miprimita.com

Sola en el fin del mundo con un Viejo PARTE 3

en Sexo con maduros

En el fin del mundo con un viejo Parte 3

Resumen capítulos anteriores.

La humanidad ha llegado casi a su extinción, solo quedando 1% de sobrevivientes. En esos sobrevivientes se podían tener gente honesta, ladrones, asesinos y violadores. Nuestra principal Vianey, tiene una hija llamada Laura. Nuestra historia comienza cuando Vianey pierde a su marido, Manuel, que es el que les ofrecía seguridad y alimentos. La mujer tiene que viajar en búsqueda de un mejor refugio con suministro de alimento cerca.

En su camino se encuentra con un viejo cuando trataba de escapar de unos delincuentes, este viejo se llama Álvaro. Este con el transcurso del tiempo, le intercambio a cambio de protección y alimentos, que ella fuera su esclava sexual, esto trato fue aceptado a la fuerza por la mujer y sin tener más remedio.

El tipo comienza a quebrantar la dignidad de la mujer y trastornar su mente con nuevos hábitos y deseos sexuales que la mujer no tenia antes, todo en un principio a la mujer era una tortura, que en su mayoría perdía la batalla contra el viejo por que se veía obligada.

CAPITULO 3

Paso el tiempo, dos meses desde que la mujer acepto su esclavitud, el viejo prosiguió haciendo lo que quiso con la mujer, cada vez sacando mas ideas perversas y pervertidas, mientras la mujer cada vez aceptando más humillaciones y sumisión.

Un día en especial, que el viejo había ido al exterior, no pudo encontrar ni alimentos, ni agua, cada vez era mas escasa, todo por culpa de esa pandilla que merodeaba cerca del lugar de búsqueda del viejo. Eso hizo que el caminara más, buscara más, pero todo sin obtener ningún fruto. Poco antes de llegar a su casa, decidió tomar un descanso, y pensar en la hermosa mujer que tenia en su hogar, en las buenas cogidas que le ha dado, y sobre todo en la buena relación que han tenido, ya sin peleas y una total obediencia de la mujer hacia él.

Pero aun no tenia todo lo que quería, se dio cuenta que aun faltaba algo, la mujer al parecer obedecía muchas cosas, pero no tenia iniciativa, entonces eso solo quería decir que ella no lo disfruta tanto como decía en los encuentros que tenían. Aun que todo esto le hizo enfadar, era lo más obvio, la mujer cada día aprendía cosas nuevas, posiciones nuevas, nuevas formas de sodomizarse, pero al viejo esa poca iniciativa le hacía enfadar.

Con mucho estrés y cansancio, acopando de una furia por su recapacitación en el transcurso de su búsqueda, llega a su hogar, pasando de la puerta con mucha rudeza y molesto

–         Buenos días amor ¿Cómo te fue el día de hoy? – Pregunta la mujer, recibiendo a su salvador y actual hombre.

–         MAL – Contesto el viejo, molesto con la mujer por no tener una total sumisión, como él quería.

–         ¿Paso algo amor? ¿quieres comer ya? – Pregunto la mujer

–         Si, está bien.

La mujer no pudo encontrar el problema, pero no quiso hacer molestar mas a su hombre y no quiso preguntar más, pensó que, si él quería decirle, él le diría en su momento. Comenzó a servir, ya que tenia lista la comida desde hace unas horas esperando a su hombre.

–         ¿Por qué la niña no le serviste para comer? – Pregunta el hombre molesto

–         Ella ya comió amor, tardaste mucho… pero yo te espere para comer contigo – Dijo la mujer con una sonrisa en su rostro, tratando de alegrar al tipo.

El tipo le miro molesto y se puso a comer, cuando por fin termino, observo a la mujer comer, pensaba en la falsa devoción que la mujer le había entregado, sin mas le tomo de la mano y se la llevo a la habitación del viejo, dejando a la niña Laura jugar en su cuarto.

