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Esclava zoo

en Zoofilia

Hola. Después de mucho tiempo, por fin me he decidido a contar mi historia. Puedo decir con toda seguridad que es a la vez, lo mejor y lo peor que me ha pasado en la vida.

Empiezo por presentarme. No revelaré mi nombre real ni mi ubicación, pero pueden llamarme Leni. Actualmente tengo 30 años, pero esto paso hace 10, justo cuando empezaba la universidad y conocí a mi pareja.

En ese entonces yo era una chica bastante atractiva y desinhibida. Soy alta, mido 1.73, siempre he llevado el cabello castaño largo, de cuerpo no soy nada del otro mundo, pero poseo un buen par de tetas y piernas largas. En cuanto al sexo siempre he sido bastante liberal, eso fue lo que me arrastro a esta situación, pero no me quejo.

Siempre me ha gustado el sexo duro, rudo y sin complejos, que me dominen y me aten, que me empotren contra la pared mientras me follan sin piedad, hacer llegar mi cuerpo a los extremos más profundos, tengo un especial fetiche por las inserciones con objetos grandes, me gusta tener el coño siempre lleno, ya sean vergas u objetos, entre más grandes mejor. (Estoy redactando esto con un vibrador dentro de mi.) 

En esta parte de la historia les relato como comenzó todo, como con una simple película se desmadró el asunto y termine encerrada en un establo, atada de pies y manos y siendo follada por perros mientras hombres desconocidos me filman y toman fotografías mientras se hacen pajas y tienen sexo.

El día que todo empezó era un viernes, por la noche concretamente, estaba con Leo, mi novio, llevábamos ya varios meses saliendo, y el ya sabía de mis gustos y fetiches. Nuestra rutina de viernes después de clases consistía  en comprar comida para llevar y cenar en casa mirando una peli para terminar después follando toda la noche de manera salvaje, como nos gusta a los dos.

El jugaba el papel dominante en la relación, a veces no hacia falta que le dijera lo que quería que me hiciera por que el ya lo sabía o simplemente me sorprendía con algo nuevo que siempre terminaba conmigo corriéndome a gritos convulsionado ,pidiendo más y el corriéndose dentro de mi de manera poderosa.

Esa noche yo había ido a comprar comida china mientras el iba al club por la película. Estaba ya en casa preparando la mesa cuando escucho que Leo suelta una exclamación de sorpresa y aparece en la cocina diciendo emocionado:

-Mira lo que el guarrete del club ha hecho, se ha equivocado de disco el muy pringado!- dijo mi mientras me enseñaba el disco.

-Pero si es una porno! Y de las heavies!- exclamé yo al ver la imagen de la mujer a cuatro patas y con una especie de disfraz de perro.

-Anda, date prisa, muero por verla! -dijo mientras salía de la cocina llevando dos botellas de coca cola.

Me apresuré a poner la mesa frente a la tele y cuando me disponía a sentarme leo me dice:

-pero que haces??? Desnúdate, y ponte tu disfraz guarro de perrita, que antes de que la peli acabe yo ya te follé 5 veces.

Y así lo hice, obedecí a sus órdenes mientras me apresuraba a buscar el disfraz que quería,. El disfraz no era nada mas que dos piezas de lencería transparente y unas orejas de perro. Cuando regrese a la sala el ya se encontraba desnudo con su polla medio erecta, lista para la acción. 

El principio de la peli era bastante lento, así que nos dedicamos a cenar, la chica de la peli vivía en una especie de granja, cuando de pronto sale un grupo de hombres, y entre todos la obligaban a desnudarse y ponerse un disfraz de perro, el cual consistía simplemente en unas orejas y una cola. Al principio no captaba bien como iba la cola, pero cual fue mi sorpresa al ver que este era un plug anal, con una cola de animal atada al extremo.

