miprimita.com

Un tipo decidió reprogramar a mi futura esposa 6.

en Control Mental

Aquella noche apenas logré dormir tres horas y en mi cabeza se empezaban a agolpar demasiadas cosas. Lo que había vivido aquellos últimos días era una auténtica locura.

Estaba recapitulando todo lo que me había sucedido en apenas una semana.

Ver con mis propios ojos como Marta era follada por multitud de tíos, que ella me abandonará y que gracias a un golpe del destino descubriera sus videos y que todo esto además me llevará a pajearme gracias a la ayuda de Rita era demasiado para mí. La única parte de razón que aún parecía residir en mi era la de que querer recuperar a Marta, aunque aún no sabía cómo lograrlo

Al despertarme me duché y al salir del baño apareció Rita y es que ahora no sabía cómo podría afectar lo sucedido la tarde anterior.

- Buenos días Rita.

- Buenos días Sergio-aún medio adormilada-.

Me estaba tomando un café y entonces apareció ella demostrando ser una persona más fuerte que yo y lo que me dijo me dejo alucinado.

- Sergio, he estado pensando y tienes que recuperar a Marta o te vas a consumir pensando en ella. Todo lo que estás viviendo te está llevando al límite y no quiero verte caer en una depresión. A partir de hoy tendríamos que saber qué hace dónde va y con quién se mueve.

- Yo no puedo seguirla o merodear cerca de ella, a lo mejor me ven y puede salir ella mal parada de la situación.

- Se me ocurre una idea -con una sonrisa de lado a lado- cuando terminé de trabajar me dices sus horarios y todas sus rutinas y yo la sigo.

- ¿Estás segura?

- Yo con la moto aparco en cualquier esquina, tu sólo dime donde vive y más o menos lo que recuerdas que hacía.

Antes de salir me dio un beso en la mejilla y es qué si no hubiera estado colado por Marta, no me hubiera costado enamorarme de Rita.

El plan tenía que ser perfecto y no creo que a Rita le costará adivinar que hacía ella.

Rita salía antes de trabajar para comenzar sus investigaciones, regresando a casa a última hora de la noche y diciéndome siempre "estáte tranquilo que cuando tenga toda la información te lo explicaré todo".

El viernes por la noche vi como pasaban las horas. Cuando cerca de las dos de la madrugada llegó Rita.

- Rita ¿estás bien?

- Si.

- Es que a estas horas yo alucino.

- ¿Quieres ver mis resultados?

- Si, es que me tienes en ascuas.

- Bueno tengo noticias buenas, no muy buenas y malas. Pero te explicaré las cosas desde el principio.

- Cuéntamelo no aguanto más.

- Me aposté delante de su casa y en una cafetería tomé algo. La seguí sin que me viera y vi que se dirigía a un gimnasio que es solo para mujeres, aquí puedes estar tranquilo. Esa es su rutina diaria con su vida, no la vi con nadie ni la vi hacer nada extraño, así todos los días menos esta noche.

- No me digas más.

Mi cara lo decía todo y sabía lo que vendría a continuación.

- Vi que cogía un taxi y la seguí, la dejaron cerca de un hotel del centro y cuando bajó su look era totalmente diferente: llevaba el pelo recogido, y una chupa de cuero que apenas le cubría el culo y una minifalda blanca. La seguí hasta el hotel y vi como hablaba con un chino que deberían tener unos treinta años y como subía a un ascensor con él. Me fijé en la planta que paraban y allí la empecé a vigilar, el chino iba con un traje y no paraba de magrearle el culo y ella se dejaba hacer y le parecía la cosa más normal del mundo.

- No hacen falta más detalles, me lo imagino.

- Si para mí fue duro no quiero imaginarme lo que es para ti Sergio.

- Ya lo sé y por eso que me ayudes es algo que no tiene precio y es que eres la única que me comprende, porque hoy mientras tú estabas he recibido un mensaje de la hermana de Marta.

- ¿Y que decía?

- Que era un desgraciado, que era esto de dejar tirada a su hermana justo antes de la boda, que era un malnacido y de todo tipo de palabras malsonantes que me quiero ahorrar.

