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La hechicera y la lesbiana Capitulo IX

en Lésbicos

Cuando despertó el lunes, Pedro había dormido más de 14 horas seguidas nuevamente acompañado de pesadillas y alucinaciones, su cabeza seguía desorientada y los rayos del sol le provocaron una fuerte jaqueca, tomo dos aspirinas de su buro y encontró el teléfono que había anotado de Sonia, la  agradable señora que conoció en la tienda de lencería y con quien había quedado de verse el domingo para hablar con su hija acerca de su precoz desarrollo.

Trago las aspirinas sin si quiera un poco de agua y se dirigió al baño, al verse reflejada en el espejo se notó demacrada y cansada, su cara no era jovial como hace unos días, habían aparecido ojeras en su rostro y se notaba la tristeza en su cara por lo que recién había sucedido horas atrás, no tenía apetito ni motivación alguna. Prendió la televisión y una película romántica de los años 80´s invadió rápidamente sus sentimientos, por primera vez en estos días se sentía identificada con su realidad, no era más un hombre, estaba convertido en una mujer y con esa conversión habían llegado los abusos, los acosos, el peligro de estar sola y además empezaba a sentir que sus hormonas la volvían loca, no podía explicar como pero toda ella era un mar de emociones incontrolables.

Por la tarde ya un poco más tranquilo, decidió que no podía encerrarse en su casa y que lo que había sucedido no le iba a pasar nunca jamás, si iba a ser una mujer sería una mujer fuerte que podría salir adelante, también le preocupaba el contrato que tenía que cumplir con la maldita hechicera ya que según lo que había entendido tenía que entregar a su primer virgen el día 15 y ya era 10 u 11 del mes, no lo recordaba siquiera, así que se dio un baño rápido y salió al centro comercial, no había comido en más de 24 horas y su cuerpo comenzaba a demandar alimento, esta vez no hubo baño erótico pero si la ropa que tenía seguía siendo demasiado sexy, en su emoción cuando estuvo de compras solo había adquirido atuendos para infartar a cualquier hombre y por supuesto a alguna que otra mujer, el shorts de mezclilla que escogió era muy pequeño, sus nalgas salían casi por la mitad y la blusa blanca tenía un escote en V que dejaba muy poco a la imaginación, no tenía muchas más opciones así que no le dio demasiada importancia.

En el centro comercial y después de comer con ansías recorrió algunas tiendas departamentales donde se hizo de ropa que se adaptaba más a la vida cotidiana; jeans, algunas blusas estampadas sin escote, pantalones capri, tenis, un par de zapatos casuales y hasta un pijama muy lindo que le había encantado, no podía andar por la vida como una modelo de pasarela, era muy complicado y arriesgado, cuando estaba por salir de unas estas tiendas, una demostradora muy hermosa de maquillaje la abordo e insistió en ayudarla a lucir perfecta.

-Señorita, usted es bellísima pero creo que necesita que la asesore un poco en cuanto a su maquillaje

Esto era cierto, en los dos días que Pedro llevaba como mujer no había puesto una gota de maquillaje en su rostro y él sabía que las mujeres siempre lo utilizaban, encima de esto, había estado llorando muchas horas, en realidad su cara si se notaba demacrada después del drama por el que había pasado

-Voy a tener que hacerte caso, en esta ocasión tienes razón amiga- respondió Pedro mientras se dejaba atender por la bella demostradora y se sentaba en una silla alta con un gran espejo en frente

La demostradora y vendedora se presentó amablemente, llevaba por nombre Sinaí y era una mujer alrededor de sus treinta años, bonita de un encanto natural con una sonrisa sincera, cabello oscuro y piel aperlada, grandes tetas y un redondo trasero que se apreciaban bajo la blusa de tirantes y el ajustado pantalón negro que era el uniforme de la marca que representaba, Pedro se dejó hacer y deshacer al gusto de Sinaí mientras ella le explicaba cómo se utilizaban cada uno de los productos, en realidad no ponía tanta atención pero para él fue un momento agradable de relajación y de una charla amena, no podía tampoco evitar mirar una y otra vez el fantástico cuerpo de Sinaí, que en ocasiones se acercaba tanto para realizar su trabajo que sus tetas quedaban prácticamente al alcance de la boca de Pedro que en su cabeza de nuevo volvía a tener esos pensamientos pecaminosos gracias a su naturaleza masculina, durante la hora que estuvieron consintiéndolo, en más de una ocasión se sorprendió a el mismo haciéndole algún piropo o comentario subido de tono a la alegre vendedora, cosas como que suerte debe tener tu marido con una mujer tan hermosa, o tienes una cola magnifica seguro vas mucho al gimnasio fueron algunas de las frases que no pudo evitar que salieran de su mente y de su boca, Sinaí solo sonreía amablemente y se ruborizaba con cada comentario.

