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Los vecinos

en Confesiones

Buenas, Soy Roberto, 31 años, 1.87 m, castaño con el pelo un poquito largo, complexión fuerte y bastante cuidado, sin excesos, no soy un chico 10, pero gusto.

Soy de Toledo, e hice toda la carrera (una Ingeniería) y posterior vida laboral en Madrid, estoy soltero, he tenido muchas “novias” de poco tiempo, no me convencen las relaciones fijas.

En mi trabajo las cosas me van muy bien, Jefe de Departamento de una Multinacional, y como siempre se ha dicho, para subir hay que moverse, … se presentó la oportunidad de una plaza de Director en Córdoba, varios que tenían más antigüedad, lo rechazaron por aquello de la familia y que era una ciudad “pequeña” y perdían vida social, así que de forma inesperada la plaza fue mía.

Cuando me incorporé (marzo 2009), en plena crisis, todo estaba manga por hombro, así que me dediqué al trabajo en cuerpo y alma.

Alquilé un apartamento en un edificio de reciente construcción en una zona nueva de la ciudad (no me gustan las viviendas viejas), donde empezaban a conocerse los vecinos y a tener algo de relaciones, el edificio tenía unas zonas comunes con una buena piscina, pista de pádel, zona infantil, etc.

Llegó el calor, y muchas tardes y los fines de semana me bajaba, me instalaba en una hamaca alejada, y me daba algún bañito, mientras trabajaba en el portátil.

Mi hermana, me había regalado en Navidad (como broma) un aparatito (chino) que se acoplaba con un pequeño programa al móvil, tableta, portátil, etc, con forma de lapicero, y que te permitía amplificar el sonido de una conversación que no estuviera muy lejos (unos 35/40 mts). No séporque no lo tiré, pero en el traslado apareció, y pensé que si funcionaba, me podría aportar algo en el trabajo. Así que lo instalé en el portátil y empecé, medio en broma medio en serio, a probarlo en la piscina, no era fácil direccionarlo bien, al principio todo se mezclaba, hasta que fui mejorando la técnica.

Un sábado, estaban tres hombres de unos 45 años hablando en corrillo, uno calvete regordete, otro moreno alto, y el otro con el pelo canoso y también barrilito, al canoso que estaba de espaldas no lo oía, pero a los otros dos, sí, … criticaban a alguien, … de pronto, el calvete, dijo

Calvete: … ese tío es gilipollas, que os lo digo yo, que lo sé de buena tinta …..

Moreno: … pero tú lo conoces de algo, porque yo no lo conozco de nada y apenas lo había visto antes, debe de ser nuevo.

Canoso: ... tico …blo … ………..

Calvete: Si es ese, que vive en el ático de tu bloque. Coño,si es “ese” el gilipollas, el de las gafas de espejo que está allí al fondo, con el portátil.

Ese era Yo.

Me quede paralizado, no conocía de nada a ninguno de ellos, y centré a tope la conversación. Siguieron hablando un buen rato entre risas y chulerías, … quedó claro que no me conocían de nada, simplemente el calvete “me había tachado de gilipollas por el aspecto, sin haber cruzado una palabra conmigo”, me quedé con sus caras e iría averiguando ...

Días después, volví a verlos, pero esta vez con sus mujeres, tres mujeres rondando los 40, y normalitas, excepto una de ellas, que a pesar de que no se vestía para favorecerse, (luego supe que se llama Rosalía) se intuía que era una pedazo de mujer. En un momento de la conversación el calvete le hizo una carantoña a Rosalía, por lo que tuve claro que era su mujer, y claro desde ese momento, no había más mujer en la piscina.

         Seguí con mi aparatito, y pude oír como el calvete (Manolo) seguía con su tema de que yo era gilipollas, no sé porque pero el tío me tenía como tema central, todos trataban de hacerle ver, que nadie me conocía y que era injusto conmigo, hasta su mujer le dijo que se olvidara de mí y me dejara en paz, pero le respondió delante de sus amigos de forma agresiva y dominante, … “tú te callas que no sabes nada, ese tío es gilipollas y punto, haber si hasta mi mujer me va a contradecir”. Los amigos viendo su punto, se fueron poco a poco a sus casas, y cuando se quedaron solos, volvió a recriminarle a la mujer, más y peor. Esta por no seguir oyéndolo se tiró a la piscina, y el marido se fue al bar.