- Vaya noche Sergio, pero bueno tengo que acabar con lo que vi o pude ver. Salió a la una y media de la madrugada y algo borracha. Me di cuenta de sus tetas, y es que aquello no es normal parecen dos balones de fútbol y parecía una zorra cualquiera. Lo siento.

- No pasa nada, ya veo que es un caso perdido -totalmente abatido-.

- No pierdas la esperanza, no será fácil, pero lo lograremos. Mañana saldremos con unas amigas mías a tomar algo. No quiero que el desánimo se apodere de ti.

- En estos momentos no estoy yo para mucha fiesta.

- No digo que tengas que salir a follar, pero al menos que te dé un poco el aire y piensa que no aceptaré un no por respuesta.

- De acuerdo, pero piensa que no soy el mejor compañero para salir de fiesta.

Esa noche viendo lo abatido que estaba Rita se quedó conmigo toda la noche. No hicimos nada y es que no fuera por qué no me gustará, sino que su amistad y lo que había hecho por mí era superior a todo.

Aquel sábado nos preparamos para salir, aunque pocas o nulas ganas tenía yo.

A las ocho en punto quedamos en un local para tomar algo antes de ir a cenar. Aquello parecía una noche de chicas y yo el único hombre del grupo. Aquellas mujeres debían rondar entre los treinta y los cuarenta. En ningún caso intentaron nada conmigo (seguramente Rita las habría aleccionado), e incluso estuvieron bastante comedidas conmigo, al cabo de un rato fuimos a cenar a una pizzería y allí empezaron a hablarme y a dirigirse más amistosamente.

- Rita nos ha comentado que tu novia te ha dejado-dijo Alba-.

- Si ha sido bastante traumático y aún no lo he superado.

- Viendo lo educado que eres no vas a durar nada en el mercado-dijo Berta riéndose-.

La cena me ayudó a liberar ciertas tensiones y por extraño que fuera estando con aquellas féminas empecé a sentirme mejor y es que no estaban nada mal ninguna de ellas.

Eran sobre las doce de la noche que a punto de entrar en un garito de moda y estando bastante más alegre (no era por el alcohol). Me topé con Nadia la hermana menor de Marta.

- Vaya vaya...que bien que te lo estás pasando cuando no hace ni una semana que dejaste tirada a mi hermana y ya vas a pillar cacho con un grupito de señoras.

- Rita por favor id entrando que yo ahora os alcanzo.

- A lo mejor te he frustrado el plan de poder follar esta noche-de viva voz-.

- Mira Nadia tú no sabes de la misa a la mitad y si no me quieres escuchar peor para ti, pero tu hermana tiene problemas muy graves.

- El único problema que ha tenido es conocerte a ti.

- Si quieres nos vamos a otro sitio para discutir sobre tu hermana.

Ella dejó al grupo de chicos que iba con ella y nos alejamos en dirección a un callejón cercano, no quería montar un escándalo en medio de tanta gente.

- Tu hermana tiene problemas muy graves.

- Tu has sido su problema.

Mientras le decía estas palabras ocurrió lo que yo no hubiera imaginado nunca en mi vida y es que por aquella zona apareció Marta acompañada por unos tipos que deberían tener unos sesenta años y que iban muy elegantes, mis ojos se pusieron como platos y es que ya era casualidad encontrársela.

- Ya veo que tu hermana se ha olvidado de mí rápidamente.

Nadia se giró y vi que su cara era un auténtico poema y es que no entendía que hacía Marta a esas horas con dos tipos que podían ser su padre perfectamente.

- ¿Ahora me crees?.

- Esto no quiere decir nada.

Cuando los dos tipos le magrearon el culo a la vez y a ella pareció no disgustarle.

- ¿Qué coño hacen estos vejestorios? -decía Nadia-.

- ¿Quieres que te cuente o no?

- Si, pero sigámoslos estoy intrigada.

Los seguíamos de cerca cuando llamaron a un taxi. Marta iba con su look de putón: unos zapatos de tacón altísimo, unas medias de rejilla, una falda de cuero y un top de tirantes, con el frío que pelaba y ella así.