Esta terapia, por decirlo de alguna manera, había puesto a Pedro de nueva cuenta de buen humor, al parecer el evento traumático por el que había pasado iba a ser fácil de olvidar, de nuevo pasaba por su mente que la oportunidad de estar cerca de mujeres hermosas era fantástico y lo estaba disfrutando, Sinaí era en verdad una mujer preciosa y la charla con ella estaba resultando de lo más entretenida, le contaba de su actual novio y como no estaba segura de que fuera el indicado, que aún había cosas que quería hacer como viajar con amigas y Pedro la animaba diciéndole que la juventud un día se acababa y que si quería hacer algo lo debía hacer, en algún momento de la plática Sinaí menciono que le encantaría conocer el caribe mexicano ya que nunca había ido ni a Cancún y Pedro no tardo en soltar una invitación arriesgada

-¿En serio no conoces Cancún? Yo te puedo invitar cuando gustes, tengo donde quedarnos y todo - dijo Pedro mintiendo pero consciente de que era una mentira fácil de cubrir

-Ay no que pena, si apenas te acabo de conocer cómo crees

-No ninguna pena, las cosas así pasan, en un instante estás en tu trabajo y al siguiente en un vuelo a Cancún con una clienta desconocida - Las dos rieron a carcajadas ante tal comentario de Pedro-

-No ya en serio Paulina, ¿en serio crees que aun puedo hacer cosas así?

-Por supuesto Sinaí, tu novio no te puede prohibir nada, además no lo digo en broma, yo te invito, me caerían de lujo unas vacaciones

-Pues lo voy a pensar eh, en una de esas te tomo la palabra

-No lo pienses mucho querida que la vida se acaba

La sesión de maquillaje continuo cerca de media hora más en la cual Paulina y Sinaí seguían charlando como grandes amigas, cuando por fin terminó, Pedro había comprado una buena cantidad de cosméticos, varias cremas y hasta un perfume que tenía un aroma muy dulce, intercambiaron teléfonos y prometieron estar en contacto, de hecho no habían pasado ni 5 minutos que Pedro iba en taxi hacia su casa cuando recibió un mensaje de Sinaí “me encanto conocerte amiga, tal vez te tome la palabra acerca de lo de Cancún”

Al llegar a casa aun no eran ni las 6 de la tarde y Pedro recordó que no había llamado a Sonia, tomo su teléfono y marco el numero

-Sonia ¿cómo estás? habla Paulina, ¿me recuerdas? Disculpa por ayer no tuve oportunidad de contactarte

-Hola Paulina por supuesto que te recuerdo, no te preocupes yo entiendo

-Oye, si aún quieres que te apoye platicando con tu hija, hoy estoy libre

-Me harías un gran favor, yo ya soy muy anticuada para platicar con ella y la siento cada vez más enojada con los hombres, siempre llega quejándose de como los odia y me preocupa que pueda resultar en algún trauma

-Creo que es normal Sonia, creo que se exactamente cómo podemos enfrentar eso que está sintiendo

-Mira pues entonces voy a recoger a Karely de su clase de tennis y si la convenzo la llevo a tu casa ¿te parece?

-Perfecto, te mando la ubicación, chao

Pedro no tenía idea en lo que se estaba metiendo, ¿qué le podría decir el a una muchachita de 18 años enojada con los hombres por culpa de tener un cuerpo demasiado desarrollado? Ni una pista la verdad, pero tenía muchas ganas de volver a ver a Sonia y era la oportunidad perfecta. Se apresuró a limpiar un poco el departamento y esconder cualquier indicio de masculinidad en su hogar, se cambió de ropa decidiéndose esta vez por algo más cauto, no quería causar una impresión equivocada en la niña, pero aun así, cuando se miró al espejo y maquillada como la había dejado Sinaí se dio cuenta que los jeans y el suéter holgado de cualquier manera la hacían lucir espectacular,  estaba admirándose todavía cuando repente sonó el timbre, serían las 7 pasadas de la tarde y estaba empezando a caer la noche, se acercó a la ventana para echar un vistazo y lo que vio no hizo más que ponerlo nerviosísimo, la niñita era un portento de hembra a sus 18 años, llevaba el cabello rubio cerca de los hombros, una cara angelical aun de niña pero con un tinte  de maldad entre oculta, más allá del hermoso rostro lo que llamaba más la atención era su cuerpo, un cuerpo desbordante con curvas en todas partes, la falda y el top que utilizaba para practicar tennis no podían contener tanta carne, los senos querían salir de la ajustada prenda y su piernas apretaban la falda de una manera que Pedro no se explicaba cómo alguien pudiera hacer actividad física enfundada en tan diminuta ropa.

Aclaro un poco sus pensamientos y se dirigió a dejarlas pasar, dos besos para Sonia y dos más en las hermosas mejillas de Karely les dieron la bienvenida, inmediatamente noto como la niña que estaba mascando chicle la analizaba de pies a cabeza, era un mirada fuerte y penetrante la que tenía esta chiquilla, muy penetrante.

