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Librojuego - Melania - Capítulo 6

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Capítulo 6

Aunque pensándolo mejor, era joven y no sabría cuántas oportunidades de salir con sus amigas podría tener. Sus padres no estaban en casa y podría aprovechar a volver cuando quisiera, total solo estaba su hermano en casa y no molesta excesivamente. Así que enseguida tecleo en la pantalla para hacer saber a sus amigas la disposición para quedar por la noche. Tras ultimar los preparativos para reunirse, Melania decidió que iba a cenar, pero antes se dirigió a la habitación de su hermano para informarle de su decisión de salir. No es que estuviera rindiéndole cuentas pero a veces entre hermanos hay que contarse las cosas. Toco la puerta de su hermano.

 

Abrió y enseguida noto un olor acre como a cerrado. — Hermanito — dijo, mientras Paul se volvía hacia ella —. Yo voy a cenar y salir luego con mis amigas, tu veras lo que haces en casa. Solo me conformaré con que no la quemes.

 

Ja, ja, ja — dijo Paul con una risa sarcástica mientras se levantaba.

 

Melania involuntariamente miro hacia su hermano, iba en camiseta de tirantes negra que le marcaba a la perfección sus bíceps y un pantalón de básquet sobre el cuál se percibía una cosa que colgaba hasta media pierna.

 

Te estoy hablando mongólica, ¿no me escuchas?

¿Qué? ¿Cómo? — dijo intentando volver a sus pensamientos

Qué no saldré ni nada. Estoy en medio de una partida. Luego a lo mejor cojo algo de cenar.

 

Melania sentía la sangre caliente palpitar por su cuerpo. Tras cerrar un escalofrió le recorrió el cuerpo, y notó una pequeña humedad en su pantalón. Respiro fuerte. « Esas cosas no podían pasar no y no » Se dijo

 

Después de pedir comida al chino, se preparó para salir de fiesta. El móvil estaba que quemaba, con todas sus interacciones, pero Melania decidió dejar el móvil a un lado mientras se arreglaba. Se decidió tras muchas pruebas por una falda de ejecutiva de color rojo, que deliberadamente subió bastante por encima de la rodilla, hasta dejar a la vista la mayor parte de sus muslos, un top blanco bien ajustado y una chaquetilla de punto por si acaso refrescaba. También optó por unas sandalias de tacón, que dejaban la mayor parte del pie a descubierto.

 

Se maquilló muy suavemente ya que no le gustaban las chicas “maquilladas como puertas” como ella solía decir y se recogió su larga melena castaña con un discreto tupé para que luego cayera por la espalda.

 

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