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Mis dias en prision 7

en Gays

 

MIS DIAS EN PRISION 7

 

 

DIA SESENTA

 

La prisión estaba convulsionada. No me enteré hasta cerca de las diez de la mañana. Había estado ocupado atendiendo a Pedazo y sus necesidades matutinas. Una buena mamada a su fierro caliente y duro. Notaba que algo pasaba alrededor. Luego de que hiciera explotar dos veces al semental negro, me enteré de lo que estaba ocurriendo.

Es que venía  a prisión el cantante Walt Sonora. Un cantante que venía a prisión una vez al año y daba un recital para los presos. Como una cuestión solidaria.

Llegaron a buscarme Banana y Garrote. Tenían orden de llevarme ante el director Sanpietri.

__¿Y para qué me quiere?__ pregunté

__¡Eso no lo sabemos!!__ comentó Banana. Mientras hablaba con ellos me vestía porque aún estaba desnudo. Notaba que ellos me miraban con deseo y lujuria. pedazo se había marchado hambriento, buscando algo de comer.

__¡Chicos!__ dije sonriendo, mientras Garrote acarició mi nalga derecha, con sus grueso dedos.

__¡Vamos!¿Qué sucede?

__¡Estas tan bueno!__ comentó Banana apretándose el paquete que note gordo. Al decir esto, toco mis hombros acercándose peligrosamente a mi boca y mi cuello.

Garrote ya había bajado un poco mi calzoncillo. Pellizcaba mis carnes ardientes. Banana besaba mi cuello. Yo suspiraba y trataba de correrme, pero estaban tan calientes y hacía rato que no estaba con ellos.

Tomé la vergota de Banana por sobre la ropa. El gimió y se estremeció. Garrote había sacado a la luz su tremenda poronga bella y dura.

La acaricié y estaba desnudo otra vez frente a aquellos hombres deseosos de mi culo. Banana se restregó contra mi desnudo culo. Garrote busco mi boca y me la abrió con su lengua. Ya estaba tan caliente como ellos.

Los dedos de los hombres hurgaban mi entrada  resbaladiza. Húmeda. A punto de ser penetrada por esas buenas vergazas.

Banana se quitó su ropa. Se tiró en la cama. Al borde casi sentado. Su tremenda herramienta apuntando al cielo.

Me fui sentando sobre ella acariciando su pecho fuerte y bien trabajado. El mordía sus labios gruesos. Gemía bufando como caballo. Hundí la vara.  Estaba tan ancho. Tan dilatado que gemí rogando.

__¡Ahhh, Garrote entra tu también , anda entra en mi ojete, ahhh!!!__ Garrote beso mi espalda. Mordió mis nalgas. Mientras yo cabalgaba en desorden a Banaba que gruñía como  endemoniado.

Garrote colocó su lengua y lamió mi agujero y la barra de carne de Banana. Besó los enormes huevos del negro que me tenía clavado. Banana tembló de locura y placer.

Luego de pie tras de mi, sujeto mis caderas, yo me detuve en mis embestidas. Apoyó su cabeza viril en el agujero. Fue haciendo presión. Yo me fui abriendo salvajemente. Empujo y fue entrando. Mis gritos se alzaron por el lugar. Banana metió los dedos en mi boca. Los chupé, moviendo mi cabeza y mi culo, ahora atrapado por aquella vergas rocosas y hermosas.

Garrote bramó al entrar en mi ojete abierto de par en par. Las bolas de Garrote se golpeaban con las de Banana. Yo empecé a largar leche rociando todo el estómago y el pecho de Banana.

Esto hizo temblar a los negros que dentro de mi ojete rozaban y frotaban sus espadas. Allí mismo descargaron sus pistolas dentro de mi ahuecado culito. Me mordieron el cuello, las orejas, la nuca. Llenando mi canal de semen. Inundando todo el recorrido.

Luego me besaron con sus tremendas vergas dentro de mi. Sin sacarla por unos momentos. Al sacarlas las tome una por una con mi boca y chupándolas las limpié. Dejándolas brillante. Lustradas.