- Joder Nadia, los hemos perdido.

- Espera un momento.

Vi que revisaba el móvil y miraba una app.

- ¿Qué coño haces? que se nos van.

- Espera un momento.

- Que se van.

- Eureka, tenemos un coche para seguirlos.

- Venga vamos.

Subimos en un Smart que reservó a través de una app y nos lanzamos a seguirlos y fue entonces que decidí preguntarle a Nadia sobre su hermana.

- ¿Qué te parece la actitud de tu hermanita?

- Me sorprende mucho y es que no entiendo lo que le pasa.

- ¿Y físicamente no la ves cambiada?

- Mucho el pelo y sobre todo....

- Las tetas que se ha puesto tu hermana.

- Son descomunales, tanto yo como Olivia nos alucinamos y es que lo único que nos dijo era porque no le gustaba su pecho, pero su tamaño actual es demasiado. Así que cuéntame que sabes de una puta vez.

Estuvimos unos veinte minutos siguiendo al taxi cuando vimos que paraba ante un local que no conocía de nada y que de fuera no tenía ningún cartel en especial y sólo una pequeña placa que no podía leer.

- ¿A ver Sergio que le pasa a mi hermana?

- Si te lo digo no te lo vas a creer.

- Después de lo visto esta noche, creo que me lo creo todo.

- De momento aparca el coche que tenemos que seguirla.

Un sábado por la noche y aparcar eso sería una odisea, pero lo logramos.

- ¿Me lo cuentas o qué?

- Tu hermana está controlada mentalmente por un malnacido.

- No me lo creo.

- Es normal, sin pruebas nadie se lo cree.

- Pero mira te lo diré sin ningún tipo de rodeo, tu hermana ha follado más en un mes que tú y yo en toda nuestra vida.

- Escucha Sergio que yo no me puedo quejar. En cuanto a lo del control mental tengo mis dudas.

- Es un tipo al que ella le habla como señor, la he visto en videos y en directo follar a tu hermana con una docena de tíos y decir auténticas obscenidades.

- ¿Tienes pruebas?

- No (aún no era momento de desvelar mis cartas).

Nos dirigimos a la entrada del local dónde había dos seguratas y uno de ellos se dirigió a mí.

- ¿Tenéis invitación para entrar?

- No -le dije yo-.

- Pues entonces largaos por dónde habéis venido.

Nos alejamos unos metros y Nadia sacó su móvil para investigar que era aquel sitio.

- Bingo lo he encontrado-toda contenta ella-.

- ¿Qué es?

- Es un club liberal dónde la gente viene a disfrutar, de momento tienes razón, pero no creo que mi hermana esté aquí contra su voluntad.

- Tú logra que entremos y entonces lo verás con tus propios ojos -le comenté a Nadia-.

- Espera un momento.

Entonces vi como ella se desabrochaba su abrigo y de allí apareció un vestido con un escote en forma de V y con unas tetas muy hermosas (era mi excuñada y me estaba poniendo morado) y es que Nadia era más joven y igual de guapa: tenía veintitrés años, casi 1.80 de alto, morena y con el pelo castaño claro y un cuerpo de pecado, a diferencia de Marta, ella sí que vivía de su cuerpo, era modelo y muchos hombres giraban la cabeza al verla, yo le tenía respeto y es que era la hermana de mi futura esposa.

- Chicos perdonad a mi novio y es que es un poco cortado y no sabe pedir las cosas -enseñando su escote de una manera algo provocativa-.

- Podéis pasar -los seguratas-.

- Gracias guapos.

Era bastante denigrante lo que había hecho, pero podríamos entrar.

- Cógeme la mano y después me la dejas que no quiero que te tomes confianzas Sergio.

- Confianza es la que tiene Marta y te digo una cosa, si la vemos y no nos reconoce entonces me tendrás que dar la razón.

Cruzamos un pasillo bastante oscuro y me soltó la mano. Era una sala amplia y con una barra iluminada con luces de neón, la luz tenue y gente arrimándose y con un aspecto demasiado cariñoso.