                –Amor espera, aun no termino, voy a la mitad

Pero al viejo no le importo, él quería otro tipo de coas con la mujer. Entraron a la habitación del viejo y cerro con llave, tomo a la mujer del brazo y aventó en la cama.

–         Me has estado engañando mujer – Dijo el viejo molesto

–         Pero amor ¿De que hablas?  – Pregunta la mujer sentada en la horilla de la cama, muy asustada.

–         No finjas, me has mentido

–         Pero ¿de que hablas amor? – Pregunto la mujer una vez mas

–         Dijiste que serias mía, y me cumplirías como mi mujer en la cama, que obedecerías todo lo que te pidiera.

–         Si amor, y eso es lo que a sucedido – Dijo a la mujer

–         Pero no es cierto, no te convertiste en mi mujer de cama, solo en mi esclava sexual –La mujer no supo que decir, pero fue su silencio a casusa de que no entendía su reclamo.

–         No entiendo… amor… me asustas

–         Lo que digo, es que tu haces todo lo que te pido ¿verdad?

–         Si amor, todo, nunca hay un no en mi boca para ti

–         Pero nunca tienes iniciativa, siempre es lo que yo pida, siempre es como yo quiera.

–         Pero dijiste que obedeciera tus ordenes, que solo lo hiciera cuando tu querías, como tu quisieras.

–         Pero creo que en algún momento dijiste que serias devota, ahora quiero que seas una puta de verdad, mi puta

–         Pero amor… ya lo soy – Dijo la mujer

–         Mentira – Exclamo el viejo

–         Siempre dejo que me hagas lo que quieres amor – Dijo la mujer asustada

–         Ahora quiero que hagas tú las cosas.

El viejo tomo una silla que tenia en la habitación, la puso a 2 metros de la cama y le dijo.

–         Ahora quiero que me excites, quiero que tu misma me hagas disfrutar a mi

–         Esta… bien… amor – La mujer se levanto de a cama y se acerco al hombre, pero este la aventó a la cama de nuevo sin pararse de la silla

–         No quiero que hagas lo que te digo, entiende… improvisa, has algo nuevo para mí, has cosas que yo no hecho contigo, cosas que no se me imaginarían –Dijo el tipo molesto

–         No entiendo amor, no entiendo a que te refieres – Dijo la mujer asustada

El hombre apuño su mano, luego abrió su mano y se tallo su cara, estaba frustrado y furioso, puso sus codos en su rodilla y miro a la mujer fijamente a los ojos molesto. La mujer se intimido, ella había hecho todo, no podía entender ahora que le decía, pero trato de improvisar, quizá el tipo pedía mas iniciativas, pero tenia que hacer algo que el no le haya hecho ¿Qué podía ser? Era su pregunta que se repetía en su cabeza.

–         Te sigo esperando – Dijo Álvaro

–         Si… amor –Dijo la mujer

La mujer se sentó en la cama y puso su trasero unos centímetros atrás, pensaba en que hacer, que el no hubiera hecho antes, se le ocurrió ir a chupar el pene de su hombre, pero este de inmediato le aventó sin decirle nada, solo echarle una mirada frívola.

La mujer se incorporo de nuevo en la cama pensó en que tal vez debía dejarse llevar, tal vez tenia que ser una versión de Álvaro femenina, hacer cosas por más ridículas que fueran o humillantes para ella, pero dejarse llevar por cada estupidez en su cabeza y decidió hacer eso.

Como ya era habitual, la mujer tenia una blusa pegada de color negro, un poco escotada y sin brasier, también un calzón negro, que este si le cubría toda la nalga y llegaba a su cadera. Se levanto de la cama y comenzó a caminar hacia el tocador de la habitación, miro a su espejo y arreglo un poco el cabello sin demorar mucho ya que tenia espectador. Álvaro observaba todo eso esperando algo, el no sabia que quería, pero quería algo diferente.

La mujer camino hacia otro lado de la habitación, pensando en algo perverso, pero nada le llegaba a la mente, hay que aclarar que todo lo hacía con un contoneo en su trasero sexy, para que pareciera que ya había comenzado, pero la realidad es que aún no sabía que quería Álvaro, que tenia que hacer, a ella no se le daba nada de esto.