Al ratito cuando tuve claro que el tío ya estaba en otra charla en el bar, me metí en la piscina, y como si nada me tropecé con ella, Me disculpé, y la mire intensamente a los ojos, como desnudándola, eras preciosos, color miel clarito y muy grandes, ella me aguantó la mirada,me estaba poniendo a cien, y se fue a la escalerilla para salir del agua, no me miro más, pero su salida fue un regalo, se exhibió para mí, sabiéndose deseada, y cuando termino de secarse y ponerse de nuevo su vestido, me volvió a clavar la mirada desafiante. Aquello me puso la polla a reventar, no pude salir del agua en un buen rato. Y decidí atacarla en la primera ocasión posible.

Volvieron a pasar días, y de nuevo un jueves por la tarde, coincidimos, … la misma cantinela del marido a los amigos, y demás, así que ella de nuevo se metió en el agua, llevaba un bañador rojo, ufff, como estaba …, paso más o menos lo mismo, el marido al bar y yo al agua, … en el agua me miro varias veces discretamente, hasta que hizo ademán de salir, fui también a la escalerilla, ella sabía que yo estaba detrás muy cerca, así que una vez iniciado el ascenso, hizo una maniobra para mojarse la cabeza por última vez, sacando su culo y metiéndose en el agua completa, maniobra que hizo que su culo se restregara por mi polla al bajar y de nuevo al subir, ya estaba empalmado, sin duda lo notó, … al iniciar el ascenso me acerque más y desde detrás le dije “te voy a follar como nunca te lo han hecho en tu vida”, se paró un momento, como escurriendo el pelo, pero en realidad dejándome disfrutar de su cuerpo desde abajo, y se marchó, tras secarse volvió a mirarme de nuevo intensamente, y percibí un sutil gesto de afirmación.

Aquello, estaba claro como el agua, solo había que buscar la ocasión, pero su marido siempre estaba cerca. Lo pensé mucho, y al final decidí tirar por la calle del medio.

Al día siguiente, viernes, por la tarde salí a dar un paseo al atardecer, y me los encontré de frente por la calle, él trato de cambiar de acera, pero no tuvo tiempo. Cuando nos teníamos a un metro, me paré y le dije a bocajarro,

Oye, tú quién eres para ir por ahí diciendo que soy un gilipollas, un cabrón, un niñato, y no sé cuántas barbaridades más, … tu a mí de que me conoces, para hablar así.

El, rojo con un tomate, …yoooo, …, noooo, …., nooo …, de ninguna manera, …, buenoooo … son tonterías que se comentan de broma, …, sin ninguna intención.

Ella, con una medio sonrisa y una mirada intensísima: Hombre Manolo, …, algo sí habéis dicho los amigotes, …,

Lo que no entiendo es porqué, lo lógico es que primero me conozcas, y después opines, …, digo yo. Porque ni sabes cómo me llamo, ni a que me dedico, ni de donde soy, ni nada de nada, no he cruzado una palabra ni contigo ni con tus amigotes. Que pasa que no te gusta mi cara o que.

Rosalía callaba, pero tenía una sonrisa picarona muy atractiva y me estaba poniendo a cien.

El muy nervioso: Perdona, .., chico, efectivamente ni se tu nombre, … te pido disculpas si te he podido ofender en algo, …, pero lo que no se es como te has enterado de unos comentarios entre amigotes, …

Le extendí la mano, hola soy Roberto, y después le di dos besos a Rosalía, y aproveché para pasar un momento mi mano por su culo, ella me miró deseándome y me dijo “encantada”.

De cómo lo sé, como comprenderás, se dice el pecado no el pecador. Pero para que tengas motivos para opinar, que os parece si cenamos mañana por la noche, os invito en mi casa, una cosa informal.

Ella, sin darle tiempo de reacción al marido: Por supuesto, pero te invitamos nosotros en nuestra casa, que tu eres el agraviado. De la cena me encargo yo, del vino tú (mirándome intensamente a mí) y tú, a Manolo, de las copas, … os parece bien. Pues no se hable más. Mañana a las 9,30h en nuestra casa, que está en el bloque 3, 3ºA.

Nos separamos, y me fui a una licorería que ya tenía localizada, a comprar unas botellas adecuadas a la ocasión.

Al día siguiente, me preparé, me vestí elegante pero informal, al final tuve unos condones en la mano, pero decidí dejarlos no iba a haber ocasión de nada.

Llegué a la hora acordada, me abrió la puerta Manolo, estaba muy elegante, como si fuera a la Opera, me recogió las botellas, y al verlas, silbó de admiración, me había esmerado. Pasamos al salón, la mesa ya estaba preparada, nos tomamos una cerveza esperando a Rosalía, que después de prepararlo todo se estaba dando un último toque, …, coquetería de mujer, … cuando apareció, sabiéndose el centro de las miradas se recreó, vino despacio y se dio una vueltecita en medio del salón, … estaba impresionante, un vestido largo de punto, ajustadísimo, dejando claro que no llevaba sujetador, y sin marca alguna de braguita, si acaso un mini tanguita, con sus correspondientes sandalias de aguja.