Ahora ya no era Marta, sino que yo al entrar en aquel lugar también iba rumbo a lo desconocido. Nos empezamos a introducir en aquel local a través de un pasillo en la que había unas habitaciones abiertas y dónde vimos de que iba realmente el club.

Había un chaval que debería tener unos veinte años hundiéndole la polla a una cincuentona, mientras que otro hombre se pajeaba viendo la situación.

- Nadia ves lo mismo que yo.

- ¿Dónde nos hemos metido?

Nuestras caras daban cierta sensación de terror y recorrer aquel pasillo no había sido una buena idea y es que vimos de todo durante nuestro recorrido, pero al final llegamos a dónde ninguno de los dos hubiera querido llegar y ver lo que vimos.

Allí estaba Marta con aquellos dos hombres. Ahora los tenía cara a cara y se les veía mejor a pesar de que había poca luz.

Uno de los dos tipos tenía un frondoso cabello blanco y una barba canosa, era de complexión fuerte y estaba allí estirado, a su lado estaba Marta ya sin el abrigo y con las piernas medio abiertas, al otro lado un señor de edad parecida, pero con algo menos de pelo y más escuálido. Su aspecto no era lo importante en aquel preciso momento, los dos tenían sus braguetas abiertas y sus pollas totalmente erectas. Marta no había perdido el tiempo y las estaba pajeando muy lentamente.

Yo parecía haberme acostumbrado a esto, pero para Nadia todo aquello era nuevo y vi en su cara cierta incredulidad y es que pensaba que la reconocería al verla, pero yo sabía que si li habían inculcado lo que tenía que hacer no reconocería a nadie.

Fue entonces que nos alejamos un poco y Nadia me dijo.

- Sergio no me lo puedo creer, no nos ha reconocido y siento no haberte creído, pero no puede ser que este controlada por nadie.

- Haré una prueba y verás que ella no es responsable de sus actos.

Marta estaba masturbando aquellos mástiles que eran de buen tamaño para su edad y que debían ir dopados de alguna manera para poder contentar a Marta aquella noche.

- Perdón, pero me tendrían que decir dónde han encontrado a esta tía tan buena, por qué dan ganas de follársela ahora mismo.

- El señor es el único que me da permiso para follar con quien quiera y usted no tiene derecho a hacerlo-contestó Marta-.

Entonces Nadia sí que se creyó todas las explicaciones que yo le había dado.

Empezamos a hablar flojito y es que no quería que nos descubrieran. Mientras lo hacíamos unos de los hombres cogió un pequeño tubito y esparció algo de polvo en el tronco de su verga.

- Venga Martita toma algo para poder estar contenta esta noche -el tío medio riéndose-.

Marta se acercó hasta la verga de aquel hombre y aspiró la cocaína como si fuera la cosa más normal del mundo. Nadia y yo estábamos allí petrificados y es que no sabíamos que hacer. Viendo que Marta a parte del control mental al que estaba sometida también estaba enganchada a las drogas. Al cabo de unos segundos empezó a chupar aquel par de pollas y es que sabía que tarde o temprano acabarían en alguno de sus agujeros aquella noche.

El hombre del cabello blanco se dirigió a Nadia.

- Niña aquí se viene a follar, ven aquí y chúpamela mientras esta zorra se dedica a mi amigo.

- Mire es que yo -Nadia estaba cortada-.

- Escucha ¿o follas o llamamos a seguridad? porque no nos gustan los mirones.

Entonces tuve un acto reflejo y es que ahora sí que me iba a pasar tres pueblos con lo que iba a hacer y es que lo último que quería es que aquellos tipos se follarán a las dos hermanas.

Me puse detrás de Nadia y empecé a sobarle el culo sin ningún tipo de pudor, ella se giró y me miró.

- ¿Qué coño estás haciendo?

- Escucha las cosas están muy claras: follas con ellos y con tu hermana, podemos irnos y te quedarás sin ver lo que es capaz de hacer Marta o nos podemos quedar para que veas con tus propios ojos lo zorra que es tu hermana. Tú decides Nadia.

Nadia estuvo mirándome a la cara durante unos instantes y sabía que su respuesta sería la de irnos.

