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El Ultimo Vuelo del Cisne Rosa (1/3)

en No Consentido

La ciudad dormía a esas horas de la madrugada, en esa transitada calle de las afueras de la ciudad donde normalmente se escuchaba un bullicio constante ahora solo se escuchaban el ruido de la lluvia incesante y algunos bocinazos a lo lejos, parecía que sería una noche tranquila o al menos regular, pero todo cambió con un molesto chirrido de unos neumáticos que destruyeron la tranquilidad.

Desde allí todo cambió rápidamente, apareció una furgoneta grande y de aspecto amenazador que con un brusco giro quedaron detrás de un automóvil negro que circulaba tranquilo hasta ese momento, antes que el conductor atinara a hacer algo el furgón aceleró y dobló bruscamente enviando al ligero vehículo a un lado del camino.

El asustado conductor y su copiloto se miraron aturdidos, esto no parecía casualidad ¿pero cómo supieron lo que llevaban?, no alcanzaron a intercambiar palabras antes que la puerta trasera del furgón se abriera y de él bajaran cuatro hombres vestidos con ropa y pasamontañas completamente negros había un cierto actuar sincronizado que mostraba profesionalismo en su actuar, con la misma celeridad con la que bajaron  se dividieron dos y cada par se dirigió a uno de sus puertas delanteras y se abalanzaron sobre ellas, el conductor llevó su mano hacia su arma oculta debajo del volante, pero bastó con ver un cañón apuntando a su cara y un machete a su cuello y decidió que no valía la pena y levantó las manos, si su copiloto mostraba algún animo de oponerse se terminó cuando se sintió dos disparos a menos de un metro de su cabeza.

Ambos se encontraron en cuestión de segundos boca abajo en la carretera mientras desvalijaban el contenido del auto, solo uno de los cuatro maleantes los vigilaba con una intimidante porra eléctrica que chisporroteaba constantemente.

La operación en total no duró más de un minuto y la camioneta ya se alejaba a toda velocidad dos a calles del lugar del robo, todo había salido según en el plan, los cuatro ladrones y el conductor se reían y felicitaban entre sí, satisfechos y pensando que hacer con lo que habían conseguido, sin saber que por encima de ellos una sombra se acercaba.

La sombra tenía una silueta humana y muy femenina, se acercaba volando con gracia con las manos en frente, era un espectáculo increíble pero a la vez hermoso, pero si uno de los hombres dentro del furgón la hubiese visto no hubiese apreciado la vista, sino que se hubiera aterrado porque la superheroina mas conocida y poderosa de la ciudad los había marcado como su objetivo en ese momento.

Ella voló con destreza casi rozando el techo del furgón, años de experiencia le habían permitido controlar su poder a nivel milimétrico, se quedó de esa manera con los ojos fijos en su objetivo no por miedo o indecisión sino porque esperaba que el vehículo se alejara de la zona residencial, así pasó en unos minutos y dos curvas después, entró en un camino largo y solitario especial para una emboscada, pensó en seguirlos un poco mas para ver si iban a una zona mejor, pero no sabía en que situación podrían quedar entonces decidió que era hora.

Dio varios y hermosos giros en el aire y se inclinó al lado del copiloto, si alguien la hubiera visto hubiera quedado maravillado con la gracilidad de su movimiento, se quedó mirando de reojo el interior del vehículo oculta solo por la oscuridad de la noche y por la falta de vigilancia de los pasajeros del furgón, trató de trazar un plan de ataque, sabía que aunque era fuerte no era invencible, podía aguantar bastante daño pero tarde o temprano su protección caería y ni hablar si la golpeaban en una parte delicada, lo que había aprendido después de tantos años siendo una superheroina es que seguía siendo vulnerable e incluso unos simples ladrones podrían derrotarla si no tenía cuidado.

Finalmente Ella vio una oportunidad, cuando el furgón disminuyó la velocidad volviendo a una normal ella se giró en el aire, con un movimiento que habría avergonzado a un halcón entró con fuerza por la ventana del copiloto, el interior del vehículo pasó de estar en una tranquila alegría a una furiosa tempestad ya que de improviso una mujer rompió la ventana y entró entre vidrios y los gritos del sorprendido copiloto, ella quedó entre medio de él y el conductor, casi sentada en la palanca de cambios, antes que alcanzaran a reaccionar ella lanzó un golpe a cada lado de ella y con sus pies se empujó a si misma hacia la parte trasera del vehículo.

Tuvo distinto éxito en su maniobra, al piloto solo pudo darle un ligero golpe en el brazo lo que hizo que diera un bandazo, al copiloto ni siquiera lo tocó se habría burlado de ella si no estuviera aun tan aturdido, por otro lado pasó como un torbellino entre los cuatros miembros de la banda, dándoles a todos un golpe al menos los suficientemente fuerte para desequilibrarlos, se detuvo antes de llegar a la puerta trasera y se quedó de pie mirando la situación.

Lo primero que notó fue que el vehículo se movía de lado a lado y el piloto luchaba por controlarlo, luego notó que la parte trasera del furgón era sin asientos entonces había espacio para que estuvieran todos de pie, aunque apretujados, lo que no era buena noticia para ella ya que su mayor ventaja era la movilidad, no se dio tiempo para preocuparse e iba a atacar al mas cercano cuando uno de ellos, el copiloto precisamente gritó.

- es ella, es el cisne rosa, ¡atrápenla¡- ella interrumpió su ataque inminente por una milésima de segundo, suspirando internamente, llevaba 20 años como superheroina y seguían llamándola por ese estúpido nombre que se le ocurrió a la prensa, además no tenía sabía como se había dado cuenta tan rápido, estaba tan oscuro que apenas si se veía algo al interior del vehículo, eso cambió con un chisporroteo cuando uno de los ladrones encendió una horrible porra eléctrica que iluminó lo suficiente como para notar el intimidante machete que tenía otro de los ladrones, pero no se dejó distraer, de reojo notó que el ladrón mas cercano se acercaba con la intención de darle un abrazo de oso, con un elegante movimiento se agachó bajo sus brazos e impulsándose hacia arriba le dio un feroz rodillazo en el mentón.