Para este momento yo ya estaba bastante excitada de ver como obligaban a la chica a ser atada mientras otro le escupía en el ano para así poder ensartarle el plug anal que media unos 10 ms. Cuando hubo terminado la imagen de la chica, a cuatro patas, sometida ante esos hombres y con su culo en punta, mostrando esa cola animal, despertó algo dentro de mi. Puse pausa a la peli y le dije juguetona a leo:  

-Amor, esto me está dando una idea-  le dije, mientras me sentaba a horcajadas sobre el y me metía dentro la punta de su pene y el mordía mis pezones duros como una roca.

Salí de el y fui corriendo a mi habitación, busque en mi armario un abrigo de invierno que tenía especie de cuello de pelo removible, lo saque y fui directo al cajón de mis juguetes, cogí el plug anal mas grande que tenia y le até el cuello de pelo a la base, quedé impresionada con el resultado, era justo como la cola de perro que llevaba la chica de la peli y yo me moría de ganas por llevarlo.

Cuando salí, leo estaba haciéndose una paja, su cara se iluminó cuando vio lo que llevaba en la mano. 

-Eres una puta viciosa, ven aquí, que te voy a hacer una perrita- me dijo.

Me acerqué y le di el plug, el inmediatamente me ordenó ponerme en 4 patas y yo sumisa obedecí, ansiosa ante lo que se venia

-Te lo voy a meter todo de golpe, así que quiero escucharte gritar de dolor.

Mientras me decía eso, pasaba el plug por mi vagina para lubricarlo, yo en este punto estaba ya súper excitada y mi vagina era ya todo un río. Sentí como colocaba la punta del plug en la entrada de mi ano y empujaba, aunque estaba bastante bien lubricada, no conseguía entrar, así que me acomodé mejor mientras abría más las piernas y subía el culo.

-Mira que estrecha estas del culito, este culito es mío y te lo voy a romper todo.- me decía mientras me daba una nalgada e iba empujando el plug.

Yo sentía un dolor indescriptible, sumado al ardor de mis paredes abriéndose y rasgándose ante la entrada inminente del plug. 

-Si papi. Este culito es todo tuyo, rómpelo. Lléname toda.- dije entre jadeos de placer.

-Ah si? Quieres que te rompa toda?- preguntó Leo mientras hacía más fuerza con el plug que no conseguía entrar del todo

-Si…. Por favor…. Toda… duele…me estás rompiendo…joder…para…PARA!... me duele!- los gemidos se habían convertidos en súplicas de dolor, podía sentir mi agujero siendo forzado por tremendo objeto, pero las sensaciones de placer que esto me provocaba eran indescriptibles. 

-Claro que duele… mira cuanto te estás comiendo, serás una perra obediente?- dijo esto mientras me cogía del cabello y tiraba de mis pechos.

-Si, seré tu perra-

Esas fueron las palabras que lo cambiaron todo para siempre.

Justo cuando termine de decirlo pude ver un brillo perverso y malvado en sus ojos. Acto seguido sin contemplaciones terminó de empujar el plug dentro de mi. Mis gritos de dolor eras apaciguados por los cojines del sofá y poco a poco se transformaron en lamentos de placer, al tiempo que Leo embestía con sus con su mano dentro de mi coño.

-Puedo sentirlo, lo estoy tocando- dijo Leo mientras masajeaba mis paredes por dentro.

Acto seguido me corrí, con la mano de Leo y el plug dentro de mi. Podía sentir mis paredes contrayéndose alrededor de aquellos cuerpos extraños, las contracciones fueron seguidas de un liquido caliente que bajaba por mis piernas.

Cuando me disponía a darme la vuelta para mamársela y que el se corriera también, me dijo que no.

-Todavía no, la película aún no termina y se me ocurren otras cosas para hacerte.- dijo mientras daba play a la película.

Yo estaba deseosa de más, quería su pene y toda su leche dentro de mi. Mi vagina quería seguir siendo taladrada, mis pezones mordidos, necesitaba con ansias su verga dentro de mi.