- Mi idea hoy no era follar contigo, pero pensándolo bien tu eres su ex y veo que te la estás jugando por ella y que lo que me has dicho es verdad. Esto no va a salir de aquí nunca jamás, nos quedaremos aquí y tu yo haremos lo que sea necesario, pero no dejes que aquel par de hombres me toquen ni un solo pelo, te lo pido por favor.

- No lo harán.

Volvimos a girarnos y ahora Marta ya estaba follando con su boca aquellos dos mástiles y llevaba a aquel par de tipos a suspirar y a jadear sin ningún tipo de límite.

- Que niña nos las chupas un rato o qué- le dijo el canoso-.

- Mi novio y yo vamos a follar delante de vosotros ya que nos excita lo que le hacéis a la rubia -a Nadia se le estaba yendo la bola-.

- Me parece bien -dijo el flacucho- pues ya podéis ir empezando.

En ocho días mi vida había cambiado y si me hubieran dicho que estaría con Nadia en un club liberal viendo a Marta follándose a dos tipejos, no me lo hubiera creído.

Me empecé a morrear con Nadia mientras le agarraba su culo y empezaba a subirle el vestido y notando un culo casi perfecto, se notaba que era como el de su hermana. Creo que aquel momento me estaba superando, estábamos tan enfrascados en nuestro morreo y el sentir como nuestras lenguas se besaban, que no nos fijábamos en lo que hacía Marta. Cuando el del cabello blanco empezó a hablar.

- Zorra bájate la falda y enséñanos tu coño.

Marta como si fuera un robot se despojó de su falda y dejó su coño al descubierto (no llevaba ropa interior), mostrando los dos tatuajes que llevaba.

- ¿Sergio tu sabías...?

- Si lleva dos tatuajes indicando su coño.

- Tenemos que hacer algo para salvarla.

- Nadia, le han lavado tanto la mente que no podrías despertarla, si crees que es demasiado duro nos vamos, yo no diré nada a nadie de lo que hemos hecho.

- Mira Sergio ya nos hemos morreado y me has sobado el culo y debe ser el ambiente y lo prohibido, pero quiero ver hasta dónde es capaz de llegar mi hermana.

Mientras hablábamos el flacucho se puso entre sus piernas y empezó a lamerle el coño, mientras el otro tipo le embutía un nabo bastante grande dentro de su boca. Ella aprovechaba para sobarse sus tetas que ya empezaban a querer salir.

- Nadia, estoy muy caliente lo siento.

- Tu haz lo que sea necesario, no pienses más.

Mirando el espectáculo le subí su vestido, le bajé el tanga y empecé a palpar su coño que estaba hiper mojado, yo pensando que la obligaba, pero se ve que el ambiente había hecho el resto.

Lo que veíamos era brutal y es que a Marta no le costó correrse en la cara del tío.

- Joder que puta la tía, ya se ha corrido en mi cara- dijo el flacucho-.

- Pues ahora se la meteré a que gocé de una buena barra de carne.

Aquel individuo se quitó su pantalón y sin ningún reparo y teniéndola en aquella posición se la clavó de golpe, durante unos segundos se quedó con los ojos en blanco. El otro tipo se separó para que ella empezará a soltar todo tipo de palabras.

- Joder cabrón méteme tu polla hasta el fondo, hazme gozar como una jodida puta -era todo lo que decía Marta-.

Yo le había introducido tres dedos dentro del coño de Nadia que no se atrevía a mirarme, pero si miraba como aquel desalmado se follaba de manera salvaje su hermana. Yo parecía haberme acostumbrado a lo que hacía Marta, pero estar con Nadia hizo que se me nublará la mente, con mi otra mano le bajé el vestido que cayó a sus pies, no llevaba sujetadores y que sus senos quedaban al descubierto, llevaba un tanga negro y unas medias de color negro. Mientras aquel hombre se follaba a Marta hasta la extenuación Nadia se giró y me miró de forma picarona.

- Siempre he querido saber que guardabas aquí debajo.