La miré y la admiré, su marido estaba un poco incómodo, estaba claro que se estaba exhibiendo y yo lo estaba disfrutando, … se me cruzó la imagen de los condones pero ya no había nada que hacer, … al terminar la vuelta y dejarse alagar, nos sentamos a charlar picoteando lo que había preparado. Hablamos de muchas cosas, pero Rosalía me insistió en varias veces, si estaba casado, si tenía novia, si era gay, (esto me lo pregunto con un punto de decepción en la mirada) o que, ya que siempre me veían solo.

Mi respuesta, fue ambigua, hasta que tras varios intentos, le acabé diciendo mirándola a los ojos, en un momento que Manolo estaba en la cocina abriendo otra botella de vino, “para conocer eso, hay que tirarse al monte y descubrirlo in situ …” ella aguantando la mirada me dice “a ver si luego te vas a echar para atrás”. … “poco me conocer todavía” … “ eso, todavía”.

La cena siguió muy agradable, en cuanto tenía ocasión la veía mirando mi paquete, sus pezones estaban siempre marcados en el vestido, se notaban y mucho, eran como avellanas, redonditos y gorditos, y se notaban excitados, a pesar de no tener mucho pecho, sus pezones estaban allí desafiantes, ufff, como me gustaban.

Manolo, bebía en exceso, todo su afán era saber quien me había chivado sus comentarios, terminando la cena ya estaba bastante bebido, se sentó en el sofá, y dijo de tomar un whisky, Rosalía, dijo de recoger primero, nos levantamos, Manolo se tambaleó, y le dije que se quedara en el sofá, ayudé a Rosalía, y en cuanto estuvimos en la cocina, la cogí por detrás y le puse la polla ya empalmada en la raja de su culo, ella, gatuna, hizo un gesto como de zafarse del abrazo, pero lo que en realidad hizo fue jugar con mi polla subiendo y bajando su culo. Le besé el cuello, y pase mis manos por debajo de sus brazos, llegando a sus pechos, … ella, suspiraba intensamente, pero decía, sin hacer nada por finalizar, que su marido estaba en el salón, que ella no era sí, que me había confundido, …. pero su culo cada vez apretaba más mi polla. Manolo, llamó pidiendo el hielo para su whisky, … ella se deshizo del abrazo, pero me pasó la mano por la polla, apretándola un momento mientras me mirada con deseo.

Volvimos al salón, Manolo, estaba medio acostado en el sofá, se puso un whisky cargadito, Rosalía y yo nos pusimos un gin-tonic, hablamos de música, de baile, de aficiones, … Manolo, se puso otro whisky, pidió a Rosalía que pusiera luz indirecta, y algo de música tranquila, de la que permite hablar, al rato, Manolo, estaba dormido en el sofá, y Rosalía me dijo bajito, si me apetecía bailar, … le dije “me encantaría abrazarte otra vez”, pero señalé a su marido, y ella se encogió de hombros y dijo “él se lo pierde, hoy es tu noche”…

Empezamos a bailar, al principio algo separados, en la segunda canción ya notaba sus pezones erizados clavados mi pecho.

Baje mi mano, agarré su culo, la apreté contra mi polla, y le dije al oído, “ te acuerdas lo que te dije en la piscina” …ella excitada me miró a los ojos, y me dijo casi besándome, “no me acuerdo de nada, pero no me importaría que me lo repitieras ahora”.

Me separé un poco, y cuando estábamos justo al lado de su marido, le dije un poco alto “te dije que te iba a follar como nunca lo había hecho nadie”, …., “ufff, como dices esas cosas, mi marido está a tu lado”, … “si, y está borracho, y tú estás deseando que te folle”, y le di un beso intenso, mi lengua jugó en su boca hasta llegar a la suya, me estaba esperando, nos fundimos en un beso muy potente. Ya no había vuelta atrás.

Al separarnos bajé a su cuello, a sus pechos, mordí, primero un pezón y luego otro, su vestido tenía marcados mis besos, …, ella bufaba, tenía la respiración entrecortada, pero todavía le preocupaba su marido, … “ por favor Roberto, mi marido, … ufff, aghhh, …, nos va a ver”.

