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Librojuego - Melania - Capítulo 19

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Capítulo 19

Antes de que las dos chicas se acercaran a Luna, una sombra de impaciencia asomo en los ojos de Melania. «Cómo se comportaría Sarah en la presencia de Luna» pensó. Normalmente, a medida los pocos días en los que habían intimado algo mas de lo que se considera normal para dos amigas, Melania se había percatado de que Sarah se volvía más obediente, aunque su carácter dentro del grupo ya era por lo general supeditado a lo que el grupo o ella misma dijera, pero estando a solas con ella a veces actuaba de un modo descarado, que en ocasiones le permitía expresar su opinión o incluso quejas sobre algo que estuvieran haciendo en ese momento o que fueran hacer.

 

Sin embargo, Melania tenía dudas sobre que este comportamiento se produjera cuando metieran a una amiga más en el juego, podían ocurrir tres escenarios posibles. El primero, que aunque hubiera una persona más, ese aspecto descarado aflorara de vez en cuando, y por tanto que se comportara de la misma manera que se había comportado en la intimidad con Melania.

 

El segundo rol, es el que Melania consideraba más improbable y era un escenario en el que Sarah asumiera una actitud preponderante. Realmente nunca se le había visto esa forma de ser, por lo que parecía poco probable que apareciera, estando además en presencia de Melania, que irradiaba un aura que hacía que Sarah se quedara pasmada y fuera incapaz apenas de expresar opinión y dudas.

 

El tercer escenario posible, según la opinión de Melania, era el que toda su inseguridad y deseo de obedecer y complacer se viera aumentado por la presencia de otra chica, conocida además, amiga y aunque Sarah no quisiera reconocerlo mucho más dominante y experta en lides amatorias. La suma de ambas personalidades podía hacer que Sarah se convirtiera nada más que un muñeco de trapo para los deseos de ambas chicas.

 

Cualquiera de los caminos que la mente y la propia Sarah tomaran, estaría a punto de desvelarse pues la distancia que las separaba era escasa y en pocos metros se acercaron a Luna que acabo el cubata de un trago y se quedó mirando expectante. El brillo en la mirada de la morena hizo sospechar a Melania que algo había intuido, así que le hizo una mirada insinuante de las de “tu sígueme el juego que sé de qué va el asunto”

 

Así pues, cuando Melania se acercó a Luna, Sarah se quedó con la cabeza gacha, sin apenas poder mirar para ningún lado. Por un lado la vergüenza y por otro lado la impaciencia y basta decirlo la excitación que sentía, hacían que le fuera imposible articular palabra en contra de Melania, ni siquiera hacer un movimiento en falso. La chica le gustaba tanto como la excitaba que le mandara, así que una cosa había llevado a la otra y se sentía incapaz de decir o hacer otra cosa que no fueran los deseos de Melania que siempre había sido tan tierna y firme.

 

Melania y Luna hablaron durante unos largos minutos, al principio los gestos eran intensos y demostraban nerviosismo, después se fueron suavizando, hubo alguna caricia de más, se susurraron al oído y parecían ciertamente entusiasmadas.

 

La duda embargo los sentimientos de Sarah «no cuentan conmigo» pensó, «me van a dejar aquí y se van a ir las dos juntas». La desesperación cundía en el rostro de Sarah, incluso Bárbara se acercó a preguntar, pero cuando le dijo que no le pasaba nada, comenzó un intenso dialogo con ella misma. Pero Sarah no tenía ganas de dar explicaciones, solo deseaba irse para casa y llorar toda la noche. En dos ocasiones pensó en darse la vuelta y huir, en una de ellas incluso hizo un ademán, pero con una mirada inquisitiva Melania le había instado a estar quieta así que no se movió.

 

Sarah dio un respingo cuando noto que Luna se acercaba directamente a ella, sin ningún tipo de miramiento metió la mano entre sus pantalones y tocó su sexo, estaba empapado de fluidos. Cuando saco la mano se la paso por el rostro a la chica que ni se inmutó.

 

Ésta, ya está lista Mel — dijo intentándose hacer oír por encima del ruido —. Ya nos podemos ir.

Sarah, visto que estas tan mojada — dijo Melania acercándose y casi susurrándole al oído —. Vas a ir al lavabo antes de irnos, te vas a quitar las bragas y las vas a traer metidas en la boca

Sarah desapareció sin decir nada y tras una espera de casi 10 minutos apareció con la boca cerrada y los carrillos llenos como si llevaran algo en su interior. Cuando se acercó al grupo de chicas, Luna hizo un gesto para que abriera la boca, como en un primer momento Sarah no reacción, Luna puso la mano en su barbilla en un gesto que pareció suave si no fuera por la clara implicación de abrir la boca que tenía. Cuando Sara lo hizo, la morena rebusco en su boca un instante para dejar una parte muy leve de tela de las bragas fuera de la boca, y con el mismo gesto le hizo cerrar la boca.

 

Sin decir ni una palabra más, salieron de la discoteca, con Sarah a la zaga. El camino a casa de Luna no fue largo, las dos chicas conversaban alegremente, reían y cantaban más alto que lo que correspondía a esas horas de la noche, pero las copas habían hecho su efecto. Un metro detrás caminaba Sarah, que iba con la mirada pérdida en el suelo y la boca llena de braguitas, las que al poco de salir de la discoteca la hicieron que empezara a babear abundantemente.

 

 

Cuando llegaron a casa de Luna que compartía con uno compañeros de piso, rápidamente las tres se dirigieron a la habitación de la chica, y allí, ella y Melania empezaron a comerse a besos mientras Sarah permanecía inmóvil en el umbral de la puerta.

 

¿Qué esperas? ¿Una invitación? — dijo Melania

 

Sarah intento mascullar una excusa, pero las bragas impidieron que se le entendiera.

 

Anda ven acá — dijo haciendo un gesto para que se acercara.

 

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