a pijo sacado…, aguantó mucho el chico donde lo normal es que llegasen a cinco minutos conmigo. Fue delicioso sentir sus aldabonazos de ostensibles lechazos dentro de mi útero, no reparé en ponerle un condón, que por cierto no llevaba encima, hubiera dado igual. Para ser justos yo me había corrido mucho antes con un gusto vibrante, casi dos mientras en esos minutos de placer, él soportó las embestidas sin llegar a la eyaculación, tal vez porque ya venía pajeado de casa por mamá y bien follado por ella en el mismo hotel…, eso lo sabría días después cuando me contaron toda la historia de sexo incestuoso, los polvos con la vecina y el hijo del frutero. Bueno aun así sus orondos cojones fabricaron una buena dosis de lefa como para fecundar a una yegua. Me sentí tremendamente complacida en ese momento de percibir el primer chorro de esperma licuado inundando mis entrañas, mientras su verga no paraba de eyacular semen a raudales a chorretones intensos, ambos nos hallábamos abrazamos en un solo ser…, su polla seguía dentro de mí evacuando hasta la última gota de su semilla dejando sus testículos secos por esa noche. Al cabo de unos minutos la sacó mientras su lengua se metía en mi boca de nuevo….

-“¡Eres maravillosa!”

-“Seguro que nuestro padre no pensará lo mismo si se entera”.

-“Porque se va a enterar…, ya somos mayores de edad ¡¿No?! Además… ¿Cuánto tiempo hace que no disfrutas tanto?”

-“Mucho, como puedes comprender estando ahora soltera no follo a menudo…, ni recuerdo la última vez, pero ninguna ha sido igual que esta vez ¡Tú has hecho correrme dos veces! La mayoría de las veces ni siguiera una”.

Una vez que acabamos de corrernos, nos recostamos cada uno contra su lado del coche y sin dejarnos de mirarnos, le permití que tuviera a su vista mi coño desnudo totalmente depilado, y él dejó justo al final de la camisa entrever su polla.

-“Supongo que mamá dirá lo mismo de mí…, esto ha sido algo más que sexo”.

-“¿Me estás pidiendo matrimonio?”

-“Si no tanto al menos un compromiso que lo mío con mamá no saldrá de este trío…”.

-“Ok Guapo… estoy dispuesta al compromiso contigo y mamá, porque me has sorprendido gratamente… ¡Eres todo un hombre, un MACHO… ¡¿Sabes nene?! ¡¡Eres el semental que andaba buscado!!”

-“Entonces lo podemos tomar como una terapia familiar…”

-“Por supuesto, una terapia en la que te pienso dar mucho más sexo… Ahora mismo”.

Volví de nuevo a mi asiento para dirigir mi boca a su polla que aún se mantenía inflamada pero no tan rígida como un mástil, me la metí y empecé a mamarla devorándola con lujuria volviéndome loca de complacencia…, en poco tiempo se hallaba erguida en todo lo alto con una dureza propia de un fierro…

-“No pares Sara por favor quiero correrme en tu boca”

-“¡¿Quieres que sea un completo, me has follado el coño, ahora quieres mi boca y al final querrás mi culo…?”!

-“Pues te pienso dar ese placer cuando me demuestres que me amas…”.

-“¡Eres un cabrón! De momento te voy a hacer la mamada del año”.

Seguí chupándola hasta que su corrida llego a mi garganta. El chico aguantó de lo lindo, la mandíbula se me quedaba tiesa como entumecida, y los labios en carne viva de tanta fruición en la rugosidad de su dura verga venosa. Otra cosa no, pero mamar sé y me gusta un rato, me podría ganar muy bien la vida tragado pollas y su lefa, pero allí estaba con la misión de satisfacer al semental que me preñaría a la primera de cambio…, continué mamando su mostrenco hasta que le saqué la última gota de leche licuado apretando con mis labios su polla….

-“¡Esto hay que repetirlo! ¡Que mi hermanita sea tan putilla es una agradable sorpresa…!”

-“No lo dudes, pero la próxima vez será en una cama, en casa o en mi piso… ¡Quiero desnudarme para ti!”