El ladrón abrió los ojos aturdido antes de caer como una piedra al suelo, el resto de los ladrones la miraron sorprendidos incluso el conductor que aun luchaba por controlar el vehículo, ella estaba acostumbrada, siempre se sorprendían, no importa cuantos años les diera palizas a toda esa gente, seguían sorprendiéndose que una mujer fuera mas fuerte que ellos, aprovechándose de su calma continuó su camino y se puso en medio de ellos, cuando se proponía continuar con la golpiza el conductor en un arranque de genialidad o locura giró bruscamente el furgón deteniéndose a un costado de la carretera, las ruedas del costado izquierdo estuvieron por dos segundos elevados en el aire y poco faltó para que se volcara completamente.

Pero su idea funcionó, la furgoneta no se volteó, pero todas las personas de la parte trasera se elevaron por el aire y se estrellaron contra la pared derecha, la superheroína no se vio desequilibrada, pero uno de los proyectiles humanos le dio en las piernas y la mandó al fondo con el resto de gente, al menos con el brusco movimiento la porra se apagó y salió volando hacia un lugar desconocido no hubo la misma suerte con el machete ya que sintió como le daba en el muslo antes de caer al suelo del vehículo.

Por un segundo ella se vio atrapada entre una mezcla de brazos y piernas que no solo se interponían en su camino, sino que buscaban sujetarla y lastimarla, en ese momento la salvó la experiencia, si esto hubiera pasado cuando recién había comenzado en el vigilantismo, hubiera entrado en pánico por los agarrones y tirones que estaba recibiendo y eventualmente la hubieran sometido, ahora se despreocupó de las manos y comenzó a repartir golpes certeros a la cabeza, sentada como estaba encima  de la pierna de uno de ellos no tenía demasiado impulso como para lastimarlos seriamente, pero fue suficiente para que alcanzara a ponerse a cuatro patas y alejarse del tumulto de ladrones.

Por un horrible segundo se dio cuenta lo vulnerable que estaba en esa posición, miró primero a sus espaldas donde notó que recién trataban de levantarse los dos ladrones que aún permanecían consientes, se giró hacia los asientos delanteros y notó sorprendida que tanto el piloto como el copiloto habían escapado, se distrajo tan solo por un segundo, pero fue suficiente para que uno de los ladrones alcanzara a levantarse y sujetarla por detrás y empujarla al suelo.

Ella temió por un segundo que le propinara fuertes golpes en la nuca aprovechándose de su mala posición, pero prefirió tratar de empujar su cabeza contra el suelo, se preguntó porque pero cuando sintió algo duro restregándose contra sus nalgas entendió la razón, no se molestó como hubiera hecho hace años, simplemente se acomodó, se puso en posición y usando toda la fuerza de su vuelo se proyectó hacia atrás, haciéndolo volar con ella y estrellando al atacante contra la pared.

Se escuchó un crujido en los costillas del pobre ladrón y otro de la pared del furgón al abollarse, la superheroina sintió como el propio aire se le escapaba de los pulmones por el golpe en su espalda,  rápidamente ella se puso de pie y miró en frente justo a tiempo para ver al último ladrón consciente lanzar un golpe con el machete, aun adolorida y algo aturdida solo atinó a levantar sus brazos para cubrirse su cara y pecho  pero sus reflejos le fallaron por que el filo fue directo a su vientre, ella sintió un dolor moderado en la piel pero le preocupó más el daño a su traje, siempre había tenido mucha resistencia a los cortes, el atacante la quedó mirando boquiabierto lo que le permitió noquearlo de un solo golpe en el mentón.

Cisne Rosa miró con atención a los tres ladrones, estaban heridos, pero nada grave, además estaban total e irremediablemente inconscientes, con rapidez salió del furgón y se elevó en el aire, pensaba que ya no tenía opción para atraparlos, pero para su sorpresa ambos estaban allí mismo armados uno con una pistola y el otro con la maldita porra eléctrica que se balanceaba en su dirección.

Ella se preguntó porque no la habían atacado antes si no pensaban huir, uno de ellos guardándose el teléfono en el bolsillo le dio un indicio de una respuesta, habría avisado a alguien o habría pedido refuerzos trató de descifrar mientras volaba a su alrededor atento a evitar disparos, ya había recibido balazos, no la mataban, pero dolían como un piedrazo y no estaba segura si podría aguantar muchos, viendo un pestañeó del pistolero aceleró pasando cerca del otro ladrón para evitar que le dispararan y escuchando como una bala pasaba a unos centímetros de su brazo se abalanzó sobre él, una vez que estuvo al alcance le arrancó la pistola de las manos y en menos de dos segundos la desarmó y arrojó las partes al suelo.

Después de un par de respiraciones lentas bajó lentamente al suelo a unos metros de ellos, notó que habían quedado cerca de una farola por lo que ahora podían verse claramente, a pesar de lo justificadamente enojados que estaban con ella no pudieron evitar sentirse impresionados con su despampanante apariencia.

Era una mujer de metro setenta, de piel color canela y pelo moreno que llevaba en una cola de caballo, tenía un cuerpo trabajado con un vientre plano y piernas firmes y tonificadas, además mostraba unos pechos grandes y redondos que se notaban solo ligeramente afectados por la gravedad, se complementaba su gran delantera con caderas anchas y un trasero igualmente grande y respingón.

Resaltaba todos sus atributos con un llamativo traje que consistía en una blusa de licra apretada con poco escote y con mangas largas de color blanco, unos guantes y botas largas de color rosa pálido y una falda que le llegaba hasta arriba de las rodillas de color rosa chillón, para proteger su identidad llevaba una máscara de encaje que cubría la parte superior de su cara, del mismo color que su falda, se veía relativamente intacta después de la pelea salvo un pedazo de su traje que colgaba en su abdomen mostrando su ombligo y una ligera herida provocada por él machetazo.