__¡Bueno chicos debo irme!

__¡Eres una perra Luli!!

__¿Les gusto o no?__ pregunté mientras me vestía a los apurones.

__¡Claro!¡Suerte que tiene Pedazo!!__ dijo Garrote

__¡Nadie es mi dueño!__ dije sonriendo mientras los besaba a cada uno, lamiendo sus labios y perdiéndome raudamente.

El director Sanpietri me saludo un poco tenso

__Hace rato que te llame…

__Recién me avisan jefe…__ dije sin ponerme colorado.

__¡Está bien, está bien!

__¿Qué sucede?

__Mira te habrás enterado que viene Walt Sonora…

__Sí, hace un momento…

__Bueno, este artista, tiene sus mañas…y te he elegido a ti para que lo atiendas en todo lo que demande…

__¡No hay problema director…!

__¡Sabía que podía contar contigo!! Por supuesto tendrás una buena recompensa…__ diciendo eso me acarició las nalgas, que note aún chorreaban  la leche de Garrote y Banana. Recordé que debía darme un baño inmediatamente.

__¿Y a qué hora debo estar listo?

__¡Ya! ¡Bueno, es decir en unos minutos!__ así que corrí a la ducha y me di un refrescante y espumante baño.

Una vez que estaba limpio, me presente en el lugar que debía. Golpeé la puerta y una potente voz me dijo que pasara.

Allí estaba el famoso Walt Sonora envuelto en una bata de seda roja brillante. Era alto. Bien formado. De espalda ancha. Tenía en la cabeza un sombrero vaquero y hablaba con un tono fuerte y campechano.

__¡Pasa, pasa, que no voy a comerte, bah, es una forma de decir!!__ me palmeó el hombro. Noté que estaba desnudo. Sus piernas no tenían vellos y su pecho estaba limpio. Olía bien.

__¡Así que tu eres Luli, el director te recomendó especialmente!

__Bueno, me alegra…__ dije sonriendo

__Bien, bien, debo decirte, Luli que antes de salir a cantar debo relajarme…

__Sí señor…

__Entonces acércate, ven…__ dijo Walt. Se apoyo en una mesa que había por allí. En esa especie de camarín que le habían armado en una de las habitaciones vacías que hay en prisión.

Corrió su bata roja brillante y mostrándome un culo fibroso y bien suculento, indico que metiera mi lengua en el. Hacia allí fui. Rocé con mi lengua sus nalgas rozagantes. Las mordisqueé unos instantes para luego zambullirme en las profundidades de su agujero central

Sentí sus gemidos inmediatos. Su ojete se abrió y se humedeció rápidamente. Su respiración cambió y se aceleró. Su posición fue aún más empinada para que mi lengua penetre bien, para que hurgue, para que hunda mi estilete y Walt que gruñe desaforado cada vez más

__¡Ahhh Luli necesitaba esto, eres bueno, ahhh, muy bueno!!__ huelo sus pelotas gordas y duras. Les paso suavemente la lengua. Noto que el hombre enloquece. Vibra. Se estremece. Mi saliva se desparrama por toda aquella zona.

De repente se da vuelta. Gira. Salta frente a mi boca una poronga bestial. Es gruesa. tanto casi como la de Pedazo. Es blanca y rojiza.

__¡Cómela, perra, anda chúpala, necesito eso!!!__ rodee con mis labios calientes aquella cabeza que brillaba y latía. La acaricié con mis labios y luego con mi lengua. El se tensaba y se agitaba. Con mis manos me aferraba a sus nalgas. Las apretaba. Tragué hasta lo que más pude de aquella tremenda espada dura y rocosa.

__¡Así hazlo, ahhh perrita así, come, come, putita!!__ recitaba como en lejanía aquel bravo macho. Con mis dedos juguetones alcancé el agujero. Lo raspé. El se movía con sus caderas hacia adelante y hacia atrás. Hundí su pijota en mi boca que se abría al máximo.

La bata roja brillante se había caído al suelo. Solo quedaba en la cabeza de Walt, el sombrero. El acariciaba con sus manos grandes mi cabeza y luego sus pechos erectos. Gemía, mientras yo comía y comía aquella poronga divina.