Empecé a subirle muy despacio el vestido, y mientras le susurraba, “pues podemos llevarlo al dormitorio, dejarlo ahí e irnos nosotros, o … y en ese momento llegue a su tanguita, y metí el dedo entre el hilo y su coñito empapado, … ó podemos parar y me marcho a casa”. … “Noooo, noooo”, “no, a cuál de las propuestas”, “noooo pares, cabrónnnn”, y empujé mi dedo dentro de su coño, “ahhhhggggg, siiiiiiii,” mientras abría un poco las piernas y se colocaba de forma que pudiera entrar más, en medio de la excitación le dije “no tengo condones” … “y crees que eso me importa ahora”.

Su marido se removió en el sofá, … ella se asustó y se separó, hizo como que recogía algo y se fue a la cocina, … la seguí, …, al entrar, estaba esperándome plantado en medio, se subió el vestido enseñándome su tanguita negro …, me agaché y me metí directamente entre sus piernas, olí profundamente aquel coño, ummmm, era una delicia, lo lamí por encima del tanguita, lamí las paredes interiores de sus muslos, … ella temblaba, estaba muy caliente, … la subí a la mesa para comerle el coño mejor, separé el tanga y en la primera pasada de mi lengua por todo su coño, en el instante de lamerle el clítoris, se corrió. “buffff, aghhhhh, síiiiiiiii, me estoy corrrriendooooo, ohhhhh”. Me tenía agarrado del pelo metiéndome literalmente dentro de ella.

Cuando se relajó, me dijo que aquello no podía ser, que su marido estaba allí al lado, …, me puse de pie, la bese, le apreté la polla contra su coño, la tenía reventando en los pantalones y le dije, .. “ te voy a follar ahora, lo estás deseando, …”.

Le cogí la mano y la acerque a mi polla, … no hizo falta más, me la acarició, y al momento me dijo, “es mucho más grande que la de Manolo”, … “ufff, me encantaría probarla”, “vamos a mi cuarto, procura no hacer ruido, si Manolo se despierta, no sé qué vamos a hacer…”

Pasamos al lado del marido, seguía en la misma postura, al llegar al cuarto, la agarré por detrás, acaricié sus tetas, pellizqué sus pezones, ella mientras bajo la mano hasta mi polla, maniobró en mi pantalón, me la sacó y empezó a pajearme suavemente, … ufff, que grande la tienes, no sé si me va a caber toda, la de Manolo es la mitad, ahhhh, …, le desabroché el vestido, cayendo a sus pies, sus tetitas estaban temblando, eran un flan, … la cogí en vilo y la arrime contra la pared, le pedí que se apartara un poco el tanga, en el momento que lo hizo, me abrazó con sus piernas y se la metí de una estocada, chilló de placer, … agghhhhh, que gorda la tienes, me destrozas, …. no pares, sigueeee, ohhhhh, … estaba al borde de un nuevo orgasmo, seguí follándola sin descanso, estocadas profundas, duro, muy duro, … ella suspiraba, me besaba, casi no podía, necesitaba todo el aire que su boca podía aspirar, al poco tiempo sentí como su coño, que era muy estrechito, hacía una presión grande, latidos fuertes, sobre mi polla anunciándome una nueva corrida, …. Ohhhhhh, agggggg, siiiiiii, me corrrooooooo, me corrrroooooo, otra vezzzzz, …. me mordía el labio, lamía la boca, besaba, todo, estaba descompuesta, temblaba todo su cuerpo. Cuando termino su orgasmo, paré, bajó a una postura más cómoda, estuvimos un momento abrazados recuperando el resuello, y besándome me dijo … “me tienes deshecha, … voy un segundo a ver a ese cabrón, y nos daños una ducha”. Se puso una bata y salió, mi polla estaba a reventar, … volvió al minuto, me agarró la polla y tirando de ella me llevó al baño. Bajó la tapa, se sentó y empezó a comerme la polla con ansia, mientras su mano masajeaba mis huevos, estaba lanzada a hacer que me corriera, … y lo consiguió, al poco de seguir así, le avisé de mi corrida, … me voy a correr, no puedo más, … ella no paró, siguió comiendo, lamiendo, saboreando mi polla, al segundo empecé a descargar chorros de leche calentita, al poco no le cabía más semen en la boca y empezó a salirle por las comisuras, … trago todo lo que pudo.