En esa estábamos cuando vemos a mi madre entrar en el vehículo, se excusa que iba a buscar algo en la guantera. Nos pilló cuando me estaba poniendo las bragas, y pronto comprendí el plan estratégico de ambos, el vello se me erizó de alegría, vergüenza o ansiedad por pura excitación, así que me enfrenté a mi madre para reclamar mi parte en el festín. Lo que quedó claro desde ese día fue el compromiso de disfrutar del sexo en familia…. Mi madre casi a diario y yo solo en las ocasiones asiladas que visitaba a mis padres o mi hermano venía a mi piso de estudiante en donde solo hay una cama que compartimos…. Unas semanas después no tardaría en suceder la noticia de su potencia habiéndome fecundado…, la falta de costumbre de tomar la pastilla y el estrés de los exámenes del segundo trimestre provocaron el desaguisado, máxime cuando mi hermano no se ponía protección en ninguna ocasión. Aquel domingo de comida familiar me hice la víctima al comunicarles a mis padres y hermano que estaba preñada. Mi padre se tragó lo de un polvo ocasional una noche loca de fiesta con un desconocido, mi madre y Lucas, que es el padre de la criatura, sabían sin lugar a dudas quién era el autor de la panza que me habían hecho….

…Mi hija quedó fortuitamente preñada de su hermano, tal vez la única cosa que no programé de aquel acuerdo con mis hijos…, y tras unos días de dudas si debía abortar o no decidimos que debía continuar con el embarazo hasta el final, lo increíble de la situación es que ocurrió lo más inesperado… solo un mes después de saber que Magda se hallaba preñada de su hermano. ¡¡Yo también estaba preñada!! Y probablemente del mismo macho fornicador, a mis 42 años volvería a ser madre por tercera vez. El semental de mi hijo pasó de ser un chico virgen, a preñar a dos mujeres casi a la misma vez. La sorpresa cayó como una jarra de agua fría en casa, no nos habíamos levantado del golpe de mi hija cuando yo misma avivé el desconcierto. Mi marido quedó descolocado, pero me posicioné ante él ¡Tendría a mi tercer hijo!, posiblemente el último pese a que me soliviantara la incertidumbre de mi edad por dentro.

Quien más se divertía de toda la situación era LUCAS…, y no era para menos, porque no tenía que sufrir las molestias de la preñez de ninguna de las dos mujeres con una barriga descomunal por casa, tenía la moral subida al verse como el macho alfa sabiendo que las dos panzas habían salido de sus testículos, y para rematar las muy tontas no parábamos de pedirle más sexo, aún con el vientre más grande que echábamos semana a semana. A la larga mi preñez ha servido para que mi marido y yo seamos ahora un matrimonio mucho más comprometido con nuestros hijos, especialmente él, que cuida de mi hija y de mí con toda la dedicación que su trabajo le permite…, delegando en Lucas cuando viaja ausentándose varios días. Mientras tanto mi hija y yo seguimos buscando sexo de todas las maneras posibles con quien realmente nos produce morbo… EL MACHITO. Sé con certeza que mis hijos se pegan su buen lote de sexo en casa, los oigo follar muchas veces en sus habitaciones e incluso en el coche…, y cuando coincidimos los tres solos en casa…nos atrevemos a hacer un trío con mi hijo y ambas hembras preñadas. Ahora a los cuarenta comparto con mis hijos un sexo increíble, esa libertad sexual que me reprimí cuando tuve la edad de ellos conformándome solo con mi novio, hoy mi esposo, aunque lo que más fastidia es la NO participación de mi marido en la Terapia de Amor Familiar por sus restricciones mentales, estas le impiden estar abierto al más genuino deleite de un ser humano, portado en los genes desde los más lejanos ancestros pululando por la sabana, engendrando en pequeños clanes familiares. Participar los cuatro en una orgía familiar sería algo tremendo, porque El amor incestuoso es algo natural, que la sociedad “civilizada” coarta tachándola de amoral. Yo solo puedo decir que sentir como me ama mi hijo, y verlo vaciarse dentro de Mí es lo más apasionante que me ocurre al día. Al final quedaré con mi marido en casa, y mis hijos decidirán vivir juntos formando una familia feliz atípica, él tendrá que aceptarlo porque… ¡Mi hijo volverá a preñar a su hermana! Se quieren mucho, más de lo que imaginaba dado su comportamiento anterior a su primer encuentro sexual… están bien avenidos y se compenetran muy bien.

                                                                                                              FIN

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