Regreso al tocador, para mirarse en el espejo, miro a Álvaro y vio que este no quitaba la mirada de ella, eso comenzó a excitar a la mujer, esto hizo que comenzaran a fluir ideas en su cabeza, tomo uno de sus pechos y saco por encima de la blusa, miro su pezón y comenzó a tallar, después ella miro al hombre y vio que el observa el pezón, algo aquí estaba funcionando. Ella comenzó a acariciar su pecho, luego saco su otro pecho e hizo lo mismo, pero ahora con la otra mano, apretaba sus pezones mientras los miraba desde el espejo. Bajo su mano por si vientre hasta su sexo, lo toco por encima de la prenda y acaricio un poco, miro a su hombre y vio que este no dejaba de seguir sus manos, realmente estaba funcionado, ya que su rostro de furia se había ido.

Le miro y giro, puso su mano atrás de ella y tomo algo, sin mostrarle, comenzó a caminar hacia la cama. Al sentarse, coloco ese objeto detrás de ella y subió sus pies, quedando con sus piernas abiertas y sus rodillas casi a la altura de su cabeza, comenzó a tallar su sexo por encima de la prenda, y la magia comenzó a ocurrir, un gemido de satisfacción hizo presencia en la boca de la mujer, no tardo mucho en notarse la humedad en el sexo de ella.

–         ¿Te gusta? –Pregunto la mujer al viejo.

El viejo no respondió, solo y miro a los ojos. Ella no presto atención y siguió tallando su sexo, después tomo lo que tenía atrás de ella y por fin lo mostro, era una pequeña pinza para el cabello, que tenia una forma puntiaguda, pero sin tener una punta como tal, siendo circular. Con la mano que tenía sujeta la pinza, la metió por debajo de su ropa interior, aunque no se podía ver su mano, se poda ver el bulto y había cosas que se podían intuir.

Comenzó a meter su pinza en su vagina, para estos tiempos la mujer nunca había recibido sexo aun por su vagina, el hombre aun no dejaba de castigarle el ano, así que, para la mujer, sentir placer en su sexo era estar en el cielo, comenzó a gemir

–         Ahhhhmmmm ahhhmmmm…

El viejo solo observaba, sin decir ni una sola palabra, pero había comenzado a tocarse su duro miembro por encima de su pene. La mujer saco su pinza y lo coloco por encima de sus labios y miro al viejo, comenzó a lamer con su lengua de una forma muy sexy y lenta, la mujer volvió a regresar su pinza al interior de su prenda y volvió a meter en su sexo, lo volvió a sacar y volvió a lamer de la misma manera que lo hizo hace unos segundos.

–         ¿te gusta lo que vez viejo cochino? –Dijo la mujer.

El tipo solo paso la mano por su cabeza, diciendo en su cabeza “esto es una locura” vaya puta que se había rejuntado.

La joven mujer, tomo la pinza y coloco en su pezón, acaricio este muchas veces, para después abrirlo y coloco su pezón dentro la pinza, esta lo cerro e hizo un gemido de dolor

–         Ahhhhhmmm – Al tiempo que dejaba de hacerlo, lamio sus labios, y comenzó a tallar su vagija con sus dedos por debajo de la prenda de nuevo.

Se podía observar cómo su pezón se ponía rojo por la presión que ejercía la pinza, no había que haber tenido una experiencia similar para saber que le causaba mucho dolor. La mujer se inclino hacia aun lado de ella y se apoyó en su codo, metió su mano en la prenda ahora por atrás, por su espalda, por el bulto se podía observar a ella, maltratando su ano. La mujer se incorporo en la cama y saco su calzón de su cuerpo, volvió a tomar la misma posición, aventó sus piernas a un lado y se apoyó en su codo.