Me bajó los pantalones y mi slip, mi polla apareció en todo su esplendor y es que brillaba ya mi líquido pre seminal, que empezaba a escurrirse. Nos pusimos en posición de ver lo que sucedía y ahora era el del cabello blanco el que la tenía a cuatro patas, Marta no paraba de chillar como una loca, yo estaba en el paraíso y eso estaba mal, había venido a recuperar a Marta y ahora me estaba follando a Nadia.

Se estaba metiendo mi polla en su boca con una dulzura exquisita y es que aquello era puro placer y es que ya hacía más de dos meses que nadie me la chupaba. Levantaba la cabeza y me miraba y los dos sabíamos que aquello que hacíamos no estaba bien, sus lametazos eran cada vez más intensos y mi excitación cada vez era superior.

- Ohhh..oohh...joder no pares -mientras veía como casi todo mi nabo entraba en su boca-.

-Glllpgglp -era todo lo que oía de Nadia-.

Ahora me dejó de chupar y se puso detrás de mí y cogió mi polla.

- Fóllame no aguanto más -dijo Nadia-.

- Te la voy a meter hasta el fondo.

- No hables y fóllame.

Debido a la fuerte excitación que llevaba ella la puse allí y agarré mi polla y se la metí sin ningún tipo de problema, su coño no era tan estrecho como el de Marta (como yo lo recordaba claro), pero me encantaba.

- Joder que gusto, fóllame más fuerte-decía Nadia-.

Los tres nos estaban mirando fijamente y en aquel momento Marta aprovecho para desnudarse y quedarse solamente con sus zapatos y sus medias mientras nos miraban follar como animales.

- Venga va joderr...ohhh...joder...me corro -Nadia estaba a punto de llegar al orgasmo-.

Yo no paraba de follarme a Nadia y es que ni en sueños hubiera pensado en que el sexo con ella fuera tan excitante sus contoneos mientras agarraba sus caderas me enloquecían.

Estaba cómo loco penetrando a Nadia y parecía que los dos nos habíamos olvidado hasta de Marta y de aquel par de desalmados.

Entonces Marta se levantó y se dirigió a escasos centímetros de nosotros y lo que dijo nos dejó helados. Cogió a Nadia por la barbilla y la acercó hacia ella, la cara de Nadia era de terror.

- Estás muy buena y cuando el señor me dé permiso te voy a follar hasta que te corras, con mi lengua dentro de tu coño y vas a gozar comiéndome las tetas. Pero de momento quiero que tu novio te folle el culo y es que sois muy sosos.

Los dos nos quedamos estáticos y es que eso no entraba en nuestros planes.

- No habéis oído a la chica lo que os ha dicho, o queréis que llamemos a seguridad-dijo el flacucho-.

- Esta niña parece tonta, ahora estos machos te enseñaran como se folla a una mujer -Marta totalmente poseída por la lujuria-.

El hombre corpulento se puso debajo y ella se dejó caer encima de su polla con una pasmosa facilidad, en cuanto al flacucho se dirigió directamente hacia el ano de Marta y es que la cara de Nadia era alucinante. Unos segundos antes de embutírsela en su culo. El flacucho nos habló.

- Lo que os ha dicho la zorra va en serio, ve metiéndosela o llamamos a alguien para que le reviente el culo a la puta de tu novia.

Nadia me miró a los ojos.

- Yo he follado mucho, pero nunca lo he hecho por detrás.

- Yo tampoco y es que tu hermana nunca me había dejado, tu relájate y déjate llevar. No puedo decirte más.

Allí estábamos viendo el numerito preferido de Marta ser follada por sus dos agujeros a la vez y teniendo un nuevo orgasmo nuevamente.

Yo mientras tenía que desvirgarle el culo a Nadia y el tiempo corría en mi contra. Cogí con mis dedos parte de los jugos de su coño y empecé a acariciar su agujero virgen. Ella estaba totalmente tensa ante la situación, cuando empecé a acariciar su cuerpo lentamente y llevando mis manos hasta sus senos, de forma lenta metí mi dedo pequeño y comencé a jugar con él viendo que su esfínter se empezaba a relajar metí el segundo dedo y comencé con un mete saca más rápido y es que nunca había follado un culo.