Empezó a mover sus caderas cada vez con más velocidad. Empujaba y empujaba y yo rodeaba con mi boca aquel bocado. Sentía que se hinchaba cada vez más. Se agrandaba. Cada vez mas dura y rígida. Sus gemidos enloquecidos subían en intensidad.

Con un gran bramido empezó a descargar su furiosa acabada. Yo tragaba  y tragaba. Los escupitajos golpeaban en mi paladar y en la campanilla.

Una vez que terminó de largar su leche en mi boca, Walt, busco aire. Se acomodó el sombrero. Con su verga bamboleando fue hasta el grifo, lo abrió, se lavo un poco. Acomodó su ropa. Me miró.

__¡Preciosa Luli, te quiero aquí cuando terminé mi show, esto no ha terminado!!__ eso me dijo y se retiro de mi vista. Quede en el lugar que le habían preparado para su actuación.

El bullicio general era cada vez más exultante. Walt Sonora empezó su show. Mientras estaba en el camarín encontré la ducha y me di un baño refrescante. Olía a limpio y natural cuando salí de allí. Pasaron los minutos. Se escuchaba la reacción de los presos. Gritos. Aullidos y la música corría sin incidentes.

Me tiré en la cama que habían dispuesto en un rincón de la sala. Sábanas limpias. Era grande. Cómodo colchón, almohadas blandas. Me quedé dormido.

No sabía que hora era cuando desperté. Allí estaba totalmente desnudo y con la lengua de Walt en mi orificio dilatado y presto a ser ensartado por aquel animal endurecido que tenía entre manos el enorme Walt.

Metió un dedo en mi ojete. Mi verga se levantó dando un salto. Empecé a gemir de gusto. El artista sonreía en tanto su propia poronga bailaba saltarina. Resbaló otro dedo. Entraban y yo resoplaba caliente, ardido. Con la otra mano sobaba mi pija levantada. Al rato me untó mi pija con un líquido espeso y de olor penetrante. Bañó los dedos que estaban en mi culito desaforado.

Walt gemía  y respiraba muy caliente. Busco mi boca y me abrió los labios dándome un profundo beso. Mi lengua se movió para chocar con la suya. Movía mi verga. La masajeaba sin parar. Iba a descargar de un momento a otro. Tal vez se dio cuenta y fue aflojando con sus caricias alocadas.

__¡Tu culito pide que lo emperne!__ susurró

__¡Oh si mi macho, cógeme, lléname el culo con tu poronga, anda hazlo!!!__ retozaba de gusto  sabiendo que me ensartaría de un momento a otro.

__¡Quiero tenerte dentro mío!!__ supliqué al hombre alzado. Entonces dejo de frotar mis genitales y me dio la vuelta. Apoyó su herramienta poderosa en mi arito. Paso su cabeza gorda en la entrada. La rozo y yo me estremecí tratando de que ensartara de una buena vez mi culo. El acaricio mis hombros. Mordió mi oreja. La chupó. Me apretujo con sus manazas las nalgas y di un gritito de dolor. Eso le hizo largar un enorme suspiro de placer y mordió mi cuello.

Una vez más paseo su vergota en mi agujero a punto de estallar. Se poso allí. Dio unos giros mas y empujó. La cabeza del miembro resbalo hacia mi interior. Yo largué un quejido. Un gemido. Un balbuceo de placer. El empujó un poco más y yo tiré mis caderas hacia atrás, recibiendo el palo muy dentro de mi.

Una vez allí Walt empezó a moverse con cuidado al principio. Gozando cada centímetro de mi túnel. Apretando mis tetillas. masajeando mi cuello. Mordiendo mi nuca. Yo resoplaba gozando. Gruñía con cada embestida. Ahora Walt se aferraba a mis caderas. Llegaba a mis huevos, los estrujaba con pasión, apretaba mi pija a punto de explotar. Iba y venía dentro de mi. Me gozaba a pleno.