Era un hermoso espectáculo verla allí mirándolos tranquilamente, pero era solo apariencia, su confusa pelea anterior no solo la había cansado hasta niveles peligrosos sino que los golpes habían hecho mella en su espalda y sentía como palpitaba dolorosamente desde el hombro hasta la cintura, además no podía evitar sentirse un poco preocupada por la porra eléctrica, estaba diseñada para ser muy efectiva e intimidante, sin mencionar que estaba empapada por el agua de lluvia y no quería ser electrocutada en ese preciso momento, en definitiva no quería pelear demasiado mientras más rápido terminara todo mejor, le preocupaba la posibilidad de refuerzos, pero sus dudas desaparecieron con el ataque entre gritos que hizo uno de ellos, si esperaran refuerzos esperarían que atacara ella haciendo el mayor tiempo posible.

Con calma dio un paso al costado cuando el ataque se acercó, con el mínimo movimiento necesario se giró y con un codazo lo empujó contra el furgón justo a tiempo para saltar por encima de su compañero que se lanzaba contra ella, al caer en sus espaldas el sonido de la electricidad le avisó que se acercaba el peligro, retrocedió apresuradamente pero lo detuvo el que había saltado que le dio un puñetazo en el riñón lo que la empujo adelante con un quejido justo hacia el hombre de la porra que no dudó en activarla sobre su muslo y electrocutarla.

La superheroina no pudo evitar lanzar un grito de dolor mientras el dolor le recorrió todo el cuerpo, al menos no perdió el control sobre su cuerpo, sabiendo que no le quedaba margen de maniobra ignoró el dolor lo mejor que pudo y girando le dio una patada en la cabeza al hombre que estaba a sus espaldas noqueándolo rápidamente, volteó la cabeza y vio al ultimo ladrón lanzar un golpe con la porra , se dejó caer quedando de rodillas frente a el y sin preocuparse de lo humillante que parecía su posición golpeó la rodilla con toda su fuerza escuchando un agradable chasquido, no había terminado de caer al suelo cuando lo remató con un golpe en la sien desde su posición.

Se quedó en el suelo arrodillada respirando pesadamente, la lluvia no había parado y estaba empapada hasta los huesos, se arrastró lentamente hasta que llegó a los bolsillos de uno de ellos y sacó el teléfono que tenía en el bolsillo, era uno de los más baratos aparentemente para usar y botar, lo abrió y revisó el ultimo numero usado en la memoria y se dio cuenta que lo habían borrado manualmente, entrecerró los ojos dudosa mientras usaba el mismo aparato para llamar a la policía, esto era demasiado elaborado para un simple robo, no creía que trabajaron solos, hablaría con su contacto en la policía para ver si pueden investigarlo.

No lo investigó, la joven policía que usaba de contacto la llamó a las 6 de la mañana para decir no solo que no iban a seguir averiguando, sino que era probable que los 5 ladrones que ella entregó a la policía salieran libres en unas cuantas horas, la idea le sorprendió tanto que ni siquiera discutió con ella que de todas maneras mucho no podía hacer, quedó en juntarse con ella en horas de la tarde.

Después de eso trató de dormir pero fue imposible, la espalda y el muslo le dolían y no podía quitarse de la cabeza lo que pasó la noche anterior, después de una hora de dar vueltas en su cama se rindió, se levantó con desgana y tan cansada como cuando se acostó a las 4 de la mañana, caminó por su casa desnuda como era su costumbre hasta el baño donde, como hacía todas las mañanas, miró su cuerpo desnudo frente al espejo.

Aunque no estuviera bien que lo dijera ella seguía siendo hermosa, sus ojos azules y labios carnosos hacia que tuviera un rostro especialmente atractivo, sus pechos seguían redondos y apetecibles, pero a sus 37 años ya no estaban tan firmes como antes, lo mismo podía decir de sus nalgas pensó mientras volteaba y doblaba el cuello para verla, aunque esta vez su atención se fue inmediatamente al moretón de su espalda, estaba feo, de distintos colores y deforme pero daba la impresión de que tuviera varios días de antigüedad seguramente en unas horas ya habría desaparecido por completo.

Por millonésima vez Cristina Reus agradeció que no tuviera que trabajar, con el horario que llevaba si tuviera que agregar un horario fijo habría colapsado antes de los 25 años, gracias que sus padres le habían heredado acciones en varias empresas  que le permitía vivir cómodamente, no era millonaria pero estaba cerca, así que el dinero nunca había sido un problema en su innumerable lista de preocupaciones.   

Se metió a la ducha entre suspiros, mientras el agua tibia recorrió su cuerpo estuvo tentada de sentarse en el suelo y quedarse allí un rato, se daba cuenta que iba a ser una de esas semanas, después de pasar los 30 años cada cierto tiempo tenía malas semanas en que la idea de retirarse como superheroina rondaba por su cabeza, ahora mismo que se sentía tan agotada y que veía que su esfuerzo no servía demasiado la idea no se sentía tan alejada, cada día que pasaba las cosas se le hacían más difíciles y le costaba más hacerlas, a veces pensaba simplemente debería colgar el traje, que todo el riesgo que pasaba no servía para nada.

Salió de la ducha una media hora después mas limpia pero igual de tensa y cansada, ya a esa altura estaba decidida a que aun si no se retiraba necesitaba unas largas vacaciones, después de resolver el asunto de los ladrones que aun daba vueltas en su cabeza, se daría un merecido descanso y aprovecharía para analizar qué haría a largo plazo.

Esa determinación hizo que la tensión de sus hombros disminuyera, aunque fuera un poco, mientras se dirigía a desayunar a la cocina, decidió tratar de descansar un poco hasta que tenga que ir a reunirse con su contacto, por un día que no saliera a trotar por el barrio no haría demasiado daño, solo sufrirían los adolescentes y los ancianos que babeaban mientras corría con su ropa apretada.

Unas horas después sobrevolaba el centro de la ciudad, iba a buena altura 50 metros sobre los edificios mas altos, no tenía animo para que sus fanáticos la llamaran a gritos para sacarse fotos con ella o tener que verse obligada a detener algunos robos callejeros, a pesar de que el dolor de la ultima noche ya había desaparecido todavía se sentía cansada incluso si alguien la hubiera visto se habría dado cuenta rápidamente que volaba con menos gracia y precisión que otra veces.