Con su mano de nuevo entrando por su espalda, comenzó a acariciar su ano, después su vagina, metía un dedo en cada una, se pasada de una a la otra

–         Estoy muy mojada ¿le gusta viejo cochino lo que ves? –Pregunta la mujer mientras sigue penetrando sus dos hoyos.

–         Si… me gusta – Dice el viejo

La mujer seguía con su doble penetración, tomo sus dedos que penetraron sus dos hoyos y fue a su boca para chuparlos, ensalivar y volver a introducir, realmente no ocupaba lubricar, ya que su vagina ya lo estaba, lo hacia por el morbo de probar, la mujer en su pasado nunca hubiera imaginado todas esas cosas, todas esas perversiones, aun que hubiera habido una pequeña posibilidad de imaginarlos, nunca los hubiera efectuado.

La mujer giro, quedando boca abajo, con el cuerpo de la cintura para arriba sobre la cama y las piernas fuera de ella, subió sus rodillas y se quedó en posición de perrito, poniendo su cabeza en la cama, tomando la forma de una pirámide. Igual que antes, comenzó a penetrar su vagina y ano, turnando de uno al otro.

–         Vaya puta eres, que buena vista me das –Dijo Álvaro.

Vianey le miro como pudo y observo que el viejo ya tenia su pene afuera, estaba masturbándose viendo el espectáculo.

–         Amor, quiero meterme algo en mi culo –Dijo la mujer al viejo.

–         ¿Qué se te ocurre? ¿mi dura verga? – Pregunta entusiasmado el tipo

–         No… eso aun no, quiero otra cosa, algo duro y grande.

–         No lo sé, si debería permitirte eso – Dijo el viejo

–         Por favor amor, quiero – Le suplico la mujer

El viejo miro a su alrededor y tomo un viejo recipiente de desodorante de aluminio y lo aventó a la cama, cerca de la cara de la mujer. Esta lo tomo y metió a su boca, saco y unto su lengua en cada lado de esta. Lo puso en la entrada de su ano y comenzó a empujar, pero esta mujer no pudo lograrlo, era muy grande, pero lo acostumbrado a de su ano, además a no ser carne, no se moldeaba bien, era duro y recto.

–         Qqaahh… esta grande – Pero sus palabas no iban con sus actos, la mujer siguió empujando el recipiente de aluminio en su ano.

El viejo no decía ninguna palabra, solo seguía masturbando su miembro, tocaba desde la cabeza hasta el tronco.

–         Esta muy grueso y duro qaahhhhhmmm mmmmmhhh – La mujer lo introdujo, pudo meter la punta, el viejo miro en primera fila como el principio del recipiente estaba abriendo el ano de la mujer.

Ya al incorporar una parte, el viejo podo observar como el cuerpo restante del desodorante comenzó a deslizarse en el ano de la mujer, como fue entrando con facilidad, o era lo que el observo, pero la realidad era que la mujer aun luchaba con el dolor de que un recipiente de aluminio duro y firme estuviera abriendo de esa manera su ano.

–         Qqqaahhmmm… uuuufffhhh – La mujer se quejó para luego expulsar aire y volver a tomar.

–         ¿Te duele puta? – Pregunta el viejo sin dejar de masturbarse

–         Si, pero me gusta, me gusta sentirme así… me gusta cómo me miras –Dijo la mujer

–         ¿Cómo una puta? ¿Cómo una puta ramera? –Dijo el viejo

–         Si aahhmmm… como una puta ramera –Dijo la mujer mientras sacaba el recipiente, y volvía a meter.

La mujer sin dejar de sacar y meter el recipiente, uso su otra mano y comenzó a masturbarse su vagina, la mujer no pudo evitar gemir.

–         Ahhhh mmmhh que rico mmhhh – El viejo no podía parpadear.

–         Si serás puta, mira nada más, torturando tu culo y vagina ¿te gusta todo eso que haces?

–         Si… todo aammm ahhhh

El viejo no pudo aguantar mas y se paro de la silla, se quitó el pantalón y la ropa interior, camino a la mujer, puso su pene en la entrada vaginal

–         Pero amor… por ahí no es –Dijo la mujer.

