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A tono

en MicroRelatos

Aunque intentaba disimularlo, estaba a tono. El bulto en mis pantalones me delataba y que Ate no parase de hacer círculos con el dedo índice tan cerca de él, no ayudaba. Joder, estaba a punto de correrme ahí mismo.
 
-¿Quieres hacer me una paja?
 
Ella asintió con una mirada pícara mordiéndose el labio inferior. Me senté en el sofá, se arrodilló delante mío y bajó la bragueta de mis pantalones, entonces dio comienzo su masaje orgiástico. Yo la deseaba, y aquello hizo que me excitara más. Cuando estuve a punto de eyacular, cogió entre sus labios mi glande y sorbió hasta la última gota de mi pasión.
 
Tenía más salvas listas y ella quería más, y yo estaba dispuesto a dárselo todo. Después de un pequeño baile erótico del cual terminó con solamente un tanga negro de encaje, se sentó sobre mi regazo y comenzó a frotar ese pellejo de tela tan húmeda como las tierras del Nilo en Octubre contra mi más ferviente deseo.
 
Yo palpé sus pechos, los besé, los amé. Yo mordí sus pezones, los pellizqué. Y ella gimió cuando la besé, y ella gritó cuando la mordí.
 
Apartó el paño, húmedo de nuestros deseos; que nos separaba de convertirnos en uno solo, descubriendo su pasión, y entré en ella. Comenzó despacio, moviendo de cadera delicadamente, y mientras yo prendaba sus pechos, fue agitando su ritmo hasta llegar a puntos frenéticos.
 
Exhausta se acercó a mi oreja y susurró <<lléname>>. Yo estallé dentro de ella. Se quedó inmóvil, con la cabeza apoyada en mi hombro, recuperando el aliento mientras yo seguía llenándola.