A ella de todas manera no le importaba demasiado como volaba, a esa altura las probabilidades de estrellarse con algo eran bajísimas, trató de relajarse mientras fue bajando hasta su objetivo que no era a la estación de policía donde normalmente se encontraba con su contacto, por teléfono le dijo que fuera a la azotea de un viejo edificio, si hubiera sido alguien mas hubiera sospechado de una trampa, pero tenía su historia con la joven policía, hace unos 5 años le había salvado de un secuestro lo que inspiró a la en esa hora adolescente para entrar a la policía y ayudar a la gente como a ella la ayudaron, la probabilidad que esa chica la traicionaría era muy cercana a 0.

La vio esperando a unos 20 metros, con lentitud se acercó hacia ella desde el frente porque no quería asustarla, aun así, se notaba que estaba distraída y tal vez algo asustada, su linda y joven cara mostraba una expresión que ella no había visto desde que la tenían secuestrada, cuando aterrizó frente a ella se fue dando cuenta que no iba a ser un asunto fácil de resolver como ella esperaba, de solo pensarlo sentía como una nueva oleada de cansancio la atacaba.

- Hola Lisana- dijo acercándose lentamente, a pesar de que hizo todo lo posible para no sorprenderla ella pegó un brinco al escuchar su voz, pero al notar que era ella una sonrisa cansada iluminó su cara, se acercó a ella y por un segundo pareció que la abrazaría como cuando era más joven, pero se contuvo para no avergonzarse, la superheroina la miro con algo de nostalgia realmente le hubiera gustado un abrazo.

- Hola Cisne Rosa- ella puso cara de molestia porque, aunque era su amiga la llamaba por ese horrible nombre, pero no se podía ver a través de su máscara así que no se dio cuenta, aunque lo notara no podría hacer mucho ya que ella nunca le había dicho que la llamara de otra forma- me gustaría tener mejores noticias que darle, pero las cosas no salieron muy bien.

- dime que pasa- dijo mientras se apoyaba en la pared con los brazos cruzados.

- pasan varias cosas y en realidad no entiendo la mayoría- dijo suspirando y quitándose el pelo de la frente- empezando por el principio, llevamos a los tipos que detuviste a la comisaría, pero apenas llegamos las cosas se pusieron raras, toda mis compañeros policías se pusieron nerviosos y trataron de evitar avanzar en el procedimiento, tuve que hacerlo yo, los ingresé, les tomé la foto de rigor alcance a empezar el papeleo y llega el jefe acompañado del abogado, lo raro es que aun no le habían usado su derecho a llamada- la miró un segundo y cuando asintió en señal que entendía continuó- después el jefe que se veía muy nervioso tomó mis papeles y los destruyó frente a toda la comisaría, después me ordenó que los liberara y que cesara toda investigación en su contra, incluso le devolvieron las cosas que habían robado aunque solo era dinero y papeles.

Después de terminar la explicación la quedó mirando, pero la heroína se dio cuenta que aun había algo mas que era lo que realmente le preocupaba.

- ¿pasó algo más? - preguntó directamente sin muchas ganas de recibir una respuesta afirmativa, ella asintió con la cabeza y bajó la vista, se quedó así por unos minutos hasta que pudo hablar en un susurro.

- cuando tuve que liberarlos, se rieron y burlaron de mí, pero no les bastó con eso, uno de ellos el que parecía ser el jefe, me dijo cosas sucias al oído y al pasar me dio una sonora nalgada, lo peor es que cuando iba a responderle y tal vez hasta arrestarlo el jefe me sujetó del brazo y me mandó a hacer mi trabajo mientras el resto de la comisaría me miraba entre burlones y con lastima… yo sentí miedo, ellos actuaron en todo momento como si fueran intocables y por como actuaba el resto parece que si lo eran, eso es lo que de verdad me preocupa.

La superheroina, al principio de su relato no esta tan preocupada, incluso pensaba en decirle que se olvidara de ellos que ya no podrían hacer nada, pero al escuchar la ultima parte sintió que una rabia le atenazaba el pecho como no pasaba hace muchos años, no le molestaba que fueran intocables, a lo largo de su carrera se había dado cuenta que habían muchos así, lo que de verdad le molestaba era que hubieran humillado a una de las pocas personas que podía considerar cercana, le tocó el hombro intentando trasmitir algo de calma pero ella apenas reaccionó seguía con la cabeza baja y al borde de las lágrimas.

- ¿tienes algo que pueda usar para seguir investigando? - preguntó lo más calmada que pudo, pero en ese momento lo único que quería era encontrar a esos malnacidos y romperle la mano para que nunca volvieran a tocar a nadie, pero en realidad no esperaba que tuviera algo, se sorprendió bastante cuando ella sacó de su bolsillo dos cosas, un pendrive y el teléfono que ella misma le había quitado ya a hace varias horas atrás.

- el teléfono que conseguiste me dijeron que lo destruyera y creo que los convencí que realmente lo hice- explicó con algo mas de animo mientras le entregaba el teléfono en la mano- esto es toda la información que alcance a escribir antes que el jefe llegara, no es mucho, es básicamente las fotos de sus caras y los nombres de la mitad de ellos, ya conoces al jefe, es un dinosaurio cree que rompiendo las hojas no queda copia de la información jamás pensó que tenía una copia en el computador.

La madura superheroina recibió el pendrive algo aturdida y lo guardó al interior de su guante, así como el teléfono, no esperaba eso, ya la conocía desde hace tiempo y era su contacto desde hace 1 año y medio, desde que ella se convirtió en policía, y ella nunca le había dado información secreta o de investigación en curso, ahora no solo estaba desobedeciendo órdenes directas, no quería ni pensar en la cantidad de delitos y faltas administrativas que estaba cometiendo.

Se quedaron mirando a los ojos un segundo, Cisne Rosa estaba tratando de entender a su joven amiga, por un segundo pensó que era el miedo el que la había hacer todo lo posible para que ella pudiera hacer algo, pero luego notó la verdad, lo único que veía en los ojos de la policía era una confianza ciega en ella, no se le pasaba por la cabeza que ella fallara, esto en vez de relajarla hizo que aumentara el peso en sus hombros y se sintiera aún más agotada, aun así sintió una oleada de cariño por Lisana y pensó que debía hacer lo posible para merecer su confianza.