- Chicos vamos a llamar a seguridad -dijo el flacucho, mientras follaban salvajemente a Marta-.

Era el momento y Nadia para bien o para mal siempre se acordaría de aquel preciso momento.

Cogí mi polla y empecé a poner mi glande en la punta de su culo, me costó un poco, pero ella no decía nada y es que su cuerpo se volvía a tensar. Cuando decidí acercarme a ella y decirle algo para que se relajará.

- No temas cariño, te quiero mucho -no sé cómo salieron esas palabras de mi interior-.

- Yo también te quiero.

Aquellas simples palabras ayudaron a que aquello no fuera tan doloroso. Mi polla empezó a adrentarse en aquel agujero, para ella era duro y para mi aún más. Ella no decía nada y es que se estaba haciendo la fuerte.

- ¿Que la follas o no la follas? -dijo el flacucho-.

Cuando Nadia habló.

- Venga va amor, fóllame cómo tu sabes.

Mi polla lentamente se estaba acomodando dentro de ella y yo sentía que tenía que dolerle, cuando me di cuenta de que estaba empezando a gemir.

-Ahhhh...oohh...ohh si me encanta no pares.

Me acerqué a su oreja y le hablé sigilosamente.

- ¿Estas bien?

- Si tranquilo, no te preocupes.

La estaba penetrando con todas mis ansias, mientras aquellos tipos habían cambiado de posición y ahora era el canoso el que se la metía en el culo, debían ir hasta arriba de coca y viagra ya que aún no se habían corrido los muy cabrones.

Yo estaba enculando a Nadia que ya parecía haberse acostumbrado a tener mi polla en su culo y que gemía sin ningún tipo de problema.

- Joder que polla, me encanta...ooohhh.

Aquellos tipos parecían estar bastante cansados y fijo que no tardarían mucho en correrse.

- Venga mis hombrecitos, correros en mi boca y tu puta deja que tu novio se corra en tu culo y después te limpie la polla -decía Marta-.

Nadia se giró y es que no reconocía a Marta y es que le había llamado puta.

Aquellos hombres se salieron y se pusieron de pie mientras Marta se las metía las dos a la vez en la boca. Yo intentando que Nadia disfrutará empecé a aumentar mi ritmo y oí lo que no me creía.

- Joder amor...me encanta tu polla, fóllame así, más fuerte. Me voy a correr con tu polla dentro...dios mío no pares córrete dios.

Ahora ya brutalmente empecé a follarla con total descaro y es que no tardaría en correrme, mientras Marta continuaba devorando aquel par de pollas.

- Ohhh...no puedo me corro amor...ohhh.

- Joder, como la siento.

Noté como mi leche se vaciaba dentro de su culo de una forma que nunca había sentido en mi vida y más con la hermana de la persona a la que yo amaba. Los dos habíamos sentido tal placer que nos olvidamos de Marta y es que lo siguiente que vimos era como aquellos tipos habían eyaculado en su cara y como ella se afanaba en tragar todo el semen que rebosaban de aquellas pollas.

- Venga puta chúpale la polla a tu chico ¿qué es que no me has oído antes? -le repitió Marta-.

Me salí de aquel agujero que parecía un auténtico tómate y del que salían aún restos de semen. Estaba molido y me tumbé en el suelo. Nadia se acercó a mí y empezó a lamer mi polla. Nuestras miradas se cruzaban y en ellas veíamos pura vergüenza a pesar de todo.

- Chico te ha costado, pero menuda follada le has dado a tu novia- dijo el flaco-.

- Ahora mandaremos esta puta a su casa-riéndose el canoso-.

La mirada de Marta estaba perdida y sin rumbo alguno, cuando los tipos se fueron con Marta y le dije a Nadia.

- Deja de chupar y la vamos a seguir.

- Joder cabrón me has dejado molida.

La ayude a levantarse y nos vestimos rápidamente, ella me dio la mano y no me la soltó en ningún momento y es que queríamos salir de aquel antro de perversión, dónde Nadia y yo habíamos cruzado demasiados límites aquella noche.