–         Ahora si puta, te cogeré bien, y terminare dentro, te llenare tu vientre de leche ¿tienes algún problema con eso?

–         No… no amor, rómpemela, por favor

Sin insistir mucho, el viejo quito las manos de la mujer de sus dos orificios, dejando el desodorante en su ano, se podía observar medio cuerpo del mismo a fuera del orificio. El viejo penetro la vagina y comenzó a darle fuerte, el viejo regocijante vista tenia, el ano perforado, un trasero enorme, una espalda bien marcada y una mujer mejor que la de sus sueños.

–         ¿Te gusta puta?

–         Si… ahhmm si amor –Ahora Vianey hacía mucho ruido, Laura podía escucharla, pero parecía importarle poco.

–         Estúpida puta, si sigues de esa manera, tu hija podía escucharte

–         No me importa, no… me importa ahhhhmm – La mujer ya no estaba en la totalidad de sus sentidos.

El viejo le levanto la cabeza, tomándola del cabello, tomo el calzón de la mujer que estaba a lado de ella sobre la cama, le hizo bola y metió en la boca de la mujer.

–         Trágate tu propio calzón todo mojado zorra… si no piensas guardar silencio y tener respeto por tu hijo por puta, yo lo hare.

La mujer no escucho y seguía gimiendo, pero esta vez con el silenciador que Álvaro le había puesto, solo se podía escuchar a pocos metros. Álvaro mientras sacaba y metía su miembro, con una mano tomo el desodorante y saco de la mujer, esta sin esperar esa acción, arqueo su espalda y gimió de dolor, pero el viejo volvió a introducir, sin más, comenzó un mete y saca del desodorante y de su pene, cubriendo ambos hoyos.

–         No tienes idea que apretado está aquí adentro puta

Ya que el viejo sintió que se acercaba lo mejor, y que su eyaculación estaba a unas cuantas embestías, dejo en el ano el desodorante y tomo a la mujer con las dos manos de su cadera y comenzó a dar con mas fuerza. El tipo termino dentro de la mujer como prometió, se sentó a lado de ella y tomo un poco de aire, pasaron unos 2 minutos y miro a su lado y la mujer aún seguía en esa posición, observo mejor y vio que la mujer aún seguía maltratando su ano y vagina.

–         No tienes remedio, te encanta la verga y todo lo que pueda entrar por ahí –Dijo el tipo en burla.

A ella no le importo, siguió con sus penetraciones. El viejo le causo un poco de molestia, su hombría salió sin que pudiera retenerla y se sintió celoso de la mano de ella, que estuviera disfrutando de algo que no fuera su verga.

–         ¿Quién te dijo que podías terminar? –Dijo el viejo

Ella paro, sin dejar la posición, saco su calzón de la boca y le miro con ruego y suplica.

–         Ahora me pones tu cara de cachorrita para convencerme… te podría dejar solo si te bajas de la cama y me ruegas como perra.

A la mujer no le importo, no se dejó llevar por sus pensamientos de integridad, realmente estaba tan excitada y tan transformada mentalmente por el viejo que las palabras de humillación se habían vuelto un lenguaje nuevo y amado para ella.

Se bajo de la cama, comenzó a caminar en cuatro y a rogar con un sonido de suplica de un perro a su dueño.

–         Mmmmjhhhh mhhhh mmhh – El viejo solo le observo y dijo

–         De ahora en adelante, si estamos teniendo sexo y te llamo Daisy, significa que dejaras de comportarte como una humana, y te comportaras como una perra, nada de hablar, nada de caminar en dos pies, pero sin dejar de ser una traga vergas… ¿entiendes todo esto?

–         Si amor…

–         Mejorare la pregunta ya que veo eres estúpida… ¿entendiste todo esto Daisy?

–         Mmmhh wow – Toda la dignidad de la mujer ya había sido desterrada, dos meses le bastaron al viejo para corromper a la joven, sin mas la mujer ladro a su dueño.