- Gracias, Lisana haré todo lo que pueda- le dijo mirándola fijamente y preparándose para irse volando- cuídate y no sigas investigando puede ser peligroso- cuando ya estaba flotando la joven la agarró del brazo y le habló.

- de eso nada, tu investigas por tu lado y yo por el mío- le dijo con mas determinación de lo que la superheroina esperaba, sonrió un poco bajo la mascara contenta del crecimiento que demostraba su amiga, simplemente asintió con la cabeza, las palabras sobraban, luego se alejó volando con renovada fe y alegría.

La alegría no le duro demasiado, tenía que hacer otra visita y la persona que debía ver no era uno de sus cercanos como la joven policía, al contrario, debía ser una de las personas que mas odiaba en el mundo, pero estaba segura de que era el único tipo que conocía capaz de sacarle algo de información al teléfono que llevaba en su guante izquierdo.

Sobrevoló la zona donde tenía que ir algo indecisa, realmente no tenía nada de ganas de hablar con él, suspiró audiblemente y luego bajo convenciéndose a si misma que no había otra manera, aterrizó con menos gracia de la habitual frente a una casa algo deteriorada en una zona residencial del montón, dudó por ultima vez antes de tocar el deteriorado timbre.

Se quedó un segundo expectante, el maldito timbre no funcionaba, no le sorprendía, conociendo al tipo como desgraciadamente lo conocía, simplemente no le interesaba que sus visitantes pudieran tener problema, sabia que no iba a escuchar, pero de todas maneras estuvo golpeando la puerta por casi 5 minutos cada vez con mayor impaciencia, hasta que renuncio y pensó que hacer.

Miró alrededor, al menos ninguno de los vecinos se veía cerca así que no debía preocuparse de su reputación, sabía que estaba dentro de su casa, tenía arresto domiciliario que se acababa en un mes, nadie sería tan estúpido de arriesgarse a una condena mas fuerte faltando tan poco para quedar libre, además la persona que buscaba era un ermitaño y evitaba salir aun cuando no tenía prohibición de hacerlo, pensó por un segundo en entrar a la fuerza pero no servía de nada molestarlo antes de pedirle un favor así que dio la vuelta hasta que encontró lo que buscaba, una ventana al borde del suelo que mostraba el sótano donde, como esperaba, esperaba estaba el tipo que buscaba.

Tuvo que ponerse a cuatro patas a un lado de la ventana para poder mirar bien al interior, agradeció que hubiera cemento bajo sus rodillas, no hubiera sido agradable comenzar la conversación con tierra en las rodillas, sobre todo con alguien tan despreciable como era el, desde donde estaba podía ver completamente el interior del sótano, era un lugar oscuro e húmedo pero según su apariencia parecía que él vivía allí, tenía incluso su cama en el una esquina de la habitación, además de eso tenía un computador de escritorio que se notaba de una sola mirada que era avanzado y bastante caro, nada más llamaba la atención del lugar salvo la gran cantidad de basura que había por todas partes, latas de gaseosas, cajas de comida de comida rápida, incluso algunas a medio terminar con rastros de hongos, era increíble que alguien viviera voluntariamente en esas condiciones, pero era una de las razones por las que lo odiaba.

El resto de las razones eran provocadas por el mismo, que ahora estaba de espalda mirando la pantalla de su pc, la superheroina notó con desagrado que estaba mirado algún tipo de pornografía, no tenía nada contra el porno, ella misma suplía su falta de relaciones sexuales mirándolo de vez en cuando, pero el estaba viendo algo tan raro que no quería ni pensar en lo que era, no le gustaba juzgar a nadie por sus gustos pero esto era demasiado, habría aumentado su desprecio por él pero ya estaba en su nivel máximo.

Sin querer seguir mirando lo que sea que estuviera viendo, golpeo ligeramente la ventana, lo que hizo que el se diera vuelta rápidamente, pero no apagó la pantalla lo que hizo ella tuviera aún mejor visión del porno para su molestia, trató de concentrarse en él, pero tampoco era una visión agradable, dicho con claridad era Feo, con F mayúscula, con un rostro que ni una madre podría amar, lleno de granos y con una nariz chueca y prominente, la barba incipiente y sus gafas gruesas no lo ayudaban para nada, dándole un apariencia aún más desagradable, cuando se puso de pie y se acercó a al ventana (aun sin quitar el porno de la pantalla) pudo ver el resto de su apariencia, era mas bajo que ella y tenía una prominente barriga causada por el sedentarismo suponía, además notó porque estaba encima de él que se estaba quedando calvo, lo que era raro porque no debería tener más de 30 años.

Se quedaron mirando uno a otro por un rato, el puso una sonrisa que le causó escalofríos a la superheroina y solo parcialmente provocado por sus dientes amarillos y chuecos, no dijeron nada porque no escucharía nada a través de la ventana, ella tuvo que esperar a que el se aburriera de verla en esa posición hasta que decidió abrir la ventana con movimientos lentos y pesados.

-Vaya, vaya- dijo con una voz chillona y desagradable, aunque puede que a ella le desagradara tanto que todo lo que hiciera y dijera le molestara- mira quien esta aquí, nuestra superheroina favorita, ¿que se le antoja al cisne esta tarde?

Topo…- dijo su sobrenombre a modo de saludo, sabiendo que a el le molestaba casi tanto como a ella el nombre de Cisne Rosa, como esperaba de inmediato torció el gesto en señal de molestia, antes que siguieran con la batalla verbal ella se dio cuenta en la precaria posición que se encontraba, si alguien la veía una foto de su trasero circularía por internet… otra vez, así que decidió que antes de discutir debería entrar- necesito hablar contigo, déjame pasar.

-adelante- dijo sonriendo nuevamente y saliendo de un lado de la ventana, ella lo miró como si se hubiera vuelta loco.

- no esperaras que entre por aquí verdad- dijo molesta y mirando la ventana pequeña, podría entrar por ahí, pero le costaría y en el peor de los casos quedaría atrapada o destruiría la ventana, además si lo intentaba seguramente le mostraría al topo mucho mas de lo que estaba dispuesta a mostrarle- anda a abrirme la puerta.

