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Mi historia con Pilar I - El inicio

en Sexo con maduras

En este relato me propongo contar mi historia con Pilar, la musa de mis pajas y mi amor "platónico", todo lo que viene a continuación es real, salvo la última parte que es un sueño y lo que me podría haber curado de mi obsesión.

Pilar, como todo el mundo que haya seguido mis relatos sabe, es mi madrina, en la época en que empieza esta historia ella tenía unos 40 años y yo unos 18 , mi familia y la suya eran amigas de siempre ya que mi padre y su marido trabajaban juntos.

Todo empezó según creo recordar un día en que fui a casa de Pilar con una vecina. Pilar se estaba mudando a su nueva casa y estaba de obras, estaba poniendo un suelo nuevo y está vecina quería ver como quedaba porque quería poner uno parecido.

Pilar estaba vestida con una bata que Le llegaba por encima de las rodillas que ya la había visto en numerosas ocasiones, pero esta vez dirigí la vista a la parte superior, vi unos abultamientos, eran sus tetas, claro, nunca me había fijado en ellas, pero a partir de aquel día cada vez que la veía mi mirada se dirigía a ellas, eran unas tetas grandes, hay que tener en cuenta que Pilar era madre de tres hijos y en esa época acababa de dar a luz al último de sus hijos, con lo cual no es de extrañar que tuviera esas tetazas. Empecé a sentir un calor en la entrepierna mientras temblaba de gusto, mi polla se había puesto tiesa mirando las tetas de mi madrina.

Por otra parte, remarcar que Pilar era un ama de casa como las de esa época, recatada y que apenas salía de la cocina, era bajita y algo sobrada de kilos, pero para mí era la mujer de mis sueños y a partir de entonces la mujer de mis pajas, un día llegué a hacerme seis o siete en poco más de una hora pensando en ella.

Otra cosa en la que me empecé a fijar a partir de entonces era en la ropa que llevaba puesta, sobre todo en sus faldas, que desde entonces se han convertido en mi fetiche, es ver a una mujer con falda y tener una erección, faldas normales, nada de minis, a ser posible por encima de la rodilla, como mucho que dejen descubierto medio muslo.

Hay otra prenda que me encanta del vestuario femenino, pero eso lo dejo para más adelante.

Ese día llegué a mi casa y me fui directamente al servicio, tenía que quitarme la excitación que llevaba encima.

Me senté en la taza del váter con los calzoncillos y los pantalones bajados, allí estaba mi polla totalmente tiesa, la agarré fuerte y cerré los ojos.

- ¡Oh, Pilar, desabróchate la bata!

- Si, Javi, mi amor.

- Venga, quítate el sujetador y enséñame tus tetas.

- Si, Javi, si, sóbamelas, son para ti, ahijado, estoy deseando que me las chupes.

Yo, mientras tanto seguía con la paja, subiendo y bajando mi mano alrededor de mi polla, quería que durará, para lo cual había momentos en que paraba el movimiento. Pilar mientras tanto agarraba sus tetas con ambas manos y las acercaba a mi boca, estábamos de pie en el salón de su casa.

Me metí una de sus tetas en la boca y empecé a chuparla, Le daba lengüeta os al pezón que se puso duro y tieso.

- Sigue, cómemelas todas, últimamente sólo me las chupa mi hijo cuando le doy de comer.

         - ¿Tu marido no te las chupa?

         - No, últimamente estoy muy necesitada.

- Si yo tuviera estas tetas a mi disposición no iba a pasar un día sin comérmelas, que caliente está tu leche.

- Si Javi y yo también estoy muy caliente, me has puesto a cien, tocarme el coño, venga.

Pilar se levantó la falda de la bata y se bajó las bragas, llevó la mano de su ahijado a su húmedo coño.

Javi Le empezó a sobar el coño a su madrina, por fuera.

- Méteme los dedos cabrón, decía Pilar que empezó a desabrochar la bragueta de su ahijado para sacar s polla.

Javi Le metió un par de dedos en el coño y empezó a meterlos y sacarlos rápidamente.

- ¡Así, así! suspiraba Pilar que había empezado a masturbar a Javi.

Javi notó como se humedecía su mano con los flujos de Pilar a la vez que la paja que Le estaba haciendo hacia que se corriera, todo su semen fue a parar a los muslos de su madrina, resbalando por ellos.

- ¿Te ha gustado, Javi?

- Me ha encantado, gracias madrina, dijo Javi con la voz entrecortada, me ha encantado comerme tus tetas.

- Y a mí me ha encantado que me hicieras correr e con tus manos, otro día lo tendrás que hacer con tu polla.

- Si, si, dijo Javi

Pilar metió sus tetas dentro del sujetador y abrochó su bata, se subió las bragas y alisó su falda.

Javi hizo lo propio con sus pantalones y calzoncillos.

Javi abrió los ojos en el servicio de su casa y vio su mano manchada con su semen, se limpió con papel higiénico y salió del servicio.

Aquí termina el primer capítulo de mi historia con Pilar, el de la iniciación, en próximas entregas aparecerá un sujetador en su servicio, la ropa de su armario, lo que yo creo que eran provocaciones suyas y por último lo que pudo ser y no fue, la oportunidad perdida.

Vuelvo a decir que todo lo contado en estos relatos será verdad, o por lo menos la verdad como yo la recuerdo.