Cuando me la dejo limpita y brillante, nos metimos en la ducha, nos masajeamos de nuevo, ella estaba ardiendo, quería más, me dijo que quería follar en la cama de su marido sabiendo que estaba allí al lado dormido. Empezó a acariciarme la polla, y yo a masajearle las tetas, el coño, el clítoris, en 5 minutos estábamos los dos de nuevo al rojo vivo. Nos fuimos a la cama, seguíamos en penumbra, decía que la luz podía despertar al marido, empezamos un 69 tremendo, me moví un poco, y al mirar hacia la puerta de la habitación, a pesar de estar casi a oscuras, solo había la iluminación que entraba por la ventana, tuve claro que allí estaba Manolo mirando, por un momento me quedé paralizado, ella seguía comiéndome la polla, … seguí observando y efectivamente allí estaba él apoyado en el quicio de la puerta, acariciándose la polla, mirando la escena de su mujer comiéndome la polla, mientras yo le comía el coño. Seguí un rato, más pendiente de la puerta que de otra cosa, hasta que tuve claro que aquel tío se estaba masturbando viéndonos, y le estaba gustando lo que veía.

Hice un movimiento para que ella se pusiera a horcajadas encima de mí, y ella se fue clavando literalmente la polla, suspirando intensamente, despacio, muy despacio, disfrutándola mientras le entraba hasta el fondo … ella quedó de lado, no veía a su marido, pero él si la tenía a contraluz de la ventana, veía su silueta, se la metió toda, estaba empalada completamente,… ohhhh, que pollón tienes, como me llena, estoy sintiéndola en todo el coño, que gustazo, ummm, … empezó un sube y baja lento, sintiendo cada centímetro de polla, estaba ardiendo, mis manos buscaron sus pechos, sus pezones estaban durísimos, hinchados, … los apreté, los retorcí, tiré de ellos con energía, … ella emitía pequeños aysssss de placer, siiiii, siiiii, fóllame, fóllame asíiiiiiii, … mientras estábamos disfrutando de aquella follada, fui cambiando la postura hasta que ella quedó de frente al marido, mientras seguía haciendo una paja silenciosa, … ella al principio no lo vio, hasta que de pronto se quedó quieta, totalmente paralizada, estaba claro que lo había descubierto, … en eso breves segundos, su cuerpo no se movía, respiraba muy entrecortadamente por la excitación acumulada, pero su coño no dejaba de apretarme la polla latiendo fuerte, hacía unos movimientos interiores de exprimirme la polla, ella no iba a parar, no podía parar, yo seguía jugando con sus pechos, con sus pezones, … aquello no tenía retorno.

Empezó a hablar muy bajito, “te gusta mirar” … “te gusta verme follando con otro”, … “has visto el pollón que me está clavando hasta el fondo” …. casi como un susurro me llegó … “si, si”… reinició la cabalgada, ahora sin dejar de mirar a la puerta, empezó lento, pero al poco estaba cabalgándome, quería correrse delante de su marido, … estaba lanzada y a mí me tenía con la polla más gorda y grande que nunca, … “no te la toques” … “no, no” …“no te toques, solo mira, cabrónnnnnn” …. “solo mira como me empala este macho con su pollón” … seguía la cabalgada desmelenada, … empezó a sentir la llegada de un nuevo orgasmo a la vez que a mí me llegaba otro, … “ me corrrroooo, otra vezzz”, uffff, “mira como se follan a tu hembra, cornudo”… aggggg, … “te lleno de lecheeeee” … “siiii, llenameeeee, dámela todaaa” … “ahhhhhh”! … su coño seguía dándome latidos, mientras mi polla descargó varios chorros de semen en su interior, … el marido seguía en la puerta sin hacer ningún movimiento, … pero de pronto, empezó a dar pequeños aysss, hipidos, y suspiros profundos, … se estaba corriendo sin tocarse, solo de ver correrse a Rosalía.

Cuando amainó el temporal, se dejó caer a mi lado, besándome, lamiéndome las gotas de sudor que cubrían mi cara, mi cuerpo, …, estaba exhausta, … se estiró y me abrazó, … vi en el reloj de la mesita que eran las 4,35 h, … nos quedamos dormidos abrazados.

Me desperté, ya de día, sentí que a mi lado hablaban en susurros, así que no hice ningún movimiento y escuché …

….

Nunca, me había sentido así, deseada, llena, flotando, ….

Nunca, había tenido una polla como esa dentro de mí, es inmensa y gorda, el doble que la tuya …

Nunca, había tenido tres orgasmos seguidos, … bueno casi nunca había tenidos orgasmos, y ninguno se pareció a estos, en fuerza, intensidad, potencia, …

Nunca, había follado con otro hombre, aparte de ti, pero es Hércules, … su fuerza, su tensión, sus ganas, ….

Manolo, no sabes cómo me ha follado.

Se habrá puesto condón, no.

Sabes de sobra que nunca he follado con condón, …..

… Y ahora que, ….