- no quiero- dijo intentando bromear con ella, no esperaba que entrara por ahí, pero al ver como ella se ponía tensa y miraba el marco de la ventana, se dio cuenta que debía estar bastante desesperada como para siquiera pensar en pasar por ahí, así que decidió presionar para ver hasta donde llegaba- no pienso subir hasta allá, si quieres entrar por aquí- terminó haciendo el ademan de cerrar la ventana.

- espera- dijo casi deteniendo físicamente la ventana de cerrarse, lo único que quería en ese momento era darle un golpe en la maldita cabeza, pero se tendría que tragar su rabia y ceder o el se negara a ayudarla y sin su ayuda no llegaría a ningún lado- entraré por aquí, solo… retrocede.

Las expresiones que pusieron ambos eran diametralmente opuestos, por el lado de ella mostraba un ceño fruncido tan pronunciado que se podía notar a través de la máscara, por el lado de él mostraba una sonrisa que dividía su cara, lo que hizo que ella se sintiera aun peor, tuvo que respirar profundamente un par de veces hasta calmarse y empezar a decidir como entrar.

Dado el espacio que había solo tenía dos opciones, entrar con la cabeza primero o con sus piernas, cada uno tenia sus pros y sus contras, pero al final decidió entrar de espaldas, solo porque no quería ver su rostro baboso mientras bajaba, dirigió su trasero hacia la ventana dando un último respiro antes meter su pie derecho por la ventana, casi pudo sentir como los ojos del maldito quedaban fijos en su muslo incluso tal vez hasta este grabando con su teléfono.

Sin querer demorarse más de lo necesario además sentía que se cansaba más rápido a cada segundo que pasaba, así que aceleró un poco y sin estar completamente estable se adelantó y metió el otro pie lo que resultó en lo obvio, los pies le quedaron colgando en una mala posición, tuvo que contener sus impulsos instintivos de mover las piernas en todas direcciones, si lo hacía le daría al topo una visión completa de su ropa interior.

Apenas pudo contenerse para romper el marco de la ventana, exageró con el apuro y cuando siguió bajando no notó que su falda se atoró en el marco de la ventana, al continuar bajando su trasero completo paso hacia el interior del sótano, pero su falda continuó casi por completo fuera él, por tratar de evitar mostrarle un poco acabó enseñándole a una de las peores personas que conocía su parte trasera al completo solo protegida por unas simple bragas blancas.

Ambos se quedaron paralizados cada uno en su propia posición, el viento sobre su piel trasera le mostró a la superheroina que su peor miedo había pasado, con brusquedad se empujó con sus manos hasta que la totalidad de su cuerpo pasó por la abertura, cayó de pie y tratando de recuperar su equilibrio dio varios pasos atrás con la ropa aun descolocada hasta que sintió como su espalda chocaba con el pecho del Topo, haciéndolo retroceder también hasta que cayó sentado en el suelo y ella sentada sobre su entrepierna.

La heroína quiso ponerse a llorar, sobre todo cuando sintió entre sus nalgas el endurecimiento de un miembro sorpresivamente grande y grueso, no quiso paralizarse y se forzó a si misma a levantarse a pesar que sintió su cuerpo reaccionando contra su voluntad, debía llevar demasiado tiempo sola para que ese tipo moviera aunque solo fuera un poco de su interior, pensaba molesta mientras se ponía de pie ni siquiera notó que él se aprovechó del pánico para poner ambas manos en su trasero mientras la “ayudaba” a levantarse.

Se quedó de espaldas a él un buen rato, con las manos cruzadas sobre su pecho y mas sonrojada que en mucho tiempo, si se daba vuelta sin estar lista no sabía cómo reaccionaría podía sonreírle como darle un golpe en los dientes, respiró profundamente mientras escuchaba como el también se levantaba y se sentaba en la silla de su computador, finalmente se dio vuelta con los brazos aun cruzados lo que solo resaltaba sus grandes pechos, donde se notaban pequeñas protuberancias de la erección involuntaria de sus pezones.

Evitando tener que mirarlo trató de desviar la vista, pero para su mala fortuna lo único que vio fue la pantalla del computador que aun seguía en la película porno, que en ese mismo momento emitía unos gemidos muy exagerados y burdos, lo que aumentó su incomodidad y el rubor de su cara, tuvo que mirarlo preparada para un rostro burlón, se sorprendió cuando notó que estaba bastante serio, lo que tampoco sirvió para que se calmara un poco.

Tratando de desviar la atención tomó rápidamente los dos aparatos que le entregó la joven policía, ella a su vez se lo entregó en la mano al topo que la miró con cara de pregunta.

- ¿Qué quieres que haga? – dijo después de un rato mirando los objetos en sus manos, si ella no lo conociera pensaría que el canalla parecía hasta profesional.

- quiero que averigües todo lo que puedas de lo que hay aquí- al ver que seguía sin entender le explicó todo lo que sabía, a medida que hablaba el entendía y para alivio de ella cerró el maldito video de una vez y le dijo que le diera un rato que se sentara si quería.

La única parte que había para hacerlo era la cama del tipo, donde no tenía ningún interés en sentarse, se quedó de pie a sus espaldas mientras lo veía trabajar concentrado en el computador, por mucho que le costara admitirlo a la superheroina el tipo era un genio, no por cualquier cosa había conseguido hackear y robarle 100 millones de dólares a uno de los bancos mas prestigiosos del país, aun nadie sabía como lo habían atrapado, que pasó con el dinero y como consiguió evitar una condena en cárcel y como el tribunal ni siquiera restringió su acceso a internet en su prisión domiciliaria.

A ella no le preocupaba esas preguntas, solo le interesaba que el era capaz de conseguir lo que necesitaba en ese momento, lo que realmente le preocupaba era cual sería el precio que le cobraría, no tenía problemas económicos, pero siempre trataba de cobrarle de maneras… alternativas, una de las razones por las que odiaba pedirle cualquier cosa a ese cabron.

Al menos no podía decir nada de su velocidad, en 20 minutos ya estaba listo según dijo, antes que ella alcanzara a ver cualquier información relevante, el apagó el monitor y se dio vuelta mirándola fijamente, ella ya estaba mas relajada, el pequeño desliz de su cuerpo ya solo era un recuerdo, esperaba que le dijera el “precio” que tendría que pagar.