Cuando volví a centrar mi atención en la película, la mujer estaba ya atada de manos y pies, de una manera que quedaba en 4 patatas sin posibilidad de escape. Acto seguido, un hombre clavo acercaba a un perro atado a una correa. El pero era un gran danés y al ver a la chica comenzó a olfatearle el culo, a la vez que pasaba su lengua por toda la extensión del sexo de la mujer. El ver a la chica ahí, sometida y sabiendo que iba a ser forzada a mantener relaciones con ese perro hizo que automáticamente me pusiera a cien otra vez.

Comencé a masturbarse mientras veía como el mismo hombre calvo acercaba al perro hacia la mujer. Este sin ningún esfuerzo, se colocó sobre la chica, sabiendo ya lo que tenia que hacer. Debajo de sus patas traseras ya colgaba un enorme pedazo de carne rojo y brillante que goteaba ansiosamente.

El perro comenzó su característico movimiento de bombeo pero no conseguía ensartar a la chica, así que otro de los hombres se acerco, tomó la verga del perro y la apuntó hacia los labios de la mujer, que se cerraron sorprendidos ante el toque de aquel pene animal.

En menos de 2 segundos, aquel tronco rojo y palpitante entró sin piedad alguna dentro de la chica, haciendo que esta soltara un grito desgarrador. Lágrimas corrían por sus mejillas, al tiempo que imploraba piedad y pedía que detuvieran aquel acto. Parecía que entre mas lloraba, mas fuerte bombeaba el perro.

La verga del perro entraba y salía del coño de la chica a una velocidad impresionante, ver como ese pedazo rojo y palpitante se desaparecía y volvía a aparecer de las entrañas de la mujer me hacía sentir un morbo tremendo. Ver como sus pechos se balanceaban de un lado a otro con cada embestida me hizo desearlo, algo en lo más profundo de mi ser me pedía ser violada de aquella manera tan animal y salvaje por un perro.

Estaba concentrada en mis pensamientos cuando escuche:

-Joder! Cacho polla… le está metiendo toda la bola…

-que bola? Dije mientras seguía masturbándome.

La chica estaba en trance, recibiendo obedientemente aquella bola de carne roja y llena de venas que el animal intentaba forzar hacía su matriz y así, poder llenarla de su leche y lograr su objetivo: fecundar a su hembra. 

Hubo un forcejeo y después otro grito desgarrador, el perro había conseguido meter toda la bola dentro de la chica, una bola del tamaño de una pelota de béisbol. El perro se quedó quieto y del coño de la mujer empezó a escurrir una parte de la leche que el perro le estaba eyaculando, mezclado con los jugos de la chica y escurrían como un  rio por sus piernas.  hasta perderse en el suelo del granero.

Después de eso, el perro hizo el intento de bajarse de la chica pero habían quedado enganchados, cada vez que el perro intentaba bajarse, la mujer soltaba pequeños gemidos de placer. Una vez que hubo conseguido bajarse, quedaron culo con culo enganchados, una escena aberrante que me atraía de sobre manera,  al ver eso, mi propio coño empezó a palpitar, sentía como se abría y cerraba como buscando una polla que abrazar, ansiaba el calor de la polla de un perro. Era la escena más excitante que había visto en mi vida. 

Creo que Leo lo sabía, me miraba con ojos intrigados, se puso de pie y tomo una de las botellas de coca cola que había en la mesa y se dirigió hacia la cocina, dejándome ahí en el sofá con la cabeza dándome vueltas.

Regreso y traía la botella llena de lo que parecía ser agua caliente.

-Anda, ponte de perra que te voy a llenar toda hasta que no te quepa mas- dijo mientras tiraba de la cola del plug que seguía conectado dentro de mi, lo que me. Hizo soltar un aullido.

-si si, lléname toda, te necesito dentro, quiero toda tu leche. Quiero que me llenes todos los agujeros- supliqué.

Acto seguido me puso en 4 patas mientras me sujetaba las caderas y apartaba la cola hacia un lado. de una sola estocada me metió su pene hasta el fondo y lo sentí gemir de placer. Al parecer sentir el plug oprimiendo su pene dentro de mi le causaba más placer aún. 