–         te dejare hacerlo, pero limpia mi verga mientras te tocas, quiero que la chupes y dejes limpia

camino en cuatro a su dueño y con su boca comenzó a chupar y limpiar de jugo vaginal y semen, el pene de su hombre. Al mismo tiempo que con la otra comenzó a tallar su sexo. No paso mucho tiempo y la mujer logro terminar, y logro limpiar el pene flácido del viejo. Al ver su labor terminada, se enderezo, quedando encima de sus piernas y miro al viejo.

–         Hoy te luciste, quiero que sea así de ahora en adelante – Dijo el viejo.

Salió el viejo de la habitación, no antes sin acaricia la cabeza de su perra, la mujer por otro lado, levanto un poco sus nalgas y tomo el recipiente de aluminio, lo jalo hasta sacarlo. La mujer pensó “no puedo creer, todo lo que me había perdido” se decía pensando en sus actos pervertidos que había adquirido, la mujer llego a un nivel de trastorno que el viejo le había causado que ya para ella veía estos actos como naturales y la vida de antes que tenía con su exmarido, aburrida.

SIGUINETE DIA

El viejo volvió a salir del hogar a buscar suministros, pero una vez mas le fue fatal, al llegar al hogar y pasar por la puerta, encontró a Vianey en el sillón, estaba totalmente desnuda, con sus rodillas en el sillón y sus codos en la parte alta del respaldo, danto una vista de trasero, vagina y ano al viejo, este miro y observo helado.

–         Te estaba esperando, ya la moje para ti – Dijo la mujer, el viejo no logro entender y camino hacia ella

–         De que estas hablando mujer – Casi por instinto, el viejo manoseo a la mujer, cuando toco su sexo noto la humedad, la mujer tenía una laguna.

–         No te preocupes por la niña, me las ingenie para que fuera a darse una siesta… no te molestara nadie – Dijo la mujer mientras hundía su trasero en la pelvis del viejo y levantaba para provocarle.

–         Claro que te voy a coger, esto si es una buena recibida

–         Supuse que querías bajar tu estrés, y que mejor que dándome una buena cogida.

–         Esta nueva etapa tuya me gusta – Dijo el tipo mientras desabrochaba su pantalón y sacaba su duro miembro.

El viejo puso su pene en la vagina de la mujer y empujo, penetro hasta donde le permitió la longitud de su miembro.

El viejo la siguió tomando cuantas veces la mujer se lo siguió ofreciendo por muchos días, meses. Pero un día, el tipo tardo en llegar al hogar, la mujer se preocupo por que la noche cayó y sin mas por fin llego el viejo, la mujer rápido le recibió y pudo notar que el viejo cojeaba de un pie.

–         Amor… ¿Qué paso? – Pregunta la mujer preocupada.

–         Al entrar a una bodega, me torcí el tobillo, no pasa nada, estoy bien no te preocupes.

–         ¿Estas seguro? Me preocupé mucho, pensé que algo te había pasado

–         No te preocupes, soy viejo, pero aun aguanta… creo que mañana me tendrás que acompañar, encontré una bodega con mucho alimentos y botellas de agua, el problema es que solo pude traer para la cena y desayuno de mañana, me tendrás que acompañar para ir mañana.

–         Está bien, pero ¿Dónde dejamos a Laura?

–         Podemos dejarle aquí, es algo cerca, es una bodega que es vieja y fea, por lo mismo nunca había buscado en ella ni tampoco algún delincuente… uno no espera que haya algo bueno ahí, pero te lo juro Vianey, está lleno, casi podríamos tener suministros para 1 año

–         Si es así, claro que te acompaño, será algo rápido

–         Si, es a media hora, será rápido, puedes dejar durmiendo a Laura

–         Buena idea, eso haremos. – Dijo la mujer

Al siguiente día después de desayunar, Laura por fin tomo su siesta y Vianey junto con Álvaro salen del hogar a la bodega por alimentos. El camino se torna muy tranquilo, iban a paso lento por el problema de Álvaro, pero no le preocupo eso a Vianey, ya que, al volverse tan sumisa, se volvió dependiente en toda la expresión de la palabra, tanto que ya no podía ni preocuparse por si misma o pensar en posibilidades de algo, dejo todo eso a su hombre, que él se preocupara, el pensara lo peor y las posibles soluciones. así que a diferencia de la última vez que estuvo fuera, esta vez no tenia miedo, ya que iba con Álvaro, que ella asumía el había visto todas las posibilidades.