- ¿Qué quieres? – le dijo finalmente intentando que no se notara cuanto necesitaba lo que había descubierto, sin saber que ya era tarde para eso, el Topo se dio cuenta en cuanto entró por la ventana.

-mmmm- dijo llevándose la mano a la barbilla y fingiendo que pensaba, antes la había mandado a hacer algunas labores nada muy exigente, lo más que le pidió fue que se metiera a un barrio peligroso para poner un repetidor de señales, pero ella nunca había estado tan ansiosa por conseguir algo, sabía que tenía que aprovechar la oportunidad, pero lo mas importante era no exagerar- quiero que me entregues tu ropa interior aquí y ahora.

Curiosamente no le sorprendió tanto como cabría esperar, incluso pudo sentir con una oleada de alivio pasajero le recorría el pecho, realmente pensaba que le pediría algo más extremo, algo que ella no pudiera transar como desnudarse o derecheramente acostarse con él, asintió con la cabeza y se preparó mentalmente para hacer lo mas humillante que había tenido que hacer hasta ahora.

Partió quitándose las botas, no quería que se le atascara allí haciendo todo mas vergonzoso de lo que ya era, en pocos movimientos estaba descalza sintiendo la sucia alfombra bajo sus pies, sin pedirlo ni esperarlo una sensación parecido a la de unos minutos la volvió a cubrir, sus pezones nuevamente se erizaron y bajó los ojos avergonzada, queriendo acelerar un poco llevó rápidamente sus manos debajo de la falda agarrando sus bragas por los elásticos de cada lado, guardando cuidado evitó que se viera mas de lo necesario y con toda la lentitud del mundo las bajó lentamente sintiendo como recorría sus piernas con una sensación mucho mas poderosa que cuando lo hacía sola en su casa.

El Topo tenía que hacer todo lo posible para tranquilizarse, la superheroina frente a le mostraba una de las escenas mas eróticas que había visto en su vida, se alegraba de haber activado la cámara web de su computador desde que ella entró en la habitación, ahora con ver por primera vez como sus bragas quedaban a sus pies, sentía como su erección presionaba contra sus pantalones con toda su fuerza, poco le faltó para empezar  a masturbarse frente a ella cuando notó que en el frente de las bragas en el suelo había una notoria mancha de humedad reveladora.

Ella también lo notó cuando se agachó a recogerlas, pero ya no podía mostrarse mas avergonzada de lo que estaba, con una mano temblorosa se las entregó al Topo el nuevo dueño de la prenda, y sujetó su falda hacia abajo mientras se volvía a colocar sus botas, hubo un silencio en el intertanto antes mientras ambos asimilaban lo que acababa de pasar.

- ¿qué pasa con tu brasier? - dijo aun pidiendo más, sintiendo aun el calor y la humedad de la superheroina entre sus dedos.

-no llevo uno- respondió agradeciéndolo internamente.

- ¿a no? - le dijo fingiendo sorpresa, podía notar claramente sus pezones a través de su traje- deja ver.

Antes que ella le contestara algo el estiró su mano y acarició su seno derecho como si eso fuera lo mas natural del mundo, ella abrió la boca aturdida y no hizo ningún movimiento en los tres segundos que duró el toqueteo, cuando el se alejó finalmente y le dio la espalda volviendo al pc ella prefirió ignorar lo que acababa de hacer, después de todo lo que había tenido que hacer hubiera sido el colmo que no le diera la información porque ella no pudo controlar su rabia, además aunque nunca lo reconocería ante nadie no le había molestado tanto como debería haberlo hecho.

Al menos le dio buena información, bastante completa y comprobable, en primer lugar, pudo identificar a cada uno de ellos, los que no tenían nombre usó un programa de reconocimiento facial que no sabía de donde había sacado, inmediatamente después hackeó los archivos de la policía (un juego de niños según él) y pudo conseguir sus antecedentes al completo, todos excepto uno, tenían un largo prontuario policial, pero lo mas importante todos tenían una relación con la familia Andrastinni, una de las familias mafiosas mas importantes de la ciudad, lo que hacia que el perfil del único sin prontuario fuera mas significativo, se trataba de Betto Andrastinni el hijo primogénito del jefe de la familia.

Eso explicó mucho, sobre todo la actitud de la policía, los datos que tenía la policía sumado a otros registros que no explicó de donde salieron daban un perfil de él, era un joven de 19 años, orgulloso y mujeriego, la lista de celebridades con las que habría tenido sexo ocupaba al menos dos hojas, incluso había registro de al menos dos orgias, en el fondo era un papanatas sin importancia dentro de la familia, seguramente pudo actuar porque estas semanas el padre y jefe de la familia había salido del país, aun así era raro que se arriesgara a todo esto, la respuesta vino con el teléfono.

Como ella esperaba era un teléfono de usar y tirar, incluso él pudo averiguar donde lo había comprado, se dio cuenta que solo habían enviado dos mensajes desde el teléfono, ambos se habían corrompido de alguna manera, pero él pudo rescatar algo del primero “… empezamos…de... paquete… tenemos que conseguirlo” que no decía mucho, el segundo por su lado decía “… la perra… Rosa…escondimos el paque…. En…. recuperenlo” lo que le sirvió para ir cubriendo los agujeros de la trama, el grupo de ladrones no buscaban el dinero buscaban el contenido de un “paquete”, cuando ella creía que el piloto y copiloto habían huido habían ido cerca para esconderlo y volvieron a pelear con ella para que no lo notara.

Ahora tenía la imagen mas clara, el problema es que mientras no averiguara que era el “paquete” no sabría que esperar, ni como actuar en consecuencia, tal vez si averiguaba que era tendría una oportunidad de no solo lastimar a Betto si no derrumbar a la familia Andrastinni al completo, pensó por un segundo en pedirle mas ayuda al Topo, pero no quería ni imaginar que le pediría a cambio por más ayuda.

- entiendo- dijo finalmente, ya decidida a que tendría que ir personalmente a la casa de Betto intentando averiguar que era el maldito paquete, dudó en decir gracias, finalmente se decidió porque seguramente tendría que pedir ayuda nuevamente en el futuro- gracias, me voy ahora.

