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Violación inesperada

en No Consentido

Inés (23) disfrutaba de las últimas embestidas que su novio, Carlos le estaba dando. Estaban en una fiesta en casa de ella, con amigos de ambos. Se habían escapado a su habitación para follar por culpa de un calentón que les había provocado el alcohol. No hubo preliminares, simplemente querían sentirse el uno al otro. Inés en ese momento estaba tumbada boca arriba sintiendo como su noovio llenaba el condón sin dejar de follarla. Le encantaba hacer eso. Una vez terminado, calleron exhaustos, a relajarse antes de unirse de nuevo a sus amigos.

- No ha estado mal no? Espero que no no haya oído nadie - dijo Carlos

Inés respondió:

- No te preocupes, estamos en la segunda planta y tienen musica. Y si nos han oído que se jodan! -

- jajajajaja como eres. Me gustaría darme una ducha rápida. ¿Me acompañas? -

- Ni de broma. Yo me quedo aquí. Cuando salgas bajamos, que me apetece un trago - dijo Inés, mientras se daba la vuelta torpemente quedando boca abajo con claras intenciones de dormir.

Carlos se levantó y echando una ultima mirada fue hacia el baño...dejando la puerta abierta de la habitación. 

Un par de minutos después, Dani, amigo de Carlos de toda la vida, subía torpemente las escaleras por culpa del alcohol, buscando un baño donde mear y refrescarse. Estaba siendo una buena noche. Se tambaleó por el pasillo hasta que miró dentro de una habitación. Desde el pasillo observó lo que posiblemente serían las piernas mas bonitas que había visto en su vida. Entró despacio y ante él estaba Inés. La novia de su amigo, en cuyo honor se había masturbado tantas veces. Estaba desnuda, boca abajo en su cama. Su culo blanco, muy apetecible, ligeramente abierto, dejaba ver un coño húmedo. Más arriba una espalda suave se movía plácidamente al ritmo de su respiración. De su cabeza sólo veía la melena rubia que se desparramaba por la cama. 

La polla de Dani se había estado poniendo dura desde que empezó a analizar las piernas. Entre esa preciosidad, el alcohol y la extrema dureza en sus pantalones, supo que no se iba a ir de allí sin probar aquello. Miró por el pasillo, y al ver que no había nadie, se desabrochó el pantalón y dejó libre su miembro, que apuntaba al techo. Lo masturbó un par de veces, lo empapó en saliva y se acercó sin hacer ruido a la cama.

Inés, por su parte, se trataba de no dormirse, sabiendo que debía volver a la fiesta en unos minutos. El polvo la había dejado muy relajada y tenía las piernas ligeramente abiertas. Le gustaba sentir su coño al aire después de follar. 

Mientras pensaba en esto, sintió que alguien se subía a la cama. "Que poco a tardado en ducharse" pensó mientras poco a poco levantba la cabeza medio sonriendo.

En ese instante, una mano la tapó la boca. Antes de que pudiera hacer nada, sintió una polla entrar dentro de ella, con extrema violencia. Abrió mucho los hojos mientras su grito se quedaba en la mano de su agresor.

- MMMMPH!! - se oyó en la habitación con la primera penetración

"Que ostias está haciendo" pensó Inés. Aún estaba un poco lubricada pero aquello no era común.

Sus pensamientos se cortaron cuando otra penetración la trajo a la realidad. Se dio cuenta de que, fuera quien fuese, ese no era Carlos. La estaba violando! 

Las penetraciones se continuaron. Ella estaba con als piernas muy tensas, intentando deterner a su violador pero esto sólo hacía que su coño apretara más la polla de Dani, que lo disfrutaba intensamente. Una tras otra vez ella sentía una polla caliente llegarle hasta el fondo. Siendo ligeramente más grande que la de su novio, alcanzaba más profundo de lo que ella había sentido, notaba claramente que esa era otra polla. 

- Ya. ya termino. ya termino. no lo he podido evitar Inés lo sientooo - dijo Dani entre susurros al ritmo de las penetraciones.

Inediatamente después ella sintió como se aceleraba. Más fuerza y más intensidad en cada embestida le mandaron un mensaje claro. Se iba a correr.

Él puso una mano en su cadera y la otra la sujetaba el cuello. La sujetó fuertemente y la clavó hasta el fondo, ella aquelló le produjo un pequeño dolor. Tení el coño sensible del polvo de su novio y la fuerza de su amigo no ayudaba. Sintió perfectamente como la polla saltaba dentro de ella y era rellenada con una carga potente de semen, mientras soltaba pequeños gemidos.

El se salió lentamente, mirando atentamente como su corrida se salía del coño. Miró su polla empapada y sonrió. Su fantasía se había cumplido. La cogió de la cabeza, y guió su polla aun erecta a su boca. Ella, humillada y sumisa, dejó que se la metiera y la restregara contra su lengua para limpiarla.

- Gracias - dijo él calmadamente antes de bajar. Como su no hubiese sucedido nada grave.

Ella se quedó ahí tumbada. Unos minutos después apareció Carlos, con una gran sonrisa en la cara y con ganas de fiesta y amigos:

- ¡Venga dormilona! vamos a la fiesta que me apetece ver a Dani y a estos! -