__¡Te gusta mi verga, putita?__ preguntaba suavemente Walt

__¡Siii papi, no la saques, no la saques por favor!!!__ gemía yo y el se inflaba dentro de mi, casi de forma descomunal. Estaba muy caliente. Me clavaba una y otra vez. Apenas sacaba su pistón volvía a hundirlo tomándome por los hombros y sacudiéndome como una rama la viento.

__¡¡Ohhh que gran putón eres Luli, tienes hambre de verga y a mi me encanta dártela, mi putita, mucho, mucho, mucho!!!__ vociferaba con su vozarrón de cantante.

Con mi mano alcancé a tocar sus bolas, las rocé con mis dedos inquietos. Eso le daba ansías y arremetía más caliente sobre mi cola. Bufaba con energía. Era un potro desbocado. Me tenía empernado. Yo no aguante mas y largue mi leche sobre las sábanas limpias. Gimiendo y sollozando.

__¡Ohh mi putita largo su líquido, ahh, como me calientas, estoy por acabar, ahh, ahhh!!__ grito una vez más y su descarga empezó a golpear en mi túnel. Los escupitajos se hacían sentir. El artista bramaba como toro. Se movía hasta quedar echado sobre mi espalda.

__¡Ahh me has llenado con tu leche!!__

__¡¡Sí preciosa, me has sacado mi néctar!!¿Te gusta no?

__¡Me encanta sentir esta pija en mi colita!!__ dije como en un susurro sin aliento. El se movió un poco de mi ojete, sacando su poderosa arma chorreando. Mordió mi oreja. Me giro y busco la boca. Su lengua se hundió en mi caverna. Nuestras salivas se juntaron, se mezclaron corriendo por los labios.

Con sus inquietas manos busco mis tetillas y las pellizco. Enseguida se pusieron en alto. Duras. La piel se electrizo. Jugo con mi semi dormida verga. Tomo con sus manos mis bolas. Las acariciaba sin dejar de meter su lengua profundamente  en mi boca. Con mis manos acariciaba el pecho  musculoso de Walt que se encendía al paso de las caricias.

__¡Ven!__ dijo quitando sus labios de mi boca. Casi que me quede parado sobre su cara. Tragó con furia mi pija. Ya estaba muy dura. La comió glotonamente. Sin reparos. Con sus dedos entraba a su antojo en mi culo totalmente abierto. Jugaba con el. Lo expandía a su gusto. Tragaba sin descanso. Besaba las bolas. Las lengüeteaba. Sus gemidos eran casi ronquidos.

En un momento empecé a sacudirme histérico. La descarga de semen fue furiosa y el trago todo sin reparos. Alargo la mamada después que me dejara sin una sola gota. Estaba en trance. Besaba tiernamente mi verga que desfallecía.

Noté que el estaba nuevamente duro como una roca. Su tranca saltaba de un lado a otro. Entonces fui buscando su boca y chupe su lengua intercambiando saliva y semen. Walt gemía ruidosamente. Me fue empujando hasta su vara en alto. Me fui sentando en ella. Entró hasta las bolas. Daba saltos en ella. Frenético. Parecía un pez ensartado. Aullaba de placer. Esa enorme poronga entraba en mi.

__¡Eres una putita tan caliente Luli!!

__¡Me encanta como coges papi, ahh, ahh, dame verga, quiero tu leche!!

__¡Oh si la tendrás, te voy a llenar otra vez, te voy a dar la leche que quieras!!

__¡Que macho eres Walt!!

__¿Mucho más que Pedazo?__ preguntó sorprendiéndome

__¿Y eso?¿Vas a hacer una escena de celos?¿Conoces a Pedazo?

__¡Claro!¡aquí nos conocemos todos!__ arrimé mis labios a los suyos y no pudo contenerse. Nos besamos. Mordimos nuestros labios. Las salivas bañaban nuestras bocas y dientes. Así entre caricias y gemidos el se fue vaciando en mi. Me lleno nuevamente el culito de leche.

Walt era un macho increíble. Tenía mucho deseo sexual. Tuvieron que venir a sacarlo de la prisión porque no quería dejarme. Estuvo tres días cogiéndome día y noche. Era insaciable..-

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