-espera- dijo sin dejar de mirarla, ella giró nuevamente lentamente para que su falda no revoloteara innecesariamente- averigüe algo que podría servirte, no estaba entre las cosas que me diste así que no es parte de lo que me “pagaste”.

- ¿Qué es lo que quieres? - le contestó con mucho menos veneno que el que había planeado.

- Ese es el punto aparentemente, ¿Qué es lo que tienes que ofrecer? -Cristina tuvo que esforzarse por no suspirar, sentía que lo estaba haciendo demasiado seguido estos días, no tenía idea que podría querer y tampoco estaba segura si la información que tenía le sería muy útil, pero tenía la intuición que, si y que no lo hacía solo para seguirla humillando, además sentía un cosquilleo no del todo desagradable y no sentía tanto desprecio por el cómo normalmente sentía.

Eso le terminó de convencer, respirando profundamente y sintiendo como sus mejillas se enrojecían bajo la máscara se acercó lentamente a él, el topo notó algo en su mirada que le dijo que le convenía quedarse quieto y en silencio y así lo hizo, ella se detuvo a unos centímetros de sus piernas y lo pensó por un segundo más, al principio pensó en simplemente levantarse la falda y exhibirle su sexo desnudo, pero no solo era bastante humillante sino que no estaba segura de que sería suficiente así que se decidió por algo más, le indicó que se sentara en la cama a lo que el obedeció de inmediato.

En cuanto se hubo acomodado, ella hizo lo increíble aun para su propia percepción, se sentó a horcajadas sobre su regazo, su trasero desnudo quedó sobre de inmediato sintió el bulto de los pantalones del topo que tocaba la parte mas suave de su muslo izquierdo, sentía que si se movía un poco terminaría justo bordeando sus labios inferiores, tal vez el Topo pensó que ese era su pago e incluso tal vez pensaba que era suficiente, pero no era lo que ella tenía en mente.

Antes que terminara de procesar lo que estaba pasando, ella se inclinó sobre el y le dio un beso mientras envolvía su cabeza y su nuca con las manos, ella pensó dos cosas de inmediato la primera es que no tenía tan mal sabor en la boca y la segunda es que su plan era solo besarlo por un par de segundos, pero su plan desapareció en cuanto el reaccionó y le metió la lengua en su boca.

Todo pensamiento racional desapareció en ese momento de la mente de la madura superheroina, aturdida abrió la boca para facilitar el acceso de la lengua invasora y se relajó en su regazo mientras se concentraba en el beso, parte de su mente le trataba de recordar con quien estaba y lo humillante que era que el la dominara con un simple beso pero años de frustración sexual le estaban pasando la cuenta y comenzó a meter la lengua en la boca del hacker mientras sentía como su vagina se mojaba abundantemente ante al estímulo.

El topo apenas podía creer lo que estaba pasando, no solo lo estaba besando la mujer mas deseada de la ciudad sino que podía sentir como ella se derretía y se dejaba hacer, sin poder detenerse llevó sus manos a su trasero y lo empujó hacia si haciendo que los blandos senos se aplastaran en su propio pecho, ella solo respondió con un gemido apagado en su boca, lo que le dio a el valor para llevar sus manos bajo su falda tocando su trasero directamente.

El contacto de los dedos grasosos del hacker con sus nalgas desnudas hizo que ella despertara de su aturdimiento provocado por el placer, cuando el empezó a masajear su trasero con confianza y determinación casi vuelve a dejarse llevar, pero se forzó a si misma a concentrarse en con quien estaba y lo que había venido a hacer acá.

Con pesar y lentitud retrocedió su cabeza terminando con el beso y lo miró con ojos vidriosos, respiró agitadamente pero no hizo ningún ademan de retirar las manos de su culo, por un minuto se quedó así solo mirándolo fijamente mientras buscaba fuerza en su interior para alejarse de él, un suave gemido le salió de los labios mientras sentía que se acercaba peligrosamente al orgasmo, para su infinita vergüenza.

- la información- dijo entre su respiración agitada, por un segundo pensó que el le diría que no era suficiente y que quería llegar hasta el final con ella y no estaba segura si la idea le entusiasmaba o le desagradaba.

- he visto por diversión las cámaras que tienen en la sede central de la familia Andrastinni, ha habido un movimiento importante de personal hacia allí, sobre todo de seguridad, aparentemente en una semana van a hacer una importante fiesta celebrando la vuelta del jefe y están preocupados por ataques, lo que es curioso es que muchos de esos guardias según los registros estaban asignados a la protección de Betto, por lo que durante la siguiente semana debería haber mucho menos guardias, aunque seguramente los que se quedan son los mejores.

Esa información llenó de inmediato la mente de la superheroina lo que le permitió concentrarse y alejarse finalmente del Topo, sintió una sensación de vacío en sus nalgas ante la falta de contacto pero decidió que podría vivir con ello, se dio la vuelta para irse cuando el hacker le dio una feroz nalgada desde abajo impactando debajo de su falda, la sorpresa la hizo dar un pequeño brinco y se hubiera dado vuelta pero no quería mostrarle la estúpida sonrisa que le surgió espontanea, así que se conformó con apretar sus puños rígida.

-si necesitas algo más- le dijo notando el efecto que causó en la superheroina- ven sin problemas y negociaremos el precio Ja Ja Ja.

La risa del hombre que debería tenerle pánico le causo un dolor casi físico de pura humillación, no se dignó a contestar mientras se marchaba, alcanzó a dar tres pasos hacia la ventana, antes de darse cuenta de que ahora podría usar la escalera, antes que el dijera nada subió las escaleras, siempre preocupándose que no se viera mas de lo necesario en el trayecto, finalmente salió por la puerta y sin detenerse a esperar ni por un segundo saltó y se dirigió a su casa.

Esa noche iría donde Betto, pero quedaban 2 horas para el anochecer, aprovecharía a hablar con su contacto y por sobre todo reemplazaría su ropa interior, no iría sin bragas a pelear con la mafia, de eso podría estar segura, mientras volaba a su hogar se sentía mas relajada y una pequeña sonrisa cruzaba su rostro, pero ella no lo notó y si le hubieran preguntado lo habría negado vehementemente.