Cristian se despertó bruscamente a la mañana siguiente sudando y tras una pesadilla. Habían logrado establecer una pequeña tienda invisible con los suministros que les quedaban tras el ataque,  en la que se habían ocultado, observó a  las chicas, que aún dormian. Afuera de la tienda se oía ladrar a unos perros.

 Mentalmente empezó a reflexionar sobre lo ocurrido:

-- ´ Con el resto de chicos muertos, Mario el físico del grupo, Juan, el químico,  y Lucas, el estadista, habían sufrido una gran pérdida, solamente quedamos mi ex Vanesa,  experta en Moda, Marta,  la inventora del grupo, Beatriz, la bióloga, Patricia, la Psicóloga y Emma, la doctora del grupo, por tanto le correspondía a él, el experto en Historia, tomar el mando del grupo, pues era el Hombre y debía de ser el nuevo líder tras la pérdida de Lucas, el designado por su profesor como Jefe de grupo, y es que  ¡todo había salido mal!  y  ´  unas mujeres armadas sobre caballos los habían atacado... las cuales parecían guerreras... pero, no... ¡no puede ser! eso significa que...  ¡ No, vaya error de cálculo!  sacó rápidamente una pizarra y dibujó un mapa acorde a la antigüedad con los países que existían en la época en la que se encontraban, pintó una X grande sobre Turquía, la zona sureste en Cilicia, cerca de la Capadocia antigua, donde debería de haber sido el punto de entrada temporal, el cual los habría permitido llegar con calma a Constantinopla según el plan.

Luego pintó otra X sobre un punto entorno a 300 km al Norte, cerca de Amaseia, finalmente se alejó del mapa unos metros y sonriendo, lo miró una y otra vez, ¡ sí, debía de ser ahí! dijo, la antigua Themyscira, el hogar de las Amazonas, todo cuadraba.

Las chicas se despertaron al poco rato debido al  fuerte ruido que había hecho

 -- ¡ Vamos, putas vagas, despertad ya! ¡ He descubierto el error que hubo en el viaje y dónde nos encontramos! las instó Cristian de mala manera

 -- ¡ Uuuh! bostezó Emma

 -- Podías haberte apiadado un poco y habernos dejado dormir un poco más hijo, se quejó Vanesa

 El resto de chicas coincidían

-- ¡ No estamos tras lo ocurrido como para andar quejándonos cual vulgares débiles mujeres! atajó Cristian violentamente, a trabajar se ha dicho, las ordenó bruscamente.

 Una vez que Cristian las explicó la situación y dónde se encontraban, muy desviados del punto donde deberían de haber llegado en primer lugar, trazaron un plan para atravesar la zona de las Amazonas a ser posible sin ser detectados y poder llegar sanos y salvos a la capital del Imperio Bizantino, Constantinopla.

Recogieron rápidamente todo y ordenaron en mochilas rápidamente todo lo que iban a llevar.

Vanesa empezó a confeccionar unos trajes acorde a la zona en la que se encontraban, Marta creó una especie de carromato que iría tirado por perros, el cual camufló. Emma y Patricia trataban de ayudar como bien podían al resto. Bióloga les tomó muestras de sangre y orina para analizar sus constantes vitales.

Unas horas después, aprovechando Cristian  que en esos momentos solamente se encontraban dentro de la tienda Él y Vanesa, ya que el resto de chicas habían slaido por orden suya a coger y entrenar unos perros de tiro que les sirviesen, se aproximó a ella y la agarró sensualmente por detrás de la cintura.

-- ¿ Sabes? esta situación me ha hecho pensar en ti Vanesa, ¿ podrías darme otra oportunidad? te echo de menos.

-- ¿Ay, y me vienes con esas ahora? Han pasado ya 6 meses y ni 1 llamada tuya he recibido en éste momento, pero supuse que estarías dolido también, por loque te lo dejé pasar. No creas que a pesar de todo te he olvidado, no, pero es que ha ocurrido algo y... no sé si es ahora el mejor momento para..

Cristian se arrodilló ante ella

-- Por favor, sea lo que sea lo podemos afrontar juntos

-- No sé... es que no me queda mucho tiempo tampoco y...

-- Al menos, intentémoslo, dijo él  casi suplicando e interrumpiéndola

-- Está bien, concedió ella besándolo

Cristian entonces la agarró y la obligó a ponerse de rodillas, se bajo los pantalones y la hizo chupársela

-- ¡ glub glub glub!

-- ¡ Ay, sí, cuánto te echaba de menos, sí, chúpala zorra, chupa! ¿ te gusta la polla de un buen macho, verdad? ¡ chupa puta! ¡ chupa!

Cristian la folló fuertemente la boca, a la pobre Vanesa le costaba respirar

-- ¡ upp glub....!

Unos minutos más tarde se vino dentro de ella fuertemente

-- Traga traga putita, que la lechita te hará bien, dijo Cristian en tono burlón, dejándola un poco humillada, aunque  Cristian no se disculpó en ningún momento.

Las chicas llegaron poco después con 7 perros, Cristian salió a inspeccionarlos de cerca.

Patricia entró en la tienda cuando él salía, y una vez dentro vio a Vanesa llorando en un rincón.

 ¿ Qué te ocurre cariño? la preguntó, no llores así

-- Yo, es que creí que había cambiado, que me respetaba ahora, lo amo demasiado pero..  y... ya sabes.. ahora con mi enfermedad.. creía que era la última oportunidad para que volviéramos a estar juntos, pero sólo parece verme como un trozo de carne.

Patricia la agarró fuertemente y la apretó sobre su pecho para que llorase a gusto

- ¡ Ya está ya está, vamos, venga, ya, ya, calma, vamos...! los hombres es lo que tienen hija, se creen los amos del Mundo y cogen y toman lo que quieren. Pero debemos de hacer que te respete.