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Mi madre se folla a nuestro perro

en Zoofilia

Mis padres se divorciaron hace cuatro años debido a las constantes infidelidades de mi madre, las cuales empezaron a raíz del encuentro con el gitano (https://todorelatos.com/relato/104093/). Yo no tuve más remedio que quedarme a vivir con mi madre ya que mi padre se fue a vivir a otro país para alejarse lo máximo posible de los malos recuerdos.

Desde entonces mi madre se ha acostumbrado a salir todos los fines de semana con varias amigas también divorciadas y aunque nunca he sabido a ciencia cierta que es lo que hace porque tampoco tengo ganas de enterarme, me lo puedo imaginar. Afortunadamente nunca se ha traído a nadie a casa, o al menos estando yo.

Mi madre ya ha cumplido los cincuenta años pero aparenta alguno menos ya que se cuida bastante. Es morena, de ojos marrones, 1,70m de altura y se mantiene delgada, para su edad sigue estando muy apetecible.

La historia transcurre un Sábado de madrugada. Como siempre mi madre salió con sus amigas y yo me quedé en casa, en mi habitación jugando con el pc con los cascos puestos mientras en mi cama estaba durmiendo nuestro perro, un golden retriever de siete años de nombre Danko.

Serían sobre las cuatro de la mañana cuando veo que Danko se despierta y levanta la cabeza, signo inequívoco de que acaba de entrar mi madre en casa. El perro salió de mi habitación y al rato se asomó mi madre por la puerta, me quité los cascos y la saludé.

- Por fin has llegado –dije.

- Hola a ti también, cariño -me contestó con dificultad. - Me voy a dormir, hasta mañana.

- Hasta mañana, mamá.

Nada más verla supe que estaba borracha, y tras escucharla hablar lo confirmé. Y tenía pinta que esta era una borrachera de las gordas. Pero como ya estaba acostumbrado a verla así casi todos los findes, me volví a poner los cascos y continué mi partida.

Al cabo de unos cinco minutos pausé la partida y me levanté camino de la cocina a por algo para picar. Mi habitación es la más alejada de la cocina por lo que para llegar allí tengo que pasar por delante de la de mi madre. Cuando me estaba aproximando empecé a escuchar unos ruidos raros provenientes de su habitación, ruidos que no supe identificar, por lo que cuando llegué a su puerta me asomé a ver que estaba pasando.

Lo que vi me dejó perplejo y sin saber como reaccionar. En medio de la habitación estaba mi madre totalmente desnuda y a cuatro patas, con el culo en pompa mientras Danko con sus dos patas delanteras enganchadas a la espalda de mi madre trataba desesperadamente de penetrarla. Se movía nervioso encima de ella pero no era capaz de conseguir su objetivo, la punta roja de su pene chocaba una y otra vez en los alrededores de la entrada de la vagina de mi madre hasta que en uno de esos movimientos por fin logró introducir su pene.

A partir de ahí la escena se convirtió en un frenesí de sexo salvaje. Danko empezó a embestirla con dureza mientras mi madre aguantaba la posición como podía, a la vez que daba gritos de placer mientras yo, desde atrás, veía como el perro no paraba de bombear y pude observar algunas gotas de semen cayendo por las piernas de mi madre, estaba claro que Danko ya se había corrido dentro de ella y aún así continuó follándosela durante un par de minutos más.

Cuando terminó de moverse quedó unos segundos subido encima de ella para a continuación bajarse. Quedaron culo contra culo, con Danko dando varios tirones pero la bola de su pene estaba enganchada dentro del coño de mi madre, así que por mas tirones que dio quedaron pegados durante unos diez minutos en los que de vez en cuando veía salir más semen de su coño. Danko seguía corriéndose a gusto dentro de ella y mi madre estaba disfrutando como una perra, dando gemidos de placer y grititos cada vez que sentía una nueva oleada de semen dentro de ella o cuando Danko tiraba para intentar soltarse.

En uno de esos tirones vi como por fin la bola empezaba a salir lentamente de la vagina de mi madre. Danko siguió tirando y por fin salió completamente y pude observar también como salía su pene, bastante más grueso y largo de lo que esperaba, a la vez que un pequeño chorro de semen salió disparado cuando el coño de mi madre quedó finalmente liberado.

Danko se echó en el suelo y empezó a lamerse su miembro mientras que mi madre se sentó apoyando la espalda contra la pared, levantó la vista y me vio en la puerta. Su única reacción fue esbozar una pequeña sonrisa, estaba claro que seguía totalmente ebria y no le importaba que la viese en esa situación, con las piernas abiertas y con semen canino aún cayendo de su coño. Danko se levantó y se acercó a ella, agachó la cabeza y empezó a lamer su propio semen a la vez que le volvía a dar placer sexual a mi madre con su lengua recorriendo de arriba a abajo sus partes íntimas, lo que provocó un nuevo estallido de gemidos por parte de ella.

Mi madre estaba excitada de nuevo, apartó la cabeza de Danko, le hizo tumbarse y le empezó a acariciar la funda del pene hasta que este empezó a asomar. Cuando hubo salido unos centímetros, mi madre acercó su boca al pene y se lo metió entero. Empezó a mover su cabeza arriba y abajo mientras que la polla de Danko no hacía más que crecer y crecer, mi madre ya no podía metérsela entera en la boca por más que lo intentaba pero seguía a un ritmo implacable mientras Danko lanzaba chorros y chorros de esperma en su boca. Podía ver como algo del semen caía por la comisura de sus labios, pero estaba claro que la mayor parte se lo estaba tragando.

Tras unos minutos en los cuales mi madre dio todo de si, dio por concluida la mamada pero obligó a Danko a mantenerse tumbado boca arriba. Mientras el perro aún estaba empalmado y soltaba de vez en cuando chorritos de semen, mi madre se puso sobre el, le agarró la polla dirigiéndola a la entrada de su coño y se la incrustó hasta el fondo, bola incluída, soltando un suspiro de placer mientras lo hacía. Empezó a mover su cintura, muy lentamente al principio para poco a poco ir acelerando hasta que empezó a botar sobre el. La polla de Danko entraba y salía de su coño a una velocidad inusitada mientras mi madre cabalgaba al excitado perro. Así estuvo durante tres o cuatro minutos, gimiendo sin parar y sin aflojar en ningún momento mientras yo veía como de su coño salían entremezclados los fluídos de los dos, su vagina tenía que estar a reventar del semen de Danko porque eso parecía una fuente.

Cuando terminó, desmontó al perro y con el coño aún chorreando semen se metió en la cama. Danko también subió y se tumbó a sus pies, estaba tan agotado que enseguida se quedó dormido junto a la que a partir de ahora iba a ser su hembra, mi madre.