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Mi prometida 13

en Sadomaso

-Sois una puta vergüenza para el género femenino. Me dais asco, siento arcadas al veros así.

El grupo entero estaba de nuevo en la cueva, con las sumisas arrodilladas y descalzas en el centro.

Sonia escupió en la cara de Silvia y esta no podía limpiarse porque tenía prohibido moverse.

-Sois basura, peor que la basura, sois patéticas. Sois...

-Creo que ya les ha quedado bastante claro lo que son, Sonia.

-Y tú... Tú eres lo peor. Lo peor que ha parido jamás la humanidad. ¿Sabe tu madre lo que estás haciendo aquí?

-Sí, es ama igual que yo. Tiene tres, pero no me deja tocarlas.

-Eres el enemigo de todas las mujeres.

-No te pases, Sonia – le dijo su hermana.

-Vete a casa, ahora mismo. Verás cuando se lo cuente a mamá que regañita te meten.

-Toma aire, aspira y expira...

-¡Le has enseñado a chupar pollas a un montón de chicas adolescentes!

-Tendría que ser materia obligatoria.

-¿Y por qué no enseñas a comer coños?

-Creo que toda la clase se apuntaría a comerse el coño de cualquiera de las cuatro, la verdad.

-No cuando se enteren de lo que se meten dentro. - Mencionó Sonia con ironía.

-Solo pollas, manos, algún pie... Por cierto chicas, ¿Qué es lo más raro que os habéis metido nunca,

tenéis algún fetiche, algo que os de asco?

-Como si fueran a contestar eso.

-Empiezas tú, Kitty.

-Solo me he metido pollas y vibradores. - respondió Silvia un tanto avergonzada.

-¿Solo eso? - Preguntó sorprendida Sonia. - Tienes 25 años, por el amor de Dios.

-¿Y tú qué te has metido? - preguntó Luis curioso.

-Vibradores, zapatos, verduras...

-¿Y qué tal?

-Bien, a mi me gusta y... ¿Pero qué coño hago hablando esto contigo?

-No sé, es que tengo curiosidad. Entonces, ¿Me ayudas a meterlas esas cosas?

-¿De verdad me estás pidiendo ayuda para meter a mis amigas cosas por el coño? - preguntó incrédula.

-Por el coño y por el culo. Estoy pensando en un bote de afeitar para meterselo por el culo. Y herramientas. Ya sabes, cosas masculinas.

-Que buena idea

-¿Lo dices en serio?

-No. ¿Pero dónde se ha visto?

-En internet. Y entra. A Elena ya la he metido un destornillador y una escobilla del vater.

-¿La escobilla del vater?

-Si, ¿Quieres verlo?

Sonia miró a las chicas.

-¿Podemos metérselo a Silvia?

-Claro. - Respondió Luis alegremente.

-Bien, dame el instrumento.

La escobilla del vater no tardó nada en estar en manos de Sonia.

Silvia, la elegida, ya estaba tumbada y con las piernas en forma de M, esperando que esa cosa la entrara dentro. Estaba muerta de miedo y de asco.

-No temas, no es para tanto – la reconfortó Elena.

Pero eso no la sirvió de nada, seguía aterroriza.

-Abré el coño para tu ama.

Y así lo hizo. Delicada y suavemente, pusó sus deditos en su delicado coño y lo abrió lo máximo posible. Y miró para otro lado.

Y entró sin anestesia, de un golpe seco.

De labios de Silvia salió un quejido de dolor.

-Parece un puto retrete.

-Esa es la idea.

-¿Y podemos moverlo o pajearla con esto?

-Eso es lo divertido, pero cuidado, que raspa.

Sonia empezó a moverlo arriba y abajo, arriba y abajo, arriba y abajo, con fuerza, como si estuviera limpiando un water, como si no la importara en absoluto que estuviera introduciendo esa cosa en el coño de una mujer.

Silvia se tapó la boca con el puño para no gritar.

Luis iba a intervenir para convencerla de que bajará el ritmo, de que fuera más suave, pero Kitty estaba disfrutando como perra en celo.

-Bien, vamos a por las verduras. ¡Ni se os ocurra tocar esto! ¿me oís?

-No te preocupes, no lo tocan. E ir mirando como se las puede meter el bote de crema de afeitar.

-¿Amo? - preguntó Laura – ¿Nos va a dejar así?

-No, claro que no – El amo sacó unas pinzas de un bolso. - Os voy a dejar con esto puesto. Para que la espera os sea mucho más llevadera.

-¿Qué? ¡No! ¡No puedes!

-Peggy, levántate y quítate el vestido.

Obedeciendo ciegamente las órdenes de su amo, Elena se levantó, se quitó el vestido mostrando que no llevaba nada debajo, y se dejó hacer.

La pinzaron los pezones, el clítoris y los labios internos. Se colocó de nuevo de rodillas y ataron sus manos a la espalda. Colocó en su boca una mordaza dental.

-Chicos, si queréis mear, ya sabéis donde.

-¡No me pienso poner eso ni loca!

-Yo sí. - Anunció Susana. - Pero sólo en los pezones.

Se quitó la camiseta y el sujetador, y para no molestar, se agarró las manos a la espalda.

-Hay que probar.

Luego, terminada de pinzar, se arrodilló y se dejó atar.

-Eres incorregible. Muy bien, vamos allá.

-¿Y dónde las quieres?

-Bueno, pues... Ahí abajo.

-En los labios internos no te lo recomiendo. Duele muchísimo. No sé como Elena es capaz de soportar el dolor. Te las puedo poner en los labios externos, para probar. Si ves que no lo aguantas, te las quitas.

-¿Tengo opción?

-Siempre. No obligo a nadie a hacer nada que no quiera realmente hacer.

-Y se creerá un santo encima. - Soltó Sonia. Esta miró de nuevo a Silvia. - Abre la boca, puta.

Y la escupió en la boca.

-Tienes talento.

-No, es que me cae muy mal. Estoy pensando en comprar un rotulador para escribir cosas en su cuerpo.

-Podemos pasarnos por los chinos. Uno de esos imborrable, para que dure.

Silvia mientras tanto escuchaba esto aterrorizada, ¿Qué le diría a su novio si se presentará en su casa con SOY UNA PERRA VICIOSA escrito en el cuerpo? O pero aún, ESCLAVA SEXUAL.

Terminaron de pinzar a Laura, que solo emitió dos quejidos de dolor.

-Duele.

-Sí, duele. - Laura ya se había arrodillado como sus compañeras - Verás cuando te masturbemos que cosa más rica. Bien Sonia, nos vamos.

-No, hay que pinzarla a ella también.

-Creo que con la escobilla dentro tiene suficiente.

-¡Qué la pinces!

-La pinzo, la pinzo.

-Y átala, y ponle una mordaza de esas.

-La odias mucho, ¿No?

-No, me cae bien. Si la odiaria te recomedaría que mañana te la tirés en su casa, en su cama donde duerme todos los días con su novio.

-Joder, que buena idea, como no se me había ocurrido antes.

-Y estos dos desgraciados, también. Os la folláis todos, ¿Queda claro?

-Perfectamente.

Así que la pinzaron, la amordazaron, la ataron con la piernas en forma de M y la dejaron pensando que al día siguiente se iba a tener que acostar con los tres en su cama...