-Pasen, pasen, pónganse cómodas por aquí está la sala

-Paulina querida, tengo un compromiso no muy lejos de aquí, ¿te parece si Karely se queda aquí a esperarme y mientras platican un poco de lo que habíamos hablado  tu y yo?

-Ay Sonia por supuesto, no es ningún problema

-Entonces me voy amiga, te la encargo muchísimo es la niña de mis ojos

-Claro Sonia no te preocupes

Karely no había dicho una sola palabra desde que llegaron, de hecho se había dedicado a observar minuciosamente cada movimiento de Pedro, apenas su mamá estuvo fuera del departamento y hablo

-O sea que tú eres la famosa Paulina eh, mi mamá no deja de hablar de ti desde el sábado, que había conocido a una chica que me podía ayudar con mi problema y que me iba a identificar mucho contigo y bla bla bla, la verdad no sé a qué se refería, ¿qué ayuda me podrías tu dar?

-Karely mira, tu mamá me platico un poco de las situaciones que estas enfrentando y yo simplemente me ofrecí para platicar contigo, yo también fui una chica que se desarrolló a temprana edad y pues creo que podríamos platicar un poco acerca de eso

Karely se sentó en un sillón individual mientras Pedro se acomodaba enfrente en un sillón más amplio, estaba muy nervioso y no sabía cuánto de las tonterías que se le ocurrieran iban a parecerle verosímiles a la hermosa niña que tenía sentada de frente con su piernas abiertas y dios mío, estaba sentada de tal manera que él alcanzaba a ver un triangulito blanco asomando entre esas dos esculturales poesías de piernas.

-Yo no sé de qué habla mi mamá, me molesta que se meta en mi vida y más que hable con desconocidos de mis cosas, quien se cree que es para inmiscuirse de esa manera

-Tu mamá solo quiere lo mejor para ti linda, créeme

-Eso no me importa, yo no tengo un problema, crees que acaso tengo algún problema

-No lo sé, tú dime, ¿hay algo que te moleste acerca de que tu cuerpo se haya desarrollado tan pronto? o ¿te molesta como te miran los demás?

Después de estas preguntas Karely se levantó del sillón lentamente

-No me molesta como me miran los demás, me molesta que sean los chicos los que me miran, ¿me entiendes?- Karely se acercaba sugestivamente al sillón donde estaba Pedro mientras pronunciaba estas palabras

-No, no creo que te esté entendiendo Karely

-Claro que me entiendes Paulina, ¿así es como te llamas no?

-Si, asi exactamente

-Yo creo Paulina, que las mujeres son más sexys que cualquier hombre, las tetas de una mujer son hermosas ¿no crees? – La precoz adolescente bajo el tirante derecho de su top dejando una de sus tetas casi descubierta

-Karely creo que te estas equivocando conmigo, yo estoy aquí para que platiquemos de las inquietudes que has estado teniendo

-Pues entonces ayúdame Paulina, esta inquietud es la que más me agobia- el tirante izquierdo del top cayo también, ahora solo los duros y erectos pezones de karely impedían que sus tetas quedaran totalmente descubiertas.

Al acomodarse en el sillón junto a Pedro, se aseguró de que sus tetas estuvieran rozándole el femenino rostro muy cerca de sus labios, poco a poco bajo lo que quedaba del top y un pezón entro en la boca de Pedro que ante tal excitación no opuso resistencia alguna, estaba chupando las tetas de una adolescente y le encantaba. Karely tomo la cabeza de la hermosa mujer y la presionaba en contra de sus senos, uno y lentamente pasaba al otro, casi no dejaba respirar a Pedro que ya sentía como su vagina empezaba a humedecerse.

En menos de un minuto, Karely había tumbado a Pedro de espaldas en el sillón, las dos hermosas mujeres se besaban con pasión y no dejaban de tocar sus cuerpos mutuamente, una mano de la precoz muchacha logro entrar por debajo del pantalón de Pedro que estaba más húmedo de lo que lo había estado en sus 3 días como mujer, la inquieta mano se movía de arriba hacia abajo arrancando jadeos y suspiros del hombre que habitaba ese cuerpo femenino y que parecía totalmente fuera de control, los manoseos fueron tan intensos sobre la vagina de Pedro que no tardo en correrse gritando tan fuerte que pensó que los vecinos iban a escucharlas.

Pedro disfruto el orgasmo algunos segundos y acto seguido levanto a Karely del sillón, como pudo la despojo del incomodo top y bajo su apretada falda sacándola por debajo de sus tenis, la aventó contra el sillón decidida a comerla y penetrarla profundamente con sus dedos y lengua cuando Karely le confeso algo que lo dejo congelado

-Se gentil, nunca he hecho algo así Paulina