-oh si… la tengo toda dentro… dame duro…- podía sentir su pene llegar hasta la entrada de mi matriz. 

-Te gusta fuerte en? Pues tómala toda,- decía mientras con sus caderas me embestida a un ritmo desenfrenado y con su mano jugaba con el plug, tirando de la cola.

Sólo  escuchaba el ruido de su cadera chocando con mi culo y el sonido de nuestros sexos empapados de nuestros fluidos.

Cambio de posición sus manos que antes estaban amasado mis pechos, las llevo hacía mi cabello, haciendo que me levantará y acerco mi oído a su boca.

-Quieres saber lo que se siente que te llenen toda de leche? Que te llenen hasta reventar y no te quepa mas??- pregunto seductoramente en mi oídio.

Para este momento yo ya no estaba en mis 5 sentidos, estaba flotando en éxtasis de placer y mi subconsciente fue el que habló por mi.

-Si… quiero ser tu perra, que me folles como los perros follan a sus perras y quedarme abotonada, Que me llenen de leche… enseñarme que se siente.-

Al terminar de decir esto, dio una fuerte embestida y terminó dentro de mi, llenándose con su semilla, pero después hizo algo que no había hecho nunca. No se quedó dentro de mi como hacía normalmente, justo después de la última sacudida, saco su pene ya semi erecto y sin previo aviso me metió la botella de coca cola por mi abertura que ahora estaba vacía y palpitante.

Al sentir aquel cristal ardiente di un respingo hacia adelante tratando de huir, mi coño estaba muy sensible y  debido al plug ya no quedaba mucho espacio, además, el agua estaba demasiado caliente.

-Leo por favor… para… el agua quema.. No aguanto mas… para…- dije entre lágrimas, aun sabiendo que no iba a parar.

Leo me cogió fuertemente del cabello impidiéndome escapar y me dijo:

-Querías saber lo que es que un perro se corra dentro de tu? Pues esto es lo más parecido a eso. Ahora te la comes toda…lo estas deseando… se te nota… eres una perra nata…

Leo había insertado la botella hasta la mitad y vertía el contenido caliente dentro de mi. Por mi cara corría un camino de lágrimas que se perdían en mi boca y s mezclaban con mis gemidos de dolor. El agua quemaba, pero era a la vez reconfortante el sentir como se mezclaba con su semen y me iba llenando cada rincón de mi, hasta llegar a la matriz.

Cuando hubo vaciado todo el contenido dentro de mi me dijo.

-Ahora quiero ver como te corres y sacas toda esa leche para mi-

Me masturbó un poco con la botella, metiéndola y sacándola, esto hacía que un poco del agua mezclada con nuestros fluidos bajará por mis piernas, justo como con la chica. Menos de un minuto después no pude resistir y explote en un orgasmo bestial y sonoro, mis gemidos resonaron por toda la sala mientras mi vagina estallaba en una explosión de agua y placer, inundándolo todo.

Leo me miraba mis tras se acariciaba el pene y sonreía. Me deje caer exhausta en el sofá. Aun con el plug anal puesto. Todavía me estaba recuperando de aquel salvaje acto cuando Leo sin previo aviso, saco de un tirón la botella de dentro de mi, lo que provocó un extraño sonido de vacío, el cual fue acompañado por mas de ms jugos, tenia el vientre lleno del agua que Leo me había insertado.

-Ahora si, esto es lo más parecido que te puedo ofrecer de momento, te prometo que la próxima vez será mejor…-

Eso fue lo que creí escuchar, me estaba introduciendo en un estado de adormecimiento y placer post coital, el cuerpo no me respondía y no me daba cuenta de lo que acababa de hacer. Le había mostrado a Leo mi más profundo deseo y lo peor de todo es que le había dado carta blanca de hacer conmigo lo que el quisiera. A partir de ese momento, perdí todo poder sobre mi cuerpo y mi persona…me había convertido en su hembra…su perra.