Poco antes de llegar a la bodega, llegan 3 autos y les rodean, la mujer se asusta y coloca atrás de su hombre. Bajan en total 9 hombres de los 3 autos y les rodean.

–         Mira nada más… el viejo Albaro –Dijo el tipo que parecía ser el líder

–         No quiero problemas niño, lárgate de aquí – Dijo el viejo

–         Pero que problemas podrías dar viejo… mírate, estas herido, además somos 9 y ustedes son 2 – Mientras señalaba el numero observo a la mujer, que ese día llevaba un top gris con su respectivo brasier y unos leggins negros acompañados de unos deportivos para poder estar cómoda y estar preparada para poder escapar si la situación lo requería.

–         Roberto, lo digo de verdad… no quiero problemas – Dijo el viejo.

–         De donde sacaste a esta mujer… wow, diría mejor, a esta diosa. – Dijo el hombre mientras daba una vuelta alrededor de la pareja, observando hasta el último átomo de la mujer.

–         Es mi mujer, ahora déjanos pasar – Dijo el viejo a los tipos, tomo a su mujer de la mano y trato de caminar, pero los hombres cerraron el circulo impidiendo su ida.

–         ¿tu mujer? Pero si eres un viejo asqueroso ¿Qué puede ella querer contigo?

–         Pues la tengo y es mía – Dijo el viejo mirando a los ojos del tipo llamado Roberto.

–         No queremos tener problemas anciano – Dijo un tipo alto y moreno, que estaba al lado de Roberto.

–         Es lo mismo que digo, ahora déjenme salir de aquí – Dijo el viejo mientras sacaba un cuchillo de cocina para defenderse.

–         Ya entiendo – Dice Roberto. – Usaste todo tu rollo lava cabeza para hacer que la chica fuera tuya, nunca me decepcionas viejo.

–         Quítate de mi camino, no quiero problemas y es mi última advertencia.

–         Mira viejo –Dice Roberto al tiempo que todos sus hombres sacan armas y les apuntan – a mi tu no me vas a amenazar… si no quieres problemas está bien para mí, te dejare ir por todo lo que algún día me enseñaste, ahora puedes largarte, pero la próxima vez no esperes tanta gentileza de mi parte – Roberto miro a sus delegados y les hizo una seña que le dejaran pasar.

El viejo miro a todos, tomo con una mano a su mujer y con la otra empuño con fuerza el cuchillo y camino para salir del círculo de personas. Le dejaron pasar, pero cuando Vianey iba a pasar, el viejo al confiarse, le patearon la espalda y a la mujer le tomaron de los brazos y jalaron, de esa manera separando a la pareja.

–         Amor, ayuda… amor!!!

El viejo rápido se integro y miro a los tipos que le apuntaron, detuvo su ataque y vio como subían a la mujer a una camioneta. Los últimos tipos subieron apuntando al viejo, en cuanto pudieron, salieron deprisa en sus autos y se llevaron a la diosa hembra del viejo.

–         Gracias por tu regalo viejo Álvaro – Dijo el tipo llamado Roberto, mientras su camioneta tomaba gran velocidad alejándose del viejo.

El viejo solo pensó en el problema que había metido a la joven, pero aun mas en su egoísmo, se le había ido su juguete sexual, que ya había logrado transformar con mucho esfuerzo. Pero en todos sus pensamientos impuros, el viejo recordó a Laura ¿Qué le diría cuando se diera cuenta que su madre no estaba? ¿Qué pasaría con Vianey? ¿Quién era el tipo Roberto?

Continuara….